Mons-Ter-Oh!

Yu-Gi-Oh

By Sadic & Sado Corporation

(Kaede Sakuragi y Luna Shinigami)

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Nota Principal – CAMPAÑA: No permitamos que el PLAGIO se lleve nuestro trabajo, así que si conoces una historia Robada, por favor denúnciala a sus respectivos dueños. No es justo que nuestras horas de dedicación se vayan a la basura y se vean inmiscuidas en una total falta de respeto para el Autor y los lectores. Entre más luchemos, más saldremos adelante. Kaede Sakuragi y Luna Shinigami adheridas a esta propuesta. Gracias, Katrinna Le Fay, por prestar tus palabras, y que seamos varios en gritarlas.

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Capitulo Seis

Lamentablemente empezó a caer el sol en el cielo y Joey miro lánguidamente la caída del astro rey, camino rápido entre los pasillos y allí encontró a Maximillian con las llaves en su mano y junto al samurai… Joey bajo la cabeza, eso era lo mejor por el momento…

Yugi veía como su amigo fue conducido por el director y se le hizo raro puesto que hace poco había visto a Alistar salir con la manada, supuso que el rubio también saldría pero estaba equivocado.

Pero no era el único extrañado, ya que entre las sombras también caminaba el vampiro Kaiba…

Con cuidado caminaron hasta las portezuelas de las mazmorras, mal olientes y llenas de alimañas. Joey se asusto un poco cuando el samurai lo empujo para que siguiera adelante… Maximillian alzo la mano e inmediatamente todas las antorchas se prendieron.

- Esta seguro de esto joven Wheeler?- pregunto Pegasus al ver las oscuras prisiones de acero reforzado…

Joey miro fijamente sus manos que estaban ya convertidas en garras.

- Si, estoy seguro… pero puedo pedirle un favor más…?- pregunto de manera tímida. El samurai trato de hablar pero Pegasus se negó.

- Que quieres, espero que no sea algo difícil de cumplir…- dijo seriamente.

Joey se sonrojo, no era normal lo que iba a pedir - ... Por favor, seria tan amble de encadenarme en la celda…- su voz fue apenas un murmullo, pero fue audible para Pegasus, Méndez y las dos sombras no invitadas que fijaban su vista en el lucano y estaban sorprendidos por la petición.

- Pero…- trato de hablar el samurai, pero de nuevo Maximillian callo sus labios.

- Como diga joven Wheeler, aunque debe saber que es poco ortodoxo..- incrimino con sus ojos bonitos, mientras entraba con Joey a la celda…

El rubio se sentó con cuidado en un banco mientras que sus muñecas eran apresadas por unas cadenas especiales, que había traído especialmente Lucio, sus tobillos de igual forma y una cadena en su cuello… sus mechones rubios comenzaron a crecer rápidamente y eso que no había llegado aun la luna llena…

La figura que se encontraba allí, parecía abatida y casi torturado, puesto que las cadenas se subían por todo el largo de la celda y sus barrotes, mientras que el metal brillaba por la exposición al cuerpo pálido del rubio.

Joey trato de respirar un dolor cruzaba lejano por su cuerpo, pero escucho como la puerta de barrotes de acero eran cerrada.

- Gracias…- murmuro quedo - ... pero díganle a Yugi que no lo quiero ver aquí…- sus ojos mieles ahora amarillos miraban un espacio cubierto de sombras y su voz se notaba más fuerte y más segura. Lucio en una habilidad increíble atravesó a la oscuridad y tomo del cuello a la pequeña momia.

- Tu que demonios haces aquí¡- pregunto al punto de asfixiar al pequeño, por lo cual el rubio comenzó a moverse frenéticamente.

- SUELTELO¡ SUELTELO¡… SOLO DIJE QUE NO QUERÍA QUE ESTUVIERA AQUÍ, NO QUE LO MATARA¡- grito el rubio fuertemente aullando como nunca, haciendo que la celda cediera un poco y Lucio cesara el ataque un poco, asombrado de que aquel débil chico poseyera tal fuerza.

