Mons-Ter-Oh!

Yu-Gi-Oh

by

Sadic & Sado Corporation

( Kaede Sakuragi y Luna Shinigami )

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Nota Principal – CAMPAÑA: No permitamos que el PLAGIO se lleve nuestro trabajo, así que si conoces una historia Robada, por favor denúnciala a sus respectivos dueños. No es justo que nuestras horas de dedicación se vayan a la basura y se vean inmiscuidas en una total falta de respeto para el Autor y los lectores. Entre más luchemos, más saldremos adelante. Kaede Sakuragi y Luna Shinigami adheridas a esta propuesta. Gracias, Katrinna Le Fay, por prestar tus palabras, y que seamos varios en gritarlas.

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Capitulo siete

No sabia que le bosque fuera tan grande, se detuvo un momento para ver si podía divisar al lucano que había salido a toda prisa. Sus sentidos estaban alerta, sabía que el maldito de Kazutaka estaba por los alrededores, lo había visto salir a la par de él. Subió a uno de los árboles, para poder ver si los encontraba, pero solo podía escuchar aullidos de lobos no muy lejos.

Aun se preguntaba que demonios hacia en ese lugar, si era un maldito perro sarnoso... La excusa era Mokuba, aquel lucano plateado le había salvado, dos veces desde que lo conocía ...

Vio una parvada de aves salir espantadas a lo lejos, cerca de los límites del instituto. Voló con su poder para poder alcanzarlo, pero justo en el mismo momento que estaba por posarse en una roca, sintió que algo lo empujaba...

Al levantar su vista se encontró con un gran felino, una pantera, la cual mostraba sus fauces para atacarlo. De una patada, Kaiba, pudo liberarse de la bestia, pero cuando intentaba ponerse de pie, otros animales llegaron hasta su espalda, tratando de morderlo. Solo con tocarlos, los zorros se calmaron, mirándolo con dudas, para luego retirarse tambaleándose.

- Dominación... rama... Obediencia ... – una vos entre las sombras lo puso en alerta – Fascinante ... – Seiichiro se hizo presente ante él, con una sonrisa descarada.

- Que demonios haces aquí Kazutaka…? - Kaiba dio dos pasos y se acerco al vampiro preguntando enojado, mientras que el vampiro reía mirando a su alrededor.

- Yo? Estudio aquí - pero antes de que Seto le respondiera algo el se decidió a darle la palabra al vampiro castaño - ... He venido por prendas… por regalos… - sonrió de costado al ver el desconcierto en el ojiazul - ... por el hermoso lucano rubio…. Puedo tomar lo del bosque… tengo derecho de exigir pago … y ese es uno de los mejores ... - dijo relamiéndose los labios y Kaiba trato de no matar al infeliz, que había puesto sus ojos demasiado alto, para su propio gusto.

El vampiro intento abalanzarse en contra Kaiba pero fue más rápido y se interpuso sacando unas uñas inmensas y desgarrando parte de la ropa que llevaba el vampiro castaño de ojos amarillos.

- No te atrevas…ni siquiera acercártele ... - murmuro sacando unos bellos colmillos. Seiichiro simplemente sonrió

- Desde cuando el vampiro más clasista de nuestra historia trata de defender a un lucano… - las palabras salieron mordazmente, con un brillo particular en sus ojos.

- Le salvo la vida a mi hermano, es una deuda de honor -luego sonrió muy Kaiba -pero que sabes tu del honor?... solo quieres revolcar al chiquillo, cuando esta en su fase humana, porque no intentas sodomizarlo cuando esta con su parte lucana…?- pregunto fuertemente.

- Porque?… Kaiba soy un vampiro bastante viejo, por ende no soy ningún idiota… ya me enfrente a Joseph cuando era más pequeño… y gracias a eso, perdí gran parte de mi vida vampirica… esa cicatriz de su cabeza, se la hice yo con un bastón de marfil… es mío me pertenece, yo lo marque… mi querido líder ... - su voz en ningún momento dejo de ser socarrona, mientras hacia una reverencia en forma de burla.

- Maldito seas… que no es tuyo… ni por ley de clanes puedes estar sobre un líder y eso incluye al perro ... - dijo duramente Kaiba sacando aun más sus uñas, aquella envenenadas que le daban el poder de ser el líder de los vampiros.

