Bien, bien, gomen por la tardanza u.u, lo lamento, en fin, comencemos.

Reviews:

Auras Hayumi: Jeje, bien, a mi también me parecieron demasiadas interrupciones, pero hay que ponerle emoción a la cosa no lo crees? Y claro que habrá lemon, pero será dentro de mas adelante, muchísimas gracias por leer, y espero que os guste.

edith: Ejemm, ejemm, pues creo que no se va a poder, jeje, si ya ves que esta vez me tarde añales en actualizar, y es que he estado muy ocupada, pero trataré de actualizarlo lo mas rápido que me sea posible, muchas gracias por leer.

Addanight: Pensaré mas seriamente esa idea de tirar al panzón accidentalmente de un balcón, gracias n.n y pues lo de la llamada, jeje en éste capitulo lo verás, muchísimas gracias por leer.

NeKoT: y pues, si, tuve que cambiar el título voluntariamente obligatoria, por razones que todos sabemos y que no me molestaré en explicar de nuevo, pero en fin, muchas por tus comentarios y por seguir leyendo, espero que sea de tu agrado.

Warning: bien, no es necesario decirlo, y yo sinceramente estoy harta de repetirlo, así que vamos rápido: este fic contiene Shonen ai, yaoi (y próximamente lemon).

Disclaimer: Bien, BB no me pertenece, creen que si fuera mío estuviera aquí escribiendo este apestoso fic ¬¬.

Amor en la Nieve

By: Konoto-chan

Chapter III: The Call

--Kai?...-preguntó algo temeroso.

--Hn?.-dijo mirando fijamente las orbes doradas con sus ojos escarlatas.

--Por la tarde quería decirte algo... y no aguanto mas, Kai... tu me...

--Joven Ray?.-preguntó el mayordomo entrando a la sala de estar, mientras que el oriental trataba de controlarse, respirando pausadamente.

--Que?.-preguntó intentando regularse, y que el enojo no se notara demasiado en su voz.

--Tiene una llamada telefónica.-le informó cortésmente.

--Ya voy...-dijo siguiendo al señor con desgana, hasta llegar donde el aparato.-Habla Ray... diga?.-dijo tomando el auricular y colocándolo en su oído.

--Hola Ray, gusto en saludarte.-habló el hombre al otro lado de la línea.

--Sr. Dickenson.-dijo simplemente el neko.

--¿Cómo están todos por allá?.-preguntó.

--Bien, gracias.-expresó.

--Ray.-habló con voz muy diferente con la cual hablaba siempre, no, éste era de un tono mucho mas serio y grave.

--Si, dígame.-y escuchó atento cada palabra que fue pronunciada por la voz del señor Dickenson, abriendo ampliamente sus orbes color ámbar con sorpresa e incredulidad ante lo que escuchaba, no podía ser posible, no podía.

--Ray, Ray, me escuchaste?.-preguntó la voz del señor Dickenson desde la otra línea.

--E-eh... si, lo escuché señor Dickenson.-dijo el neko con voz trémula, no pudiendo creer lo que sus oídos escuchaban.

--Bien, entonces, tienes algún problema con la proposición que te hice?.-preguntó el hombre.- Estas de acuerdo?.

--Eh... y-yo, no se que decir.-expresó con voz dudosa.-Claro, por mi... esta bien.-aceptó al fin.- Pero...-

--Oh, con ellos no hay problema.-le cortó el hombre restándole importancia al asunto.- Ellos ya están enterados, al menos dos de ellos, y me aseguraron que no hay problema alguno.

--Esta bien.-aceptó Ray.-Pero y Kai...-dijo a duras penas, que difícil le era el pronunciar su nombre sin que su voz temblara.

--Eso ya esta arreglado.-dijo el hombre voz calmada restándole importancia.-Tala me aseguró que él mismo se encargaría de avisarle, así que no te preocupes por él.-aseguró.-

--Esta bien.-dijo suspirando nerviosismo.

--Ray, otra cosa.-

--Dígame.-dijo el pelinegro con voz suave.

