Primero y antes de cualquier otro comentario de nuevo agradezco a mi beta por ayudarme con la redacción ;)
Reviews ¡!
VALSED – Gracias por tu review :) estoy trabajando en eso
Eli-Chan1 – Gracias por tu review :P en el proximo capitulo comienzaran a esclarecerse tus dudas
Nota: Ninguno de los personajes de Gundam Wing me pertenece yo como cualquier otra mortal solo deseo alcanzarlos
"Sin Mascara"
por sErA
Capitulo 9. La Cena.
Confesiones Parte 1.
Comenzaba a obscurecer y al no existir manera alguna de obtener pistas que indicaran el paradero de su amigo desaparecido decidieron regresar a la mansión de Quatre y continuar con la búsqueda de información. El estado de animo de los cuatro había empeorado encontrándose de muy mal humor.
El camino de regreso fue silencioso y tenso. Se encontraban sumidos en sus pensamientos. Ellos nunca habían conocido el amargo trago de la derrota y era un golpe muy fuerte para un grupo de jóvenes guerreros que en ninguna ocasión habían fallado en sus misiones. Todo parecía indicar que esta vez podría ocurrir. El júbilo de las personas a su alrededor los enfurecía enormemente.
Era odio... un odio oculto por si mismos al sentirse tan impotentes, sus rostros lo reflejaban. Mientras continuaban andando por las banquetas las personas los observaban atemorizadas, era claro que nadie debía acercarse en esos momentos a los cuatro jóvenes. Todos incluyendo los niños y ancianos optaban sensatamente por hacerse a un lado y cederles el paso.
Las personas los observaban con atención y admiración: las esculturales apariencias, y la variedad de físicos y vestimentas; todos eran unos jóvenes muy atractivos. Su actitud rebelde y hosca incrementaba grandemente su atractivo y el numero de espectadores, quienes los analizaban detenidamente en silencio de arriba a abajo.
Sus pensamientos y pasos fueron interrumpidos por la presencia de un diminuto balón que fue recogido por un niño pequeño. Este regreso corriendo y gritando a la compañía de sus amigos. Al encontrarse tan ensimismados no se habían percatado del parque que se encontraba a su derecha.
Continuaron su camino en silencio observando la silueta del pequeño que se acercaba a los otros presumiéndole por medio de gestos para después comenzar a correr alrededor del lugar; Una actitud tan familiar, infantil e inocente que no era la primera vez que miraban. El odio en si mismos desapareció convirtiéndose en culpa al sentir el agudo dolor de la derrota, una derrota por no esforzarse al máximo. En ese momento comprendieron de que esta no era la misión de destruir cientos de mobiles suites o mobiles dolls, la verdadera razón flotaba en sus mentes acompañada de un pequeño regocijo de felicidad. Percibían claramente que la misión era encontrar su humanidad a través de su compañero perdido.
Al acercarse al enrejado de la entrada notaron una limusina negra, no le dieron importancia ya que normalmente las hermanas o Quatre mismo usaban ese tipo de transporte. El único sorprendido fue el heredero Winner quien prudentemente guardo silencio y sonrió levemente mientras pensaba "Llego demasiado pronto, espero que no haya problemas". Encontrándose a su derecha Trowa observo su rostro de ángel rubio adornada con una maliciosa sonrisa, este hecho le genero dudas mientras sentía el aguijón de los celos. Sin embargo no lo cuestiono y continuo en silencio analizándolo de reojo.
Llegaron a la entrada principal donde uno de los sirvientes abrió apresurándose dispuesto a atenderlos, llevándolos hacia el salón donde continuarían con sus investigaciones. Horas mas tarde el mayordomo llamo a Quatre y ambos desaparecieron saliendo por una de las entradas del salón, despertando aun mas sospechas del piloto ojos esmeralda acerca de un posible misterio. El joven permaneció por unos instantes observando la dirección donde anteriormente se había marchado el heredero Winner.
Solo habían transcurrido unos minutos cuando apareció de nuevo el sirviente avisándoles que la cena ya estaba lista. Poniéndose de pie lo siguieron en silencio, este se había convertido en un cómodo lenguaje entre ellos.
