Los jóvenes titanes no me pertenecen ni me pertenecerán nunca, de hecho si así fuera seria muy rico. Esta historia es completamente algo que escribo sin ninguna clase de compensación y no espero llegar a tenerla nunca, es mas, mientras le guste a alguien es más que suficiente para mi.
Lo que esta entre líneas punteadas son Flashback, mientras que líneas normales son eventos que ocurren en otra parte.
Un día en el parque
Star Fire estaba sentada en el parque. No era uno de esos días que destacase por su belleza, pues las gruesas nubes hacían que fuese uno bastante deprimente. Usualmente ella vendría con sus amigos, deseosa de pasar el tiempo con ellos y divertirse o tener un día de campo. Ese día sin embargo, lo que ella deseaba era alejarse de ellos, mantenerse lejos de la torre, tratar de relajarse de ese horrible ambiente que se estaba formando.
No había nadie cerca, lo que no le extrañaba pues parecía que tarde o temprano llovería, aunque no hubiese nada que indicase eso. Por alguna razón, había algo en el ambiente que no la hacia sentirse peor, aun mas deprimida de lo usual. Exhalo profundamente y siguió perdida en sus meditaciones. Con la aparición de Redrum, Robin estaba empeorando, regresando a los tiempos de antes, cuando Slade casi hace que cayera en el fondo. Cada día estaba peor
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- ¡Maldición! Nada de nuevo.
Robin estaba molesto, realmente molesto. Era el cuarto día posterior al ataque de Redrum y la búsqueda de pistas estaba siendo un verdadero desastre. Como solía ocurrir con todo lo relacionado con ellos, nadie había visto ni escuchado nada, pero por lo menos se tenían ciertos antecedentes de Gun Shoot y Puppet Master, pero Redrum parecía haber nacido completamente de la nada. No había ni un solo registro, nada oficial.
Había pedido a Cyborg que analizara uno de los cuchillos que había dejado abandonado en la escena. Obviamente no existía nada que revelase algo sobre su autor, pero esperaba encontrar algo que hiciera que su dueño destacase, cualquier cosa que revelase su procedería o sus contactos. Todavía no había terminado sus análisis y no se podía imaginar porque.
Star fire estaba en la cocina, observando como Robin estaba como loco investigando por la computadora, buscando en todas las cámaras de dentro y fuera del edificio. Ya ni siquiera intentaba ponerlo de buen humor, sobre todo después de lo que le dijo Raven.
Ella entro a la habitación con Chico Bestia, habían vuelto de un patrullaje por la ciudad. Raven fue demasiado lastimada con la espada de Redrum y quedo inconsciente por al menos un día mientras sus heridas se cerraban. Eran muchas pero muy finas, sangraban profundamente y sin embargo se curaron con suma facilidad. Cuando ella despertó aseguro que había visto uno mas, un observador que se mantuvo oculto. Robin logro encontrar las cámaras de vigilancia pero todas habían sido destruidas. Sin embargo le creyó, sin duda debía ser uno mas que se encontraba oculto, le parecía imposible pensar que no hubiesen más.
- Como era de esperarse, no encontramos nada, solo unos tipos que trataron de robarse boletos para el juego de la próxima semana – Dijo el Chico Bestia mientras se tiraba al sillón.
- No existe nadie, absolutamente nadie que sepa de la existencia de los soldados del caos, por lo menos no mas allá de lo que mostraron las noticias. De hecho, casi todos con los que hablamos estaban convencidos que estaban muertos. Al parecer su presencia era pésima para las actividades de otras bandas.
Star observo un rato a Raven. Ella, junto con Robin, los que se mostraban mas irritados por todo lo que ocurría. Claro, Raven no lo demostraba, nunca lo hacia y no era de las que lo hacían, pues de todos ellos ella era la que mas suprimía sus emociones. Sin embargo, después de conocerla algún tiempo llego a conocerla y podía sentir cuando ella se ponía de mal humor.
- ¿Encontraste alguna referencia de ella?
- Nada. Parece que no había dejado ni un rastro de ningún tipo. Existen algunos registros de algunos asesinatos sospechosos pero son demasiado vagos o no tienen nada que ver con cuchillos o espadas.
Por un momento el rostro de Raven se puso mas serio, y apretó con fuerza su puño. Unos pequeños rayos negros salieron de su puño. Parece que solo ella se dio cuenta, pues el Chico Bestia estaba buscando algo para beber, mientras que Robin todavía usaba la computadora.
- ¿Qué me dices de los análisis del cuchillo? – Continuo Raven - ¿Están listos?
- Ahora lo están.
Todos voltearon a ver a Cyborg que traía consigo unos papeles. Robín fue el primero en hojearlos. Su expresión se puso mas seria mientras veía los análisis de Cyborg y aun mas cuando escucho sus explicaciones posteriores.
- Creo que es momento de visitar a cierta persona… si es que no esta en prisión todavía.
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Star Fire miraba al cielo. No había ningún rastro del sol o que tarde o temprano habría cielo despejado. Todo se mostraba sumamente triste. Star Fire también se ponía cada vez más triste.
En el tiempo en que había estado en la tierra había vivido muchas experiencias con sus amigos, muchas de ellas muy buenas, pero también algunas muy malas. Últimamente parecía que las malas se iban amontonando una encima de la otra. Todavía tenia en la mente al ver a sus amigos en el hospital. Bumblebee fue la única de los titanes del este que todavía podía hablar después del ataque y fue la que efectivamente identifico a Redrum como la causante. Los demás no podían hablar, seguían inconscientes, y no hubieran estado, tampoco habrían hablado mucho, pues les había lastimado seriamente la mandíbula.
Robin fue el primero en patrullar en busca de pistas. Existió el rumor que un grupo de vagabundos había visto a tres personas salir del teatro. Los interrogo y logro averiguar que se habían ido por el norte. Fue la única pista que encontraron, todo lo demás fueron rumores o pistas falsas. Star estaba comenzando a preocuparse por el hecho que parecía que Robin quería usar métodos mas violentos para obtener información. Incluso ella esperaba que Titus diera información útil y con ello lo calmase un poco y poder atraparlos rápidamente. Sin embargo no lo fue.
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- ¿Por qué no me sorprende que estén aquí?
