Una vez más, gracias por vuestros reviews. Sí, ya sé que puede parecer que hay demasiado sexo en el fic, pero es que Harry tiene 21 años¡21 años! Y Ginny 20. Lo último que se espera de un chico de 21 años es que no quiera tener sexo día y noche con su novia. Las hormonas de Harry, Ginny, Ron o Hermione están muy alteradas, el hecho es que Harry mira a otras mujeres, aunque en definitiva solo le guste Ginny. Es normal, es un hombre.

Lamento haber tardado tanto, pero me ha costado que me llegara la inspiración, y cuando lo hizo, no podía para de escribir, y por eso me ha quedado un capítulo tan largo. Bueno, allá va:

Harry llegó a casa cansado; Fred y George le habían dado la paliza con la despedida de soltero, algo que en opinión de ellos, iba a ser un acontecimiento más sonado todavía, que la propia boda. Decir que Harry estaba acojonado era decir poco. En cuanto cruzó el umbral de la puerta Ginny se le lanzó encima.

-Hola-dijo alegremente-¿me has echado de menos?

-Pues de hecho-dijo Harry-sí. He estado con tus hermanos-dijo mientras se quitaba la chaqueta y la dejaba sobre el perchero de la entrada-y casi me vuelven loco. Ginny-dijo volviéndose a ella, y cogiéndola por la cintura-Si me pasara algo mañana en la despedida (Dios no lo quiera)-Ginny frunció el ceño-como que desapareciera misteriosamente, o perdiera la memoria, o me volviera un hombre gallina que cacareara por ahí, quiero que sepas, en este momento en que mis facultades mentales y físicas me lo permiten, que te quiero.

-Quiero que sepas-dijo Ginny-que si alguna de esas cosas pasara, mis hermanos acabarían peor que tú.

-Es un alivio-dijo-Gracias.

-Un placer. ¿Tienes que volver hoy a trabajar?

-No-dijo Harry rascándose la cabeza-¿Por?

-Por nada-dijo Ginny sonriéndole-¿Cómo está Ron?

-Está contento. Creo que quiere venirse ya a vivir aquí.

-Me alegro por él y por Hermione.

- Yo también-dijo mientras le daba un beso en la comisura de los labios-¿A qué huele?-dijo Harry de repente.

-A alubias-dijo Ginny.

-¿ALUBIAS?-gritó Harry-me dan asco. No quiero-dijo como un niño pequeño.

-Me da igual si no te gustan-dijo Ginny acariciándole el pelo-Hay que comer de todo.

-Son asquerosas-dijo obstinadamente

-No es cierto. Están muy buenas y son muy sanas como las hago yo-Harry se cruzó de brazos mientras ella le hacía carantoñas-Te pondré un plato pequeñito¿Vale?-Harry asintió-Y te haré un escalopín para después, pero tienes que comerte el plato de alubias-dijo mientras le toqueteaba la oreja-¿Vas a ser un niño bueno y te vas a comer tu plato de alubias, verdad?

-No me trates como a un crío-dijo indignado.

-¡Te comportas como un crío!-rió ella-Anda, ayúdame a poner la mesa-dijo tirando de él.

-No me has dicho que te han hecho mis hermanos-dijo Ginny mientras le daba las últimas vueltas a las alubias y rebozaba la carne de Harry.

-No me han hecho nada-dijo mientras ponía los platos y lo vasos-Lo que me asusta es lo que piensan hacerme. Menos mal que estará allí tu padre.

-Al menos no te avergonzarán-dijo Ginny mientras hacía el escalopín de Harry.

-¿Por qué lo dices¿A ti sí?

-Mejor no te lo cuento-dijo con una sonrisa-¿Muy hecho o poco hecho?

-Doradito-dijo Harry echando un vistazo por encima del hombro de ella-Un poco más hecho-Ginny se giró en ese momento que Harry tenía la cara pegada a su pelo y le dio un beso en la mejilla-¿No va a haber chicos, verdad?-dijo con voz preocupada.

-No lo creo.

-¿No lo crees?-Harry empezaba a alarmarse, Ginny con las locas de sus amigas, Ginny borracha, Ginny con chicos….no. De ninguna manera.

-¿Y tú?-dijo Ginny dándose la vuelta-¿Va a haber chicas?

-Yo he preguntado primero-Ginny soltó una carcajada.

-Creo que Fleur y Hermione hablaron de un striptease. ¡Pero es una tontería de nada!-dijo al ver la cara que ponía Harry.

-¿Es eso lo que te avergüenza? Por qué… si es así, no le mires-dijo Harry como quien no quiere la cosa. Infantil o no, quería que Ginny solo le mirara a él.

-No es eso-dijo Ginny mientras sacaba la carne y la ponía en un plato-son las tartas; el postre es lo que me da vergüenza.

-¿Por qué?-dijo sentándose a la mesa.

-Porque Fleur y Hermione me han preparado una obscenidad-dijo ella con suficiencia-les dije que no quería tonterías de esas.

-Son inevitables en las despedidas. ¿Te han comprado una de esas bandas que dice "la novia más cachonda"-dijo Harry levantando una ceja.

-No, pero han mandado hacer en una pastelería muggle un montón de tartas con forma de pene-Harry se rió muy fuerte-¡No te rías!-dijo totalmente colorada-Mi madre estará en la cena, y Hermione y Fleur pretenden que me ponga a chupar una tarta con forma de polla. Voy a morirme de la vergüenza…

-Así practicas-dijo Harry, y Ginny le tiró la servilleta a la cara-¡Ah sí! Sally me ha dicho que vendrá a la boda.

-Qué bien-dijo Ginny con mal disimulada alegría.

-Va a venir de pareja de Neville-dijo Harry mirando a Ginny, para ver su reacción.

-¡Con Neville?-gritó

-Sí, con Neville-dijo Harry, y dejando la cuchara en el plato echó la cabeza para delante y bajo el tono de voz-Al parecer, cuando Neville vino a decirme al ministerio que vendría a la boda, se conocieron. La invitó a tomar algo, y desde entonces se han visto más veces.

-¡Vaya¿Quién iba a decirlo de Neville?

-Creo que incluso se han acostado y todo.

-¡NO!-dijo Ginny mirándolo con incredulidad mientras Harry asentía y entrecerraba los ojos como una vieja cotilla.

-¿Y sabes lo mejor?-Ginny negó con la cabeza-Que creo que se gustan de verdad-dijo-Yo pensaba que Sally no me había dicho nada de la boda porque en realidad yo le gustaba…

-Narciso-dijo Ginny y Harry puso los ojos en blanco.

-Y ahora pienso que en realidad, lo que quería era ir o con Neville o no ir. Esta mañana se me ha acercado y me ha dicho que sí, que iba a venir, y que iría con Neville… ¡Y se ha puesto roja!-rió Harry-Casi me troncho de risa allí mismo.

-¡No tienes por qué reírte de ella!-le recriminó Ginny-¡Neville es un chico estupendo!

-Ya lo sé, boba-dijo Harry-Pero Sally es de las que cruzan las piernas cuando la están mirando, de las que se contonean cuando pasa por un pasillo lleno de hombres, de las que te enseña las tetas y el culo cuando se agacha a coger algo del suelo…

-Veo que la tienes perfectamente controlada-dijo Ginny con sorna.

-Un hombre no es un hombre si no controla esas cosas, nena-dijo Harry con chulería y Ginny se levantó sin poder aguantarle más, para quitar la mesa.

-Eres insufrible-Harry se encogió de hombros-Siempre me gustó Neville…-dijo Ginny, y antes de terminar la frase Harry se había puesto de pie violentamente tirando la silla al suelo-Siempre me gustó Neville para Luna-dijo Ginny como si no hubiera notado la subida de tensión en la habitación-¿A ti no?-Harry parpadeó y comprendiendo, se agachó a por la silla y se volvió a sentar.

-Me cae muy bien Luna-dijo Harry-No me malinterpretes. Pero volvería loco al pobre de Neville; no, creo que con sus padres ya tiene bastante locura, por no hablar de la chiflada de su abuela. Sally es coqueta, pero es buena chica.

-Luna también va a venir con alguien-dijo Ginny, aunque Harry notó que en realidad, lo decía para sí misma-Pero creí que vendría con Neville. La verdad es que…-De repente Harry se la imaginó con el jefe de Ginny, y sintió un súbito placer al imaginar al estirado italiano sufriendo las consecuencias de salir con una chica como Luna, estupenda por un lado como amiga, pero un total terror como mujer.

-¿En qué piensas?-preguntó Ginny y Harry supo que mientras ella había estado hablando él había estado maquinando una venganza contra el jefe de ella sin prestarle atención en absoluto.

-En ti comiéndote esa tarta que te tienen preparada-dijo, y sonrió porque Ginny lo miró con rabia y se puso roja, se la había colado.

-Me voy-dijo Ginny-No te soporto.

Harry se levantó corriendo cuando la vio salir por la puerta de la cocina hacia el cuarto de arriba cogiéndola del brazo.

-Era una broma-dijo-Perdona.

-Ya lo sé, tonto-dijo Ginny-Me voy de compras. Aún no tenemos nada preparado para el viaje de novios.

-Entonces… ¿no estás enfadada?

-No-dijo ella negando con la cabeza, haciendo bailar su pelo de lado a lado y sonriendo-Pero me voy antes de caer en la tentación, porque no dejo de pensar en esa tarta…-Harry sonrió-Y no es la de la tarta la que me comería ahora mismo-dijo seductoramente. Harry tragó saliva, esta mujer sabía como ponerlo a mil.

-¿Y qué te comerías exactamente?-presionó Harry mientras la acercaba hacia él.

-Harry…-suplicó Ginny aunque sin mucha convicción, e inmediatamente empezaron a besarse, Ginny sentía como si hiciera una eternidad que Harry y ella no tenían un contacto así, y ahora que recordaba lo que era el sabor de él no sabía si iba a poder detenerse; Harry estaba sintiendo algo parecido.

