HOLA A TODOS!
Más de un año sin actualizar:S:S:S:S LO SIENTOOO! es que de verdad no había tenido NADA de tiempo... pero hoy he vuelto para concluir algo que empecé y que a muchos les hubiese gustado que terminara...
Bueno, obviamente no se van a acordar de la historia... pero les recomiendo que la lean de nuevo si no es mucha molestia xD, en todo caso no es mucho lo que llevo hasta ahora... pero lo que se viene... ufff
y bueno, eso... perdonen la tardanza y los dejo con el 5to capítulo (historia que esta vez terminaré, LO PROMETO!)
Capítulo Quinto – Weasleys al ataque
"¿Qué sucedió Hermy?" – preguntó la pelirroja a su amiga sentándose junto a ella una vez todos se hubieron ido – "¿Por qué te desapareciste así como así?"
"Ginny… tú sabes muy bien porque me desaparecí" – respondió la castaña con lágrimas en los ojos.
"Pues, la verdad es que tengo una idea, pero quiero que tú me digas" – dijo sinceramente la pelirroja.
"Que… bueno… yo pensé… que tu hermano… era virgen…" – comenzó la castaña.
"Bueno, también yo" – confesó Ginny – "Pero… ¡esa no es razón para llorar! tú ya sabes como son los chicos…"
"¡Pero Gin!" – gritó Hermione, pero luego la pelirroja la cayó con un gesto de su mano – "Él… él no es como otros chicos… yo creí que era distinto"
"¿Te gusta mucho verdad?" – susurró la Weasley a su amiga.
"No me gusta mucho Gin…" – dijo Hermione con sinceridad – "Yo… yo lo quiero… lo quiero muchísimo" – y dicho esto se sumió en lágrimas.
"¡Oh Herms!"
La pelirroja abrazó dulcemente a su amiga mientras ella derramaba las lágrimas una tras otra en el sofá, y luego, ambas se marcharon a dormir, y sin embargo, la más pensativa era Ginny, quien por alguna razón se había sensibilizado de más con el drama de la castaña.
Mientras, en el dormitorio de los chicos, Ron no podía conciliar el sueño.
--------------------.--------------------
"Yo no sabía que Blaise era Homosexual" – se escuchaba comentar a un par de chicas en la mesa de Ravenclaw la mañana siguiente.
"Quizás no sea homosexual, quizás sólo haya besado a un chico en un juego o algo así" – defendía Padma Patil recordando el incidente con su gemela en la fiesta de Michael Corner.
"Pero yo sí me lo esperaba de Justin" – comenzó Marietta apuntando a la mesa de Hufflepuff donde se encontraba el chico – "Comencé a sospechar cuando lo vi saliendo a las 12 de la noche del baño junto a Colin Creevey"
"¿Y que hacías tú por esas horas fuera de la sala común Marietta?" – la reprendió Cho, quien se sentaba junto a ella apoyando su cabeza en una mano.
"Pues… bueno… yo…" – comenzó Marietta.
"Le dije que me ayudara con un trabajo de pociones¿cierto Mari?" – finalizó Michael Corner engullendo un pan de calabaza y mirando con complicidad a la chica.
"Pues… pues… si, es cierto" – mintió Marietta mirando de reojo al chico.
"¿Y qué les pareció mi pregunta? Fue la bomba¿no creen?"
"¡Ya cállate Neville!" – gritaban al mismo tiempo (y por quinta vez aquella mañana) Harry y Seamus desde la mesa de Gryffindor.
La verdad, es que había muy pocas personas de sexto año aquella mañana; la mayoría aún dormía plácidamente en sus camas aprovechando que era domingo, pero eso no se aplicaba para Neville, Seamus, Harry y Hermione, quienes por ser los que menos habían bebido aquella noche, eran los más madrugadores de la casa de Gryffindor.