Llegaron al comedor principal, uno de los salones mas hermosos de la mansión: estaba decorado con grandes cantidades de flores frescas, los muebles eran pocos y de exquisito gusto, las paredes estaban cubiertas con hermosos y maravillosos murales que daban la apariencia de encontrarse en medio de un bosque inclusive el techo estaba pintado como si fuera el cielo. La sorpresa fue la presencia de una joven rubia de cabellera mediana y ojos azules vestida con ropa formal de colores claros.
- ¿Relena? – pregunto con incredulidad y algo de sorpresa el soldado estoico que permanecía de pie en la entrada.
- Hola Heero – le respondió con una sonrisa acercándose – Siempre es un placer verte – agrego antes de mirar a los otros dos pilotos que igual se encontraban medio anonadados – Trowa ¿Cómo estas?, Wufei tenia varios meses sin verte -
Relena Darlian o Peacecarft aun guardaba la compostura y la frialdad en sus actos que la había caracterizado durante el tiempo de la guerra, no era la misma niñita tonta, boba y caprichosa dedicada a perseguir sus objetivos como lo hizo al empeñarse en el piloto 01. La paz era una realidad y el precio de lograr su utopía lo detallaba su demacrado rostro. Ella aparentaba 7 años mas de su verdadera edad y el vestuario que usaba le añadía mas edad. Relena lucía como una señora mas que como una joven, contrario a ella los pilotos gundam ostentaban juventud y belleza. Relena cada vez se alejaba mas de lo que pudo haber conocido como tener una vida.
- Bien – Trowa murmuro supuestamente una respuesta que por mas que lo intento Relena no pudo entender.
- Tengo una nueva misión, nada que te importe – le respondió el piloto 05 caminando a la mesa olvidándose de mostrar respeto alguno a la visita.
Relena solo lo miro alejarse y sonrió retirándose a su propio lugar asignado. El ex piloto del Wing Zero con discreción y recelo busco su asiento examinado con detalle la escena que transcurría.
"Es extraño, ¿Qué esta haciendo Relena aquí? No lo entiendo, ella debería estar atendiendo sus conferencias y esos asuntos que le conciernen como viceministro de Relaciones Exteriores. Seguramente Quatre la llamo. Pero ¿Relena no puede ser de utilidad para encontrar al baka de Duo o si? ¿No se supone que ella lo desprecia?" El pensamiento del soldado perfecto fue interrumpido al ver a Quatre hablar con esta desagradable mujer y sin mucho interés comenzó a prestar atención a la conversación; Analizaría cada uno de los detalles que se hablaran eso era seguro.
- Y bien, ¿Tuvo buen viaje señorita Darlian? – la cuestiono el rubio irrumpiendo el silencio que ya se encontraba cargado con un poco de tensión.
- Por favor Quatre, ya te he dicho que no llames con tanta formalidad, eres mi amigo puedes llamarme simplemente Relena – le replico la importante y molesta mujer en la historia de la paz; sin desperdiciar tiempo agrego – Si fue buen viaje aunque algo largo, pero vale la pena al estar aquí con ustedes – lo último mirando hacia Heero y al notar que el la miraba con frialdad y un fuerte análisis regreso al anfitrión – Tu mansión en esta colonia es muy bonita-
- Gracias – respondió Quatre sin evitar observar lo ocurrido a la joven ante la mirada del soldado estoico. Por la reacción de ella pudo imaginarse que ambos no se encontraban en buenos términos."Talvez debí haberle dicho a Heero antes de llamarla... supongo que eso ya no importa" pensó mientras luchaba con un sentimiento de culpa. "Espero no haber cometido un grave error".
El resto de la cena transcurrió sin incidentes, solo se escuchaba la incesante conversación mantenida por Quatre y su invitada. Wufei intervenía en esta con algunos agudos y audaces comentarios; El le reclamaba a Relena sus descuidos con su seguridad personal, hecho que lo obligaba a mantenerse a su lado en muchas ocasiones. Mientras que los otros dos pilotos continuaban en su silencio habitual. La única diferencia notable era que Trowa miraba sutilmente cuando escuchaba la voz de su hermoso ángel y Heero seguía con su mirada de frialdad, análisis y desprecio los movimientos de la joven Darlian.