Titus estaba reclinado en su sillón y con sus pies sobre el escritorio. Tenía apariencia de no haberse afeitado en días y estaba vestido con una bata de baño azul con lunares amarillos. En su escritorio encontró un vaso de cristal con pequeños rastros de agua. Star Fire se imagino que hace unos momentos se trataba de hielo y la apariencia actual del antiguo presidente de corporación Fénix, tenía una idea de cual era su antiguo contenido.
- Ojala me hubieran avisado – dijo mientras se ponía de pie y se arreglaba un poco – me atraparon en el peor momento posible.
- En realidad no se nota – contesto el Chico Bestia tratando de ignorar el mal olor que emanaba todo el lugar.
- Lindo comentario ¿Pueden darme diez minutos para que me de un baño o quieren decirme un par de sarcasmos mas?
- No estas en condiciones de pedir favores.
Titus levanto la cabeza y pudo ver a Raven flotando encima de el. Solo la miro un momento y pareció que de su cabeza desapareció cualquier clase de resistencia. Se sentó nuevamente en su sillón y comenzó a hablar.
- Honestamente no se porque están aquí. Pónganme al tanto si quieren, pero no creo que sea de mucho ayuda… hay no, ya se a que vinieron, pero se los aseguro, nunca hice ningún trato con el maldito Slade.
- Slade no ataco el teatro – Le interrumpió Robin – fueron los soldados del caos.
El rostro de Titus se petrifico por completo. Su rostro reflejaba miedo, su mandíbula comenzó a temblar y comenzó a sudar sin control.
- Se suponen que estaban muertos… Hasta en el maldito noticiero dijo que Gun Shoot se hizo cenizas... ¡HUBO UN MALDITO TESTIGO!
- Nadie vio morir a ninguno de ellos – Interrumpió Raven – esas fueron conclusiones que sacaron las noticias y lo que todo mundo quiso pensar. Pero no fueron ellos, fue alguien más.
- Hubo un tercer soldado – continuo Robin – era una muchacha como de nuestra edad. ¿Qué puedes decirnos?
- Nada, no se absolutamente nada.
- Creo que si hay algo en que nos puedes ayudar.
Cyborg se acerco y puso frente a el un cuchillo. Era delgado, con un diseño curveado y con un pequeño ojo dibujado en el mango, pero si algo se caracterizaba en era que su hoja estaba completamente oscura.
- Estuve analizándolo durante horas, pero no pude encontrar ninguna impureza que me facilitase el análisis. A pesar de su tamaño es peligrosamente filoso, ese pedazo tan pequeño puede atravesar sin problema una placa de acero de siete centímetros si se aplica la suficiente fuerza, y la hoja no se vera afectada. El color del metal es completamente natural y su procedencia es desconocida. La única forma de tener un metal como este es por medio de un laboratorio o sacándolo del espacio, ya que lo poco que pude investiga me da la posibilidad que ni siquiera sea terrestre, mientras que el filo podría haberse hecho con láser.
- Muy interesante muchacho, pero no me miren a mi – respondió Titus después de examinar brevemente la hoja – es la primera vez que veo esta cosa en toda mi vida.
- El dueño de este cuchillo tiene muchos mas, de lo contrario no lo habría abandonado – dijo Robin de una forma que ya denotaba enfado – Si tienes la mas mínima información, mas te vale que la compartas con nosotros.
Titus quedo observando a los titanes un rato en silencio. Por un momento fijo su mirada en Star Fire, una mirada que parecía reflejar humildad. Levanto su rostro nuevamente para ver a Raven y finalmente consiguió hablar.
- Escuche un rumor, hace un tiempo. Se hablaba acerca de una asesina, una del tipo de las que trabajan por dinero o favores. Se suponía que se trataba de una chica joven que se caracterizaba porque mataba con cuchillos y antes de atacar cantaba….
- ¡Es ella! – Exclamo Robin – Es Redrum ¿Qué más sabes?
- Eso es todo. Se supone que es uno de esos rumores que nacen dentro de los círculos en donde trabajaba ilegalmente cuando era alguien. Solo se contaba además que si pierdes contra ella, podía ocurrir que te mataba o te quitaba algo de valor. Aunque también se decía que su verdadera identidad es una modelo noruega sexy o un hombre muy afeminado y que para contratarlo tenias que averiguar su nombre y decirlo tres veces.
- ¡Esto no es una maldita broma¡Esa maldita lastimo amigos muy apreciados y no nos dices lo que sabes…!
Robin fue interrumpido, no con palabras sino con un poderoso rayo que atravesó una de las paredes e hizo pedazos el escritorio que estaba frente a ellos. En cuanto se despejo el polvo y vieron el enorme agujero que se había formado en la pared, tres figuras se presentaron ante ellos. En un principió ninguno de los titanes creyó lo que veía, pero la verdad era evidente.
- ¿Qué están haciendo ustedes aquí? – pregunto Robin de forma retadora
- Eso mismo deberíamos preguntarles a ustedes – fue la respuesta de Jinx, poniéndose en guardia, casi esperando que se diera inicio a una pelea.
- ¿Por qué no se largan, pedazos de tontos, o acaso quieren que les pateemos el trasero primero? – continuo Gizmo, mientras que Mammoth se preparaba detrás de el para comenzar a pelear.
- Los únicos traseros que serán pateados son los de ustedes – Cyborg se puso en posición, olvidando como todos los demás, que se encontraban en un estudio no muy grande.
Starfire se dio cuenta que había mucha tensión en el lugar, demasiada. No podía entender que hacían los alumnos de Hive ahí, dentro de la casa de Titus. Se dio cuenta que algo estaba muy mal. La tensión que existía en el lugar crecía rápidamente y se volvía sofocante. Lo peor era el entender de donde venia la parte más sofocante de la tensión.
- Bajen la guardia…. No me harán ningún daño.
Para sorpresa de los titanes, Jinx, Gizmo y Mammoth obedecieron, no sin expresar su malestar. Lentamente, Titus, con un porte orgulloso que todavía mantenía, se paro frente a ellos. Robin ya tenía una mala opinión tanto de ellos como de Titus. Ahora era mucho peor.
- Creo que tú has de saber que están haciendo ellos aquí. ¿O acaso me equivoco Titus?