Yugi se soltó del agarre y fue a donde estaba Maximillian que lo recibió con las manos abiertas, mientras que sus ojitos violetas de momia estaban asustados por todo, miro con algo de dificultad la jaula donde se encontraba Joey y este únicamente le sonrió.

- No te preocupes Yugi… solo es en la noche de luna llena… mañana volveré a ser el mismo asustadizo pero… por favor vete….- dijo tímidamente, pero un dolor cruzo por su espina dorsal provocando un espasmo involuntario de su cuerpo y haciendo que las garras que sobresalían de su cuerpo se volvieran aun más afiladas, los vellos de la piel blanca fueron casi del mismo color, las manos tomaban aspecto de garras y sus uñas duras como el acero pero de color de plata.

Yugi solo asintió sonriendo - ... Te veré mañana en clase…- dijo ya más aliviado y salió junto con Maximillian y Lucio.

La puerta fue cerrada duramente

Kaiba seguía mirando al rubio de manera fija¿Qué le estaba pasando al rubio lucano?... un rayo se escucho y gruesos colmillos salieron de la boca del rubio… intimidantes, fuertes… los cabellos rubio le llegaba hasta más debajo de la cintura, pero al sonido de otro rayo empezó a cambiar a plateado…. Nunca en lo que había tenido de vampiro, Seto nunca había escuchado nada de lucanos plateados…

Sus manos ya garras seguían con el mismo color del cabello… sus pies también se convertían en fuertes patas de animal, pero los ojos amarillos de aquel lobo se podía ver que estaba perdiendo alguna parte de su conciencia…

Ante sus ojos azules, podía ver el único licántropo capaz de aniquilar la raza vampirica en una noche de luna llena.

- Vete ... – escucho decir en un balbuceo de la bestia. Seto solo quedo quieto en su lugar - ... Vete ...! – fue el rugido de advertencia cuando aquellas orbes oscuras, provocadas por la transformación, se perdían en las azules del señor de la noche.

- No te tengo miedo ... – dijo saliendo de entre las sombras, con los brazos cruzados, desafiándolo.

- No te pido eso ... Aggggggggggghhh – grito mientras se contorsionaba nuevamente, haciendo nuevamente ceder las cadenas - ... Aaaaauuuuuuuuuuuuuuuugggggggggg – aulló fuertemente, para luego azotar su cuerpo contra una de las paredes, haciendo hasta temblar el mismo suelo.

Esta vez, parte del techo del lugar no resistió, por lo cual algunos pedazos empezaron a caer, sobre el lobo y el vampiro. Cuando Seto se percato que estaba por ser aplastado, sintió que algo lo empujaba contra un muro lejano quedando bajo la oscuridad de la misma, frente a él, el gran lobo plateado se alzaba con mirada perdida, para luego sentir que aliento caliente y el aullido en ofrecimiento a la gran luna que se levantaba despacio en lo alto del cielo.

Estaba como observador taciturno de aquel espectáculo grotesco, que apenas se dio cuenta que alguien mas estaba allí, una suave ráfaga entraba sin pedir permiso a la celda donde él estaba, reconoció la figura que bajaba las escaleras rápidamente.

- Joey…- un murmullo suave, tan suave que de haber sido humano no lo hubiera escuchado, vio a un joven de cabellos negros y ojos azules con unas plumas en la cabeza y con la ropa negra dañada... también se podía apreciar un collar en su cuello - Joey….- volvió a repetir el chico hasta mantenerse a una distancia prudencial de la jaula.

-GRGRGRGRGRGR- un fuerte gruñido salió de aquella jaula, y las garras atrapadas en aquellos grilletes hicieron el amague de tocarlo para lanzar un zarpazo.

- Joey… tranquilo, estoy aquí… contigo…- dijo aquel chico de manera suave, mientras que se sentaba al frente y veía como se completaba la transformación del lobo.

-grgrgrgrg… vete Antul¡- gruño de nuevo, pero eran cada vez más los sonidos eran más guturales y menos humanos.

