Mons-Ter-Oh!
Yu-Gi-Oh
by
Kaede Sakuragi y Luna Shinigami
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Nota Principal – CAMPAÑA: No permitamos que el PLAGIO se lleve nuestro trabajo, así que si conoces una historia Robada, por favor denúnciala a sus respectivos dueños. No es justo que nuestras horas de dedicación se vayan a la basura y se vean inmiscuidas en una total falta de respeto para el Autor y los lectores. Entre más luchemos, más saldremos adelante. Kaede Sakuragi y Luna Shinigami adheridas a esta propuesta. Gracias, Katrinna Le Fay, por prestar tus palabras, y que seamos varios en gritarlas.
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Capitulo tresLas clases habían comenzado con extrañeza, los últimos actos tal vez los más descabellados, los monstruos susurraban entre sí, el extraño comportamiento del alumno más nuevo, su apatía, su temor, su comportamiento y su figura humana… todos hablaban de lo mismo en todos los clanes… todos sabían perfectamente el cambio que había en ese muchacho, no parecía un lobo simplemente un humano…
El rubio sabia que hablaban de él, pero no se detuvo a pensarlo mucho, mañana en la noche abría luna llena y para colmo no encontraba a Antul por ninguna parte, hace escasas dos horas lo había visto partir pero ahora absolutamente nada sé sabia del cuervo… suspiro quedo mientras caminaba para encontrarse con Yugi en el salón… malditas sean las clases nocturnas, él con sueño y lo obligaban a asistir….
Cuando al fin diviso a Yugi, tropezó accidentalmente con alguien.
- Lo… lo siento mucho… de veras lo siento…- dijo quedamente bajando la cabeza y haciendo una señal de sumisión muy extraña, como si con el paso de los evos hubiera sido aprendía para el pequeño lucano.
La persona que lo miraba estaba absorta en ese cabello rubio y en esa extraña sumisión del jefe de los licántropos.
- Quítate perro¡¡¡- dijo una voz enojada, definitivamente era alguien poderoso, Joey subió con un poco de miedo su cabecita y pudo divisar los ojos azules del jefe del clan de los Nosferatu… trago duramente quitándose del camino y yendo junto con Yugi, necesitaba a su amigo, bueno a hora podía considera así a Yugi… así que camino sin más tropiezos al lado de la momia.
- Estas bien Joey?- pregunto el pequeño tricolor, ya que extrañamente le estaba cogiendo cariño al muchacho rubio que parecía un cachorrito asustado en medio de la espesura del bosque.
- Si, tranquilo… no fue nada…- dijo sonriendo, como todas esas sonrisas falsas que estaba acostumbrado a resaltar en su rostro… alzo el rostro de nuevo vio la luna, maldijo mentalmente debía salir de allí ¿pero como si no estaba con Antul?... vio como Yugi lo jalaba dentro del salón para que recibiera la primera clase de la noche…. Aquel salón, con bancos de madera y remaches de oro, telarañas austeras por el techo, candelabros de velones y olor a incienso, uno que se colaba en tu s pulmones y no te dejaba respirar, el empedrado daba un aspecto terrorífico sin contar con los monstruos que había allí… los sonidos refulgentes de las alimañas nocturnas estaban tácitamente en las ventanas por la cual se colaban débiles rayos de luna…
Sintió de nuevo ese olor característico de repulsión y volteo a mirar a la dama arpía que se limpiaba su excelso plumaje y le coqueteaba a muchos de los muchachos que estaban allí, rato de darse la vuelta y de sentarse junto a Yugi, porque extrañamente se sentía en paz con la pequeña momia…. Miraba todo con extrañeza, una noche antes de luna llena, eso era fatal, sus sentidos estaban alertados su vista se había incrementado y sus demás sentidos también ¿entonces porque no sintió a al vampiro?... sencillamente porque estaba más preocupado en lo que estaba por pasar que en algo a su alrededor.
Entro el primer profesor al aula, un mago de las artes oscuras, a decir verdad era un grifo certificado por la academia, dictaba los encantamientos necesarios para asustar a los viles seres humanos…
- Los seres humanos…- empezó el profesor sin siquiera saludar, era completamente agrio -... son animales complejos, dados para nuestro beneficio, tanto corpóreo como alimenticio… si a ellos no les preocupa desollar animales para ingerir, menos a nosotros nos va a importar hacer lo mismo con ellos… ya habíamos hablado de los órganos sensibles para el consumo de los seres humanos… empecemos el resumen… joven Ishtar, que partes del ser humano son comestibles para su raza?- pregunto como si nada, obviando el rostro pálido del rubio que escuchaba eso completamente espantado ¿comida?... los seres humanos no eran comida… de repente una punzada paso por su cerebro y en sus manos pálidas comenzaron a crecer uñas largas duras… la transformación estaba empezando.
Marik se levanto moviendo su cabello cenizo - ... Las piernas, los huesos en especial el externo y el fémur, también la columna y la clavícula…- dijo relamiéndose los labios pensando mentalmente en el banquete de un ser humano delicioso.
