N/A: ¡Hola!.... ¡WOW actualicé! Perdón por la tardanza pero aquí esta el capitulo siete, he pasado estos últimos meses con un bloqueo de escritor que bueno... pero ya entre otras vez en mi etapa creativa y ya tengo planeada una buena parte de la historia - Notaran que en este capitulo empezare a usar el idioma Élfico (Quenya) creado por Tolkien (Si, el autor del señor de los anillos) para representar el dialecto del clan de Fahdiel y el idioma antiguo. Con eso dicho empezare con el fic. Porfas no me demanden por usar el idioma de Tolkien solo obtendrán las pelusas de polvo debajo de mi cama porque no tengo más .()

Capítulo 7; Israfel.

Radhamis nerviosamente volteó a ver si alguien se había dado cuenta de la repentina reacción de la heredera. Afortunadamente todo el mundo estaba muy ocupado divirtiéndose como para haberse dado cuenta.

Radhamis sentía como la camisa se le humedecía con las lagrimas de Rei. Si no se daba prisa alguien lo notaria y entonces todos querrían saber que le pasa a la heredera, algo que seria muy incomodo para Rei.

Radhamis decidió que lo mejor era llevarla a otro lugar donde nadie se entrometiera. Vio que a su derecha, no muy lejos había un portal de cristal que llevaba a un jardín con muchos arbustos sin podar y una fuente de mármol de dos repisas que estaba siendo medio comida por los arbustos.

El baile estaba ya en pleno apogeo y no había nadie fuera del salón, el jardín estaba completamente vació a excepción alguno que otro animalillo que hacia ruido entre el pasto y la nieve que había caído hace un rato. Ya ha dejado de nevar, y la nieve esta apilada sobre las copas de los pinos, los arbustos y en parte del pasto.

El cielo nocturno estaba nublado, amenazando con volver a nevar de nuevo y pronto.

Radhamis se quitó su capa y puso un brazo alrededor de los hombros de Rei y las dos caminaron hasta llegar a aquella fuente que estaba retirada de todos los festejos del pomposo salón. Una vez que llegaron ahí Radhamis se sentó en el pretil de la fuente su capa de gala en un brazo mientras el otro seguía alrededor de los hombros de Rei.

Este Jardín estaba ubicado cerca de la muralla que protegía al castillo. Una muralla de protección que se alzaba hasta los 8 metros de altura.

Esta muralla estaba justo de tras de la fuente a las espaldas de Radhamis y Rei, quienes estaban tan absorbidas en ellas mismas como para darse cuenta de las dos negras figuras bañadas en la luz de aquella luna entre escondida entre las densas nubes.

Dos figuras antropomorfas que estaban paradas sobre la alta muralla viéndolas detenidamente sin que su rostro fuese descubierto por las sombras ni un segundo.

La figura de apariencia femenina de pronto vio al cielo.

"I' tigin en' Myriël bel shuf. Aell commae ron karn bel.... ( Las bestias de Myriël se mueven rápido. En cualquier momento harán su primer movimiento...)" Dijo aquella joven mujer oculta en el negro de su túnica.

"Radhamis,I' tigin en' Fahdiel na dagor rato...(Radhamis, La bestia de Fahdiel pronto será puesta aprueba...) "Continuó aquel hombre que la acompañaba de nombre Lafurne.

"I' tigin en' na ndengin. Ndengin i' net en' keryth (Las bestias de Myriël intentarán destruirla... y con ella la única oportunidad de ganar la guerra.)" Dijo la mujer.

"Neh tua he elye tigin ndengin. Neh deanam tua.... Ryële (Pero no podemos intervenir aún si la bestia de Fahdiel resulta muerta a manos de Myriël. No importa cuanto lo desees, no podrás hacer nada por ella... Ryële." Dijo Lafurne dirigiéndose a la mujer de negro que siempre estaba con él.

"Amin sint... (Lo sé...) " Ryële, volvió la mirada a los arbustos que rodean a la fuente. El viento movió la túnica que le cubría el cuerpo a aquella mujer. Los arbustos que estaban al lado de Radhamis comenzaron a moverse discretamente.

"I' tigin en' Myriël cael tul. Ta naa commae. (Las bestias de Myriël han llegado. Ya es hora.)"

El llanto de Rei ya casi se había extinguido, de él solo quedaban sollozos suaves y la humedad en la camisa de la bestia de Fahdiel.

"¿Rei... que pasa?" Susurró Radhamis con la voz más dulce que pudo. Rei, aun prendida de ella, se mantuvo como hasta ahora, recargado la cabeza contra el pecho de Rad.

"Solo... déjame estar así un rato." Fue la entre cortada respuesta de Rei debido a los suaves sollozos que la atacaban al hablar.

Rad trató quedarse callada un rato pero no paso mucho tiempo antes que preguntara: "Rei... Esto.... es tuyo. ¿Verdad?" Dijo Radhamis sacando el mechón de pelo que había encontrado antes en la habitación de Rei.

Rei alzó un poco el rostro, solo lo necesario para ver lo que Radhamis le estaba mostrando.

Al primer momento que Rei vio el mechón de pelo no pareció entender, pero después de verlo bien se revisó el pelo, notando que había un mechón faltante.

Rei, apunto de preguntar cómo había pasado tal cosa, se quedó en silencio puesto que Radhamis dijo la respuesta.

"Serena me hizo saber que habías visto una mujer envuelta en negro, corrí a buscarte a tu habitación pero esto fue lo único que encontré." Dijo Rad al tiempo que miraba aquel arrancado mechón de pelo que despedía ese inconfundible olor que solo Rei tenía.

Radhamis posó una mano sobre una de las mejillas de Rei. "Me preocupé cuando no te encontré en tu habitación...Creí que..." Dijo Radhamis en un tono nunca más alto que el de un susurro y deliberadamente no terminando el enunciado.

Rei, al contrario, no dijo nada pues el rojo tono del que se teñían sus mejillas ya lo había hecho por ella.

La situación, el momento... El estar a solas con la única persona que la que deseaba estar desde hace años era lo que más deseaba y por fin estaba ocurriendo pero... Algo no estaba bien, ahora los sentimientos de Rei hacía Radhamis se habían mezclado con miedo. Miedo a la muerte de Radhamis y miedo El frío acero de la espada de la desesperanza y el miedo le atravesaba el pecho incesantemente, destrozándola lentamente.

¿Qué podía hacer? Las predicciones, aunque nunca directas, era extraño por no decir imposible que resultaran erróneas.

Lo único que le otorgaba el lujo de la duda era el hecho que le fueron mostradas por aquella extraña mujer que cual sombra parecía estar en cualquier lugar.

Una pregunta surgió y Rei quien no dudó en hacerla.

"Radhamis... ¿Me odias?" El tono de voz de Rei falló en ser firme y serio siendo envés de eso un lastimero gemido de un asustado pequeño que lamenta la ausencia de su madre.

Radhamis no puedo evitar sorprenderse de aquella pregunta pero no tardó mucho en recuperar la expresión y mirada suave de antes. Se inclinó hacia delante y besó la mejilla de Rei al tiempo que le susurraba algo al oído.

"Lo que siento por ti en estos momentos... es todo menos eso." Fueron esas las dulces palabras que hicieron que Rei se sintiera mejor pero desgraciadamente no fueron suficientes como para detener aquella espada que le cercenaba el pecho.

¿Cómo podría posiblemente ella calmarla cuando la causa de su desesperanza era la misma Radhamis?

Radhamis, notando que Rei no estaba completamente convencida, siguió hablándole.

"¿Recuerdas aquella promesa que te hice hace 5 años en las ruinas de aquella catedral escondidas entre los bosques de las afueras del reino?"

Rei no dijo nada, parecía no recordar bien de lo que Radhamis estaba hablando pero de todas formas no tuvo mucho tiempo de pensar.

Notó que de pronto la mirada de Radhamis se había vuelto fría y atenta y que además estaba fija sobre los arbustos que estaban detrás de Rei.

"¿Radhamis?" Rei trato de llamar la atención de Rad pero ella no contestó. De pronto se había puesto tensa y alerta con la mirada fija en esa área de los desatendidos arbustos que casi se comían aquella fuente.

Rei estaba apunto de volver a llamar a Radhamis cuando algo la interrumpió. Era un sonido. Un grave y gutural sonido que más bien parecía ser el gruñir de una bestia de gran tamaño juzgando por la sonoridad y cavernosidad del sonido.

Las pupilas de Rei se contrajeron cuando vio a Radhamis discretamente empuñar su espada.

Los nubarrones de la nevada cubrieron la luna, dejando a Rei, a Radhamis y a lo que fuera a lo que le perteneciese ese ruido solos en una completa oscuridad en la cual Rei no podía ver casi nada.

Debido a la fisonomía diferente de los Mavorianos (N/A:Mavoria es la cuidad donde viven los guerreros de Fahdiel), la oscuridad no entorpecía en lo absoluto la visión de Radhamis.

Los sentidos de un Mavoriano eran muy superiores a aquellos de los humanos sin contar lo mucho que se afinaban en estado de alerta.

El gutural y cavernoso sonido alcanzan los oídos de la general y la heredera siendo esta vez mas fuerte y prolongado...

Las Hojas de los arbustos comenzaron moverse.....

Radhamis desenvainó su espada un poco, lo suficiente como para que el mythril de, Fharadir, su espada se asomara sobre de la funda y fuese el desenvaine más rápido a la hora de ejecutarlo.

Un tercer rugido llega a los tímpanos de Rei a Radhamis. Y un par de grandes ojos completamente blancos, sin ningún tipo de pupila, aparecieron justo detrás de Rei.

La nuca se le erizó a Rei al sentir un aliento cálido y de olor fétido moverle el pelo. Rei quedó paralizada y por más que quiso no pudo moverse. Trató de llamar a Radhamis otra vez. Sus labios se movieron pero no hubo sonido que emanara de ellos.

Radhamis se dio cuenta y rápidamente tomó la mano de Rei y la jaló hacia ella con fuerza. Las dos cayeron entre los arbustos que estaban del otro lado de la fuente justo antes que aquella bestia saliera de donde estaba escondida.

Los arbustos donde habían caído Rei y Radhamis ahora las escondían por completo. Rei había caído encima de Radhamis y estaba abrazada de ella pero dudaba en quedarse así o no.

Rei tenía los ojos cerrados y la cara hundida en el pecho de Radhamis y permaneció así aun cuando Radhamis se reincorporo y se sentó para poder ver mejor a la bestia desde atrás de los arbustos.

"Es... una Quimera." Dijo Radhamis en tono incrédulo. Rei abrió los ojos y vio entre los arbustos a una bestia de cuatro patas con una alza de un metro noventa a la cruz y alrededor de 3 metros de largo con alas que reposaban encogidas sobre la espalda de la bestia. Las patas eran amplias y muy musculosas tal y como el resto del cuerpo lo era. Lo único que no era blanco de aquel animal eran las puntas del pelo de la melena, las partes bajas de las patas, la punta de la cola y las alas que se van obscureciendo gradualmente hasta llegar a negro cenizo. El pelaje era largo y abundante, típico de un animal de climas fríos. Las alas no eran peludas, incluso no parecía que debieran estar en el cuerpo de aquella bestia sino en la espalda de algún dragón pero aun así las tenía.