- Siempre me pides lo mismo y nunca te obedezco hijo de la madre luna…- dijo pesadamente…

Ya de humano no había casi nada… excepto por el rostro que no quería tomar completamente la transformación de animal, los ojos azules de Seto pudieron ver cuando la tela se estiro al crecimiento de aquel lucano, la rompió de tajo mostrando un pecho amplio y blanco con velos plateados. Sus pantalones al igual que su ropa interior fue jaloneada dejando ver las partes poco pudientes del lobo y haciéndolas crecer aun más de tamaño, de su espalda comenzó a salir una gruesa y fina cola plateada, ahora los ojos amarillos de Joey estaban rojos. Y eso que un la luna no estaba en el centro de la gran bóveda celeste.

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La figura se movió con sigilo, luego de haber perdido aquella sombra que lo había seguido por todo el día, sabia que lo había visto visitar aquel sujeto, pero no debía levantar sospechas.

Entro por un pasadizo secreto, hasta llegar mucho mas bajo que las mismas catacumbas del lado de la montaña, donde de seguro estarían encerrando aquel lucano. Recorrió el pasillo húmedo, hasta llegar a una intersección, y sin titubear giro hacia la izquierda y de allí seguir derecho por una cueva lodosa y llena de insectos en las paredes.

Cubrió su rostro con una tela, para el hedor no penetrara tanto en sus fosas nasales, ya que era algo sensible, pero la misión lo valía. Al final de aquel pasillos de roca y lodo, puso ver una tenue luz de antorchas, dándole un aspecto tétrico, acompañado por los ruidos de cascos castigar la roca y otro gruñido desesperado.

Ante él, se levantaba una de las bestias mas peligrosas que había habitación en aquel instituto. Aunque antiguamente había sido un castillo medieval, donde se practicaba las torturas y magia negra, más poderosas y mortíferas ... pero culpa de rector, el lugar se convirtió en una academia de monstruos. Sus ojos verdes, brillaron con tristeza y rencor ... extrañaba esos tiempo de diversión.

La bestia sintió su presencia, y con rudeza se abalanzo contra él, pero las cadenas que rodeaban su cuello y cintura no pudo ni siquiera estar a metros. Un gran rugido salió de su boca, mientras movía sus pesuñas al aire y golpeaba el suelo con sus patas.

- Quieres salir de aquí? – su vos suave, abruptamente calmo a la bestia, que lo miraba con el seño enojado, y los ojos rojos de furia - ... Puedo ayudarte ... – le sonrió mientras mostraba que de sus ropas sacaba una especie de palanca, la cual la bestia abrió sus ojos y quiso abalanzarse inútilmente, para conseguirla - ... No .. no ... amigo ... primero te diré que tienes que hacer y yo te liberare ... – sus ojos verdes destellaron maldad, para luego transformar esa cara de muchacho por una de un halcón, mostrando su verdadera figura. Las plumas blancas cubrían su cuerpo, para luego mostrar una alas del mismo color - ... Yo ... Farel, integrante del clan de los hombres halcón, te daré libertad ... a ti ... Minotauro Asterion ... a cambio de que me hagas un gran favor ... – no hubo mas palabras, ya que con solo mirarse el gran toro pudo saber que quería...

La noche avanzaba despacio, para todos, ya iba a ser el toque de queda para los vampiros, por lo cual eran los únicos que había en los pasillos y patios dentro de la instrucción. Pero un gran rugido llamo su atención, pero ya estaban acostumbrados a tales ruidos, pero... era extraño... se sentía que era mas fuerte de lo normal.

Unos muchachos estaban sentados en una de las bancas, cuando la misma salió volando hacia una de las paredes, dejando tirado en el suelo a los pobres vampiros. Un gran rugido se escucho, para luego sentir que alguien muy pesado y grande empezaba a correr y abalanzarse contra las columnas del lugar.

- MINOTAURO! – alguien grito, para luego salir todos aprisa, espantados. Muchos empezaron a trepar las paredes, y de allí tratar de ver como enfrentar a la gran bestia. Los más pequeños fueron llevados por algunos a los salones cercanos, mientras que curiosos salían de sus habitaciones, ante el gran alboroto que habían causado.

La mirada de sorpresa fue en general, pero no pudieron hacer mucho. La bestia, localizo a sus victimas y con otro rugido se abalanzo desesperado. Las victimas... del clan de los centauros, del norte de Nueva Zelanda, apenas habían podido esquivar el topetazo del toro.

