3.- Secretos

¿Alguna vez habéis oído la frase "Las cosas no son lo que parecen"? Me imagino que sí. Y éso es lo que pensaban los tripulantes de "La Perla". Pensaban en que habían sido tontos, ingenuos. Hasta a Ana María se le pasó por la cabeza que nunca había que confiar demasiado en una mujer. Son, muchas veces, impredecibles: algunas veces dulces como la miel, otras ariscas como un gato receloso y…en ocasiones eran eldiablo en persona, pero nunca se sabe para quién.

- ¡Tú¡Eres la peor persona que he conocido en toda mi vida!- dijo Ana María.

Los marineros del "Dread" no supieron como interpretar aquel comentario. Todos tenían la vista puesta en Myre, que amenazaba a Guibs con su espada oxidada. En ese momento de confusión, ella atacó… pero no a Guibs. A la chica, a la hija del capitán con el que había hecho el trato. Con agilidad y maestría comenzo a manejar la espada, en completa armonía con ella. Hasta sus movimientos resultaban elegantes. La que parecía que se había quedado atrás era Lauryen, que no esperaba aquel repentino ataque. Todos miraban como las dos muchachas se batían en una pelea entre la vida y la muerte.

"Nada es lo que parece" y hay que dejarlo desarrollar hasta el final. Ahora los tripulantes de "La Perla" no podían dejar de pensar como una muchacha había aprendido a manejar en poco tiempo la espada. A no ser…pensó Jack, que ya supiese manejarla. Un gritó sacó al capitán y sus seguidores de su absorciones y pensamientos. Joel, al ver aquella muchacha tan…capaz, había roto su trato y había mandado a los hombres de su tripulación liquidarla.

- Estáis rompiendo el trato capitán Joel…-advirtió Myre

Una risa malévola nació en su garganta y murió, mezclada con la adrenalina del aire y el aroma del océano.

- Somos piratas, Myre-y volvió a reír.

Pero Myre no se rindió. Siguió luchando con Lauryen y cinco hombres más. Ya no sabía cómo actuar. En un intento por defenderse perdió su espada. Actuó con rapidez y se escurrió por debajo de las piernas de uno de los hombres de Joel. Dio una voltereta en el suelo, recuperó su espada y miró donde estaba Jack. Éste comprendió con rapidez y se apartó de Guibs, situado a su lado. Así la chica pudo sacar de uno de sus bolsillos un puñal, que lanzó y, con asombrosa puntería, cortó la cuerda que mantenía atrapada a la tripulación. Todos sacaron sus armas y Myre se vio liberada, ya que los cinco hombres que la atacaban no tuvieron más remedio que luchar con la tripulación de "La Perla".

- No está mal- rió Lauryen

- No, está muy bien dado que tú, has necesitado ayuda para poder pelear conmigo. ¿No te parece vergonzoso?

La rabia inundó a Lauryen quién fue a atacar a Myre, pero ella se apartó con rapidez. Lauryen resbaló, cayó de espaldas y se clavó una estaca de hierro que sobresalía del suelo. Un gritó salió de su garganta y todos miraron al lugar para seguir peleando con su contincante. Myre arrebató el colgante de su cuello.

- No es tuyo…-fue lo que consiguió pronunciar Lauryen

- Soy pirata, además Lauryen¿ha sido tuyo alguna vez?

- ¿Cómo sabes mi nombre?

- Sé muchas cosas de ti.

Considerándolo oportuno, Myre levantó la manga de su camisa, dejando a la vista un hermoso tatuaje que Lauryen reconoció.

- Siempre supe que volvería a verte…eres una hija d…- y en ese momento expiró.

La cubierta estaba llena de sangre, no solo por la de Lauryen sino por el resto de marineros que habían caído o se encontraban heridos. Myre se acercó a donde se encontraban Jack y Joel batiéndose. Se situó detrás de éste último, le puso la espada en la espalda y le susurró una palabras al oído.

Nadie sabe con claridad lo que le dijo pero pareció percatarse de la situación. Se dio cuenta de que su hija había muerto, que la mayoría de sus tripulantes estaban muertos o heridos y de que la mejor opción era rendirse. Y así fue. Su espada cayó al suelo y con ella, las que empuñaban sus hombres. Nadie se explica muy bien cómo fue posible que aquella contienda acabase bien para "La Perla". Nadie sabe qué sucedió para que pudiesen llevarse el cargamento del "Dread". Ni siquiera por qué dejaron con vida a los piratas que los habían atacado y que todavía vivían. Todo había sucedido muy rápido, todos estaban absortos, asombrados y alegres por no haber caído, aún sin poderse explica bien lo que había sucedido en realidad (hechos que se darían a conocer más adelante). El único que tenía un par de cosas claras era Jack. Una era que su tripulación había sobrevivido y otra que se estaba empezando a sentir atraído por aquella guapa y valiente muchacha.