A/N: Hola a todos en conmemoración a mi cumpleaños aquí les traigo el tercer capítulo de mi historia. Sin embargo como prácticamente solo mis hermanos me dejan reviews y a ellos puedo mandarles la historia por mail, lamento decirles que a menos de que reciba más reviews de otras personas este va ser el último capitulo que actualice. Bueno espero que les guste y si es así háganmelo saber
Llego la hora de tomar el tren que lo llevaría de regreso a Hogwarts, se encerró en un cubículo del vagón sujetándose la cabeza. Desde la ventana llegaba el sonido de todos los padres despidiéndose de sus hijos y de los estudiantes subiendo. Crabbe y Goyle no tardaron mucho en encontrarlo, se metieron al cubículo y se sentaron junto a Draco. Estaban cargados de dulces y panecillos de chocolate que se dedicaron a engullir sin detenerse, uno tras otro. Se preguntaba cuantas de esas cosas se podrían meter en la boca antes de hartarse, pero no le interesaba contarlas, le provocaba nauseas la idea de comer tantas porquerías dulces en tan poco tiempo. Entonces se dedicó a mirar por la ventana, tratando de ignorar al par de glotones que no se percataron de la molestia de su príncipe.
El tren comenzó su marcha. 'Supongo que aquí inicia la nueva tortura.' Draco trataba de mantener una pose de seguridad ya que muchas de sus conquistas y posibles conquistas se dedicaban a merodear el pasillo tratando de verlo. Pero realmente nada de eso le interesaba, solo quería un rato de paz.
Hermione había llegado temprano al tren y se había apresurado a tomar un cubículo vacío, luego Ron y Harry la alcanzaron. El tren por poco y los dejaba así que llegaron jadeando y se sentaron junto a su amiga agotados.
"¿Qué les tomo tanto tiempo?" Hermione no tardo ni cinco minutos en comenzar a regañarlos.
"Lo siento Hermione, pero Ron asustó a Hedwig y no lográbamos meterla de regreso a su jaula." Harry miraba a Ron con desaprobación, al tiempo en que él sonreía culpablemente viendo Hermione.
Ellos no se habían dado cuenta de que se encontraban en el cubículo anterior al de Draco. Y que este a pesar de que se tapaba los oídos no podía dejar de escuchar su discusión. Ya había decidido no salir por ninguna razón de su lugar, a pesar de lo mucho que le molestara que Potter y sus amigos fueran tan desconsiderados como para gritar así, en un lugar donde se veían forzados a estar con más personas.
"Siempre sienten que los demás tenemos la obligación de soportarlos." Draco movía la cabeza de un lado al otro mientras Crabbe y Goyle lo veían fijamente.
"Vamos a callarlos." Crabbe mostraba una gran sonrisa en su redondo rostro.
"¡Si!¡Si! Vamos." agrego Goyle entusiasmado.
Draco los miro de reojo, sabiendo que ellos esperaban que se pusiera en pie y fueran a molestar, pero no se movió. Permaneció sentado en su lugar con la mirada en el paisaje que pasaba rápidamente junto al tren. "¿Qué, no que iban a ir?"
Goyle y Crabbe intercambiaron miradas confusas y luego regresaron a ver a Draco. "¿No vamos a ir?" preguntaron simultáneamente, con un tono de desilusión y decepción.
"¿Les parece que estamos yendo?" volteo la mirada hacia sus compañeros y luego la regreso a la ventana. Al fin se habían callado Harry y sus amigos o al menos habían bajado el tono de su conversación.
Debe haber pasado máximo una hora cuando Harry comenzó a gritar otra vez. "Mira Ron, es ella. La chica de la que te conté." Sz e notaba claramente la emoción que le provocaba ese momento.
"Guau tenias razón, es preciosa. Habla con ella." Ron compartía la emoción de Harry
"Que infantiles son, en lugar de mirarla deberías salir Harry." Hermione abrió la puerta mientras Ron obligaba a Harry a ponerse en pie y salir.