- Claro que lo es ...! Su padre me lo vendió por unas buenas presas ...! – dijo con burla, en el mismo momento que lo pateaba y lo lanzaba contra un árbol. Kaiba por un momento quedo desconcertado, acaso había oído bien? No, quizás estaba mintiendo - ... Si ... querido líder ... su padre, un perro que solo le interesa cuanto puedo comer, beber sangre y divertirse con los humanos ... Sabias que ambos tenemos gustos por las cosas exóticas? – Seiichiro aprovecho para pegarse a su cuerpo, inmovilizándolo por unos momento, hablando seductoramente a los labios del ojiazul - ... Ver la delicada presa, tan indefensa, tan inocente, para luego ver como la sangre corre por aquel piel blanca mientras le abrimos las piernas y la desgarramos ferozmente. Una delicia que pocas veces, no compartimos ... salvo claro ... – lamió los labios del otro vampiro - ... cuando su hijo esta en otros lados, o bajo mis hermosos dientes ... – Kaiba se enfureció, y lo empujo, lo cual al otro le causo gracia - ... Ver aquel hermoso lucano, correr por los bosques, mientras el miedo lo atormenta, ya que noche tras noche, las pesadillas se hacen cada ves mas insoportables ... ver que llorar, se retuerce, y a la ves se deja sodomizar ... mmmm ... realmente delicioso ... – aquel vampiros de los ojos amarillos, llevo su mano a su entrepierna ya erecta - ... Ahhh ... con solo pensarlo, me da ganas de poseerlo una y otra vez ... – miro detenidamente a los ojos de Kaiba - ... pero a falta de ese perro ... tengo una hermosa perra de ojos azules – se abalanzo precipitadamente, golpeándolo, volviéndolo a tirar contra otro árbol, lo suficientemente fuerte, para dejarlo atontado.

Poso su mano sobre las muñecas del otro, sujetándolas fuertemente, sonreía seguro de sí mismo, sabía que el ojiazul, no había comido desde la noche pasada, ya que sus sentidos le decían que estaba nervioso y ansioso por algo. Ahora aclaraba sus sospechas, la presencia de aquel lucano había cautivado al jefe de los no-vivos, su experimento estaba saliendo mejor de lo que esperaba. Sorpresivamente ataco los labios del ojiazul, mientras los mordía y trataba que los abriera, se deleito por unos momentos de aquella sangre pura y de estirpe, mientras movía sus caderas provocando gemidos de su parte. Ágilmente poso su mano debajo de las ropas de Kaiba, para empezar a rasguñar su piel y hacerlo gemir de dolor, aprovechando ese momento para moverse y quedar entre sus piernas.

- Eres realmente excitante ... Seto Kaiba ... – con hábil mano, empezó a desgarrar el pantalón, mientras su presa, débil por falta de sangre, intentaba soltarse haciendo el juego mucho mas interesante para su captor.

- Bastardo ... SUÉLTAME! – intento alejarlo, pero no sabia porque Seiichiro poseía tal fuerza, ya que aunque se encontraba algo débil, era superior.

- No ... – le susurro mientras empezaba a besar su cuello, pasando su lengua mientras se movía sobre este, haciendo fricción sobre la hombría de Kaiba, que apenas se estaba levantando, pero aquel ojiazul aun se resistía y eso provocaba que en cualquier momento llegaría al clímax – Al demonio, basta de juegos ... – le dijo mientras con una mano empezó a desgarrar la ropa casi dejándolo semi desnudo al torso. Lamió, y mordió sus tetillas, mientras que su presa estaba agitada e intentaba liberarse, colando su mano en el pantalón, tomando la semi erecta hombría del vampiro, mientras trataba de dominarlo - ... Serás tan mío ... como pronto aquel perro de Wheeler ... – el rostro de Seiichiro fue bajando llegando hasta la cintura, dejando un rastro de saliva. Seto en ese momento intento pensar en alguna forma de escape.

- " Invocación ... " – fue pensamiento, y como si alguna bestia lo escuchara, la misma pantera negra se abalanzo contra el vampiro de los ojos amarillos. Logrando así liberarse.

