Penumbra entre dos Sendas


Capitulo 3:

Telarañas de Sangre

¨Cissy, cissy araña tejió su telaraña

Vino la lluvia y se la llevo.

Salio el sol, se seco la lluvia.

Y Cissy, Cissy araña, otra vez tejió.¨

Anónimo

Ruido. Los pasos por la escalera se hacían cada vez mas apresurados. Resonando sobre la madera de roble, apurados, casi desesperados. Únicamente queriendo llegar a la meta.

-¡Niño¡No corras!

-Regulus, detente ahora mismo y responde a nuestras preguntas. ¡Regulus!- las voces impertinentes de los cuadros lo llamaban con energía al verlo pasar. Tratando de llamar su atención, pero el niño no los escuchaba. Solo quería llegar a su cuarto y alejarse de todos. En su mano, la carta de Hogwart aun firmemente sujeta, apretándola como había hecho antes su madre, pero el no gritaba.

Las escaleras se acabaron, y por fin su refugio. Abrió la puerta de su cuarto sabiéndolo vació. Pero al entrar, allí, sentada sobre la cama estaba su prima, Narcissa.

-Regus ¿Qué fue lo que ocurrió?- pregunto la rubia viéndolo directamente a los ojos. El morocho hizo un esfuerzo por respirar tranquilamente, clavo su mirada en la rubia y hablo sin dejar entre ver su estado.

-Cissy, vete de mi cuarto- pidió tratando de sonar frío y directo. Haciendo esfuerzos por no desahogarse con su prima ¿Qué fue lo que ocurrió¡¿Qué fue lo que ocurrió! ¿Qué nadie tenia una pregunta mas absurda? Su madre lo había gritado por toda la casa, debía suponerse. Debía suponerse, pero nadie lo daba por hecho. El tampoco había querido hacerlo, todo era como una pesadilla. Que lentamente estaba sucediendo.

-Reggy…yo…-

-Vete de mi cuarto- Repitió el por meses mas chico, desviando la mirada hacia el piso. Solo necesitaba estar solo, necesitaba re leer la carta entre sus manos y tratar de encontrar en ella las respuestas a todas sus preguntas. Necesitaba soledad para gritar y llorar- Cissy,….no- advirtió dando un paso hacia atrás cuando la rubia en lugar de dirigirse hacia la puerta fue hacia el. Necesitaba soledad, no ese abrazo. No ese abrazo que aunque dispuesto no era el que deseaba.

Aunque no era lo que necesitaba se dejo acoger por el, abrazándose a Narcissa. La rubia a pesar de ser muy delicada no dudo, imprimiendo la firmeza necesaria para reconfortar:

Regus, escucha…

La interrumpió el susurro ahogado en su cuello del menor de los Black:

-No necesito un ¨te lo dije¨-

-No voy a decirte eso…. Tu conciencia sola te dirá lo que crea conveniente- susurro Narcissa convincente- yo solo… solo quiero decirte- sin titubeos lo separo un poco para verlo directo a los ojos.- que aunque el mundo se venga abajo y mañana te odie… Seguiré siendo tu prima…

Palabras vacíos para muchos, vacías para el mundo, pero en esa familia no se necesitaba más. La sonrisa nostálgica se contagio a Regulus al recordar que había usado palabras similares años atrás. Cuando Cissy sintió que su familia la dejaba, como a una muñeca de porcelana en un estante.

El morocho asintió con la cabeza y se soltó del abrazo. Después de todo; los sentimientos no importaban. Solo la sangre unía de verdad a las personas. Y eso era una contradicción por como lo manejaban su prima y su madre. Manejaban las ideologías a su conveniencia. Decían que Sirius había traicionado ideales, no sangre. Por las venas de su hermano el líquido escarlata seguía siendo el mismo. Aunque lo abrace, aunque lo deje, seguía siendo su hermano y eso era lo único que importaba. Como era tan chico no pensó en todas las implicaciones, igual, solo podía sentirse abandonado por la persona mas cercana que tenia en el mundo. Dejado en un lugar peligroso por quien decía querer cuidarlo.

-Gracias Cissy…- hablo luego de segundos de silencio.- pero por favor… déjame un poco solo- pidió y la chica asintió.

-Claro primo, cualquier cosa estaré en mi cuarto con Hever- dijo la rubia nombrando a su gato. Y elegante a pesar de su corta edad, desapareció del cuarto sin volver la vista atrás.

Regulus cerro la puerta tras ella y el silencio del cuarto callo por completo sobre el. Su mirada infantil seguía fija en la puerta cuando en susurro llamo:

-Kreacher…- y el elfo apareció mágicamente a sus espaldas haciendo una especie de chasquido.