- Ellos están aquí para hacer lo que ustedes se negaron a hacer…. Protegerme.
- ¿Pero como es que pudiste…?
- ¿Qué te importa cabeza hueca? – fue la respuesta inmediata de Gizmo, pero al final de cuentas, Titus decidió hablar.
- Fue un trato. Su ultimo robo fue a una de mis fabricas y todavía tenia suficiente poder para encargarme que tuvieran una condena ejemplar. Sin embargo, por ciertas circunstancias y antes que fuera oficialmente¿Cómo decirlo en palabras suaves, fregado por gobierno, me encargue de hacerme con todo el dinero en efectivo para mi y ofrecí a estos chicos retirar todos los cargos a cambio por que me protegieran por unos días, además que les daría una generosa contribución en efectivo. Claro, soy el único que sabe donde oculte el dinero y también tengo otras medidas para evitar traiciones.
- Y siendo honestos, vaya que inspiro muchísima lastima – Respondió Jinx burlonamente – Prácticamente nos suplico que lo protegiéramos de unos pandilleros que lo llevaron a la ruina y que lo golpeaban y humillaban. Nunca nos imaginábamos que se tratarían de ustedes. ¿Acaso cambiaron sus métodos para luchar contra el crimen?
- ¿Cómo te atreves!
Robin avanzo pero frente a el se puso Mammoth, en posición de ataque. En ese momento la tensión que existía hubiera podido cortar en pedazos una hoja de papel desde lejos. En cualquier otra circunstancia ambos grupos hubieran podido comenzar a pelear en ese mismo instante.
- Robin, no quiero que pienses que esto fue intencional para provocarte, y ustedes bajen la guardia. Voy a decir unas cosas pero los quiero presentes como testigos.
Titus tomo su sillón y lo puso en medio de ambos grupos. Su expresión era la que muchos llegaron a conocer, el de una frialdad casi inquebrantable, su segunda mas conocida después del cinismo.
- Como decía, no conozco nada de la tal Redrum, ni conocía hasta ahora su nombre, y lo que se lo se por rumores, de hecho lo que ustedes consideraron como unas malas bromas son rumores que si llegue a escuchar. Es mas, si les preguntas incluso a Mammoth, el te dirá que incluso hubo gente que llamo a Hive preguntando si podían contactarla – Se detuvo un momento. Miro hacia arriba y suspiro un momento antes de continuar – Ya no hay nada en que pueda ayudarles. Mi compañía se fue, la burocracia es lo único que impide que vaya a la cárcel y me acabo de dar cuenta que lo único cercano a mi son estos criminales para que me protejan. Dicen que en los momentos de crisis es cuando descubres a tus amigos. Díganme con honestidad¿Cuántos amigos creen que tengo?
Miro hacia arriba nuevamente, esta vez dirigiendo su mirada a Raven. Saco un reloj de su bolsillo y lo contemplo de forma breve. Luego lo guardo con cuidado antes de concluir.
- Como sabrán todos mis documentos y papeles ya no están conmigo, sino en manos del departamento de justicia. Todo lo que quieran saber esta ahora con ellos. Ahora, si no les es molestia, lárguense de mi vista y no vuelvan nunca más.
Star Fire lo contemplo con cuidado. Cuando lo conoció era un hombre sumamente desagradable, lleno de cinismo y orgullo hacia si mismo, con una sonrisa que causaba malestar y cuando les dio el control con el que violo su seguridad, llego incluso a mostrar cierta autoridad. Ahora no era mas que un despojo, una sombra de si mismo, que inspiraba lastima cuando antes llego a inspirar temor. Era un ser odiado por todos, e incluso se entero que casi todos sus abogados habían renunciado. ¿Realmente el era Randolph Titus?
- Vamonos, No hay nada que hacer aquí.
- Hey Cyborg, cuando quieras puedes venir con nosotros.
Star Fire no vio cual fue su reacción, pero la realidad es que ella solo quería irse, pero fue cuando se alejaba que vio algo que llamo su atención. No lo vio cuando entro, y es probable que nunca hubiera tomado la molestia de verlo en otras circunstancias. Era una fotografía con aspecto de tener cierta antiguedad, de un tamaño normal. Sus amigos se fueron yendo, pero ella se quedo observándola por un momento. Era una de esas fotografías que no destacarían demasiado si hubiera estado en cualquier otra persona. En ella había una niña, una niña de unos nueve años sonriendo. Tenía el pelo corto, muy parecido al de Raven pero de color castaño, usando un uniforme escolar de la época. Se encontraba en el campo y parecía que acababa de correr. No había forma de saber porque reía, pero en medio de cientos de tantas fotografías del mismo Titus en ceremonias, era algo que realmente desentonaba.
- ¿Te gusta la foto?
Star Fire volteo para ver a Titus, quien ahora se encontraba solo. Sin duda los ex alumnos de Hive se fueron por el agujero por el que entraron. El solo avanzo solo unos cuantos pasos antes de detenerse cerca de Star Fire.
- Contra lo que te lleguen a contar, hasta el mas cruel y repugnante de los hombres sigue teniendo un rasgo de humanidad – Titus saco un pañuelo y dio una pequeña limpieza a la imagen – Sabes, muchos dicen que para avanzar tienes que olvidarte de tu pasado… Sin embargo, a veces tu pasado es lo único que impide que pierdas la cabeza.
Titus tenia una mirada melancólica, la foto realmente lo estaba afectando.
- Vete, tus amigos te están esperando.
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El interrogatorio de Titus no sirvió de nada. Robin los dividió para buscar por todas partes, pero todos sabían que no obtendrían grandes resultados. Star se estaba sintiendo cansada, por momentos confundida. Cyborg y el Chico Bestia trataron de calmarlo, trataron de recordarle que con perder el control no lograría nada y que ellos no saldrían de su guarida si se volvía loco, pero no escuchaba. Lo peor era que no contaban ahora con la ayuda de Raven. Por alguna razón no parecía sentirse muy bien, de hecho parecía estar de muy mal humor y en ocasiones parecía que se encontraba muy impaciente.
Ella había decidido hablar con el. Mientras miraba el suelo con su rostro pensativo, no podía evitar recordar la conversación que habían tenido.
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- ¡No necesito relajarme¡Lo que necesito es atrapar a esos malditos!