- Que demonios! – grito enardecido aquel sujeto de los ojos amarillos, cuando las garras de aquel felino se clavaron en su espalda – Maldita bestia ... – grito, al mismo tiempo que sacaba un cuchillo de entre sus ropas y se lo clavaba dejando el cuerpo sin vida a un lado. Kaiba aprovecho para atacarlo. Seiichiro esquivaba con dificultad la rabia de aquel vampiro de ojos azules que lo miraban con oído ¿Qué demonios detectaba en aquel líder que odiaba?. Clavo el arma blanca en su pierna, para luego empujarlo contra uno de los árboles, y atravesar la carne de la misma, enterrando el mango hasta tocar el tronco, estacándolo, dejándolo inmóvil, no faltaba mucho para que saliera el sol - Es hora de decir adiós ... – aquel vampiros de los ojos amarillos, levanto su mano en alto, demostrando sus uñas largas como garras, listo para atacarlo.

Pero no previno que una gran bandada de cuervos se abalanzaran contra el, principalmente a los ojos, Kaiba estaba apoyando en el tronco, con los ojos cerrados, mientras su respiración era pausada, pero había reunido la energía suficiente, para poder invocar algún animal cerca. Al liberarse, pensó en atacarlo, pero estaba pronto a amanecer, a disgusto de su parte, tuvo que salir de allí, para buscar refugio, esta vez, había quedado como que huya a la pelea ...

... Las sombras del bosque irradiaban al amanecer y las alimañas del bosque se retiraban al paso veloz del lobo, sus fauces llenas de sangre, pero sus ojos había cambiado a unos mieles bonitos. Las grandes zancadas del lobo surcaron por los riachuelos, sin embargo seguía de cerca de aquel lucano rubio siguiendo el olor de sangre de las alimañas del bosque… quería encontrarlo por una estúpida razón, aunque un no sabia porque…

Sabia que le debía algo pero por el momento su cabeza fue embotada por la necesidad de saber donde estaba el perro de Wheeler, además el sol estaba por salir y necesitaba encontrar un sitio donde refugiarse antes de que su cuerpo se volviera carbón ardiente. Para su alegría encontró una gruta donde el olor de aquella bestia se enjaulaba… entro con cuidado… mientras que los rayos del sol amenazaba con volver a cualquier espíritu de la noche, en cenizas. Se acerco con extremo sigilo y dentro de aquella gruta pudo observar un cuerpo pequeño, delgado, blanco y completamente desnudo acostado e inconsciente al lado de un pequeño arrollo entre aquella cueva.. Estaba oscuro, pero aun así el efecto de la luna llena había pasado. Ahora estaba únicamente un niño inconsciente al lado del agua, con ciertos daños superficiales en su piel y un hilito de sangre saliendo de su tersa boca.

Con cuidado Kaiba se acerco para ver si aminoraba el peligro, pero únicamente estaba desnudo, allí pero desmayado… y se permitió mirarlo.. Se permitió pensar en cada uno de las cosas que quería hacer su instinto animal con esa bella criatura humana.

Lo rodeo con cuidado, mirando las finas curvaturas de sus piernas blancas, mirando con recelo esa estrecha cintura y esos brazos delgados, mirando con cuidado como esos mechones rubios como aquel sol que no podía ver, estaban desperdigados por su rostro blanco de marfil, mirando con cuidado esa espalda de leche y se le hizo apetecible al tacto y al gusto… sintiendo como la sangre se agolpa dentro de ese cuerpo delgado y hermoso, que tentaba como nunca antes a un hijo de Dracul.

Al rodearlo por completo vio sus piernas un poco contraídas y aquella entrada apenas visible, lo hicieron sentirse un animal, recordando trozos incautados de su húmedo sueño... Recordó que lo estaba poseyendo, que aquel lucano gemía su nombre y que mientras el bebía de su deliciosa sangre, el otro con sus apenas visibles garras le desgarraban la piel…

Se acerco más y pudo sentir ese aroma a jazmines y sus manos largas y unas uñas aun corroídas de veneno trazaron gestos imaginarios encima de la piel…

Necesitaba con ansias locas poseer a ese espíritu de la madre luna… se estaba excitando y sus hermosos ojos azules como vetas de zafiro se volvieron rubíes, aquellos colmillos que siempre estaban en su delicada boca, obtuvieron unos diez centímetros, se sintió fuera de control… Se sintió como nunca antes, como un maldito animal… como si llevara en la sangre poseer a ese lucano… que estaba inconsciente…

INCONCIENTE

Gritaba su mente, pero su miembro duro, por el solo observarlo se le estaba haciendo imposible¿él… hijo de Dracul, descendiente de Caín … sintiendo deseos mundanos por un hijo de la madre Luna….?

