A/N: Espero no haber tardado tanto. Disfruten de este nuevo capítulo y dejenme su opinión. ¡SALU2! A todos mis lectores y gracias por sus reviews a Synn, Serenia, Anitsirc y Janus.

Nadie pudo explicar que fue lo que ocurrió durante la noche. Era algo sin precedentes y sin explicaciones lógicas. Pero era algo de lo que nadie se quejaría jamás.

Cuando salió el sol y la señora Pomfrey hizo la revisión de rutina, fue acompañada por Harry y Hermione quienes se habían quedado a ser atendidos por sus propias heridas y luego se habían negado a retirarse a sus habitaciones con sus amigos en esas condiciones. Abrieron lentamente la cortina sin saber realmente que esperar encontrar. Ahí recostados lado a lado se encontraban Draco y Amaya profundamente dormidos pero aun tomados de la mano.

La emoción fue llenando el cuarto lentamente hasta que de golpe los tres testigos notaron lo que había sucedido. Las heridas de Amaya casi habían desaparecido, pero eso no era realmente lo que los emocionaba tanto. Lo más extraordinario era Draco quien se encontraba en perfectas condiciones, sus heridas estaban completamente cerradas y su piel había recuperado su color blancuzco rosado que a tantas mujeres había encantado.

Decidieron dejarlos descansar otro rato, no sin que Harry protestara secretamente de las manos entrelazadas. No podían imaginar como Draco se había recuperado por completo de la noche a la mañana, Hermione seguía pensando que era romántico e increíble y estaba apenada por su amigo que estaba defraudado. Más nadie negaría que era absolutamente encantador y algunos ni siquiera creerían que fue cierto.

Cerca del medio día Draco despertó súbitamente. Miro a su alrededor y al encontrarse en un cuarto se relajó, luego de un pequeño suspiro se estiro con fuerza y bostezó sin ninguna preocupación, hizo unos cuantos estiramientos más y abrió los ojos. Se sintió confundido y extraviado, realmente no reconocía el lugar en el que estaba. Miro a su alrededor para encontrarse con Amaya acostada a su lado. Aún dormía con un sueño ligero y placentero. En un principio se asusto. "¿Qué hago dormido con ella? ¿será que…?"

"¿Qué pasa Draco?" La voz de Amaya lo tomo desprevenido y en un momento de mucha tensión lo que lo hizo saltar de la cama.

"Nada en especial. ¿hem?... creo que ya es muy tarde" Draco miro a su alrededor y detuvo la mirada en la puerta. "Tengo que irme"

Amaya no tardo en entender lo que pasaba y decidió tomar ventaja de la situación. Puso una cara muy seria y los ojos llorosos. "¿No pensaras que fue horrible lo de anoche o si?" Amaya retiro su mirada y bajo los ojos hacia la cama. "Se que no tengo mucha experiencia pero puedo mejo…"

"¡NO!" Draco la interrumpió nerviosamente con un grito. "Fue maravilloso, excelente, yahoo" Draco comenzó a moverse nerviosamente sobre sus pies.

"Eres un pésimo mentiroso" Amaya se levanto de la cama y camino sin detenerse hasta salir de la enfermería y después de eso fue directamente a su casa.

Draco no dejaba de maldecir, eso le quitaría muchísimos puntos, si no es que todos con la chica y no podía recordar si fue real o no. ¿Cómo se había puesto tan nervioso? Eso no era digno de él. La cabeza le daba vueltas, le costaba trabajo recordar lo que había pasado antes de que durmiera, solo podía pensar en una cueva. Sin embargo podía recordar un sueño muy extraño que había tenido.