Las alas, extendidas eran lo suficientemente grandes como para que el animal pudiera con solo batir sus alas una vez, alcanzar suficiente altura como para emprender vuelo.

"Una quimera de " Especificó Radhamis en voz baja. La voz de Radhamis dispara en Rei el recuerdo de aquella escabrosa visión de la cambiada Radhamis al lado del ensangrentado cuerpo de su abuelo... y el miedo hacia Radhamis se intensificó Rei volvió la mirada hacia Radhamis y después de un momento hacia la quimera De la nada comenzó a sentirse atrapada entre 2 bestias de las tierras del norte: Una guerrera de Fahdiel y una quimera de (Myriandiel)

Ahora que el miedo era el sentimiento dominante para con Radhamis, Rei ya no sabía que tanto podía confiar en ella y definitivamente no correría hacia la quimera en busca de protección. Ahora el miedo era más grande, estaba completamente sola a merced de esos dos monstruos sin nadie que la ayudara o que la protegiera. Rei soltó a Radhamis y se alejo asegurándose de estar bien escondida tras los arbustos.

Radhamis, quien la estaba abrazando, notó esto y con una expresión entre confundida y lastimada miró a Rei.

"¿Rei?" Dijo Radhamis perdiendo todo interés y atención en la quimera que estaba olfateando el suelo tratando de encontrarlas.

Rei evitó la mirada de Radhamis.

El caos en su mente le impedía actuar coherentemente. Hace solo unas horas antes el deseo de estar cerca de Radhamis era tan grande que la ausencia de ella le quemaba por dentro y ahora tenia tanto miedo de ella como a la quimera que ahora estaba olfateando más y más cerca de donde estaban ellas. Aquellas visiones habían afectado a Rei mucho más de lo que ella pensaba que le habían hecho. Radhamis estiró el brazo e intentó tocar a Rei pero ella se hizo hacia atrás evitando que Rad la tocara. La lastimera expresión de Radhamis se hizo más evidente.

El ver los expresivos y profundos ojos de Rad solo incrementó la intensidad del caos de sentimientos bipolares de cariño y miedo. Radhamis intentó tocar a Rei una vez más. "Rei... ¿Porqué me huyes? No-no voy a hacerte nada. Rei-" Rei golpeó la mano de Radhamis con fuerza antes de ponerse en posición fetal, con los brazos abrazando las rodillas. "No me toques." El miedo tomó el control de Rei debido a la situación y comenzó a decir cosas sin antes pensarlas. El tono de voz de Rei era peligrosamente alto, la quimera podría oírla. Radhamis se acercó a Rei, la angustia la tenía plasmada en el rostro mientras pensaba como era posible tan repentino cambio de actitud. Radhamis no puedo ahondar en la razón ya que entones Rei le gritó que no se le acercara.

Radhamis no hizo caso y alcanzó a tomarle las manos con las suyas. "Que no recuerdas nada de lo que hablamos y lo que prometí hace 5 años?" Dijo Radhamis tratando angustiadamente de traer devuelta a la Rei de hace unas horas. Rei se soltó del agarre de Radhamis, el terror se le podía ver en los ojos...

"!NO ME TOQUES! !NO TE ACERQUES NI AMÍ NI A MI ABUELO! !NO TE ATREVAS A PONERLE UN DEDO ENCIMA!! TU--- BESTIA!!"Gritó Rei sabiendo bien como le dolía a Radhamis el que la llamaran así dejando a Radhamis muy dolida y atónita.

El grito de Rei fue lo suficientemente fuerte y prolongado como para que la blanca quimera se diera cuenta de donde estaban escondidas. Esta inmediatamente corrió hacia donde estaban, dio un salto y pasando sobre los arbustos cayó sobre sus patas traseras mientras alzaba una de las delanteras.

Afiladas y larga garras reflejaron la pobre luz que apenas lograba traspasar los nubarrones que ahora cubrían la luna. Ignorando por completo a Radhamis, la bestia se centro en Rei y aun apoyaba sobre sus patas traseras, la quimera lanzo una zarpazo hacia Rei poniendo todo su peso en esa pata.

Rei no pudo moverse, tal y como un pequeño animal aterrorizado se quedó ahí paralizada... y lo único que pudo hacer fue cerrar los ojos y esperar el corte....

.... Un sordo sonido hizo eco por aquel jardín.... y la sangre se arrastró por el suelo formando un pequeño charco... Al mismo tiempo que una ahogada inhalación acompañara al sordo sonido en aquel resonar.... Rei no sintió dolor alguno... ni siquiera podía sentir la humedad de la sangre empapando la ropa. Al no sentir nada, Rei, quien aún tenía los ojos cerrados los abrió y solo la oscuridad se desenvolvía a su alrededor. Ni siquiera podía verse ella misma.

¿Acaso es que ya he muerto? Talvez sea esa la razón por la cual no siento nada.

De pronto una pálida luz comenzó a iluminar el lugar, los densos nubarrones había ya descubierto la luna.............. y fue entonces cuando Rei puedo ver claramente aquellas largas garras......incrustadas en el costado de Radhamis mientras su sangre escurría de ellas a gotas y formaba un pequeño charco en el suelo.....

....Radhamis se había interpuesto entre la bestia y Rei para recibir ella el impacto.... Después de unos instantes la bestia al darse cuenta que había fallado retiró sus garras del ahora rígido cuerpo de Radhamis quedando estas impregnadas de su sangre.

Radhamis después de un rato comenzó a desplomarse por lo que le pareció a Rei Una eternidad n la cual muchas peguntas surgieron en la mente de Radhamis mientras veía caer aquel rígido y pálido rostro desfigurado con pupilas contraídas por el dolor.

Porqué... ¿Porqué se interpuso? ¿Porqué lo hizo ... después de todo lo que le dije ....

Los ojos de Rei se llenaron de lágrimas y tornaron vidriosos. ... !Porqué! Al tiempo que Rei se hacía esas preguntas mientras veía caer tormentosamente lento el cuerpo de Radhamis Rei recordó lo que Radhamis quería decir con aquella promesa que le hizo hacía 5 años....

5 años atrás. Mediados de Otoño.

Era una noche tormentosa, el cielo tronaba estrepitosamente y no había estrella que mirar en el cielo.

En ese entonces el Rey Saekaki era más joven y el príncipe a la corona y su esposa Vivian en el castillo con él junto a su nieta Rei que esa primavera cumplió los 13 años. La pequeña salvaje, como era llamada por todos los del castillo, ya tenía casi un año de haber llegado al castillo y ya estaba empezando su entrenamiento en la escuela militar de Feagris.

Ya estaba entrada la noche, el gran reloj de pared del recibidor ya marcaba casi la media noche. Rei se encontraba en la ala oeste, donde es encontraban todas las habitaciones de la familia real en ese entonces. Ella estaba hincada frente a un sofá en el pasillo del ala recostando la cabeza sobre él mientras lloraba sobre sus brazos completamente sola y sin nadie que se tomara la molestia de consolarla.

Enfermeras y varias sirvientas entraban y salían de la habitación cuya puerta tenia al lado el sofá donde estaba recargada Rei con palanganas de agua y toallas ensangrentadas. Sin prestarle atención a la afligida niña a pesar que ella las miraba cuestionantemente cada vez que salían.

Aun a estas horas Radhamis estaba merodeando el castillo en un ataque de insomnio. Todavía estaba usando el uniforme de aprendiz de caballero que hacia 2 días le acababan de dar, estaba en el ala oeste y al doblar en aun esquina se topó con La presumida princesa llorando sobre el sofá al lado del cuanto de sui madre.

Radhamis minutos antes había oído los chismes de la servidumbre cuando pasó por la cocina, la madre de Rei, la princesa a la corona de Feagris, quien estaba embarazada, había entrado en trabajo de parto hacia unas horas. Al parecer el parto se había complicado y todas las parteras y sirvientas estaban aceleradas gritando y dando apresuradas ordenes e instrucciones, talvez era esa la razón del insomnio de Rad.

El producto aun no había salido del vientre de la madre y esta estaba desangrándose y los doctores no lograban detener el sangrado. Radhamis se quedó en l entrada del pasillo de piedra color sepia, la mirada fija en la princesa a la que había considerado insoportable y presumida desde que la vio por primera vez en aquel bosque viendo suplicantemente a todo aquel que salía de la puerta.

Ninguna de esas personas se molestaba n verla para darle algo que vagamente pareciese un consuelo. Rei necesitaba que alguien le dijera que todo estaría bien, que su madre y su hermano o hermana estarían bien... que no había nada de que preocuparse pero lo único que escuchaba eran los gritos de los doctores que ya no sabían que más hacer. Radhamis siempre había considerado a Rei como una niña caprichuda y odiosa pero el verla ahí llorando fuera del cuarto de su madre y siendo ignorada por la demás gente que supuestamente esta a su servicio, todos hacían caso omiso de las miradas suplicantes de una niña que pronto perdería a su madre.

El verla de esa manera movió algo en el interior de la fría niña nórdica. Un vació en el pecho, cual nido que hacen las palomas al anidar en el corazón de uno y eventualmente así queda, vació. Radhamis camino hacia donde estaba Rei, quien no se había percatado de su presencia, y buscó su pañuelo pero se dio cuenta que no lo traía consigo. Mortificada, ya no supo que otra cosa hacer más que poner una de sus manos sobre el hombro de Rei.

Rei volteo y se encontró con el mortificado y reconfortante rostro de Radhamis, la pequeña bestia nórdica que tanto le llamaba la atención por ser algo desconocido para ella pero que siempre evitaba la compañía de los demás a excepción de Häggen. Las dos se quedaron viendo un rato hasta que Rei se calmo un poco, entonces Radhamis se jalo la manga larga de su uniforme que consistía en una camisa de manga larga blanca sobre una túnica de manga corta y pantalones blancos donde toda la parte hasta la mitad del muslo era cubierto por la túnica. La manga quedo colgando, le cubría la mano y bajaba aun más. Un poco apenada le ofreció la manga a Rei para que la usase como pañuelo.

"Perdón.... Olvide traer mi pañuelo conmigo." Radhamis sonrió mansamente sin dejar de verse apenada y después continuó. "P-pero mmm ... "Radhamis miro su manga colgante. "Puedes usarme a mí si quieres..."

De todas las personas que decían preocuparse por la princesa, la única que le tendió una mano fue una pequeña niña que se dice viene de un clan de bestias y que sin importarle que ese uniforme y otras pocas prendas eran la única ropa que tenía ella se la ofreció para que la usara como pañuelo.

Radhamis se sentó en el suelo al lado de donde estaba hincada la heredera aún incrédula de que estuviera con ella cuando generalmente evitaba el contacto con los demás.

El día que llegó al castillo, sin tener que decir una sola palabra, Radhamis se había hecho del interés de Rei y ahora varios meses más tarde de la misma forma parecía haberse ganado algo más profundo de la heredera.

Rei nunca contesto que si quería o no usar a Radhamis de pañuelo viviente así que Rad, aun con la manga colgándole de la mano, le secó las lagrimas con su manga sin saber que ese simple acto hizo que Rei sintiera un vacío en el estómago el cual se intensificó cuando Rad le rodeo los hombros con un brazo dando su propio hombro para que Rei se apoyara en él.

