Sólo un recuerdo

Por Khira

Capítulo 4. Impotencia

- ¿Qué…? – exclamó Rukawa al escuchar la confirmación de que su silla estaba rota.

- No te preocupes, en un par de días estará arreglada. Llamaré a mi primo – intentó calmarle Sendoh.

Estaban ellos dos y Hanamichi en uno de los vestuarios. Rukawa estaba sentado en uno de los bancos, Sendoh le había llevado allí sobre su espalda. Después del choque con un compañero, cuando Rukawa quiso volver a la silla, se dio cuenta de que una de las ruedas se había salido completamente de sitio.

- Pero… - Rukawa puso una cara de angustia que sorprendió a Sakuragi - ¿Y qué voy a hacer ahora…?

- No te preocupes – repitió el chico de ojos violetas – Ya nos las apañaremos.

Rukawa escondió la cara entre las manos.

- Lo siento – murmuró – Lo siento, Akira…

- Ey… - Sendoh le levantó la cara con una mano – Ya te he dicho que nos las apañaremos – Rukawa asintió – Sakuragi¿me acompañas un momento?

- Claro – dijo el ex-pelirrojo.

Ambos salieron del vestuario bajo la atenta mirada de Rukawa, quien empezaba a molestarse de que hablaran tanto a sus espaldas. Pero lo tenía asumido, uno de los pocos defectos de Akira era que era un bocazas.

En la cancha ya no quedaba nadie, después del alboroto que se había organizado por el descubrimiento de que Hanamichi Sakuragi, el único jugador japonés de la ACB, estaba en el pabellón, Sendoh decidió dar por finalizado el entrenamiento. Cogió su bolsa y la de Rukawa y se las ofreció a Sakuragi.

- ¿Te importaría llevarlas, y también la silla? – preguntó – Yo llevaré a Rukawa.

- De acuerdo… - aceptó - Oye, una cosa…

- Dime.

- ¿Por qué Rukawa te ha pedido perdón?

Sendoh se lo explicó como un maestro a un alumno.

- Sakuragi, para personas con esa discapacidad, la silla es lo único que les permite moverse con cierta libertad. Sin ella, se ven completamente condicionados. Y no pueden hacer casi nada por si solos. Por eso me ha pedido perdón, porque sabe que en estos dos días voy a tener que estar pendiente de él.

- Entiendo… - murmuró el ex-pelirrojo apenado - ¿Y no podéis conseguir otra mientras?

- Lo intentaré, pero seguramente mi primo tardará menos en arreglarla que una clínica en prestarnos una… Bueno, ahora vengo…

El entrenador de los Kuma bajó de nuevo al vestuario y después salió con su jugador montado sobre su espalda. Sin decir nada empezaron a caminar para salir del pabellón.

Durante el camino Sakuragi no podía evitar echar miraditas a Rukawa, pero el zorro había escondido la cara en el hombro de Sendoh y el pelo se la tapaba. Se sintió mal por esa muestra de confianza, celoso incluso.

Lo que no sabía, era que Rukawa escondía la cara por la vergüenza que le daba que Sakuragi le viera así. Porque una cosa era que le encontrara en silla de ruedas y la otra que viera que no podía valerse por si mismo.

Tenía tantas ganas de llorar…

xXx

Al llegar a casa Rukawa quiso irse a la cama inmediatamente, ni siquiera cenó. Sendoh intuyó lo que lo había puesto así y le pidió a Sakuragi que no lo molestara. Hanamichi se ofendió pero no dijo nada.

El día después fue parecido. Mitsui llegó antes de que Sendoh se marchara y se metió a la habitación de Rukawa. Sakuragi esperó en la salita y cuando Mitsui entró esta vez sólo hablaron de la ACB y del trabajo del moreno. El primo de Sendoh vino a buscar la silla de Rukawa y prometió tenerla lista para el día siguiente.

Por la tarde fue diferente: tanto Mitsui como Sendoh tenían que irse, el primero a trabajar y el otro a entrenar, así que a Rukawa en principio no le quedaba más remedio que quedarse solo. Pero claro, había un invitado: Sakuragi.

- ¡No, no quiero que se quede a solas con él! – exclamó Mitsui.

- Shhhh… - susurró Sendoh – No grites. ¿Por qué no? – preguntó.

