LADRON DE ALMAS
Capitulo número tres: Invitación a una fiesta
-Por qué no puedes decirme quien es?
-Nana Megumi, no crees que ya es tarde.
-No me iré hasta q me digas quién es, jovencito – dijo la mujer apretando los ojos en forma amenazadora
-No me veas así – dijo el muchacho dando un respingo hacia atrás – tenme confianza nana
-Pero…
-TENGO UNA EXCELENTE IDEA! - la puerta se abrió de golpe y la reina hizo su gran entrada triunfal agitando los brazos en alto. Aoshi y Megumi la miraron sorprendidos, era difícil ver a la reina tan alegre, seguramente era por que su único hijo estaba de vuelta.
-Y… cuál esa idea madre? - pregunto Aoshi, sin mucho animo, pero no le quedo de otra ante la insistencia de la mano de Kaoru de que le hiciera esa pregunta.
-Ahy hijo, que bueno que preguntas! – exclamo la reina, como si la iniciativa hubiera sido del ojiazul – bueno… haré una fiesta de máscaras en honor a tu llegada.
-No es necesario, madre – se levanto Aoshi de su silla – tú sabes que no me gustan esas cosas.
-Nada de peros, Aoshi. La decisión esta tomada. Así que hazte la idea y ve eligiendo una máscara para ese día. Las invitaciones ya fueron mandadas.
-Cuándo será la maldita fiesta? – pregunto enojado Aoshi – auch madre! – se espanto por el coscorrón que le dio Kaoru.
-No maldigas en mi presencia – le reprocho ésta – la fiesta va con o sin tu aprobación, yo mando aquí – con la presura que llegó, también se marchó.
-Megumi suspiro mirando de soslayo a Aoshi y alzando los hombros agrego: - ella es así. Solo han pasado cinco años, no pretendas que cambie.
-Solo llevo medio día de haber regresado y tengo ganas de regresar al instituto.
-Hahahahaha – se rió por el comentario la mujer morena y dando un beso en la frente al alto muchacho agrego – buenas noches, que duermas bien.
A varios días de la llegada del príncipe, en la aldea de Misao, un jinete a galope tendido de su montura asomaba sobre la loma que era la entrada de la misma. Hiko que se encontraba en esos momentos cerca del pozo, hizo señas a un muchacho para que corriera a la cabaña de Misao y avisara de la llegada de Cho. Al cabo de unos minutos la pelinegra llegaba hasta el grupo de hombres que rodeaban al jinete y su azabache corcel.
-Cho! – exclamó la pequeña arrojándose a el cuello del cabeza de escoba – mucho tiempo a pasado desde la última vez q te vi.
-El comandante Himura lo tiene con demasiadas tareas como para que pueda venir de visita a su aldea – interrumpió Sanosuke, estrechando la mano del jinete.
-Lo siento Makimachi, pero lo que dice Sagara es verdad, mas ahora que tú y la banda han dado tantos problemas. El asalto al príncipe, encrespó los nervios de la reina, felicidades.
-Gracias Cho – dijo la mujer con una sonrisa de orgullo – porque no vamos a mi cabaña, tus visitas son buenas noticias para la banda.
Así el alegre grupo se dirigió hacia el lado sur de la aldea, donde se encontraba la cabaña de la pelinegra, donde una mujer regordeta y anciana les sirvió espumante cerveza de cebada para continuar con la charla.
-y por qué crees que una fiesta podría interesarme a mí – dijo la muchacha luego de escuchar las noticias que trajera el hombre que portaba algunas espadas a su espalda – eso no es de mi importancia.
-Qué acaso no lo ves Misao – insistió éste golpeando con su jarrón la mesa – esta es la oportunidad de hacerle ver a la reina que es vulnerable y que su guardia es tan incompetente como una hueste de niños de pecho…
-…Pero aun así es muy arriesgado… - salto Hiko a la protesta – el castillo es una verdadera fortaleza… la guardia, incompetente y todo, estará ahí fuertemente armanda… no podemos exponer así a la banda.