-¡Merlín, qué buena estás!-dijo Harry contra la boca de ella. Ginny forcejeaba ahora con la camiseta de él. Harry levantó los brazos y dejó que ella se la quitara. En un segundo él tenía las manos debajo de su falda y ya estaba consiguiendo quitarle las bragas.

-No aguanto más, Harry-suplicó Ginny y dando un salto rodeó con las piernas la cintura de Harry quien avanzó como pudo (ya que se le habían bajado los pantalones hasta las zapatillas de estar por casa) hasta la mesa de la cocina, la cual siempre les había ido bien en estas situaciones. Ya no había nada que los detuviese, pensó Harry, iba a suceder de nuevo, por fin iba a volver a haber algo de sexo en esa casa.

-¡Hola chicos!-La voz de Hermione sonaba desde el salón, Ginny y Harry se separaron momentáneamente con cara de asustados y respirando agitadamente.

-¡Hermione no!-gritó Ginny antes de que entrara por la puerta de la cocina- No… No… no estamos visibles.

-Oh-dijo Hermione-¡OHH!-gritó por fin-¡Ginny Weasley, sal aquí ahora mismo!-Ginny bajó de la mesa ante la atenta mirada de Harry.

-¿Y mis bragas?-preguntó mirando hacia el suelo

-Te las he quitado cerca de la escalera-contestó Harry con voz ronca.

-¿Qué estáis haciendo?-exigió Hermione-¡Ginny, sal de una vez!

-¡Déjanos en paz¿Quieres Hermione?-gritó Harry-¡MIERDA!-Ginny le puso una mano en el brazo sudoroso para calmarlo, se le veía muy alborotado.

-El pacto-le dijo Ginny en voz baja y avergonzada.

-Ya-dijo Harry mientras recogía los trozos de su dignidad masculina-El pacto-Ginny le sonrió y le dio un inocente beso en la mejilla, Harry la oyó chillarle a Hermione en cuanto salió de la cocina.

Ginny bajó duchada y vestida en un tiempo récord, en parte, porque sentía miedo de dejar a Harry a solas con Hermione. Cuando Harry salió de la cocina en busca de su camisa, Ginny vio los enormes esfuerzos que hacía para contenerse y no arrancarle algún miembro a Hermione, quien parecía realmente alarmada ante el aura asesina que irradiaba su amigo.

-¿Nos vamos, Hermione?-dijo Ginny-Me voy a ir al centro a comprar cosas para nuestro viaje-le anunció Ginny a Harry- y tendré que comprar toneladas de crema para que no te quemes esa preciosa piel blanquita-dijo mientras le cogía la barbilla a Harry y le daba un beso-No quiero que mi niño se queme la naricita-Harry la cogió de la cintura una última vez y la besó con los ojos abiertos mientras miraba a Hermione con odio-Se bueno-le dijo Ginny.

-¡No puedes comprarte eso!-dijo Hermione mientras Ginny se probaba una docena de prendas de "baño", esta era particularmente diminuta. Solo había parte de abajo, y ¡qué parte de abajo, era negro, constaba de un triángulo diminuto en la parte de delante, y tres tiritas delgadísimas que sí, Hermione admitía que a Ginny le quedaban muy bien, pero sabía que eso era una indecencia y que Harry no iba dejar que su amiga se pusiera eso para ir a la playa ni en un millón de años.

-¿Por qué no?-dijo Ginny mientras se miraba el trasero en el espejo del probador-Me queda bien.

-Porque a Harry le daría un patatús.

-Por eso precisamente-dijo Ginny con malicia-Imagina cómo se pondrá Harry cuando me vea con esto puesto… se pondrá como loco.

-Se volverá loco de remate-dijo Hermione sin mirarla-eso te lo aseguro.

-¡Oh vamos, Hermione!-dijo Ginny-Estaremos los dos solos en esa isla. Solo me verá él.

-Sabes que eso dará igual. No te dejará salir a la luz del día con eso.

-Pues saldré-dijo Ginny tozudamente-Pienso volver a Inglaterra morenísima por todas partes. Además así Harry no perderá el tiempo quitándome la ropa-Ginny vio por el espejo como Hermione ponía los ojos en blanco-Por cierto, el martes tengo cita con el sanador por primera vez para hacerme la primera revisión. Te… te… ¿te vendrías conmigo?

-Claro que sí.

-Estoy nerviosa-sonrió.

-Todo irá bien-se levantó y se puso detrás de ella frente al espejo-solo te hará unas preguntas, te mirará la tripita-dijo mientras le acariciaba el pelo a su amiga-y te toqueteará un rato.

-Por eso prefiero ir contigo-dijo-Harry no lo soportaría, y dudo si quiera que le dejaran entrar conmigo. Además, una chica siempre es una chica.

-Ya tendrás tiempo de ir con Harry, cuando lo sepa-dijo sonriendo-¡Ah!-Hermione se giró y cogió su bolso, del que sacó una cajita con una capsulita de color plateado-Esta maravilla-dijo misteriosamente-la compré ayer. Normalmente se usa para cuando la gente sale de marcha no tener resaca al día siguiente-Ginny ponía cara de no entender nada y de desinterés-¡Ginny¡Mañana es tu despedida de soltera!

-¿Y?-dijo Ginny mientras se ponía las bragas-Me los llevo todos-dijo mirando al montón de bikinis.

-Pues que embarazada no vas a poder beber ni una gota de alcohol.

-Pues no bebo.

-¿Y qué harás cuando las chicas te insistan?-dijo como si hablara con una tonta-¿Qué les dirás¿Qué no te apetece? Tu madre y Fleur se darán cuenta, Ginny-miró a Ginny con esa cara de sabelotodo que siempre ponía cuando sabía o creía llevar la razón- No te alarmes-dijo al ver la cara que ponía Ginny-Con esto podrás beber cuanto quieras sin peligro para el bebé.

-No voy a beber, Hermione.

-¡Pero se darán cuenta!

-Me da igual-dijo con tristeza-Se lo diré a Harry esta noche, así podremos hacer el amor de una vez. No pienso poner en riesgo al bebé por una estúpida noche.

-Esto no lo pone en riesgo. Créeme-dijo-Mira, lee-Y le dio un papelito. Venía a decir más o menos lo que Hermione había explicado, era una cápsula que protegía al cuerpo de los efectos del alcohol y estaba especialmente recomendada para enfermos del estómago y embarazadas, aunque se restringía su uso a una vez cada treinta días.

-No estoy segura, Hermione.

-Pues podemos ir a hacerle una visita rápida al sanador hoy. A ver que te dice él. ¿Quieres?-Ginny asintió-Anda, vamos a pagar todo eso.

El sanador, un chico joven y guapo que a Harry no habría gustado un pelo, las recibió un poco antes de la media tarde. Al parecer otra paciente le había fallado, y le dijo a Ginny que si quería, ya que sabía que iba a casarse el sábado siguiente, podía pasar revisión en esa misma hora y olvidarse de la del martes.

Ginny salió bastante contenta de la consulta, primero porque el sanador le había dicho que todo marchaba de perlas, y segundo, porque le había dicho que podía beber el alcohol y comer lo que quisiera tras tomarse esa cápsula, puesto que además de proteger al bebé de los efectos de la cerveza y el whisky de fuego, la cápsula también le anularía las nauseas y los vómitos durante un par de días.

Ginny estaba contentísima cuando llegó a casa, no solo había recibido nuevas noticias buenas sobre su embarazo ya confirmado, sino que además había comprado un montón de cosas bonitas para ella y para Harry. Estaba deseando ver a Harry en todos los shorts que le había comprado para el viaje. Se preguntaba cuanto tiempo le durarían puestos…

-Ya estoy en ca…-Ginny se paró mirando a su hermano Charlie que iba medio desnudo bajando por las escaleras.

-Hola Ginny-dijo, y se metió en la cocina. Ginny abrió la boca pero no dijo nada, de repente, la cogieron de la cintura, Ginny se volvió en cuanto notó el contacto deseosa de preguntarle a Harry por qué su hermano Charlie se paseaba medio desnudo por los pasillos de su casa; pero cuando se giró, solo recibió un beso en la mejilla por parte de su padre.

-Hola princesa-su padre le estaba quitando el pelo de la cara con una mano mientras que en la otra sostenía una taza humeante.

-¡Papá!

-¿Y Hermione?-Ron hablaba con la cabeza asomada desde la puerta de la cocina. Así que Ron también estaba allí…

-¿Qué hacéis aquí?-preguntó por fin Ginny.

-Hoy dormimos aquí-dijo Ron encogiéndose de hombros-He preguntado que donde está Hermione.

-Se ha marchado a su casa. Pero ¿por qué dormís aquí?

-¡Hola Ginny!-Fred la cogió por la cintura, aplastándole la tripa en un abrazo de oso, y levantándola del suelo unos dos palmos.

-¡Suéltame Fred!-gritó ella.

-Soy George-dijo él.

-No, no lo eres-su hermano Fred la miró con reproche y marchó indignado hacia la cocina-¡Qué aburrida te has vuelto!

-Ya has vuelto-por fin, este sí era Harry, quien se acercó y le quitó las bolsas de las manos y le dio un beso en los labios mientras uno de los gemelos murmuraba un débil "puaj"-¿lo has pasado bien?-Ginny asintió y le preguntó a Harry con la mirada qué estaba su familia haciendo en casa-Vamos arriba.

Harry cargó las bolsas de Ginny y la siguió por las escaleras mientras Fred gritaba desde la cocina que como tardaran mucho en bajar, Harry lo pagaría caro.

