Nos encontramos en la tierra, obviamente, pero una tierra de hace sesenta y cinco millones de años donde no existían monos que se robaran tu cartera o canguros que te patearan en la cara, no, aquí hay épicos y amados dinosaurios.
Pero aquí no estará pie pequeño y sus amigos, no, ellos están en otra parte seguro perdiéndose de nuevo.
Ahora cuando el sol se levanta inaugurando un nuevo día lo primero que vemos es que unos velociraptores se han peleado por un pedazo de carne.
Todo aquí es tan normal hasta que en medio de un frondoso bosque unos cuantos troncos se rompen por el pasar de un diente filoso, un gran tiranosaurio rex.
Este gran animal conocido por todo el mundo media unos cuatro metros de alto, pero lo más llamativo era su piel color rojo oscuro con varias rayas negras en la espalda, piernas y unas cuantas en la mandíbula.
Respiro profundamente para rugir y-Oh bien, otro tonto, molesto y fatídico día en la vida de un medio patas cortas-dijo con mucha flojera y desanimo este tiranosaurio mientras se veía sus pequeñas manitos.
Camina en busca de comida y su estómago sonaba tan fuerte como te lo puedes imaginar.
-Me pregunto qué haría Bear grylls en estos casos-Dijo el diente filoso.
Iba rumbo a quien sabe dónde hasta que olfateo un olor muy bueno, quizás hasta delicioso, camino lentamente y miro en medio de altísimos arbustos, se había encontrado con una pequeña manada de come hojas.
-Pero que bien, al fin dinosaurios bonitos e inútiles y no más de esos tontos carnívoros-dijo el tiranosaurio.
Estuvo vigilante y vio como algunos triceratops se peleaban de formas muy violentas a lo que dijo-Debe ser temporada de apareamiento para que se peleen.
-No quisiera comerme a ninguno pero mi pansa reclama comida, veamos creo que los tiranosaurios también comían triceratops pero será peligroso, bueno soy un tiranosaurio rex ahora, los espantare con facilidad-dijo confiado y arrancando una rama con sus pequeños brazos.
El tonto del tiranosaurio ni siquiera pensó en un plan y solo salto y se puso a rugir como un lunático-ROOOOOAR, espántense de mí, ROOOOOAR, soy malvado ROOOAR-dijo.
Todos los come hoja al verlo y escucharlo, porque no son sordos, comenzaron a correr despavoridos y rugiendo o el sonido que hayan sabido hacer cuando existían.
El tiranosaurio rojo hizo un pulgar arriba junto a una sonrisa colgate y después se puso a perseguirlos.
-Veamos que hay para cenar, ese está muy pequeño, que asco ese está muy viejo, ese me gusta pero no-Decía el caprichoso.
Entonces alcanzo a un triceratops y le perecía el desayuno perfecto pero como es tan estúpido en lugar de morderle se puso a empujarle.
-Cáete de una vez gordo- Decía el tiranosaurio al triceratops.
El tiranosaurio logro derribar al triceratops dejándolo de espalda contra el suelo o algo parecido.
Todos los demás herbívoros lograron escapar dejando vacío ese lugar solo con el depredador y la presa.
El tres cuernos rugía y pataleaba asustado al no poder levantarse mientras el tiranosaurio le sometía con su peso.
-Oye será mejor que te calmes, tu destino es estar en mi pancita así que mejor acéptalo.-Dijo el tiranosaurio.
El tres cuernos seguía tratando de escapar así que el tiranosaurio con rabia le grito con mucha fuerza- TE COMERÉ RÁPIDO Y NO TE DOLERÁ ASÍ QUE CÁLLATE QUE ME QUIERO CONCENTRAR.
El triceratops dejo de rugir y patalear por el miedo de haber recibo el rugido directo del diente filoso, ahora solo respiraba muy cansado y tiembla de miedo.
-Eso, así está mejor-Respondió le tiranosaurio ya calmándose.