- Robin, cálmate por favor.
- ¿No recuerdas lo que le hizo a Bumblebee, Speedy y los demás!
- Si Robin, no tienes que…
- ¡La forma como se burlaron de nosotros! Raven tuvo mucha suerte, todos nosotros tuvimos suerte.
- Robin…
- Lo que ella te hizo… Esa maldita, se ha burlado de todos nosotros y no descansare hasta…
-¡BASTA ROBIN! – el grito de Star Fire fue tan fuerte que se escucho por toda la torre - ¡NO HE OLVIDADO LO QUE LE HIZO A NUESTROS AMIGOS¡NO HE OLVIDADO LO QUE ME HIZO, PERO TAMPOCO HE OLVIDADO LO QUE HAS HECHO!
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Sintió un punzante dolor en el estomago, que la hizo doblarse en su asiento. Han pasado días y todavía le molestaba el golpe. No, no era el golpe. Se había ido de la torre a gran velocidad y se había ido directamente al parque. Necesitaba irse de ahí.
- ¿Te duele el estomago? Si es así, creo que tengo algo aquí.
Star levanto la cabeza y frente a ella estaba una chica revisando una vieja mochila. Poco después saco de esta unas pastillas y se las ofreció a Star
- Toma – dijo amablemente – Espero que te sirva, aunque para ser honesta nunca me funciona muy bien. ¿Es una indigestión lo que tienes? Porque a mi me llegaba a dar muy seguido cuando llegue a la ciudad. Por favor perdóname, me pongo nerviosa cuando conozco gente nueva.
Star miro con atención a la chica que estaba frente a ella. Su cabello era de lacio, de color negro y apenas llegando a los hombros. Vestía una playera gris con dibujos de animales, unos pantalones azules y unos tenis gastados. En ese momento su rostro mostraba preocupación, pero parecía que por lo general mostraba esa misma clase de optimismo que parecía tener Star Fire la mayor parte del tiempo.
- Gracias, pero estoy bien – contesto Star amablemente - el dolor ya paso.
- No estaría tan tranquila – le respondió la chica – Creo que deberías revisarte con un medico, siempre puede ser…
La chica se detuvo un momento. Luego la miro un rato y río brevemente mientras se rascaba la cabeza.
- Disculpa, no quiero ser un fastidio. Es una mala costumbre que tengo, solo tomo mis cosas y…
- No te preocupes. No eres ninguna molestia, de hecho es bueno tener algo de compañía.
- Me alegra escuchar eso – la chica sonrío con una hermosa sonrisa – No suelo socializar mucho y cuando lo intento llego a molestar a la gente. Nunca fui una chica muy popular que digamos.
Star pone una pequeña sonrisa. Con todo, la chica le estaba cayendo bien.
- Me llamo Star Fire
- Te conozco – le contesto – te vi por las noticias por primera vez hace un año. Realmente te admiro desde hace mucho tiempo y me alegra que no prefieras dejarme abandonado. Me llamo Jessica, y es un gran placer conocerte en persona.
- ¿Buscas a alguien?
Robin estaba buscando a Star por toda la torre. Habían tenido una terrible pelea y ella se había ido. Cuando ella se fue, el no fue a buscarla, simplemente siguió trabajando. No se dio cuenta cuanto tiempo paso antes de que se diera cuenta de lo que había hecho. Comenzó a buscarla por la torre pero no la encontró. Cuando fue a la sala, se encontró a Raven, la única titan que se encontraba en a torre. Últimamente se estaba comportando de una forma mas sombría de lo normal, y en ese momento se encontraba sentada en el sillón. No estaba mirando televisión, no meditaba ni leía su libro.
- ¿Dónde están todos?
- Chico Bestia y Cyborg se fueron al cine. Al parecer te lo dijeron desde hace horas pero no puedo evitar pensar que ni siquiera te diste cuenta. De Star no tengo idea, creo que después de se pelea.
A Robin se le helo la sangre al oír eso. Por un momento titubeo, pero luego tuvo que hablar.
- ¿Cómo te enteraste?
- ¿Cómo no hacerlo? Sus gritos se oyeron por toda la torre. Creo que en toda relación suele existir alguna pelea pero ustedes parecían estar al borde de una guerra.
- Debes comprender que…
- Te comprendo perfectamente. La prioridad es atrapar a los soldados, sobre todo a Redrum y mientras nos enfoquemos en eso, lo lograremos tarde o temprano – En cuanto le dijo esto ella volteo y miro a Robin a los ojos.
Robin se quedo en silencio. Había algo en la mirada de Raven que le incomodaba.
- No te preocupes, ella regresara mas tarde. Creo que solo fue a buscar algo de aire fresco y quitar de la mente lo que acaba de ocurrir. Mientras que tu, debes regresar a tu investigación… y tal vez pensar en como disculparte.
Robin asintió. Solo esperaba que Star estuviera bien.
Star Fire se estaba divirtiendo. Jessica resulto ser alguien sumamente agradable y de muy buenas intenciones. No podía evitar ponerse nerviosa de repente pero aun así era divertido pasar el tiempo con ella. Resulto ser alguien sumamente optimista y amaba con fervor la naturaleza. Sin embargo no podía evitar ponerse pensativa. Jessica se dio cuenta y le había llegado a preguntar el porque de su tristeza. Sorprendentemente, le contó todo.
- ¿Con que por eso pelearon? – Jessica se mantuvo muy seria por un breve tiempo, pero luego volvió a sonreír – El pobre Robin debe estar muy afectado. Sin duda le preocupas.
- ¿Cómo dices?
- Por lo que me has contado, el comenzó a portarse así a causa del ataque que te lanzaron. De alguna manera su impaciencia debió desbordarse al pensar que si lo hubiera deseado te podría haber hecho daño.
Star escucho lo que le decía, pero sin embargo no estaba completamente convencida, en especial porque el ya había actuado de forma horrible con anterioridad.
- … Sin embargo, creo que debe tratar de tranquilizarse – continuo Jessica - Debe entender que si se porta de esa manera no lograra nada. Mantenerse su mente equilibrada y mantener el control es algo que debe hacer. En ocasiones, en la búsqueda de hacer lo correcto, se pueden elegir los peores caminos, aquellos en los que no hay retorno y en donde te transforma en aquello que tratas de derrotar.