Los temas continuaban profundizándose e involucrando a sus oyentes. Wufei y Relena eran igual de argumentativos en sus comentarios y rápidamente la cena se convirtió en un lucha de quien de ellos tenía la razón. Confundido y resignado Quatre opto por mantenerse del conflicto. Finalmente la palabra mas temida por los presentes fue pronunciada... "Paz". La conversación ahora se transformaba en una discusión acalorada entre el chino y la rubia. Aburrido y hastiado el resto prosiguieron en silencio buscando la forma mas sencilla de huir.
En un intento por suavizar la situación, Quatre procuro departir con alguno de los otros dos pilotos, pero al ver a Heero con la mirada perdida se resigno y al dirigirse a Trowa noto la concentración en el ex piloto del Sandrock. Así que resignado el muchacho de ojos color esmeralda cruzo sus brazos al mismo tiempo que cerraba sus ojos. La "charla" entre ellos consistió en un monologo de Quatre con una variedad de gruñidos o palabras cortantes por parte de Trowa.
El soldado perfecto se encontraba centrado en sus pensamientos después de optar por ignorar a todos los presentes en especial las insistencias de la rubia por cambiar su opinión sobre la paz. "Definitivamente no todo son unos ojos azules..." Aun se preguntaba porque razón no la había asesinado en todo este tiempo "¿Me habría ahorrado algún problema si hubiera jalado el gatillo en esa ocasión? Ahora no tendría que soportar todas las sandeces que esta diciendo aunque talvez lo mejor fue dejarla con vida. Ella ha colaborado con el fin de la guerra y los nuevos tratados entre colonias. Debo admitir que para eso si es" buena", estos han avanzado gracias a ella. Aunque en momentos como estos preferiría haberla matado en aquella ocasión".
Recordaba bien ese día. Ese momento seis años atrás, tanto tiempo y aun le dolía la parte del brazo donde entro aquella bala. La bala disparada por la persona que se había convertido en su tormento. Lentamente subió su mano izquierda para colocarla en la parte superior del brazo derecho. Ese día... su mundo cambió dando un giro de 360 grados, donde descubrió la existencia de una persona en su interior... el verdadero humano... el verdadero Heero.
Cerro los ojos buscando escapar a las emociones que aparecían ininterrumpidamente en su alma, encontrándose con la imagen de quien tanto anhelaba ver. Ahí estaba el, vestido de negro sosteniendo firmemente en su mano derecha un arma mientras ocultaba su hermoso y fino rostro bajo la sombra de una gorra tan obscura como la noche sin luna que solo ocasionaba mas brillo en el violeta de sus ojos; Su principal característica era esa larga trenza de color castaño que adornaba su espalda. Y sus labios... esos hermosos y delicados labios.... llamándolo.... para.....besarl... "¡Que estoy pensando! ¡Heero a ti no te interesan los labios de Duo!" Bebió un poco de agua para aclarar sus pensamientos y continuo con su meditación.
"Ahora que lo pienso el momento en que conocí a Duo le salvó la vida a Relena cuando yo iba a asesinarla. Duo pensó que era lo correcto para ella y fue la primer persona que llego a herirme físicamente Quien diría que Relena debería agradecerle eternamente que la haya salvado en ese momento". Esbozo una sonrisa descubriendo ante sus acompañantes los ojos color cobalto inundados de nuevo con la calidez que tan solo Quatre había apreciado unos días antes.
Aun manteniendo sus argumentos Relena perdía la discusión con el chino -como era la costumbre- aunque esta vez la discusión se había alargado por lo que había agotado todos sus argumentos convirtiendo la discusión en una aburrida perorata. Ella le enviaba mensajes que eran hábilmente rebatidos por la firme obstinación del piloto 05. Relena procurando ser apoyada como una doncella en peligro –que no es- buscaba el apoyo de Herro –que no iba a llegar- Al notarlo detenidamente ella dirigió su mirada a la profunda cobalto, sus cansados ojos se agrandaron y abrió su boca en un gesto mudo ¿como era posible que el piloto mas frío, el soldado perfecto sin sentimientos, el príncipe del hielo como lo llamaban algunas veces estuviera ahora sonriendo tan cálidamente?