-Verás, una hora después de que te fueras…-trató de explicarse Harry, pero Ginny se había abalanzado sobre él y no lo dejó hablar. Ginny le besaba, le revolvía el pelo, le apretujaba el culo… Harry estaba en la gloria hasta que notó que Ginny trataba ahora de quitarle los pantalones-Ginny… Ginny….-pero Ginny no se paraba y ya le había desabrochado el botón y la cremallera-¡Ginny!-por fin la detuvo-Tus hermanos y tu padre están abajo-dijo con la respiración entrecortada.

-¿Qué hacen aquí?-dijo Ginny mientras se frotaba contra él, Harry cerró los ojos y respiró hondo, cuando los abrió, la sujetó por los brazos y la apartó dolorosamente.

-¿Quieres volverme loco?-dijo Harry y Ginny negó con la cabeza.

-A la mierda el pacto, Harry-dijo ella-Llevo toda la tarde meditándolo y… acabemos lo que empezamos esta mañana-intentó volver a besar a Harry, quien le giró la cara-¿no quieres hacer el amor conmigo?-preguntó con tristeza.

-Es lo que más quiero en el mundo. Detrás de casarme contigo. Pero…

-¿Pero qué?-dijo ella con duda-¿Tienes dudas?

-No. ¡NO!-gritó Harry rápidamente-Ginny…-Harry la cogió de las manos y la llevó hasta la cama, intentó que se sentara pero era evidente que Ginny quería estar bien cerca de sus ojos mientras él hablase-Quiero casarme contigo. Quiero pasar toda mi vida contigo. Quiero tener hijos contigo y sí, evidentemente para eso hay que hacer el amor y te juro por Merlín que también quiero hacértelo ahora mismo.

-Pero…-dijo Ginny como diciendo que siempre hay un pero.

-Pero tú dijiste que no lo haríamos hasta la noche de bodas.

-He cambiado de opinión-dijo ella tajantemente-Además, tú no quisiste desde un principio.

-Es cierto. Y todavía no me gusta. Pero-dijo deprisa al darse cuenta de que Ginny iba a interrumpirlo-no me he pasado casi cuarenta días aguatándome las ganas para echarlo todo por la borda a falta de siete días. Si te lo hago ahora será como haber desperdiciado todos estos días, habrán sido una pérdida de tiempo. Y no quiero que perdamos el tiempo en nada que tenga que ver con nuestra relación-Ginny asintió y Harry la abrazó-Son solo siete días, princesa.-Ginny le frotó la cara contra el cuello-Te prometo que después te haré el amor hasta que no pueda más-Ginny rió.

-Me he comprado un montón de bikinis para el viaje que te van a encantar.

-Ya estoy deseando verte sin ellos-dijo Harry con una sonrisa.

-Creo que estoy oyendo a Hermione-dijo Ginny.

-Habrá venido a por ti. No me has dejado que te lo explicara-le dio un beso-La despedida por lo visto, empieza hoy-Ginny levantó una ceja-Los chicos dormimos aquí y las chicas… no lo sé muy bien. Puede que en casa de Bill o puede que en La Madriguera. En cualquier caso, lejos de mí-dijo con un puchero.

-Deberíamos bajar ya-dijo Ginny mientras le apretujaba el culo a Harry-No quiero que mis hermanos piensen mal y te hagan la vida imposible esta noche.

-La casa sin ti ya va a ser un infierno-dijo melosamente Harry.

-¿Sabes qué, Harry?-dijo Ginny como si acabara de acordarse de algo.

-¿Qué?-él mientras tanto, le besaba el cuello.

-Hermione dice que somos unos cursis.

-¿Eso dice Hermione?-Harry seguía a lo suyo.

-No es verdad¿a qué no?

-¿Qué no es verdad, pecosita?

-Que somos unos ñoños.

-Claro que no-dijo dándole un beso en los labios-Hermione está celosa porque Ron y ella no son así.

-¡Yo no quiero ser como Bill y Fleur, Harry!

-¡Qué dices!-le dio un beso en los labios-Nosotros no somos así. Lo que pasa es que nos queremos mucho.

-Eso le dije yo a Hermione.

-¿Y qué te dijo?

-Que ella y Ron también se querían, pero que ellos no daban ganas de vomitar.

-¡A ellos también habría que verlos en la intimidad!-Ginny hizo un gesto de asco.

-¡No, gracias!-Harry y Ginny dejaron de mirarse como dos tortolitos cuando oyeron a Hermione gritarle a Charlie que hiciera el favor de ponerse algo encima, este a su vez, le gritó que podía mandar cuanto quisiera sobre su hermano Ron, pero no sobre él. Se oyó un chasquido y después un aullido, como si a una bestia la hubieran lastimado con un látigo en un circo; oyeron a Hermione subir por las escaleras mientras murmuraba un "te lo tienes bien merecido" y a los gemelos y a Bill troncharse de risa.

-¡Ginny y Harry¡Voy a entrar!-gritó Hermione desde la otra parte de la puerta-¡Así que dejad lo que quiera que estéis haciendo! Cuento hasta tres…-Ginny le desabrochó los pantalones a Harry y se quitó la camiseta y el sujetador, obligándole a Harry a cogerle las tetas. Cuando Hermione entró, los encontró en esa posición, los dos miraban en su dirección pero Ginny tenía la mano en el paquete de Harry y Harry tenía sus manos en las tetas de Ginny, tapándoselas.

-¡Hermione!-dijo Ginny fingiendo estar escandalizada.

-¡No puedo creerlo!-gritó Hermione totalmente colorada-¿En qué estáis pensando¡Toda tu familia está abajo, Ginny¿Quieres que tus hermanos maten a Harry? –Chilló-¿Y qué pasa con el pacto?

-Se nos olvidó-dijo Ginny

-Nos vamos a casa de Fleur-dijo Hermione-Prepárate las cosas para hoy y mañana, incluido lo que te vayas a poner para la despedida. Te doy diez minutos- y cerró la puerta. Pero a los tres segundos, volvió a abrirla.

-¿Qué?-dijo Harry. Los miró con los ojos entrecerrados y se acercó a ellos como si los estuviera acechando, vio la camiseta y el sujetador de Ginny encima de la cama, y cuando estaba encima de ellos se quedó mirando los labios de ambos.

-¡Me habéis engañado!-dijo por fin-¡No ha pasado nada¡No tenéis los labios hinchados!-Ginny la miró con asombro.

-Ahora sé por qué la tienes en la Orden-Ginny hablaba con Harry pero no dejaba de mirar con asombro y algo de admiración a Hermione-¡Eres una detective cojonuda!

-Venga Ginny. Prepara todo-dijo-Y Harry, ya puedes soltarle las tetas a Ginny.

-Estoy muy a gusto así, gracias-dijo Harry. Ginny suspiró soñadoramente y le dio un beso.

-¡Insoportables!-dijo Hermione-Le cogió las manos a Harry y se las despegó de los senos de Ginny quien le decía adiós y le mandaba besos a Harry con una mano y con la otra se tapaba los pechos mientras Harry era empujado fuera de la habitación por Hermione. En cuanto Hermione cerró la puerta, Ginny se puso el sujetador.

-Ya voy, ya voy… ¡no me mires así!-dijo Ginny

Harry se encontró con Ron que subía por las escaleras.

-¿Qué pasa?-dijo Ron-He oído gritar a Hermione.

-Tonterías-dijo Harry-¿Y abajo¿Qué ha pasado? Os he oído gritar y reír.

-Hermione ha vestido a Charlie con un tutú rosa dos tallas más pequeño que la suya. Parece aquel gnomo que vestimos como a un ángel para el árbol de navidad hace años. ¿Te acuerdas?-Harry asintió, se acordaba perfectamente, fue aquella navidad previa a la muerte de Dumbledore, entonces ya estaba colado por Ginny pero se negaba a admitirlo.

-Habrá que verlo-dijo Harry

-Habrá que inmortalizarlo también-dijo Ron con una sonrisa.

Oyeron a las chicas reír.

-Voy a ver qué pasa-dijo Ron. Harry le dejó pasar, era su hermano, si se la encontraba desnuda y se avergonzaba sería problema de él, a Ginny no le daba vergüenza de sus hermanos, salvo de Percy, de quien se avergonzaba profundamente y de todo.

Hermione y Ginny estaban mientras tanto intentando decidir la ropa que debía llevarse Ginny.

-¿Pantalón, vestido, o falda?-dijo Ginny.

-Da igual-dijo-Aunque Fleur y yo vamos a llevar vestidos.

-Vestido, pues.

-¿Le has enseñado los bikinis a Harry?

-Aún no-dijo Ginny mientras metía un tanga y un sujetador en la maletita de viaje-¡Ay! Voy a esconderlo, no quiero que los vea así. Quiero que me los vea por primera vez ya puestos.

-Le dará algo-rió Hermione-apenas puede contenerse cuando está contigo. Lo tienes bien domado ¿eh?

-Sí-dijo sonriendo Ginny metiendo las últimas cosas-Hermione-la llamó.

-¿Qué?

-¡Voy a casarme!-gritó, y las dos amigas se abrazaron riendo y chillando como dos niñas a quienes un jugador de fútbol famoso les acaba de dedicar una foto. Justo en ese momento, entró Ron.

-¿Qué pasa aquí?-inquirió. Ginny se había quitado los pantalones que llevaba antes y estaba en bragas y sujetador.

-Me lo estoy montando con Hermione-dijo Ginny poniendo los ojos en blanco.

-¿Puedo mirar?-dijo Harry desde el umbral con una sonrisa. Ron miraba de un lado a otro como en un partido de tenis con la boca abierta.

-¡Eh!-gritó ¡EH!-gritó aún más fuerte-Es mi novia-le dijo a Ginny y a Harry.

-No seas tonto, Ron-dijo Hermione-Ginny solo está bromeando y Harry también. ¿A qué sí?

-Sí-dijo Harry-pero si vais a montároslo me quedo-Hermione torció el gesto y lo miró seria, como diciéndole que no empeorara las cosas, algunas bromas con Ron no funcionaban-Es broma, Ron. Mi novia es mía. Y solo mía¿verdad preciosa?-Ginny asintió y se acercó a él para abrazarlo. Ron no parecía muy convencido.