Increíble… su orgullo gritaba que se detuviera, que analizara, pero sus malditos instintos querían marcarlo como suyo… derramar su esencia dentro de él y demostrarle al mundo que era suyo…Malditas hormonas… maldita sangre que lo estaba llamando, con cuidado se acerco al terso cuello que hacia mucho lo estaba llamando…

La sangre de la yugular se le hacia deliciosa…

- No ...! – dijo en vos alta, al mismo tiempo que su cuerpo volaba hacia atrás, estrellándose contra la pared, provocando un gran golpe en su espalda, pero la sensación de lujuria y sangre era mas importante.

Se acurruco en el rincón mas oscuro de esa cueva, estaba perturbado, estaba excitado por culpa de Seiichiro, y las palabras de este aun resonaban en su cabeza. Ser vendido por su padre, ser usado por aquel maldito... El sueño, aquel que parecía tan real, su piel, su aroma, su sangre.

- NO! Basta ...! – volvió a decir, estaba desesperado, había algo dentro de él que estaba enloqueciéndolo y tener aquella bestia cerca, estaba aun peor.

- Es la falta de sangre ... – la vos suave y pausada, hizo levantarse apresuradamente, para encontrarse aquellas pupilas mieles mirándolo - ... Estas entrando en un estado de frenesí ... debes alimentarte ... si no ... perderás la cordura y te volverás inestable, atacando o terminando muerto por falta de conciencia racional ... – el lucano lo miraba seriamente, pero estaba tranquilo, su rostro lo demostraba.

- Aléjate Perro ...! – dijo con desprecio, mostrando sus colmillos y sus garras, trepando por la pared, llegando hasta el techo – No eres nadie para hablarme así ... o decirme que hacer ... Eres un maldito canino apestoso ... Prefería que estuvieras muerto ... – dijo histérico el ojiazul, mientras cada vez sentía que su cuerpo perdía razón.

- Lo que tu digas ... – se incorporo, mostrando su semi desnudes, ya que había tomado una de las telas que había perdido Kaiba en la misma cueva, cuando salto hacia atrás.

- Estúpido animal, eres un perro ... como Yo el Amo del Clan de los Vampiros puede ensuciarse con la sangre bastarda de tu especie ... Además ...

- Por un par de horas ... soy un simple humano ... – murmuro Joey despacio, pero lo suficiente fuerte para el oído de un hijo de la noche. Le dio la espalda, dirigiéndose al pequeño lago que había en el lugar, entrando a este para lavar sus manos que contenían sangre. No quería recordar el motivo, ni que paso después, pero ... - ... Mokuba se salvo .1.. Verdad? – dijo quedito, mientras se abrazaba a si mismo, a la orilla del agua, y empezaba a temblar de frió.

- No te interesa ... No tienes nada que ver con MI hermano ... Entendiste! – Seto Kaiba se sorprendía en el estado irritante que presentaba.

Suspiro con disgusto, algo le pasaba, estaba cansado, el sol ya se había levantado y si quería salir de allí, era morir ... Las manos empezaron a temblarles, y los ruidos externos estaban colmando su paciencia, las aves, los animales, las nubes al pasar, lo estaban poniendo de muy mal humor. Miro sus extremidades, también con sangre, sus uñas largas mostrando apenas el veneno con el cual había atacado a Seiichiro, el olor a humano le era tentador, debía comer algo, quizás el maldito rubio tenia razón, hacia ya casi dos días que no probaba sangre decente.

Cerro sus ojos, tratando de calmar su alma, hasta que sintió un olor y gusto metálico en su rostro ... Al abrirlos, se encontró con aquel lucano, con los ojos cerrados, mojando sus labios con sangre de sus dedos, los cuales había cortado.

- Que crees que esta haciendo ... – lo tomo bruscamente de los brazos sacudiéndolo, tirándolo al suelo, y allí posesionándose sobre él - ... No juegues conmigo! Perro ...! ... – le grito mientras lo sacudía contra el suelo.

