Neon Genesis Evangelion: La Que Yo Amo Es...

Deja que el Mundo Arda / Un Sueño a la Vez – Una historia alterna al Capítulo 12

Escrito por: Darren Demaine

Traducido por: beamknkight87

Basado en los personajes creados por y con copyright de GAINAX

Basado en las situaciones creadas por Alain Gravel

Primer borrador terminado el 26 de Enero del 2000

Borrador final terminado el 10 de Febrero del 2000


Sus pasos hacían eco alrededor de él. Ikari Gendo se movió a través del nivel más bajo del Dogma Terminal. A veces, el suave sonido de sus pasos era ahogado por los fuertes rugidos ya que algo invisible explotaba en la oscuridad detrás de él. Las tropas de la JSSDF habían penetrado hasta el Dogma Terminal infirió. Era muy poco probable que hubieran podido pacificar todo el Cuartel General, pero enviar grupos de avanzada para asegurar áreas clave era algo que esperaba. No era muy sorprendente ya que sólo había tres blancos en NERV que les interesarían a los ancianos.

MAGI. Con sus datos de lo cuales todos los escenarios podían ser ideados. El control de ella les permitiría alcanzar la última cerradura para la Instrumentalización.

Dogma Terminal. La llave para abrir el portal. Abrir esa puerta sería el último acto de la humanidad; y el fin de todas las cosas.

EVA. Sería el principio de algo nuevo.

Las explosiones detrás de él se volvieron más fuertes, pero Gendo no aumentó notablemente su ritmo. No quedaba mucho tiempo para implementar su plan, pero habría el suficiente.

Alcanzando la puerta final marcada "PLANTA 3 DE PRODUCCIÓN DE LCL", deslizó su tarjeta a través del lector y metió un código de acceso. Con el suave retumbar de la maquinaria, Las Puertas del Cielo lentamente retrocedieron, dando acceso. Tecleando otro código, ordenó a las puertas que se cerraran y trabaran detrás de él, y entró a la cámara ya que el portal se quedó quieto por un momento, luego empezó a cerrarse. Sólo fue entonces cuando permitió a su vista inspeccionar la caverna.

Todo estaba como debería. Dominando la cámara cavernosa, una enorme cruz roja se alzaba de un lago de LCL. Clavado por clavos de acero a la cruz colgaba un gigante blanco, humanoide y vagamente femenino. Crucificado para mantener su poder controlado, su cabeza rodaba libremente a un lado, los siete ojos sin parpadear ahí miraban fijamente a la nada como lo habían hecho por pasados incontables años.

Sus piernas, nuevamente regeneradas del una vez torso destrozado, llegaban abajo para desaparecer en el lago de su propia sangre. Levantándose del vasto y descolorado mar había un suave aroma. No el salado aroma de un océano, sino la fragancia cobriza de la sangre. Flotando en esa piscina como un juguete gigante descartado estaba un barco armado de NERV, la tripulación habiendo desde hace mucho sido ordenada a ayudar a defender la línea.

Aún así, él no estaba solo con éste tributo a la arrogancia del hombre. Parada silenciosamente ante el lago estaba una pequeña figura, la cual parecía aún más pequeña por la visible vulnerabilidad de su desnudez. Silenciosamente miró fijamente al prisionero colosal sostenido en esclavitud ante ella. No hizo ningún movimiento cuando las puertas de la cámara se abrieron, ni tampoco hizo nada mientras el hombre detrás de ella acortaba la distancia entre ellos. Con ojos del color de la cruz, miró fijamente a la cosa que la había traído aquí.

Gendo se detuvo a menos de un metro detrás de la chica. Con la mano derecha sosteniendo flojamente su arma, sus mano izquierda descansaba dentro del bolsillo de su chaqueta. Ninguno habló con el otro, la chica mirando al gigante, el hombre mirando fijamente a la chica. Una fuerte detonación detrás de las puertas fue lo primero en romper el silencio.

"Rei. Es hora".

Las palabras, Rei pensó. Las palabras que ella siempre había esperado escuchar. Palabras que le daban su propósito y la asustaban más allá del temor más negro de un niño por la oscuridad dentro del armario. En un tiempo esas palabras le habrían dado ese sentimiento largamente buscado, la habrían llenado de terror en su corazón con la suave promesa de la consumación que ella necesitaba tan desesperadamente. Ésa alegremente horrible liberación de la agonía que era su existencia.

Ella no debería existir.

Ella estaba demasiado asustada para continuar su vida. Vivir sin un propósito. Por haber sido hecha para algo, podía sentir la atracción en lo más profundo de su mismo ser. Era su razón para ser. Resistirse era... impensable.

Ella no debería existir. Pero lo hacía.

Ella estaba demasiado asustada para rendir su vida. Para ya no más existir como ella misma. Para ya no más sentir la calidez de la sangre fluyendo a través de sus venas. Para ya no más ver la luz del sol en los pétalos de una flor, o sentir el viento soplar a través de su cabello. Para ya no más respirar, pensar, o... soñar.

Lentamente, se dio la vuelta para encarar al hombre quien tres veces le había dado su vida. Bandas invisibles de compulsión se envolvían a sí mismas alrededor de su voluntad con la fuerza que ningún adicto habría podido entender posiblemente. Mirando fijamente en los primeros ojos que ella había visto, Ayanami Rei respondió con la energía de un grito que sólo apenas permitió que el aliento dejara sus labios.

"Yo no soy tu muñeca".

Sin palabras, el blanco de su resolución se quedó ahí. Él no hizo ninguna señal de haber siquiera escuchado. Rei también se quedó inmóvil, incluso si mentalmente se tambaleaba por el acto de rebelarse contra su misma naturaleza. Un tipo de agonía destroza almas corría a través de su mente y pensamientos, castigándola por ésta desobediencia contra todo lo que ella era. Letras ardientes quemaban su mente, clavando la palabra 'OBEDECE' en su psique mientras forcejeaba contra ella misma. Nada de esto se mostró en su rostro sin embargo, ya que regresaba la mirada fija por una mirada fija.

