Neon Genesis Evangelion: La Que Yo Amo Es...
Capítulo 12 – El Fin de Evangelion
Escrito por: Alain Gravel
Traducido por: beamknight87
Historia basada en los personajes creados y con Copyright de Gainax.
Parte 1: Invasión
"Odio esta habitación".
Ésas eran las primeras palabras que había dicho en... ni siquiera ya lo sabía ahora.
Miré alrededor. Una habitación enorme que se veía aún más grande debido a la manera en que estaba iluminada por las grandes ventanas reforzadas y las luces fluorescentes en el techo. Una habitación que se veía muy descubierta, a pesar de la presencia de la cama en que la chica pelirroja yacía y todo el equipo alrededor de ella. La segunda cama y otros mubles extraños habían sido removidos, supuestamente por la seguridad de la chica. El único sonido escuchado en el cuarto era el pitido regular del monitor cardiaco al que estaba conectada.
"Estarías mucho mejor en casa".
Pero no estaba calificado para cuidar de ella. Levanté mi cabeza y abrí mis ojos para ver la chica, apretando mis dientes mientras sentía un repentino dolor en todos los músculos de mi cuello. ¿Cuánto tiempo me había quedado así, sentando en ese pequeño taburete?
Ella aún estaba dormida. Pero... no parecía estar en paz. Tal vez estaba disputando una especie de guerra dentro de sí misma. Su muñeca derecha estaba perforada por una aguja IV, la cual mantenía vivo su cuerpo al darle los nutrientes que necesitaba. Sabía que no era suficiente, sin embargo, al ver cuán pálida su piel estaba y como parecía haber perdido algo de peso. Pero sólo era tanto que los doctores podían hacer. Miré los vendajes en su muñeca izquierda. Ya habían salvado su vida.
"¿Por qué hiciste eso, Asuka?"
Por qué ciertamente. No podía entenderlo. Asuka, de todas las personas...
"No te preocupes. Nunca volveré a molestarte otra vez. Jamás".
¿Era eso a lo que realmente se refería?
"¡Maldita sea, Asuka!. ¿Por qué?. ¿Debido a mí?. ¿Fue debido a mí?. ¡Baka!"
Como las veces anteriores, me encontré a mí mismo llorando, mis lágrimas haciendo unos cuantos puntos mojados en las sábanas cubriendo su pecho. Luego, después de unos cuantos minutos, las lágrimas pararon tan súbitamente como habían venido.
Pero la pregunta permanecía. ¿Por qué ella actúo de ésta forma?
Tal vez porque... ella pensó que había perdido todo lo que tenía.
Conocía el sentimiento. ¿No lo había pensado yo mismo después de la muerte de Kaoru?
Pero... Asuka no era una cobarde como yo lo era...
La habían encontrado en un edificio abandonado, casi al mismo tiempo que finalmente salí de la cabina de contacto de la Unidad-01. Ella había estado en una bañera. Sus ropas ordenadamente dobladas en una silla cercana, algo que ella nunca hacía, el agua estaba roja con su sangre lentamente fluyendo de su muñeca cortada. El cuchillo de cocina que ella había usado había sido encontrado en el piso en el otro lado del baño. Los agentes de seguridad quienes la habían encontrado actuaron lo suficientemente rápido para que los doctores salvaran su vida. Por fortuna, la enfermería guardaba grandes reservas de los tipos de sangre de todos los pilotos.
Físicamente, ella ahora estaba bien. Había sufrido por un poco de desnutrición, pero nada severo. Sin embargo, no despertaba. Los doctores habían dicho que todo dependía de ella. Ella no despertaba porque no quería hacerlo.
Así que esperé a que ella regresara.