El gran carnívoro abrió la boca listo para darle el primer mordisco pero entonces se detuvo al distraerse con los ojos azules que tenía el triceratops.
-O vaya, para ser comida tienes unos lindos ojos, ya no recuerdo cuando vi a alguien a los ojos con tanta calma-Dijo confundido el tiranosaurio.
El diente filoso observo con más detenimiento al triceratops, abrió los ojos muy sorprendido y grito-O wao pero si eres una chica.
La triceratops era de un color rosado oscuro pero en su estómago y una parte cerca de los ojos era de un rosado muy claro casi llegando al blanco.
A pesar de estar sorprendido el tiranosaurio no la soltaba y comento- Sabes me recuerdas a esa triceratops de esa película…ya ni me acuerdo el nombre solo vi tres creo.
-Así ya me acorde, se llama la tierra antes del tiempo, si esa era, te pareces muchos a…creo que se llamaba Tria y era la madrastra de cera o algo así, no me acuerdo prefería otras cosas.
La triceratops intento patalear pero el diente filoso la sujeto fuerte para que no se levante y le dijo-Pues no me importa que seas una chica o que te parezcas a Tria, te voy a comer así que más vale que estés preparada.
Quiso dar el primer mordisco pero se puso a temblar nervioso mientras veía como una lágrima salía de los ojos de la triceratops rosa.
-Oh por todos los cielos soy un fracaso como dinosaurio-Dijo el tiranosaurio.
-Bien tú ganas, te dejare vivir-Dijo el carnívoro y estaba por apartarse pero seguía mirando a la triceratops directo a los ojos.
-Eeeeeeh, bueno… que calor hace jeje-Decia el tiranosaurio.
Este carnívoro desvió la mirada a otra parte y se sonrojo un poco, dijo- vaya que eres una bonita triceratops.
La triceratops estaba confundiéndose pero se quedó más confundida cuando el tiranosaurio le dio una tierna lamida en el rostro.
La triceratops se estaba volviendo a asustar pero el tiranosaurio seguía lamiéndole.
-Vaya, esto es agradable-Dijo nervioso el tiranosaurio.
-Oye, estoy buscando un lugar seguro y…pues me siento muy solo y tú manada se ha ido, ósea estamos en una situación similar-Decía el carnívoro.
El tiranosaurio sujeto un poco más fuerte a la triceratops todavía dejándola de espalda contra el suelo, el carnívoro trago saliva y dejo salir su pene al exterior pues adonde más sino.
La tres cuernos no sabía cómo reaccionar ya que el tiranosaurio siguió lamiéndole pero con mucha ternura.
-Lo siento por esto pero enserio eres muy bonita, creo que me gustas-Dijo nervioso el tiranosaurio.
El carnívoro roso su pene contra la vagina de la triceratops la cual al sentirlo quería alejarse de su depredador.
Finalmente el tiranosaurio metió su pene por completo en el interior de la triceratops y dijo con la lengua afuera-Increíble…es más… delicioso de lo que… imaginaba.
El tiranosaurio comenzó a azotar su miembro contra la vagina de la tres cuernos, le gustaba tanto estar dentro de ella que no pudo evitar babear por el placer de aparearse con la triceratops.
Ella por su parte intentaba alejarse pero era imposible estando de espaldas hasta que comenzó a gemir por como el carnívoro se movía y golpeaba su miembro contra su húmeda intimidad.
El tiranosaurio lamia la cara de su presa en especial la boca y el cuerno central hasta que termino corriéndose dentro de ella.
Se apegó con más fuerza al cuerpo de la tres cuernos para que cada gota de su esperma entre al útero de la triceratops.
La triceratops no podía creer lo que estaba pasando y rugía débilmente con temor pues el tiranosaurio volvió a azotarla mientras el esperma seguía y seguía entrando en su útero.
Ella ya había visto como parejas se apareaban pero no duraban mucho en ese proceso pero este carnívoro ya llevaba casi quince minutos sin detenerse, lo creía.
