Los soldados del caos
Era sabido por todos que Randolph Titus, presidente de las corporación "Fénix", era muy poco dado a las reuniones o fiestas de cualquier tipo, pero las pocas veces en las que participaba u organizaba alguna sin duda eran un verdadero acontecimiento, ya sea por sus brillante organización, sus maravillosos espectáculos, o sus deliciosos alimentos exóticos. Siempre se sabía que si Titus estaba detrás de una fiesta, sin duda hasta las fuentes dejarían sin aliento a los asistentes, es especial las que se organizaban en su lujosa mansión en las afueras de la ciudad, cercana al bosque. Pero esta vez no seria así, ya que la obsesión de Titus por tener todo totalmente listo horas antes de que la fiesta diese inicio, facilito que fuese raptado por ese par de extraños armados.
La forma como ocurrió fue bastante confusa, ya que las cámaras fueron destruidas exceptuando las del recibidor y los guardias fueron los primeros en ser sometidos, y aun siendo solo dos, solo se requirieron quince minutos para que el par se hiciesen de mas treinta rehenes, siendo sin duda el mas importante el mismo Titus. La verdad era que los secuestradores pudieron haber tenido muchos más, pero voluntariamente dejaron en libertad a la mayoría. En tanto que toda la mansión estaba rodeada por policías que no se atrevían a entrar, sin duda por haber oído la historia de la estación en Viena, los secuestradores estaban cada vez mas impacientes.
- Hermano – Dijo uno de ellos – esto es demasiado aburrido. ¿Por que no los matamos de una vez y regresamos a casa?
- Por supuesto que no – le respondió el otro irritado – el simple hecho de estar aburrido no es justificante para tirar todo esto al traste.
Todos se habían congregado en el recibidor de la mansión y el par había tapado las ventanas y bloqueado cualquier entrada para evitar un ataque sorpresa, mientras que los rehenes habían sido amordazados y atados de pies y manos. Los secuestradores eran curiosos a la vista de los rehenes por razones mas allá de que no parecían superar los veinte años. Uno de ellos, el más intranquilo y que daba vueltas por toda la habitación, era bastante alto, rozando los dos metros, tenia el cabello oscuro y bastante maltratado hasta los hombros, vestía botas y una larga gabardina negra que le cubría. Su hermano por el contrario era totalmente distinto, con una estatura que apenas llegaba al metro con setenta, vestía con un traje formal y con corbata, todo de color oscuro, además que su cabello era corto y peinado hacia atrás. Pero si había algo que los distinguía eran sus rostros. Aunque ambos usaban lentes oscuros, el primero de ellos no podía ocultar su rostro lleno de locura y su insaciable sed de sangre a la vez que jugaba con una Mágnum que tenia dando vueltas en su mano, mientras que el segundo mostraba un rostro totalmente serio, calculador, como esperando que algo ocurriese.
- Por favor hermano, no necesitamos tantos rehenes. Deberías darme la oportunidad de dispararle a cuando menos veinte de ellos. Te apuesto que ni siquiera llegara a molestarle al anfitrión – dijo esto ultimo mientras apuntaba con su Mágnum a la cabeza de Titus, quien no se molestaba de ocultar su miedo ante lo que veía.
- Si realmente te parecen demasiados rehenes, debiste entregarlos con el resto. Y de todas formas también creo que quisiste este número para poder ejecutar algunos, y no digas que me equivoco que es obvio en tus ojos.
Por un momento, ambos se vieron a los ojos, sin hacer ningún movimiento. Al final, el de la gabardina mostró un rostro lloroso, bastante patético, a la vez que murmuraba por favor varias veces.
- Este bien – respondió el hombre tranquilo con una expresión resignada – puedes matar unos cuantos, pero que sea rápido, que ya esta demasiado cerca la hora.
El de la gabardina negra se mostró satisfecho y se acerco a uno de los rehenes y eligió al primero que encontró, una camarera de una agencia que tuvo el infortunio de ser elegida para la reunión. El hombre de la gabardina tenia una expresión de satisfacción, sin duda disfrutaba cada momento mientras colocaba la Mágnum a menos de un centímetro de la mujer a la vez que guardaba sus lentes dentro de sus bolsillos.
- No te preocupes – le dijo – esto no te dolerá.
En el instante en que comenzó a jalar el gatillo, pudo sentir un golpe, un muy doloroso que le obligo a soltar su arma. Su instinto le hizo mirar su mano para ver si no le habían disparado, pero pudo confirma que solo le habían golpeado con algo y que nadie desde afuera le había atacado. Miró hacia las escaleras y confirmo su sospecha, ya que pudo ver a cuatro jóvenes que identifico como los jóvenes titanes.