Recordaba que estaba caminando en un bosque, no seguía ningún camino y no tenía ninguna dirección. De pronto un animal con cola peluda se detuvo en un tronco frente a él. Se quedaron mirando por un largo rato, sentía que la criatura le exigía algo y él no comprendía que era. En la confusión decidió hurgar en sus bolsillos y para su sorpresa se encontró con una pequeña bolsa de una tela morada oscura. Miro nuevamente a la ardilla y le pareció que esta asentía con la cabeza. Desató cuidadosamente la cuerda que mantenía cerrada la bolsita y asomó la mirada al interior. En el fondo del pequeño contenedor se encontraba una nuez bastante pequeña. La tomo con la punta de los dedos y se la acerco a la ardilla. Esta la tomó con sus dientes y salio corriendo. Draco miro nuevamente la bolsa que tenía entre las manos, miles de pequeñas nueces comenzaron a brotar del fondo mientras que la bolsa aumentaba su tamaño hasta ser como un costal de arena. Al retirar la mirada de la bolsa se encontró rodeado por cientos de ardillas que lo miraban fijamente. Se sentó en el tronco y comenzó a sacar nuez por nuez y entregarla una a una a cada ardilla que se le acercaba. Por un momento hasta fue agradable estar en aquel lugar descansando mientras las ardillitas se le acercaban por algo que comer, estaba relajado y no sentía ninguna necesidad de moverse de ahí.

Pero como decía eso fue por un momento…

Sin darse cuenta el numero de ardillas que lo rodeaban iba en aumento, mientras que el numero de nueces así como el tamaño del saco era cada ves menor. Para cuando Draco se percató de la situación, el saco no era mayor a 15cm y en su interior escondía escasamente 20 nueces más. Miro a su alrededor un poco consternado y se enfrento contra la mirada encendida de miles de ardillas hambrientas, mismas que lo rodeaban desde las alturas trepadas en los árboles, otras sentadas a su alrededor en el piso y unas pocas que tenía en el regazo. Rápidamente comprendió lo delicado de la situación, nadie querría enfrentarse a un montón de roedores desesperados con pequeños y filosos dientes y garritas desgarradoras, que además de todo están en un grupo extremadamente grande.

Comprenderán que ese riesgo es posible y aterrador…

Draco se levantó lentamente ahuyentando a las ardillas que tenía encima. Comenzó a caminar lentamente entre las otras, abriéndose paso hacia un pequeño sendero. Las ardillas comenzaron a inquietarse, se amontonaban unas sobre las otras tratando de mantenerse cerca de la bolsa y de la mano que la sostenía con fuerza. No tardaron mucho en comenzar a arrojarse hacia Draco tratando de morderlo, chillidos agudos lo estremecían hasta los huesos, apresuro el paso hasta casi correr. En su mano derecha continuaba apretando la pequeña bolsa, miro hacia atrás y vio como una horda de pequeñas bestias se abalanzaban sobre el mordiéndose entre ellas. Draco corrió lo más que pudo pero las bestias continuaban aproximándose a gran velocidad.

En la desesperación, arrojó la bolsa asegurándose de que todas las nueces se dispersaran. Las ardillas enloquecieron todavía más, se arrojaron sobre las escasas nueces y comenzaron a atacarse entre ellas. Draco las miro un instante y comprendió que eso no las detendría tenía que aprovechar todos los instantes que tenía. Giró y continuo corriendo con todas sus fuerzas sobre aquel sendero. A la distancia logró deslumbrar una puerta abierta y de alguna manera sintió que si llegaba ahí estaría a salvo. Miró mientras corría hacia atrás, justo para descubrir que ya estaban por alcanzarlo. Sintió el cansancio en sus músculos, la falta de are en los pulmones, la pérdida de velocidad a cada paso, sintió como lo alcanzaban y pensó que iba a morir.

Justo en aquel instante algo extraño sucedió. Una especie de golpe de adrenalina que le regresó la fuerza, el aire y la potencia. La puerta estaba casi a su alcance cuando sintió una mordida en el tobillo, ya estaban lo suficientemente cerca como para devorarlo, dio un brinco que le pareció durar una eternidad, las ardillas brincaron junto con él. Le pareció que calló del otro lado de la puerta, más no estaba seguro ya que en ese instante había despertado en aquel lugar.

Pensó un rato acerca de su sueño. ¿Qué tal si su vida realmente había estado en riesgo? En ese caso ¿Qué había sido el golpe de adrenalina que lo golpeo?...

