A/N: Se que en el caítulo pasado no hay mucha acción. Es más bien un capítulo de transición, así que dadoa que ya fue mucha la espera les dejo otro capítulo. Espero actualizar pronto pero no he tenido mucho tiempo por culpa de la escuela aun así espero que les guste es te otro nuevo capítulo y que me den su opinión.

¡SALU2!

Harry miro a Hermione y Amaya, los tres asintieron con la cabeza y comenzaron a caminar. Era de noche y les era difícil ver bien el camino, pero la luna llena alumbraba pálidamente su entorno. Estaban en una especie de selva espesa, la tierra era oscura y dura. Fueron abriéndose camino entre las ramas apretadas de la vegetación. Caminaron y caminaron, un par de horas más tarde escucharon como fluía un río en las cercanías.

"Harry, lo más probable es que vivan cerca del agua." Hermione señalo el camino que llevaba hacia el río.

"Pero no sabemos si alguien realmente vive aquí. Y si lo hacen ¿hacia que lado debemos caminar?" Amaya miraba a Harry esperando a que el tomara una decisión.

"Por el momento, eso es la única opción que tenemos. Cuando lleguemos al río tomaremos la decisión de hacia cual lado ir." Harry movió unas ramas y Hermione y Amaya se apresuraron a pasar.

Conforme se aproximaban al sonido del agua podían sentir las vibraciones en el suelo que mostraban la fuerza del caudal, pero la tierra paresia más seca y áspera. No tenía ningún sentido, el sonido aumentaba pero las plantas parecían más secas. Llegaron a un caudal vacío, las grietas en el fondo, deformadas por las sombras de la noche, les decía que habían pasado siglos sin que una gota de agua corriera por ahí. Harry se aproximo a la orilla y miro el fondo con un gesto de confusión, su oído le decía que ahí había agua, pero su vista difería por completo. Se acercó un poco más, apunto de meter un pie en el caudal vacío, cuando escucho una risa burlona e infantil. Se detuvo justo en el borde.

"¿Qué fue eso?" Harry miraba a su alrededor, entre los árboles secos y las flores marchitas.

Amaya lo sujeto del hombro mientras miraba lo que les rodeaba, buscaban la fuente de tal sonido pero parecía que había sido el viento jugando entre las hojas de los árboles. Harry regreso la mirada hacia el cause del río. Todavía dudando por el sonido que percibía, se aventuró a levantar un pie y comenzó a dar un paso, era lento y dudoso. De pronto se escuchó nuevamente la riza, esta ves pudo darse cuenta que provenía del agujero que estaba debajo de su pie.

Una figura amorfa, que brillaba ligeramente con la luz de la luna, comenzó a formarse del aire y a levantarse hasta la altura de Harry, quien se fue de espaldas cayendo sobre sus aposentaderas. La riza volvió a escuchase y la figura amorfa se convirtió en una niña pequeña, con ojos grandes y ovalados totalmente morados (sin pupila), su piel era igualmente morada con líneas rosadas que se reflejaban con sus movimientos, era brillante y pálida como lo que la iluminaba. La criatura no dejaba de reírse retorciéndose por las carcajadas, su pequeño pueblo se mecía aparentando una danza suave y vivas.

"Un chico iba a caer… Si a caer… y de su cuerpo ya nadie iba a saber…" La niña tenía una voz inocente y provocaba un tono similar al eco, que alargaba sus palabras, alegres, al punto de parecer una canción.

"¿De que hablas?" Hermione miraba impresionada a la criatura.

"Iba a caer… y nadie lo iba a volver a ver." La niña repetía esas palabras entre risas sin hacer caso de lo que le decían.

"ESCICHANOS" Amaya dijo estas palabras con tal fuerza que incluso Harry sintió que su corazón saltaba.

La niña dejo de reír y clavó su mirada en los ojos de Amaya. Su cuerpo estaba completamente inmóvil pero los reflejos de la luz no dejaban de moverse como si continuara bailando. "Solo los que pertenecen, lo encuentran y los que lo encuentran pertenecen. El camino es para todos si puedes sobrevivir y si sobrevives no significa que no vayas a morir." La niña comenzó a elevarse todavía más y una especie de tuvo se elevó por debajo de ella. Nuevamente se escucho una risa y luego las palabras ya lejanas. "Un chico iba a caer… y no lo volverían a ver…".

