Sólo un recuerdo

Por Khira

Capítulo 2. Viejos y nuevos rencores

El chico en silla de ruedas se acercó un poco más a ellos dándoles un par de vueltas. Sakuragi se apresuró a retirarse un poco hacia atrás para facilitarle el paso dejándole más espacio, sin embargo Rukawa ya no se movió más, sólo se le quedó mirando en silencio, ahora con su típica e inexpresiva mirada fría que el paso de los años y el dolor habían convertido en gélida. Sakuragi no lo aguantó ni unos segundos y se levantó, Sendoh por inercia hizo lo mismo.

- Ho-hola¿cómo estás? – intentó sonar natural mas no lo consiguió.

Rukawa irguió un poco más la cabeza, con lo alto que era Sakuragi y ahora de pie no le quedó más remedio. Por lo demás siguió igual de inmóvil y callado, mirándole a los ojos.

- Siento no haber bajado a los vestuarios – Sendoh rompió el incómodo silencio y se aproximó en dos pasos a su jugador – Pero me encontré a Sakuragi y claro, teníamos mucho de que hablar… y vosotros dos también, supongo… - dijo a modo de indirecta.

Rukawa miró hacia a Sendoh con la misma expresión que a Sakuragi, lo que alivió un poco al ex-pelirrojo. Pero entonces Rukawa le volvió a mirar y habló con un tono tan glacial que casi dio un respingo.

- ¿Qué haces aquí?

- Estoy de vacaciones… - se apresuró a responder.

- ¿En el pabellón municipal de deportes de Chiba? – preguntó irónico.

- … - Sakuragi no sabía que decir.

- Kaede¿quieres tomar algo?- de nuevo Sendoh intentó sacarle del apuro.

"¿Kaede…?", se sorprendió Hanamichi al escuchar que se tuteaban, "Bueno, si hace tanto que están en contacto, supongo que es normal…"

- No, gracias, prefiero ir a casa – respondió Rukawa igual de seco.

- Como quieras… ¿Te vienes, Sakuragi?

Tanto Sakuragi como Rukawa le miraron sorprendidos.

- ¿A casa de Rukawa? – preguntó el ex-pelirrojo sin entender.

- Bueno, y a la mía… Es que no me ha dado tiempo a contártelo, Rukawa y yo vivimos juntos…

xXx

El piso donde vivían Sendoh y Rukawa estaba bastante cerca del pabellón, y fueron andando. Sendoh empujaba la silla de Rukawa, lo cual extrañó mucho a Hanamichi, quien se había imaginado que el zorro no se dejaba ayudar por nadie, pero no le faltaba mucho para confirmar que no era así en absoluto. Por el camino Sendoh no dejó de preguntar a Sakuragi sobre su equipo y sobre la ACB, él respondía escuetamente mientras miraba de reojo a Rukawa, quien con la vista fija al frente parecía no escuchar nada de la conversación.

Llegaron y Sakuragi se fijó con algo de pesar en que el edificio lucía bastante viejo. Sin embargo contaba con ascensor y lo bastante grande para que cupieran los tres incluso con la silla sin ningún problema.

Vivían en el tercer piso. Nada más abrir Sendoh la puerta y entrar, Rukawa hizo lo mismo y desapareció por el interior de la vivienda.

- Por aquí – dijo Sendoh guiando a su invitado hasta una pequeña sala de estar.

El piso era pequeño, de dos habitaciones y de estilo occidental, poco decorado pero sin embargo muy cálido. En la sala de estar, pintada de azul cielo, había sólo dos sofás, una mesa baja y un pequeño mueble para el televisor. Sobre la mesa había unos walkmans.

- ¿Nos esperas aquí mientras nos duchamos? – preguntó Sendoh - ¿Quieres que te traiga algo de beber?

- ¿Os ducháis? – repitió Sakuragi alzando una ceja.

- No juntos, si eso es lo que estás pensando – rió el chico de ojos violetas – Primero ayudaré a Rukawa y luego me ducharé.

- Ah… - Sakuragi prefirió de momento no imaginarse a Sendoh bañando a Rukawa, mientras se preguntaba como era posible que el zorro lo permitiera – Vale. No, no importa me traigas nada.

- Ok. Hasta dentro de unos quince minutos pues. Ponte la tele si quieres.

