Mentiras .

Capítulo 11 |Primer

Ábrete sésamo digo intentando para una puerta abrir.

Sakura.

Soy despertada por una sensación por demás extraña que invade mi cuerpo, como si la soledad repentinamente me golpeara en la cara mientras me grita que ella es más fuerte que yo, pero en cuanto consigo enfocar a mi alrededor y el rostro pacifico de Sasuke mientras duerme entra en mi campo de visión, luciendo completamente despreocupado me doy cuenta de que la soledad no existe más, y claro que no es más fuerte que yo porque no estoy más sola. Salgo de la cama con el mayor de los cuidados para no perturbar la tranquilidad de Sasuke con mis movimientos. En cuanto veo la hora me doy cuenta de que es de madrugada, pues son las tres de la mañana ¿Qué demonios hago despierta a esta hora? Aun así, ya me encuentro despierta, y me costará mucho volver a conciliar el sueño, así que me escabullo hasta la cocina en busca de algo que calme ese sentimiento de nerviosismo que se apodero de mi estómago. Al abrir la gran puerta me siento por completo intimidada por la profunda oscuridad que hay en toda la sala, todo es tan oscuro que el único diminuto rastro de luz es el de la luna que se cuela de forma tímida por una pequeña ventana, además puedo percibir que hay una sombra que se mueve entre la penumbra, crispando más mis nervios, y dejándome completamente inmóvil a mitad del camino sin saber qué es lo que debo hacer.

Después de un par de segundos la sombra se mueve hacia la misma dirección donde me encuentro completamente estática por el miedo, no debo ser mucho más inteligente que Naruto para darme cuenta de que se trata de una persona que se mueve con mucha confianza por la oscuridad de la casa, aún no sé sí debido a esta oscuridad no se ha percatado de mi presencia, o simplemente está pretendiendo que no lo hace, pero pasa por mi lado sin darme demasiada importancia, cosa que cualquier persona normal agradecería, pero yo no soy normal, y no puedo dejar que sea quien sea se vaya así como así, necesito saber sí es alguno de mis amigos o si debería tener miedo de algún desconocido dentro de la casa, aunque sé bien que de ser lo último lo que haré a continuación seria como ir directo a la cueva del lobo. Le tomo por el brazo haciendo que ese andar suyo se detenga, pero es lógicamente mucho más fuerte que yo, por lo que consigue liberarse de mi agarre de un movimiento rápido y un tanto violento, mismo por el cual caigo sentada en el frío suelo, golpeando mi brazo contra una de las pequeñas mesas que hay alrededor de la sala. Joder, sí que soy idiota. La sombra, -de quien ahora aseguro es una persona- se acerca de nuevo a mí con velocidad, y es justo ahora que comienzo a cuestionar todas mis acciones estúpidas mientras el miedo me recorre ¿Es este el momento de mi muerte? ¿En serio moriré aquí y de esta forma? Es demasiado humillante incluso para mí. Sin embargo de mi torpe garganta se escapa un grito al tiempo que la persona se acerca, en cuanto grito la persona me empuja con fuerza con toda la intención de hacerme daño, finalmente caigo por completo al suelo dándome un fuerte golpe en la cabeza, un golpe que debo decir duele mucho más de lo que me gustaría, la persona misteriosa huye en dirección a la cocina cuando comienza a oírse el movimiento en otras habitaciones, pero para mí mala suerte en cuanto las luces son prendidas totalmente, la misteriosa persona ya ha desaparecido de mi campo de visión bastante nublado

...

El fuerte aroma a alcohol entra en mi nariz y me obliga a abrir los ojos, al hacerlo me doy cuenta de que sigo en el jodido suelo, Matsuri está a un lado mío, sosteniendo el algodón del cual provenía el olor a alcohol que sentía, supongo que he sufrido alguna especie de desmayo después de aquel menudo golpe —¿Te sientes mejor? —Pregunta Matsuri, asiento, mientras ella y Sasuke -quien está en extremo callado- me ayudan a ponerme de pie para que pueda sentarme en el sofá, para ser honestos, me encuentro demasiado mareada por el golpe, y por la sensación de ardor en uno de mis brazos.