Mientras decía esto, su expresión no cambió. Mantuvo su sonrisa intacta y miraba con muchísima atención a Star Fires. Ella no pudo evitar decir lo que tenia en la mente en su momento.
- ¿No se porque te he contado esto? Apenas te estoy conociendo.
- Es mi don, o por lo menos para mi es un don. Me encanta escuchar a la gente y al parecer no es difícil contarme cosas. No te preocupes, que todo lo que llega a mis oídos nunca sale de mí. Mi padre dijo que serie una excelente psiquiatra si no fuera porque no me puedo acercar a nada relacionado con medicina. Un fracaso total, lo admito.
Star Fire esbozo una sonrisa. Para cuando se dio cuenta, llevaba un rato caminando con Jessica a su lado. Quien estaba a su lado no era ninguna clase de heroína ni tenia poderes de ningún tipo, simplemente escuchaba y charlaba contigo de una forma agradable.
- ¿Quieres jugar algo? – Pregunto de repente Jessica – creo que debe haber algún juego por ahí. Te enseñare todo lo que se, aunque no seria una lección muy larga.
Star Fire no lo pensó demasiado.
- Si amiga. Me gustaría divertirme un rato contigo
Jessica sonrío al escuchar eso. Luego tomo del brazo a Star y la llevo a los videojuegos mas cercanos.
Para cuando Star Fires se dio cuenta, ya estaba anocheciendo. El tiempo había pasado volando y junto con Jessica la había pasado realmente bien. Jessica se mostraba algo agotada, lo que no era extraño porque ella había sido la que había pasado mas tiempo jugando o dándole consejos a Star de cómo de debía jugar. La habían pasado muy bien pero era tiempo de retirarse.
- ¿No necesitas que te lleve? – pregunto Star Fire a Jessica
- No gracias. No lo tomes a mal pero no me puedo despegar del suelo sin que me ponga nerviosa. No te preocupes, vivo muy cerca de aquí y un taxi me será suficiente. Aunque tal vez si quisieras ir de compras o algo por el estilo, estaría encantada de acompañarte. ¿Te encontrare mañana en el parque de nuevo?
Star Fire la miro un momento y le dijo que si, para luego irse. Jessica la miro un rato mientras se alejaba y luego retomo el camino a casa. En ese momento hubiera deseado llevar una chamarra. Ya comenzaba a haber un poco de aire. Y esperar pacientemente a la mañana. Nada como tener a una amiga y ese sentimiento es aun más especial cuando se trata de la primera.
Star no tardo en llegar a la torre. Aunque todas las luces estaban encendidas, sabía bien que tanto Cyborg como Chico Bestia no se encontrarían en casa. Ya se habían comprometido a ir a una maratón de películas de ciencia ficción en el cine. Entro a la sala y se encontró a Raven, sentada y leyendo su libro.
- Ya era hora que volvieras.
- Estaba en el parque…necesitaba algo de aire fresco.
- Si, lo se. Sin embargo causaste que Robin se preocupara. Lleva horas esperándote.
Star Fire la miro por un momento. Nunca cambio de expresión mientras dijo todo esto, pero ella también tenia deseos de ver a Robin.
- Sabes, ha pasado algo curioso – Continuo Raven – desde la vez que vi a Redrum y ese otro de la mascara me siento algo extraña. Creo que debo meditar mas y relajarme un poco. Sin embargo no puedo evitarlo… necesito relajarme, al igual que Robin. Si, necesito un descanso.
Star Fire escucho todo lo que decía. Cuando Raven se cayo, se acerco a ella y se dio cuenta que estaba dormida. Al parecer Raven estaba muy cansada también, pero lo demostraba de otra manera. Con mucho cuidado la llevo a su habitación, a riesgo que luego se enfureciera con ella por entrar a su habitación. Camino por un momento por el pasillo y mas pronto de lo que hubiera deseado se encontró con Robin.
Estaba parado frente a ella, y en su rostro se reflejaba el arrepentimiento. Star quiso pasarlo de largo, pero Robin la detuvo.
- He sido un estupido... Lo siento.
Star Fire volteo a verlo. En el rostro de Robin parecía haber una suplica, una para que lo perdonase. Ambos se quedaron viendo un momento y comenzaron a hablar, en voz baja. Fue una conversación larga, que termino antes de que los demás regresaran del cine. Al final todo concluyo con un abrazo. Todavía debían arreglar muchas cosas, pero tenían verdaderos deseos de arreglar la situación.
Fue un buen abrazo, y Star derramo una pequeña lágrima. Ella se sentía muchísimo mejor. Esperaba que poco a poco las cosas se pusieran mucho mejor.
Puppet Master no durmió en toda la noche. Hace días que habia dejado de dormir con normalidad, exactamente desde el día que había escuchado la noticia que Redrum vendría. Se quedaba sentado en un sillón, en ocasiones leyendo, en otras mirando al vacío, esperando que finalmente cayera dormido, cosa que en ocasiones ni siquiera llegaba a pasar. Esa fue una de esas noches, sentado frente en una silla, con un libro recién comprado con apariencia de usado, mirando la puerta de la habitación de Redrum.
Sin duda era un caso singular. Ella tenia una posición de primera dentro de la Legión, tal vez la tercera mas importante, solo por debajo de su señor y el Uroloki, con solo pedirlo podía tener una habitación propia donde quisiera, cercana a sus señores, que demonios, podrían darle la casa de Titus si tan solo lo pidiera; sin embargo decidió vivir con ellos. Su excusa: quería tenerlos vigilados de cerca.
No sabía porque no apartaba su vista de ella. Posiblemente lo que deseaba era vigilarla, pero la realidad era que no tenía caso. Algo que sabía muy bien de Redrum era que era alguien sumamente extraña.
- ¿Te desvelaste de nuevo?
- Si
- Debes dejar de hacerlo. Mejor ven, que ya tengo ganas de desayunar.
Parecía difícil de creer, pero Gun Shoot se recuperaba mejor de lo que cualquiera hubiera llegado a pensar. Todavía estaba usando la mascara, eso que ni que, pero por lo menos ya podía hablar con normalidad. No existe nadie que sepa que el Uroloki los odiaba con toda su alma, sin embargo no escatimo recursos para que su hermano sanara adecuadamente. Sin duda eran útiles todavía, de lo contrario lo hubiera dejado mas desfigurado que el hombre elefante.