Sendoh y Mitsui se habían ido a discutir a la habitación del primero para que Sakuragi no les oyera desde la cocina.

- ¡Porque no me fío de él! – contestó el chico de la cicatriz.

- ¡Pero era tu compañero de equipo! – se sorprendió Akira - ¡Y tu amigo!

- ¡Hace mucho tiempo de eso¿Es que no lo entiendes¡No sé que hace aquí!

En eso Sendoh estaba de acuerdo. ¿Por qué Sakuragi había vuelto tan de repente? Había dicho que para ver a Rukawa pero apenas había cruzado dos palabras con él, aunque en parte lógico dado el carácter de su compañero de piso. Quizás precisamente lo que necesitaban era quedarse a solas…

- ¿Tienes miedo de que le haga algo? – preguntó serio.

- … - Mitsui tardó en contestar, no porque lo tuviera que pensar sino porque le había sorprendido la pregunta – No, claro, que no. Sakuragi es un capullo pero nada más.

- Entonces dejémosle quedarse por esta tarde. Y que hablen lo que tengan que hablar.

Mitsui iba a replicar pero la mirada convencida de Sendoh le hizo desistir. Además, era su casa.

- Sólo espero que después no nos arrepintamos…

Un rato después ambos salían del piso, después de despedirse de Sakuragi y de Rukawa, a quién llevaron antes a la sala de estar para que no se pasara la tarde en cama.

Nada más escucharse la puerta del piso cerrarse, Sakuragi se cambió de sofá para sentarse junto a Rukawa. Pero el zorro parecía haberse quedado dormido en un momento.

- Rukawa…

- …

- Rukawa…

- …

- ¡Rukawa! – gritó a la vez que le zarandeaba un poco.

El zorro dio un respingo. De verdad que se había quedado dormido.

- ¿Qué diablos te pasa, torpe?

La última palabra caló hondo en el corazón del ex-pelirrojo. Desde la última vez que hablaron ocho años atrás que no le escuchaba llamarle así. Sintió un nudo en la garganta.

- ¿Me despiertas y te quedas mudo? – se quejó Rukawa.

- Yo… - Sakuragi tragó saliva y consiguió hablar, a la vez que forzaba una sonrisa – Veo que te sigues quedando dormido en cualquier momento y en cualquier parte…

- … - el moreno se le quedó mirando esa sonrisa tan forzada - ¿Qué te pasa, Sakuragi?

- ¿Cómo?

- ¿Qué te pasa, Sakuragi? – repitió – Tú ya no eres el mismo…

- No sé por qué dices eso, zorro – Rukawa también sintió un escalofrío al escuchar ese sobrenombre después de tanto tiempo.

- Estoy inválido, no ciego – el comentario estremeció a Hanamichi – Es obvio que algo te pasa.

- Está bien… estoy… preocupado por ti… - admitió.

Se quedaron mirando a los ojos un instante que pareció eterno.

- Pues no sé por qué – dijo Rukawa finalmente – Estoy perfectamente¿no lo ves? – preguntó con un deje de ironía.

- Ya… ¿y esto?

En un rápido movimiento Sakuragi le cogió una muñeca, Rukawa intentó zafarse pero no le soltó, sino que hizo más fuerza.

- Dime que es esto – ordenó colocándole la muñeca hacia arriba, de forma que se viera la cicatriz.

- ¡Suéltame! – Rukawa intentaba con su mano libre apartar la de Sakuragi de su muñeca, pero tal parecía una garra - ¡Me haces daño! – exclamó al sentir sus uñas clavándose en su piel.

Sakuragi le soltó inmediatamente.

- Sólo dime… - la voz de Hanamichi era un susurro suplicante - …que fue un error, que no lo volverás a hacer…

Rukawa le miró incrédulo, acariciándose la muñeca lastimada.

- ¿De qué coño vas? – preguntó atónito – ¿Apareces de repente en mi vida, después de ocho años, y me dices lo que tengo que hacer¿Y encima simulando que te importa?

- ¡Es que sí que me importas! – reclamó Sakuragi.

- ¡No, no te importo! – gritó Rukawa, furioso - ¡Nunca lo hice, nunca te importé lo más mínimo¡Me odiabas¡¿Por qué debería ser diferente ahora¡¿Porque no puedo caminar¡¡No quiero tu lástima ni tu compasión, imbécil¡¡Lárgate!