—S-Sasuke, Sakura tiene sangre en el brazo —Dice a gritos Ino, claro, ahora me cuadra el ardor en el brazo. Matsuri se cuelga en un regaño a Ino por esa forma infantil de reaccionar ante esto que parece ser una emergencia, tomando en cuenta que se supone será una enfermera, para ser honestos, no discuto la razón de la castaña, y siendo honestos nunca termine de entender porque Ino estudia eso si es demasiado emocional ante ciertas situaciones. Una vez ha terminado el regaño que parecía eterno, ambas curan con delicadeza mi brazo, Sasuke solo se encuentra ahí, observando fijamente todo, sin decir ni siquiera media palabra.

—¿Qué sucedió Sakura-chan? —Me cuestiona Naruto cuando ambas chicas han terminado con mi brazo, trago con fuerza dos veces intentando buscar la voz que siento perdí por completo, intento explicar con el mayor detalle posible todo lo que ha sucedido, tanto la sombra que se mueve en la penumbra, y como me lanzó al piso sin más, el rostro de todos parece bastante asustado, pues todos juran que han salido de las habitaciones al tiempo en que me oyeron gritar, por lo que no hay que ser genios para darnos cuenta de que hay un intruso en la casa. Neji y Sai sugieren revisar cada parte de la casa en búsqueda de algún indicio o algo que se le parezca, así que todos se ponen a ello, exceptuando a Hinata, quien se queda en la sala cuidando de mí porque por alguna razón ellos creen que necesito de niñeras. Después de que algunos minutos han pasado puedo escuchar algunos que otros improperios que vienen de parte de Ino, y evidente discusión con agresión física incluida, Sai es quien encabeza al grupo, él luce bastante enfadado muy a pesar de que casi no suele mostrar sus emociones, detrás de él vienen todos los demás, la gran mayoría luciendo bastante confundidos, me parece que algunos están nada de explotar de coraje, Ino me parece que ha sido poseída por el mismo demonio mientras trae de la oreja a nadie menos que el estúpido rubio de Deidara, uno de sus primos rubios molestos.

Cuando todos están en la sala Ino se deja caer violentamente en el sofá junto a mí, nadie pregunta mucho, porque ni siquiera se nos da oportunidad de hacerlo dado que Ino comienza a explicar sin más mientras se disculpa, claro sin dejar de insultar al idiota de Deidara. Deidara es hijo de uno de los tanto tíos de Ino, lo conozco casi tan bien como conozco a Ino, ya que no es mucho mayor que nosotros, aunque él es por demás nefasto y molesto, pues se escuda diciendo que no tenía idea de que habría más gente dentro de la casa —¿Por qué demonios tienes una llave de la casa de mi padre? —Pregunta Ino a los gritos, Deidara solo se encoje de hombros dando a entender que no piensa darle una respuesta a Ino, haciéndola enfadar aún más. Seguro que esos gritos que pega Ino pueden oírse hasta la ciudad, lo que me hace sentir bastante mal, no es que me sienta mal por Deidara, claro que él se merece que lo dejen sordo, pero el resto de nosotros no —Ino, deja ir el asunto, sabes perfectamente que él es idiota de nacimiento y no puede hacer nada bien — murmuro, Ino me observa, y luego niega, mientras señala mi brazo lastimado, sonrió nerviosamente y comienzo a rezarle al cielo para que ella no descargue su furia en mi contra, y para que el idiota de Deidara no se tome esto a mal y haga alguna otra de sus idioteces

—Eres como un ángel linda Sakura— Canturrea Deidara antes de apresurarse en mi dirección y sujetar mis manos con las suyas, creo que es buen momento para replantearme el haberme metido en una discusión que en ningún momento me involucraba, no debí meter mis narices en algo que tuviera relación con este idiota —Gracias por intervenir por mí con la desquiciada—Prosigue, yo solo tengo plantada en mi rostro una sonrisa incomoda esperando a que alguno de los presentes se apiade de mi alma y aleje a este tipo de mi antes de que toda mi cordura se vaya al demonio y lo mande a volar por una ventana. Más parece que nadie pretende hacer nada, porque seguro les debe parecer la mar de divertido que me haya pasado esto por ser una reverenda metiche.