Bestias, Vampiros, machos y o hembras... cualquiera que se le atravesara era atacada...

La alarma llego a todo el colegio, provocando la estampida general hacia un refugio seguro...

Pegasus que había llegado ante el patio principal, donde ahora el Minotauro luchaba contra unas arpías, que buscaban sus ojos, para poder cegarlo. Lucio había desvainado su espada, atacando por un costado, pero la bestia era rápida y lista, de un gran manotazo lo tiro contra una pared, y de allí dejarlo medio inconsciente.

El grito de guerra de los hombres reptiles se acoplo con Asterion, quienes se abalanzaron con tridentes, que daban descargas eléctricas. De por si eran guerreros por naturaleza, y ante una bestia de tal tamaño, era como el premio mayor de los cazadores místicos.

... En el fondo de las catacumbas... se podían escuchar con más eco los gritos desesperados...

- Que demonios? – Antul hablo mientras trataba de descifrar las cosas las ánimas de la oscuridad decían.

- Ahh... aghhh ... grrr … aahhhh … aggghhhh … grrrrrr … - eran balbuceos de lucano plateado.

- No ... – el cuervo lo miro detenidamente - ... te quedaras aquí ... que ellos se arreglen ... – la vos fue dura, pero el sonido de los gritos, desde arriba, se habían mas fuertes. El lucano plateado estaba por decir algo cuando escucho un grito definitivo ... que lo hiciera reaccionar.

- YUGI! – fue el eco que retumbo en sus oídos. Se movió abruptamente, mientras trataba de forzar las cadenas.

- DETENTE! NO PUEDES IR ...! - Antul intento que reaccionara ante su vos, pero era inútil, cuando pudo observar sus ojos ... no había rastro alguno de que fuera humano.

- SETO AUXILIO! – se escucho seguido de otros gritos, lo cual en ese momento se dio cuenta el cuervo que había alguien mas en el lugar.

- Mokuba! - Sorprendió vio pasar apresuradamente volando aquel vampiro de los ojos azules, que había visto en el día. Pero antes que pudiera decir algo, el lucano había roto las cadenas y así las rejas.

Como si fuera poseído, el animal plateado corrió escaleras arriba ...

... En el gran patio, el Minotauro tenía como rehenes atrapados entre sus patas, a tres jóvenes. Mientras Pegasus trataba de conjurar hechizos para poder sujetarlo, pero por lo visto poseía un amuleto ante prisión, y no podía hacer mucho, varios estudiantes invocaban los elementos, atacándolo sin resultado, ya que con los pobres niños que tenía, podían lastimarlos.

- Maldita Bestia! ... Suelta a Mis amigos! – el grito del Faraón se hizo escuchar ante los bramidos de la bestia, pero aun así no le presto atención.

- Maldita vaca ...! – el muchacho castaño, que estaba entre sus patas, levanto su puño para darle de lleno en su rodilla, el minotauro apenas grito, para luego sujetarlo de la cabeza, con la intención de rompérsela.

- TRISTAN! – alguien se abalanzó desde el pasillo con gran velocidad, mientras volaba contra la bestia - ... Polvo del infierno ... – grito al mismo tiempo que a sus ojos le tiraba algo rojo, logrando así que soltara al muchacho, para tomarlo en el aire e intentar en la distracción rescatar a los otros dos. Pero el maldito aun así, era rápido y solo pudo sacar a Yugi.

- MOKUBA! – Seto apareció de repente, mientras que aparecía y desaparecía sorpresivamente, acercándose, pero cuando el Minotauro grito, abriendo sus brazos, una gran fuerza invisible lo golpeo lanzándolo contra una de las paredes.

- Hermano! – el pelinegro estaba llorando, cuando fue sujetado bruscamente, y levantado por sobre la cabeza de toro, con la intención de clavarlo en uno de sus cuernos.

Pero nadie previno de lo que iba a suceder ...

Un gran aullido estremeció no solo las columnas del patio, si no que ... hasta el bosque donde los licántropos eran ajenos de lo que sucedía en la academia lo escucharon. Instintivamente, empezaron a correr en dirección de la misma, para averiguar quien era capaz de imponer tanto respeto.