La ira de Rukawa iba en aumento, pero Sakuragi no se amilanó.

- No – dijo con firmeza – No tengo intención de irme.

- ¡Que te largues! – exigió Rukawa apretando los puños.

- ¡No! – esta vez Sakuragi también gritó - ¡Esta vez no pienso irme de tu lado, entiendes!

- Sakuragi… - de pronto Rukawa se había calmado, pero sus ojos se veían sospechosamente cristalinos – Tú nunca estuviste a mi lado…

- Lo sé… - musitó – Lo sé… y… lo siento…

xXx

Cuando Sendoh volvió, encontró a Rukawa dormido en el sofá y una nota de Sakuragi sobre la mesa que decía que había salido un momento y que Rukawa le había dejado las llaves.

Cogió en brazos a su compañero de piso, quien dormía placidamente, o eso parecía, y lo llevó a su cama, no sin cierta dificultad. Al girarse para salir de la habitación, notó la mano helada del chico más joven agarrar la suya.

- Parece que últimamente te gusta hacerte el dormido – sonrió.

- No es eso… - murmuró adormilado - ¿Cómo ha ido el entrenamiento…?

- Bien, pero se te ha echado de menos.

- Sí, seguro…

- Voy a hacer la cena¿qué te apetece?

- Lo que tú quieras…

- Entonces haré unos sándwiches… estoy reventado. Oye¿qué tal con Sakuragi? – preguntó.

- … - Rukawa se encogió de hombros – Bien… hicimos las paces...

Sendoh no preguntó más, sonrió levemente y salió de la habitación para ir a la cocina. Mientras preparaba los sándwiches, echó varios vistazos al reloj del horno.

"Espero que Sakuragi venga pronto o se quedará en la calle", pensó, "Sabe que tengo que madrugar…"

Terminó el tercer sándwich y lo colocó en un plato. Cogió otro que estaba sobre la encimera e iba a colocar ambos sobre la mesa de la cocina, cuando de pronto se sintió mareado.

Al contrario que la habitación de Sendoh, la de de Rukawa sí era contigua a la cocina, por lo que escuchó perfectamente el estrépito de los platos al romperse. Se incorporó un poco, asustado.

- ¿Akira? – preguntó en voz alta.

Se puso muy nervioso al no obtener respuesta. Aunque Sendoh no estuviera en la cocina, el piso no era tan grande como para que no le oyera desde el baño o la salita.

- ¿Akira! – repitió.

Silencio. Sintió como los nervios se apoderaban de él completamente. No se había marchado porque no había escuchado la puerta del piso. Le llamó de nuevo pero nada.

¿Qué debería hacer¡No tenía la silla!

- ¡Akira! – probó por última vez - ¡Akira, contesta si estás bien, por favor!

No estaba bien, porque no contestó. El corazón de Rukawa empezó a latir apresurado. Se decidió, y se movió en la cama dispuesto a ir a la cocina aunque fuera a rastras.

El golpe contra el suelo no fue tan duro como esperaba. O quizás la peor parte se la habían llevado sus piernas y por eso no lo había notado.

- ¡Maldita sea…! – bufó al comprobar lo difícil que le resultaba arrastrarse por el suelo usando solamente la mitad superior del cuerpo. Los antebrazos le empezaron a doler que aún no había salido de la habitación.

Sentía su cuerpo más pesado que nunca. Recordó amargamente lo orgulloso que estaba de su estatura en el instituto. Ahora su casi metro noventa ya no le servía de nada…

Cuando por fin llegó a la puerta de la cocina a través del corto pasillo casi se le paró el corazón al ver a Sendoh tendido en el suelo en medio de cristales rotos, con un corte en la frente. Seguramente al caer se había golpeado con el borde de la mesa. Sintió que se ahogaba por la angustia.

- ¡Akira!

Sendoh no se movió.

"¿Qué hago?", se preguntó, "¿Voy hacia él, o directamente a por el teléfono, y así tardo menos?"

Lo tenía tan cerca que optó por primero ir hacia él. Se clavó varios cristales rotos al acercarse pero no le importó.

- ¡Akira! – le llamó cuando consiguió situarse a su lado, zarandeándole suavemente - ¡Akira, despierta!