Sentir un alma doblándose de dolor se dio cuenta a través del tormento, debe significar que tengo un alma para sentirlo . Ése pensamiento le dio la comprensión de dónde ella había adquirido la fuerza para resistirse. Gracias, Shinji... por permitirme descubrirlo .

Enfrentando su agonía interna, Rei no tenía idea de cuánto tiempo había pasado entre su anuncio y la tranquila refutación de Gendo. Sus palabras sin embargo se estrellaron en ella, llevándola de vuelta al presente. "Estás aquí. No puedes resistir el llamado".

Por primera vez, Rei mostró un visible emoción ya que tomó una respiración profunda. Juntando su fuerza, habló las palabras que notó venían de tan profundo de ella como el deseo de completar su tarea. "No pude resistir el llamado. Estoy aquí".

Sus ojos se estrecharon un poco. "Pero no soy una muñeca. Ahora elijo irme".

Detrás de él, Las Puertas del Cielo cedieron y explotaron hacia dentro. Una nube de flamas y humo cubrió la entrada por un momento, luego fue engullida por aún más humo negro. Figuras vestidas en trajes negros de combate corrieron a través de las nubes ondulantes, buscando blancos. Viendo a un hombre y una chica desnudada parados ahí, varios alzaron rifles y dispararon largas ráfagas contra ellos.

Una torcedura en el aire, como una onda de calor incrementándose, apareció en el espacio entre las balas y su objetivo. El rebote de las balas dio forma a un campo octagonal naranja que ocupaba una localización donde nada había estado un segundo antes. Los soldados gritaron de sorpresa cuanto sus balas fracasaron en tener algún efecto, y dispararon otra vez.

Detrás del escudo de la mente, ninguna persona se había movido. Ignorando las acciones fútiles de los otros presentes, Gendo miró fija y duramente a éste último impedimento para sus planes.

"No les dejaste dispararme. Ahora, llévame a Yui".

"... Aún te debía la vida. Trataste de llevarte a Shinji de mi, por eso nunca puedo perdonarte. Pero me diste la oportunidad de estar con él. Dos veces. Por eso tenía que compensarte. Pero no te obedeceré. No lo lastimaré a él".

"La Instrumentalización es la única forma de prevenir que él se vuelva el sacrificio para la ceremonia de la Tierra Roja de SEELE", Gendo le dijo.

"Ellos no tendrán éxito", respondió Rei. "Tengo... fe... y no cooperaré. Se acabó".

Detrás del Campo-AT, un soldado alzó un lanzacohetes y apuntó al tonto vidrio que les estaba previniendo completar su misión. Bueno, él nunca había conocido un problema aún que suficientes explosivos no pudieran manejar. Sonrió maliciosamente de alegría ya que los tontos detrás no hicieron ningún movimiento para protegerse a sí mismos. Con un grito de "¡Fuego en el agujero!" apretó el gatillo.

El disparo rebotado y la explosión lo mató y a la mayoría de sus compañeros.

En el otro lado de la pared de la mente, Gendo cerró sus ojos. Cansado, estaba tan cansado. Haber llegado tan lejos para finalmente ser derrotado aquí... él debería haber estado enojado, debería haber estado enfurecido. Años de trabajo para alcanzar éste punto, diez años de esconderse de sí mismo y otros acababan de ser demolidos. El éxito estaba tan cerca que podía saborearlo, tocarlo con las puntas de sus dedos... pero no podía agarrarlo, aferrarse, nunca para soltarlo otra vez. En vez de ello, todo lo que quería hacer era cerrar sus ojos y descansar por un rato.

Rei sin embargo no estaba en lo correcto: no se había acabado. Aún había un camino. Pero éste método final... no había garantías. Con la ayuda de Rei el podía haber controlado el Tercer Impacto, traer por lo que él había trabajado tan duro. Pero sin ella...

¿De verdad lo valía? "Un hombre vive al olvidar el pasado" le había dicho a su hijo. "Pero hay cosas que nunca debes olvidar". ¿Era esto una de ésas, o sólo se había estado engañando a sí mismo?. ¿Había llegado la hora de seguir adelante, y finalmente dejar el pasado descansar?

Abrió sus ojos y miró a la joven chica ante él. Una chica quien, cada vez que la veía, le recordaba por qué estaba haciendo esto. Ahí estaba en ella, él había elegido para que ella fuera así para siempre estar enfrente de él, para nunca dejarle olvidar. Estaba en su rostro, en la forma de sus ojos, en sus raras sonrisas. La razón por la que simplemente no podía dejarlo ir.

Tirando su arma al suelo, Gendo removió su mano izquierda de su bolsillo. Sostenido ahí en una pequeña caja transparente estaba una criatura embrionaria. Enrollada en posición fetal, el ser viviente parecía estar en paz con el mundo y consigo mismo. Gendo miró a la cosa y movió su pulgar para remover el pestillo de seguridad que la mantenía encerrada. Usando sus dientes se quitó el guante derecho, y abrió la caja de Adán.

Dirigió su vista a la chica desnuda otra vez, y vio la irreversibilidad en sus ojos. Con un breve parpadeo, el Campo-AT detrás de ellos se disolvió y Rei se dio la vuelta de él. "Sayonara", dijo ella suavemente. Luego caminó a la oscuridad envolvente alrededor de ellos.

Gendo la miró fijamente por un momento, luego se dio la vuelta para encarar las nubes oscuras de humo que cubrían la entrada de Las Puertas del Cielo. Unas pocas toses podían oírse viniendo de la nube, entonces dos sucios soldados se tambalearon a través del humo. Viendo su objetivo y ninguna señal de la extraña pared naranja, levantaron sus armas una vez más.

Con una aguda respiración, Gendo estrelló su descubierta mano derecha en Adán. Mientras la tortura subía por su brazo, un dolor como nunca antes había sentido. Hizo la más suave, cálida agonía de las balas destrozando su pecho bastante bienvenida en comparación.