Rei, quien se encontraba agotada del estrés y del cansancio que provoca el llanto, no pudo rechazar la oferta y apoyo su cabeza en el hombro de Radhamis.

El sueño comenzó a tomar control de Rei y mientras el sueño acababa de tomarla se preguntó por qué si Radhamis era la bestia insensible y traicionera que los nobles decían que era ¿Entonces porque fue ella la única que se molestó en darle algo de consuelo cuando casi nunca habían cruzado palabras?

Desde ese momento Rei se dio cuenta que no todo lo que decía la gente supuestamente con más sabiduría y experiencia era necesariamente cierto. Una bestia insensible no es capaz de transmitir un sentimiento de apoyo y confortamiento sin tener que decir una sola palabra, eso no se puede fingir.

Con eso Rei se quedó dormida en el hombro de Radhamis tranquilamente.... y no tuvo que escuchar la noticia que ahora todos en el castillo pasaban: La infanta y el bebé habían muerto.

El día siguiente fue el oneroso funeral de la infanta de Feagris, Rei estaba siendo fuerte, su padre se había encerrado en su habitación desde que escucho la noticia y no salió. El Rey estaba llorando la muerte de su hija al igual que casi todas las sirvientas muy cercana a ella al ver que todos estaban deshechos Rei decidió que alguien debería permanecer fuerte y nadie más que ella podía hacerlo.

El funeral fue llevado a cabo en el cementerio Real a unas cuantas horas de camino del castillo.

Rei salió del castillo al jardín que estaba al frente, justo antes de la reja de entrada.

Tenia puesto un vestido negro, no muy ornamentado. Era sencillo y sin mucho chiste, Rei era de la idea que los vestido muy elaborados eran para usarse en situaciones alegres, usar uno muy ornamentado aun que fuese negro seria casi como un insulto ..Aunque no todas las mujeres nobles compartieran esa idea ya que en su mayoría estaban luciendo lo más elegante que tenían había unas incluso presumiendo y modelando los suyos con las demás nobles, eran jóvenes por supuesto.

Rei al verlas no puedo evitar en sentirse insultada y enojada.

"De no ser que están vistiendo de negro habría pensado que esta es solo otra reunión social de las que acostumbran hacer." Dijo fríamente una familiar voz que hizo que Rei sintiera un extraño cosquilleo en la base del estómago. Rei volteo y se encontró con Radhamis en su uniforme de gala, menos adornado que el de los demás soldados por solo ser cadete, como todos estaban guardando luto los de la escuela militar habían sido obligados a usar el uniforme de gala..

Estaba más pálida que de costumbre, Rei supuso que era por la falta de sueño y aún así no pudo evitar sentir ese raro cosquilleo sin explicación intensificarse cuando se acerco un poco.

"Veo que ya estas mejor...." Dijo Radhamis fríamente, frialdad que lastimó a Rei. Este era el tono con el que le hablaba las pocas veces que lo hacía. Frió y desinteresado, como si lo que pasó ayer realmente no hubiera pasado. La dolida sorpresa de escucharla hablarse así debió haberse mostrado en la expresión de Rei ya que casi inmediatamente Rei puedo notar una apenada expresión en Radhamis quien se estaba sobando la nuca con una mano. Parecía estar muy nerviosa.

"Eh.. Lo siento, no quise mmmm---" Radhamis se veía muy incómoda y ansiosa. "---Siento mucho lo de anoche, se que la hice sentir incómoda, no debí meterme en asuntos que no son míos. No sé que me pasó" Dijo Radhamis.

Ese día se lo habían dado libre a los cadetes, Radhamis estaba usando su tiempo libre para ir a buscarla y disculparse.

Rei no puedo evitar sorprenderse, siempre había pensado que Radhamis seria como la había visto:, Fría, desinteresada, insensible. Nunca pensó que podía ser una niña que podría enternecerla. Rei poco a poco estaba descubriendo facetas de esa niña nórdica, facetas que hasta ahora la fascinaban y la hacía querer descubrir que más detrás de esa coraza de desinterés que rodeaba a Radhamis.

"Bueno... yo ya me voy." Dijo Radhamis pero antes de que pudiera moverse Rei le habló. "Ya estoy un poco mejor... Gracias a ti." Dijo Rei de repente.

"¿Ehh?" Respondió Radhamis inteligentemente. Rei caminó hasta estar frente a Radhamis. "No tienes nada de que disculparte.... Gracias a ti me siento un poco mejor." "Pero yo no he hecho nada." Rei no sentía la necesidad de decirle más, no era el momento y no se sentía del todo bien.

"Haz hecho más de lo que crees." Dijo Rei mientras se tomaba de la mano con Radhamis en un gesto de agradecimiento y haciendo su mayor esfuerzo en ignorar ese cosquilleo que le sobrevino al tocar a Radhamis.

Sus manos eran duras, callosas y fuertes. Algo normal en alguien que todo el DIA practicaba artes de guerra, sus manos eran muy diferentes a las de Rei que eran de apariencia frágil, y muy suaves.

"!Señorita Rei! ¿Que cree que está haciendo con esta insensible bestia? "No debería juntarse con gente de esa calaña!" Una sirvienta de voz chillona exclamó al ver a Rei y a Radhamis de la mano. Era una de las sirvientas que había ignorado a Rei la noche anterior.

Radhamis inmediatamente soltó a Rei pero ella volvió a tomarle la mano y a ignorar el cosquilleo subsecuente.

"Rei volteó a ver a la sirvienta con expresión orgullosa, lo único que delataba su enojo era la intensidad de la mirada.

"Disculpe ¿Acaso dijo usted bestia insensible?" "Así es, usted bien me escuchó. Uno no debería confiar en razas tan faltas de nobleza con la de esta insensible bestia."

"Ya veo, pues esta insensible bestia como usted la llama, en primer lugar tiene un nombre; Radhamis. Haga el favor de usar su nombre cuando se dirija a ella, cuando menos en mi presencia y segundo la única persona que ayer me consoló en los momentos de agonía de mi madre no fue otra que su bestia insensible cuando usted entre otras personas me trataron como si no hubiese estado ahí. Así que en lo que a mí respecta ustedes son más insensibles y bestias que Radhamis."

Radhamis estaba boquiabierta. ¿Desde cuando las niñas caprichudas como Rei hacen algo que no sea para su propio beneficio?

La sirvienta se veía claramente ofendida.

"!Que atrevimiento el suyo señorita! No podrá ser jamás una reina digna si no aprende a respetar exclusivamente a las personas más sabias y expertas que usted."

"Ya veo, entonces no tengo porque guardarle respeto a alguien lo suficientemente necio e inexperto como para dar calidad de sabiduría a un prejuicio infundado que crece de la intolerancia."

Paso un tiempo antes que el peso y significado de las palabras de Rei penetraran en el cerebro de aquella ignorante sirvienta pero para cuando abrió la boca para refutarle a la princesa esta ya estaba caminando hacia el negro Carruaje que la llevaría al lugar del funeral llevándose a Radhamis consigo tomada de la mano dejando a la enfurecida mujer atrás.

Radhamis estaba siendo literalmente jalada hacia el coche tirado por cuatro percherones negros. "!Rei! ¿Qué haces?" Rad dijo casi a gritos al darse cuenta que estaba siendo llevada al carruaje.

"¿Pues que parece? Voy a llevarte conmigo." De pronto Radhamis se arrepintió de pensar que talvez Rei no era tan caprichuda como parecía "¿Crees que esa sirvienta se va a tragar el coraje que le hice pasar? Si te dejo en el castillo estoy segura que se desquitará contigo. Ahora súbete." Al entrar en el oscuro carruaje, Radhamis volvió a cambiar de opinión sobre Rei.

El carruaje era negro y por dentro tenia vestiduras rojo vino, la ocasión requería esos oscuros colores.

!Demonios! Ahora no podré ir a atrapar gallinas con Häggen. Pensó Radhamis con desilusión.

Radhamis se sentó en uno de los dos asientos largos que había en el carruaje. Un asiento largo frente a otro.

Una vez sentada, Radhamis se dio cuenta que había otra persona además de ellas dos en el carro.

Un hombre comenzando la vejez vestido en toga y birrete negros, tenia cejas muy pobladas y de una barba tan larga que parecía ser uno de esos hechiceros de los cuentos de hadas. Llevaba puestos unos graciosos lentes de fondo de botella que le aumentaba el tamaño de los ojos por lo menos unas cinco veces. A Radhamis se le encresparon los pelitos de la nuca. Para colmar su desgracia, además de ser llevada a un funeral donde tendría que estar entre los siempre incultos y antipáticos nobles tendría que soportar las 4 horas que dura el camino soportando los prejuicios de un viejito senil.

"Buenos días profesor Wiccan." Dijo Rei en tono pesado como si estuviese agotada por alguna razón y apenas eran las diez de la mañana.

"Buenos días Rei." Dijo el anciano en tono afable que no dejaba de ser solemne debido a la ocasión. Radhamis miró de reojo a Rei y al anciano, esperando que en cualquier momento el viejillo notara su presencia y saliera con algún comentario hiriente.

¿Y quien es tu linda acompañante? Dijo el profesor Wiccan en el mismo tono afable de antes.

Radhamis casi se cae del asiento de la impresión.

Lord Wiccan examinó a Radhamis con la mirada haciendo esto más cuidadosamente al verla a los ojos, estos eran almendrados y grandes e intensos y a la vez profundos: las características exactas de los ojos de los dragones, criaturas sagradas consagradas a los siete dragones... o más acertadamente a los seis dragones fieles ya que uno de ellos era un traidor y fue condenado al olvido a trabes de los años.

Antes de que Radhamis pudiera decir algo Rei ya estaba presentándola con aquel viejo erudito barbón que no dejaba de recordarle a un perro shnauzer.

"Ella es Radhamis, la niña de Mavoria que trajeron aquí hace un año, acepto acompañarme al funeral de mamá."

¬¬ Yo nunca acepte a nada, tu me metiste en esto. Pensó Radhamis pesimistamente mientras veía Rei de reojo sin que ella se diera cuenta.

Lord Wiccan de repente se vio tan interesado en Radhamis que acercó el rostro tanto hacia Rad que ella ya casi no veía otra cosa que no fueran los ojos anormalmente agrandados por los lentes o las sobre crecidas cejas canosas. ---- Radhamis

. ----- Lord Wiccan.

"¿Tú eres la niña que vino de Mavoria hace un año? Radhamis asintió inseguramente con la cabeza. La mirada del viejo se llenó con una extraña mezcla de emociones difícilmente discernibles; Sorpresa, admiración, curiosidad, compasión y una lástima y preocupación tan sinceras como el carácter amable de aquel viejo erudito.

La mirada de Radhamis se volvió aprehensiva cuando de la nada el viejo retomó su expresión afable.

"El Rey en sus cartas habla mucho de ti." Tal y como lo esperaba el profesor Wiccan Radhamis se quedó con cara de ¿Qué?

"El profesor es la máxima autoridad en su campo Historia y folclor de las razas de Gahiel "

Radhamis se quedó atónita, siempre había querido ver otras partes del mundo además de la siempre helada Mavoria y tenia a un hombre erudito en esas cosas.