- Esta muy bien… muy bien, ahora démosle paso al clan Nosferatu… joven Kaiba… digamos que órganos se consumen en su raza?-
El ojiazul alzo la mirada cansado y con fastidio, esas clases eran estúpidas, se las daba su padre en el cuarto año de nacido, así que desde su asiento hablo duramente haciendo que el rubio lucano se sorprendiera por el tono de su voz - ... el corazón, los riñones y el hígado, pero preferiblemente solo se hace la incisión para beber sangre, no vemos la necesidad primaria de destrozar un cuerpo como en algunas razas….- dijo en el aire consiguiendo que los del clan de los licántropos movieran sus sillas dispuestos a enfrentar al futuro jefe del clan de los vampiros.
En esa misma clase estaban el pelirrojo y otros dos lobos de los más altas clases estaban allí dispuestos a hacer respetar con dientes, garras y colmillos.
- Ya basta¡¡¡¡ respeten mi clase…- pronuncio el grifo moviendo sus gafas ((imagínense a un grifo con gafas jajajajaja Lunita se retuerce de la risa….)) - si no son capaces de aceptar la supervivencia de otros clanes en el mismo espacio pueden perfectamente salir de aquí….- dijo seriamente el profesor…a lo cual los vampiros que también se habían levantado para ayudar al joven Kaiba y los licántropos se sentaron.
El resto de la clase fue en aparente calma, porque el rubio miraba una y otra vez sus manos… mientras que los sonidos guturales de las bestias encadenadas rondaban por todo el colegio, caminando entre las paredes de piedra, presagio de un cambio de clase o de la hora de la cena….
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Abrió lentamente sus ojitos azules y comprobó con terror que estaba en una jaula vieja y oxidada al lado de una cama de hierro antiguo, mucho más del que hubiera pasado en su propio tiempo. Levanto su cabecita pequeña negra e inspecciono el lugar, fue allí donde lo vio, vestido como un antiguo samurai de la cintura para abajo ya que llevaba un faldón de la era meiji, pero del torso para arriba estaba desnudo, mostrando un largo tatuaje en forma de dragón en su espalda, el cabello castaño caía sobre sus hombros y sus manos grandes estaban dedicadas a afilar la lanza con dedicación de un antiguo amante….
El ave desde la jaula vieja grazno de manera poderosa, batiendo sus alas negras aun con el dolor que había provocado que la derecha estuviera lastimada, el ave necesitaba salir de allí y lo haría, pero en ese espacio tan reducido no podía tomar forma humana… la jaula se movía haciendo un sonido estridente del metal que la sostenía y la jaula misma…
- Si sigues moviéndote comeré cuervo en pocas horas…- dijo la voz seria de aquel hombre que lo miro con esos ojos esmeraldas tan perfectos que sabia que podrían ser negros como dos vetas azabaches… pero en realidad eran esmeraldas profundos…
El ave obedeció pero sus ojitos azules brillaban promesas de muerte, unas que perfectamente podía cumplir, apenas saliera de allí y convocaría a la misma parca para que se llevase el alma de aquel imbecil samurai que se había atrevido a tocar a un enviado de la muerte.
- Si vez que obediente te vez muy bonito…- dijo en son de mofa por lo que el avecita solo grazno de furia. - ... ahora bien, pequeño… dime que tienen que ver un licántropo tan débil con un enviado de la muerte… son clanes enemigos, son de razas que se detestan a muerte, ¿Cómo es posible que lleves una amistad con alguien como ese chico?- pregunto el samurai abriendo la jaula y sacando al animalito que lo miraba asombrado, la mano dura de aquel samurai tocaba fuertemente la cabecita negra del ave, pero pronto el pico afilado de aquella ave lo picoteo con fuerza haciendo que el samurai soltara el agarre y el ave tratara de volar pero el alita aun la tenia lastimada así que cayo al suelo estrepitosamente, cuando el samurai se repuso de tal acción camino a pasos agigantados hasta donde había caído el ave y solo pudo divisar el cuerpo humano de aquel enviado de la muerte - ... Así que esta es tu forma humana ... - afirmo el samurai tratando de tomar al chico en brazos pero este solamente saco una pluma de su cabeza y la enterró en el corazón del samurai.
- Esta es una pluma negra del enviado del inframundo… pronto tu alma será mía…- dijo cansado el cuervo tratando de levantarse por ahora sangraba copiosamente de su hombro herido, levanto su vista y vio el rostro de aquel samurai, pero después algo lo descoloco. El samurai sonreía…. ¿El samurai sonreía? ¡¡¡El samurai sonreía¡¡¡¡ - ... De que te ríes idiota…?- pregunto el cuervo apoyando su cuerpo en la fría pared.