Pero Sendoh, aunque respiraba, no reaccionaba y Rukawa se sentía más inútil que nunca. Unas gotas cayeron sobre la mejilla del chico mayor y se dio cuenta de que estaba llorando. Le secó la mejilla con la mano y decidió tranquilizarse.

El teléfono estaba en la sala de estar, al otro lado de la vivienda, así que no podía permitirse perder el tiempo. Iba a empezar a arrastrarse de nuevo cuando se escuchó un ruido de llaves.

Primero pensó esperanzado que sería Mitsui, pero recordó que probablemente sería Sakuragi.

- ¿Sakuragi! – gritó.

Al oír gritar a Rukawa desde el otro lado de la puerta, Sakuragi se apresuró a abrirla. Entró y se dirigió a donde vio luz, la cocina. No supo que lo sorprendió más, si ver a Sendoh inconsciente o a Rukawa llorando.

- ¿Qué ha pasado? – preguntó arrodillándose junto a ellos.

- No lo sé… - sollozó Rukawa – Escuché un ruido y cuando entré en la cocina le encontré así… Llama a un médico, una ambulancia, o lo que sea, Sakuragi por favor…

Sakuragi cayó en la cuenta entonces que si Rukawa estaba allí era porque se había arrastrado desde su habitación. Tenía los antebrazos despellejados y cortados.

- Mmm…

Ambos dieron un respingo cuando Sendoh empezó a moverse. Lentamente abrió los ojos y antes de darse cuenta él ya se había semi incorporado.

- ¿Qué ha pasado? – preguntó con cara angelical, mientras se sobaba la frente.

- Tú sabrás, imbécil… - le reclamó Rukawa enojado, pero la voz le tembló.

- Parece que te has desmayado… - dijo Sakuragi.

- ¿Me he desmayado? – repitió asombrado – Esto ha sido el resfriado que llevo arrastrando desde hace días, seguro… - murmuró - Ya decía yo que me notaba más cansado de lo normal y que…

No siguió hablando al reparar por primera vez en el rostro congestionado de Rukawa. Los ojos azules estaban enrojecidos, y parecía que se iba a poner a hacer pucheros en cualquier momento. Reparó también que había llegado hasta la cocina arrastrándose.

- Perdona Ka...

No tuvo tiempo de disculparse por el susto que le había dado. De pronto tenía al chico contra su pecho, abrazándole, y dejando escapar sollozos mal reprimidos.

- Shhh… tranquilo, ya está, estoy bien… - susurró devolviéndole el abrazo – No llores Kae, por favor, sabes que no lo soporto…

Sakuragi observaba la escena entre sorprendido y rabioso. Ver a esos dos abrazándose le estaba royendo el alma. Vio cariño y preocupación en el abrazo de Sendoh, pero vio algo más en el de Rukawa.

Aquella noche, los celos no le dejarían dormir...


N/A: Buenas! Cómo les parece que va la historia? Creen que los celos de Sakuragi son justificados? Si es así, antes de despotricar sobre la posible pareja, recordad que las apariencias engañan... XD. Muchas gracias por sus reviews, los respondo a continuación:

Elena: dentro de un par de capis creo que ya se sabrá más sobre ambos.

Hipolita: me alegro de engancharte también con historias yaoi XD

Balucita: hola! creo que se te cortó el review XD

Kaehana9: Hanamichi ha cambiado, pero mucho. Lo de las miradas, ya lo dicen, que los ojos reflejan el alma. Que bonito...

Astrea: pues si, me has puesto en un graaan compromiso XDD. Sólo te diré que una de tus premisas la has acertado de lleno, a no ser que lo cambie, porque me has matado. Tan previsible soy T.T? o quizás es telepatía jejeje Bueno, felices fiestas a ti también, a ver si te veo pronto por aquí o por el msn. Besos y gracias por el review!

LadyKaoru: gracias! Oye, recibí tu mensaje, muchas gracias . Pero que fic era el que me recomendabas? Había quizás un link en el mensaje? Si es así no lo he recibido (normal en esta web), mejor me lo mandas por correo normal. Mi mail lo encontrarás en mi perfil.

Sol: te acercas mucho. Accidente de coche no fue, eso ya lo he usado en más de un fic XD. La pareja... mmm te podría dar una pista, pero creo que sería muy evidente jeje. Felices fiestas!

Muchos a besos a todas y hasta el próximo capítulo.

Khira