"Ahh... errr" Fue lo único que pudo decir Radhamis, no se le ocurrió algo más inteligente.

Como Radhamis no estaba ayudando a hacer un tema de conversación Rei decidió tomar el asunto en sus manos.

"¿Y donde estuvo esta vez profesor? Como estuvo ya 2 años fuera supongo que visito muchos lugares."

Ahora que había algo de que hablar el viaje no sería tan incomodo tanto para ella como para Radhamis y ahora podría distraerse de su pena.

Durante todo el viaje las dos niñas escucharon al erudito hablar y hablar acerca de todo lo que había visto en sus viajes alrededor de Gahiel.

Rei al poco tiempo demostró tener una habilidad que pocos tienen: Quedarse dormida con los ojos abiertos.

Radhamis al contrario estaba fascinada escuchando las historias de aquel anciano, lo que a él le resultaba muy gratificante ya que no habían muchos con el interés de escucharle.

Después de un rato el anciano se quedó dormido, siendo Radhamis la única despierta en el carruaje.

Radhamis volteo a ver a Rei, ya ni siquiera se tomaba la molestia de mantener abiertos los ojos. Estaba tan dormida como el anciano frente a ella.

Aburrida y sin nada más interesante que hacer, Radhamis comenzó a contar las vacas que veía a través de su ventana al pasar por los campos.

Ya estaba por contar treinta vacas cuando sintió un peso sobre su hombro derecho. Al ver que había ahí Radhamis se topó con que Rei estaba recargada contra ella, su cabeza sobre el hombro de Radhamis.

Radhamis sintió un ligero cosquilleo en la boca del estómago.

Tonta, hubieras esperado a hablar con Rei hasta que regresara del funeral, así no tendrías que estar pasando por esto Pensó Radhamis reprendiéndose a sí misma, molesta de no saber la razón del molesto cosquilleo.

Decidió ignorarlo y siguió contado vacas hasta que ella también se quedó dormida, perdió el equilibrio en una sacudida de carruaje al pasar sobre alguna piedra del camino y lo ultimo que supo antes de caer de lado derecho y acabar de dormirse fue que cayó en algo suave y cálido.

Pasaron varias horas y Rei abrió los ojos somnolientamente, lo primero que vio fue el techo del carruaje, estaba acostada boca arriba sobre el asiento largo del carruaje.

Se percató entonces de que había algo pesado sobre ella y que al mismo tiempo le rodeaba la cintura y le apachurraba el pecho. Rei bajó la mirada para ver que era lo que estaba sobre su pecho, sonrojándose completamente cuando vio que era Radhamis la que estaba encima de ella rodeándole la cintura con ambos brazos mientras su cabeza descansaba sobre suave y cálido pecho en formación de Rei.

Rei sintió como el corazón se le subió a la garganta y como un cosquilleo enorme tomaba posesión de su estómago y espalda e hizo que le temblaran las piernas. De estar de pie sus piernas no habrían sido capaces de mantenerla en pie.

Podía sentir como la sangre le irrigaba las mejillas cada vez que escuchaba y sentir la tranquila y pausada respiración de Radhamis sobre su pecho.

Rei estaba lejos de sentirse incómoda o indignada pero el decir que estaba fascinada con la nueva sensación que Radhamis le causaba era poca cosa.

Un agradable aroma estaba embriagándola, casi inmediatamente reconoció el olor como el aroma de la flor de sakura, la flor del cerezo.

Rei se percató que la procedencia de aquel olor era la misma Radhamis.

Dejándose llevar por todas aquellas nuevas sensaciones embriagantes que no esperaba experimentar en ese viaje y mucho menos en su situación, Rei entonces rodeó con ambos brazos la cintura de aquella niña que en tan solo dos días había conseguido hacerla sentir especial.

Rei cerró los ojos y no hizo más que disfrutar su embriagado estado y la calidez de la niña a la que Rei comenzaba a ver de forma muy distinta a la de ayer por la mañana.

Al poco tiempo Rei se quedó dormida y no se despertó hasta sentir que la calidez de Radhamis la abandonaba antes de escuchar que algo caía pesadamente al suelo con un ruido seco.

Rei se despertó inmediatamente y miro hacia abajo. Vio a Radhamis sentada en el suelo robándose la cabeza "!Ouch...ouch, ouch!!" Rei entonces se dio cuenta que el carruaje se había detenido de repente y como consecuencia Radhamis se había caído al piso del carro golpeándose la cabeza al caer. Si esto hubiera pasado hace dos días, Rei no habría tenido el menor remordimiento al carcajearse frente a Radhamis hasta que le doliera el estomago de tanto reírse. En vez de eso y sin decirle nada, Rei se preguntó a sí misma si Radhamis se habrá hecho mucho daño al caer.

Radhamis sintió la mirada de Rei y volteó a verla dejando de sobarse el lugar donde saldría un chichón del tamaño de una naranja para en la tarde.

Radhamis esperaba encontrar a Rei apunto de estallar en carcajadas pero en vez de eso se topó con una Rei preocupada mirándola dulcemente, La mirada más dulce que se hubiera posado en ella jamás.

¡Que demonios!¿Qué hace? ¿!Porqué me esta viendo así en vez de rodar por el suelo de risa?¡ Pensó Radhamis mientras correspondía la mirada dulce y preocupada de Rei con una de "Y a esta vieja que le pasa. : / "

Al cabo de unos segundos el dolor en el futuro chichón de Radhamis se volvió mas fuerte y volvió a sobarse la cabeza.

"Radhamis, ¿Estas bien?" He ahí otra sorpresa para Radhamis.

Volvió a poner la misma cara de antes, ignorando el punzante dolor en su cabeza. ¿Desde cuando le interesa si estoy bien?... Ah si, desde hoy en la mañana... ¡Pero ese no es el punto! ¬¬

"Si, si estoy bien. Solo fue un golpe."Dijo Radhamis rápidamente al darse cuenta que Rei estaba esperando una respuesta. Rei no cambio la dulce mirada exceptuando ahora que miraba por la ventanilla del carruaje.

Ya habían llegado. El lugar al que habían llegado era un antiguo cementerio donde todos lo reyes de Feagris son inhumados desde el inicio de la dinastía a la que pertenecía Rei. Era un gran terreno lleno de opulentas piedras mortuorias formadas en filas. Rei apartó la mirada de la ventanilla, realmente no quería pensar en lo que venia cuando se bajaran del coche.

"Ya llegamos Radhamis." Dijo Rei levantándose del asiento y ofreciéndole una mano a Radhamis para ayudarla a levantarse del piso. Con una mano aun sobándose el golpe, Radhamis tomo la mano de Rei. Rei sintió un leve estremecimiento que le recorrió la espalda en el momento en que Radhamis la tocó pero lo ignoró, no era el momento de distraerse por esas cosas. Rei estaba de luto e iba a guardarlo correctamente así que salió de carruaje con Radhamis detrás de ella. Ninguna de ellas se dio cuenta que el profesor Wiccan aún estaba en el coche pretendiendo estar dormido. Él las estuvo observando todo el tiempo.

Antes que el erudito saliera del carruaje se dijo algo a sí mismo: "Pobre Rei... No importa cuanto lo intente. Es demasiado obvia en cuanto a lo que le interesa. Me pregunto cuanto tiempo llevará así..." Después de eso suspiró y salió del coche para unirse a las multitudes vestidas de negro en su camino a una gran pila de madera seca acomodada ordenadamente. Sobre esa pila había una mujer. Estaba recostada boca arriba y vestía una sencillo vestido blanco de mangas largas y acampanadas en su extremo. Sus manos estaban una sobre la otra reposando sobre su abdomen apaciblemente. Tenía un velo blanco sobre el rostro que disimulaba un poco su anormal palidez. A través de aquel velo podía apreciarse la sutil púrpura en los labios de aquella mujer de largo y bien cuidado pelo negro, aquella mujer que yacía completamente inmóvil sobre aquella gran pila de madera seca. He ahí a Faye, la fallecida infanta de Feagris, hija del Rey Saekaki. Mujer que ya no verá llegar el día de su coronación, ni volverá a ver el sol de otro día.

La multitud se había reunido al rededor de aquella pila, sentándose en las simples bancas que habían sido previamente acomodadas.

Rei y Radhamis estaban sentadas en una de las bancas más cercanas a la pila. Rad vio a su alrededor y notó que el funeral no era nada de lo que se había imaginado en el camino, ella pensó que seria toda una demostración de opulencia y elegancia y se encontraba con un funeral tan simple que hasta un campesino habría podido pagar por el. Miro a la gente a su alrededor y se dio cuenta que ella no era la única que se había "desilusionado" por la simpleza. "No es una cena de gala..." Dijo Rei lo suficientemente alto como para que solo Radhamis pudiera oír. Era como si hubiera podido leer lo que Radhamis estaba pensando en ese momento. Rad entonces entendió la razón de la austeridad, los cortesanos tomaban toda oportunidad para hacer de cualquier ocasión un evento social donde podrían hacer alianzas, negocios o solo para presumir de algún nuevo lujo a los demás y subir en la "escala de los cortesanos"; quien era más importante que otro. Al hacer el funeral tan austero los cortesanos no podrían rebajarlo a solo un evento social más ya que no habría nada más que a lo que se fue a hacer allí.

Rei lo hizo así para que los cortesanos tuvieran que tener respeto por la ceremonia, después de todo, era su madre la que sería incinerada y merecía todo el respeto posible.

No era una cena de gala... Radhamis no pudo estar más de acuerdo con la postura de Rei.

Rei miró a su madre recostada sobre aquella pila de madera, muy pronto lo únicos que quedaría de ella serían solo recuerdos y un montón de cenizas.} Su madre había pedido que en vez de ser enterrada fuese incinerada, Rei nunca entendió porqué. Era costumbre que todos los integrantes de la dinastía fuesen enterrados, no incinerados. Pero eran los deseos de su madre, no pudo negarse.

Por primera vez en todo el viaje , cuando Rei miró a su madre, Radhamis sintió el agarre de la mano de Rei sobre la suya debilitarse.

Radhamis casi pudo entender lo que Rei estaba sintiendo en ese momento.

Aunque tratara de aparentar que esto no la estaba afectando tanto como a sus demás familiares, Radhamis sabía que Rei estaba llorando por dentro.

Ella misma había sentido algo parecido cuando el jefe de Mavoria aceptó decirle algo que tenía que ver con su madre.

Igual fue su reacción cuando se le dijo que la única razón por la cual le dejaban saber algo de ella era porque ya había fallecido. Murió al dar a luz a Radhamis y ahora lo único que tenia de ella era ese pendiente que siempre colgaba de su cuello. En cierta forma Radhamis envidiaba a Rei.

Rei sea como fuera ella tenía recuerdos de su madre y su padre aun estaba con ella. Ella no tenía nada, lo más cercano que tenía era la escueta descripción de su madre que obtuvo del jefe de Mavoria después de insistirle tres días.

Lo único que tenía de su padre era esa imagen de su imaginación de cómo podría ser él.

De todas formas esa diferencia no cambiaría el hecho de que ambas sabía que nunca escucharían sus voces de nuevo, jamás las volverían a ver sonreír ni llorar, jamás volverían a escuchar la alegría de su risa ...