- ¿Qué quieres desayunar hoy?
- Solamente un sándwich – contesto sin ánimo.
- Genial, yo quiero huevos con tocino. No vayas a quemarlos de nuevo.
- No se porque no me imagine eso.
- Vamos, acaso pensaste que empezaría a cocinar. Además tenía deseos de saber porque estabas vigilando la puerta de Redrum
- Me creerás que ni siquiera yo tengo la más mínima idea.
- No te preocupes, no conozco a nadie que no termine algo loco al estar demasiado tiempo con Redrum. Vino a vivir con nosotros y nunca la he visto salir de su cuarto, de hecho no sabría que existe si no fuera porque pone su maldita música a todo volumen.
- Yo si. Sale de forma muy irregular. A veces sale todo el día y en ocasiones no se asoma su nariz en días. La mayoría de las veces, según se, solamente a reunirse con nuestros señores y en ocasiones no tengo idea.
- Pues si tienes realmente tanta curiosidad, pregúntame con confianza. Después de todo somos hermanos.
Puppet Master y Gun Shoot voltearon rápidamente al oírla y ahí estaba. Tenía años de conocerla, casi desde que era una niña llorona, pero ahora la ve y no puede evitar tenerle miedo. Su apariencia era ridícula, pues vestía una piyama blanca con corazoncitos muy holgada y cuyo pantalón era tan grande que lo arrastraba al caminar, la cosa mas ridícula que pudo encontrar sin duda. Tenia puesta su mascara, no entendía porque, después de todo ya conocía bien su rostro y no le ayudaba para su apariencia, pero por lo menos ya no tenia su modulador y no tenían que oír su horrenda voz alterada. Un par de bostezos indico que se acababa de despertar.
- ¿Por qué esas caras¿Tiene algo de malo que quiera desayunar con ustedes?
- No, por supuesto que no hermana – Puppet Master trato de poner el mejor tono de humildad que pudo para evitar que su hermana no se enojase.
- Que bueno, porque me muero de hambre. Por cierto, cuando salgo, suelo ir de compras o al cine, pues a diferencia de ustedes no me agrada la idea de vivir encerrada todo el tiempo en este apartamento.
Despreocupadamente saco una caja de una de las despensas y lleno un plato con Corn Flakes. A veces las cosas mas pequeñas de ella lo ponían nervioso, como su dieta de Gimnasta que se sometió a si misma desde hace años. Miro como se levantaba ligeramente la mascara para poder comer sin problemas y no pudo evitar hacerle una pregunta
- ¿Por qué llevas puesta la mascara, hermana?
Lo quedo observando. Comenzó a temblar. Si la puso de mal humor, tal vez debía despedirse de uno de sus dedos. Sin embargo solo sonrío
- Simplemente trato de acostumbrarme más a ella. Todavía me molesta un poco llevarla puesta y el modulador no me agrada demasiado tampoco, pero ya me estoy acostumbrando poco a poco.
- Me alegra escuchar eso hermanita – Respondió Gun Shoot sin atreverse a mirarla.
- Vaya, me encanta oírte decir eso… Por cierto, los dos están muertos.
El silencio se apodero de inmediato de toda la habitación. Las rodillas de los hermanos comenzaron a temblar sin control mientras veían a su hermana colocar leche a su cereal y comerlo con indiferencia después del comentario que acababa de decir. Uno de los dos tenia que decir algo, era necesario acabar con ese silenció.
- ¿Puedes repetirnos eso hermanita? – la voz de Puppet Master era mas condescendiente de lo que solía serlo.
- Que están muerto. Esta mañana encontraran el cuerpo de Puppet Master completamente desfigurado y casi imposible de identificar más que por un análisis de ADN que revelara que tienes dos días muertos a causa de una infección de una herida mal curada. En Cuanto a ti Gun Shoot, estas muerto desde hace unas semanas, tu cuerpo se redujo a cenizas por cierto incidente conocido por todos. En menos de un día, el mismo procurador de justicia del estado hará oficial que los soldados del caos están muertos, mientras que Slade escapo de los Titanes, pero que dejo rastros que huyo de la ciudad. ¡Genial, encontré un premio.
Nuevamente el silencio se apodero de la habitación. Contra lo que hubiera deseado, al responderle lo ultimo no hizo mas que confundirlos aun mas.
- Espero que no te molestes hermanita – La voz de Gun Shoot no podía ocultar su sentir – Pero… ¿Qué carajo estas diciendo?
- Solo lo las cosas que deben saber. ¿Se imaginan que espectacular será el que unos muertos revivan?
Redrum saco un papel que tenía guardado, a sus hermanos no les interesaba saber donde, y lo desplegó frente a ellos. Cuando lo leyeron se dieron cuenta hacia donde iba su hermana.
- Su error, mis estimados hermanos, es que no sabían inspirar verdadero terror. Es cierto, algunos de sus actos pusieron a la gente de rodilla, pero no los hicieron temblar de verdad. Son los soldados del caos, pero después de unos días la calma llego sin problemas. Cuando atacaron un hospital y a los policías, una cámara transmitió como ustedes se veían obligados a huir, lo que demostraba que podían ser derrotados. El orden estaba por encima del caos una vez mas, cosa que no debieron haber permitido.
- Podemos explicar eso…
- ¡CUANDO QUIERA TU OPINIÓN TE PEDIRÉ QUE HABLES¡HASTA ENTONCES CIERRA TU HOCICO, HERMANO!
Era una niña, era lo que se repetían una y otra vez, apenas superaba los quince, la conocían de pequeña, apenas estaba llegando a la adolescencia, pero aun así ahí estaban ellos, temblando de miedo porque les levantase la voz. Cierto, era una niña, tal vez de nueve u ocho años cuando la conoció, pero ese mismo día vio como decapito a uno de los hombres mas fuertes que el hubiera conocido. No podían respirar, el corazón palpitaba al máximo, no podían moverse ni un poco.