La mayor parte del tiempo, simplemente esperé en silencio. No fue fácil. De hecho, era agotador. Me recordaba mucho mi experiencia dentro del Doceavo Ángel. Realmente no había nada más que pudiera hacer sino quedarme quieto y esperar. Cuando me aburría mucho, hablaba con ella, esperando que el sonido de mi voz pudiera alcanzarla de alguna forma... donde quiera que estuviera. Hablé del pasado, de lo que pensé la primera vez que la vi en ese portaaviones, viéndose tan bonita en su vestido amarillo y cuán impresionado había estado por su aire de confianza. La había admirado desde el principio. Ella era todo lo que yo no: fuerte, bonita, talentosa, y segura de sí misma. Hablé de nuestra primera noche solos, el último día de nuestro entrenamiento de sincronización, cómo casi la había besado. Hablé de cómo había sido lindo vivir con ella, incluso si a veces se había sentido como una cruel tortura, debido a la forma en que ella siempre se burlaba y me insultaba. Hablé del Octavo Ángel, y cuán asustado había estado cuando el Ángel la atacó, y cuán aliviado había estado cuando atrapé a la Unidad-02 en extremo, salvándola de su muerte inminente. Hablé de nuestra primera cita, y cómo eventualmente la había disfrutado, a pesar de mi decisión en ese entonces de ser el novio de Rei. Cómo, a pesar de todo, disfruté nuestro primer beso y aún más el segundo. Hablé de la primera noche que pasamos en la misma cama y qué tan nervioso me había sentido, tan nervioso que de hecho no dormí del todo esa noche. Hablé de nuestro viaje con Touji y Hikari, y cuán lastimado me había sentido cuando pensé que ella sólo me había estado usando, y cuán aliviado me sentí cuando admitió que ella actúo de esa forma porque me amaba y temía perderme contra Rei. Hablé del ataque del Quinceavo Ángel, cuán inútil me había sentido, y cuán aliviado había estado cuando vi que no estaba físicamente lastimada, pero cuán triste me sentí de ver lo mucho que esa cosa la había lastimado. Hablé de la noche que hicimos el amor, y qué bien se había sentido. Luego hablé de la noche que ella huyó. Le dije todo sobre Rei, cómo ella era un clon y cómo se había olvidado de mí. Finalmente, hablé de Kaoru. Le dije todo, cómo ella trató de acercarse a mí, cómo traté de rechazarla, cómo empecé a considerarla como una amiga y cómo fui eventualmente forzado a matarla.
"¿Algún progreso, Ikari-kun?"
La voz me sobresaltó. Había estado tan perdido en mis pensamientos que no había escuchado a nadie entrar a la habitación. La reconocí como una ahora familiar enfermera. Su nombre era Tanaka Michiru, si no estaba equivocado. Ella era la que estaba asignada a ésta sección de la enfermería en el turno de día. Era más bien una mujer de apariencia simple, pero tenía una sonrisa cálida y era muy amable. Incluso me había traído un almuerzo al final de su turno el día previo.
Sacudí mi cabeza. Ella en verdad se veía apesadumbrada por mí.
"Estoy segura que ella se mejorará".
"En verdad lo espero".
"Debes tener fe. Además, con un hombre tan agradable esperándola, no hay duda de que ella regresará".
Si no fuera mi culpa que ella estaba en ésta cama en primer lugar.
"Si no te importa. ¿Podrías dejar la habitación? Necesito cuidar a la Piloto Sohryu".
"Oh... claro. Supongo que iré a comer algo".
Realmente no me quería ir, pero no podía discutir. El personal de la enfermería había sido tan bueno conmigo. Cuando llegué por primera vez aquí, habían estado renuentes a dejarme entrar, ya que estaba fuera de las horas de visita. Pero después de un poco de discusión, el doctor a cargo de Asuka estuvo de acuerdo en dejarme verla, diciéndome que ahora mismo, lo que podía ayudarla más era el apoyo de las personas a quienes le importaba. Desde entonces, sólo había dejado la habitación en una ocasión, ya que necesitaban hacer unas cuantas pruebas y darle un baño a Asuka, así como cambiar sus ropas. Cuando regresé, había estado sorprendido de ver que habían puesto un pequeño futon en una esquina de la habitación así que ya no tendría que dormir en una silla como lo hice la primera noche.
"Deberías. No le haría a ella ningún bien si tú mismo terminas en una de nuestras camas porque te sobre esforzaste. Ya te ves un poco pálido".
Sonreí.
"Gracias por su preocupación".
Me levanté, haciendo una mueca al sentir como si la electricidad me acabara de golpear en mi espalda. Cada músculo dolía como un infierno. Definitivamente, levantarse y moverse un poco sería buena idea. Si el dolor podía amainar...
Me incliné (dolorosamente) hacia Asuka y di un suave beso en los labios de la chica durmiente. Casi me arrepentí de haberlo hecho. Éstos no eran los húmedos y suaves labios que conocía, estaban secos, quebrados y completamente sin respuesta.
"Ikari-kun... ¿Estás bien?"
Miré hacia arriba y parpadeé, viendo la mirada preocupada de la enfermera. Entonces me di cuenta de que mis mejillas estaban mojadas por unas cuantas lágrimas.