—No es por ti idiota, no tienes que hacer escándalo por eso —Murmuro, más él niega y continúa sujetando mis manos.

—Claro que es para hacer escandalo Sakura-chan, no todos los días me rescata una chica tan linda— Exclama, con su tipo tono de superioridad — Por eso te has ganado el privilegio de poderme pedir una cita el día que desees— Dice, jodida yo y mi bocaza que me termina metiendo en situaciones por demás estúpidas, vaya que debí dejar que Ino le reventara los tímpanos y desentenderme por completo del asunto para ir tranquilamente a la habitación.

—Sakura, lo mejor es que descanses, el golpe que te llevaste fue demasiado fuerte, deberíamos ir a la habitación para que puedas dormir linda—Murmura Sasuke con tono relajado y bastante dulce debo decir, creo que debería pensar en irme a hacer una buena revisión, porque quizá me estoy alucinando lo que oí, sobre todo lo último que no parece haberle hecho mucho ruido a nadie de los presentes aun cuando es por demás extraña esa forma de llamarme, aunque los ojos de Hinata que nos miran confundidos me dice que no es del todo un producto de mi loca cabeza. Yo solo asiento, encontrándome aun un tanto confundida por lo repentino que ha sido todo, el hecha a un lado a Deidara para reemplazar su lugar sujetando mis manos, él sonríe, pero a pesar de que no es de las primeras veces que lo hace, en esta ocasión hay un escalofrío que recorre mi cuerpo, hay algo escondido en esa forma de sonreír que lo hace lucir realmente tenebroso, hay algo que hice mal evidentemente ¿Pero qué?

—Y tú ¿Planeas regresarte ya a la ciudad o qué demonios es lo que harás? —Pregunta Sai ignorando por completo el resto de las cosas a su alrededor y prosiguiendo con la arremetida en contra de Deidara, Sasuke intenta arrastrarme a la habitación, pero me detengo a mitad del camino a la espera del merecido castigo en contra de Deidara

—Oigan, no se les hace un tanto cruel sacarlo a mitad de madrugada con el frio que hace, no creo que haya tenido malas intenciones —Murmura Tenten cuando Ino le dice sin más que debe irse, en cierta parte la morena tiene mucha razón, hace demasiado frío afuera como para sacar sin más ni más a alguien, aunque tampoco me parece tan injusto que se congele ahí afuera, por mala suerte Ino no es esa desalmada que parece ser, así que determina que lo dejará quedarse en una de las habitaciones libres. No puedo evitar reír un poco cuando me percato de aquel bailecito de felicidad un tanto tonto que hace Deidara, el mismo que ha hecho toda su vida cuando algo le sale perfectamente bien. Sasuke suelta mi mano con un poco de brusquedad y se marcha sin decir mucho más, ni siquiera media palabra, yo quiero correr y esconderme detrás de cualquier persona pues él me asusta, no termino de comprender toda esa mezcla de actitudes de recién, es en ocasiones tan diferente, ni quien pensara que el sujeto que me asusta es el mismo que estaba conmigo al caer de la noche.

—¿Quién es el gruñón, Sakura-chan? —Pregunta Deidara una vez que la presencia de Sasuke ha desaparecido tras la puerta de la habitación.