- Como les decía, es hora que ustedes de reivindiquen y que la ciudad se vea sumergida por el verdadero miedo. Para ello he elegido un evento multitudinario que despertara a todos y se darán cuenta de la verdadera gravedad de la situación. Hasta ahora, nunca se ha visto en vivo y en directo cosas como las que se verán.
- Comprendo lo que planeas – respondió Puppet Master – Pero el numero de efectivos que necesitas…
- Cien como mínimo
- Bueno, es que no se si seré capaz de crear esa cantidad de…
- No quiero que crees nada. No te necesito más que para que luches.
Una vez mas todo fue un silencio sumamente incomodo. El entender a lo que se estaba refiriendo causaba mocho malestar en los hermanos.
- Entonces ya vas a comenzar a utilizarlos.
- Por supuesto que si, es mi deber que se pongan a trabajar ya. Que mejor forma de inspirar miedo que mostrarles una parte del poder de la Legión. Mis hombres me ayudaran no solo a inspirar miedo, sino a humillar a los titanes de una forma que dificilmente hubieran creído… Por cierto, Puppet Master has algo con tus nervios, es muy molesto que te pongas así frente a mi.
El palabrerío de Ulick: Mi equipo creativo e Historias Extras
Finalmente he vuelto a actualizar. Para justificarme, la tardanza no fue tanto mi culpa, culpen la infinidad de trabajo que me cayó encima. Honestamente tengo algo de dudas con este capitulo, pero tiene su parte dentro de la historia. Si no les gusta, háganme pedazos, que solo así aprendo.
Quisiera aprovechar este espacio para presentar mi excusa de equipo creativo. A decir verdad como equipo creativo no ayudan mucho pero como ellos dicen "Sin nosotros tu no avanzas", claro que lo dicen con menos frecuencia que su otra frase celebre "se acabaron las palomitas". No diré sus verdaderos nombres, más que nada porque no quieren ser identificados.
Pedro Derel: Su trabajo consiste en revisar el material terminado, lo que lo haría una especie de Editor, o por lo menos es lo que el dice ya que en realidad su trabajo consiste en recordarme todo el tiempo que trabajo muy lento. Ahora que lo pienso si se parece a un editor.
Ariel Gabjos: Ella se encarga de recordarme que no entiendo a las mujeres y me hace revisar al menos cinco veces los diálogos y escenas de los personajes femeninos. Lo malo es que no se si cuando al final acepta es porque están bien o porque ya le di lastima. También es la supervisora encargada de que no se acaben las palomitas.
Scatha¡si existe! Es el apodo de mi mejor amigo y la verdad es mucho más inteligente que su contraparte. El en realidad no ayuda en nada, excepto dejándome vivir en su closet y usar sus cosas. En ocasiones es buena onda y da comentarios, aunque por el hecho de que esta convencido de que nunca escribo nada bueno, pues parcializa mucho su posición.
Ellos son mis principales colaboradores, aunque en realidad a veces se olvidan de hacer su trabajo, de hecho creo que solo me han ayudado seriamente en un capitulo y el resto son solo pequeños comentarios, sin embargo ayuda es ayuda y si no los menciono, pues se desata la revolución aquí mismo (También admito que a Ariel la hice trabajar mucho este capitulo, aunque sus ojos desaprobadores lastiman hasta el alma).
Aprovecho para dar el siguiente anuncio. A partir de ahora tengo pensado colocar junto con los capítulos una serie de historias extras de corta extensión, o así lo espero, todas ellas pensadas para tratar de ampliar la historia y resolver algunos agujeros que pudieron quedar, pero mas que nada es tratar de poner las historias que ocurrieron antes que este relato iniciase. No son obligatorios para seguir con la historia, pero ayudan a comprenderla aun más, por lo menos espero lograr eso. Si valen la pena o no, queda a consideración de ustedes.
Como siempre, espero que les haya gustado este capitulo y les recuerdo que cualquier comentario positivo o negativo es muy bien recibido y pueden decirlo con confianza. Hasta el próximo capitulo, el cual no tardara mucho en llegar.
Historia extra
Tengo que llegar. Eso me repito una y otra vez mientras corro lo más rápido posible al museo. Tengo que llegar. Se que puedo detener esto de una vez por todas. Puedo evitar una horrible masacre, puedo detener la llegada de una de las grandes amenazas contra la vida. Tengo que llegar.
Fue muy obvio para mí que todo se había adelantado. Todos mis maestros estaban convencidos que todavía teníamos al menos tres años mas, pero se equivocaron. No los culpo, ese ser es demasiado imprevisible y sus acciones no se pueden tomar de forma totalmente literal. No podían saberlo todo, no podían. Si lo hubieran sabido, es probable que la masacre no se hubiera llevado a cabo. Ahora quedamos muy pocos, demasiado pocos para que nos sigan considerando una amenaza seria y debo aprovechar la situación al máximo. Fui elegido y es mi deber evitar a toda costa que el escenario de la Legión se cumpla. Por fin seremos vengados.
Me dirijo al museo de arte moderno, el lugar donde se que se encuentran esos malditos. Detrás de mi espalda tengo el arma con la que se que salvare a todo el mundo y en mis ropas unas cuantas armas en caso de emergencia. Mientras corro logro evitar llamar la atención metiéndome en lugares oscuros y sucios. Todos están ocupados, viendo cada instante de lo que ocurre en el museo. Se que no será fácil, se que de alguna manera están vigilando todo el lugar, pero no se como.
Subo por la escalera de incendio de unos de los edificios y llego finalmente hasta el techo. Tendré que saltar por los tejados pero no me importa. En cuanto llego puedo ver que ya no me encuentro demasiado lejos de mi destino. Durante años he vivido con el horrible recuerdo de lo que ocurrió en esa casa. Decenas murieron de forma horrible y yo estuve presente. Todavía recuerdo el rostro de esa niña, llena de odio al principio y luego de satisfacción. Todavía puedo ver claramente como me señalo con esa espada y se burlo de mí antes de dejarme inconsciente. Eso solo para enterarme después del ataque de la Legión sobre nosotros. Dos terceras partes no sobrevivieron; nuestros líderes estaban en su mayoría muertos; todos mis amigos estaban muertos, todo mientras estuve inconsciente. Tres días que acabaron con más de trescientos años de resistencia.