- Ten cuidado con esa cosa o lastimaras a alguien – le grito Robín al de la gabardina. Este ultimo busco su Mágnum y se dio cuenta que estaba lejos de su alcance por ahora. Al verse superado en numero por un muchachito con mascara, un tipo verde, un montón de hojalata y una chica voladora de ojos totalmente verdes, solo pudo decir una pregunta.
- ¿Cómo diablos pudieron estos entrar?
- Bueno, pudieron ser varios los motivos – le respondió su propio compañero- tal vez sus poderes se lo permitieron o no sellamos todas las entradas y salidas, lo cual es bastante probable. Por ahora creo que lo único que podemos hacer ante la superioridad numérica y el perder nuestra ventaja al estar encerrados es rendirnos – en cuanto dijo eso ultimo se puso de rodillas y puso sus manos y frente en el piso.
Nadie esperaba realmente esta respuesta y quien parecía mas sorprendido era sin duda su compañero; pero sin importar sus reservas, pareció obedecer sin problema, alejándose de los rehenes y una vez que estuvo a cierta distancia se puso de rodillas, reviso el interior de su gabardina y con todas sus fuerzas, arrojo una Ak-47 a la parte de las escaleras en que los Titanes se encontraban.
- Vaya, todo fue demasiado fácil – dijo el Chico bestia - ¿Realmente son los ladrones psicópatas de los que se hablan por todos lados?
- No debemos bajar la guardia – le dijo Cyborg – quien sabe lo que estos locos planean.
- Saben, el que nos digan simplemente Psicópatas es muy duro – le respondió el de la gabardina – y creo que si nos vamos a continuar con esto es justo que sepan nuestros nombres. Permítanme presentarme: mi nombre es "Gun Shoot", y en realidad la AK-47 que arroje es una granada disfrazada.
Apenas había terminado de decir esto cuando la granada hizo explosión. Fue cuestión de unos instantes, se sintió como si hubiese durado minutos. Primero exploto la granada y en ese breve momento de confusión, Gun Shoot dio muestras de reflejos dignos de un gato, y se levanto del piso en un instante y de su gabardina saco tres redes, las cuales arrojo con dirección a Robin, Chico Bestia y Star Fire, quienes fueron atacados por una poderosa descarga eléctrica. En el caso de Cyborg dio muestra de una táctica distinta, ya que este había logrado levantarse y atacarle, por lo que tuvo que tomarlo del brazo y lanzarlo con toda su furia contra el piso y una vez ahí, lanzo una especie de disco y lo hizo sentir como si un imán lo tuviese atrapado. En cuanto se detuvo, tenía atrapado a los cuatro.
- ¿Esto es lo que esperaban de nosotros? – Pregunto dirigiéndose a Robin – Me rompería el corazón que los hubiese decepcionado
El del cabello corto y traje formal no paraba de felicitar a su hermano y se acerco donde se encontraba este.
- Sabes, creo que te mereces un buen premio por someterlos – le dijo a Gun Shoot – ¿Qué te parece si matas a todos los rehenes? Puedes usar los láseres si lo deseas.
Shoot Gun no pudo ocultar su alegría, parecida a la de los niños que reciben obsequios en navidad. De se pierna saco un revolver y volteo hacia sus rehenes con el propósito de darles el golpe de gracia. Pero su buen humor se transformo en espanto al ver que no quedaba ni uno solo de los treinta rehenes que tenían en su poder.
- ¡¡¡HERMANO! – Grito un furioso Gun Shoot a su compañero - ¿CUANTOS TITANES SE SUPONE QUE SON? – el de la expresión seria simplemente se alejo un poco de el y respondió con calma.
- Ni idea, de hecho pensé que tú eras quien sabía.
La furia pareció dominar a Gun Shoot quien saco una nueva arma de su gabardina y gritando de furia volteo y con dirección a los titanes y se dispuso a vaciar su contenido sobre ellos, pero ni siquiera llego a puntar cuando el arma que tenía en su mano cayó en pedazos ente sus pies. Sorprendido, voltea a su lado y pude ver a lo que sin duda era una titan mas, con ambos brazos levantados al aire y una especie de energía oscura saliendo de ellas. La furia de Gun Shoot era indescriptible, tanto que corrió contra ella dispuesta a golpearla con toda su fuerza, pero un fuerte golpe lo paro en seco, y lo arrojo al otro extremo de la habitación. En cuanto pudo abrir sus ojos, vio frente a el una pesada mesa de madera, el objeto que había volado mágicamente hacia y golpeado con una fuerza terrible.