-¿Dónde vais a pasar la noche?-preguntó.

-En casa de Bill y Fleur-dijo Hermione.

-¿Y con quién vas a dormir?-inquirió

- No lo sé-dijo Hermione como si hablara con un niño-Deja de portarte como un tonto. Ginny y yo solo estábamos riéndonos de unas cosas.

-¿Por qué no te quedas aquí a dormir?

-No puede-dijo Harry-Lo siento, pero Hermione se quedó a dormir hace poco y ya ha completado su cupo de noches pasadas en mi casa durante este mes. ¿Verdad?-Hermione sonrió y asintió.

-¿Cuándo te has quedado a dormir?

-Ayer. Se me hizo tarde hablando con Ginny y me quedé.

-¿Y con quién dormiste?

-Durmió sola, Ron-dijo Ginny mientras se ponía un batín.

-¡Mentira!-gritó él acusándola con el dedo-Sé que vosotros dos-dijo señalando alternativamente a Ginny y a Harry-no dormís juntos desde hace un mes. ¡Así que durmió contigo!-dijo totalmente rojo y señalando a Ginny.

-¿Preferirías que hubiera dormido conmigo?-dijo Harry entre risas.

-¡No¡Con quien tendría que haber dormido habría sido conmigo!

-Ginny, Harry-dijo Hermione-¿Nos dejáis un momento a solas? Tengo que hablar con este troglodita-dijo cariñosamente. Ginny asintió con una sonrisa pero Harry se quedó ahí plantado-¿Qué pasa, Harry?-dijo Hermione cuando vio que él no se iba.

-¿No iréis a hacer las paces en mi dormitorio? Porque aquí los únicos que hacen el amor en esa cama somos nosotros-dijo señalándose a Ginny y a él-Y últimamente ni siquiera yo hago el amor en mi cama así que…-Ginny tiró del cuello de su camisa hacia fuera, y no pudo continuar con las protestas.

-¡Tenéis cinco minutos!-dijo Ginny.

-Ron-dijo Hermione cogiéndole del cuello de la camisa, una vez Ginny y Harry hubieron desaparecido por la puerta-¿no estarás celoso de tu hermana?

-Sí-dijo Ron intentado cruzarse brazos-Porque a ella le haces más caso.

-¡Es que va a casarse!

-¡Y nosotros también!-dijo Ron, y Hermione lo miró extrañada-Quiero decir…algún día.

-Ronald-dijo Hermione colgándose de él-¿te imaginas cuando tengamos nuestra casa?-Ya no tendremos que andar buscando sitios donde hacerlo sin que nos pillen-dijo dándole un beso-Ya verás como Ginny y Harry también pasan poco tiempo juntos cuando estén ayudándonos a trasladarnos.

-¿Qué te apetece más, vivir conmigo o cerca de mi hermana?-soltó Ron.

-¡Pero eres tontito!-dijo Hermione pasándole los brazos por detrás del cuello mientras Ron sonreía mirándole a los labios-Cerca de Ginny, por supuesto.

-¡EHHH!-dijo Ron, y Hermione le sonrió mientras le acercaba la boca a los labios.

-Me encanta que te pongas celoso-dijo Hermione y empezaron a besarse.

-Er io ne…-intentó decir Ron, estar en el dormitorio de su hermana le cortaba un poco.

-Tranquilo, a Ginny no le importará-dijo ella.

-Tardan mucho-dijo Harry pegando la oreja a la puerta-¿no?

-Déjalos tranquilos, Harry.

-¡Es mi cama!-Ginny le tocó la barbilla-¡No quiero que otro tío folle en mi cama¡Ni siquiera Ron!-dijo al ver la cara que ponía Ginny. En ese momento vieron salir a Charlie del baño. Ron no había exagerado, Charlie llevaba puesto un tutú rosa diminuto, que le dejaba ver los pelos del pecho y de las piernas y le daban un aspecto más que ridículo. Harry no puedo reprimirse una risa.

-No sé qué coño ha hecho Hermione-dijo Charlie estirándose la tela del culo-Pero no puedo quitarme esto yo solo. Y los cerdos de mis hermanos no quieren ayudarme. Ayúdame Harry-dijo.

-¿Por qué?-dijo Ginny entre risas-Estás muy guapo así-Charlie la fulminó con la mirada.

-No te pongas así-dijo Harry-Si en el fondo te encanta, tontorrón.

-¿ME LO QUITAS O NO?-gritó desesperado. Harry se partía de risa.

-Claro que sí, encanto-dijo Harry mientras Ginny trataba de tocarle las tetas a su hermano, quien se las apartaba a manotazos-No te hagas el duro, estabas deseando pedírmelo…-dijo mirando a Ginny.

-¡Iros a la mierda los dos!-dijo Charlie-¡Me quedo con el tutú!-En ese momento Hermione y Ron salieron de la habitación, mirándose como dos tortolitos. Charlie la miró con odio, pero ella, que estaba ensimismada en Ron no percibió las ondas malignas que Charlie estaba irradiando en su dirección.

-¿Aún sigues con eso puesto?-dijo Ron parpadeando y mirando a Charlie-¿Tanto te gusta?-Charlie hizo además de coger a Ron por el cuello, pero Hermione hizo un movimiento de varita, y le quitó el tutú a Charlie, dejándolo nada más que en un tanga de leopardo espantoso. Harry y Ron tuvieron que cogerse la barriga para no caerse al suelo y revolcarse como cerdos de la risa.

-Listo-dijo Hermione-No te quejes tanto. El tutú te quedaba mejor-dijo distraídamente-¿nos vamos, Ginny?

-Claro-dijo ella-Adiós pichoncito

-Pórtate bien ¿eh nena?-dijo Harry entre algo de risas todavía. Mientras, le sonsacaba a Ginny los últimos besos del día.-Cuidado con los chicos.

-Y tú también ten cuidado con ellos-dijo Ginny mientras le acariciaba el pelo.

-¿Será con las chicas?-dijo Ron.

-Me fío de Harry -dijo Ginny-De quien no me fío es de mis hermanos. Así que, cuidado con los chicos-y esta vez indicó con la cabeza hacia donde se oían las voces de los gemelos y de Bill.

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Cuando Ginny llegó a casa de Fleur, las chicas ya tenían una buena organizada. Estaban jugando a las cartas explosivas, y quien perdía la partida, además de la hidromiel que estaban bebiendo todas, debía meterse para el cuerpo un lingotazo de wiskhy de fuego. Estaban todas bastante borrachas.

-¡Ha llegado la novia!-gritó Hermione mientras levantaba unas bolsas, que curiosamente habían pasado desapercibidas para Ginny antes. Todas se pusieron a chillar mientras levantaban sus copas y brindaban en honor a Ginny. Luna y Gabrielle, estaban sentadas a ambos lados de una silla vacía que debía de pertenecer a Fleur, también estaban Katie Bell, Demelza Robbins, dos amigas más de Ginny de la escuela y dos compañeras del trabajo, entre las que estaba, Alicia Spinnet.

-¿No estáis empezando la despedida un poco pronto?-dijo Ginny un tanto asustada mientras Fleur la conducía hacia la mesa donde estaban jugando.

-Bebe algo, Ginny-Luna le tendió una copa.

-No gracias, no me encuentro muy bien.

-¡Vamos, tonta!-dijo Fleur-esto te hagá sentig mejog.

-De verdad que no-dijo Ginny-Prefiero reservarme para mañana. No me gustaría levantarme mañana con resaca-Ante tal excusa, Fleur no tuvo más remedio que desistir, así que de un trago, se bebió el vaso de hidromiel de Ginny.

-¿Y mi madre?-dijo Ginny a la desesperada, viendo como Hermione la dejaba sola, para unirse a la fiesta.

-Estoy aquí, cariño-dijo una voz detrás-Aquí tenéis-La señora Weasley besó a su hija en la mejilla después de dejar en la mesa dos bandejas llenas de comida-Esto hará que no se pongan enfermas-le dijo en voz baja-Si vas a beber mucho (como todas estas) lo mejor es comer mucho.

Ginny tuvo que hacer verdaderas maravillas aquella noche para eludir los intentos de las chicas para emborracharla, con todo, fue una noche muy divertida.

Harry estaba muy borracho, tenía la cabezota de Fred apoyada sobre su hombro como si fuera una chica y George, estaba a su vez apoyado en el regazo de su hermano, Harry se rió un poco al pensar que haría Fred si despertara ahora y viera a su hermano gemelo con la cabeza apoyada en su entrepierna… debería sacarles una foto, pensó Harry.

Veía a Ron roncar sobre un plato de gusanitos naranjas que había encima de la mesa; el señor Weasley estaba sentado en una postura como de yoga y daba cabezazos en frente de la chimenea. Charlie y Bill jugaban a una partida de ajedrez mágico, y estaban tan borrachos que sus figuras se movían de un lado para otro, disimuladamente y de manera que nunca se comían unas a otras y el juego tampoco avanzaba. Ron había invitado a más chicos, entre ellos a Neville, pero al final, todos habían tenido cosas que hacer, y solo la familia acudió a la pre-despedida.

Harry se fijó que todo rastro femenino del salón había sido borrado por los chicos, esas pequeñas cosas que indicaban que en aquella casa vivía una mujer, pequeñas cosas y detalles que habían sido borrados por aquella invasión hostil de testosterona.

De repente, Harry, echó muchísimo de menos a Ginny; miró a Ron babeando sobre los snakes y sonrió para sí mismo, los dos eran un desastre, y eran las chicas las que ponían algo de orden en sus vidas. Tenía que verla, tenía que verla o no encontraría algo de paz en toda la noche. Se removió un poco en el sofá y sacó la varita.