Finalmente encuentro la tan temida defensa. Eran soldados comunes, del tipo raso, al menos quince de ellos. Vestían trajes ajustados totalmente negros, y sus cascos que cubrían toda la cabeza con imágenes de horribles bestias de plástico y vidrio oscuro. En sus manos tenían armas semiautomáticas con silenciadores. Son calibre .38, huesos rotos y piel chamuscada es lo menos que espero. Uno de ellos apunta y dispara pero soy mas rápido que el. Solo necesite un tiro para acabarlo, se que no puedo desperdiciar ni retrasarme. Ellos no sabían que yo contaba con una Uzi en mis ropas, muy bien guardada. Cinco de ellos cayeron fulminados sin mucha dificultad, pero la maldita se atoro, y los otros respondieron sacando sus espadas. Típico de un miembro de la Legión, escogen el arma más sucia para bañarse de sangre. Saco los cuchillos que tengo en mis brazos, ya estoy entrenado en este tipo de cosas.
Se me avientan en forma desorganizada, eso me demuestra que no estaban muy bien entrenados. No tengo tiempo para pensar en esto. Logro esquivar dos golpes y logro degollar a uno de ellos de un movimiento. Se me acerca otro mas por la espalda pero me le adelanto y logro bloquear el golpe primero y acuchillarle en el pecho después. La caja de mi espalda me dificulta pelear. Uno de ellos la toma con sus manos, lo que me causa un poco de desesperación y de una forma que ni yo pude percibir bien logro romperle el brazo. Quedan siete más. El tiempo se acaba.
Miro en el piso. Dejaron caer sus pistolas. Sin duda completos novatos. Seguramente consideraron que nos habían destruido por completo pero ahora demostrare que se equivocaron. Atrapo a uno de ellos y rompo su cuello. Logro arrojarlo contra sus compañeros y los derribo. Tomo una de las armas y descargo su contenido contra ellos. Acabo con ellos con menos dificultades que si hubieran sido profesionales. En este momento me doy cuenta de la suerte que realmente tuve y de mi estupidez ya que tenia mas pistolas escondidas. No pienso demasiado en ello. Tomo otra arma del suelo y salgo corriendo. Estoy retrasado, tengo que llegar.
Estoy muy cerca, no me puedo retrasar más. Veo alguien moviéndose y le disparo. No tengo tiempo de saber si era un inocente o no, solo se que debo seguir corriendo. De mi dependía ahora el futuro del mundo. Disparo a tres personas mas sin saber a quien estoy matando. No me importa, se que al final esta será mi ultima misión. Esta vez no me quedare asustado como un niño y dejare que ellos venzan y se burlen en mi cara.
Mi pierna sufre un horrible dolor que me hace caer al suelo. Me doy cuenta que una bala me atravesó. No, no fue una, fueron al menos tres. Me volteo lo más rápido posible y trato de buscarlos. Incluso los soldados rasos tienen una puntería demasiado peligrosa, y gracias a sus cascos, la oscuridad no es un obstáculo para ellos. Pero siguen siendo novatos, siempre cometen errores. Escucho un ruido y disparo a su origen. Escucho dos gritos, dos menos de quienes preocuparme. Guardo silencio. Escucho ruidos nuevamente. Pasos ligeros que se mueven en medio de la oscuridad. Me dispara…. El fallo. Es mi turno, pero yo en cambio no cometo su error. No me importa el dolor, simplemente me pongo de pie y sigo corriendo. Tengo que llegar ahora.
Finalmente llego a mi destino, esta en realidad, alejado del museo pero mi arma servirá aquí sin problemas. Solo se que debo darme prisa. Saco los lentes infrarrojos que tengo en la caja y observo lo que ocurre. Los titanes ya estaban adentro y peleando contra ellos, o eso parece. Observo mi blanco claramente y se que hacer. Abro completamente la caja y saco el lanza misiles. Era un arma sumamente ligera, especialmente diseñada para la situación. El misil era uno de los más poderosos que pude encontrar, la sola explosión matara a todos los que estén cerca y los químicos que puse en ellas acabaran con los que queden.
Busco con atención y reconozco a los titanes. Ellos son el blanco. Los soldados del caos son reemplazables, no son un objetivo. Mi misión es evitar el despertar del ser al que ellos veneran y para ellos debo destruir el escenario y uno de sus actores claves. Aquel que despertara al Demonio. Los titanes, lo quieran o no son una amenaza y debo acabar con ellos. Apunto con mi arma. Trato de calcular el lugar donde ellos deben encontrarse. Respiro hondo, se que será cosa de un minuto. Entre las ventanas creo ver al que llaman el joven maravilla. No, es solo mi imaginación, ellos estaban mas adentro y están demasiado lejos para verlos a simple vista. No debo titubear, se que hago lo correcto. Pongo mi mano sobre el gatillo. Muchos morirán pero sus muertes no serán en vano….
En el techo de un edificio que se encontraba alejado del museo de arte moderno, lugar donde se desarrollaba una dramática toma de rehenes, un hombre estaba de pie. Vestía una túnica negra, su rostro estaba cubierta por una mascara blanca y en sus manos portaba una guadaña con la imagen de una enorme serpiente. Frente a el, se encontraba el cadáver de un hombre, atravesado con el arma que el enmascarado tenia en sus manos. Cerca de el, había un lanza cohetes, listo para ser disparado. No importaba, después de todo, su dueño estaba muerto y lo que ocurriese en la tierra ya no debía interesarle. Toco el cadáver con su mano y en cuestión de segundos, arma y hombre se redujeron a cenizas.
Pensó por un momento el arma que se encontraba con el que antes era un ser humano. Era grande, de un calibre demasiado poderoso para su gusto. Ese imbécil del Uroloki, tan deseoso de servir y comete un error, un terrible error en la seguridad. Colocar guardias novatos y permitir que un miembro de esos insectos de la resistencia llegara hasta aquí. De seguro se confío y creyó que no serian una amenaza. Muy bien, eso ya no importa. Un pequeño susto y no repetirá ese error.
El de la mascara blanca se volteo y se sentó. Limpiaba con sumo cuidado su guadaña, recientemente utilizada. Miraba con atención lo que ocurría dentro del edificio, ya que las paredes y la distancia no eran un obstáculo para el.
- Ese par modifico el plan inicial sin consultarme…