Sueño...

Sueño...

¡Despertar!

¡Despertar!. ¡Tiempo... pasado!

¡Años... hecho prisionero!

¡Debo completar... debo unir con Lilith!

¡Lilith... cerca!. ¡Muy cerca!. ¡Debo llegar a ella!

¿Cómo?. ¿Cómo?

Esperen... recipiente... ¡Un recipiente vacío! Unido a mí...

¡Llénalo!. ¡Llena el recipiente conmigo mismo!

¡Poder!. ¡Vivo... vivo otra vez!

Recipiente caliente con mi poder. Poder... ¡Poder para llevarme a Lilith!

¡Alegría!. ¡Vivir otra vez! Tanto tiempo... tanto tiempo percatado... pero no conciente...

¡Esperen!. ¡Recipiente... recipiente no vacío!

¡Ahí! Débil... pero creciendo... creciendo... alimentándose de mi poder... alimentándose de mi calidez...

¡Una luz de la mente!

¡Un Lilim!

¡Lilim me mantuvo prisionero!

¡Destruir!. ¡Destruir!. ¡Destruir!

¡El recipiente es mío!


Invisible para ojos mortales, el Ángel que había acabado con la mitad de la humanidad se preparaba para completar su misión. Una misión que para siempre borraría de toda memoria viviente los horrores del Segundo Impacto... porque el Tercer Impacto sería mucho peor.

Pero el Ángel no estaba sin obstáculos para su meta, ya que parado en su camino había un hombre. Una simple larva de Lilith. La batalla debería haber sido rápida como la emoción del terror, y tan decisiva como la cólera de un dios. Ningún simple Lilim podía enfrentarse contra el Primero.

Pero éste no era un simple Lilim que se paraba ante Adán. Éste era el padre de un Lilim quien había encontrado lo suficiente en sí mismo para acabar con siete mensajeros que ya habían intentado la misma meta.

Era una batalla gloriosa.


"Éste es Romeo 6 a control. Repito, éste es Romeo 6 a control. Belerofonte ha sido eliminado. Estamos en control del 'Blanco'. En persecución de la Primera. Cambio".

El soldado miró hacia arriba del aparato de radio mientras su compañero trotaba de vuelta a la vista desde la oscura periferia del cuarto. El recién llegado sacudió su cabeza causando que el operador de la radio oscureciera su expresión.

"Control, hemos perdido contacto con la Primera. Esperando órdenes". Hubo una pausa mientras la persona del otro lado de la línea decía algo. "Confirmado", el operador continuó. "Belerofonte está muerto".

Otra pausa. "¡Rayos, Coronel!. ¡Tengo su cuerpo enfrente de mí!. ¿Qué quiere que haga, que se lo mande por fax?"

El operador escuchó algo más por sus audífonos, mientras giraba sus ojos a su compañero quien también sacudió su cabeza ante la estupidez de los oficiales superiores. "Confirmado. Retener a 'Blanco' hasta nuevo aviso. Disparar a la Primera a la vista. Entendido. Romeo 6 fuera".

"Viejo, qué pasa con éstos fenómenos", el recién llegado preguntó mientras su compañero guardaba el equipo de radio. "¿Qué clase de loco tiene una gigantesca blanca... cosa... clavada a una cruz en su sótano?" Mientras hablaba, miró hacia arriba a la cosa colosal que los miraba fijamente. No se había movido del todo, pero su rostro aún así se torció en una mueca.

"¿Quién sabe? Tal vez es una muñeca inflable para esos robots gigantes. Toda ésta maldita misión ha sido un desastre desde el inicio. ¿Qué le pasó a la chica?"

"La perdí. Maldito lugar, si no lo conociera mejor diría que las paredes se la tragaron completa". Mirando abajo al cuerpo que lentamente se estaba drenando de su sangre, dejó que una mirada maligna se posara en sus rasgos. "Así que el gran, malvado comandante de NERV terminó siendo un bastardo calenturiento emocionado con las adolescentes desnudas. Aún así, cualquiera pensaría que una invasión en levemente más importante que estarle tentando el culo a una menor de edad".

"Prioridades, hombre. Todo es sobre prioridades". Guardada la radio, el soldado estiró sus cansados músculos y se sentó para esperar a sus relevos. "Quiero decir, velo de ésta forma: éste Comandante de NERV aquí, se suponía que era un compañero verdaderamente listo-"

"No bastante listo si me preguntas", su compañero interrumpió.

"Tal vez, pero si tu base está siendo ocupada por la fuerza elite de los mejores patea-traseros en el mundo entero, y sabes que no puedes ganar. ¿Qué vas a hacer con tus minutos finales?"

Su compañero se vio pensativo por un momento, luego lentamente sonrió. "¿Quieres decir, si vas a morir de todas formas, por qué no ser cachado con una sonrisa tonta en tu cara y una chica no todavía legal en tu brazo?"

"Como dije, el hombre tenía prioridades". Señalando con un dedo el cadáver, el hombre de la radio gesticuló. "Revisa si tiene cigarros".

Colgándose el rifle al hombro, el otro fue a la figura muerta y empezó a hurgar en los bolsillos. "Un cargador de repuesto para un arma... una tarjeta ID... ningún reloj... dos plumas... su billetera... ¡Desgraciado barato!. ¡Sólo está cargando 2000 yenes!. ¿Por qué? Pensé que un-"

Los ojos de Gendo se abrieron.

El soldado dejó salir un grito involuntario que tal vez se habría esperado si sus partes nobles y un martillo se hubieran conocido mejor. Por fortuna para el soldado en cuestión, éste no fue el caso y fue capaz de alejarse tambaleando de ésta ocurrencia inusual.

Sin embargo, de haber votado, el resto de la humanidad probablemente habría preferido la situación del martillo.