"¿Dónde estará Ron?" – dijo Seamus antes de acabar su desayuno – "Cuando desperté hoy en la mañana, él ya estaba vestido… es extraño que aún no haya bajado."
"¡Ah! Quizás se fue a hacer cosas por ahí con su chica secreta… ¿recuerdan su respuesta de anoche?" – respondió Neville alzando las cejas.
"Si… tal vez…" – respondió Hermione, quien revolvía su tazón de cereal con leche desganadamente.
"Hola chicos" – se escuchó decir a una voz conocida y sin energía por detrás de ellos.
"¿Qué te pasó?" – saludó Harry al pelirrojo, quien había llegado con el cabello húmedo y despeinado y con dos grandes ojeras colgando bajo sus ojos azules.
"No podía dormir anoche, me quedé dormido en la ducha y casi no alcanzo al desayuno" – resumió Ron bastante molesto sentándose junto a Hermione, quien corrió su silla algunos centímetros lejos del chico.
"Vaya, quizás tanto Whisky de Fuego no fue bueno para ti…" – bromeó Neville.
"No yo… si, quizás tienes razón" – mintió Ron cogiendo una rebanada de pan y untándole mantequilla.
A su lado, Hermione aún no probaba bocado; sólo escuchaba como los chicos hablaban junto a ella y se limitaba a asentir, negar o esbozar una sonrisa cínica. La imagen de la noche anterior pesaba en su cabeza como un yunque, y aunque haya bajado a desayunar temprano, ella tampoco había dormido bien esa noche.
Ron miraba a la castaña de reojo. Sabía que algo no andaba bien con ella, y sin embargo, no se atrevía a preguntarle; el chico era bastante cobarde para hablar con ella de cosas que no sean deberes, molestarla por ser una "cerebrito" o cosas insulsas y sin sentido. Muy pocas veces habían hablado de cosas serias en su vida, y muchas veces aquellas "cosas serias" habían sido las muertes de Cedric Diggory y Sirius entre otras. Sin embargo, de algún lugar, el chico sacó el valor para decir:
"Hermionenecesitoquehablemosdespuésdeldesayuno" – dijo el pelirrojo bastante rápido mirando su plato.
"¿Qué?" – preguntó la chica, quien creyó que su amigo estaba perdiendo la cordura, ya que había captado sólo las palabras "pues desayuno…", las cuales ni siquiera estaban bien y daban a suponer que Ron tenía una íntima charla con la principal merienda del día.
"¡No me hagas repetirlo Herms!" – reclamó el chico.
"Pero… ¡es que de veras que no escuché!" – respondió la castaña.
"Que… necesito que hablemos… tú y yo… después del desayuno… ¿puedes?" – preguntó finalmente Ron a la chica en un tono de voz bastante bajo para evitar que los Gryffindors presentes en la mesa hicieran mofa.
"Cla… claro Ron…" – dijo Hermione apretando los dedos bajo la túnica – "Pero… yo ya terminé de desayunar"
"Perfecto, y yo no tengo hambre…" – concluyó el pelirrojo levantándose de la mesa junto con su amiga.
Sólo algunos segundos más tarde llegó Ginny, quien desesperadamente buscaba a Harry en el gran comedor y, aunque andaba bastante desastrada, le pidió al morocho que salieran a conversar.
"¿Cómo es la cosa?" – reclamó Seamus viendo como se llevaban a su amigo de la cicatriz por la muñeca – "¡Me dejaron hablando sólo con Neville!"
"Como si eso fuera malo Seamus…" – respondió Neville quien comía un panecillo – "Tenemos muchas cosas de que hablar… por ejemplo; ¿Qué te pareció mi pregunta de anoche?"
Seamus hizo callar por decimocuarta vez al chico y apoyó su cabeza sobre su mano viendo como sus amigos desaparecían por la puerta del Gran Comedor.