—Uchiha Sasuke, estoy saliendo con él, así que no molestes —Me quejo bastante cabreada con él por arruinar el perfecto ambiente y encanto que mantenía el lugar hasta antes de su presencia. Empero el no parece prestar atención a mis palabras y comienza a mofarse de mi en mi cara, por según él "por fin conseguir alguien"

Zanjo el asunto dándole un fuerte golpe a Deidara sobre esa cabeza hueca suya, y un poco no queriendo me dirijo a la habitación donde contrario a lo que esperaba, me encuentro con Sasuke sentado en el suelo, en la completa oscuridad y en completo silencio, a él, contrario a mí, le sienta bien la oscuridad y ese toque místico que esta tiene, yo honestamente estaría muerta de miedo de estar completamente sola en un lugar tan oscuro, pero él no parece inmutarse, y tampoco parece estar de muy buen humor, ya que al encender la luz de la habitación puedo ver que tiene una expresión de completo malestar, lo que me dice que debería huir tan rápido como pueda, en realidad sí que quiero huir, pero no puedo hacerlo, ya que es evidente que estoy aquí y sería muy cobarde de mi parte pegar media vuelta y fingir que nunca estuve aquí.

—¿S-sucede algo malo Sasuke-kun? —Pregunto, él me da una mirada seria, lo que activa mi instinto y este me hace retroceder unos cuantos pasos como si fuera una presa que está a punto de ser cazada, casi literal, él tiene una mirada asesina, y sus ojos parecen destellar, como si solo se estuviera conteniendo para no lanzarse sobre mí a ensartar sus filosos colmillos sobre mi cuello, y entonces tengo aún más miedo de que ataque con toda esa furia.

—Ese tipo, sí que me pone de los nervios, estás herida a causa de él ¿Quién demonios entra a una casa a las tres de la mañana? Vaya que tus conocidos no son normales —Menciona, le pido con un movimiento de la mano que baje el volumen, pues casi que está pegando gritos, como completo desquiciado, puedo asegurar que más de la mitad de las personas en esta casa oyen claro y fuerte lo que dice y eso es por demás grosero y descortés

—Las heridas no son tan graves, además Deidara es un idiota, pero es buena persona, sí bien es raro lo que hizo, en teoría no es del todo malo, es de la familia Yamanaka después de todo, en verdad que no es tan malo si te das la oportunidad de conocerlo — Murmuro un tanto nerviosa, sin siquiera pensarlo tanto, pues tontamente creí que al decir todo eso su rostro se relajaría un poco y dejaría esa actitud tan de perro con rabia, pero al contrario, solo se enfada un poco más.

—¿Buena persona? El tipo no paro de intentar coquetear contigo, supongo que te diste cuenta ¿No? ¿Por eso te parece que es buena persona? —Se queja, siento que mis mejillas comienzan a arder, no por lo dicho sobre Deidara, sino más bien por lo tonto de su repentina acusación, Deidara me parece buena persona porque muy en el fondo lo es y ya, no lo diría por otra cosa, es un idiota que he conocido de siempre, no me dejaría influenciar por sus tontos flirteos. Aunque aún más desconcertante es su forma de decir todo eso, lo enojado y el veneno con el que suelta las palabras como una de esas malas películas cliché —Deja ir todo eso simplemente, estarías en todo tu derecho, después de todo estamos aquí solo porque necesitas fingir una relación no porque sientas algo por mí — murmura demasiado bajito, tanto que me ha costado oírlo, para después regresar al completo silencio Me siento un tanto frustrada por lo que ha dicho, sus palabras han conseguir llegar profundamente a mi corazón lastimándolo un poquito, creí que mis palabras habían sido claras, creí que teníamos avance, creí que habíamos zanjado el asunto de la mentira, sin embargo es bastante evidente que por la forma en que las cosas sucedieron, la tan famosa mentira será como una sombra que me va a perseguir constantemente lastimándome.