Gun Shoot trato de levantarse y contraatacar, pero desistió de su intento al percatarse que el resto de los titanes le rodeaban, y a su hermano que se alejaba de el con las manos al aire. Ahora no sus sentimientos no eran de furia, sino de gran curiosidad.
- ¿Cómo demonios se liberaron de mis redes? – Pregunto- las había diseñado con el único propósito de ser irrompibles.
- Lamento decirte que no hiciste un buen trabajo – Le respondió Cyborg mientras arrojaba una de sus redes rotas y su disco a su lado – En realidad fue más sencillo de lo que lo que te imaginas.
- Debieron pensarlo mejor antes de salir de Europa – Dijo Robin mientras se acercaba a Raven - ¿Los rehenes están a salvo?
- Todos están afuera, en este momento están siendo atendidos pero parece que nadie fue lastimado.
- Perfecto, entonces ya es hora de comenzar el juego.
En ese momento y sin ninguna razón aparente, una nube de polvo los rodeo y los encegueció por un breve momento. En cuanto recuperaron la vista, se dieron cuenta que el par estaba adentrándose en la mansión, aparentemente tratando de escapar.
- Tras ellos – Fue el grito que dio Robín y sin pensarlo corrieron tras ellos, adentrándose en la famosa mansión. Mientras corrían, se hizo obvio que perseguían a un par que conocía perfectamente la casa y que sin duda los conducía a un lugar especificó. Por más rápido que corriesen o volasen, y a pesar de atacarlos continuamente, Gun Shoot y su hermano parecían esquivarlos sin ningún tipo de dificultad, a pesar que hace un momento uno de ellos pareció haber sido lastimado.
Finalmente los vieron entrar en una habitación. Seguramente se trataba de una trampa, por lo que entraron con precaución y con sus sentidos en alerta. Ante ellos, se encontraba una habitación gigantesca, equipada con una de las colecciones militares privadas, mas grandes de Estados Unidos, la cual se repartía entre Espadas y cuchillos de diferentes épocas y partes del globo, lanzas, cañones, armas de fuego de todo tipo, maniquíes que portaban armaduras de distintos ejércitos muchas cosas de las que eran capaces de ver, y en frente de todos ellos, se encontraban los dos, parados tranquilamente y mirándolos de forma desafiante.
- Este lugar es perfecto – dijo el hermano de Gun Shoot con una amplia sonrisa – aquí tendremos nuestra batalla.
-¿Qué demonios planean- Pregunto Robín – ¿Qué es lo que ganaran haciendo esto?
- Nuestra recompensa esta frente a nosotros – Le contesto – A nosotros no nos interesa el tipo rico ni la fiesta que echamos a perder. Nuestra verdadera misión esta mucho más allá de lo que ustedes se podrían imaginar. Nuestra labor dará inicio a un glorioso periodo de oscuridad, pero antes nuestro deseo es el de pelear en contra de ustedes.
Mientras hablaba, cinco armaduras japonesas se levantaron repentinamente y con una agilidad demasiado parecida a la de un gato, a pesar del peso que estas debían tener, y con sus respectivos escudos y espadas, se plantaron frente a los titanes, como si dentro de ellas se encontrase un fantasmal ocupante.
- Lo siento, me había olvidado que no me había presentado. Mi nombre es Puppet Master y ante ustedes les muestro mis habilidades.
Como siguiendo una orden inaudible, las armaduras tomaron sus espadas y comenzaron su ataque, atacando de frente a los titanes. A pesar de su peso, estas se movían con agilidad sorprendente, dando ataques por doquier; pero con la misma velocidad con la que atacaron, estos se dejaron caer en el piso.
- No se entretengan con esos monigotes de baja calidad – Dijo Puppet Master – Se supone que esa era la presentación. Ahora es cuando pelearemos. Yo escojo a Star Fire y Raven, mientras que mi hermano Gun Shoot peleara con los muchachos, pero les advierto, ha estado muy impaciente últimamente.
Apenas había terminado de hablar, Shoot Gun se lanzo en contra en contra de Robín y le propino una patada en el estomago con tanta fuerza que lo saco de la habitación por la fuerza del golpe.
- ¡TOMA ESTO MALDITO! – Cybor lo con todas su fuerzas en el estomago, pero este no se inmuto, y ni siquiera fue capaz de derribarlo con el golpe.