"Lo estaré cuando ella despierte".
Di una última mirada a la chica durmiente y caminé hacia la puerta.
"Por favor, cuide bien de ella. Y si es posible¿Podría poner algo en sus labios? Están todos secos. Le dolerán cuando despierte".
"No te preocupes. La haré hermosa otra vez".
"Gracias, Tanaka-san".
No tomé ningún placer real en comer el arroz y los vegetales fritos que estaban justo enfrente de mí. El sabor era aceptable, pero tenía mi mente en otros asuntos. No me sentía cómodo estando lejos de Asuka por mucho tiempo. Sabía que era muy improbable, pero en cualquier momento que estaba fuera de mi vista, temía que ella tal vez se fuera caminando. O quizás hacer algo incluso peor. Siempre temía entrar a su habitación y encontrarla en un charco de su propia sangre o colgada del techo, por una cuerda o una sábana. Parte de mí trató de convencerme que ella nunca haría algo así, pero el hecho era... que ya lo había intentado una vez.
Así que comí sin apetito. Habría comido más rápido, pero sabía que la enfermera Tanaka necesitaría algo de tiempo antes de terminar con Asuka.
Me levanté y estaba apunto de recoger mi bandeja, cuando de repente, escuché los débiles sonidos de explosiones, rápidamente seguidos por otras mucho más fuertes. Entonces, la sirena de alerta se hizo escuchar por todo NERV.
Me quedé ahí, atontado. ¿Una alerta?. ¿Podría ser un Ángel? Pero Misato había dicho que el Diecisieteavo se suponía que era el último... no entendía. En verdad me arrepentí de no tener mi teléfono celular conmigo.
Muy rápidamente, las pocas personas que también estaban en la cafetería se fueron, obviamente apresuradas. ¿Era esto lo que sucedía cada vez que un Ángel atacaba o acaso hoy era diferente?
"¡No te quedes ahí parado como un idiota!. ¡Ve a tu puesto!"
"¿Uh?"
Me volteé para ver a un hombre parado en la entrada de la cocina. Por la forma en que estaba vestido, obviamente era un cocinero. El hombre parecía estar en sus cincuentas. Su cabeza estaba cubierta con cabello negro y plateado, excepto por un punto calvo, y su rostro de mirada severa mostraba un bigote enojado. El hombre era más bien alto, y aunque no excesivamente musculoso, tenía una gran y aparentemente fuerte estatura. Lo encontré muy intimadamente.
"Señor. ¿Qué... qué está pasando?"
Si era posible, el hombre pareció aún más amenazador al darme una fría mirada.
"¡Qué clase de idiota eres!. ¡Estamos bajo ataque!"
"¿Ataque?. ¿Por un Ángel?"
"¿Ángel? Ojalá..."
Entonces, de repente, la iluminación se hizo visible en el rostro del hombre, para ser rápidamente sustituida al fruncir el ceño.
"¡Oh mierda!. ¿Eres uno de esos niños quienes pilotean esos robots gigantes, no?"
"Bueno... sí..."
El hombre frunció el ceño aún más profundamente.
"¡Maldición!. ¡Ven aquí!. ¡Ahora!"
El hombre me hizo señas pera ir a la cocina. Mientras otra explosión se hacía escuchar, no vacilé.
A pesar del hecho de que los almuerzos acababan de ser servidos, la cocina se veía casi impecable. No tuve tiempo de mirar alrededor sin embargo, ya que el hombre me arrastró hacia una oficina localizada al fondo de la cocina.
La oficina se veía como la cocina, eficientemente ordenada. Aparentemente, era la oficina del hombre, ya que pareció encontrar muy fácilmente el teléfono, lo descolgó y empezó a marcar una serie de números.
"¿Es ésta una línea segura?" preguntó el hombre. "¡Sí, ya sé que hay una jodida emergencia!. ¡Escuché la alarma! Mira... sólo dile a esa maravillosa nena de Katsuragi que tengo a su pequeño niño piloto aquí y me gustaría por todos los infiernos sacarlo de aquí, así que mande a alguien para recogerlo. La cocina de la cafetería".
Sin otra palabra, el hombre colgó el teléfono. Supuse que sería un buen momento como cualquier otro para tratar otra vez de hacer la pregunta que estaba en mi mente.
"¿Qué... qué está sucediendo?"
El hombre me miró. Estaba sorprendido de ver su rostro suavizarse.
"Invasión".
"¿Una invasión?. ¿Alguien está invadiendo NERV?"