Por un momento el silencio se volvió frió e incomodo. Ante una mirada negra, amarillenta con ganas de matar, una mirada roja, con ganas de aniquilar a quienes lo apresaron ... se enfrentaron.

El gran lobo plateado, de larga cabellera, se abalanzó mostrando todos los colmillos, mientras que el toro se posesiono en sus cuatro patas, soltando así al pobre vampiro, y correr contra aquel animal.

El lobo tomo las astas, para luego con una fuerza desconocida, levantarlo y lanzarlo contra una pared cercana, y mientas aprovechaba la distracción, corrió contra el, lanzando zarpazos y aullando desesperadamente.

El Minotauro grito de dolor, pero aun así, logro lanzar una patada, logrando sacárselo de encima, con sus pesuñas, lacero el pecho plateado, logrando así que el mismo levantara su cabeza, mostrando algo de su cuello, y allí clavarle uno de los cuernos. Pero el lucano previno eso, y se movió lo suficiente, para que solo lastimara su hombro.

Los gritos, aullidos y demás ... eran ensordecedores, Pegasus reacciono en su momento, para indicar a cada uno de los alumnos que tomaran a los heridos y lo llevaran hasta el otro lado del instituto, mientas aquel lobo entretenía al toro enfurecido.

Yami tomo a su primo entre sus brazos, mientras que Duke llevaba a un inconsciente Tristan. Marik ayudaba a Ryu, que se había intercambiado en el momento justo antes de fuera realmente herido de gravedad.

Seto Kaiba, estaba de pie a un costado, mientras su hermano lo abrazaba fuertemente con temor. Los ojos azules no perdían el detalle de la pelea ... Cuando lo vio ser lanzado contra una de las columnas, y embestido por el minotauro, sintió una sensación de angustia.

- Kaiba! Muévete ...! – la vos de Lucio lo saco de sus pensamiento, para luego ser jalado hacia un sitio seguro.

- No podemos dejar una bestia como esa suelta ...! – dijo enojado, mientras trataba de soltarse, pero su hermano se lo impedía, estaba llorando en su pecho.

- Deja por una ves esa maldita pelea entre clanes ...! – el samurai dijo enojado, mientras esquivaba pedazos de mampostería que se desprendía por culpa de la lucha titánica entre ambas bestias.

- El salvo a mi hermano ... – dijo seriamente, haciendo relucir sus ojos azules - ... El minotauro debe morir ... – espero algún reproche, pero no lo hubo.

- Vamos ... la manada de licántropos se acerca ... ellos podrán manejarlo mejor que cualquiera ... – pero antes que el vampiro pudiera protestar, lo interrumpió - ... Ellos poseen garras y son mas hábiles en manada en atacar a una bestia de gran tamaño. Un vampiro seria inútil ante eso ... – no pudo protestar, por lo cual se dejo llevar por Lucio y de allí, seguir a todos los alumnos que iban corriendo desesperados para esconderse.

El gran lobo plateado estaba en uno de los rincones, respirando apresuradamente, mientras que de sus colmillos salía saliva mezclado con sangre, del otro lado, estaba aquel toro con heridas en su cuerpo. La batalla estaba por finalizar, cuando ambos corrieron a enfrentarse...

Pero los aullidos no muy lejos de allí se hizo presente... a un costado del patio, estaban por lo menos 20 lucanos sorprendidos, y otros con ganas de luchar ...

Las bestias engalanadas con el poder de la inconsciencia, eso eran el lobo y aquel minotauro que solo quería vengarse de aquellos que lo habían confinado a las catacumbas…

Los colmillos del lobo se encajaban duramente arrebatando pedazos completos de carne y sangre, mientras que las pezuñas del minotauro dejaban leves desgarres en la piel plateada del lucano.

Se separaron de nuevo y los todos los lobos del instituto guiados por ese lobo poderoso que irradiaba poder, los mandaba con aullos y gruñidos que solo entre ellos se entendían.

Las desdentadas crueles destajaban la vida del enemigo con rapidez y sin dejar que alguno más se acercara lo suficiente para ser dañado de forma contundente.