-"Accio cámara de fotos"- Lo primero era lo primero. No podía irse de allí sin inmortalizar el momento. La cámara tardó un poco en bajar, Harry la hizo levitar hacia delante, intentando dejarla lo más estática y nivelada posible, para luego soltar la foto.

El flash sacó al Señor Weasley del sopor, y cuando se levantó de enfrente de la chimenea usó su varita para despejar a sus hijos de diversas maneras, y mandarlos a cada uno a una habitación.

Harry cogió la vieja saeta de fuego y se echó la capa invisible por encima, y se apareció cerca de casa de Bill, no sabía dónde iba a dormir Ginny, y no podía dejar que el resto de las chicas lo vieran. Asomándose a la ventana del salón, pudo ver en un sofá a Luna durmiendo plácidamente en un sofá, mientras que en el sofá que estaba de espaldas a la ventana pudo distinguir una masa de pelo negro que no sabía muy bien a quien pertenecía, desde luego a Ginny no. Arriba las luces, aún estaban encendidas; Harry ascendió un poco y asomándose a una ventana distinguió el pelo enmarañado de Hermione; Fleur estaba en frente del tocador, cepillándose el pelo, y durante un segundo, Harry se quedó hipnotizado mirando las finas hebras de pelo plateado caer suavemente del cepillo, hasta la espalda de Fleur. Harry movió la cabeza para despejarse; se movió hacia la ventana de al lado, y se encontró prácticamente de frente con la Señora Weasley, quien estaba esperando a que Ginny terminara de cepillarse los dientes, seguramente, para poder usar el baño ella. Ginny salió del baño y Harry la siguió con la mirada hasta que la puerta se cerró, se desplazó un poco de la ventana (ya que no le interesaba en absoluto lo que la señora Weasley pudiera estar haciendo en el baño) y se dirigió en pocos segundos, hacia una ventana cuya luz acababa de encenderse.

En la habitación no había nadie más que Ginny, quien, supuso Harry, debía de dormir en compañía de su madre. Harry tocó con los nudillos el frío cristal de la ventana y vio como Ginny se giraba, un poco asustada, hacia él. Vio como Ginny escudriñaba la ventana y Harry se dio cuenta de que si no se quitaba la capa, ella tampoco podría verlo. Ginny abrió mucho los ojos cuando lo vio y se acercó a la ventana para abrirla.

-¡Harry!-dijo en voz baja pero sorprendida-¿Qué haces aquí?-Harry solo le dio un beso en los labios-¿Todo bien?-dijo con el ceño algo fruncido, y Harry asintió.

-Solo…-dijo mientras le acariciaba la mejilla-Te echaba de menos.

-¿Ya?-dijo Ginny con una sonrisa-¿Tan pronto?

-Solo quería…

-¿Sí?

Harry saltó de la escoba a la habitación y cogiendo a Ginny por la cintura, la besó. Mientras la besaba iba poco a poco conduciéndola hacia la cama, hasta que la dejó tumbada sobre ella.

-Mi madre va a dormir aquí-dijo ella con pena-Entrará en cualquier momento.

-Lo sé-dijo Harry-Pero cuando entre tú ya tendrás los ojos cerrados-dijo dándole un beso en la boca-Y yo seré lo último que habrás visto esta noche-dijo dándole sendos besos en los párpados-Harry apagó las velas de la mesita de Ginny y se volvió caminando para atrás hacia la ventana; pero la voz de Ginny lo detuvo.

-¿Y mañana cuando me levante?-Oyó la risa de Harry y un destello de luz que provenía de su varita. Vio a Harry sonriente hurgar en el bolsillo interior de su chaqueta, unos segundos después, y cuando ya se oía la puerta del baño abrirse, Harry le colocó a Ginny en la mesita de su lado, una foto de ellos dos. Los dos se sonrieron.

-Te quiero-dijo Ginny.

-Te quiero-dijo él, y justo cuando la señora Weasley abría la puerta él desaparecía bajo la capa de invisibilidad. La señora Weasley no lo veía a él, pero él vio como Ginny cerraba los ojos muy fuerte y soplaba las velas. Harry salió por la ventana y se subió a la escoba antes de que la señora Weasley la viera levitar en frente de la ventana y la reconociera.

Se apareció cerca de su casa, sonriente; aunque no le hizo tanta gracia comprobar, cuando llegó al alfeizar de la ventana de su dormitorio, que el idiota de Ron se había acostado en su lado de la cama. Harry estuvo a punto de moverlo, pero al final decidió que dormir en la derecha de la cama, donde la sábana y la almohada olían a Ginny, era el mejor sitio donde podía dormir, ya que tampoco podía dormir al lado de ella.

Ginny se levantó de buen humor; lo primero que vio al levantarse fue, efectivamente, la cara de Harry que le sonreía desde la foto de la mesita. No se oían ruidos en la casa, así que Ginny dedujo que las chicas aún no se habían levantado, lógico si se piensa la fiesta que se habían montado la noche anterior. Su madre tampoco estaba a su lado, y Ginny distinguió en el aire el inconfundible aroma de un gran desayuno preparado por su madre, quien no tardaría en levantarlas a todas y hacerlas bajar a desayunar.

Harry se levantó al sonido de una corneta sonando bajo su ventana, distinguió un borrón (no llevaba las gafas) que debía ser Ron que se incorporaba del suelo tras haberse caído por las sorpresa.

-¿Qué coño ha sido eso?-dijo Ron. Harry buscó sus gafas y se las puso; miró a Ron que estaba sentándose en la cama, tenía el pelo despeinado, apestaba al queso de los gusanitos y llevaba unos calzoncillos azules con palomas blancas demasiado bajos que le dejaban ver algo de culo; definitivamente, ver a Ginny por las mañanas, era una experiencia mucho más gratificante. La corneta, como si estuvieran en el ejército, volvió a sonar. Harry oyó a los gemelos gritar en la otra habitación, y también escuchó al señor Weasley lanzar una serie de improperios que jamás de los jamases se le escucharía decir delante de su mujer.

-¡EH!-gritó alguien desde fuera-¡Qué estamos tocando diana, chicos!-Harry creyó oír la voz de Seamus; se acercó a la ventana y efectivamente, allí estaban Seamus, Neville (quien tenía precisamente una sonrisa radiante en la boca y un gramófono portátil en la mano, al que le dio cuerda en cuanto Harry se asomó, y volvió a tocar "titiriti titiriti titiriti tititiiii, titiriti titiriti titiriti titiiii"), Hagrid que saludaba con una gran manaza mientras que con la otra sujetaba un barril de hidromiel que ya resultaba gigante incluso para él, y algunos compañeros del trabajo que sonreían vergonzosamente.

Fred (o George, en esos momentos Harry no estaba seguro) gritaba algo de matar dolorosamente al imbécil de la trompeta.

-¡Ahora os abro!-gritó Harry, y metió la cabeza para adentro; increíblemente, Ron, había vuelto a dormirse, Harry negó con la cabeza. Miró el reloj y se espantó al ver que era más tarde de medio día. Con razón estaba llegando ya todo el mundo.

Cuando Ginny entró en la cocina de Fleur, se dio cuenta de que su madre no estaba preparando el desayuno, sino la comida.

-Buenos días, bella durmiente-le dijo su madre.

-Buenos días mamá-dijo restregándose los ojos y sentándose en una silla-¿Qué hora es?

-Casi las dos de la tarde-dijo su madre, y Ginny dio un respingo.

-¿Y están todas dormidas?-preguntó asombrada.

-Fleur se levantó hace un par de horas para ir al baño, y Luna se levantó hace una hora, vino a la cocina a por un vaso de leche, y volvió a acostarse. Déjalas-dijo con una sonrisa mientras le servía comida copiosa a su hija-bebieron demasiado. A ti no te vi beber…-dijo su madre y Ginny empezó a zamparse los huevos para intentar disimular.

-Y por eso me he levantado la primera-dijo Ginny como si tal cosa-Esta noche sí que pienso pillar una buena-le dijo a su madre-pero sabes que no estoy acostumbrada a beber y me daba miedo ponerme enferma para hoy, que es el día grande.

-Bueno-dijo la señora Weasley un poco más convencida-Podrías haberte tomado al menos una copita para brindar.

-Una copa lleva a otra-dijo Ginny tajantemente, no quería seguir con la discusión-¿Qué estará haciendo Harry?-dijo Ginny, aunque en realidad era un pensamiento en voz alta.

-¿Es que no sabéis estar si quiera unas horas separados?-se enfuruñó su madre-¡Sois peor que Fleur y Bill!

-¡Mamá!-gritó Ginny mientras tragaba un trago de zumo-¡No puedo creer que digas eso! Harry y yo no somos así.

-Ya lo sé-dijo su madre mientras ponía más salchichas en su plato-Sois peor. Anda come-dijo al ver la cara de indignación de su hija-Estás tan delgada. Y Harry también lo piensa.

-¡Otra bella durmiente!-dijo alegremente la señora Weasley-siéntate cariño-Ginny se giró y vio a Luna acercarse a la mesa.

-Necesito otro vaso de leche, señora Weasley.

-Nada de eso-dijo con voz firme-Tienes que comer algo más consistente, sino, nunca se te irá esa resaca. Te lo aseguro.

-¿Estás bien, Luna?-preguntó Ginny.

-Creo que sí-dijo ella-No debimos empezar anoche-dijo mientras se agarraba la cabeza, Ginny sonrió.

Poco a poco las chicas fueron bajando. Ginny se rió de casi todas ellas por la mala cara que tenían. La señora Weasley se comportó como lo que era, madre, y estuvo todo el tiempo pendientes de ellas. Eso sí, todas se indignaron mucho a media tarde, después de la siesta (porque después de comer, volvieron a echarse otro rato) cuando la señora Weasley admitió tener una poción cura resacas desde el día anterior y alegó que solo quería hacerlas sufrir un poco.