- En que esto -dijo sacando la pluma de su corazón para el asombro de Antul, porque hasta ahora ningún ser humano, ni animal o monstruo que se dignara de serlo podía sacar la pluma con facilidad, ya que una vez en el corazón de quien la lanzara sacaba unas espinas que se aferraban al órgano de vida y le arrancaba por totalidad el alma… - ... a mi no me detiene… ni ninguno de tu clase… yo, cuervo del infierno, no tengo alma….- dijo con voz de ultratumba, tomando al chico de la muñeca y tumbándolo a la cama fuertemente mientras se acostaba encima suyo - ... aunque en los siglos que llevo con vida, nunca vio un enviado tan hermoso…-
- Suéltame¡¡¡¡¡- grito el cuervo que se sentía muy pequeño con el peso encima de aquel samurai…. Maldita sea pensó - ... suéltame ahora¡¡¡¡¡ no tengo tiempo para esto, necesito irme¡¡¡¡¡¡¡- gritaba desesperado pero el samurai coloco su mano fuerte en el hombro dañado de Antul. -ARGHHHHH-
- No vas a salir de esta habitación hasta que yo lo ordene… Antul….- dijo suavemente haciendo que las respiraciones chocaran.
-¿Cómo…. Cómo sabe mi nombre?- pregunto el chico tratando de alejar su rostro de marfil del de aquel muchacho o viejo si residimos en verdad en lo de la edad.
- Soy una sombra y ya te había estado vigilando junto con el joven Wheeler….Así que para no tener confusiones… mi nombre es Lucio…- dijo suavemente levantándose del cuerpo frió del cuervo.
- Para lo que me importa….- susurro el cuervo pero en su cuello fue apresada una gruesa cadena con una habilidad producto de las sombras - QUE DEMONIOS? - grito fuertemente cuando sintió el frió metal.
- Esta hecha de hierro, acero y cuerno de unicornio, aun si te trasformas en cuervo tomara el tamaño de tu cuello… ya te lo dije no saldrás de aquí…- respondió Lucio, poniéndose el resto de la armadura y saliendo de allí, dejando a un cuervo renegando de forma copiosa.
El viento se arremolino muy cerca de una ventana a la cual no podía llegar ya que la longitud de la cadena solo podía acercarse a escasos dos metros fuera de la cama…
- Maldita sea Joey¡¡¡- lloro el de cabellos negros - ... maldita sea….- lloro de nuevo cayendo sobre la cama, ya había comprobado de lo que le había dicho el samurai era cierto, aun transformándose en ave, esa maldita cadena no podía quitársela….Pero se limpio las lagrimas y sonrió repentinamente, ese maldito de Lucio no sabia que verdaderos poderes tenían los enviados de la muerte… tomo una de sus plumas en la cabeza y la cubrió con un poco de su sangre….. Luego la beso.
- Pequeña debes llegar a tu destino, no a otras manos… solo a las de Joey… si alguien te detiene, clávate en su corazón y arrebata su alma, pero debes llegar a manos del rubio bonito…- dijo pasito enviando la pluma con certeza por la ventana….
El viento impulso la pequeña pluma y recorrió las losas frías de aquel tenebroso castillo, evitando con sutileza los monstruos, brujas, arpías que habían allí, solo quería encontrar al destinatario del mensaje. Se movía con agilidad entre profesores y alumnos, entre vampiros y dragones, necesitaba encontrar a la segunda pluma que había en el castillo….
La plumita entro por la ventana de aquel salón y para asombro de algunos que no estaban prestando atención a una vieja medusa de profesora, levito justo encima de las manos blancas del rubio lobo.
- Tu de donde vienes pequeña? ... - murmuro el lobo con detenimientos cuando vio la sangre negra que traía esta plumita, la única persona que conocía con la sangre de este color era el propio Antul - ... vienes de parte de tu amo….- musito pasito, mientras que Yugi le jalaba el brazo y lo obligaba a prestar atención a la clase, ya que la profesora estaba que convertía al pequeño lobo en piedra por susurrarle a una pluma insignificante.
- Joven Wheeler deme esa pluma¡¡¡¡- grito la profesora haciendo que las serpientes venenosas de su cabeza abrieran la boca dispuestas a atacar.
- Lo siento profesora pero no puedo…- susurro el rubio, escondiéndose la pluma entre las manos…
- Ordeno que me de esa pluma joven Wheeler sino no quiere tener problemas con el señor Maximillian…- la voz sonaba fuerte y amenazante, los vampiros menos el ojiazul se burlaban de los licántropos por la actitud infantil de su supuesto jefe.
- Lo lamento maestra pero no puedo…- dijo fuertemente dando dos pasos para atrás al ver a la profesora, sus ojos amielados se estaban poniendo amarillos y las manos pulcras se estaban volviendo garras…. Pero si la profesora tomaba esa pluma seguramente moriría, Antul siempre hacia el mismo hechizo sobre sus plumas para que nadie más recibiera el mensaje que era para él.
Yugi se levanto para aconsejarlo pero la voz del pelirrojo se le adelanto.
- Profesora, Joey es el futuro jefe de los licántropos por lo tanto tiene los mismos derechos que los nosferatus de dejar en su posesión cualquier objeto, incluyendo una simple pluma- sus cabellos rojos se revolvían con agilidad mientras cada vez que hablaba se le movían las orejas de forma graciosa -así que espero que esta no sea una especie de discriminación, el joven Kaiba hace lo que quiere y no recibe ningún castigo, esperamos que sea de la misma forma para Joey…- dijo profundamente causando los aullidos de aprobación de la manada de los licántropos, que apoyaban el discurso anti discriminación que había dicho el hombre lobo.