A Radhamis le habría gustado tener eso que Rei tuvo con su madre pero no podía, había nacido como una guerrera del clan de Fahdiel no era humana y por lo tanto no tenía derecho a vivir para buscar su propia felicidad, vivía para cumplir su propósito. El vivir para al felicidad propia no estaba en la naturaleza de un guerrero de Fahdiel, ellos solo existen para cumplir el propósito para el cual fueron creados y nada más.

Solo necesita tiempo y el consuelo de alguien para superar esto. Pensó Radhamis mientras ella también comenzaba a soltar la mano de Rei.

Las dos observaron a dos de los sepultureros arrojar petróleo sobre la madera y un tercero estaba prendiendo una antorcha.

Rei palideció.

Tiempo.. solo necesita eso. Se repitió Radhamis como si tratara de convencerse de ello ahora que el verla así le estaba estrujando el pecho.

El tercer sepulturero logró encender la antorcha y con ella prendió otras dos antes de acercarse a la pila húmeda con petróleo.

Una sacerdotisa de la orden del dragón del fuego consagrada a Fahdiel entonces se acercó también y comenzó con la ceremonia de cremación.

Seria solo menos de una hora para bendecir el alma que había dejado el cuerpo para después comenzar la cremación.

Ni Rei ni Radhamis pusieron atención a las palabras de la sacerdotisa. Rei tenía la mirada fija en la antorcha que estaban tan cerca de la pila donde estaba su madre y Radhamis no apartaba la vista de Rei.

El sepulturero repartió las antorchas encendidas de modo que cada uno tenía una. Los tres rodearon la pila sosteniendo solemnemente la antorcha en sus manos y después de unos segundos le prendieron fuego.

Las flamas comenzaron a hacer la madera arder en llamas tal y como las lagrimas caían de las mejillas de Rei humedeciendo su rostro. Rei hizo un intento inútil por disimular el llanto limpiándose la cara rápidamente con la manga pero los ojos rojos la delataban.

Alguien va a consolarla, si... alguien lo hará. Volvió a repetirse Radhamis mientras veía correr nuevas lagrimas que rápidamente fueron enjugadas por la mangas del Rei.

Fue en ese momento que Radhamis se dio cuenta de algo. Rei no tenía a nadie que la ayudara a superar la muerte de su madre. ¿Porqué otra razón buscaría estar con la única persona que se molestó en darle ese consuelo aunque se hubieran empezado hablar hace tan solo un día? Tal vez esta situación no era solo de ahora que había muerto Faye, talvez esta situación siempre había sido así.

Si, eso era. La única persona cercana a Rei había muerto y lo que antes era una moderada soledad ahora era total. Su padre casi nunca pasaba tiempo con ella por, talvez, una falta de interés en ello y su abuelo pues no se le podía culpar, las presiones y responsabilidades de manejar un reino importante eran muchas como para pasar tiempo con un niña en plena pubertad.

Radhamis comenzaba a entender poco a poco a la niña que nunca había bajado de ser imposible, odiosa y consentida. Nadie realmente entendía que Rei era así porque necesitaba la atención de los demás. Rei era una niña que se sentía sola. Rad cada vez se sentía un poco más identificada con ella, tal parecía que después de todo ellas dos no eran el agua y el aceite. Al darse cuenta Radhamis de eso, tomó una decisión. La mano de Rei, que hasta ese momento estaba impaciente por ser soltada, fue tomada nuevamente por la mano de Radhamis.

Rei se sorprendió momentáneamente al de pronto sentir el firme agarre de la mano de Radhamis sobre la suya y miró a Radhamis, tal y como ella se había preocupado cuando Radhamis se golpeó la cabeza, Radhamis lo estaba haciendo ahora. Rei se encontró con una preocupada y un tanto apenada Radhamis que nuevamente le ofrecía la manga de su uniforme de gala que colgaba de su otra mano.

Las llamas rápidamente cubrieron toda la pila y el cuerpo dejándolo fuera de vista.

"Perdón, volvía olvidar mi pañuelo. No pensé que llegaría a necesitarlo hoy." Dijo Radhamis aun sin haber hecho algo malo.

Rei no sonrió ni dejó de llorar. Al contrario, el llanto pareció empeorar y Radhamis se sintió culpable. "L-lo siento, n-no quis--" Rei entonces , a pesar de todas las miradas de no aprobación, hundió el rostro en el pecho de Radhamis y la abrazó tan fuerte como su delgada forma le permitió como si buscara la protección a la realidad en ella.

Entonces Radhamis supo que lo que había decidido era lo correcto: Ella seria quien estaría al lado de Rei cada vez que lo necesitara.

Radhamis no sabía que la había llevado a tomar esa decisión. ¿Qué era apresurada? Si, si lo era. Apenas se llevaba con Rei y ya había tomado ese papel por su cuenta. Tal vez lo había decidido así porque a ella misma le habría gustado que alguien hubiese hecho eso por ella cuando supo que su madre había estado muerta desde que ella nació. En realidad no lo sabía con certeza... Seguro pensaría que estoy loca o que soy rara... Pensó Radhamis decidiendo también que no era necesario decirle a Rei de aquella decisión mientras sobaba la espalda de Rei consolándola.

Las horas fueron pasando y los desinteresados cortesanos poco a poco fueron encontrando excusas para salir de la triste y austera atmósfera a la cual no estaban acostumbrados.

La pila aun estaba ardiendo sin dar indicios de que fuera a apagarse cuando llegaban los cortesano dando el pésame y su excusa a Rei para poder marcharse sin que hubiese terminado la cremación y subir a sus irrespetuosamente lujosos carruajes.

No pasaron muchas horas antes que Rei, El profesor y Radhamis se percataran que ellos eran los últimos que quedaban.

Lord Wiccan estaba aun acompañando a Rei en la ceremonia dentro del carruaje. Ya era viejo y no podía estar mucho tiempo parado además aprovechó para dejar a su princesa y a Radhamis a solas ya que sabía que a Rei le agradaría eso aunque pretendiera no ser así.

Las dos niñas s encontraban sentadas en el banco de siempre viendo como el denso humo negro salía de las flamas para subir y mezclarse con las nubes y el aire del cielo.

El cielo... Radhamis miró al horizonte, ya estaba el sol ocultándose y empezaba a hacer mucho frío, el frío no afectaba en lo absoluto a Radhamis que venia de una tierra de hielos perpetuos pero cuando vio a Rei se dio cuenta de que a ella si la estaba haciendo tiritar.

Rei estaba usando solo un simple vestido negro que no ofrecía protección en lo absoluto contra el frío. Estaba frotándose los brazos con las manos tratando de calentarse.

Su respiración se pintaba de blanco al hacer contacto con el frío aire de la meseta de la montaña donde estaba ubicado el cementerio. Rei estornudó. "S-si quieres puedes irte con el profesor al carruaje, ya está enfriando."Dijo Rei con la voz gangosa después de haber estornudado como si estuviese cuidando a Radhamis. "Vete al carruaje, te vas a resfriar." Dijo Rei.

Radhamis no se movió más que para quitarse la negra capa de su uniforme de gala.

"¿Que haces?" Preguntó Rei al tiempo que se seguía sobando lo brazos. Radhamis no dijo nada y cubrió a Rei con su capa haciendo que Rei se sonrojara sin que Radhamis se diera cuenta de ello.

Radhamis entonces le sonrió honesta efusivamente haciendo que el estomago de Rei cosquilleara una vez más pero esta vez cuna una intensidad tal que le temblaron las piernas.

Radhamis se extraño de ver lo sorprendida y sonrojada que estaba la cara de Rei. Era entendible, ahí estaba aquella niña extranjera que hacia sentir extraña a Rei sonriéndole honestamente. Jamás había visto a Radhamis sonreír, generalmente siempre tenia un rostro serio y ojos melancólicos. Estaba segura de que ella era la primera persona que la había visto sonreír de esa manera desde que ella llegó aquí... además, nadie nunca le había sonreído de esa manera tan libre y transparente... Esa sonrisa, la hacia sentir más ligera por dentro, no podría creer el extraño efecto que tenia en ella y apenas la conocía pero no le importaba, solo sabía que quería que ella le sonriera de esa manera siempre. No sabía la razón y no le importaba, mientras tuviera esa sonrisa con ella sentía que podría sobreponerse a la muerte de su madre y a cualquier otra cosa, la hacía sentir más fuerte, mas decidida... menos sola.

"La que se esta muriendo de frío eres tú, no yo y la que debería ir al carruaje eres también tú. En Mavoria nieva todo el año y siempre hace frío, más que frío que cualquier invierno en Feagris así que esto para mi no es nada. Me quedaré aquí hasta que esto se acabe y no podrás obligarme a ir al carruaje. ¬ Ja ja jaa." Radhamis se rió un poco tratando de aligerar el humor de Rei y logro poner una melancólica sonrisa en el rostro de Rei.

Radhamis decidió por ahora mantenerse en silencio ya que seguirse riendo seria una falta de respeto.

Afortunadamente para las dos la pila se apago dos horas después. Rei se había quedado dormida envuelta en la capa del uniforme de Radhamis. Los sepultureros se apresuraron a juntar las cenizas y a ponerlas dentro de una urna la cual le fue entregada Radhamis ya que Rei estaba dormida.

Radhamis regresó y se sentó en la banca donde Rei estaba dormida. Rad se quedó mirando a Rei sin saber si despertarla o no, la ceremonia había terminado y realmente ya quería regresar al castillo pero no sentía que debiera despertar a Rei.

No le daba mucha confianza quedarse ahí de noche con tres sepultureros. Así que entonces decidió cargarla hasta el carruaje donde estaban el cochero y el profesor dormidos también.

Puso un brazo bajo las piernas de Rei y otra detrás del cuello y justo cuando iba a cargarla Rei despertó gritando dándole un buen puñetazo en la nariz a Radhamis.

El golpe hizo que Radhamis cayera al suelo de sentón, este definitivamente no era su día.

Radhamis ya estaba maldiciendo en un idioma extraño mientras se tapaba la nariz con ambas manos para cuando Rei se dio cuenta que era Radhamis la que la estaba cargando.

"Ahh lo siento, me asustaste!" Dijo Rei excusándose al ver a Radhamis. "Mmmm.... No es nada. Mejor ya vamonos." Dijo Radhamis levantándose de suelo con las manos aun sobre su nariz.

Las dos comenzaron a caminar en dirección al carruaje, Rei cargando la urna que se le había caído a Radhamis.

El cochero despertó y se fuero ya rumbo al castillo. Al cabo de unas horas llegaron al castillo y en cuanto llegaron las dos se fueron directo a dormir.

A Radhamis le dolía la nuca y la nariz y ya tenia un chichón del tamaño de una naranja en la cabeza.

Pasaron dos días y todo en el castillo parecía congelarse, nadie hacia nada más que lamentar la muerte de la infanta. Ella sería quien prontamente heredaría el trono de Feagris, no el padre de Rei. Este era de los pocos reinos que se gobernaban sin el uso de la ley Sálica.

Ahora el rey tendría que esperar más para abdicar a favor de Rei. No podía permitir que un extranjero del que no se sabía mucho como lo era el padre de Rei se quedara con el trono y destruyera la dinastía del fuego.