Una luz naranja anormal salía por los ojos abiertos del cadáver. Lentamente, sin ninguna ayuda, el cuerpo se levantó del piso sin doblarse por la cadera o las rodillas. Viniendo completamente vertical, la figura vestida en el uniforme del comandante supremo de NERV elevó sus ojos anormales hacia el monstruo blanco atrapado en encarcelamiento ante él.

Los dos soldados quienes presenciaron esto estaban bien entrenados, y ambos poseían años de experiencia con las fuerzas especiales. Los cuerpos muertos, como una regla, no se levantaban, mucho menos tenían ojos brillantes naranjas. Por lo tanto, por lógica, ésta cosa todavía no estaba muerta. La cosa de ojos brillantes estaba siendo muy desconsiderada por no estar muerta, ya que la mayoría de las personas recibían la indirecta con las primeras pocas balas que entraban a sus cuerpos. Lástima. Aún así, un par de docenas más de explicaciones vestidas de metal deberían convencer a la cosa de la validez del argumento de los soldados.

Sin embargo, sus argumentos fallaron en dar a conocer su punto cuando las balas activaron otro campo octagonal naranja creado por pura voluntad. Sin darse la vuelta del coloso gigante, la figura ejerció una minúscula porción de sus pensamientos y el Campo-AT se aceleró, alcanzando velocidades supersónicas para el momento en que el campo superó el ancho de un cabello humano.

Eso que había sido Ikari Gendo no notó el sonido de algo empapado ser propulsado a las lejanas paredes de la cámara. Sus ojos sólo estaban en la meta le había sido negada por una insoportable cantidad de tiempo. Sin ninguna emoción visible, el cuerpo se elevó del suelo y flotó hacia los siete ojos que en silencio miraban fijamente de vuelta.

"Ahora", la figura dijo en una voz que no era como debería haber sido. "Llévame a Yui".


Kaji no pudo evitar sonreír mientras la Unidad-01 destruía a los últimos pocos EVAS masivamente producidos aún activos. "Maldita sea", dijo él con algo que casi sonaba como orgullo paternal. "Sabía que Shinji-kun podría hacerlo".

Con el EVA-05 final muriendo en el mejor estilo del drama samurai, la Unidad-01 se paró triunfante, señor del destrozado Geofrente. Era una fotografía perfecta, la misma imagen de una victoria duramente peleada. Complacido con el pequeño rol que había jugado, Kaji se dio la vuelta al camarógrafo. "Asegúrate de sacar una buena toma de esto".

"Dalo por hecho" dijo el camarógrafo, con su ojo todavía pegado lente. Kaji se dio la vuelta y miró a lo que quedaba del lago. Habían ganado, pero a qué costo. Si tan sólo la Unidad-02 pudiera estar en esa imagen también... preferentemente golpeando en la cabeza a la Unidad-01 o algo. No tenía mucha esperanza él de que Asuka haya sobrevivido, pero tampoco iba a darse por vencido.

Sacando su teléfono celular, Kaji pulsó el código del canal de prioridad del equipo de recuperación de NERV. Le tomó un rato, pero finalmente convenció al tipo del otro lado de la línea para que enviara un equipo médico y de recuperación al lago.

Habiendo hecho todo lo que podía, Kaji le dio una mirada final a la Unidad-01 antes de que él se desvaneciera en las sombras una vez más. Aún había cosas que realizar antes de que todo ocupara un lugar apropiado, y él no podía mostrar su cara de vuelta otra vez todavía. SEELE tal vez había sido expuesto, pero alguien (quien era inteligente, encantador, y por supuesto, modesto), tenía que asegurarse de que no se escabulleran. Alguien tenía que husmear en las oscuras esquinas para asegurarse de que miembros de SEELE no se estuvieran escondiendo ahí, y él siempre había disfrutado pegar su nariz en lugares que no se suponía en que fueran. Tal vez ésa era una razón por la que Katsuragi lo había encontrado tan irresistible. Aunque, probablemente era poner ciertas otras cosas que su nariz en lugares que ella encontraba-

"¡Mierda!. ¡Es un tipo gigante blanco desnudo!"

"De hecho, creo que es japonés en vez de caucásico-"

"¡No es eso de lo que estoy hablando!"

Kaji se dio la vuelta, mirando sobre las cabezas de sus discutidores miembros de equipo. Con la quijada aflojándose, Kaji miró fijamente arriba... y arriba... ante la vista de un Ikari Gendo blanco como el hueso el cual se alzaba en silencio a través del suelo del Geofrente.

Perfecto en su burla de la forma humana, el gigante poseía todo elemento del cuerpo de Gendo. Parándose más alto que un EVA, las únicas fallas de la criatura blanca era una única esfera roja encajada en el centro de su pecho. Eso, y sus ojos que emitían un anormal, y algunos dirían maldito, color naranja. Creciendo hasta que el cabello blanco rozaba el techo del Geofrente abierto, la burla blanca se quedó ahí, en silencio. Esa mirada quemante lentamente recorría el destrozado Geofrente, buscando.

"Whoa", dijo el camarógrafo en asombro, quitando el zoom para verlo todo. "Desnudez frontal completa. Eso va a encabronar a los censores americanos".

Por primera vez en mucho tiempo, Kaji estaba sin habla. Ésa grabación ultra secreta que había adquirido del Segundo Impacto... no había sido Gendo lo que había destruido la Antártida, pero Kaji no abrigaba ilusiones de que ésta cosa no pudiera hacer lo mismo... o algo peor.

Parándose alto, la vista del colosal Gendo se detuvo en el púrpura EVA-01. Enfrentando a la máquina de batalla más pequeña, Gendo alzó una mano, con la palma abierta. Un destello de luz cegó a muchos ahí, y un rayo salió disparado para estrellarse en el mecha.

El impacto del rayo sacudió el Geofrente y terribles vientos desgarraron el aire. Una explosión masiva arrancó la armadura del pecho de la Unidad-01, y lanzó a la máquina púrpura al suelo donde dejó un agujero enorme en la tierra. La lanza que había estado cargando voló de su mano y aplastó una compañía de regulares de la JSSDF.