Wufei detuvo sus comentarios al ver la expresión asustada y casi horrorizada de la rubia – Ey! Tu! Mujer! Responde! – no hubo reacción por parte de la joven - ¿Relena? – pregunto con inquietud e instintivamente miro en la misma dirección en la que se encontraba una pasmada ex reina de las naciones mundiales.
No era muy común observar al soldado estoico con una sonrisa en su rostro. Infinidad de veces durante la guerra contra OZ el piloto 05 había sido testigo de algunas. Sin embargo esta vez mantenía un significado demasiado distinto, ¿Verdadera alegría?¿Acaso Heero expresaba los sentimientos que durante toda su vida oculto bajo la mascara de soldado?
El joven chino abandono su mirada de sorpresa fingiendo indiferencia mientras que dentro de su mente entendió el objeto del 01 por encontrar al trenzado desaparecido "Si esto es causado por esa molestia de Maxwell. Talvez ... esto no resulte ser una perdida de tiempo después de todo". La mirada aqua lo extrajo de sus pensamientos e inmediatamente regreso a su eterno bombardeo de comentarios en contra de la paz distrayendo a la princesa del reino de Sank que se encontraba evidentemente concentrada en la actitud del joven ojos cobalto.
La actitud del soldado perfecto tampoco paso desapercibida para los otros dos pilotos. A Trowa le fue mas sencillo mirar de reojo en una ocasión y sonreír levemente, al cerrar sus ojos sabía exactamente la razón del comportamiento de Heero de hecho lo entendía perfectamente. Por su parte el rubio, al sentir el silencio en la habitación opto por dirigirse a Wufei, quien momentos después reanudo su batalla verbal con la joven Darlian molestándola en busca de su atención, aunque no entendía porque solo sentía que era su deber hacerlo.
Durante unos segundos la mirada del ex piloto del Wing Zero parecía demostrar amor, mucho amor y brindándose falsas esperanzas le pareció correcto convencerse que esa mirada estaba dedicada solo a ella por su presencia. Aun cuando sospechaba la realidad que mas tarde confesada le rompería en mil pedazos su corazón y sus fantasías mantenidas por años con grandes esperanzas.
En medio de sus pensamientos sobresalía su razón egoísta de poseer a su lado al soldado perfecto "Heero esta feliz de verme... aunque nunca antes lo había visto así pero debe ser porque estoy aquí... aunque puedo estar equivocada pensando en que exista algo entre el y Duo... además no creo que sea..... y tampoco Duo debe serlo. Después de todo el vivía con Hilde.... aunque no creo que no pasaran cosas entre ellos... además Heero siempre me ha protegido y no pudo matarme en todas esas ocasiones durante la guerra... eso debe significar algo". Sintiendo seguridad en sus pensamientos sonriente escucho de nuevo los comentarios del chino y decidida comenzó responder para que la discusión volviera a surgir en la mesa.
El soldado perfecto no se entero de las miradas de sus compañeros. Al encontrarse realizando una excursión mental. En su mente podía ver claramente las imágenes de los últimos días: el dibujo... el diario... la cruz... el departamento de Duo y Hilde... y deteniéndose en la imagen del trenzado en la última ocasión que lo vio... el día cuando fue a visitarlo en el hospital al que Relena lo llevo después de la batalla contra el ejercito de Marimeia...
La despedida... el rostro dulce e inocente del joven ojos color violeta que utilizando miles de artimañas logro hacerlo aceptar su propuesta de encontrarse un año mas tarde para celebrar la paz. Después de unos momentos de silencio le brindo una sonrisa nostálgica antes de decirle "Nos veremos pronto Heero" y besárle tiernamente ambas mejillas ante una sorprendida Relena. Acto seguido salió por la puerta para no volver. Ese era el último momento en que ambos se habían encontrado.... hacía mas de cuatro años.