-¿El joven amo llamo?- dijo la criatura de un aspecto maligno haciendo una reverencia muy exagerada y sentida de respeto, pero clavando sus ojos en la espalda de Regulus, quien no volteo.

-Insonoriza la habitación -ordeno el chico- que ningún ruido salga ni entre por unas horas

Kreacher hizo lo que le pedía, como era poca magia la requerida para eso hasta un elfo domestico podía hacerlo.

-Ya esta¿algo mas joven amo?- pregunto repitiendo la reverencia.

-No, vete hasta que te llame- Respondió Regulus con la voz firme. Escucho el ¨plop¨ proveniente de la desaparición Kreacher y un gemido escapo de sus labios, las silenciosas lágrimas marcaban brillantes surcos en sus sonrojadas mejillas.

Aquello tenía que ser una pesadilla.

Un sueño….solo fue un sueño- balbuceo recargando su frente en la puerta mientras las lágrimas se incrementaban y los sollozos se hacían audibles- ¡Malditos sueños!- grito enfurecido y la joven e inexperta magia hizo estallar un adorno de cristal cercano. Los cristales impactándose por todo el cuarto lo sobresaltaron y mejor fue a tirarse en su cama- Sirius…regresa a casa- sollozó apretando la carta entre sus manos- ¿Qué no hay nada que valores aquí?...- termino cubriendo su rostro con la almohada, queriendo ahogar su llanto, no debía estar llorando. No era digno de un Black llorar, pero su madre estaba abajo, no podía impedírselo. No era propio de un hombre llorar así, escondiendo las lágrimas en la almohada, queriendo detener hasta la respiración. Pero su hermano no estaba ahí para consolarlo. La funda de la almohada si estaba, y las plumas dentro de ella para ahogar sus gemidos, aunque no fuera necesario esconderlos.

La lluvia seguía golpeando los cristales de la casa mientras en el cuarto también había gotas de agua. Sin poder evitarlo derramo egoístas lágrimas por su incierto futuro. Y mientras lloraba, sobre la mesa, las piezas que tenia en el mágico tablero de ajedrez se re acomodaban. Ese tablero había sido un regalo de su maestro preferido, cada pieza representaba a alguien en su vida. Su madre, la reina negra, su padre el rey, simbólicamente a la cabeza de la familia. Sus primas: Dos torres y un caballo. Y su hermano y él, los dos alfiles. Lentamente uno de los alfiles negros se movió hacia el lado de las blancas, a un puesto aun vació y una mancha de color marfil apareció en el. Mancha que con los años se iría expandiendo como el alejamiento con Sirius.

• ♦ •

Días transcurrieron con pesadumbre y situaciones poco normales disfrazadas de rutinarias. El nombrar a Sirius de repente se volvió algo tabú, no debía mencionarse. Aunque todas las platicas eran sobre el.

Sorpresivamente el mas alejado de las charlas era Regulus. Había cedido ante las peticiones de su madre de duplicar sus estudios. Paso de tener un tutor que le dictaba lo básico a tener cinco, anteriormente alcanzaba con que supiera magia simple, literatura, matemáticas y algo de protocolo e historia. Ahora por instrucción de su madre se le habían sumado todas las materias que tendría en Hogwart en el primer año, incluyendo otras cosas de interés para la familia.

La educación del menor de los Black dejo de ser algo que se daba por hecho y Walburga comenzó a prestarle toda su atención y supervisión. Para fin de año debía saber desde como desaparecer una arruga de la ropa hasta mantener un pequeño duelo.

-¿No crees que le estas exigiendo mucho a tu hijo querida Walburga?- sugirió Druella, madre de Narcissa, girando la elegante taza de té entre sus manos.

- ¿Qué es lo que intentas decirme con eso?- espeto la morocha dejando las cortesías de lado y su taza sobre la mesita junto a los sillones en donde estaban.

-Trato de decirte lo que digo- soltó la tía de Sirius y Regulus sin verse alterada por los modales de su cuñada- decía que creo, estas exigiendo mucho a Regulus. Mi hija me ha mantenido informada. Entre tantas clases carece de tiempo. Comenzara Hogwart en primer año.. no tiene que estar listo para graduarse.