Toda la emoción obligo a Draco a voltear para averiguar de donde provenía, estaba seguro de que podría burlarse de Harry un buen rato por su mal gusto. Pero lo que vio fue a Amaya, caminando hacia el comedor y unos pasos atrás a Harry con el rostro enrojecido y algo tembloroso.
"¿Qué? ¿No pensará…?" Draco se puso rápidamente de pie y salio del cubículo.
"¿No que no iríamos con Potter?" Goyle preguntó totalmente desconcertado. Crabbe simplemente se puso en pie y empujo a su amigo en la dirección que había tomado Draco.
Draco alcanzó a Harry y lo empujo contra una pared, Crabbe y Goyle llegaron un poco después. Harry estaba listo para regresar el ataque con un puñetazo, pero un frenón del tren los llevó a los dos al suelo. Amaya estaba pocos metros más adelante y Draco pudo ver como ella también caía. No era una noticia desconocida que el Señor oscuro había regresado y que probablemente estaría persiguiendo a Harry.
La voz de un hombre comenzó a exclamar "¡Dementors! Todos métanse en su cubículos." Draco se puso rápidamente en pie y corrió hacia Amaya, la tomo de un brazo y la levanto guiándola hacia su cubículo. Harry se había quedado pasmado '¿Dementors? ¿Aquí, ya lo habían atacado en diferentes ocasiones, pero en esta no tenía su varita consigo. Draco jaló a Amaya hasta Harry, luego lo ayudo a levantarse y lo jalo junto con Amaya hasta el cubículo de Harry.
"¿Qué pasa?" exclamo Hermione al ver entrar a Draco y cerrar la puerta con seguro.
"No me gusta tener que estar dando explicaciones." Saco de una maleta la barita de Harry y saco la suya de su bolsillo. "Hay Dementors en el tren." no se dijo otra palabra. Ron saco su barita y Hermione, que ya la tenía afuera, le indico a Amaya que se sentara detrás de ellos. Sintieron como el aire se fue enfriando y una onda de oscuridad cubría al tren. Las luces comenzaron a apagarse, el silencio era mortal, se sentía como los otros alumnos aterrorizados aguantaban la respiración.
Ron trago saliva tratando de mantener el control, pero sentía como las fuerzas se le escapaban por el miedo, su barita temblaba enfrente de él y le era imposible apuntar a un punto en especial. Hermione se mantenía estática detrás de Draco, con una cara completamente inexpresiva y tratando de mantener una respiración constante. Aún así cuando una mano rompió el seguro y comenzó a abrir lentamente la puerta y los delgados y largos dedos se mostraron por el marco, Hermione tubo que sostener la respiración para no gritar.
Ron cerró los ojos con fuerza y su barita cayo al suelo, rodó por el piso hasta chocar contra la rodilla de Amaya, quien permaneció petrificada por el miedo, tenía los ojos completamente abiertos y no parpadeo ni una sola ves, ni siquiera cuando comenzó a entrar al vagón una neblina espesa y helada. Hermione también comenzó a temblar pero se mantuvo firme, con la barita apretada entre los dedos y aguantando la respiración después de cada tres inhalaciones.
Harry y Draco estaban enfrente de la puerta con las varitas apuntando y listos para defenderse. Intercambiaron miradas mientras se abría la puerta lentamente. La apertura se detuvo por un par de segundos y todos los que estaban en el cubículo aguantaron la respiración esperando que ya se hubieran marchado. La puerta se abrió rápidamente y una luz intensa fue disparada en esa dirección, proveniente de la varitas de Draco y de Harry, Hermione se había quedado petrificada, Ron se tiró al suelo cubriéndose la cabeza y Amaya sorprendida por su movimiento de un pequeño brinco calló arriba de él.
Gritos de los Dementors se escucharon por todo el vagón y minutos más tarde el tren estaba nuevamente en marcha y las luces encendidas. Draco se puso en pie y tomo a Amaya, la levantó y luego salieron del cubículo antes de que Hermione o Ron salieran del shock por el ataque. Harry se tiro en uno de los asientos y no se puso en pie hasta que el tren se detuvo suavemente en la estación de Hogwarts. Pero su mente no dejó de viajar por todos sus recuerdos, había algo en esos Dementors, algo que los hacía diferentes.