El rubio sintió una lejana paz, no se hubiera perdonado que la profesora por muy molesta que fuera se muriera en las garras de las plumas de su amigo, así que en lo que cabe se sintió aliviado de que Alistar lo hubiera ayudado, indirectamente pero ayudado…
- Señor Yohanes, como se le ocurre decir que en esta prestigiosa institución tenemos preferencias de índole personal…- chillo la maestra de manera molesta, pero el pelirrojo solo se levanto de su escritorio y tomo a Joey de la mano sin hacerle caso a los reclamos de la medusa ni a la mirada inquieta y divertida de los demás compañeros del curso.
Ya afuera alistar acorralo al pequeño rubio contra una gárgola.
- Se puede saber que haces con esa pluma…?- pregunto ofuscado - ...casi haces que nuestro clan sea rechazado…¿Qué demonios pasa por tu estúpida cabeza?- grito ofuscado soltando al rubio.
- Yo…. Yo lo siento…Alistar… de verdad lo siento… pero es que…- dijo asustado, mostrando una cabecita de arrepentimiento, pero el agarre de la fuerte garra del pelirrojo que tenia fuertemente en su cuello.
- De veras eres idiota? Pusiste en ridículo a nuestro clan por una simple pluma de un enemigo mortal…. Eres un estúpido perro mestizo..- dijo apretando aun más el agarre de esa zarpa levantando del suelo unos centímetro el cuerpo del rubio.
- Cog… arhhhh…. Suel… ta…. Me…- dijo el pobre rubio sabiendo que la respiración se le estaba yendo por todos los poros de su cuerpo.
- Eres un maldito mestizo y ni con la amenaza que me hizo Antul te libraras de mi Joseph..- dijo mirándolo con esos ojos grises tan bellos pero tan maliciosos.
-arhhhh…. Suel… ta…. Me…- murmuro de nuevo entre la inconciencia.
- Solo sirves para una cosa mestizo y juro que te la daré a probar- dijo relamiéndose los labios de manera dura -no mereces ser el fututo jefe de nuestro clan… maldito mestizo…-
- TE DIJE QUE ME SOLTARASSSSSSSSSS- grito el rubio lanzando un zarpazo al hombro izquierdo de alistar, cuando el pelirrojo lo soltó de manera estrepitosa y el rubio cayo en uno de sus pies de manera fuerte y mirando con esos ojos que estaban pasando por el proceso de transformación, primero mieles, luego amarillos y en ese momento rojos.
- Que demonios?- pregunto el oji gris cuando sintió la sangre caer por su hombro mostrando una herida abierta y sangrante de manera copiosa.
-snif… te dije que me soltaras…- susurro el rubio cuando vio la sangre en sus manos, volviendo al color original, sus pupilas mieles…arrinconándose más contra la gárgola y apretando más fuerte esa pluma mensajera entre sus manos que volvieron a ser normales y lampiñas.
El pelirrojo a pesar de su estado sonrió - De razón…. -murmuro para si mismo, acercándose al rubio acariciándole los mechones rubios - ... Con tigo, destruiremos al clan de los chupa sangre y nunca más se verán por este mundo, de razón vas a ser el jefe, Joseph tu fuerza nos traerá el poder… mi querido perro rubio…- sonrió con malicia mientras le besaba los mechones - ...de razón te enviaron aquí…. De razón él te envió aquí….-
Después de eso dejo solo al rubio que trataba de contener sus lagrimas de dolor… "mi querido perro rubio"…"mi perro amaestrado", " te aseguro que serás el mejor de todos mis perros amaestrados" esa maldita voz que resonaba en su conciencia y en su mente, dios como odiaba su vida, así que tomo con fuerza la pluma… pero lo que no sabia era que estaba siendo espiado por un chico de cabellos castaños y ojos azules.
Así es, aquel chico de porte elegante y felino que más parecía un gato que un murciélago lo estaba espiando, mirando con su afilada mirada azulina todos los movimientos de ese clan…. Después de lo que le contó su sombra era natural sentir esa prioridad de vigilar los movimientos de ese chico, pero ya lo había dicho las apariencias engañan, ese chico débil de un solo zarpazo logro desgarrar la carne y el músculo del licántropo más fuerte de la institución…. Solo un zarpazo y solo para defenderse, pero debía cerciorarse, así que entre las sombras se alejo para ir a su habitación.
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Los ágiles movimientos de aquel vampiro no se podían distinguir entre las sombras traicioneras de aquel lugar siguiendo con obsesión al chico de ojos azules, que mostraba sus colmillos con enfado hasta que un claro de aquel castillo lúgubre, para mirar el cielo y encarar a su acechador.
- Se puede saber por que me espías… Seiichiro Kazutaka- dijo con voz fría haciendo que el encapuchado sonriera.
- Ya veo porque dicen que eres tan fuerte y perceptivo Seto Kaiba… aunque aun no me convences como el líder de nuestro clan…- sonrió con mofa el chico de cabellos castaños y ojos amarillos.