- ... Joey ... – le dijo despacio, mientas sus ojos mieles eran descubiertos despacio, al abrir sus ojos - ... ese es mi nombre ... – pero antes que fuera interrumpido nuevamente por aquel vampiro, hablo con media sonrisa - ... Mokuba se pondrá muy triste si no llegas bien esta noche ... es tu hermano ... recuerdas? – el rubio cerro sus ojos, mojando los labios de Kaiba con sus dedos, mientas que con la mano libre lo iba acercando cada vez mas a su cuello, sin encontrar resistencia a tal acto.

El único leve sonido que se escucho, fue un pequeño quejido del rubio, al sentir los largos colmillos atravesar su piel blanca. Kaiba ni siquiera había pensado en negarse tal ofrecimiento, lo deseaba, quería poseerlo aunque sea tomando parte de su sangre, ahora humana, sin correr el riesgo de alguna maldición tabú.

El castaño se posesiono sobre aquel cuerpo mas pequeño, amoldándose entre sus piernas, las cuales separa despacio mientas se movía y se acomodaba. No pudo resistir recorrer aquel cuerpo con sus manos, mientras degustaba la dulce sangre " Joey ". Al principio empezó bruscamente, pero al sentir que drenaba la esencia de la vida, aminoro su hambre, mientras se movía sobre este. Sintió las energías que volvía a él, que su cuerpo recibía gustoso aquel líquido carmesí dándole la fortaleza para llegar hasta la noche, y de allí volver al instituto.

" Seto" ... escucho decir al oído, cuando el lucano había girado todo su rostro para el otro lado, dándole mas acceso a su cuello. Pero el ojiazul, separo sus labios manchados de sangre para lamer la herida, cerrándola despacio, hasta el punto de cicatrización. Su raciocinio le advertía que si seguía así, lo mataría ...

El cuerpo semi inconsciente, agitado, semi desnudo, provoco que empezara a recorrer su rostro besándolo despacio, al mismo tiempo que se despojaba de lo poco de ropa que le quedaba, al mismo tiempo que sentía que "Joey" se movía buscando aun mas el contacto del cuerpo.

El rubio no creyó que aquel acto lo excitaría de tal forma, que hasta disfrutaría el dolor en su yugular, provocando una erección que explotaría en cualquier momento. Los labios recorrieron su rostro, delicadamente, y se hundió en un mar de ilusión jamás pensada. Se sintió querido, se sintió que había encontrado todo aquello que siempre había esperado en su vida, en su pesadilla.

La mano del castaño llego hasta ambas entrepiernas, y de allí tomar las hombrías, para empezar a friccionarlas, dándose el placer y el gusto de escuchar gemidos de aquella criatura, hija de la luna. Lo miro a los ojos, observando su rostro como demostraba que disfrutaba lo que estaba haciendo, un impulso de lujuria, dio en su mente, tenia que poseerlo ya ... ahora ... no había vuelta atrás.

Azul y Miel ... Fuego y Pasión ... Licántropo y Vampiro ... Humano e Hijo de la Noche ... con solo mirarse ... llegaron al clímax, con solo tocarse ...

Antes de quedar ambos dormidos, Seto acaricio sus cabellos rubios, Joey solo sonrió, ocultando su rostro en aquel pecho que a pesar de todo, lo sintió cálido.

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Los ojos azules de Antul se abrieron de nuevo mostrando un brillo mortecino, cuando intento levantarse se encontró atado por bunas gruesas cadenas y miro de soslayo a quien tenia su cuerpo en ese estado…

Sin querer cerro sus ojos y trato de pensar en otra cosa que no fuera, aquel samurai.

- Por fin despertaste ... - dijo la voz fuerte y se sentó a su lado, mientras que Antul simplemente veía con los ojos muertos.

- No es necesario que me ate, no puedo huir, cuando utilice "los cánticos de las criaturas", simplemente me quede sin energía, mis plumas solo podrán ser utilizadas dentro de unas 24 horas… así que tranquilo que no me escapare…- suspiro mientras veía al samurai quitándole las ataduras – ... donde esta Joey?- pregunto despacio.

- No lo se, muchos salieron a buscarlo…- miro fijamente como el chico se tomaba de las muñecas.