Parpadeando entre las lágrimas, Kaji forcejeó por ver qué estaba sucediendo. En el suelo ante él pudo distinguir los restos castigados de la Unidad-01 yaciendo ahí en silencio, con la armadura del pecho destrozada. Aún forcejeando para ver, Kaji lloró de dolor cuando de nuevo fue momentáneamente cegado por otro disparo del monstruoso Gendo. Golpeando en la máquina ya tirada, éste disparo vaporizó el suelo debajo del mecha, tirándolo a un cráter humeante. La armadura destrozada del pecho de la Unidad-01 fue liberada de la figura de la máquina, dejando una esfera roja ahí, visible para que todos la vieran. Aterrador en su silencio, el coloso blanco parecía observar su trabajo práctico. Aún en silencio, Gendo lentamente caminó hacia la propensa máquina de batalla, sus manos alcanzando para agarrarla.

"Sólo por curiosidad", preguntó el camarógrafo, aún filmando. "¿Nos vamos a arrepentir de esto?"

Kaji aún estaba parpadeando para alejar las lágrimas. "Probablemente. Aún así, si el Tercer Impacto está por suceder, al menos estoy lo bastante cerca para ir y encontrar mis sandías".

El camarógrafo se puso pálido. "¿El Tercer Impacto?"

"Sí".

"Mierda", murmuró uno de los otros. "De haber sabido eso, habría reventado éste mes mis tarjetas de crédito".

Sin ninguna advertencia, los ojos de la Unidad-01 súbitamente se tornaron de un blanco brillante y la propensa máquina dejó salir un rugido que sacudió la tierra. Poniéndose a sí misma de pie, la Unidad-01 se alejó torciéndose de los dedos examinantes del Gendo gigante. Con un fuerte gruñido, la máquina se alejó de la criatura y aterrizó cerca de los restos de la Unidad-07. Agarrando la lanza descartada por el demonio blanco, la Unidad-01 levantó el arma y gritó.

Echándose para atrás y levantando la lanza, la Unidad-01 la arrojó al frente con suficiente poder como para enterrar el arma en el suelo de Marte. La lanza salió disparada hacia delante y golpeó la esfera en el centro del pecho de Gendo. Con un crujido que se oyó hasta Kobe, la lanza se destrozó ante el impacto.

Doblada, la Unidad-01 miró hacia arriba a la criatura blanca ante ella. Desde lo más profundo de la máquina los sonidos de respiración, más como un gruñido que algo más, hacían eco a través del destrozado Geofrente. El Gendo gigante regresó la mirada, tranquilo y despreocupado. Ninguno se movió por largos momentos, dos titanes esperando el siguiente movimiento.

Súbitamente la Unidad-01 arrojó su cabeza hacia atrás y aulló. El ruido rugió a través de la tierra, e hizo eco a través de todo el agujero abierto de NERV. Los hombres cubrieron sus oídos cuando el sonido amenazó con arrancarles la mente de su cuerpo. Kaji hizo una mueca mientras se quedaba ahí, con las manos sobre las orejas. Algo atrapó su vista desde arriba, y se dio la vuelta para ver una nueva estrella aparecer en el cielo. Una estrella durante la luz del día. Con un borrón, un objeto enorme salió disparado desde esa luz y se detuvo de golpe a unos pocos metros sobre el suelo del Geofrente.

La verdadera Lanza de Longinus.

La sangre en el cuerpo de Kaji que aún no se había congelado ahora se convirtió en hielo. Adán, Lilith, la verdadera Lanza, y el EVA... todas las piezas necesarias finalmente estaban juntas. Pero no de ninguna forma para que pudieran ser usadas para traer nada. Las piezas no iban a entrar en el rompecabezas a menos que alguien usara un martillo muy grande en ellas. Un error aquí y los resultados serían el fin de todo. El Tercer Impacto sucedería si tenían suerte...

La llegada del arma rompió el momento de calma entre los dos combatientes. Aún tan silencioso como el fin del mundo, el Gendo gigante de repente saltó hacia delante. Los brazos estirados, la burla de la forma humana trató de abrazar a la máquina púrpura. Con otro rugido la Unidad-01 se agachó otra vez, al parecer forcejeando contra ella misma. Por un momento, la piel de la Unidad-01 burbujeó y se abultó grotescamente. La armadura restante en la máquina se dobló, luego explotó de sus monturas mientras el mecha expulsaba las ataduras que contenían su poder. Con la energía fluyendo sin restricciones por su cuerpo, el EVA agarró la lanza roja y giró alrededor el arma de hoja doble.

En una agarre de dos manos, la Unidad-01 sostuvo la lanza sobre su cabeza y gritó una vez más. Caminando adelante, se movió más allá de los brazos que trataban de alcanzarla y corrió. Con una explosión lo bastante fuerte como para hacer añicos el metal, las alas de energía de la Unidad-01 se desplegaron desde su espalda, mientras la máquina volaba hacia arriba desde el fondo del agujero. Gritando y con los dientes apretados, el Evangelion Modelo de Pruebas Unidad-01 voló al nivel del pecho de Gendo mientras el gigante trataba de agarrarlo. Por un momento, el tiempo pareció detenerse a nada mientras la Unidad-01 colgaba ahí, los brazos sosteniendo la Lanza sobre sí misma y con su cuerpo arqueado hacia atrás. Todo alrededor de la máquina el coloso blanco parecía caer internamente agachándose alrededor para engullir a la máquina de batalla en sí mismo. El momento duró más allá de la imaginación, hasta que un leve crujido y un diminuto cilindro blanco montó una columna de flamas fuera de la espalda de la Unidad-01.

Ésa pequeña tentativa de libertad permitió al tiempo fluir otra vez, y con un grito que nunca podría ser olvidado por aquellos presentes, la Unidad-01 estrelló la Lanza de Longinus en la esfera roja de Adán con todo su poder.


No había luz en éste lugar. Ni tampoco sonidos.

Ningún viento, ningún aire.