Sintió una fuerte pesadez en sus parparos, seguida de una fuerza succionante que lo atraía al piso. Esto lo dejó inconsciente por unos momentos. Cuando despertó ninguna persona se encontraba su lado solo una tenebrosa y alarmante oscuridad lo rodeaba. Sus sentidos lo traicionaban provocándole el deseo de mirar en todas direcciones asustado y paranoico. De nuevo el soldado perfecto se estaba descontrolando y eso no era nada útil.
"Recuerda tu entrenamiento soldado. Solo las personas normales le temen a lo desconocido y no importa de que se trate. Si no estas preparado entonces morirás". Las palabras de su maestro y tutor durante su niñez Odin Lowe aparecerían recordándole como actuar. Poco a poco el ex piloto del Wing Zero recobro su fría postura manteniéndose alerta a cualquier suceso fuera de lo normal. Mientras caminaba tranquilo desconociendo su destino.
- Heero... Heero... – se escucho a lo lejos con una dulce y melodiosa voz parecida a la de una mujer.
Fue cuestión de segundos para que la oscuridad tornándose en un extenso, verde y hermoso jardín. Todo lucía como un juego cruel y burlesco el reconocer el lugar donde se encontraba... el mismo que lo atormentaba durante sus pesadillas. En ese parterre destruyo la vida de una inocente acontecimiento que determino el resto de su existencia, originando dentro de su controlado y frío corazón un sentimiento... el arrepentimiento.
Sin desearlo miro hacia atrás y se encamino hasta encontrarse con una reja que protegía el acceso a una inmensa base militar. "Sacrificios, ¿por qué tuvo que ser de esta manera?¿es que acaso algún día podré olvidarlo? Si yo solo... cumplí la misión... no fue mi culpa que ella estuviese..."
Aun después de todo esos años angustiosos de batallas sostenidas contra OZ y Marimeia Krushrenada. Después de los incontables homicidios realizados, solo se castigaba por esa muerte. Que aprecia una y otra vez en su mente sin importar todos sus intentos por olvidarla.
- ¡Heero! – escucho de nuevo la voz mas cerca de el distinguiendo un tono acústico masculino.
- ¿Quién eres? – calmadamente y sin utilizar un tono exigente o agresivo inquirió.
- Heeeeeeero... – apareció de nuevo la primer voz diferente a la anterior, esta se escuchaba burlona como si quisiera jugar con el soldado estoico, probablemente la dueña se encontraba divertida llamándolo.
Por otra parte, Heero por mas esfuerzos que realizaba cada vez era mas difícil mantener la calma. Ciertamente se estaba "humanizando" después de estos cuatro años de la posguerra.
- ¡¿Quiénes son? ¿Qué es lo que quieren?! – esta vez exigiendo una respuesta inmediata. El tono de su voz demostraba su perdida de paciencia, era un grito desaforado y rabioso. No hubo respuesta alguna ocasionándole reflexionar rápidamente por su actuación.
Espero unos momentos mas en busca de algún sonido que le indicara donde se encontraba el dueño o mas bien los dueños de las voces. Decepcionado decidió caminar de nuevo perdiéndose en la inmensidad del jardín. Conforme transcurría el tiempo se dio cuenta de lo lejos que estaba solo rodeado por el verde del pasto y algunas flores.
A lo lejos diviso una figura y decidió correr a encontrarla. La desesperación lo invadió al encontrarse frente a su objetivo, nada le ayudaría a conocer el camino de salida de ese laberinto interminable.
Levanto sus ojos cobalto reaccionando ante el descubrimiento... "Ese es... el... mismo... es el ángel" sus ojos se agrandaron dibujando en su rostro una expresión de asombro. Ahí se encontraba frente a el ángel, el mismo al que Duo mirada tristemente el día de la tragedia en la iglesia Maxwell.
- Heero – se escucho decir a una voz detrás de el colocándolo a la defensiva dirigiéndose con rapidez y coraje a su objetivo.
En la dirección se encontraba la dueña, tranquila y sonriente como siempre la había visto en las pocas ocasiones en las que ella se acercaba a los pilotos. La niña de cabello azulado que sostenía eternas discusiones con su trenzado. La amada amiga de Duo cruelmente asesinada tiempo atrás.