Pasaron dos días en los que Radhamis y Häggen tuvieron que estar en la escuela militar antes de regresar debido a otro evento de importancia en el castillo.

Los niños de la escuela militar fueron llevados a casa debido a un problema en el parlamento de mucha importancia en el cual podría una guerra civil.

Häggen y Radhamis llegaron al castillo muy temprano en la mañana, el sol aún no había salido y ninguno de los niños sabía bien porque estaban de vuelta en casa.

Häggen y Radhamis no le dieron importancia a la situación, llenar sus estómagos estaba primero así que se dirigieron a la cocina donde escucharon el chisme de las cocineras, una de ellas estaba a medio desplumar de un pato.

Los dos se sentaron a la mesa de burda madera oscura y se comieron el pay de manzanas recién salido del horno que estaba ahí. Las cocineras estaban tan intrigadas con el chisme que ni siquiera se molestaron en correr a los hambrientos niños de la cocina.

"!Ahorita que vengo de dejarle el desayuno a su majestad me he enterado que el infante Yukichi, el esposo de la infanta Faye, ha desaparecido!" Dijo la sirvienta del pato a medio desplumar.
Ni a Rad ni a Häggen les importó lo que pasaba y siguieron comiendo,
el pay estaba mejor que los chismes de las cocineras.

"¿Creen que haya sido el Rey el que lo haya desaparecido? Nunca aprobó realmente al infante Yukichi como esposo para la infanta Faye." Dijo otra. Una tercera sirvienta estaba apunto de dar su exagerada versión de las cosas cuando cinco oficiales de la guardia real entraron a la cocina con un aire de urgencia.

"!Ahí! Ustedes ¿Han visto a princesa Rei?" Preguntó el que era el líder del grupo y que al mismo tiempo era un de los maestros de Häggen y Radhamis.

"No ¿Qué no está en su habitación?" Dijo la sirvienta mientras desplumaba el pato que tenía en las manos.

De pronto el líder notó la glotona presencia de sus alumnos comiendo pay y al parecer se molesto de verlos tan calmados.

"¡¿Ustedes que demonios están haciendo aquí?! ¡La princesa Rei ha desaparecido también!! Límpiense el pay de la cara y vayan a hacer su trabajo!" Gritó el soldado pero Radhamis ya se había echado a correr desde que escuchó las palabras Rei y desapareció juntas.

"¿Y a ella que le pasa?" Preguntó el soldado en tono molesto. "Eee... este... ¡Ah si!! Las manzanas le dan diarrea! ... ¡Y a mi también! Con permiso!" Dijo Häggen rápidamente antes de correr tras Radhamis y huir del soldado.

Häggen perdió entonces a Radhamis y decidió que lo mejor sería esconderse en algún baño para escapar del trabajo.

Radhamis corrió tan rápido como pudo en dirección a la habitación de Rei, ya sabía donde estaba ya que el día del funeral la acompañó hasta su habitación e incluso se había quedado un ratito ahí.

Radhamis abrió de golpe la puerta de la habitación una vez que llegó y encontró la habitación vacía.

La cama estaba desatendida y había una especie de libro abierto y una pluma sumergida en un tarrito de tinta sobre la mesita de noche. Mientras se acercaba a dicha mesa Radhamis percibió el olor de Rei en la habitación.

Eso solo significaba que Rei no tenía mas de dos horas que salió de la habitación. Eso no podían saberlo las demás personas ya que su sentido del olfato era inferior al de un guerrero de Fahdiel.

Radhamis no encontró otro olor que no fuera el aroma floral dulzón que le gustaba usar a Rei eso significaba que no la habían podido haber raptado, al menos no en este cuarto.

Sabiendo eso entonces tomó aquel libro abierto, era un libro con paginas en blanco, del tipo que uno usa para escribir cosas.

La tinta estaba a medio secar, Radhamis leyó la penúltima pagina del libro que más bien era un diario.

Ayer papá estaba muy extraño, tan extraño como los últimos tres días. No dejaba entrar a nadie a su habitación, ni siquiera a la sirvienta que trae la comida.

Me quedé tras la puerta de su habitación para escuchar lo que decía. Parecía estar hablando con otra persona pero eso no es posible, nadie ha entrado ni salido de la habitación yo misma me he cerciorado de ello.

Por un momento me pareció escuchar una voz que hablaba un idioma que no pude entender pero no dudé en descartarla como un producto de mi imaginación, después de todo nadie había entrado ...pero esa voz que discutía con papá estaba verdaderamente disgustada.... al igual que papá.

Radhamis dio vuelta a la pagina y entonces leyó la ultima anotación del diario, por la fecha se dio cuenta que era de esta mañana.

Me he levantado a mitad de la noche. Tenía sed y la jarra con agua en mi habitación ya estaba vacía así que bajé a la cocina. El cuarto de papá estaba de paso y cuando caminé al lado de la puerta de su habitación volví a escuchar aquella voz de ayer hablar una vez más en aquel idioma irreconocible para mí, lo hizo de forma tan fuerte que me hizo esconderme tras una de las columnas que hay en el corredor.

Escuche a papá nuevamente discutir con aquella voz, noté que era la voz de una mujer que tenía gran autoridad e imponencia en el tono de su voz en cambio la de papá aunque molesta estaba llena de nerviosismo.

La voz dijo una palabra rápidamente y los dos callaron. El sonido de sus voces fue reemplazado por el marchar de cinco soldados.

Las pisadas se hacía más y más fuertes hasta que vi a cuatro soldados todos sin uniforme, usando ropa civil, supe que eran soldados por la forma de caminar "marchando". Tocaron la puerta irrespetuosamente fuerte antes de entrar por la fuerza al no recibir respuesta. Lo gracioso es que yo creí escuchar a cinco personas no a cuatro, pero bueno de todas formas son muchas personas marchando como para saber con exactitud cuentas son.

Justo después de ver como el cuarto soldado entraba en la habitación sentí un dolor agudo en la nuca, mi vista se tornó negra y perdí el conocimiento. Alguien me había golpeado por la espalda.

Desperté en mi habitación horas después, me vestí y me dispuse a salir de mi habitación. Una vez afuera me topé con que la servidumbre ya estaba de pie y alborotada. Nadie se dio cuenta de que estaba fuera de mi cuarto tan temprano. Era como si no existiera, me entere que papá había desaparecido y hablaban mal de él enfrente de mí sin realmente notarme.

No había notado hasta ahora lo sola que estoy sin mamá... me gustaría que Radhamis estuviera aquí...pero no está. Creo que iré a cabalgar un rato en los bosques de las afueras del castillo. De todas formas no me importa mucho que papá haya desaparecido..... no hay nada que pueda hacer.

Radhamis cerró el diario y calmadamente salió de la habitación. No quería que nadie sospechara que sabía algo, Si Rei había salido a las afueras del castillo era porque no quería estar con nadie. De hecho solo iría a echarle un vistazo y talvez observarla de lejos para verificar que no se metiera en problemas.

Cuidando que nadie sospechara de ella y al mismo tiempo pretendiendo estar buscando a Rei.

Salió del castillo y se dirigió a las caballerizas, sería una búsqueda muy larga como para hacerla a pie.

Radhamis llego y entró en las caballerizas, ahora se enfrentaba con un pequeño problema, muy pequeño, casi imperceptible: No sabía montar a caballo. En Mavoria no habían caballos, se montaban quimeras y esas volaban, no galopaban y uno no rebotaba como una pelota de goma mientras estaba montado en ellas.

Bueno... que tan distinto puede ser... Pensó Radhamis y sacó a uno de los caballos.

Se monto en él y comenzó a galopar.

Radhamis estuvo literalmente rebotando sobre la silla del caballo durante horas al rededor de las tierras en los limites del castillo.

Una espesa neblina comenzó a cubrir el suelo cuando el sol se estaba poniendo.

Pasaron muchas horas y Radhamis aun con un caballo no encontró nada. Radhamis estaba apunto de regresar rebotando sobre el caballo al castillo cuando se escuchó el relinchido de una caballo.

El sonido espantó al caballo de Radhamis y este relincho salvajemente antes de ponerse en dos patas.

"! No caballo idiota!! Me vas a tiraaaaaa!!!!" Demasiado tarde, Radhamis cayo de pompas al piso. El caballo volvio a ponerse en cuatro patas. "!!!Odio-a-los-caballos!!!" Le gritó Radhamis al caballo mientras se sobaba el trasero. El caballo volteo a verla y Radhamis pudo jurar que esa era una mirada indignada.

"¿Huh?" Dijo Radhamis. El caballo relinchó indignadamente y comenzó a trotar en dirección a donde escuchó el otro relinchido. "¿Eh? ¡N-no! ¿¡A-adonde vas¡? ¡Estaba bromeando!" Grito Radhamis mientras corría detrás del caballo.

Radhamis estuvo como veinte minutos corriendo detrás del caballo. Cuando llegó a lo que parecían ser las ruinas de una vieja catedral perdida entre tantos árboles.

La neblina era espesa y cubría el suelo, debido a la altura del lugar donde estaba Feagris esto era normal.

Radhamis inspeccionó el lugar por fuera, encontró a un caballo blanco que estaba relinchando de repente.

"Es el caballo de Rei." Radhamis se dijo a sí misma y sonrió. Entro en las ruinas mandando al desobediente caballo a la.... tostada.

Adentro había una pequeña fogata donde se estaba asando un pescado y tapada bajo una capa negra estaba Rei dormida sobre un colchón viejo lo suficientemente cerca de la fogata para calentarse y al mismo tiempo no quemarse.

A Radhamis la capa le pareció familiar.... era la suya, ahora recordaba que Rei nunca le devolvió la capa y a ella se le había olvidado.

Rad caminó y se sentó al lado de la dormida forma de Rei. Miró a su alrededor y miro varias cosas que no deberían estar ahí, como ropa y un montoncito de comida como quesos, pan, chorizo etc. y el colchón viejo.

Que extraño, parece que estuviera preparándose para vivir aquí. No dejó nada de esto escrito en su diario.... Claro, si iba a hacer esto no lo iba a dejar escrito en un diario que cualquiera podía leer. Pensó Radhamis.

El olor a pescado asado hizo que le rugiera el estomago a Radhamis, no había comido nada desde el pay de manzanas de la mañana.

"Te lo puedes comer si quieres Rad."Dijo una voz soñolienta y conocida a su lado.

Radhamis se sonrojó sin darse cuenta mientras veía a Rei con cara sorprendida.

"¿Te desperté?" Pregunto Radhamis inteligentemente en inmediatamente arrepintiéndose de haber hecho una pregunta tan tonta. Rei solo le sonrió mientras se levantaba, Radhamis vio que Rei estaba un poco roja pero pensó que debía ser por la la luz rojiza del fuego.

"No podría comerme tu pescado." Dijo Radhamis sobandose la nuca con la mano.

Rei se levantó y tomo el palito donde estaba empalado el pescado asado y regreso a sentarse al lado de Radhamis. Rei se lo acerco a la boca de Rad y con una sonrisa le dijo.