--Hazme un favor.-pidió amablemente el señor Dickenson.- Podrías decirles a Takao y los chicos que ya he mandado sus pasajes ha Japón, el avión parte pasado mañana, a las siete y treinta a.m. si serías tan amable.-

--Claro, yo les aviso.-aceptó el chico.

--Gracias... y hasta luego.-dijo en forma de despedida, y colgó.

El neko simplemente colocó el auricular de nueva cuenta en su lugar, (Konoto-chan: Ey! Una rima xD), suspirando con desgana, porqué siempre se metía en situaciones como ésta sin siquiera desearlo?. Otro suspiro salió de sus labios y se dedicó a buscar a Tyson y Max para avisarles.

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Cerró la puerta de su habitación tras de sí dejándose caer pesadamente en la cama, rebotando un poco al hacer contacto con el blando material, se llevó una mano al rostro como acto reflejo de lo que sentía: un terrible dolor de cabeza.

Vaya que aquel excéntrico de Tala podría ser realmente molesto cuando se le venía en gana. Hablaba demasiado, y lograba sacarlo de sus casillas con facilidad, era su especialidad el decir estupideces. Suspirando con pesadez se incorporó, cerrando sus ojos escarlata cortamente ante el repentino mareo, no conforme con las agudas punzadas en su cabeza, ahora le dolían los ojos... perfecto, simplemente genial!.

Realmente odiaba sentirse de aquella manera, detestaba la desagradable sensación de inseguridad y vacío que le inundaba, le desagradaba sentir ese profundo sentimiento de nerviosismo y torpeza cuando estaba cerca del neko de largos cabellos negros; nunca había llegado experimentar esas tan distintas sensaciones dentro de sí en el pasado, y eso le perturbaba profundamente. Caminó con paso lento hacia el baño, decidiendo tomar una refrescante ducha, a ver si así su mente lograba aclararse un poco; abrió el grifo del agua fría, (Konoto-chan: y como dice mi adorada madre siempre me dice: 'Hasta que algún día no pilles una pulmonía... ya te quiero ver cuando estés en el hospital'), se deshizo de sus ropas totalmente y se metió bajo el chorro de agua helada, su blanca piel protestó ante la caída repentina de la temperatura, erizándose. Pegó su frente contra las frías baldosas de la pared de la regadera, y cerró lentamente sus párpados, ocultando sus profundos ojos escarlatas.

Definitivamente no estaba acostumbrado a esto: el tener amigos, bueno, técnicamente lo eran; jamás los tuvo y nunca los había necesitado, claro que desde pequeño conocía a Tala y Bryan, pero su relación con ellos no se le podía llamar concretamente 'amistad', ya que de lo único que se ocupaba esos dos era de sacarlo de sus casillas, aunque se sentía mas cómodo con ellos que con el molesto del gordinflón, (Konoto-chan: Opino lo mismo xD). Y absolutamente no estaba acostumbrado a toda esa amplia gama de emociones, reacciones que experimentaba, y sinceramente le sacaban de quicio.

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--Ya veo... gracias por avisarnos Seños Dickenson.-habló dirigiéndose al hombre que estaba en la otra línea.

--No hay problema, Tala.-dijo con voz tranquila.-Hasta luego.-dijo a manera de despedida.

El pelirrojo cortó la comunicación sin darle oportunidad al hombre de agregar nada mas. Una sonrisa triunfal floreció en sus llamativos labios, se volvió encarando al joven que estaba recostado cómodamente a su lado, clavando sus ojos azul profundo en los lavanda del otro.

--Y?.-preguntó esperando la respuesta del menor, arqueando una ceja.

--Está arreglado... se queda.-dijo al tiempo que su sonrisa se agrandaba.

--Perfecto.-expresó dejando un suave beso en los labios del ojiazul.

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Perdonen la tardanza, sé que no hay excusa que justifique mi acceso de torpeza... pero en fin, muchas gracias por leer, y espero que os haya gustado. Nos leemos... Ja Ne!