Nada de partículas, nada de ondas.

Si se le presionaba para describir éste lugar, la mente humana habría dicho que estaba negro. Un negro sin fin que se estiraba más allá del reino del pensamiento y la imaginación. No es que éste lugar en verdad estuviera negro; más bien todo lo contrario. Explotaba con colores, vívidos y ricos. Vibrantes tonalidades hacían la misma sustancia de la existencia de éste lugar, el tejido de su creación.

Aún así, una persona lo habría descrito como negro. Simplemente era un lugar que estaba distante y lejos de las astutas mentes mortales.

Pero había un tipo de vida aquí.

Paradas a una distancia de un cuarto, dos figuras eran las únicas cosas que la mente humana podría haber distinguido al ver éste lugar, además de la oscuridad. Ninguna de las dos figuras eran muy espectaculares, pero por la misma naturaleza de éste lugar resaltaban como raras gemas entre arena perfecta. Una era un hombre, alto y derecho, sus ropas gris oscuro y su camisa roja. Su rostro estaba cerrado y fijo, ya sea sosteniendo algo dentro o desesperado por alejarlo. Una corta barba remontaba el contorno de su quijada, consolidando líneas duras. Sobre su rostro había un par de lentes, los cristales de un naranja extraño.

Aún más extraño cuando considerabas que no había luz desde la cual el color naranja podía generarse.

Parada a una distancia de él en éste lugar sin distancias había una mujer más joven. Su ropas eran casuales y simples, mostrando un comportamiento relajado. Sobre semejante tejido simple, una bata blanca de laboratorio brillaba como una delicada luz de noche cerca del armario abierto de un niño. Suave cabello café enmarcaba una cara, tierna y abierta. Aunque ella no sonreía, tampoco parecía estar inundada por la ira.

Por un tiempo éstas dos figuras se miraron la una a la otra. El tiempo siendo un concepto difícil aquí, porque ninguno de ellos había llegado, ni tampoco se irían. Entonces, ahora, y pronto apilados encima el uno del otro, sin realmente llegar jamás a un contacto. Algo eventualmente sucedería, pero sólo porque ya había sucedido. Ambos estaban esperando su primera ocurrencia. Para pasar el... tiempo... ambos se miraron el uno al otro... y pasaron a través de los movimientos de la respiración.

No es que tuvieran que hacerlo, al no haber aire en éste lugar. Pero era algo que se sentía natural para ellos, y por lo tanto lo hicieron. Simplemente se sentirían incompletos sin ello. Sus corazones latían por la misma razón.

Un momento después de que llegaron aquí, y después de que cada uno no había hecho más que mirar fijamente al otro por un millón de respiraciones, el hombre finalmente empezó a hablar. Ella le ganó.

"Se te ve bien la barba".

Ése simple comentario de ella amenazó con destruir cualquier control que el hombre había mantenido durante una vida de sufrimiento, pero todavía se rehusaba a dejarlo ir. Ikari Gendo había esperado toda su vida por éste momento. Él había destruido tiempo, oportunidades, y vidas por éste mismo segundo. No desperdiciaría esto junto con todo lo demás.

"Te extrañé", finalmente dijo él. Sufrimiento incalculable infringido a incontables personas medido en tres simples palabras. Era todo lo que tenía.

"Lo sé. Un poco de más tal vez".

"No tengo nada que ofrecerle a nadie. No puedo imaginar por qué alguien podía amarme".

Yui le dio una tensa sonrisa. "¿Y todavía crees que lo hago?"

"Tú eres la única quien alguna vez lo mostró".

"Eso no es verdad".

Por un largo, largo tiempo, Gendo simplemente miró fijamente a la mujer ante él. Esperaba que ella dijera lo que tenía que ser dicho, pero no lo iba a dejar zafarse tan fácilmente. Ninguno habló por una larga porción de eternidad, entonces finalmente Gendo susurró, "Shinji".

"Sí... tu hijo".

"... Nunca lo noté".

"Sí lo hiciste".

"... sí lo hice", admitió con culpa. "Pero no podía entenderlo. ¿Qué hice para merecer eso?"

"Tú eres su padre. No tienes que merecerlo, sólo tienes que estar ahí para él".

Los ojos de Gendo se cerraron dolorosamente. "Fracasé".

"Y cuando estuviste ahí," Yui discutió, "interferiste".

"... si todo lo que hice fue lastimarlo, era mejor que yo no estuviera ahí".

"Shinji no lo pensaba así. O al menos hasta cierto punto".

"No podía arriesgarme a perder a Rei. Había demasiado en juego".

"¿Cómo el corazón de tu hijo?. ¿O el de tu hija?"

Sus ojos se abrieron. "¿Hija?" preguntó él, sorprendido.

Yui se encogió levemente de hombros. "Nacida en parte de mi cuerpo, criada bajo tu cuidado. Nuestra hija".

Gendo se veía pensativo mientras consideraba ésta nueva información... no, no información nueva... pero una nueva forma de ver lo que pensaba que ya sabía. "Ella era-"

"Un ser humano".

"... necesitada".

"¿Por qué?" preguntó Yui, verdaderamente curiosa por la respuesta. Por otro largo tiempo, Gendo no respondió.

"Porque... tenía que liberarte". Las cejas de Yui se alzaron ante el comentario, y dobló su cabeza hacia él. "Fue... fue mi culpa que la Unidad-01 te atrapara".

"Naoko la puso en movimiento". Había sólo un deje de enojo en su voz.

Gendo sacudió su cabeza. "Debí haberlo sabido. Una vez que fuiste atrapada, tenía que libertarte".

Las manos descansando casualmente en los bolsillos de la bata de laboratorio, Yui lo miró atentamente. "Y pensaste que el Tercer Impacto me liberaría. Eso no explica por qué tenías que devastar la vida de tu hijo. SEELE te habría dado el Impacto".

"No podía dejar que los ancianos lo controlaran. Tenía que asegurarme de que todo pasara correctamente".

"¿Por qué?"