"Abre la boca aquí viene el barco." Dijo Rei entre risitas. Radhamis notó que Rei estaba feliz de verla y bueno tenia hambre así que mejor le siguió el juego y después de reírse con Rei abrió la boca y mordió el pescado.

Rad ya no encontraba tan extraño esto, ya se estaba acostumbrando al comportamiento extraño de Rei, solo que algunas cosas la tomaban por sorpresa, como esta.

El procedimiento siguió hasta que Radhamis se terminó el pescado y la verdad Radhamis se había quedado con hambre.

Después de que eso terminó las dos se quedaron sentadas sobre el colchón viendo el fuego arder. Rei estaba atizando el fuego con un palito para que no se apagara mientras Radhamis le echaba un ojo a la demás comida, sobretodo al chorizo curtido que se veis tan bien, el rebotar y correr detrás de una caballo le había dado hambre.

Estaba apunto de pedirle a Rei algo de ese pequeño montón de comida cuando Rei habló primero.

"Sabes... creo que... bueno..."Rei trató de decir algo pero al momento que vio a Radhamis a los ojos en vez de al fuego lo único que salió de ella fueron palabras sueltas. No importaba en que situación, cada vez que Rei veía Radhamis le temblaban las piernas y se le trababa la lengua. Rei estaba empezando a entender porque le pasaba eso pero aún no estaba segura.

Rei decidió entonces mantener la mirada fija en el fuego, de ese modo sería más fácil hablarle a Radhamis.

Rei aun sentía las piernas temblorosas y las manos sudadas por los nervios.

Respiró profundamente y miro al fuego, era extraño. Ella la ahora única heredera al trono de Feagris, quien solía tener toda la autoestima y confianza del mundo, no era mas que un manojo de nervios con manos sudadas cada vez que estaba ante Radhamis, una pequeña plebeya de una tierra de hielos perpetuos. Era casi irónico.

"Me... me da gusto que estés aquí." Dijo Rei rápidamente cerrando los ojos fuertemente como su tuviera jabón en ellos.

"¿Ehh?" Fue la inteligente respuesta de Radhamis. De alguna forma la tonta respuesta de Radhamis alentó a Rei a seguir hablando. No era tan difícil hablar con ella después de todo.

"B-bueno es que... Talvez te suene estúpido, apenas nos conocemos pero... me gusta pasar tiempo contigo, no puedo evitarlo ni explicarlo... me haces sentir más ligera por dentro, me haces sentir menos sola... como si tu sola presencia me diera la fuerza que necesito para sobre ponerme a cualquier cosa, incluso a la muerte de mamá...."

Rei se sonrojó inmediatamente después de decir lo que dijo, no planeo lo que iba a decir. Lo que dijo solo le fluyó.

Radhamis no sabia que responderle... otra vez pero bueno no tuvo que hacerlo, Rei siguió hablando Había algo que ella quería decirle a Radhamis.

"Seguramente, te esas preguntando porque estoy aquí.¿No es verdad?" Dijo Rei, su expresión cambiando repentinamente de una nerviosa y tensa a una relajada y melancólica.

"Bueno... Si." Dijo Radhamis recordando que venia buscando a Rei desde el principio.

"Supongo que has escuchado la noticia de la desaparición de papá." Radhamis asintió con la cabeza mientras se preguntaba que tenia que ver eso con su estancia aquí. De pronto se dio cuenta de la razón de ello, Radhamis miró a su alrededor, el techo de la ruina apenas podía llamársele techo debido a lo derruido que estaba. La comida que había traído no era mucha

"Oí que se fue del castillo." Dijo Radhamis Rei soltó una corta risita amarga y sarcástica.

"Así es, con mamá y el bebé muertos él ya no tiene porque quedarse aquí... Nada lo ata a Feagris, el no puede tener la corona ya que mi abuelo jamás abdicaría en su favor."Dijo Rei sentidamente. Radhamis entonces notó algo. Rei no podía realmente ser seria en esto de quedarse a vivir en la ruina. El techo apenas podía llamársele techo debido a lo derruido que estaba. La roba que había traído apenas eran como tres vestidos. No sobreviviría a un invierno con esa ropa. ¿Qué la hizo decidir escapar de la cómoda vida a la que estaba acostumbrada?

"Pero... ¿Qué hay de ti?"Preguntó Radhamis.

Rei tardó un poco en responder, atizó un poco el fuego antes de responder. Radhamis notó que este tema era doloroso para Rei y estaba haciendo un esfuerzo por no empezar a llorara y mantener su dignidad.

El porque estaba ahí Rei cada vez se hacía más evidente. En realidad Rei no estaba escapando del castillo, si alguien fuese a escapar de un lugar entonces se iría lo más lejos posible de donde estaba escapando y Rei no lo estaba haciendo. Rei no estaba huyendo. Ahora que sabía más de Rei, Radhamis podía ver más allá de lo que aparentaba. Ahora Radhamis estaba consiente de lo triste que era la familia de Rei, y lo difícil de su circunstancia...

"Heh... Yo.. Jamás fui demasiado importante para él. No importaba cuanto me esforzara, lo que hacía jamás era suficiente. Lo único que le importaba parecía ser mamá y el nuevo bebé cuando él se enteró que mamá lo tendría. Jamás tuve cabida en su mundo.... Realmente ya no me importa donde esté o que le haya pasado. Yo solo fui un objeto, algún proyecto defectuoso que no valía la pena para él..." Al decir la ultima frase la voz de Rei comenzó a quebrarse.

Nadie jamás se había hecho cargo de Rei más que su madre. Ella era la única que evitaba que Rei se hundiera en la angustia de estar sola en la que ahora estaba inmersa. Realmente no había nadie que viera por Rei, la única razón por la cual todo estaban vueltos locos en el castillo era porque Rei era la única que podía recibir la corona en un futuro. Rei, lo que hacía al irse del castillo pudo haber tomado dinero y haberse ido lejos... pero se quedo en las ruinas. Más bien parecía estar esperando que estar huyendo. Estaba esperando...

Esperaba que talvez alguien viniera a ella, alguien quien se preocupara por "Rei" y no por la heredera a una corona.

Esperaba que alguien llegara y la sacara de la monótona ahogante soledad en la que estaba inmersa... No importaba quien fuera. Aunque para ser francos Rei tenía una persona en mente la cual deseaba que fuera la que apareciera en la entrada de aquella derruida entrada, grande fue la felicidad de Rei cuando esa misma persona fue la que apareció en la entrada. La misma persona que la había escuchado la última vez estaba ahí una vez más.

"Ya no tienes que preocuparte por él. Él ya no está aquí y no tienes que preocuparte más por él..." Dijo Radhamis torpemente. Ella no sabía lo que Rei estaba sintiendo pero extrañamente hizo sentir mejor a Rei.

Rei respiró profundamente y dejó salir el aire lentamente. "No se que voy a hacer Radhamis, mamá murió y papá se fue. Estoy completamente sola..."

A Radhamis entonces se le ocurrió una idea, se arremango la camisa y atada en su muñeca había una pulsera hecha de un delgado trazo de cuero del cual colgaban dos plumas cortas de alguna extraña ave. Eran un pluma blanca y una pluma azul.

Radhamis la desató de su muñeca y la puso en el regazo de Rei. Ella tomó la pulsera que Radhamis le había dejado viéndola con una mirada confundida.

Radhamis con una sonrisa discreta le habló mientras veía quemarse la madera en la fogata:

"Sabes... antes cuando te vi por primera vez en el bosque hace un año ... pensé que no eras más que una niña caprichuda que no podría valerse por si misma... una inútil niña mimada....pero me equivoque, en unos cuantos días me di cuenta el esquema que tuve de ti por un año estaba mal. No pude evitar entonces el notar ... que eres igual que yo."

Radhamis tomó la pulsera y la ató en la muñeca de Rei. "Esto es un Seler Kess, una pulsera de la hermandad. Nosotros los niños del clan de Fahdiel somos sacados de nuestras familias a los 3 años y no se nos permite saber nada de ellos hasta haber alcanzado la etapa adulta. No tenemos a nadie más que a las personas en quienes depositamos nuestra confianza y eso se hace a través del Seler kess Un lazo que mientras uno viva no se disuelve......"

Rei la vio con una expresión sorprendida y conmovida a la vez.... Radhamis la miro por unos instantes antes de volver la mirada al fuego.

"No estas sola, Rei. Tu y yo después de todo.... No somos diferentes." Dijo Radhamis mientras veía arder las flamas.

Rei levó su mirada de las plumas a Radhamis y encuanto poso la mirada sobre ella, Rei se dio cuenta de que algo había cambiado totalmente. Fue en ese momento, en el que una burda pulsera de cuero le hizo entender que ahora una simple niña de las tierras del norte se había convertido en lo más importante para ella. Fue en el momento en que escuchó esas simples pero significativas palabras de los labios de Radhamis en el que se dio cuenta que.... estaba enamorada de ella. La infanta de Feagris se había enamorado de una bestia de las tierras del norte...

Los ojos de Radhamis se posaron sobre Rei. Los fríos , profundos y al mismo tiempo vacíos ojos que la habían capturado desde el día que puso un pie en el reino...

"¿Hablas enserió?..." Preguntó Rei de pronto con voz temblorosa.

Radhamis la miró decididamente dando su respuesta sin necesidad de decir nada.

"Si es verdad lo que dices entonces quiero...que me prometas algo." Dijo Rei acercándose a Radhamis quien asintió con la cabeza .

"Quiero... quiero que me prometas que te quedaras a mi lado para siempre... Para siempre, no importa lo que pase." La voz de Rei sonaba desesperada y decidida al mismo tiempo. Radhamis estaba sorprendida pero no lo demostró por alguna razón sentía que esto Rei ya se lo había pedido antes aunque nunca le había pedido tal cosa.

Radhamis sonrió levemente, casi no se podía notar.

"Lo prometo. Me quedaré a tu lado.... Hasta el día que muera." Dijo Radhamis mirando el suelo... Rei no sabía a que se refería Radhamis con la ultima oración pero no importaba, ahora no había nada que la pudiera separar de Radhamis y eso era lo único que le importaba.

Rei había recordado lo importante que Radhamis era para ella y como era ella en realidad las visiones que tuvo ahora ya no la confundían más.

El cuerpo de Radhamis cayó pesadamente en el suelo ente los ojos de Rei, su sangre formando un pequeño charco donde yacía.

Al verla Rei sintió que un intenso fuego le quemaba las entrañas. La enorme quimera se estaba acercando a Radhamis, el olor se su sangre emocionando a la bestia.

El fuego dentro de Rei se vivó con tal fuerza que sin pensarlo comenzó a murmurar palabras y a poner sus brazos en un extraña pose, estaba aparentando tensar una arco para lanzar una flecha cuando no tenia nada en las manos. La quimera abrió las fauces y se acercó a Radhamis decidida a destrozarla con los dientes. En ese momento un arco y una flecha aparentemente formados por nada más que llamas aparecieron en las manos ya listas de Rei quien apuntó al pecho de la quimera.... El coraje, el fuego de las entrañas de Rei se había convertido en arco y flecha.

"!!!Maskan elandi!!!" Grito Rei con todas sus fuerzas mientras liberaba la flecha de su agarre, la flecha de fuego golpeó el pecho de la quimera justo antes de que esta atrapara a Radhamis en sus fauces. La quimera fue golpeada con tal fuerza que esta cayo sobre su lomo mientras rugía en aparente dolor.