-Esta atrasado- respondió Walburga viendo a la rubia con altanería- No permitiré que entre en desventaja. Y no me importa si te preocupa que tu hija haga el ridículo frente al mío. Las clases que tiene solo son las necesarias, ni mas, ni jamás menos…

-¿Las necesarias para que?- pregunto con una suave sonrisa- ¿Para que no se vuelva un asqueroso Gryffindor como su hermano?- la madre de Cissy se cubrió los labios con la mano elegantemente al reír- Perdóname Walburga, pero obligándolo a estudiar no te aseguras que siga el caminito correcto. Nada puede garantizar que tus dos hijos no se irán juntos a compartir cuarto con sangre sucias… y quien sabe que mas.

-¡Cállate Druella! Estas en mi casa y te exijo respeto- aclaro la morocha crispada en rabia- y te recuerdo…- dijo entre dientes- que yo solo tengo un hijo. Y haré todo lo necesario para que llegue a ser lo que debe.

La rubia soltó un suspiro, Walburga siempre intransigente, dejándose llevar por sus emociones.

-¿Y que…se supone que debe ser?- pregunto volviendo a tomar su taza de té. Walburga sonrió de una manera algo torcida, sus finos labios se curvaron hacia la izquierda mientras observaba a su cuñada con arrogancia:

-Será todo, todo lo que yo quiero que sea- aseguro llevando también su taza hacia sus labios, evitándose el reír satisfecha con sus planes.

•♦•

En otra parte de la casa, unos pacitos resonaban por los pasillos. La mirada del chico era algo distinta a como la recordamos, no estaba humedecida por lagrima alguna, ni mostraba signos de nostalgia. Únicamente iba revisando unas cosas mentalmente. La ira también había pasado por esos ojos grises, pero hasta ella se había ido. Ahora su expresión era únicamente de concentración, alguien que va absorto en su mundo mientras camina por un oscuro pasillo.

-¡Regus!- los pasos detrás de él lo alcanzaron y la voz femenina lo llamo haciéndolo girar para reconocer a su prima.

-Hola Narcissa, no sabia que vendrías.- la rubia se acerco.

-Ni yo, mi madre vino a hablar con la tuya.- hizo una pausa hasta quedar frente a su primito- Y bien… ¿Qué esperas?- dijo la rubia. Regulus la miro un segundo sin terminar de entender y por eso pregunto:

-¿Que espero, para que?

-Para alegrarte de ver a tu prima preferida- bromeo Narcissa consiguiendo que el otro se relaje.

-¿Esperas una reacción sobre exagerada o solo unas palabras?- pregunto sonriendo.

-Mmm….- la chica pareció pensarlo- Me conformo con un regalo pequeño, nada ostentoso. Sabes que los diamantes me sientan bien.

-Me alegro de verte.

-Es bueno saberlo- las actitudes desenfadadas no duraron mucho, porque enseguida Regulus pregunto:

-Ahora Cissy….en serio; ¿para que viniste?

-Nada en particular, solo quería platicar un rato. Me estaba aburriendo sola en mi cuarto…- suspiro en muestra de fastidio haciendo un agraciado movimiento con su manita- sin nadie con quien hablar sobre la carta que me mando mi hermana ayer.

-¿Una carta?- Regulus oculto el ligero vuelco que dio su corazón al sentir el llamando de la curiosidad. Las cartas de las hermanas de Cissy eran la única información de Hogwart a la que tenía acceso- Que interesante, pero antes tengo otras cosas que hacer. Si quieres puedes acompañarme- propuso sonriéndole a su prima que asintió interesada en lo que debía hacer. Unas tareas sobre historia, hablaron muy animadamente sobre ellas todo el camino hacia el cuarto de Regulus.

Al llegar a la habitación Regus cerró la puerta y aplico el hechizo insonorizador que había aprendido a realizar recientemente:

-¿Y bien¿De que trata la carta?- pregunto ansioso. Ahora si, lejos de los oídos de los retratos familiares y de cualquiera que pudiera oírlos.

Mas tranquila, Narcissa primero fue a sentarse en la cama, poniendo sus piernitas juntas con delicadeza y acomodándose los pliegues de su vestido, desapareciendo arrugas imaginarias.

Cissy!- apuro Regulus acercándose a la cama.

-Me conoces primo- dijo la chica sin despegar la vista de su hermoso vestido- ¿Tu no haz conseguido nada?

Regulus suspiro y se fue a sentar junto a ella:

-No, no conseguí nada. El otro día cuando tía vino hablaron un poco al respecto. Pero nada concreto- modifico ligeramente la verdad, quitándole importancia: Primero quería saber de la carta.