"Si fallaba..." tragó saliva él suavemente. "Entonces nunca podríamos estar juntos".

"¿Porque nunca sería libre de la Unidad-01?"

Lentamente, Gendo sacudió su cabeza. "Porque... porque sin la Instrumentalización... nunca podríamos estar juntos".

Yui observó a su esposo cuidadosamente. "¿De verdad piensas eso?"

"Tengo demasiada sangre en mis manos para que sea de otra forma".

"Y aún así", vino una voz detrás de Gendo, "en tu intento sólo empeoraste la sangre". Yui miró a su esposo, al parecer ignorando a la sonriente chica de cabello gris quien estaba a un metro o poco más detrás de su hombro.

"Era necesario", respondió él, sin mirar a la chica en el simple vestido quien estaba parada detrás del hombro de su esposa.

Yui cerró sus ojos y suspiró suave, cansadamente. Kaoru sonrió desde su lugar al lado de la mujer. "El corazón de los Lilim puede lograr mucho si se le da la oportunidad", la Kaoru detrás del hombro de Gendo dijo. "Nunca le diste a tu hijo esa oportunidad".

"Él... me asustaba".

"Él te asustaba, así que te cerraste a ti mismo de él, del mundo", la Kaoru a su hombro dijo con su sonrisa. "Eso te costó tu último enlace con aquello que querías. Al final, huiste de aquello que pudo darte lo que deseabas".

"... sí. Supongo que eso es verdad".

"Sólo podías encontrarte a ti mismo en la evaluación de otro. Te diste la vuelta de los otros quienes también pudieron darte lo que buscabas". Kaoru mantuvo su sonrisa en su lugar.

Por otra extensión de tiempo nadie habló, la pareja mirándose el uno al otro. Finalmente, Gendo dio voz a las palabras que lo dejaron vacío.

"Fallé. Aún eres una prisionera de la Unidad-01, y la Instrumentalización no ocurrirá". Miró a su esposa, buscando encerrar la imagen de ella en su corazón, dibujar sus rasgos en lo que quedaba de su alma. "Yo sólo quería verte otra vez".

"¿Crees que sólo es eso?" Yui preguntó, sus ojos brillando con humor. Por primera vez en mucho, mucho tiempo, Gendo parpadeó de sorpresa.

"Francamente esposo mío, si me ofrecieras la oportunidad ahora mismo, no habría tenido nada que ver contigo. Haz hecho cosas que nunca podré olvidar. Y tienes razón, estoy atrapada en el EVA. El EVA puede vivir por cinco billones de años. Aún si la Tierra, el Sol, y la Luna dejan de existir, el EVA continuará ya que su fuerza le es dada por el corazón humano. Pero... incluso si el EVA continúa, el corazón humano también tiene compasión. Debido a eso, seré libre".

Una pequeña, tensa sonrisa apareció en el rostro de ella. "Y yo diría que cinco billones de años tal vez sean apenas el tiempo suficiente para que te perdone".

Gendo se quedó en silencio mientras consideraba las palabras de su esposa. Lentamente, sus hombros cayeron. "La Instrumentalización ha fallado. Nunca podremos estar juntos".

"Estabas dispuesto a destruir el mundo para liberarme. Mientras que no puedo exactamente que apoyo tus acciones, estaría mintiendo si dijera que algo así no impresiona a una chica". Detrás de ella, Kaoru sacudió su cabeza en asombro y continuó sonriendo. "Bueno", continuó Yui, "No estoy dispuesta a llegar así de lejos, pero te prometo esto, Ikari Gendo: como tú trataste de liberarme, un día, yo te liberaré".

Sin palabras Gendo miró fijamente a su esposa, tomando todo lo que ella había dicho. Su mirada era tranquila y su rostro relajado, pero había algo en sus ojos. Algo que prometía que ella movería el Cielo, la Tierra, y todos los puntos al sur para cumplir sus palabras.

"No pasará rápido", Yui continuó. "Y no prometo que te de la bienvenida cuando termine. Pero al final-"

"Espero que tome cinco billones de años", dijo Gendo tranquilamente.

Ella lo miró a él honradamente. "¿Crees que ya te haya perdonado para entonces?"

"Es todo lo que tengo".

Yui lo miró fijamente por un largo, largo tiempo. Entonces, lentamente, una cálida sonrisa suavizó su mirada. "Que sean diez y tal vez también convenza a tu hijo de que te perdone".

Por primera vez desde que llegó a éste lugar, Gendo desvió su mirada de su esposa para mirar fijamente en lo que realmente no era oscuridad. "Shinji... lo siento".

La Kaoru a su hombro sonrió. "Has tomado tu primer paso. Muchos más te esperan, y en tu debilidad caerás".

"Pero no me quedaré abajo", respondió Gendo.

"Será mejor que no lo hagas", Yui declaró. "Hasta luego, Gendo".

"Hasta luego... Yui".

Invisible para sus ojos, Kaoru y Yui se fueron de éste lugar, de éste reino de colores invisibles. Justo antes de que se fueran más allá, se esforzó con todo su ser por escuchar la voz de Yui una última vez...

"¿Sabes?., lo que planeas hacer va a causar muchos problemas. ¿Puede imaginar a cuántos más vamos a tener que liberar sólo porque alguien estaba dispuesto a armar un escándalo? Esto de verdad a joder todo el trabajo".

"Déjalo".

Por un momento, Gendo se quedó quieto, atesorando ésta última voz.

Entonces abrió sus ojos a la invisible majestad alrededor de él. Sin fanfarria, empezó a caminar.


En una cegadora esfera de luz blanca, Adán, Lilith, y la Lanza fueron convertido de realidad a energía. Energía suficiente para limpiar la cara de la Tierra.

Energía suficiente para crear un dios.