- Eso ya se sabia con anterioridad, ahora de nuevo la pregunta, porque por lo que veo eres lento de aprendizaje…. Porque me espiabas? - dijo enfrentado con su mirada azulina al vampiro encapotado.
- No te creas tan importante Kaiba, solo estaba mirando a Joseph no a ti….- dijo rodeando al futuro jefe del clan.
- Para que espiar a un lucano?... no me digas que ahora te importan nuestros enemigos… Kazutaka estas cayendo verdaderamente muy bajo…- murmuro cerrando sus ojos …
El hico vampiro simplemente sonrió de manera estrepitosa…. - Nuestro enemigo?... pero si el futuro líder también lo estaba siguiendo, además no es para negar que el chico en si es muy bonito, una apariencia humana con un espíritu indomable de lobo, un engendro del mal con corazón de oro…. Además el joven lucano y yo ya nos conocemos – dijo con vos de deseo - …. Desde hace mucho tiempo y no me molestaría volverlo a encontrar en el camino – y acercándose al rostro del ojiazul - ... Solo espero que el gran Kaiba no interfiera – se alejo de el, antes de que perdiera el otro la paciencia - ... Porque por muy poderoso que seas puedo eliminarte y te juro que con mucho gusto lo haré - sonrió con mofa para luego en una estela negra de polvo convertirse en un murciélago y volar para su habitación.
Luego que partiera, una sombra de ojos azules más bien blancos con el cabello ensortijado hasta la cintura de cabellos azabaches, las uñas extremadamente largas y dos colmillos manchados de sangre, seguramente había comido recientemente, mientras admiraba la escena.
- Que desea que haga mi señor?- pregunto al Nosferatus Kaiba.
- Que vigiles a Kazutaka, no me fió de ese maldito engendro, seguramente trama algo….. Y no debe ser muy bueno….- dijo fríamente pasando sus manos por su ordenado cabello castaño.
- Si mi señor ... - dijo seriamente la sombra….
- Dónde esta Mokuba?- pregunto Seto mostrando sus ojos azules como zafiros, que a pesar de que los vampiros sufrieran de trasformaciones, sus ojos nunca habían cambiado de su azul intenso.
La sombra salió un poco, mostrando su ropa del siglo XIII - Mi señor esta en su habitación desde las siete, dice que no saldrá a cenar se encuentra ocupado estudiando para los exámenes que habrá la próxima semana…-
- Cumple mi pedido y puedes retirarte Vlad….- dijo tan potentemente que la sombra se retiro sin el menor esfuerzo, haciendo únicamente que el hálito nocturno desordenara un poco los cabellos castaños….
- Que tendrás lucano que haces que la gente se interese tanto en ti?- le pregunto al tinieblas que rodeaban lentamente el castillo… sintiendo la pesada espesura que caía sobre sus hombros y la infelicidad de ser el futuro jefe de su clan….
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En los pasadizos interiores del castillo el chiquillo vampiro salía con agilidad de su recamara, no le gustaba mentirle a su hermano pero debía salir de allí para ir con Yugi, era cierto que esa extraña amistad no era aceptada pero con la pequeña momia podía hablar de cosas que no hablaría con nadie y hacer cosas que no haría con nadie , ya que él conocía muchos secretos de Yugi y de su extraña "enfermedad", una que en el fondo le gustaba mucho, además el pequeño vampiro no era tan pequeño ya contaba con quince años, dos años menor que Seto…así que como que también le encantaba la parte menos tierna de la momia egipcia, aunque si su hermano lo supiera… por dios, el mismo Seto lo empalaría como recordatorio…. Su hermano tenia muy en claro la diferencia de clanes, si en definitiva si su hermano se enterara lo mataría…..y su padre ni se diga….
Sin querer tropezó con uno de los jarrones antiguos del pasadizo la oscuridad que muchas veces era su aliado en ese momento era su peor enemigo, estaba en uno de los recodos prohibidos… lo que sus hormonas habían provocado, de razón que su hermano no lo dejaba salir solo… trato de levantarse, pero sintió como su piel se quemaba al contacto de algo…. Él tenia buena vista pero no sabia que lo estaba quemando, el líquido poco espeso de algo le estaba carcomiendo la piel dejando la carne supurada.
Sintió pavor, sus ropas se estaban impregnando de ese líquido…
-ARGHHHH… AUXILIO SETOOO¡¡¡¡- grito el pequeño, pero no lo escuchaba nadie….estaba en los profundos pasadizos donde nadie iba por orden de Lucio y de Maximillian….
Trato de quitarse la ropa que lo carcomía como ácido, ¿Qué demonios tenían esos jarrones?... comenzó a correr con dificultad y tropezó con alguien… seguía sin ver nada, pero los ágiles movimientos del muchacho lo levantaron del suelo y lo trasladaron quien sabe a donde, aun sentía su piel arder, fue depositado tiernamente en una cama y sus prendas retiradas con celeridad… sintió que era levantando de nuevo y trasladado a una tina grande…. Mientras que la persona que le había ayudado le pasaba suavemente un jabón delicado por el cuerpo tratando de retirar aquel liquido y de evitar dañar las partes supurantes de su piel quemada, cuando pudo abrir los ojos vio con asombro que era el joven rubio que había llegado nuevo.