- Buen golpe – le dijo Gun Shoot con una mueca de burla – pero me temo que fue demasiado blando para mí. Si querías derribarme, entonces debiste darme un golpe como este.
Gun Shoot le regreso el golpe, y lo mando a volar al otro extremo de la habitación, estrellándose contra la pared recibiendo encima una gran variedad de objetos de la colección, que para su desgracia resultaron de los mas pesados del lugar. La intención de Gun Shoot era el de seguir golpeando a Cyborg, pero nuevamente fue golpeado esta vez por la espalda, y debido a la sorpresa del ataque esta vez termino en el piso. Al voltear pudo ver un feroz gorila verde que abalanzándose sobre el, pero esto le divirtió y antes que se abalanzase sobre el se puso de pie en un salto.
- Veamos si esto te enseña a no atacarme a traición – Gun Shoot saco un láser de su gabardina y con un disparo le basto para mandarlo a volar. En cualquier otro momento, seguramente hubiese atacado al Chico Bestia con su láser hasta el aburrimiento, pero tuvo que abandonar esta idea al ver a Robín, con energías renovadas, atacándolo con furia que lo obligo a guardar su arma y seguir con una pelea cuerpo a cuerpo. Al principio estuvo seguro que su anterior golpe lo había dejado demasiado debilitado para ser un peligro, pero se dio cuenta de su error al ver la forma decidida con que golpeaba y se dio la mayor de las humillaciones para el rival de los titanes, cuando con una patada en las piernas fue derribado nuevamente. El ser derribado era algo normal en una batalla, e incluso Gun Shoot había terminado en el piso con anterioridad, pero tres veces, en un mismo combate era impensable. Se percato que los otros dos titanes se estaban recobrando y se unirían a la pelea. No podía tolerarlo. A pesar de las ordenes que tenia, era momento de dejar, al menos a uno de ellos, fuera de combate.
Mientras esta pelea se desarrollaba, las chicas estaban en una situación terriblemente parecida, en su pelea que se desarrollaba de forma paralela.
-¡ROBIN- Grito Star Fire al ver como Gun Shoot había lanzado fuera de la habitación a Robín haciendo uso de una patada, y al instante trato de ayudarlo, pero fue detenida por al menos una docena de espadas y cuchillos que flotaron directamente frente a ella para detenerle el paso.
- Si mal no recuerdo- le dijo Puppet Master reprendiéndola – acabo de decir que tú, pequeña tamaraniana, vas a pelear conmigo. Si quieres ayudarle, entonces solo debes derrotarme. Pero yo me daría prisa, porque el pasatiempo favorito de mi hermano es el de romper los huesos de sus enemigos derrotados.
Los ojos de Star Fire brillaron con intensidad y con sus poderes destruyo sin dificultad las espadas que le rodeaban, y con un fuerte grito de furia se lanzo contra Puppet Master, atacándole con sus poderes, pero contrincante no tuvo ninguna dificultad para esquivarlas.
- Vamos, Es obvio que puedes hacerlo mejor- se burlo Puppet Master- ¿Acaso no deberías saber que no es bueno atacar de forma tan tonta a tus enemigos?
Puppet Master parecía ponerse en guardia para atacar, pero una enorme garra oscura salio del piso y lo atrapo, apretándolo con gran fuerza. A su lado pudo oír a la responsable de su captura.
- Para alguien que habla tanto, no eres tan listo, por lo menos no lo suficiente para saber que jamás se debe ignorar a un contrincante.
-Por el contrario, estimada Raven, jamás ignoro a un contrincante – Como si hubiese dado una orden, cuatro balas de cañón, todas ellas de dieciocho libras salieron del piso con una fuerza tal que derribaron a Raven sin necesidad de haberla tocado. Antes que se diera cuenta, no podía hacer otra cosa mas que defenderse de los devastadores ataque que le propinaba su enemigo – De hecho, siempre me muestro mas cauteloso con el adversario que tengo a mis espaldas.
Star Fire siguió atacándole, pero era inútil. No importaba si lo atacaba con sus esferas de energía, con los rayos de sus ojos o si trataba de golpearlo con sus patadas y puños, Puppet Master no solo esquivaba los ataques ya sea creando un escudo improvisado con lo que tuviese cerca o simplemente evadiéndolos, sino que también se burlaba, de la forma mas terrible de la joven tamaraniana, con el aparente propósito de enfurecerla. Star sabia que estaba sola contra el, ya que Raven era atacada desde cuatro frentes y los chicos parecían tener problemas con Gun Shoot.