Sendoh desapareció también por el interior de la casa y Sakuragi se quedó solo en la salita. Cogió el mando de la televisión y la encendió. Estuvo haciendo zapping unos diez minutos, hasta que Rukawa apareció en la puerta, con el pelo mojado, unos pantalones largos de chándal negros y una camiseta manga corta del color de sus ojos, que lucían más fríos aún si era posible que un rato atrás.

Se quedaron mirando ambos unos segundos sin decir nada, hasta que Rukawa entró del todo y se situó junto al otro sofá, al que pasó con un hábil movimiento bajo la atenta mirada de su ex-compañero de equipo. Una vez sentado se acomodó las piernas y se dispuso a mirar el canal que Sakuragi había dejado puesto.

Hanamichi respiró hondo y después de dejar el mando en la mesita se levantó y fue a sentarse junto a Rukawa.

- Rukawa yo… - empezó, pero las palabras se negaban a seguir saliendo de su boca – Yo...

- ¿Qué haces aquí? – Rukawa giró la cabeza para mirarle y repitió la pregunta viendo que el otro no terminaba la frase.

- Vine a verte… - dijo por fin.

Rukawa le miró un momento en silencio antes de girarse de nuevo hacia el televisor.

- Un poco tarde¿no? – murmuró.

Sakuragi no se esperaba el reproche que notó en la voz de Rukawa. ¿Era posible que el motivo por el que pareciera tan enfadado no fuera que hubiera venido, sino que no hubiera venido antes?

- Yo… es que… - balbuceó.

- Déjalo, Sakuragi – Rukawa le miró de nuevo – No me importó que no vinieras en aquel entonces, no me importa que vengas ahora. Vete.

- No…

Hanamichi estaba pensando que decir cuando algo en las manos del zorro llamó su atención. Rukawa supo qué estaba mirando e instintivamente las escondió un poco, al mismo tiempo que desviaba la vista, esta vez hacia la ventana.

Pero Sakuragi las había visto perfectamente. Dos cicatrices blancas de forma alargada, una en cada muñeca.

El silencio esta vez era tan tenso que podría cortarse con un cuchillo.

Afortunadamente poco después entró Sendoh en la sala de estar, vestido también con pantalones de chándal y camiseta blanca, el pelo mojado pero perfectamente peinado. Traía consigo tres refrescos y los dejó en la mesita, luego se sentó en el otro sofá y les ofreció uno a ambos.

- ¿Y cuánto tiempo vas a quedarte en Chiba, Sakuragi? – preguntó mientras sorbía un trago de su refresco.

- No lo sé – contestó.

- ¿No lo sabes? – se extrañó Sendoh - ¿No has reservado hotel?

- No…

Sendoh le miraba intentando adivinar sus intenciones, pero como no lo logró, hizo lo que haría cualquier anfitrión.

- ¿Quieres quedarte aquí unos días?

Al oír eso, Rukawa dejó de mirar la televisión y de beber y volteó a ver a Sendoh entre sorprendido e indignado.

- ¿De verdad? – preguntó Hanamichi.

- Claro… Si no te molesta dormir en un sofá cama, aunque seas una estrella – se burló el puercoespín.

- Ja ja, muy gracioso – sonrió el ex-pelirrojo – Claro que no.

- Me voy a la cama – anunció Rukawa con cara de pocos amigos, dejando su refresco en la mesa.

- ¿Te ayudo? – se ofreció Sendoh.

- No – Rukawa le dirigió otra mirada glacial – Sabes que para esto puedo solo – añadió entre dientes.

Sakuragi y Sendoh observaron en silencio como Rukawa se sentaba en su silla y salía de la salita en dirección a su habitación.

- ¿Cómo lo hiciste? – preguntó Sakuragi en cuanto se quedaron solos.

- ¿El qué? – preguntó a su vez Sendoh.

- Convencerle para que jugara a baloncesto en silla de ruedas – contestó - No creo que se animara desde el principio.

- Oh, claro que no… - Sendoh no pudo evitar torcer el gesto al recordar momentos duros – Pero tampoco fue tan difícil como se podría pensar.

- ¿…?

- Yo ya era entrenador de los Kuma pero siempre se negaba a venir a ver algún partido. Un día que le convencí para ir a dar una vuelta le llevé hasta una cancha callejera que había a unos veinte minutos de su casa. Había quedado allí con un chico del equipo que jugaba a baloncesto en silla de ruedas desde hacía unos seis años. Los presenté, pero Rukawa por supuesto ni se inmutó, así que le pedí su silla durante un rato y le dejé a un lado de la cancha.

- ¿Le pediste la silla?