Una vez terminado el apareamiento el tiranosaurio se alejó un poco y parecía estar muy feliz, dijo agitado-Esto ha sido lo mejor que me ha pasado hasta ahora y no me da miedo admitirlo.
La confundida triceratops respiraba agotada e intentaba levantarse sobre sus cuatro patas, el tiranosaurio hecho el amable le ayudo a levantarse.
-Bueno, no te comeré, ve tranquila preciosa-Dijo el tiranosaurio.
La triceratops aun respiraba cansada pero comenzó a irse lentamente mientras el tiranosaurio rojo veía como algo del esperma que fecundo en la herbívoro caía de su intimidad.
Para el tiranosaurio las piernas anchas de la triceratops junto con la cola hacían que su trasero se vea muy sexy, le gustaba verle.
De repente la triceratops se asustó al sentir algo pesado en su espalda, miro atrás y era el mismo tiranosaurio sujetándole.
El dijo-Respiras tan lindo que parece que estas complacida, quizás quieras una segunda ronda.
El tiranosaurio la sujeto fuerte con sus enanos y graciosos brazos e introdujo su miembro de nuevo.
La triceratops intento soltarse pero el carnívoro la sujetaba más fuerte, ella se cansó y bajo las patas delanteras mientras que el carnívoro sujetaba fuerte las patas traseras para que las mantenga de pie y así poder continuar con el sexo.
El tiranosaurio se corrió dentro en más de una ocasión, veía como la triceratops respiraba sacando la lengua y le gustaba escuchar sus gemidos, paso una hora y el carnívoro finalmente la soltó.
La tres cuernos se acostó por el cansancio, el tiranosaurio también se acostó un poco y acaricio su cabeza contra la de ella.
-Eres una dinosauro increíble-Dijo el carnívoro mientras le daba una lamida.
Ambos descansaron por la fatiga hasta la llegada del medio día, el tiranosaurio se levantó primero y después la triceratops temblando de miedo.
-No tengas miedo no te hare daño, palabra.-Dijo el carnívoro.
Ella miro a todos lados y luego se quedó concentrada en el tiranosaurio, no confiaba en él.
-Bien, oye escucha, me has gustado mucho, creo que me he enamorado de ti y como ya hemos tenido relaciones desde ahora estamos casados, yo seré tu esposo y tú serás mi esposa-Dijo el tiranosaurio con una tierna sonrisa y con la cara sonrojada.
La triceratops retrocedió un poco y tenía una cara de confusión, ósea no le entendía.
Al tiranosaurio le caía una gota de sudor tipo anime y dijo-Esposos, es decir que ahora serás mi compañera, mi pareja, ya sabes.
El tiranosaurio se estiro y comenzó a caminar de nuevo al bosque moviendo la cabeza para que la tres cuernos le siga.
La triceratops llena de tristeza miro el lugar por el que huyo el resto de la manada.
Vio que el tiranosaurio la llamaba y que parecía que no se iría así que ella bajo la mirada, suspiro y fue tres el tiranosaurio.
-Veamos ahora debería ponerte un nombre, debe ser uno genial-Dijo el diente filoso mientras caminaban.
-Ya se, te llamare Tria, te gusta verdad estoy seguro que sí-Decía.
-Bien Tria será-Dijo el tiranosaurio con la sonrisa más tierna que podía mostrar.
El carnivo se detuvo y miro cara a cara a Tria.
Le dijo con una tierna sonrisa- Bueno ahora que eres mi esposa, te amare como nunca, te cuidare para que estés bien todos los días y te protegeré de los peligros y todas las noches te cogeré, te daré tan duro como cajón que no cierra y hasta te embarazare.
Ella logro entender esa parte y se quedó con una cara de sorpresa y nervios total.
Volvieron caminar rumbo a lo desconocido mientras el tiranosaurio cantaba con alegría- Te embarazare, te embarazare, te embarazare