—Eres un completo idiota Uchiha ¿En serio crees que solo estoy aquí por eso? ¿Sabes? Sí ese fuera el caso bien podría estar fingiendo con cualquiera, bien podría ser Deidara o cualquier otro, cualquiera me seguiría este tonto juego, pero algo en mi corazón me dijo que debías ser tú, y desde hace algunos días esto ya no se trata de mentir, sí no de ti, de Uchiha Sasuke, porque desde hace días que no hay nadie más — Murmuro, no estoy del todo segura de que han sido todas esas palabras saliendo a toda velocidad, simplemente salieron, comienza a ser un tanto fastidioso que las palabras lleguen a mi cabeza y salgan por mi boca sin más, pero aun con todo lo molesto que puede ser no puedo callar a mi desesperado corazón que deseaba gritarle todo ese montón de cosas que siente. Él permanece en completo silencio, haciendo que mis palabras se sientan bastante pesadas, deseo más que cualquier otra cosa, salir huyendo y esconderme para no ver nunca más aquella luz que se cuela en la ventana y se refleja en sus ojos, o al menos huir y refugiarme lejos de él hasta que el sol salga, me doy media vuelta y toma la perilla de la puerta dispuesta a salir, pero él me detiene atrapando mi mano con la suya, a diferencia de los últimos roces que hemos tenido, este es bastante suave, cálido, diferente.

—Lo siento, yo no debí decir nada de eso— Dice, admito que aunque la calidez de su tacto recorre casi todo mi cuerpo sigo bastante enfadada por sus crueles palabras, así que siento deseos de que me suelte y pueda estar lejos de él, pero el agarre no desaparece, ni parece tener intenciones de tal cosa, más bien todo lo contrario, pues en cuento tiene oportunidad me obliga a darme media vuelta mientras se acerca mucho más a mí, me abraza, sin más, simplemente lo hace, deja descansar su cabeza sobre el espacio de mi cuello, puedo sentir como su respiración comienza a ser lenta y suave, haciendo que mi corazón se acelere ¿Puedes calmarte un poco corazón? Harás que cualquiera se dé cuenta de ese latir desesperado y eso terminará siendo demasiado vergonzoso —Hueles demasiado bien— Murmura, quiero reírme un poco por lo por demás extraña que suena esa frase saliendo de él, pero sé que eso solo provocaría que se enfade de nuevo, y no quiero seguir huyendo de un enfadado Sasuke.

No le respondo nada, y dejo de intentar alejarme, ese enojo que sentía va disminuyendo rápidamente, porque me gusta esa paz que él genera en mí, es tanta que podría olvidarme por algunos minutos del mundo. Su rostro aparece de repente frente al mío asustándome un poco, por amor a todos los Dioses, él tiene unas pestañas tan envidiables, y un par de ojos tan bonitos que juro que es perfecto, y me está mirando ¡Por amor de Dios! Él me está mirando. Claramente puedo sentir su respiración mezclarse con la mía, mientras mi corazón comienza a latir una vez más como un completo loco, como sí quisiera salirse, como sí la forma fugaz en la que Sasuke une sus labios con los míos le causara agitación, no, más bien no dudo ni un poco que mi corazón realmente se esté consumiendo por la sensación de fuego extendiéndose que provocan nuestros labios al rozarse con tanta delicadeza y con lo que me parece demasiado cariño que va explotando de a poco en ambos. Quiero dejar de pensar en este momento, quiero detener a mi cabeza vuelta loca y solo sentir, esa sensación de los labios de Sasuke sobre los míos, su respiración chocando con la mía y mi corazón acelerado que me dice que ahora todo está bien.

Cuando el aire comienza a faltarnos él pone una diminuta distancia entre nosotros, dando oportunidad de ver que tiene las mejillas completamente sonrojadas, lo que a decir verdad me parece demasiado tierno de su parte, él evita por completo mirarme, así que no puedo evitar reír por lo irónico que todo esto me parece, siendo que fue él quien inicio todo y de repente parece que la pena se ha apoderado de él por completo, dándome una visión completamente diferente de lo que creía que era Sasuke Uchiha

—Sakura, debemos dejar de ser solo una relación falsa— Declara de repente con palabras muy apresuradas que hacen que mis nervios se crispen un poco porque ¿Qué se supone que significa eso? —Salgamos en serio— Vuelve a decir de forma apresurada, quizá porque ha leído mi evidente confusión ante sus palabras, yo niego con rapidez para aclarar un poco mi mente.