- Sí, para jugar contra Takezo, que así se llamaba el chico.

- Para jugar contra él… ¿en silla de ruedas?

- Claro.

- ¿Y que pasó?

- Pasó que perdí.

- ¿Perdiste? – se sorprendió Sakuragi.

- Sí. Rukawa lo vio y se quedó más atónito que tú; y apenas unos días después aceptó de probarlo.

Sakuragi comprendió enseguida. Para Rukawa, Sendoh siempre fue su más fuerte rival, más que cualquier otro, especialmente después de perder ante él de nuevo en el torneo de la prefectura cuando ellos dos iban a segundo y el ex-jugador de Ryonan a tercero. Verle perder ante otro rival, aunque fuera en uno contra uno en silla de ruedas, debió hacerle entender que aquel deporte era igual de competitivo que la versión original. Sendoh acertó plenamente con esa estrategia.

- Y un par de meses después ingresó en el equipo – continuó explicando Sendoh – Contra todo pronóstico, se adaptó enseguida. Creo que aunque no lo demostró, en el fondo estaba feliz de volver a jugar…

"Estaba feliz de volver a jugar…", repitió Sakuragi mentalmente. Aquello le costaba mucho de creer. Rukawa había luchado por muchos años para ser jugador profesional de baloncesto, incluso durante el bachillerato se propuso ser el mejor jugador juvenil de Japón, y años después estaba jugando a ese deporte sentado en una silla de ruedas. No, estaba seguro de que lo último que había sentido el zorro al ingresar en los Kuma fuera felicidad.

- ¿Cómo fue que terminasteis viviendo juntos? – preguntó intrigado.

- Fue por conveniencia. Yo solo no podía permitirme un piso y Rukawa tiene una buena pensión. Así que aquí estamos. Pero estamos ahorrando para un piso más grande y adaptado.

- …

- Bueno, Sakuragi – Sendoh reprimió un bostezo – Mañana es lunes y tengo que madrugar… ¿Te traigo las sábanas y nos vamos también a dormir?

- Claro.

Entre los dos en un momento desplegaron el sofá cama y Sakuragi colocó las sábanas. Mientras, Sendoh le contaba que por las mañanas trabajaba en una clínica de rehabilitación haciendo jornada continua, pero que podía quedarse en la casa sin problemas.

- ¿Y Rukawa? – preguntó el invitado mientras colocaba la cojinera.

- No te preocupes por él - contestó – Ya viene alguien a acompañarle.

- ¿Alguien¿Quién?

- Ya lo verás mañana – dijo con algo de misterio – Buenas noches, Sakuragi.

Sendoh se dio media vuelta dispuesto a salir de la habitación, pero la voz del ex-jugador de Shohoku le detuvo.

- Lo siento… - murmuró – Por no haber venido antes…

- No es conmigo con quien deberías disculparte – dijo Sendoh sin girarse.

Salió de la sala y dejó a Sakuragi solo.

xXx

Desde su habitación y a pesar de haber dejado la puerta entreabierta, Rukawa no podía escuchar de que estaban hablando aquellos dos, y tenía que reconocer que le intrigaba sobremanera. Pero más le intrigaba la razón por la que el idiota de Sakuragi había vuelto a Japón después de tantos años, o más aún, por qué no lo había hecho antes.

"Vine a verte…", le había dicho.

¿Por qué¿Para qué¿Para restregarle lo que había conseguido, adónde había llegado¿Lo que él ya nunca podría alcanzar?

"No, él no puede ser tan cruel…"

Unos pasos más que conocidos en su habitación le distrajeron. Sendoh se sentó en su cama y le acarició el pelo.

- Pensé que dormías… - dijo en voz baja al verle abrir los ojos.

- No sé si hoy voy a poder dormir – replicó Rukawa.

- ¿Te molesta que le haya invitado a quedarse? – preguntó.

- Pues claro que me molesta – contestó el chico de ojos azules - ¿Por qué coño lo has hecho?

- Porque algo me dice que necesita hablar contigo de algo importante…

- No sé de que podríamos hablar… - replicó de nuevo – Hace ocho años que se marchó, y además…

- ¿Además…?

- Está muy raro… Siento como si… como si no le conociera…

Sendoh tuvo que reconocer para sí que le pasaba lo mismo. Había algo extraño en Sakuragi, algo había cambiado en él, en su mirada. Ya no era transparente y franca como antes. Al principio había pensado que sería la fama la que cambia a la gente, pero tras hablar con él… supo que había algo más.