En medio de su pelea escucho un ruido desgarrador. Un terrible grito de sufrimiento de la persona que mas quería le helo la sangre a Star Fire de una manera que no se había imaginado. Al voltearse, pudo ver a Shoot Gun a espaldas de Robin, pero el primero tenia doblado el brazo del segundo a sus espaldas y además lo tenia arrodillado, gritando por el sufrimiento. Ya había sido victima de este movimiento con anterioridad, cuando Slade se lo aplicaba para dejarlo inmóvil, pero en esta ocasión fue distinto, no solo en la velocidad y la fuerza, sino también con el propósito. Gun Shoot le aplico esa llave, doblarle el brazo con la espalda, no para dejarlo inmóvil, sino para zafarle el hombro de un solo movimiento, propósito que se concreto sin ninguna dificultad. Pero no se contuvo ahí, ya que apenas este se puso de rodillas, le propino un segundo golpe bestial en el hombro que le quedaba intacto, dejándolo en las mismas condiciones deplorables. De entre los gritos de Robin, sobresalían los gritos de sus amigos sorprendidos, en especial de Star Fire. Trataron de ayudarle, inspirados principalmente por la ira, pero la fuerza y la velocidad de su adversario crecieron de forma alarmante, propinándole una paliza a cada uno. En tanto que Puppet Mastes parecía aprovechar la sorpresa que esto causo para divertirse un rato.
- Que lastima – dijo Puppet Master con una horrible mueca de cinismo – Es demasiado tarde. Pero no te preocupes, ya que es probable que solo le haya roto el brazo en tres partes o incluso solo le zafo el brazo. Solo es necesario que repose…si es que no decide arrancarle el brazo.
Puppet Master no continúo con sus crueles palabras. Antes de que continuase, dio un grito de dolor y fue arrojado hasta la pared contraria. Atrás de el se encontraba Raven, con sus ojos brillando y sus manos emanando su energía oscura. En el piso se encontraban tres balas de cañón agrietadas, casi al punto de reducirse en polvo, mientras que la cuarta estaba a un lado de Puppet Master, quien mostraba algunas manchas de sangre en la cabeza y sus lentes oscuros estaban completamente destruidos, pero el mayor daño se encontraba en su orgullo. Había sido humillado, sin duda era una mala noche para el y su hermano. Era el momento de acabar con los juegos de una vez por todas.
Toda la habitación comenzó a temblar, y todos los tubos y cables detrás de las paredes salieron y comenzaron a girar alrededor de Puppet Master, acompañados de los cuchillos, lanzas, cañones y otros objetos que todavía quedaban en la habitación. Los ojos de este brillaban con furia y su cuerpo se cubrió, para la sorpresa de quienes lo vieron, de una energía oscura muy parecida a la de Raven. Todo indicaba que se preparaba para un terrible contraataque. Pero entonces todo se calmo. Todos los objetos que estaban a su alrededor cayeron al piso y su rostro reflejo esa molesta sonrisa llena de cinismo mientras guardaba lo que quedaba de sus lentes dentro de su traje.
- Lastima, se nos acabo el tiempo. Gun Shoot, es hora de irnos. – casi de forma inmediata, su hermano saco nuevamente el láser que tenia entre sus ropas y disparo al techo, con una fuerza muy superior al que uso para derribar al Chico Bestia, dejando un enorme agujero en el techo. Acto seguido, el piso que rodeaba a ambos comenzó a levitar hasta quedar a una distancia aproximada de un metro sobre las cabezas de los titanes. Fue en este momento en que nuevamente Puppet Master hablo
- No se preocupen, nos veremos muy pronto y nos divertiremos mucho mas tiempo. Por ahora no olviden nuestros nombres: Somos Gun Shoot y Puppet Mastes y nos conocen como "Los soldados del Caos" – Apenas acabo, se elevaron con gran velocidad y salieron por el agujero que habían dejado.
- ¡NO LOS DEJEN ESCAPAR! – alcanzo a gritar Robin, mientras trataba de levantarse sin éxito. Star Fire, Raven y el Chico Bestia transformado en ave se lanzaron en su búsqueda, alcanzado a ver como se alejaban con una velocidad que no era demasiado grande. No les tomo demasiado trabajo acercarse a ellos, e incluso Star Fire les estaba atacando, algo que al parecer llego a sorprender a los llamados "soldados del caos". Pero algo ocurrió. Cuando ya estaban muy cerca de ellos, el cielo se enrojeció por unos instantes y a lo lejos vieron acercarse un rayo de luz a una velocidad extraordinaria, el cual nunca llego a impactarse con ninguno pero el solo impulso derribo a los tres sin dificultad.
