Numerosas sorpresas
Parte uno:
Finalmente despertó, el anochecer amenazaba por el sur, el mar jugueteaba con sus olas en la orilla. Volteó la cabeza para encontrarse con un bello y alegre bosque, las copas de los árboles se mecían divertidas por el viento que soplaba, con su cálida brisa.
Zuko sentían que todo le daba vueltas, se había dado un buen golpe contra la arena. El su mente borrosas imágenes de lo que había ocurrido antes de despertar comenzaron a fluir rápidamente. Recordaba que el grifo al posar sus patas en la tierra tropezó con una piedra y se precipitó hacia delante volcándose. y que...
Pero algo llamó su atención apartándolo de sus pensamientos, sentía un leve peso sobre su cuerpo, lenta y desganadamente levantó la mirada y se encontró frente a otra, unos ojos de color marrón con manchas alargadas y negras que parecían acabar de despertar al estar parcialmente cerrados.
Inmediatamente se dio cuenta de que quien estaba sobre él, era la joven muchacha llamada Elwing. Sentía su respiración suave, su cálida piel y el palpitar de su corazón, tenía sus manos posadas suavemente sobre su pecho, le hubiese gustado quedarse bajo su persona degustando su calor y sintiendo el dulce perfume que lo hacía embriagarse profundamente perdiendo el sentido de la realidad.
Elwing percibió proximidad de sus rostros y cuerpos, pero aún así hubiese ignorado cualquier cosa, cualquier dolor que hubiese tenido, cualquier peripecia que pudiera ser dispuesta en ese momento con tal de prolongar tanto como le sea posible el tiempo en que se perdió en esos ojos ambarinos tan penetrantes y tan profundos.
El tiempo se escurrió, pero no se separaron, quedaron perdidos en sus sentimientos y en el momento que estaban viviendo juntos.
La mirada sorprendida y el cabello enrulado cayendo a ambos lados del alargado rostro de la joven maestra cautivaban al muchacho de dieciséis años que yacía debajo de ella siendo derretido por sus emociones. Los seductores labios entreabiertos del príncipe disolvían a Elwing por dentro, acaso deseaba probarlos?... " que! Que estoy pensando! Me estoy volviendo loca!" pensó la joven sin apartar la mirada de los ojos del príncipe...
Finalmente las sombras que atrajo la noche los bañaron, a duras penas el sol descargaba algo de su luz pero estas se perdían en el horizonte iluminando el mar que se tiño de anaranjado. La isla permaneció en silencio, el cielo se pintó de azul marino muy hosco y en el fondo las luces lejanas de las estrellas y de la luna hacían que la arena de aquella playa se coloreara de un color grisáceo.
Ambos jóvenes permanecían en la misma posición en que se habían despertado, la única diferencia era que a medida que había pasado el tiempo se habían acercado mas el uno al otro de tal forma que compartían el aire que respiraban, estaban en un trance o hechizo que los había tentado a prácticamente rozar los labios del otro, pero cuando pudieron llegar a sentir lejanamente el calor del aliento de la persona que estaba junto a ella...
Una ola del mar los hizo despertar del aquel sueño tan cálido
El agua fría los azotó duramente y en ese momento los dos se dieron cuenta de lo que hacían, se separaron dolorosamente y se incorporaron desganados. Empapados y frustrados se encaminaron hacia tierra seca maldiciendo en sus mentes a la marea. Amrod se encontraba recostado en un árbol observándolos y ahora los miraba burlón y divertido. Elwing se le acercó y le dio una palmada de reproche en el pico.
Ella se sentó en la arena, aún mojada y se recostó en el grifo, mientras tanto Zuko desilusionado por no haber podido llegar a donde él había querido llegar se desplomó como un saco de papas en el suelo con la mirada perdida en el mar. Un largo e incómodo tiempo fluyó entre ellos sin poder hablar de lo sucedido con el otro.
- que... linda noche... No lo crees?- preguntó Elwing tratando de establecer alguna conversación.
- que?... eh. Si...por supuesto- respondió Zuko sin dirigirle la mas mínima mirada al la joven que yacía detrás de él.
Elwing se puso de pie y se acercó a Zuko, invocó algo del fuego control mientras caminaba e hizo que una espiral de fuego rodeara su cuerpo y secase sus ropas empapadas. Se sentó a su lado y trató de hablarle un poco, un momento después se encontraban hablando muy entretenidos ( dios entretenidos en que pensaba yo?)
E incluso en dos ocasiones Elwing logró hacerlo sonreír. Amrod había ido a buscar algo al bosque dejándolos solos, mientras conversaban.
-Bueno... creo... que iré a fijarme donde se metió Amrod- dijo Elwing poniéndose de pie- espero que no se haya metido en líos
Pero en el momento en que ella se encaminó hacia el bosque pudo sentir el calor de una mano tomando la suya entrelazando sus dedos, y luego un brazo rodeando su cintura impidiendo que avanzara...
Bueno es cortito para mí pero como tiene mas de una parte jeje continuara...