- Sólo serán unos días… y si no, le echamos¿vale? – sonrió.

- … - Rukawa asintió y cerró los ojos.

- Buenas noches, Kaede.

- Buenas noches.

Salió de la habitación y entró a la suya. Se desvistió, se puso el pijama y se acostó. Le costó conciliar el sueño, preguntándose que pasaría al día siguiente cuando aquellos dos se vieran las caras.

xXx

Se despertó con un poco de tortícolis, aquel sofá cama no era tan cómodo como había esperado. Se levantó y se estiró, y guiado por los ruidos provenientes de una habitación, ya que el día anterior no le habían mostrado la casa, Sakuragi se dirigió a ellos y entró en la cocina.

La primera imagen que vio casi le causó risa, Sendoh vestido con un delantal amarillo de margaritas preparando café. Pero vio a Rukawa ya sentado a la mesa y la mirada de buenos días que le dedicó le quitó las ganas de sonreír.

- Buenos días, Sakuragi – dijo Sendoh volteando un segundo a verle.

- Buenos días – dijo él mientras se sentaba a la mesa, justo enfrente de Rukawa.

- ¿Café? – ofreció el chico de pelos parados.

- Sí, por favor.

Sendoh terminó de preparar el café en medio de un silencio casi sepulcral. Cuando terminó, colocó dos tazas humeantes enfrente de ambos y una en su sitio, y también, dejó dos pastillas de diferente forma y color y un vaso de agua junto a la taza de Rukawa.

- ¿Qué miras? – preguntó este al ver que Sakuragi se había quedado observando las pastillas.

- Nada – se apresuró a responder, y acto seguido dio un sorbo larguísimo a su café.

Rukawa bufó y se tomó las pastillas con el agua, luego empezó a beber el café.

Estaban terminando de desayunar cuando sonó el timbre. Sendoh se levantó y después de dejar la taza en el fregadero acudió a abrir. Se escucharon unos murmullos y algo que pareció una exclamación de sorpresa.

- ¿Quién viene? – se atrevió a preguntar Sakuragi.

- ¿No te lo ha dicho? – preguntó a su vez Rukawa, extrañado.

- No…

Sendoh entró de nuevo en la cocina en ese momento, acompañado de otro chico. Sakuragi se levantó de golpe por la sorpresa.

- ¿Mitsui…? – exclamó. Enseguida relajó su expresión y sonrió un poco - ¡Mitsui, cuánto tiempo!

Pero dejó de sonreír cuando vio que Mitsui le miraba que parecía querer golpearle en ese preciso instante.


N/A: Hola! Como el primer capítulo era cortito aquí tenéis ya la continuación. Intentaré hacer los capítulos cada vez más largos, pero no sé si me saldrá XD Muchas gracias por los reviews, son muy importantes en cualquier momento del fic pero sobretodo al principio para saber a quien he conseguido enganchar XD.

Balucita: hola! habrá flashbacks aclaratorios de más recientes a más lejanos en el tiempo. En el próximo capítulo ya saldrá uno. Una cosa, recibiste mi contestación a un review en el mail o algo así? Es que en la página no sale. Besosss!

JHikaru: eso intentaré, quiero hacer un fic angst de verdad sin tener que recurrir a la sangre. A ver si me sale...

Nae Toyama: hola paisana! Precisamente fue pensar eso, que Rukawa sería una de las personas que llevarían peor lo de una parálisis, lo que me dio la idea. Y di que sí, la ACB rules XD. Muchos besitos y gracias por el review!

Sol: me has recordado a la canción de Shakira XDD. Pues no sé que obsesión tengo con Rukawa, pero la tengo. La verdad que no sé que me pedirás para resarcirte, que sea SenRu? De parejas no puedo decir nada XD

Kaehana9: a que sí? Buena idea lo de prepararte los pañuelos, espero que los tengas que usar, porque eso significará que me ha salido el fic como quería. Muchos besos y gracias por el review!

Elena: uno bastante fuerte... pero shhh no digas nada XD.

Hiroshi-Neko: que review más raro... pero me ha gustado XD. Quien ha dicho que Rukawa está así porque le atropellaron? Bueno supongo que es una causa muy común, pero no, no es el caso (además ya hice que le atropellaran en otro fic). Lo que le pasó se sabrá a lo último. Pero no os preocupéis que el fic no es muy largo. Gracias por el review!

Besos

Khira