- Gracias…- murmuro Mokuba sonrojándose por su estado de desnudes.
- No hay de que…- sonrió el rubio mientras le pasaba una toalla y lo ayudaba a levantarse -Pero que hacías por allí?- pregunto mientras se acercaban a la habitación y Joey buscaba algo para desinfectar las heridas… - al no escuchar respuesta, se giro mirándolo si pasaba algo, pero encontró el pequeño muchacho con la vista en el suelo, como ocultando algo – No te preocupes ... no me importa si no me contestas ... – le tendió la ropa para que se cambiara – Mi nombre es Joey ... – le sonrió cálidamente.
- Mi nombre es Mokuba ... muchas gracias ... – el pelinegro sonrió sinceramente, mientras se secaba y cubría su cuerpo con las prendas que el rubio le había dado, procurando que las lastimaduras no escociera.
- Ven ... te curare esas heridas ... – lo tomo de la mano y lo hizo sentarse en una silla, frente a una mesa, donde había algunos potes de sustancias extrañas, que olían mal.
- Que me harás? – pregunto algo desconfiado, ya que veía que hasta se movía esa cosa púrpura ( o.oU)
- Cubriré tus heridas, con sanguijuelas de pantano, comerán la piel muerta, y mientras pasaran parte de su sustancia pegajosa de su cuerpo, para cicatrizarlas y poder evitar que te agarre una gangrena o lo que sea que a los vampiros le dé ... – Joey sonrió, al ver todos la caras que hacia el pequeño pelinegro, mientras hablaba.
- Eso es asqueroso! – dijo al final, arrugando su nariz y casi gritando, al sentir que esas cosas quemaban su piel.
- Lo es ... pero se necesario que chupen el veneno que entro a tu cuerpo ... – Mokuba lo miro interrogante, por lo cual continuo hablando - ... Tropezaste con un jarrón lleno de ácido llameante, con mezcla de agua vendita y ácido sulfúrico. Una mezcla, donde cualquier vampiro, puede resultar gravemente herido, o muerto depende de cual grado sea su nivel de poder – el ojiazul lo miraba sorprendido, por lo cual empezó a temblar.
- Quien eres en realidad? – dijo asustado, mientras se levantaba y prácticamente se pego a la pared. Esa eran cosas que solo los cazadores y los vampiros sabían de la existencia de tal mezcla.
- Yo ... – callo de repente, para luego darse una patada mental, lo había echo de nuevo, hablar de mas. Se llevo su mano, inconscientemente, hasta su cabeza y empezó a darse pequeños golpes - ... idiota ... idiota ... idiota ... – murmuraba bajo, pero lo suficiente para que lo escucharan los oídos vampiritos del pelinegro.
- Basta ... te haces daño ... – se le acerco, deteniéndolo. Solo que el rubio ya no lo miro.
- Ven, déjame que te vende y podrás irte ... – dijo despacio, tomando unas vendas que saco de uno de sus cajones, y de allí cubrir prácticamente todo el brazo, y el torso - ... Solo trata de no moverte mucho ... o no sanaran ... – se levanto, guardando todo, esperando que la puerta se abriera o lo que sea, que hicieran los vampiros para desaparecer. Pero sabia que el muchacho estaba detrás, observándolo.
De repente, sintió una opresión en su pecho, y se mordió la lengua para no gritar, las nauseas empezaban. No dijo nada, solo termino de acomodar las cosas, debía salir rápidamente de allí, sus manos estaban adquiriendo otra transformación, pero Mokuba se interpuso en su camino
- déjame ... debo hacer cosas ... – no quería acercársele, temía lastimarlo.
No supo porque, pero el pelinegro se hizo a un lado y lo dejo salir a toda prisa. Ya era tarde, y debía volver a su habitación. Pero eso no quedaría así, averiguaría quien era realmente Joseph Wheeler.
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Finalmente el rubio suspiro y camino para la oficina de Maximillian Pegasus, según Antul no podría ayudarle porque lo tenían encerrado en alguna parte del castillo, pero que no lo ayudara que él vería como salía de allí… pero Joey necesitaba hablar con ese hombre…
Trataba de caminar serenamente más no podía, ¿Qué le diaria específicamente a ese hombre?... la verdad… nop para nada, ¿la verdad a medias? Si, la verdad a medias no era mentir era ocultar parte de la verdad, volvió a mirar sus manos y de nuevo estaban como garras, debía hablar con Pegasus rápido.
Acelero sus pasos y por fin llego a una gran puerta de roble con una aldaba de bronce espantosa que semejaba un diablo espantoso con la boca abierta, tomo con temor la aldaba y cuando la hizo sonar duramente la gárgola abrió los ojos asustando al pequeño que cayo de lleno en el trasero.
- Auchh ... - dijo levantándose y sobandose su adorable trasero ((Luna babea ¿Qué no se note tanto?)).