—Nuestro trato se termina después de que Itachi e Izumi se casen, hasta ese momento veremos qué es lo que sucede— Respondo intentando sonar lo más firme que puedo, mientras doy un par de movimientos intentando tontamente alejarme de él, quien luce bastante confundido con mi respuesta, en su rostro hay una mueca de lo que me parece molestia, empero se deja caer de forma bastante dramática, haciendo toda la escena por demás graciosa, por amor a todos los dioses, sí él supiera que en verdad solo lo hago para poder burlarme de él seguro que se marcharía sin más completamente enojado para aplicarme la ley del hielo por un largo tiempo —Solo bromeaba un poco, está bien por mí desde este día sí somos lo que desees — Murmuro, sin tomarme el tiempo suficiente de pensar en lo que he dicho, pero al poco tiempo caigo en cuenta de que aquello no ha sonado muy bien para mí al final, sí alguien más escuchara lo que acabo de decir podrían pensar que no me interesa demasiado sí somos algo formal o no, más bien, cualquiera que supiera la realidad de todo esto, me juzgarían cruelmente, porque cause tanto enredo por alguien y en mes y medio termine gustando de otra persona.

Pero al final de cuentas, no puedo dejar que lo que otros puedan pensar de mí de afecte y me detenga, no soy tan fácil de acomplejar últimamente, porque desde hace tiempo -y después de una plática profunda con Temari- me di cuenta de que es verdad aquello de que no es el tiempo que pases con alguien, si no la persona, la persona correcta en pocas palabras, y que puede ser solo cuestión de horas para que alguien se robe tu corazón, con Naruto digamos que no era la persona adecuada, me gusto por demasiado tiempo, sí, pero creo que es por todos aquellos días en que éramos cercanos, por lo bien que podíamos coincidir a veces, no lo sé, uno nunca sabe porque tiene sentimientos hacia algunas personas, por eso mismo, hay algo que me mantiene fuertemente atraída hacia Sasuke, tal como si fuera un imán, y mi tiempo, el espacio a nuestro alrededor y todo está reducido a Uchiha Sasuke, algo dentro de mí siente que él sí que es esa persona correcta. Y sí no lo es, al menos creo que aprenderé muchas lecciones de vida importantes, tal como lo fue con Naruto, porque así es la vida, las personas aparecen y nos enseñan cosas valiosas, no nos sirve de mucho aferrarnos a alguien, lo mejor en todo caso sería intentar disfrutar lo más posible cada momento con cada una de las personas que el destino nos pone. Es precisamente por eso por lo que quiero dejarme llevar hacia donde sea que Sasuke quiera dirigir esto, porque lo quiero disfrutar sin sentir que debo aferrarme a nada, simplemente quiero ser feliz con él todo el tiempo que se pueda.

Sasuke

Le he dado un beso, por amor de todos los dioses, realmente hice eso, por una fracción de segundo se me ha olvidado que debo seguir conteniendo dentro de mí todos aquellos sentimientos que no deseaba que nadie más viera, y simplemente cual niño tonto me deje llevar actuando solamente porque mi corazón me decía que eso debía hacer, terminé completamente poseído por todos sus encantos, por su aroma a cerezas, por esos ojos verdes tan lindos, al menos -y para mi completa buena suerte- ella no parece haberse enfadado, al contrario ha puesto su sonrisa tan bonita en su rostro adornando este por completo. Ella parece repentinamente tan confiada, y yo todo un adolescente de quince años que no sabe qué hacer con los nervios que lo consumen, sus palabras, por sus palabras, tan sinceras, tan nuevas, sin más mentiras en el medio, aquellas que aunque no quiera reconocerlo, he estado soñando con oír desde siempre, porque he deseado fervientemente el momento en que ella corresponda mis sentimientos, que pueda sentir todo eso que siento con la misma intensidad que yo lo hago.