"Sí. Y por lo que se ve, no creo que las cosas nos vayan a favorecer".
Una invasión. ¿Quién podría estarnos invadiendo?. ¿Con qué propósito?
"Ten".
Mis pensamientos fueron súbitamente interrumpidos cuando mi di cuenta de que el hombre me estaba dando un arma y una pistolera. Jadeé.
"¿Qué... qué es eso?"
"Un arma".
"Lo sé... pero... ¿Por qué?"
"Tu seguridad. ¿Has usado un arma antes?"
¡Oh Dios! Esto era... demasiado. Mi mente amenazaba con sobrecargarse en cualquier minuto.
"Yo... yo... yo nunca he usado un arma real. Las he usado con mi EVA, pero..."
"Es lo mismo", dijo el hombre mientras sacaba una segunda pistola de un cajón de un escritorio antes de mostrármela. "Remueves el seguro aquí. Apuntas al blanco. Aprietas el gatillo. Tan simple como eso. Sólo hay quince balas, así que no desperdicies tus tiros".
"Pero... pero... los blancos... serán personas..."
El hombre sólo me dio una dura mirada.
"Eres tú o ellos. Si te disparan y fallan, dispara de vuelta".
Esto era una pesadilla. Tenía que serlo...
Pero sabía que no lo era. Me di cuenta de que estaba temblando. No era bueno. Era como el EVA. Si me asustaba ahora, habría gente quien sufriría debido a mí. La levanté, estudié la pieza negra de maquinaria y muerte. Luego incómodamente me puse la pistolera y aseguré dentro el arma. El arma parecía pesar casi una tonelada contra mi lado.
Entonces recordé la palabras de Misato.
"Uno debe pelear por su supervivencia".
"Eso es chico".
Miré al hombre. A diferencia de mí, él no parecía asustado del todo.
"No es la primera vez... para usted... quiero decir... estoy asustado... pero usted se ve tranquilo".
El hombre soltó una pequeña risa ahogada y luego sonrió.
"Oh, estoy asustado, chico. Sólo sé mejor cómo evitar que me controle. Apropiadamente canalizado, el miedo te hace actuar más cuidadosamente".
"Oh..."
"Y sí, no es la primera vez. Estuve en la militar hace mucho tiempo. En las guerras que siguieron al Segundo Impacto".
Asentí en entendimiento. Eso explicaba la actitud rígida del hombre. Pero ahora mismo, no se veía tan frío como lo hacía minutos antes.
"¿Usted ha... antes... matado a alguien?"
"Bastantes. No es que esté orgulloso de ello. Pero a veces, tienes que hacer lo que tienes de hacer... supongo que sabes cómo es eso".
Asentí. Kaoru... miré otra vez el arma. ¿Sería capaz de hacerlo?. ¿Si alguien trataba de matarme, podría matar otra vez?
Deseé por que no tuviera que averiguarlo.
"¡Agáchate!"
Con una fuerte mano, el hombre me arrojó al piso. Me di cuenta de que podíamos escuchar pasos. Varios largos segundos pasaron y entonces, escuché el suspiro del hombre mientras me levantaba.
"Está bien. Estos tipos son de NERV".
Ciertamente, mientras miraba a través de la ventana de la oficina, reconocí el usual atuendo negro de la seguridad de NERV. Doce hombres, todos vestidos de negro. Uno de los hombres entró y me miró directo a mí.
"Ven con nosotros".
"¿A dónde me llevan?"
Estaba cansado de no saber qué estaba sucediendo. Y además... me sentía seguro aquí con... me di cuenta de que ni siquiera sabía el nombre del hombre.
"Al Evangelion Unidad-01".
"¿La Unidad-01?. ¡Por qué!"
"Son las órdenes de la Mayor".
¿Órdenes de Misato?. ¿Por qué me enviaría ella a la Unidad-01?. ¿Acaso quería que yo... peleara con las fuerzas invasoras?
"Será mejor que sigas a éstos tipos, chico. Esa pollita de Katsuragi tiene unos sesos que acompañan esa sangre asesina suya. Confía en ella".
Asentí. Misato realmente nunca me había dado ninguna razón para dudar de ella.
"¿Qué hay de usted?"
"Supongo que también voy. Quedarme aquí solo sería arriesgado. Y me sentiría mal dejando a un chico como tú ir solo con un montón de matones de negro".
El hombre me sonrió. Los agentes de seguridad no mostraron ninguna expresión, aparentemente escogiendo ignorar el insulto.