- Siga joven Wheeler…- una voz serena y medio sonriente lo recibió dándole la forma de el señor Pegasus.
- Buenas noches señor Pegasus- murmuro el rubio bajando la cabeza en señal de sumisión, cosa que al peli morado lo incomodaba y molestaba a la vez.
- Buenas noches joven Wheeler a que debo el placer de su visita?- seguía con la sonrisa de aquellos duendes que rondaban las tierras de los humanos y siempre sonreían con facilidad cuando Joey los capturaba y los dejaba libres de nuevo.
- Bueno es que…. Yo quería pedir… claro esta si … se puede un … favor…- dijo tembloroso escondiendo sus garras.
Pegasus enarco la ceja pero de las sombras salió el samurai parándose al lado de el pelimorado, Joey se trabo más para hablar por la estadía allí de el samurai serio.
- Diga que seria joven Wheeler si esta a mi alcance…- dijo suavemente Pegasus.
- Señor… este… yo necesito que me encierre en las mazmorras en la luna llena… por favor….- dijo bajando la cabeza, quitando la falsa felicidad con la que andaba y dejando ver esos nervios con los que siempre andaba.
Lucio lo miro fijamente - Mañana hay luna llena y los de su clan saldrán que aquí para las montañas… deben alimentarse… eso es una vez al mes…-
- NO! ... - grito el rubio nervioso - ... por favor, señor Pegasus debe encerrarme se lo ruego…. No puede dejar que salga… por favor se lo ruego…- dijo el rubio nervioso y algo maniático.
- Porque deberíamos hacer eso joven Wheeler, sabe perfectamente que si retenemos a alguien de algún clan en sus salidas libres nos meteremos en un problema con los acudientes… ya lo sabe políticas del instituto…- dijo seriamente y levantándose de su sillón para arrodillarse frente al rubio – Deme una razón muy poderosa para que lo encierre en luna llena… dígamela e intentare ayudarlo, antes no…- bajo su mirada, se sentía tan cohibido ante el escrutinio de aquellas dos personas.
- No puedo ... – murmuro despacio - ... decirlo ... – ya no controlo sus emociones, y empezó a temblar y a abrazarse a si mismo - ... Por favor ... Señor Pegasus ... – casi por impulso se abalanzo para suplicarle que lo encerrara, pero el samurai, que notaba que no le tenia confianza se le interpuso - ... Solo por esta luna llena, no pido mas ... solo por esta vez ... – era tan débil, eran tan patético, que solo atino a arrodillarse, y colocar su mano en su pecho, para luego decir casi con tranquilidad - ... Quiero se su huésped por esa noche ... – dijo despacio, ante el asombro del pelimorado - ... Somos sangre y cuerpo de la tierra, y como tal, somos hermanos ... – levanto sus ojos, para encontrarlos lleno de lagrimas, demostrando suplica y miedo.
- ... – el silencio reinó en aquella habitación. Pegasus se sentó en uno de los sillones, cubriendo su rostro con una de sus manos - ... Solo la noche de luna llena ... – dijo despacio, sorprendiendo al samurai, y casi con placer al rubio – Ahora vete ...! – no dijo mas nada, por lo cual el lucano, salió de allí rápidamente, sin siquiera preguntar algo, por si se arrepentía de su decisión.
Lucio lo miro detenidamente, con sorpresa y reproche. Pero antes que pudiera opinar, el Decano de la Institución se le adelanto.
- Una de las tantas reglas ... de los animales del bosque, es ... pedir alojamiento, hasta a los enemigos naturales, pero solo con la frase correcta ... – los cabellos morados fueron echado hacia atrás, descubriendo su rostro, mostrando el ojo cubierto, el cual relucía doradamente - ... Tendrás que vigilarlo muy bien ... Lucio ... no se quien puede ser ese muchacho, pero yo creo que ... este año las cosas se pondrá muy desagradables.
- Cómo supo entonces? – el ojos verdes lo miro molesto.
- No lo se ... realmente ... no lo sé ... – Lucio se dio la media vuelta, y como apareció, se fue. Sabia donde buscar información, por lo cual provoco que sonriera maliciosamente, esta noche se divertiría mas que las anteriores.
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El rubio salió cansado de aquella reunión con Pegasus, el reloj ya daba las 8:55 pm y debería estar en su habitación… así que simplemente corrió hasta encontrar a Yugi vistiéndose en ella..
- Este… yo lo siento…- dijo sonrojado volteando a mirar a otro lado.
- ... Jejejeje, no hay de que Joey… ahora si ¿Dónde estuviste toda la noche?... me preocupaste, nos dejaste hablando solos después de lo de alistar…- pregunto medio enojado el pequeño.
Joey se sentó en la cama y sonrió - Lo siento, pero debía pensar Yugi… gracias por preocuparte por mi….- sonrió más ampliamente, mientras se alegraba que el pequeño vampiro no se había encontrado con la momia.
- No hay de que mi querido rubio, pero no vuelvas a salir así ¿esta bien?- pregunto de nuevo coquetamente pero Joey se hizo el desentendido, por ratos Yugi se comportaba como un amigo y por ratos como un cazador contra su presa, pero aun así se sentía tan bien con el chico momia.