Eran ataques rápidos y muy doloroso para aquella bestia que gritaba y blasfemaba, sobre todo que expulsaba saliva corrosiva y sanguinolenta por su hocico.. Estaba gravemente herido sobre todo por los embistes crueles de las garras del lucano plateado que se debatía entre sus ojos amarillos y los rojos sin ser verdaderamente estable…

Alistar convertido en un lobo negro de destellos rojos en su pelaje y con los ojos grises, se movía con agilidad avasallante demostrando porque era el más fuerte del instituto, pero solo él entre los lobos había captado quien era aquel lucano plateado y sintió un profundo orgullo oculto de servirle…

Aquella escena era monstruosa para aquellos que volvieron a ver que seguía sucediendo…

Maximillian, Lucio y Seto entraron al salón, para ver sangre y más sangre, sobre todo aquel pelaje plateado que le estaba atrayendo bastante a Kaiba estaba lleno de sangre tanto la del minotauro como suya propia… allí con esos ojos inmortales pudo ver la cicatriz que recorría toda la cabeza el lobo plateado… contra algo más poderoso había peleado el lobo y había salido victorioso ¿pero contra que?

-ARGGGGGGGGGGGGGGG- grito fuertemente el minotauro al sentir las fauces grandes del lobo negro cerrarse en su brazo mientras que otros cinco lobos se lanzaban con sus garras dispuestas a cobrar sangre… en definitiva habría minotauro para la cena ((Lunita: yumiiiiiiiii ))

Pero una pezuña lanzo al lobo lejos quebrándole más de una costilla por el golpe, aquella bestia no moriría sin pelear…. Uno a uno, cada uno de los lobos fueron despachados o en su defecto estaban muy cansados para seguir… excepto uno, aquel plateado seguía de pie… sangrando por el hocico pero con unos extraños ojos… algo macabros…. No humanos, no monstruosos, no animales…

Los gruñidos fueron más fuertes… y la bestia iba a embestir con todo el poder de su cornamenta a aquel lobo, cuando varias plumas atravesaron duramente el cuerpo del minotauro.

-Antul…- dijo suavemente el samurai cuando vio a aquel debió haber sido su prisionero.

Las plumas corroyeron la sangre, mientras que el lobo destajaba cruelmente aquella bestia mientras que sentía como los huesos se quebraran cuando las desdentadas se hicieron más furiosas.

La sangre se olía en el recinto excitando la preactiva imaginación del vampiro castaño… sobre todo la sangre del rubio lucano ahora lobo platinado.

El lucano comenzó a mover la cabeza en tono agresivo para desprender la carne fácilmente, mientras que los lobos que se repusieron también compartían el botín de tan agradable comida….

Finalmente, entre gruñidos, Joey ataco la garganta de aquella bestia mientras que sus fauces se cerraban herméticamente y arrancaban la carne, los huesos y los nervios de aquel animal que, ahora, convulsionaba en el suelo… una masa sanguinolenta, únicamente eso era lo que quedaba del minotauro.

-AUUUUUUUUUUUUU- aulló fuertemente Joey, poniendo una de sus poderosas patas en el vientre de la bestia, para luego separarse y dar permiso a los otros para que disfrutaran del festín.

Los gritos y el terror habían cesado, pero lo más extraño es que Antul aun seguía en pose de pelea, con aquel que consideraba un hermano.

Tres plumas se empotraron en el suelo cuando el lobo comenzó a caminar… ese era un lobo hijo de la madre luna, no su amigo Joey… y debía detenerlo, sabia como se ponía en esos estados de inconciencia y una promesa de jamás volver a dejar que dañara a alguien más….

Otras tres plumas y la mitad del instituto que no eran miedoso, estaba allí, entre ellos, Duke, Ryo ((ya había cambiado con Bakura)), Tristan algo herido, Yami y Yugi, Mokuba y hasta May…

-la muerte¡- grito duramente la arpía al reconocer al chico la muerte para cualquiera y el único enemigo natural de TODOS los clanes reunidos, centauros, atlantidos, arpías, lobos, vampiros… o lo que fueran, él era un enemigo natural de todas las especies y poco le importo las miradas incrédulas de la mitad de los monstruos y demonios que estaban allí, lo único que le preocupaba era Joey y esa incapacidad de volverse cuervo seria seriamente un gran problema.