Como cualquier persona que quería un momento de intimidad en Hogwarts, los cuatro chicos se dirigieron a los terrenos del castillo, sobre los cuales ya comenzaban a caer los primeros copos de nieve. La castaña y el pelirrojo tomaron el sendero junto al lago, mientras que la pelirroja y el morocho vagaban entre el campo de Quidditch y el Bosque Prohibido.
La verdad, es que aquella transición entre otoño e invierno era fascinante, y a pesar de que estaba muy helado, el amanecer mantenía cálido el ambiente, sin embargo, el rostro de Hermione rompía aquel frágil hilillo de calor.
"Y… bueno… ¿De que querías hablar?" – comenzó la chica con una sonrisa falsa.
"Justamente de eso…" – comenzó el pelirrojo apuntando a la boca de Hermione – "Bueno… no… no de tu boca" – siguió mirando los labios de la castaña – "…quiero saber porque estás así, porque ya no sonríes como antes"
"Es que… Ron… no lo entenderías… me llamarías psicópata o algo así" – decía la castaña mientras caminaban alrededor del lago.
"Herms, yo soy tu amigo…" – dijo el pelirrojo tomando a la castaña por las muñecas – "Necesito saber"
"Que… pues… que me molestó aquello que dijiste en el juego de anoche…" – concluyó la chica mirando a su mejor amigo con lágrimas en los ojos.
"¿Qué cosa exactamente?" – dijo temiendo la respuesta.
"Que pues… que no seas… virgen" – dijo la castaña tímidamente.
"Ah… e… eso" – dijo el chico sonrojándose como un tomate para variar – "Pu… pues… la verdad es que no quiero hablar de eso…"
"¡PERO YO SÍ RON!" – explotó la prefecta haciendo que varios cuervos volaran desde la orilla del lago.
"Es que… no es algo de lo… que yo esté muy orgulloso…"
"Ron… tú eres mi mejor amigo… junto con Harry… y en serio que me gustaría mucho saber estas cosas…"
"Pero… Herms, eso quedó en el pasado… en serio que es un recuerdo que si pudiera borrar, lo haría…"
"Pero no te cuesta nada decirme…" – insistió la chica al pelirrojo, manipulándolo inconscientemente.
"Por favor Herms, no me hagas…"
"¡RON, YO NECESITO SABER!" – presionó la chica.
"Bueno… pero… sentémonos primero y tranquilízate" – dijo el chico intentando mantener la calma.
--------------------.--------------------
"¿Qué sucede Ginny?… es muy temprano para conversar¿no crees? Mi cerebro aún no procesa ni la comida" – dijo Harry mientras caminaba junto a la pelirroja e inhalaba aire.
"Es que… Harry… debo decirte algo que no puede esperar a mañana o algún otro día… debe de ser ahora" – dijo la chica decidida.
"¿Y que sería eso Gin?" – preguntó Harry mirándola a los ojos y sonriendo ampliamente.
Aquella sonrisa, aquellos ojos… aquellos ojos verdes que habían sido lo primero que vio cuando despertó de aquella oscura cámara en segundo año. Aquellos ojos que había visto por primera vez cuando acompañó a Ron a King's Cross en su primer año… aquella sonrisa que la derretía por dentro: esta vez Ginny Weasley estaba más que decidida a decirle al moreno lo que sentía por él por segunda vez, porque quizás la carta con el poema que le envió para San Valentín hace muchos años atrás la tomó como un juego… pero esto era real. Lo que Ginny sentía era real.
"Harry… verás… yo…" – comenzó la pelirroja intentando sacar valor de alguna parte dentro de ella – "Ayer estuve consolando a Hermione… porque… pues… tú ya sabes… la respuesta de Ron hirió mucho a la pobrecita… y tú sabes lo cabezotas que son nuestros amigos; jamás admitirán que se quieren"
"Si… lo sé Gin…" - dijo el chico aún mirándola a los ojos – "Desde cuarto año que nos empeñamos por hacer que se confiesen… pero quizás nunca lo hagan… pero… ¿Qué tiene que ver…?"