Ginny se lo estaba pasando de lo lindo; Fleur y Hermione habían preparado un montón de juegos mágicos (y algunos no tan mágicos) para pasar la tarde y las primeras horas de la noche. La señora Weasley jugó con ellas a una especie de trivial mágico que, por supuesto, ganó el grupo de Hermione aunque el de Ginny, acertó todas las preguntas referentes al deporte, pero cuando pasaron a los juegos más picantes, reservados para cuando la hidromiel hubiera corrido entre todas copiosamente, la señora Weasley se excusó diciendo que no podía jugar, porque alguien tenía que preparar la cena. Ella se libró por los pelos.

Una bola roja volaba sobre sus cabezas mientras jugaban a un juego de mesa, cada casilla hacía que la bola planteara un pequeño juego dentro del juego, el juego lo elegía al azar la bola, y dependía del color que adoptaba. A veces era un reto mágico que la propia bola brillante explicaba (a Ginny eran los que más le gustaban porque no podían ponerla en evidencia), otras veces la bola te ponía a prueba de conocimientos mágicos. Si fallabas la pregunta o el reto, los jugadores determinaban el castigo, que en el caso de hoy, era beberse una copa entera de hidromiel de un golpe; cuando la bola se volvía de color azul(poco al principio, pero fue volviéndose más azul conforme iba corriendo la bebida), entonces la bola elegía a un jugador rival y este te podía poner una prueba, plantearte un reto(que la bola aprobaba volviéndose dorada como una snicht) o peor, dejaba que el jugador te hiciera una pregunta. Todo habría ido bien sino fuera porque las chicas no preguntaban cosas como cuántos huesos tenía un costillar de dragón, o cuáles eran las propiedades de una poción en concreto, o cual había sido el último equipo en ganar la Liga inglesa de quidicht; no, las chicas preguntaban cosas como "¿Cuánto tiempo dura tu novio en la cama¿qué es lo que más te gusta que te hagan? O ¿Alguna vez has soñado que lo hacías con una chica?" Lo peor, es que si mentías, la bola lo detectaba y te tocaba beber. La primera en contestar algo así fue Luna, quien escurrió el bulto maravillosamente cuando le preguntaron "¿Cuánto tiempo hace que no lo haces?" A lo que ella respondió con un estoico "desde la última vez", y como la bola la dio por buena, todas tuvieron que aguantarse las ganas, aunque aprendieron la lección, y las siguientes preguntas se formularon de forma más precisa.

-¡Ginny!-gritó Fleur-¡Pog fin te ha tocado!-dijo con un brillo de malicia en los ojos. La señora Weasley entró corriendo, como si no quisiera perderse la respuesta de Ginny.

-Fleur, Fleur cariño. Pregúntale cuando piensa darme un nietecito-Ginny se puso muy tensa durante un segundo, pero Fleur hizo un movimiento con la mano como diciendo que esa pregunta no le interesaba en absoluto. La señora Weasley chasqueó la lengua.

-Después de casarme, mamá-dijo Ginny-¿Te vale?-la señora Weasley dobló la cabeza.

-¿Cuál es el sitio más gago-dijo Fleur bien alto-en que has hecho el amog?-Todas gritaron entusiasmadas con la pregunta de Fleur.

-No lo sé-dijo Ginny a bote pronto.

-Esa gespuesta no es buena-dijo Fleur-Miga la bola-era verdad, la bola no la daba como válida.

-Está bien-dijo Ginny-Déjame que piense.

-Yo me voy-dijo la señora Weasley.

-Usted se queda-dijo Fleur-Pagte del juego es sentig vergüenza.

-Puede que…-dijo Ginny-la vez del cuarto de las escobas de Hogwarts-Todas rieron histriónicamente.

-¿En Hogwarts?-dijo la señora Weasley-¿Cuándo? Si solo eras una niña…

-Mamá...-dijo Ginny tapándose la cara-No lo hagas más difícil.

A Fleur le preguntaron que es lo que más le gustaba a Bill, y ella tuvo que admitir, abochornada (aunque Ginny pensaba que se lo tenía merecido) que después del accidente de Greyback le había cogido el gusto a la postura del perrito. Todas se morían de risa, menos Fleur y la señora Weasley. Ginny le preguntó a Angelina si se había enrollado con su hermano durante el baile del Torneo de los Tres magos, y ella admitió que sí, y Angelina le preguntó a Katie Bell si se había liado o no con Wood en los vestuarios de Griffindor después de un partido en concreto, una vez más, la respuesta fue afirmativa. Hermione se llevó un buen chasco cuando Luna negó que entre ella y Neville hubiera pasado nada nunca pero se alegró mucho cuando le sacó a la misma Luna el nombre del chico con el que se había besado por primera vez; durante su respuesta todas silbaron y rieron a carcajadas, Ginny conocía bien a Luna y debía admitir, que era la única vez que la había visto ponerse colorada, aunque Luna se vengó después haciéndole confesar a Hermione, delante de la señora Weasley, que ella y Ron habían perdido la virginidad en la habitación de Ron el día de su dieciocho cumpleaños.

-¡Nosotros estuvimos en casa todo el día!-se escandalizó la señora Weasley y Ginny rió a carcajadas porque se acordaba perfectamente de aquel día, y de la cara que tuvo su hermano al día siguiente de que Hermione le diera su regalo de cumpleaños.

La señora Weasley no pudo escaparse al final, y tuvo que admitir que Ron había sido concebido en el suelo de las escaleras de La Madriguera, ella se puso rojísima, pero Hermione y Ginny no podían aguantar las lágrimas de la risa (ni las ganas de molestar a Ron con la noticia).

El juego siguió hasta pasadas las doce cuando fue interrumpido por el timbre de la casa de Fleur, mientras Fleur iba a abrir, Hermione recogió todas las cosas mágicas y Ginny entendió unos segundos después, por qué. Era la hora del striptease.

Harry no se acordaba ya ni de su nombre, así que con la ayuda de su varita se lo había grabado con letras doradas en la camiseta que llevaba puesta por si alguien se lo preguntaba o tenía interés en saberlo: Harry "Hotter", bueno, había hecho algunas variaciones; pero tampoco eran mentira.

La tarde la habían pasado estupendamente, Harry casi ni se había acordado de Ginny; los gemelos habían preparado un buen entretenimiento para la tarde que consistía en un mini torneo (cuyo premio no habían especificado, pero sí habían prometido) de magia. Había pruebas para todos y de todas las clases, fue muy divertido porque tenían que seguir las pistas que les llevaban a sus retos y a la vez a otras pistas; el torneo no fue ni de cerca tan sonado como el de los Tres Magos (lo cual Harry agradecía, pues tampoco tenía muy buen recuerdo de aquel) pero tuvo su encanto, sobre todo cuando tuvieron que cazar unos gnomos de jardín traídos de la Madriguera y llevarlos hasta unas cestas metidos en los calzoncillos, el que más llevara, ganaba la prueba. Hagrid habría ganado la prueba, Harry estaba seguro, pero se había negado en redondo a jugar, finalmente había sido Charlie, con tres gnomos, el ganador.

Por su parte Ron tuvo que aparecerse en casa de Hermione y robarle un sujetador y es que su prueba le exigía ponerse el sujetador de Hermione y pasear durante dos minutos enteros por Trafalgar Square y al volver, si había cumplido el reto, su siguiente pista aparecería en el relleno del sujetador de Hermione. Y apareció, con lo que todos supieron que ciertamente había caminado con ropa interior de chica, por el centro de Londres. Eso fue por la tarde, y por supuesto, ganó Harry ante las protestas y abucheos de los demás, que decían que jugar contra el Elegido, era trampa.

Por la noche, todo había sido peor. George y Fred habían comprado un estúpido juego de mesa, con una estúpida bola flotante que planteaba pruebas y preguntas a los jugadores, en ocasiones, se volvía de un color azul y levitaba por las cabezas de los jugadores eligiendo uno al azar, el elegido por la bola podía plantearle un reto o una pregunta al jugador de turno. Todo habría ido bien si el juego se hubiera quedado en "convoca desde donde estés una prenda interior", "transforma un vaso en una piña" o "píntate las uñas de morado mediante la magia"; pero no. Los jugadores hacían preguntas personales, y aunque todo empezó inocentemente (Seamus le había preguntado a Neville si alguna vez se había liado con Luna) eso dio pie a otras preguntas más insidiosas. Harry se divirtió bastante porque le toco preguntar dos turnos seguidos, así que pudo preguntar a Ron algo que dudaba desde hacía años, y era si sus dos amigos lo habían hecho durante la búsqueda de los horrocruxes. Ron admitió que no y todos se burlaron de él; que había pasado un año entero con su novia y no había conseguido más que unos pocos besos. Harry también preguntó a Neville si se había acostado con Sally, y la respuesta fue sí. Harry estaba deseando de chivárselo a Ginny. Lo malo fue cuando empezaron a preguntarle a él; como venganza, Neville (y Harry nunca pensó que Neville pudiera llegar a ser tan cabrón) le preguntó que qué era lo que más le gustaba que le hiciera Ginny. Harry pasó unos segundos callado, todos se le habían quedado mirando mientras él sudaba la gota gorda.

-Me gusta cuando…erm…. ¿Me acaricia el pelo?-dijo con un hilo de voz, y todos los Weasley levantaron la cabeza hacia la maldita bola, que se había puesto naranja indicando que Harry había mentido, todos volvieron a bajar la mirada fulminándolo y exigiéndole con rayos invisibles que dijera la verdad.

-También me gusta cuando me dice cosas bonitas-dijo Harry. Levantó la cabeza, y nada, la dichosa bola seguía de color naranja.

-Bueno-dijo apartándose el cuello de la camisa-también me gusta cuando me besa-Otra mirada fulminante de los Weasley y alguno acabaría pensando algún hechizo no verbal que haría que Harry se volviera ceniza en un santiamén.