En el centro de ésta conversión, la Unidad-01 luchaba para mantenerse unida. Tomando el poder que se le daba, la Unidad-01 agarró los límites de la posibilidad y forzó en existencia el anti-Campo-AT que había sido la meta de la ceremonia de la Tierra Roja. Lo bastante poderoso para destrozar los Campos-AT individuales de un mundo entero, éste anti-campo llevó todo alrededor dentro de sí mismo. Sin el poder de nueve EVAS para moldearlo hacia fuera, el anti-Campo-AT en vez de ello le dio la bienvenida a las energías liberadas por Adán.

Un gigantesca flama en forma de cruz coronaba el evento. Aquellos quienes la vieran se dieron la vuelta por la pura luz, lágrimas fluyendo dolorosamente de sus ojos. Nunca era fácil ver un sueño morir.


Notas del autor:

"La Que Yo Amo Es..." de Alain Gravel fue semejante gran fic que estuve contento de ser un pre-lector de él. Especialmente disfruté con su retrato balanceado de los personajes. Realmente nunca vimos mucho de Gendo, y lo que vimos fue desde la perspectiva de su hijo. Aún así, incluso aunque Shinji odiaba a su padre después de un punto (capítulo 5), Alain nunca hizo de Gendo el villano de la serie. Siempre fue sobre Shinji enfrentándose a sí mismo.

Gendo siempre ha sido un desgraciado, pero un desgraciado digno de una inspección más cercana. No es sólo que sea un padre podrido, sino que tiene sus razones para ser como es. Como mencionó en 'End of Evangelion' él de hecho estaba preocupado por Shinji, sólo era que él nunca estuvo seguro de cómo tratar con el amor de Shinji. Él estaba tan asustado de dejar entrar a la gente como su hijo lo estaba. Shinji tal vez lo asustaba más que nadie, así que huyó de él lo más posible. Yui parece haber sido la única persona quien pudo entrar en su armadura y sacar algo de él. Cuando la perdió, lo perdió todo.

Una razón por la que tal vez Gendo estuvo dispuesto a hacer todo lo que hizo fue por un simple hecho: él amaba a Yui. Un poco de más tal vez. Es difícil decir lo que Gendo estaba planeando originalmente cuando se inmiscuyó con SEELE y todo el resto. Sin embargo, debe notarse que después de que Yui desapareció, le dijo a Fuyutsuki que "Hoy estoy comenzando un nuevo proyecto" (NGE: episodio 21 de acuerdo a mi copia subtitulada).

Usé el abrumador amor de Gendo por Yui para que fuera lo que lo llevó en su búsqueda. Muy parecido a las razones de Alain para que Shinji finalmente no eligiera a Rei, realmente no es un amor sano si es el amor de una persona en todo lo que te basas. Tienes que confiar en ti mismo para algunas cosas. Asuka sufrió por éste enfoque mental único por un tiempo en LQYAE, pero una vez que encontró a su mamá otra vez en la Unidad-02 ella regresó a su viejo yo. Gendo nunca se recuperó.

Sólo como una nota: el nombre código que el JSSDF le dio a Gendo en éste fic, 'Belerofonte', es el nombre de un héroe griego quien capturó al caballo alado Pegaso. Después de una larga carrera peleando contra monstruos, Belerofonte se volvió tan arrogante de su propio poder que planeó usar a Pegaso para que lo llevara al Monte Olimpo, hogar de los dioses Olímpicos. Mientras que el caballo alado había servido fielmente al amo durante su carrera juntos, Pegaso arrojó a Belerofonte en el último momento, dejando a Belerofonte como una figura despreciada mientras Pegaso fue a vivir con los dioses.

Los beneficios de una educación clásica.

Quisiera agradecer a Alain Gravel por escribir el maravilloso "La Que Yo Amo Es..." fanfic. Así como también le agradezco por la habilidad de ser un pre-lector, y por la oportunidad de escribir ésta historia alterna.

Omake:

La Unidad-01 atacó a Gendo con la Lanza. Gendo la bloqueó con la suya propia...

(Como Alain dijo, una imagen que mejor debe ser olvidada...)

Omake 2:

La Unidad-01 agarró la Lanza en su mano. El único punto del arma cambió y se torció, volviéndose de dos puntas.

Tomando su propia arma, la lanza de Gendo también se partió para volverse de dos puntas.

Todos los que estaban viendo la pelea empezaron a vomitar.

(Más imágenes que mejor deben ser olvidadas...)

Darren Demaine

Presidente de la Horda

Horda de Producciones Hentai


Traducido al español el 30 de Julio del 2006

Notas del traductor: bien, la historia alterna del capítulo 12, aquí la tienen. Gracias a Theblacksun y a BurningFlower por la pre-lectura y correcciones. Como pueden ver, en éste fic podemos ver el resultado de la batalla luego de que Shinji fuera noqueado por el Adán-Lilith-Gendo que apareció en el Geofrente y cómo la Unidad-01 usó la Lanza de Longinus para destruir a ése ser. Al igual que con la pelea de la Unidad-01 y los EVA series, creo que una música de fondo adecuada para la batalla de éste fic es "Kokoro yo Genshi ni Modore" también de Takahashi Youko, la letra y lo que sucede en la pelea es en cierto sentido similar, ya que Yui, la Unidad-01 se encarga de liberar el corazón y alma de Gendo de la influencia de Adán (aunque hay que reconocerle al hombre, doblegó a su voluntad al par de Ángeles más poderosos para cumplir su ambición), además, ese acorde final de violín de esa canción queda perfecto para esa escena con la Unidad-01 enmedio del explosión en forma de cruz, recibiendo el poder suficiente para convertirse en un dios. Bien, como pueden ver, el autor hace una explicación relativa a Gendo donde podemos ver y darnos cuenta de la razón por la que es así, rayos, acabar con el mundo por una mujer... hay que darle mérito al hombre, quien sólo quería volver a estar con su familia.

Clow Riusaky - ¿Que por qué Asuka? Sólo espera las notas finales del autor en el epílogo y descubrirás el por qué de sus razones más a fondo (con las cuales coincido), de hecho, aquí Darren ya dio a conocer algunas, gracias por tu apoyo.