—Deberías descansar, tienes el brazo herido y un golpe en la cabeza— Murmuro, para desviar un poco nuestra conversación y dejar ir mis nervios, empero, ella sigue sonriendo mientras asiente, sí hay algo que me ha atrapado de ella es definitivamente su sonrisa, única, bastante natural, iluminando todo alrededor —¿Podrías sonreír solo para mí? —Murmuro sin pensar, ella solo amplia más su sonrisa sin atreverse del todo a reírse como de seguro tiene deseos, su rostro que se va tornando rojo mientras sonríe me lo dice. No me da una respuesta a mi inusual pregunta, solo repite su acción anterior de asentir mientras sonríe, para después, dejarse caer suavemente en la cama con la vista en dirección al blanco techo, la imito casi de inmediato, ambos miramos el techo por algunos minutos, en lo que parece un silencio bastante reconfortante, no es necesario que haya un intercambio real de palabras entre nosotros, porque al menos para mí desde el completo silencio puedo escuchar perfectamente como nuestros corazón laten acompasándose de apoco como si estuvieran por convertirse en uno solo, y es a través de ese silencio como me encuentro en completa paz.

...

La luz del sol de apoco comienza a golpear suavemente mi rostro obligándome a abrir los ojos de apoco hasta que me acostumbro a la luz que se cuela desde la jodida ventana, una vez eso sucede me doy cuenta de que Sakura no se encuentra más a mi lado, pero sí que puedo oírla gritar improperios y reír de forma escandalosa desde algún otro punto de la casa, con un par de movimiento rápidos salgo de la habitación en su búsqueda, pues se ha convertido en lo primero que deseo ver por las mañanas, encontrándola en el sofá más grande de la sala, compartiendo su espacio con Sai mientras ambos miran algún programa raro desde el teléfono de Sai.

—Buen día Sasuke-kun— Me dice cuando se da cuenta de mi presencia a un lado de ella, me dispongo a responder, más ella me interrumpe dejándome sin posibilidades de decir algo, pues sin previo aviso toma mi rostro entre sus suaves manos y deposita un suave y tímido beso sobre mis labios, para después dibujar una sonrisa nerviosa.

—Vaya, algunos sí que despertaron de buen humor hoy, pero es demasiada azúcar para ser tan temprano— Murmura con su molesta voz Ino, quien está de pie justo detrás de nosotros, una vez más está usando ese tono de voz tan burlón que provoca que el rostro de Sakura se ponga completamente rojo —Ayer parecían bastante enfados ¿Sucedió algo bueno? —Le pregunta a Sakura, quien no responde, dejando que todo se vuelva al silencio, tal pareciera que en realidad la rubia no aprendió para nada su lección sobre quedarse callada cuando la situación lo amerita.

Aunque el ambiente no se pone raro, pues ambas empiezan a hablar de cosas sin mucho sentido y riéndose de todo lo que se les ocurre, el resto de las personas se une de a poco a las conversaciones y a las risas, todos completamente dispuesto a disfrutar del último día de este corto fin de semana que tomamos para nosotros, como sí su vida fuera a terminar una vez que abandonen el lugar, pero es que, quizá solo es que ellos así viven su vida cada día, como si este fuera el último, y sencillamente me di cuenta hasta el día de hoy, porque justamente se me antoja hacer lo mismo, disfrutar de cada uno de mis días mientras sujeto la mano de Sakura como si fuera a ser el último.

[...]

¿Qué tal todo? me perdí un tiempo porque las cosas en la vida se pusieron mal, pero ya regresa todo a su orden, así que me disculpo por el tiempo, y me voy dejando esto