-la muerte ?- pregunto Yugi que estaba sostenido por Yami, mirando la inusual condición.

Yami lo miro fijamente y luego miro el duelo -la muerte que trae desgracias para todos los clanes y deben ser desechados, quien haga amistad con la muerte, tendrá la pena máxima en cada uno de sus clanes…- dijo seriamente sacando un cayado, no había ayudando en lo de la bestia pero la muerte no pisaría aquella institución.

Kaiba también estaba asombrado de las amenazas de muerte en los ojos rojos del lobo y los azules de aquel enviado de la muerte, pero sabia perfectamente que eran amigos¿entonces por qué actuaban así¿Algún tipo de pacto¿De alianza¿De amor tórrido y salvaje?... que demonios pasaba por su cabeza?

Las plumas se elevaron al suelo y atacaban el suelo alejando prudencialmente al lobo de la gente que estaba allí, pero una cerbatana fue surcando el aire y una flecha pequeña se clavo en el hombro izquierdo del cuervo.

- Que demonios? - dijo mirando de donde había salido aquella flecha, cuando vio la figura de un muchacho halcón, que bajaba del cielo, con sus alas extendidas - ... Tú ... – murmuro despacio, mientras abría abruptamente sus ojos temeroso, cosa que no paso desapercibido para el samurai. El cuervo dio dos pasos atrás y lanzo una de sus plumas a Farel – ... no te me acerques ... - dijo sudando petróleo. Si él estaba allí, resolvía el enigma de porque el vampiro los había seguido.

Los gruñidos del lobo no se hicieron esperar y algo por dentro recobro la cordura anteponiéndose entre el chico halcón y el cuervo. Antul debía pensar rápido ... saco dos plumas de entre sus ropas y las llevo a sus labios, donde empezó a salir una suave melodía, provocando que los que estaban allí, empezaran a sentir su cuerpo pesado y cansado. Cada uno de los estudiantes que estaban débiles, empezaron a caer al suelo, dormidos.

El lobo plateado aprovecho ese momento para huir con todas sus fuerzas, estaba en un estado frenesí, evitando que la música llegara hasta su cerebro. Siendo seguido por dos vampiros, Seiichiro y Kaiba

- Sirenas y encantos…. Un poder de los cazadores…- dijo suavemente aumentando el embrujo de la melodía en sus plumas, sabia que apenas lo capturaran estaría muerto, incluso la muerte puede morir…

Pero debía hacerlo, si no por él, por Joey… aunque le dolía dejarlo solo… pronto todos quedaron dormidos y sus fuerzas aminoraron bastante, Farel y los demás habían caído en el sueño de los encantados, menos cierto samurai… y cierto Profesor de cabellos violetas.

En los brazos Lucio cayo rendido el cuervo de la muerte cuando este se desmayo por utilizar el poder del hechizo tan poderoso.

- Debes ocultarlo ... – dijo suavemente Pegassus al ver el rostro triste del samurai cuando miraba la carita de porcelana de Antul, pero su vos cambio a una mas preocupada, mientras miraba a su alrededor - ... sabes que sucederá si los demás estudiantes lo encuentran ... – camino hasta la gran entrada del patio que daba a la montaña - ... encárgate de ver a los heridos y demás ... tratare de encontrarlo y evitar algún otro desastre.

Entre las sombras de la noche, fue corriendo al espeso y extenso bosque ...

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Nota de Lunita: bueno esta es otra entrega de Monster Oh….. Y bueno que les iba a decir OO… creo que se me olvido… así…. Pobre par de niños míos…. Antul lindo juro que note voy a volver a hacer sufrir así, por lo menos en ….mmmmm ((luna pone cara de estar pensando)) 10 minutos jejejejeje….

Antul : ¬¬

Nota de lunita: bueno ahora es el tiempo de kaechan…

Nota de Kaede: nn que puedo decir ...! amo a mi niño Farel ...! XD ... Matta neeeeeeeeeeeee!