- Necesito encontrarlo, en ese estado es vulnerable, ante Seiichiro…- respondió tratando de levantarse pero cayendo inevitablemente al suelo, dejando que sus manos blancas sangraran de forma copiosa, sangre negra como buena criatura de la noche…

El samurai no le ayudo a levantarse, no podía, no quería de cierta forma, acercarse demasiado a aquel extraño, pero quería al mismo tiempo… cosas ilógicas de la vida…

- Que tienes que ver con Seiichiro?... - pregunto encarándolo de frente y tomándolo entre brazos, obligando a que lo mirara, pero las luces azules que Antul, se volvieron blancos….

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Recito de forma extraña varias veces, como queriendo que Lucio se las grabara en la memoria… sus plumas crecieron aun más y se lanzo a los labios de Lucio, profanos, beso con la intensidad de su raza, Lucio no sabia si corresponde o no, pero lamentablemente sus hormonas hablaron por él, así que lo asió fuertemente de la cintura y lo llevo hasta la cama de forma violenta…

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Recito con los ojos cerrados, mientras que el samurai de ojos verde bonitos, también perdió las luces por aquella maldición, comportándose como una bestia en celo… arrebatando la ropa de manera brusca y brutal, haciendo acopio de su fuerza sin, medir lo que hacia con la criatura que estaba debajo de su cuerpo, un cuervo, un demonio, un cazador, un enemigo…

Con saña mordió el cuello albino y se excito por la sangre que brotaba de ella… recorrió con ambas manos el cuerpo frágil de aquella ave, portadora de la muerte, amigo de un lucano y un maldito cazador…

Las plumas…revolotearon a su alrededor con fiereza, saliendo del cabello del joven para viajar entre los cuerpos de ambos amantes… la fiereza y la disposición de tener a Antul se hizo presente y viajo con ambas manos y unas uñas largas haciéndole sendos rasguños y brotar la sangre de ellos…

Un clic hizo la cabeza de Antul y sus ojos se volvieron de nuevo azules, regresando a la conciencia de su raza, sintió los labios embravecidos de Lucio en contra de su cuerpo y sus uñas rasgándolo finamente, haciéndolo llorar.

- Basta¡…- grito fuertemente tratando de alejarlo de su cuerpo, pero Lucio ya actuaba por mero instinto, aquel que había sofocado hace más de trescientos años… - LUCIO, BASTA, SUELTAMEEE¡- grito fuertemente sacando varias plumas negras que trataban de alejar a aquel muchacho o viejo o lo que demonios fuera… lloro, fuertemente cuando una de las manos de Lucio viajo hacia su intimidad y penetro duramente con saña y dos dedos su estrecha cavidad –ARGHHHHHH… NO… DUELE… LUCIO….- grito de nuevo, tratando de alejarlo, sintiendo un dolor profundo en su entrada…

Se movió duramente cuando sintió que la sangre bajaba por las manos de aquel samurai bello de ojos verdes y lloro por impotencia, recordando que demonios había hecho para que el samurai se comportara así, abrió sus ojos desmesuradamente cuando los dientes de Lucio se clavaron en su miembro haciéndolo sangrar…

Lloro sangre, lloro impotencia y recordó…

Tukultininurta será la luna de todos los pueblos, entendiendo que pueblo es la nación obscura a la que perteneces; Vampiro y Criatura de la Noche; cuando todo el mundo esté cubierto por la oscuridad, con la negrura total surgirá la Luna Mortuoria.

Casi grito fuertemente la ultima parte del hechizo que habían hecho juntos con Joey… Lucio abrió sus ojos verdes y vio lo que había hecho con el joven cuervo y sintió repulsión de si mismo…

- Yo… no… yo…- trato de hablar pero la mano suave de Antul se poso en su rostro.

- Cálmese, solo fue un hechizo de los cazadores y los brujos del bosque, el evangelio de los vampiros…- dijo suavemente – ... no tuvo la culpa, no la tuvo…- dijo pasito mientras que caía en el ambiente soporífero del sueño…

Lucio lo beso suavemente y trajo remedios para curar las heridas proferidas al cuervo de la muerte….lo miro suavemente, lo admiro fijamente… le beso con cuidado y lo cubrió vigilando el sueño diurno… preguntándose, como la muerte habría sido capaz de recitar la primera línea del evangelio de los vampiros, en definitiva este año no iba a ser normal…