"Pues…" – le cortó la pelirroja – "… que me di cuenta de lo terrible que era sufrir por otra persona que te hace daño inconscientemente porque no está enterada de sus sentimientos y bueno… yo quería que me ayudes…"
"¿A qué te ayudo?"
"A decirle finalmente al chico que me gusta lo que siento por él…" – dijo la chica haciendo alusión a su propio caso – "Por ejemplo… ¿A ti cómo te gustaría que te confiesen lo que sienten por ti?"
"Pues… la verdad… me gustaría que aquella persona sea también a quien yo amo y… que sea sincera y me mire a los ojos…" – Harry se detuvo en seco notando como el rostro de la pelirroja ejercía una fuerza invisible sobre el suyo, haciendo que estos quedasen cada vez más cerca. El chico desvió la mirada a sus labios y luego a sus profundos ojos azules – "… y que luego me diga lo que siente y finalmente… bueno… be… be…"
"¿sarnos?" – terminó la chica cuyos labios rozaban la nariz del Niño que vivió.
"S-si…" – dijo Harry sintiendo como sus pies apenas lo sostenían.
"Harry… yo… yo…" – tartamudeó Ginny – "Yo… te amo"
Luego de aquellas dos hermosas palabras tan difíciles de pronunciar, la chica cogió con su mano el mentón de Harry para que la nariz del chico dejara de hacer fricción con su boca y luego la chica besó sus labios dulcemente, como quien se despide de una ilusión; la chica sabía que el moreno no le volvería a hablar después de aquello, y quería robarle por lo menos un beso antes de partir.
La chica comenzaba a darse vuelta lentamente para volver al castillo, cuando una mano cálida le agarró la muñeca y la hizo volver a donde estaba; ahí se encontró cara a cara nuevamente con aquellos ojos verdes que le robaban el sueño. Su rostro se tornó rojo y frunció los párpados y las cejas como si hubiera tragado un limón para no enfrentar al moreno… sólo que en vez de sentir las palabras que esperaba como "creo que debemos dejar de vernos" o "Hasta aquí llega nuestra amistad", sintió como un calor abrasador recorría sus labios y como ejercían presión sobre ellos. No tuvo más remedio que ver que era lo que sucedía.
Los ojos de Harry estaban cerrados frente a ella y su rostro estaba inclinado rozando suavemente el de la pelirroja y su boca… ¡su boca estaba sobre la de la chica!
La Weasley volvió a cerrar los ojos, pero esta vez de una manera más sutil y respondió el beso del chico que innumerables veces le había salvado la vida, del Niño que Vivió, de su mejor amigo… y todos ellos a la vez se resumían en Harry Potter.
"¿Cómo quieres que me calme Ron?" – seguía Hermione quien ahora estaba sentada sobre el pasto exhalando dolor – "Tú… ¡TÚ NO ERES QUIEN YO CREÍ QUE ERAS!"
"¡CÓMO QUE NO HERMIONE!" – respondió el pelirrojo sulfurándose y perdiendo la paciencia como solía hacerlo en segundo año – "¡HEMOS SIDO AMIGOS POR MÁS DE 5 AÑOS! Y ¿RECIÉN AHORA ME VIENES A DECIR QUE NO SOY QUIEN CREÍAS QUE ERA?... todo por una respuesta" – susurró en voz baja la última parte.
"Pero Ron… nunca supimos… ni Harry, ni tu hermana, ni yo…"
"¿Crees que le contaría a mi propia hermana como perdí mi virginidad¡ja!"
Al oír las palabras como perdí mi virginidad desde la boca de Ron, la castaña sintió como se le hacía un nudo en el estómago… y en su corazón. Supo en ese entonces que jamás volverían a ser los amigos de antes, que jamás se tendrían la confianza de antes, que por un tonto juego estaba todo perdido… lo único que pudo decir la chica antes de caminar hacia el lado opuesto del pelirrojo fue:
"adiós Ron"