-¡Está bien!-gritó-¡Lo que más me gusta es el sexo oral¿Vale?-Ellos lo habían querido, si hubiesen dado por buena la primera respuesta esto no habría pasado. Y Neville y Seamus se tronchaban.

Pero no acabó ahí, aunque Harry tuvo dos turnos más de preguntas solo se atrevió a atormentar a Hagrid sobre Madame Maxime, y a Seamus sobre su escasa vida sexual.

En la primera oportunidad que tuvo, Bill le preguntó a Harry cuando y dónde había mancillado a su hermanita por primera vez (y mientras hacía la pregunta, Harry no dejó de notar un brillo feroz en sus ojos de lobo) Harry contestó que él nunca había mancillado a Ginny, pero la bola no se dio por satisfecha, así que Harry tuvo que confesar delante del señor Weasley que se había acostado con su hija por primera vez en la habitación de Ginny la noche del diecisiete cumpleaños de Harry. Por fortuna el juego se acabó ahí, cuando Ron, indignadísimo, se levantó y gritó varita en mano (apuntando a Harry) que no podía creer que Harry hubiese perdido la virginidad antes que él. Mientras gritaba esto, un haz de chispas azules salieron de su varita e hicieron estallar la bola, cosa que Harry agradeció.

Luego habían empezado a beber y a gastar bromas con productos nuevos de Fred y George hasta recuperar el buen rollo. Unas cuantas copas después, el señor Weasley se llevó a Harry aparte, y le confesó que aunque no le emocionaba saber que se acostaba con su hija, lo aceptaba porque quería tener nietos; lo cual excluía de las prácticas sexuales aprobadas por papá Weasley a la felación, ya que según él (y tenía razón) ésta no tenía ningún fin reproductivo, que era lo único por lo que aceptaba que Harry se tirara a su hija. Poco a poco todos fueron perdonándole, menos Charlie, quien nada más acabar el juego ya se había puesto a bromear con Harry sobre sus respuestas, fue el único que se lo tomó todo con naturalidad. Llamaron a la puerta.

-¡Ese es George!-gritó Fred-Guardad las cosas de magia-Harry ni siquiera se había dado cuenta de que George había desaparecido durante unos minutos.

George hizo aparición por la puerta de casa de Harry con un bombón impresionante, era la hora del striptease.

Ginny se moría de la vergüenza, el chico se acercó a ella en cuanto supo que era la novia, y a parte de dedicarle el baile (durante el cual se fue quitando toda la ropa) hizo que Ginny bailara con él. Harry se habría puesto enfermo, el stripman la cogió por la cintura bailando muy pegado a ella, mientras las chicas gritaban y silbaban como gatas en celo; cuando se hubo quitado todo menos los boxers le cogió las manos a Ginny y se las pasó por el pecho y por el culo, y justo en ese momento, sonrió, le guiñó un ojo a Ginny, la besó en la mano, y siguió bailando él solo, mientras se quitaba la última prenda juguetonamente. Cuando lo hizo la señora Weasley soltó un gritito de vergüenza y se tapó los ojos (aunque mirando por entre los dedos) y las chicas aplaudieron.

-Sois muy simpáticas-dijo mirando a Ginny mientras Fleur le tendía amablemente una copa de hidromiel (y es que las chicas, le invitaron a tomarse algo por el esfuerzo).

-Mercy-dijo Fleur coquetamente, pero por alguna razón (quizás fuera el alcohol), su parte veela no conseguía tener efectos sobre el guapo strip.

-¿Qué edad tienes?-preguntó a Ginny-Si no es mucho preguntar…

-No-rió ella-Tengo veinte años.

-Eres muy jovencita-dijo él-¿Y tu novio?

-Uno más. Veintiuno-Él le sonrió y ella bebió de su copa.

-¿Qué es esto, Ginny?-dijo Hermione apareciendo de la nada y rodeándola con el brazo-¿Estás coqueteando?

-Solo está siendo agradable-dijo él-¿Verdad?

-Pues tiene que dejar de ser agradable…-le miró e hizo un gesto con la mano como indicándole que no conocía su nombre.

-Harry. Me llamo Harry.

-¡NO!-dijo Hermione sonriente.

-Sí-dijo él sonriendo algo nervioso y mirando en todas direcciones-¿por qué?

-Por nada, Harry-dijo Ginny-Hermione es así de escandalosa.

-Escandalosa o no-dijo Hermione, y entonces se le notó mucho que estaba borracha-No puedes perder el tiempo aquí con Ginny, Harry. Hay chicas disponibles en la fiesta, y esta no lo está-dijo dándole un apretón en los hombros a Ginny-Es la novia.

-Lamentablemente-dijo él mientras miraba a Ginny con evidente interés.

-Uhuuuuu-gritó Hermione-¡Esto está subiendo de temperatura!-Las bromas siguieron durante un buen rato, hasta que Fleur decidió que era hora de poner rumbo a la discoteca.

-Si quiegues puedes venirte-le dijo a Harry.

-Muchas gracias-dijo él-pero en una despedida de chicas el stripman solo tiene que estar un rato.

-Ohh-se lamentaron algunas, Ginny sonreía, pero se alegraba de que se fuera; no quería ir a la discoteca donde él podría acercarse y bailar con ella; y no es que pensara que bailar estaba mal, pero a Harry, a su Harry le dolería saber que ella había estado bailando con otro.

Cuando llegaron a la discoteca, Ginny se sintió algo mareada, no podía creer que eso fuera una discoteca muggle; siempre le había pedido a Harry que la llevara alguna vez a bailar allí, pero él prefería ir siempre a los sitios para los magos. Estaba todo lleno de personas, chicos y chicas guapísimos y con poca ropa bailaban en pedestales por encima de la gente, había luces de colores por todos lados y haces de luz blanca y azul que parpadeaban tan deprisa que las imágenes pasaban por los ojos como si estuviesen viendo fotografías inanimadas. Había mucho humo, mucha gente, y mucho ruido: el de las personas que gritaban, cantaban o intentaban hacerse oír por encima de la música, y el de la propia música, cuyo ritmo frenético hacía que el suelo temblase bajo los pies de Ginny.

-¡Vamos!-grito Hermione-Cógeme la mano y sígueme.

Se cogieron todas de la mano, Ginny podía ver a Fleur delante de todas que iba siguiendo a un chico joven que llevaba, pese al calor agobiante que hacía, un traje de vestir. Llegaron a una sala más pequeña, no había humo ni hacía tanto calor, pero si había luces de colores y música a todo volumen. Aunque no tan alta como en la otra sala, porque oía perfectamente a Hermione sin necesidad de que ésta le gritara en el oído.

-Fleur ha reservado esto-dijo-Así no tendremos que mezclarnos con los muggles-Ginny levantó una ceja.

-¿Desde cuándo te parece mal mezclarte con muggles, Hermione?-dijo Ginny un poco ofendida-Porque hasta donde yo sé, tú eres hija de muggles.

-No es eso, Ginny-dijo Hermione-Pero no puedes meter a Fleur entre todos esos borrachos, ni tampoco a Luna ni a las demás. No saben tratar con ellos-Ginny tuvo que admitir, que Hermione tenía razón. Fue la parte de la noche, que menos le gustó a Ginny, al principio no pararon de bailar, pero menos de dos horas después muchas ya estaban cansadas, y otras muchas aburridas porque la música que sonaba, a ellas no les sonaba en absoluto. Decidieron marcharse ya, pero al salir de su sala, se dieron cuenta de que la sala grande, la de los muggles, ya no estaba tan abarrotada como antes, y solo por curiosidad, se quedaron un rato más. El ver a otra gente animada hizo que ella se animaran otro rato, y al final, cuando salieron de la discoteca, descubrieron que en realidad, hacía siglos que había amanecido. Debían de ser las seis de la mañana.

Harry no podía parar de reír, bien fuera por el alcohol o por los ánimos de los chicos, se lo estaba pasando de miedo. La stripgirl había ido quitándose la ropa poco a poco, sonriendo y provocando a los chicos uno a uno; pero cuando se quedó en ropa interior (un tanga blanco diminuto y un sostén casi tan diminuto como el tanga) se acercó a Harry y bailó solo para él. Todos silbaban y aullaban (sobre todo, Bill, a quien eso se le daba últimamente de maravilla) Harry mantuvo en todo momento, respetuosamente, las manos bien lejos de la chica; ella sin embargo, no se mantenía muy lejos de Harry porque más de una vez le acercó peligrosamente el culo a las piernas de Harry, o las tetas al pecho de él. Al final ella le guiñó un hijo, lo sentó en una silla, y a una distancia prudencial de él, terminó de desnudarse entre los gritos y los aplausos del resto de los chicos.

-¿Quieres tomar algo?-preguntó George-¿una copa?

-No gracias-dijo ella con una sonrisa-Pero me tomaría un trozo de tarta.

-Tiene forma de pechos-dijo Harry-Espero que no te importe.

-En absoluto-dijo ella riéndose, George sonrió y fue a buscar un trozo de tarta para ella-eres muy joven para casarte-le dijo a Harry.

-Bueno-dijo él-supongo. Aunque tú también eres joven-dijo Harry- para… bueno-iba a decir, "para desnudarte" pero le pareció que eso iba a ser tremendamente grosero.

-¿Para hacer este trabajo?-dijo ella-No te creas. Está bien. Los chicos no suelen tocarte y gano bastante dinero. La vida en Londres es cara, y tengo que pagarme la universidad.

-¿Estudias?-dijo George que acaba de aparecer con la tarta en la mano-¿El qué?

-Biblioteconomía y documentación-dijo ella-ya sé que no tengo pinta de bibliotecaria, pero es lo que me gusta. Me encantan los libros.

-Tendrías que conocer a mi novia entonces-dijo Ron.

-Serás la bibliotecaria más guapa del mundo-dijo George mientras levantaba su copa a la salud de ella.