"Gracias".
Tal vez la situación no era tan mala como el cocinero la había hecho parecer. Habíamos estado caminando por quizás diez minutos y hasta ahora habíamos evitado a las fuerzas enemigas. Habían habido momentos en los que estuvo cerca; podíamos aún oír los sonidos de disparos y explosiones, pero estábamos bien. El hombre quien dirigía al equipo de seguridad a cargo de mí parecía estar recibiendo nueva información cada minuto o menos, probablemente viniendo del Comando Central. Supuse que Misato probablemente estaba viendo nuestro progreso a través de las cámaras de seguridad y de la MAGI.
Estaba sólo empezando a relajarme cuando todo el infierno se desató. De repente, parecía haber balas a todo nuestro alrededor. Los agentes que estaban cubriendo nuestras espaldas gruñeron y cayeron, pronto yaciendo en charcos de su propia sangre. Jadeé cuando sentí lo que parecía ser una intensa sensación de quemazón en una de mis piernas. Acababa de ser rasguñado por una bala. Sólo un centímetro a la izquierda y habría penetrado la carne en vez de sólo raspar la piel. No tuve tiempo sin embargo de reaccionar en eso ya que sentí que alguien me levantaba y luego me dijo que corriera tan rápido como pudiera. Corrimos sin realmente ver a dónde íbamos. Mientras dábamos vuelta en una esquina, vi a dos agentes de seguridad sacar sus armas y disparar, sólo para ser acribillados por una docena de balas. Al menos pareció haber retrasado a nuestros adversarios.
No sé por cuánto tiempo corrimos, pero cuando finalmente nos detuvimos, estaba completamente exhausto y a punto de caer en mis rodillas. Me di cuenta con horror que de los doce hombres que habían estado acompañándonos a mí y al cocinero, sólo uno quedaba.
"Bueno, esto no es bonito..." me susurró el cocinero. "... creo que deberías esconderte aquí abajo, chico" añadió, señalando hacia una escalera.
"Pero..."
"Sólo hazlo. Deja que nosotros nos encarguemos. Y si te encuentra... recuerda lo que dijiste Uno debe pelear por su supervivencia".
Asentí. Pero... ésas eran simplemente palabras...
Aún así, fui debajo de las escaleras, tratando de mezclarme en las sombras lo más que podía, y saqué mi arma.
Los siguientes minutos se sintieron como años. Escuché el intercambio de balas y gritos de dolor. Todo terminó con el sonido de una ametralladora.
Desde mi escondite, vi a tres hombres vestidos con equipo militar negro caminar enfrente de las escaleras. Escuché el sonido de una radio, entonces uno de los hombres habló.
"Encontramos a un piloto. Procediendo con la eliminación".
¡Me habían encontrado!
Frenéticamente, jalé el gatillo. Nada sucedió. Alguien agarró el arma de mis manos antes de que me diera cuenta de que había olvidado remover el seguro. Fui jalado a la fuerza de mi escondite, y uno de los hombres me forzó a arrodillarme. Removió el seguro de mi arma y sentí su punta fría tocar mi frente.
"No me culpes, chico".
La gente dice que un verdadero hombre encara la muerte con los ojos abiertos. Supuse que no debí haber sido un hombre, ya que cerré los míos, esperando que tal vez retrasara lo inevitable.
No funcionó, ya que un segundo después, el sonido de un disparo se hizo escuchar.
Traducido al español el 25 de Julio del 2006
Notas del traductor: bien, el capítulo 12 está segmentado en...7 partes, 8 si contamos una historia paralela (muy buena por cierto) así que no desesperen, no iba a poner todo de un jalón, así le da más emoción. ¿No creen? Gracias a Theblacksun y a BurningFlower por la prelectura y correcciones.
Ahora, en cuanto a ésta primera parte, "Invasión", como ven está basada casi en el principio de la película, la cual presentó una escena que al parecer hizo que Alain Gravel se asqueara del Shinji que aparece ahí y que también a mí me dio la motivación de traducir todo este fic por la misma razón (para el que no la haya visto o no lo recuerda, Shinji se masturba ante el cuerpo desnudo e incosnciente de Asuka... ack, lo admito, el pobre tipo en la serie ya estaba jodido, pero hacer eso...). En cambio aquí se nos presenta a un Shinji más agradable quien se ve tomado por sorpresa ante la invasión repentina de NERV. ¿Qué sucederá? Esperen el resto. Hasta la próxima.