-Pero muchos nobles estarán ahí, incluso vendrán desde otros reinos. Las riquezas estarán a la orden del día – contrargumentaba Cho ya en el borde de la exasperación – con solo el collar que usara la reina Kaoru, podremos alimentar a 50 niños del pueblo de Edo por una semana.
-Mmm, ese es un buen punto… - comento Sanosuke – recuerda Misao, que la principal misión del ladrón de alma es hacia el pueblo. Tsuna comenzó con esta empresa, con la firme convicción de ayudar a la gente del reino Meiji, ayudarla de la condena de pobreza que el rey impuso por su sed de avaricia.
-Si es verdad – dijo Hiko pensativo, viendo el suelo de la cabaña – recuerda que si no fuera por tu padre, este reino estaría enfrascado en una guerra civil… la pobreza estaba cansando a la gente, pero el ladrón de almas le dio una nueva esperanza… no definitiva, pero en algo apaleo esa carencia…
-Lo sé Hiko-san, pero la idea de Cho-san es muy descabellada – dijo la muchacha con la mitad del rostro oculto tras las manos cruzadas apoyadas a su vez por los codos sobre la mesa – cómo llevaríamos a cabo tal robo, Cómo deshacernos de la guardia, cómo robar tranquilamente, cómo escapar si ser apresados?... son muchas las interrogantes… no quiero arriesgarme.
-Yo tengo una idea – dijo Okina desde su cómodo sillón – y confiando en sus habilidades sé que tendrá éxito.
-Viejo sinvergüenza – refunfuño Hiko con una sonrisa sarcástica – canta de una vez tu maldita idea.
-Está bien… pero primero debo saber si nuestro líder está de acuerdo – dijo apretando sus ojos inquisitivamente hacia Misao.
-Daré mi aprobación o rechazo una vez hayas explicado tu plan.
-Sensato… Sanosuke me pasarías los planos del castillo que están en ese baúl, por favor.
Todos se sorprendieron, mientras el castaño con risa burlona se dirigía hacia el baúl señalado por el anciano.
-cómo rayos puedes tener un plano del castillo y recién enterarnos ahora – exclamó enfadado Hiko.
-Un ladrón de categoría nunca revela sus secretos… gracias Sanosuke – término diciendo al recibir los papeles que el hombre de la cinta roja desplegaba ante sus ojos – este es el plan, pongan atención…
El crepúsculo ocultaba al sol lentamente, por lo que los comunes ruidos de los pájaros del bosque también se apagaban. Esto explica el silencio y la calma de la noche que se apoderaban completamente del lugar… solo el rozar de las ruedas de madera de un carruaje que se escuchaba venir a lo lejos, irrumpía en el bosque.
- Shuu, ahí viene! – luego silbó imitando el sonido de un pájaro para avisar todos sus hombres de q se aprontaran. Varios silbidos de pájaros llegaron de vuelta con el viento, todos habían captado el mensaje.
A lo lejos, desde los arbustos apareció un hombre de negro q hizo detener al carruaje q venia en el camino. Una vez los caballos hubieron frenado, varios hombres rodearon el carruaje. Misao salio desde su escondite, para hablar con el hombre que Sanosuke había sacado desde el interior del vehículo.
- por favor no me hagan nada! – chillaba el hombre ataviado con sedas y joyas de oro. Era tan flacucho como Misao y dos cabezas más bajo que Sanosuke, cabello azulino, peinado con gatos, sus ojos cafés mostraban terror.
- ahhhhhhhhhh – se quejaba Sanosuke que lo tenia tomado por las manos – éste es peor que una mujer a punto de parir.
- Cállate o te corto la lengua! - le amenazo Hiko. Kamatari se mordió los labios para no gritar, poniendo los ojos turnios por la punta de la daga que Hiko puso frente a sus ojos – mucho mejor así.
- Buenas tardes conde Kamatari – se planto frente a él Misao - yo soy el ladrón de almas, pero esta noche seré usted.