-La carta no tiene nada concreto tampoco- dijo Narcissa restándole importancia también al escrito, sabiendo lo mucho que le importaba a su primo- Aunque tiene unas curiosidades interesantes…

Regus observo a la rubia unos segundos. ¡Odiaba que le hiciera aquello! Y terminara obligándolo a soltar primero su información, con lo que le costo escapar de clase para oír esa conversación. Tomo aire y se dispuso a hablar, resignado a que siempre seria así:

-El otro día…cuando vino tía hablaron un poco del tema- Cissy escucha atenta a cada palabra- Ambas van a tener que decidir pronto, aparentemente los padres de una tal Serena Wigs trataron de comprometerla la semana pasada con uno de tus candidatos pero…

-¡Su hermano es un Squid!.-interrumpió Narcissa- Entiendo que se apuren a tratar de encontrarle esposo. Jamás lo encontrara sola. ¿Pero porque se apresuran conmigo?

-Ya sabes como piensan Cissy. Y es mejor que decidan pronto, al menos podrás elegir u opinar sobre los candidatos…

-¿Me estas insinuando que ya hay nombres?- inquirió la rubiecita, viendo fijo a los ojos de su primo. No quería comprometerse, no quería arriesgarse con alguien que no conocía. A pesar de que sabia que su madre elegiría al mejor de todos los candidatos. Ella no pensaba someterse, era una Black… Regulus la vio a los ojos unos segundos, una sonrisa se dibujo en sus labios al tiempo que asentía ante la pregunta- Si sabes los nombres Regulus ¿Qué esperas para dármelos?

Regulus solo sonrió a su prima con inocencia tendiéndole una mano:

-Tu pusiste las reglas Cissy, solo espero que hagas tu apuesta.

Era eso, la rubia suspiro y busco entre los pliegues de su vestido sacando un sobre. No estaba para rodeos innecesarios, al fin y al cabo ambos terminarían teniendo lo que querían.

-La letra de Andrómeda esta algo desprolija. Si quieres puedo leértela.

-Prefiero hacerlo yo. Gracias igual- Regulus tomo la carta entre sus manos, siempre los trozos de papel le habían traído malas noticias. Igualmente trataba de obtenerlos. Con cuidado de no abollarlo apretó el pequeño pliegue de papel entre sus manos, quizás ahí adentro…hubiera algo de importancia que rescatar. La mirada expectante y nerviosa de su prima lo trajo a la realidad- …-suspiro y prosiguió- Dijeron varios apellidos- comenzó hablando calmo- Pero los que mas destacaron fueron: Crounch, Nott, Malfoy y Rosse. Al parecer otro de los candidatos …fue seleccionado Hufflepuff y lo descartaron- dijo con algo de amargura. Cissy que había contenido la respiración mientras su primo hablaba al fin respiro

-En…entonces….uno de ellos será?- Susurro entre pregunta y afirmándose a si misma- Narcissa Crounch, Narcissa Nott, Narcissa Malfoy, Narcissa Rosse….- recito la rubiecita en voz alta. Regulus la observaba en respetuoso silencio sosteniendo el sobre. Oyó a su prima repetir todas las combinaciones de su nombre con los apellidos unas tres veces cada una. Finalmente la rubia volvió a susurrar- Narcissa Black…ese es el que más me gusta- con un dejo melancólico.

La mirada de ambos se cruzo unos segundos. Una ligera tonalidad rosada apareció en las mejillas del morocho antes de desviar la vista al piso.

-En cuanto sepa algo mas te lo diré- dijo Regulus rompiendo el incomodo silencio.

-Gracias Reggy….en la carta- ahora hablaba Narcissa. Aunque mentalmente seguía repitiendo una y otra vez los 4 apellidos- Hay una descripción bastante precisa de los amigos de Sirius. Andrómeda te propone que le escribas, pe…

-¡No!- no pudo contenerse y levanto la voz interrumpiéndola- si me escribe le responderé. Pero no voy a escribirle primero, no debo escribirle…- su prima lo miraba con intriga. Finalmente Regus desvió la vista dudando- No debo escribirle…..no?- pregunto infantilmente sintiendo que sus rotundas negativas estaban atadas con finos y frágiles hilos. Hilos como los de una telaraña que no sabia de donde habían salido.

-…- La rubia balanceo todas las posibles variantes y finalmente oculto su sonrisa. Se acerco hasta abrazarlo y con seguridad respondió:- No Reggy… no debes escribirle. Es lo correcto no hacerlo… Sino puede poner su egoísta orgullo de lado ¿Por qué debes tu traicionar tus principios? - ella tampoco quería perder a su primo, al mejor apoyo que tenia dentro de esa familia. La familia debía permanecer unida, ella colaboraría a que así sea ayudando al entretejido de hilos que los ataban a todos. La familia permanecería unida, y nada ni nadie lo impediría.

Continuara...