- Cómo estuvieron Tristan, Yami y Bakura?- pregunto sacando del armario algo austero para dormir.
El pequeño de ojos cárdenos sonrió - ... De lo que te perdiste, Bakura Jekyl estaba perfectamente en clase pero el lagarto de Marik le hizo una broma pesada y se convirtió en Ryu Hayde, jajajaja, hasta la profesora de ética salió volando…. Pobre arpía, May puso una cara cuando en su versión de Hayde, Bakura casi la mata… fuera de eso Yami se peleo con Alistar por pesado y Tristan y Duke fueron llevados de nuevo a la sombra por pelearse…. En definitiva te perdiste de lo mejor…- sonrió el pequeño.
- Lo siento, pero…bueno ya habrá muchas noches…- dijo el rubio acostándose en la cama y cayendo tan pronto en el sueño que necesitaba para pode calmar sus nervios…
Yugi lo miro tiernamente, para besarle la frente - ... A veces me provoca devorarte y hay otras en las que quiero cuidarte… eres un niño asustado y me encantaría en verdad ser tu amigo… Joey…- dijo con cuidado tapándolo aun más y acostándose en su cama para luego apagar la luz del pequeño mechero cerca…
La luna estaba en lo más alto del manto negro, iluminando todo a los alrededores de aquel inmenso bosque. El silencio del mismo era interrumpido por las pisadas apresuradas, el jadeo del miedo, y los rugidos de una gran bestia.
Cerca de un lago, a las orillas, la pequeña figura tropezó con una rama seca, cayendo prácticamente en el agua, la herida que tenía en su pierna, dolía aun más, pero no podía detenerse, debía escapar. El gran aullido no muy lejos de donde estaba, lo atemorizo aun mas, y desesperado empezó a correr nuevamente.
El chapoteo de las aguas alertaron los sentidos de la bestia, que corrió casi como el viento, mientras volvía a captar la sangre en el aire. Estaba hipnotizado, estaba deseoso por volver a probar carne humana, por beber su sangre y de allí, deleitarse con los gritos desesperados. Llego hasta la orilla del lago de los cuervos, divisando aquel muchacho que corría desesperadamente, abrió sus fauces, dejando escurrir saliva mezclada con sangre, sus ojos se delinearon en forma de regocijo, largando así, un gran aullido de satisfacción.
Se puso en cuatro patas y empezó a correr hasta el humano herido, quien se volteo tropezando, cayendo al suelo y de allí solo se escucho gritos de terror. Levanto su zarpa derecha, desgarrando su pecho y matándolo al mismo instante, para luego abrir su enorme fauces y de un bocado cercenar el cuello. La tibia sangre mojaba su rostro, cada vez que tomaba un trozo de carne, los huesos de aquella presa se iban quebrando cada vez que hacia presión al desgarrarla.
La luna se reflejo en el lago, el cual provoco otro aullido de su interior, pero al ir a beber agua vio su reflejo. Por un momento todo quedo en silencio, sus ojos se abrieron enormemente asustados, para luego retroceder y mirarse las patas, ahora blancas, mostrando unas manos lampiñas. Giro hacia el lado donde estaba el cuerpo de aquel humano que se había comido, y callo al suelo del susto, abruptamente este se había levantado, y con la cara semi comida, mostrando como parte de sus sesos escurrían por las heridas, trato de hablarle pero por lo poco que quedaba de su mandíbula solo burbujeaba sangre. Se levanto para tocarlo, pero el lobo, ahora convertido en muchacho desnudo, retrocedía con terror, llegando hasta la base de un tronco, y de allí no pudo más que quedar atrapado. El cuerpo destrozado, estaba tan cerca que solo lograr murmurar. " Acabas de matar a tu primer humano, Wheeler, y te aseguro que serás el mejor de todos mis perros amaestrados".
- NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! - el rubio grito mientras trataba de desenredarse de las sabanas, desesperadamente.
- Despierta! – Yugi lo abofeteo rudamente, dejándole una marca en su rostro, para luego sentir que el lobezno lo abrazaba como si dependiera de su vida. No dijo nada, porque sabía que había sufrido una pesadilla, había tratando de despertarlo desde mucho antes pero todo había sido inútil.
Aquel muchacho rubio era un pequeño niño atemorizado, lloroso en sus brazos, y temblaba.
- Yo no quiero Yugi… no quiero…. No quiero…. -gemía despacio aun llorando entre los brazos del egipcio… recordando la verdadera razón de no comer carne cruda… le recordaba ese maldito…..
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Autora de turno ... : Luna Shinigami
Espero que a todas las niñas les haya gustado aunque la parte sádica fue vendida y promocionada por Kaede-chan jajajaja, yo puse las partes tiernas… ((Lunita ve a lo lejos a Kaede con una venita en la cien y el puñito levantado)) … bueno niñas las dejo que Kaede Chan me va a mandar a lobito para que me haga trisas… aunque con ese lobo, bien paga ser banquete ajajajajajaj Lunita ríe como desquiciada.
