⃕ DISCLAIMER.❞

Naruto no me pertenece, si fuera así, ¡no tendría porqué escribir fanfics! Todos los derechos reservados a Masashi Kishimoto.

ː͡➘₊̣̇

Songfic: Nicole Dollanganger - Fleurs Captives.

Basado en: I found a letter from my stalker by MinisterofOwls.

Pareja principal: Ino x Sakura.

Parejas secundarias: Gaara x Neji (leve mención).

Género: drama, angst.

Categoría: AU! Moderno.

⌒⌒⌒⌒⌒࿐ ࿔*:・゚

El soslayo de los rayos solares te baña en su gracia. Yo lo admiro, desde mi recóndita posición, observando como su suave luz ilumina cada parte de tu rostro. Permaneces inerte, absorta en los brazos de Morfeo, o quizá en una fase más allá del mundo onírico.

Tambaleas tu cabeza levemente. Atestiguas tu cruda realidad, afrontas la existencia misma. La maleza no ha crecido lo suficiente como para llevarte consigo, pero en tus ojos concibo ese anhelo. La misma expresión de resignación. A decir verdad, no comprendo cómo has sido capaz de llegar a este punto.

Cicatrices, costras, rasguños. Vastas y notorias heridas adornan tu tersa piel, resaltando inmediatamente a simple vista. Presencio tu andar, fatigado, como si por cada paso arrastrases un grillete. Pero no te quejas, no. Nunca lo haces. Como un caballo con anteojeras, avanzas lineal. Sin oportunidad de manifestar tu molestia, tristeza o incomodidad.

Imperceptible, como si de un espectro se tratase. Una silueta fantasmagórica, solitaria, incorpórea. No había nadie que te salvase. Todas las criaturas mueren solas. Y parecía que lo aceptabas.

Pero no fue así. O al menos, no en tu caso. Los caprichos del destino me condujeron hacia ti. Haya sido por tu desinteresado actuar o tu frágil apariencia, ahora era tuya. Mi atención y tiempo, dedicados a ti. Sólo a ti. Pero aquello te era de poca o nula relevancia.

Jamás podrás asegurar que carezco de perseverancia. El viento fue un fiel espectador. Observó las risas del verano, los recorridos de la primavera, las aventuras del otoño y el descanso del invierno. Todos en vagos intentos por capturar un ápice de tu consideración.

—Aléjate de mí —repetías. Como si no supieses decir algo más.

No hace falta mencionar mi postura. Optimista, como siempre he sido, supe que algún día te alcanzaría. Para serte honesta, nunca razoné las consecuencias. Aun así, no me arrepiento de pagar el precio por haberte conocido.

—¿Por qué? —pregunté. Pero no hubo respuesta.

En cambio, sólo me miraste. Tan pasmada como quien atestigua un accidente. Como los demás presentes solían verme cuando charlaba contigo.

Me diste la espalda, pese a mis protestas. Te esfumaste entre las sombras, como si éstas te hubiesen tragado. Emergías de una profunda oscuridad para después desaparecer en ella misma.

La paciencia no es una de mis virtudes. Pero, cuando se trataba de ti, quizá podría hacer una excepción. Mi iracundo yo te daba por muerta. Mi sofisticado yo abogaba por tu estancia. Al final, decidí quedarme.

—Me olvidarás —contestaste—. Todos lo hacen.

Pude sentir tu voz quebrarse. Pero no lloraste, ni siquiera mostraste el mínimo indicio.

Me negué. Insististe. Volví a negar. Lo afirmaste de nuevo. Lucías muy convencida de ello. ¿Quién era yo para llevarte la contraria? Sólo una simple extraña, porque no me permitías ser más que eso.

Tallé tu nombre en mi brazo. Te juré lealtad eterna. Tu petrificado rostro delató todo lo que necesitaba saber.

El estupor me gobernó cuando gesticulaste tu primera oración, hacia mí. Ojos carcomidos en indiferencia, finalmente mostraban algo más que vilipendio. Suspendidos como los pétalos de la floración de cerezos. Ahora eran gentiles, afectuosos.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntaste. Pero ahora fui yo quien no respondió. Aunque... No necesitaba decirlo. Lo sabías. Siempre lo supiste.

Me alegra nunca haberte juzgado, Sakura.