El hombre casi larga otro chillido cuando Misao se presento como el ladrón de almas, pero la presión de la daga de Hiko sobre su cuello, le dijo que mejor guardara la compostura… sin embargo la última frase del ladrón de almas, lo llevo a preguntar impulsivamente.
-cómo que esta noche será yo?
Misao hizo un gesto con la mano para que Hiko retirara la daga, luego se agachó para quedar a la altura del hombre. Sus ojos chocaron, Misao miraba de manera burlona y Kamatari estaba que derramaba lágrimas. Más divertido no podía ser, un hombre hecho y derecho hacia berrinches como un bebe.
-Pues… ya verá – aun no acaba de decir esto Misao, cuando a Kamatari lo toman por las axilas para levantarlo y miles de manos comienzan a despojarlo de su ropa. El hombre parecía marrano antes de ser sacrificado, hasta que un golpe en la nuca lo hizo callar.
-Qué? – pregunto Sanosuke ante la cara de desaprobación de todos – sus gritos me tenían loco. Tenia que callarlo de algún modo.
-Pero no a golpes – le reprocho Hiko dándole un coscorrón en la cabeza.
-Ahhh Dios – suspiro Misao rodando los ojos hacia el cielo – alístense para la fiesta… y ustedes – señalo a un grupo de mujeres que traían una carreta - llévense al conde Kamatari y sus hombres hasta la aldea y no los dejen escapar.
-Muy bien muchachos – grito con euforia Sanosuke – recuerden muy bien cada uno de sus roles y lo planificado. Todo debe salir a la perfección.
-Otosan, yo podré ir esta vez?
-Lo siento Yahiko – se agacho Sanosuke para quedar a la altura de su hijo – tu misión esta vez será ayudar a las chicas a custodiar a estos hombres. Las cosas en el castillo pueden ser muy peligrosas, entiendes?
-Sí – respondió el niño morocho con resignación, pero repentinamente entrelazo sus brazos alrededor del cuello de Sanosuke quien correspondió con fuerza el abrazo – cuídate otosan.
Yahiko subió con ayuda de su padre a la carreta, y desapareció luego de largos minutos por el camino en dirección hacia la aldea del ladrón de almas. Luego de un perturbador silencio, Hiko palmeo el hombro de Sanosuke indicándole que debía alistarse.
Justo en ese momento Misao hacia su aparición ataviada con los ropajes del conde Kamatari, Okina le alcanzó la mascara que el hombre había traído para la fiesta de la reina Kaoru, por lo que la primera parte del plan estaba completa. Hacerse pasar por uno de los invitados, el conde Kamatari Hojou. Sanosuke, Hiko, Okina y otros cinco hombres más de la banda se disfrazaron como los escoltas del conde, que también tendrían la oportunidad de ingresar a la fiesta.
Todos montaron los caballos que custodiaban el carruaje y Misao junto con Okina y Sanosuke se sentaron dentro del carruaje. Hiko despacho al resto de la banda, a la doce de la noche actuarían según el plan de Okina, por lo que les dijo un hasta luego. El viaje hasta el castillo fue silencioso, cada uno concentrado en que nada saliera mal y rogando al espíritu de Tsuna, de que este robo fuera el gran espectáculo de la noche.
Notas de la autora que aunque no lo crean soy yo:
Este capitulo es muy cortito, y a pesar de eso me costo tres dias hacerlo, y por mas que lo arregle igual me quedo fome. Asi que gomen nasai por ello. Prometo que el cuatro se nos viene interesante. La fiesta será una noche de reencuentros, tristes, romanticos, alegres y fieros. Wuoooo tendra de todo. Espero acabarlo antesdel viernes.
Como siempre qero dar las gracias las personas q con sus review me alientan a seguir escribiendo y q con sus criticas me ayudan a superarme como fictionera:
Gabyhyatt, Alischan, Akari-aoi, Michel 8 8 8, Kiara Fujimuya, Yukiyasha y Kaoruluz. muichas gracias a todas y uno. hehehehehehhehe
Un besote, se despide de todas menos de una
Arcasdrea