- ¿Vieron lo mismo que acabo de ver? – Pregunto incrédulo el Chico Bestia.
- No fuiste el único que fue afectado por ese rayo – le contesto Raven – y quien lo haya causado debio tener un arma muy poderosa – al voltear a su espalda, pudo ver como no demasiado lejos de ellos se iniciaba un incendio.
- Oigan, ¿Donde se metieron esos dos? – Star fire voló por los aires con la esperanza de encontrarlos, pero no importaba donde fijase la mirada, no quedaban rastros de ellos. Los soldados del caos habían escapado.
Al regresar, pudieron ver a Robin con la movilidad del brazo recuperada. Cyborg se había quedado para averiguar que tan terrible había sido el ataque a su brazo y se alivio al comprobar que no había ningún hueso roto, y que solo requería un reajuste, muy doloroso hay que decirlo.
- ¿Los atraparon? – Fue lo primero que dijo a ver a sus compañeros
- Lo lamento – la voz de Star Fire mostraba una terrible pena – se escaparon.
- Al parecer tienen mas cómplices – dijo Raven – estuvimos muy cerca de atraparlos, pero alguien nos ataco, distrayéndonos lo suficiente para que los perdiéramos de vista.
- No se porque no me sorprende – la voz de Robin tenían un enojo imposible de ocultar.
- Anímate Robin – dijo el chico bestia – por lo menos logramos evitar que se salieran con la suya. De no haber llegado a tiempo quien sabe lo que hubieran hecho.
- Es cierto – le siguió Cyborg – evitamos una masacre segura. Sin duda alguien reconocerá eso a pesar que no pudimos detenerlos.
Entonces pudieron oírlo a lo lejos. Era la voz de una hombre que aparentaba los cincuenta años, con un cabello totalmente cano y algunas arrugas en el rostro, especialmente alrededor de los ojos. Vestía un elegante traje de gala, sin duda hecho para la ocasión. Gracias a la televisión pudieron reconocerlo como Randolph Titus en persona, pero no parecía estar contento por estar con vida. En cuanto se acerco a los titanes dirigió sus ojos llenos de ira contra Robin, que se encontraba de un humor parecido.
- Espero que estén satisfechos – dijo Titus con ira contenida – han causado daños en mi mansión y a mis apreciados artículos, muchos de ellos invaluables. Por mi, ahora mismo me encargaría de sacarles hasta el ultimo centavo como compensación pero… - su vista se poso por un momento en Raven y luego regreso al líder del grupo – se que les debo mi vida, así que dejare pasar esta situación. Solo espero que el futuro sean más cuidadosos y que nunca se acerquen de nuevo alguna propiedad mía.
- Bueno, al parecer no falta el desagradecido que ve el lado negativo de los hechos –dijo el Chico Bestia mientras veían como desaparecía Titus entre los policías y las ambulancias, todo un equipo que llego esperando lo peor.
A los soldados del caos les tomo cerca de una hora llegar a su base. Frente a ellos, se encontraba el Uroloki, portando su yelmo en forma de dragón y mas importante todavía, su señor. Portando su mascara blanca por la que apenas se podían ver los ojos de su portador y con su guadaña con cabeza de serpiente. Fue este el que les dio la una cordial bienvenida.
- Díganme, ¿Cómo les fue?
- Nada mal – Fue la respuesta de Puppet Master, la cual tardo demasiado en llegar.
- ¿Qué clase de respuesta es esa? – contesto el Uroloki, dando señas de enojo – ustedes como soldados del caos, el brazo armado del concilio, tienen el deber de preparar el terreno de nuestra gran revelación, y sin embargo la batalla que presenciamos fue patética. Algo me dice que ustedes dos no bastan para esta labor…
- Señor – interrumpió Gun Shoot – nosotros somos mas que suficientes para esta labor, no es necesario que llamen…
- ¡BASTA- solo es necesario una orden de hombre de la mascara blanca para que la discusión se vea interrumpida – No es necesario una discusión por algo tan tonto. Todo va a la perfección y esta no fue más que una presentación. Lo único que espero que no tenga que volver a prestarle mi ayuda en una persecución – ambos hermanos bajaron la mirada en señal de vergüenza – ahora retirémonos, que aún tenemos mucho que hacer.