Decidió no pensar mucho más en eso. Era el momento de recuperar a la damisela y de ser posible averiguar que era exactamente lo que había ocurrido. Se acomodó la ropa, se miro en un espejo que estaba recargado en una pared, se acomodó el cabello y le sonrió a su reflejo. 'Con esa sonrisa Amaya no podría estar encojada por mucho tiempo.' Rió un poco para si y salio del cuarto.

El rumor de que Draco había despertado después de tanto tiempo tardo minutos en esparcirse por todo el castillo. Después de caminar unos cuantos metros Draco pudo escuchar las pisadas de una multitud corriendo hacia esa dirección. Realmente no se sentía de humor para otro escape a gran velocidad, por lo que caminó lo mas rápido que pudo hacia otro pasillo. Escuchó como esa multitud se amontonaba en la entrada de la enfermería. Pero que rápidamente comenzaban a caminar hacia otras direcciones. Se estaban dispersando para encontrarlo. Miró a su alrededor tratando de idear un plan maestro.

Al final de ese pasillo había un closet, se apresuro a entrar a el y cerrar cuidadosamente la puerta para no ser escuchado. Multitudes pasaron frente a la puerta. Algunos eran grupos de amigos y otros de enemigos lo que si es que todo el mundo lo estaba buscando.

'Irónico' Draco pensaba en silencia. 'Entre todos los armarios de la escuela tenía que terminar en el que encerré a Potter. Eso si es irónico.'

Pensó que se quedaría ahí para siempre, que nunca podría salir tranquilamente de aquel lugar con sus huesos completos. Hasta que lo inesperado ocurrió. Tras unos minutos de paz, la puerta del armario comenzó a abrirse lentamente y luego se cerró de la misma manera. Harry apareció de pronto frente a los ojos de Draco.

"¿Y tu que haces aquí?" a pesar del tono que Draco trató de darle a sus palabras en el fondo se escuchaba que estaba contento.

"Solo pasaba por aquí" Harry le respondió con un tono sarcástico y amistoso. Estaba realmente feliz de ver que estaba en perfectas condiciones.

"Eso es excelente para ti Potter" Draco puso una sonrisa macabra que Harry no supo interpretar. "Al fin serás de utilidad". Harry y Draco comenzaron a reír silenciosamente, pero no suficientemente silencioso.

Las puerta del armario se abrió violentamente pero no había nada adentro.

"Realmente me pareció escucharlo aquí"

"¿Qué te pasa?¿Realmente crees que él se escondería en un closet?"

El segundo chico le dio un pequeño golpe en la cabeza al otro y continuaron caminando dejando la puerta abierta. Debajo de la capa de invisibilidad Draco y Harry practicaban una silenciosa huida. Ya que estaban en un lugar seguro salieron de la capa y se sentaron en el suelo a descansar.

"Casi lo arruinas ahí dentro Potter"

"¿YO?" "Yo no fui el que se estaba riendo"

"Si caro y yo no soy el mejor mago del mundo"

"Pues no lo eres" Harry dijo en vos baja sabiendo que Draco lo escucharía perfectamente

"¿Cómo te atreves, Potter a no reconocer mi grandeza" Draco inflo el pecho

Harry comenzó a reírse despreocupadamente y Draco lo acompaño.

"Bueno Potter, ¿cómo supiste que estaba ahí?" Draco trato de poner un poco de seriedad en la conversación.

"Fue una pequeña corazonada" Harry fingió una insinuación amorosa hacia su amigo a lo que este respondió con una expresión de asco y un pequeño empujoncito que vino acompañado de más risas.

"Ooooo, que linda imagen" la voz de Hermione inundo el aire "¿No lo crees?"

"Si adorables" Amaya los veía con una sonrisa

Harry y Draco se sonrojaron mientras se levantaba rápidamente, separándose el uno del otro.

"No tengo idea de lo que dicen" Draco miraba hacia la pared contraria a Harry

"Son unas exageradas" Harry las miraba divertido de la situación.

Draco no podía dejar de pensar en como había arruinado dos veces su imagen ante la misma chica en un solo día. Tendría que arreglar eso de alguna manera espectacular.