"¿Qué fue eso?" Harry miraba el cielo por el cual había desaparecido la niña.

"Ni idea" respondieron Amaya y Hermione al mismo tiempo.

Cuando bajaron la mirada descubrieron que el río ya era visible y de un tono azul verdoso brillante. Miraron a su alrededor, toda la vegetación se encontraba totalmente viva y fuerte. El río era tan bravo que entendieron… Cualquiera que se metiera ahí, no volvería a salir. Decidieron descansar por unos minutos mientras meditaban sobre que dirección tomar, sería contra la corriente o buscarían donde desemboca tal río.

"Debe de haber una especie de lago o algún lugar donde el agua sea más tranquila por allá abajo." Harry miraba al las chicas mientras hablaba.

"En ese casó ¿Crees que debemos bajar?" En cuanto Amaya termino de pronunciar esas palabras tanto Harry como Amaya comenzaron a caminar. Hermione dio un paso detrás de ellos y luego volvió la mirada hacia el otro lado y se quedó perdida, meditando.

"Hermione ven junto con nosotros" La voz de Amaya izo que saliera de sus pensamientos, giró y corrió hasta alcanzarlos.

Un rato después de que habían comenzado a caminar con la corriente, sentían que no habían avanzado nada. Las plantas eran idénticas y el río no cambiaba de forma. Parecía que no hubieran dado un paso. Un especie de cesto tejido, con una forma extraña, pasó a toda velocidad por el río a un lado de ellos.

Se detuvieron mientras veían como se alejaba el cesto. "No puede ser y tanto que hemos caminado." Por la expresión de Harry parecía que iba a llorar. Amaya asintió con la misma expresión. Hermione volvió a clavar su mirada corriente arriba.

"Pues a caminar" El tono de Hermione le dio cierta fuerza a sus palabras haciendo que Harry y Amaya la siguieran. El camino era un poco más difícil y cansado ya que era con un poco de pendiente hacia arriba. Pasaron por donde habían visto a la criatura, siguieron avanzando en silencio, metidos totalmente en sus pensamientos.

Debieron haber pasado unas cuatro horas o un poco más, puesto que la oscuridad pálida de la noche comenzó a verse perturbada por los primeros rayos del sol. Estaban agotados por el sueño y la caminata, ya se habían detenido en varias ocasiones para recuperar el aliento, pero sentían que cada ves que se detenían retrocedían varios metros.

"No se si pueda seguir… mis pies ya no se mueven" Harry arrastraba los pies, con los brazos colgados y la cara hacia el suelo.

"No podemos detenernos ahora, estamos a punto de hacer uno de los descubrimientos más fabulosos en el mundo de la magia" Hermione tomo de un brazo a Harry y lo jaló con fuerza cuesta arriba.

Amaya no podía dejar de reírse al ver a Hermione jalando a Harry por todos lados, como si su curiosidad le diera la energía para continuar como si nada. Miró hacia delante, la pendiente era cada vez mayor pero no podía detenerse, la vida de Draco dependía de ello. Suspiro profundamente y se estiró con fuerza, tenía los ojos cerrados mientras daba un par de pasos, de pronto escucho una voz que provenía de la distancia, pero no pudo entender lo que decía. Solo sintió que algo la llamaba que la obligaba a acelerar el paso.

En cuestión de instantes Amaya rebasó a Harry y a Hermione. Harry levantó la cabeza y comenzó a correr detrás de ella tratando de alcanzarla con su mano derecha para sujetarla. Hermione corrió detrás de ellos con todas sus fuerzas, pero tanto ella como Harry vieron como Amaya se iba alejando cada ves más.

"¡AMAYA! Detente" Harry no dejaba de gritarle mientras estiraba más y más su brazo, pero era inútil. Se detuvo y se sujeto sobre sus rodillas, no podía respirar. "por favor… detente..." Unas lagrimas comenzaron a correr por sus mejillas. "¡DETENTE!" Su grito se escuchó con tal fuerza que Hermione se detuvo por completo un par de metros atrás.

Caminó hasta su lado, en la lejanía se veía a Amaya corriendo, delante se ellos un risco gigantesco. Harry se dejó caer sobre sus rodillas, el sol salio delante de ellos, el río había desaparecido por completo…