- ¿Hilde? – se encontraba incrédulo al ver a la joven caminando hasta encontrarse a su lado pero enfocando su mirada en lo alto de la estatua.
- Hola Heero – volteo a verlo después de unos segundos mostrando una sonrisa sincera parecida a la del piloto desaparecido. Ella vestía de blanco: unas sandalias, un pantalón capri y una blusa; Su atuendo era sencillo y fresco.
Continuaba estupefacto "¿Qué se supone que pasa? Hilde esta muerta, ¿Qué es que acaso ya he perdido la razón?". Todo esto era muy confuso talvez se tratase de un sueño o algún juego mental.
- No te preocupes muchacho, no deseamos volverte loco – escucho de nuevo la voz masculina saliente de uno de los extremos de la estatua. Efectivamente se trataba de un hombre viejo que se encontraba vestido de negro con una cinta blanca alrededor de su cuello. El soldado perfecto reflexiono al analizar la ropa, era igual a la de Duo, y eso solo significaba una cosa.
- ¿Es usted el Padre Maxwell? – ya tranquilo al darse una idea cercana de lo que ocurría.
- Si muchacho – le respondió en un tono amable y bondadoso.
- ¿Podrían explicarme que esta ocurriendo? Esto resulta algo desconcertante, aun para mi – al escucharlo el Padre miro a Hilde quien le correspondió. Ambos eliminaron la alegría en su rostro dejando solo un rastro sombrío de preocupación.
- Veras... Heero... yo... quiero decir nosotros, estamos muy preocupados – acompañando a sus palabras la mirada de Hilde se centraba en los ojos cobalto quien al corresponderla no pudo evitar sentir un fuerte escalofrío en todo su cuerpo.
- ¿Se trata de Duo? – lucho por que su voz no reflejara las emociones que lo embargaban recordando de nuevo las enseñanzas de Odin.
- Si... muchacho, no eres el único que se encuentra preocupado por el – la intromisión del Padre Maxwell y la honestidad de sus palabras había provocando un sonrojo en el soldado estoico que se contenía para no sentirse nervioso.
- Lo se – dijo manejando serenidad y seguridad en sus palabras – Pero cómo pueden ustedes... – no termino el enunciado pensando en herir con su comentario a las "personas" frente a el.
Hilde y el Padre Maxwell no pudieron evitar sonreír ante las palabras del ex piloto 01. Esto sería difícil... eso era seguro.
- Bueno Heero, lo que sucede es que aunque estemos muertos... nosotros prometimos acompañar siempre a Duo – los ojos de la joven centellaron de alegría al pronunciar el nombre de su fiel acompañante en vida.
- Pero... no lo entiendo – reclamo ya con una voz temblorosa.
- Es una larga historia muchacho. Resumiéndola se debe al objeto que posees en tu mano – el Padre Maxwell señalaba a la mano izquierda de Heero.
- ¿De que habla? Yo no tengo... – levanto su mano para examinarla mas de cerca y quedo en silencio al ver la cruz de Duo sostenida dentro su mano – Na...da... -
La risita inocente de Hilde se escuchaba rompiendo el silencio y asustando mas al soldado perfecto.
- Tranquilo Heero, ya te dije que esto no es para asustarte ni mucho menos para hacer que necesites realizar una visita al psiquiatra – el infantilismo de Duo acompañaba las palabras de la joven eliminando el miedo dentro de la mente del soldado.
Por su parte Heero sintió alivio al reconocer la familiaridad y se permitió embozar una sonrisa.
- Lo que pasa es que... – Hilde de nuevo mostró su preocupación y su joven rostro se transformo en una muestra de seriedad.
- ¿Qué sucede? – decidió intervenir el piloto ante el silencio.
- Talvez esto pueda sorprenderte muchacho, no te preocupes Hilde yo me encargare – la joven solo asintió ante las palabras del Padre Maxwell.
Al verlos el soldado estoico solo pudo esperar a que se explicara todo el significado de la situación, aunque sabía que después de saberlo su vida cambiaria.
Continuara...
Como que ya siento que me van a linchar si no aparezco a Duo jeje pero ya fuera de broma pronto viene... tardare un poco mas en subir el siguiente capitulo espero que me disculpen.