-Gracias-dijo ella con una sonrisa-¿Sois todos hermanos?-preguntó-Bueno, lógicamente tú-dijo señalando a George- y él-dijo señalando a Fred que estaba en una esquina hablando con Seamus-lo sois.

-Todos los pelirrojos-dijo George-Menos el abuelete-dijo señalando a su padre-ese es papá.

-¡Qué bonito!-dijo ella.

-Falta la novia-dijo Harry-Es la pequeña, y gracias a Merlín-dijo sin darse cuenta-es la más guapa de todos. A ver dónde hay una foto…-se quedó mirando el comedor, y recordó que Fred, por alguna razón las había escondido todas en un cajón. Fue hacia allí y la sacó, sin pensar, que era una foto mágica.

-¡Harry!-gritó el señor Weasley-¡Harry, espera!

Harry le enseñó la foto de Ginny y de él, se la habían sacado hacía pocos meses durante una fiesta del ministerio.

-¿Guapa, eh?-dijo Harry.

-Es preciosa-dijo la chica-Oye… ¿Sois magos?-Todos se quedaron mirándola-He visto fotos como esta en casa de mi primo-dijo ella-él es mago. ¡Ya decía yo que parecías extraño!-le dijo a George-Él me dijo que también había magos en Inglaterra, él es español-dijo aclarándoselo a Harry-pero nunca había conocido a ninguno.

-No…-dijo George-No nos relacionamos mucho con muggles, quiero decir, con gente no mágica.

-Qué pena-dijo ella mientras le daba un sorbo a un vaso de zumo, y Harry creyó advertir un brillo de coqueteo en sus ojos-Bueno, va siendo hora de que me vaya.

-Te pagaré-dijo George.

-Ahora no-dijo ella-Seguid con la fiesta mejor-dijo mientras se ponía una chaqueta vaquera.

-Pero has actuado-dijo George-Tengo que pagarte.

-No me gusta ir con dinero por la noche-dijo ella-Ya me pagarás. Además, sé donde vive tu amigo-dijo mirando hacia Harry.

-Cuñado-dijo George rápidamente-Entonces… ¿Te llamo como la última vez?- Ella asintió con una sonrisa.

-Lo estaré esperando-dijo-Bueno chicos-gritó-Un placer. Adiós George.

-Adiós, Jasmina-dijo él con una sonrisa de tonto, Harry vino en ese momento por detrás y le dio una palmada en la espalda que le echó un paso para delante.

-¿Vas a dejar que se vaya sola hasta el autobús del pueblo?-dijo Harry-Acompáñala hombre-dijo mientras le empujaba hacia la puerta.

-Muchas gracias-dijo ella-Por cierto, Jasmina es mi nombre artístico-dijo-Me llamo Mary.

Harry vio con una sonrisa, como George conducía por el camino que llevaba al pueblo, a la stripgirl, hasta que estuvieron a una distancia de la casa, cuando ella se enganchó del brazo de George, y juntos se desaparecieron. George iba bastante borracho, y Harry temió que la aparición pudiera salirle mal yendo con una muggle. La aparición no fue mal, lo que fue mal es que George no tardó en regresar, lo cual hizo pensar a Harry que el muy merluzo se había aparecido en el pueblo, en vez de llevarla directamente (que podría haberlo hecho) hasta Londres.

-Bueno-gritó Bill-Vámonos a Londres a rematar la noche-Harry miró el reloj, casi eran las tres y media. La idea de irse a bailar sin Ginny no le seducía mucho. Necesitaba combustible, necesita más litros de alcohol, Harry Hotter estaba mucho menos hotter que antes del striptease.

La discoteca había sido quizás, la parte más aburrida de la noche, salvo cuando una estrambótica chica le tiró los trastos a Charlie, chica que resultó ser un estrambótico chico. Lo mejor fue cuando a los pocos segundos del chasco de Charlie, al señor Weasley, se le acercó otra chica también bastante extraña por su atuendo, pero que estaba como un tren y era a todas luces, una mujer. Harry nunca había visto a los gemelos reírse así de un hermano, y mucho menos de su padre. Fred y George salieron de la discoteca más borrachos aún de lo que habían entrado, y a pesar de que quería continuar la fiesta, los demás querían irse a casa con sus mujeres (madres en algún caso). Al final Fred y George convencieron al resto de al menos, ir a desayunar.

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Cuando Harry llegó a casa se dio plena cuenta de que esa tarde y noche, su hogar se había convertido en territorio comanche; parecía como si un gran batallón de indios y la séptima caballería hubieran acampado todos juntos en el salón y la cocina de su casa. Con un poco de suerte Ginny habría llegado demasiado borracha como para notarlo, y él podría limpiar antes de que ella se despertara.

Apestaba a humo y alcohol, subió las escaleras y entró en su dormitorio despacio para no despertarla, pero Ginny no estaba allí, y Harry supo que ella todavía no había llegado. ¿Dónde se habría metido¿Qué estaría haciendo a estas horas? Frunció el ceño y comprendió, que solo le cabía esperar. Mientras esperaba le dio tiempo a ducharse y a cambiarse de ropa, y también, aunque de mala gana, tuvo tiempo de arreglar los grandes estropicios de la noche. Harry se sentó en el sofá, restregándose los ojos; aunque todo había quedado ordenado y limpio, todavía quedaba un tufillo a desorden, como si faltara algo. ¡Y Ginny que no llegaba!

Harry se despertó de golpe ¿Cuánto había dormido? Tenía la boca pastosa y la garganta le picaba; alcanzó su varita y se dejó en la boca un aroma fresco a menta. Ginny acababa de entrar por la puerta, Harry se plantó detrás cando ella iba a subir las escaleras, pero algo pasó por la mente de Ginny, que hizo que diera la vuelta y chocara con él. Harry se dio cuenta en seguida de que todavía iba algo borracha.

-Hola Harry-dijo alegremente mientras le pasaba los brazos por el cuello-Me has asustado-Harry no dijo nada-¡Qué cara¿No te lo has pasado bien?

-Me lo he pasado muy bien; pero juzgando las horas que son, y tu estado, es evidente que tú te lo has pasado mucho mejor-Ginny se encogió de hombros-Estás borracha-dijo solemnemente.

-¿Vas a aprovecharte de mí?-Harry levantó una ceja-Puedes aprovecharte, no me importa-dijo mientras se colgaba de él.

-No me tientes-dijo Harry.

-No te tiento-dijo moviendo la cabeza de lado a lado como si fuera una niña buena-Eres tú que estás muy guapo.

-¿Ah sí?-dijo él, y Ginny asintió con los ojos cerrados.

-Sí. Mucho más guapo que Harry.

-¿Qué quién?-dijo Harry, Ginny abrió los ojos.

-¡Oh Harry!-dijo como si de repente se diera cuenta de que había perdido algo valioso o de que había hecho algo malo-¡Le toqué el culo!

-¿Qué¿A quién?. Ginny¿De qué estás hablando?-Ginny debía estar confundiéndole con alguien.

-Te quiero-dijo ella soñadoramente.

-Ya lo sé pequeña, pero dime a quién le has tocado el culo.

-Al chico de la despedida. El que se ha desnudado. Lo siento-dijo con lágrimas en los ojos-Estaba muy borracha-dijo como si eso disculpara que le hubiera metido mano a otro tío.

-Aún lo estás-dijo Harry con media sonrisa.

-Me gusta más tu culo que el de Harry.

-Ginny, yo soy Harry-dijo él algo enfadado. Que lo confundiera con el stripman le jodía profundamente.

-Él también se llamaba Harry-dijo ella-Pero era más feo que tú-dijo ella mientras le daba un beso en la barbilla-Y tu culo aunque flacucho, me gusta más-dijo-Te lo prometo-Harry sonreía ahora.

-¿De verdad?-No estaba enfadado, al fin y al cabo, Jasmina o Jasmine, o como fuera, había bailado también para él. Solo era un trabajo, y solo era una estupidez más para las despedidas.

-Mucho mejor-dijo mientras se lo tocaba-Y el pecho también es mejor-Ginny le metió las manos por debajo de la camisa y le acarició.

-Yo también he tenido un striptease-dijo él mientras le acariciaba el trasero.

-¿Un chico se ha desnudadopara ti?

-No-dijo Harry-Una chica.

-¿Cómo era?

-Más fea que tú. Mucho más-Ginny sonrió y abrió mucho los ojos-Pero yo no he tocado nada. Me he limitado a mirar y sonreír.

-Bueeeeen chico-dijo Ginny mientras le daba una palmada en el pecho-¿no vas a aprovecharte de mí, Harry?

-No-dijo sonriendo-Lo que voy a hacer es cargarte-dijo mientras la subía en brazos-y llevarte a la cama… para acostarte-añadió.

-¡Oh Harry!-dijo ella a mitad de escalera-¡Te has adelantado¡No deberías subirme en brazos así hasta la boda!

Harry la acostó en la cama y fue quitándole la ropa y poniéndole algo más cómodo.

Ella seguía murmurando cosas como "aprovéchate", "hacer el amor" o "mañana no me acordaré" entre vagos "te quiero" o "tu culo me gusta más". Harry terminó de desnudarla y la metió entre las sábanas; ella ya tenía los ojos cerrados y estaba más en el mundo de los sueños que en el de Harry; pero aún así, cuando notó que él se iba, le agarró de la muñeca y lo acostó sobre ella.

-Quédate conmigo a dormir-dijo con los ojos cerrados-No te vayas al otro cuarto.

-No-negó; no se iría. Harry le apartó algunos mechones de pelo rojo de la cara y se quedó mirándola. Últimamente estaba muy pálida, y quizás, por las horas que eran, esa palidez se veía acentuada por las marcadas ojeras. Las pecas, apenas destacaban sobre la pálida piel. Harry le besó la nariz y se tendió junto a ella-A partir de la semana que viene se acabarán los nervios y los líos. Tendremos tranquilidad- Como si le hubieran anestesiado, de repente, se quedó dormido.

To be continued…