El golpe había sido fuerte pero no derrotó a la quimera solo la paralizó por unos instantes. Rei aprovechó y tomo a Radhamis quien afortunada mente solo estaba inconsciente y la escondió tras unos arbustos. Rei notó que Radhamis fruncía el ceño, miró sus heridas. Increíblemente estas se cerraban y curaban solas frente a sus ojos a una gran velocidad pero aun así tardarían en sanar por completo, por ahora solo estaba sanando superficialmente.

Rei salió de los arbustos rápidamente lista para enfrentarse a la quimera y defender a Radhamis a toda costa.

"Maldita bestia. No dejare que te lleves lo más importante que me queda." Murmuró Rei para si misma ministras volvía a tensar el arco y la flecha de fuego que se formaron en cuanto puso los brazos en posición.

La quimera no tardó mucho en ponerse en pie pero no importaba, Rei estaba lista, furiosa con la quimera, con la mujer que la había hecho ver semejantes cosas, y consigo misma por dudar de lo más importante que poseía que era la confianza que tenía en Radhamis...

La quimera tenia una quemadura horrible y sangrante en el pecho, Rei sonrió satisfecha.

Por un momento pareció que la flecha y el arco ardían con más intensidad, las flamas revoloteando más vigorosamente.

La quimera se mantuvo en pie mirando a Rei.... cuando de pronto una voz grave de mujer emanó de la quimera.

"Tigin en' Fahdiel........llie naa n'. ¡ Mor, onna en' Fahdiel! Bestia de Fahdiel..... tu no lo eres. ¡!Muere, creación de Fahdiel!!" Dijo la voz gutural en un idioma que Rei no entendia y que parecía provenir de la quimera. Esta se abalanzó sobre Rei fieramente. En pocos segundos la quimera caería sobre ella y la habría pedazos con sus fauces. Rei no tenía tiempo de lanzar otra Maskan elandi. (Flecha de Fuego.)

Un agotado grito se eschuchó: "!!!Map en' i' mormhaor!!!!" Rei vio como un humo verdoso envolvía a la quimera, el humo parecía formar figuras que parecía que atrapaban a la quimera. Rei pronto se dio cuenta que el humo verdoso no era solo humo sino una gran cantidad de cuerpos humanos a medio descomponer que se formaban de ese humo y con sus podridas manos agarraban y jalaban a la quimera llevándola lentamente de nuevo al suelo y una vez ahí atrapándola en el suelo sin dejar que se moviera. El nombre de ese hechizo literalmente significaba, la atadura de los no muertos.

Rei reconoció el ataque mágico, Map en' i' mormhaor. Era un ataque del tipo de oscuridad en el que se usaba a los muertos para atrapar a la victima en inmovilizarla en el suelo.

Rei se volvió para ver quien había lanzado ese ataque y vio una Radhamis a medio desmayar agorándose de una rama para no caer.

La quimera la vio y sus ojos parecieron encenderse con emoción enfermiza.

Radhamis se puso en pie con mucho trabajo y dijo:

"I' tigin en' Fahdiel na amin... Kel Rei, re na n' mani llie ma nesh. La bestia de Fahdiel soy yo... Deja a Rei, ella no es a quien buscas." Dijo Radhamis en el mismo idioma extraño en el que hablaba la quimera.

Rei entonces se dio cuenta que la quimera y Radhamis estaban hablando en el mismo idioma, el idioma del los que habitan Mavoria, El clan de Fahdiel. Rei jamás había escuchado a Radhamis hablar su propio idioma.

La enfermiza emoción de la quimera le dio más fuerzas logrando liberarse de el Map en' i' mormhaor. La quimera abrió la fauces, saliva escurría por sus largos colmillos por la enfermiza emoción de ver a quien venia a matar.

La quimera dio un paso al frente y se detuvo al ver como Rei se ponía de pie y se paraba frente a Radhamis con brazos extendidos, poniéndose entre Radhamis y la quimera, protegiendo a Radhamis.

Entonces la quimera habló de nuevo pero a sorpresa de Rei esta vez le habló en el antiguo idioma de los humanos.

"¿ Que estáis haciendo? ¿ Porque el afán en proteger a la bestia de Fahdiel?" Dijo la voz del la quimera.

"¡No dejare que te lleves a la persona más importante que tengo!" Exclamó Rei decidida a no moverse de donde estaba, decidida a defender lo más importante para ella.

La quimera la vio extrañada.

"¿Acaso lo más importante que posees es solo un muerto viviente? La bestia de Fahdiel vive para morir. Es como un muerto en vida esperando revivir cada día hasta que por fin muere y su existencia inútil termina.

Las palabras de la quimera molestaron enormemente a Rei.

"!No se de que me estas hablando ni porque me lo dices! ¡Pero eso no cambia en nada lo que siento por Radhamis! Radhamis es lo más importante que tengo junto con mi abuelo, son lo único que tengo y no dejare que una bestia como tu les ponga un dedo encima sin que yo haga algo!"

La emoción enfermiza volvió a los ojos de la quimera. "Jejeje los humanos son seres tan estúpidos.... Creen que pueden interferir en los deseos de los dioses y no se dan cuenta que son solo gusanos tratando de derrotar leones. Bien, No importa lo que desee un simple gusano como tu, talvez solo te mate junto con la bestia de Fahdiel!"

Radhamis no pudo mantenerse más en pie y calló de rodillas al suelo. La quimera corrió en maníaco frenesí hacía las dos jóvenes saliva escurriendo de sus colmillos y con ojos desorbitados llenos de la enfermiza emoción que le causaba el saber que podría matar a la bestia de Fahdiel.

Rei se preparó para lanzar otro Maskan elendi pero el lograr ejecutarlo tomaba mucho tiempo y la quimera estaba corriendo a toda velocidad en dirección a ellas... Rei no tendría tiempo de terminar el Maskan elendi pero no importaba si iban a matarlas a las dos no lo haría sin que ella antes intentara defender a Radhamis.

Rei cerró los ojos y continuo con la ejecución del Maskan elendi, el arco y la flecha de fuego apenas aparecieron cuando la quimera ya estaba a pocos metros de ellas.

Rei sabía que no tendría tiempo de disparar pero aun así apuntó, pero estaba en estado de pánico, por más que quería no lograba apuntar, estaba temblando.

Rei estaba apunto de rendirse cuando un par de manos que venían de alguien que estaba atrás de ella la ayudaron a puntar el arco. El aroma de flor de sakura con sangre y sudor le llenó las fosas nasales, una respiración jadeante calentaba su cuello.

"Radhamis...." Dijo Rei en voz baja. "No importa, no importa si muero aquí...." Dijo la voz jadeante de Radhamis. Inconscientemente los ojos de Rei se llenaron de lágrimas. "Radhamis..." Repitió Rei. "... Porque estas conmigo, mientras estés conmigo soy capaz de cualquier cosa." Ambas decididamente tensaron el arco y apuntaron al corazón de la quimera. La quimera ya se había abalanzado sobre ellas , aunque soltaran el arco ahora no haría nada, le faltaba fuerza a las flamas de la flecha pero aun así no dejaron de apuntar y tensar.

Las fauces de la quimera se abrieron totalmente por arriba de ellas, cuando vieron una Lanza manejada por un joven de pelo amarillo y largo incrustarse en el cuello de la quimera haciendo que esta cayera de costado unos cuantos metros lejos de Rei y Radhamis.

La quimera se puso de pie casi inmediatamente con una mirada furiosa contra quien fuera que le hubiese clavado la Lanza en el cuello. La quimera volteo y se encontró con Häggen apuntando su Lanza ensangrentada contra la quimera

"¡!Los deseos de los dioses son que la bestia de Fahdiel muera en un altar en Labesrau ofreciendo su sangre por la vida de todos, no que muera por las sucias garras de una bestia asquerosa como tu!!

"Häg...Häggen..." Radhamis estaba rápidamente pediendo la poca fuerza que tenía.

""Yo tampoco dejare que se me arrebate alguien que es importante para mi antes de tiempo!" Diciendo eso Häggen se arremetió contra la quimera.

"Humano estúpido, tu también morirás." La quimera corrió entonces en dirección a Häggen.

No había forma de que Häggen pudiera vencer a una quimera con solo una Lanza aunque consiguiera clavársela esta aun podría atacar y matarlo.

Rei miró la flecha, aun no estaba terminada la ejecución. La jadeante respiración de Radhamis se volvió más intensa.

A Radhamis estaba pasando por una fase de preparación a la metamorfosis adulta como la que le dio en la biblioteca horas antes.

Radhamis volteo la cabeza y entonces vio los ojos de Radhamis, estaban por cortos momentos tornándose rojos mientras una enojada expresión se dibujaba en su rostro el dolor en la espalda se dejó venir pero eso no le restó fuerzas.

Rei sentía como el arco de flamas se tensaba con más y más fuerza y las flamas se avivaban. Rei estaba viendo como Radhamis comenzaba a verse como la Radhamis de la visión que tuvo... la que estaba al lado del cuerpo de su abuelo sonriendo sádicamente mientras sostenía una espada manchada con su sangre.

El ver a Radhamis así alteró a Rei, pero recordó entonces la promesa de hace cinco años y las palabras que recientemente le dijo.

El sonido de metal atravesando un cuerpo se escucho y ambas vieron como la Lanza de Häggen atravesaba el pecho de la quimera pero esta no se detenía por eso. La quimera alzó una de sus patas y con las garras listas para cortar a Häggen.

Rei entonces ayudó a Radhamis a tensar el arco... "!!MASKAN ELENDI!!!" Gritaron las dos al liberar la flecha. Esta vez la flecha fue más rápida y más contundente que la anterior, golpeó y quemó el costado de la quimera haciéndola estrellarse contra un árbol.

Esta vez la quimera no se levantó... aún respiraba pero no se levantaba. Soldados que estaban haciendo guardia cerca escucharon el rugido que la quimera hizo antes de caer al suelo y llegaron al lugar donde estaba inconsciente la quimera.

Radhamis ya no pudo más y cayó. Rei la sostuvo y la recostó en el suelo mientras, tenía los ojos abiertos y la mirada en blanco.

"!Radhamis! "Gritó Häggen mientras corría para llegar con Rei dejando su Lanza olvidada. Unos cuantos soldados se quedaron vigilando a la quimera mientras otros fueron a hacer bola alrededor de Rei, y Radhamis. Häggen llegó y Radhamis gruño de dolor, afortunadamente solo se había desvanecido por un instante. Sus heridas, que eran graves, estaban cerrándose por si solas pero estaba muy débil.

"Estas bien.... Gracias a Fahdiel que estas bien." Dijo Häggen increíblemente aliviado de ver responder a Radhamis. "Jeje.... Häggen... imbecil.... solo tu atacas de frente.... a una bestia con solo una lanza." Dijo Radhamis en un patético intento de bromear con Häggen.

Häggen se rió irónicamente. "Y tu eres una estúpida que usa un ataque de este tipo cuando está tan débil." Radhamis se incorporó, ahora estaba sentada en el suelo.

"!Radhamis!" Rei se hincó a su lado y la abrazó echándosele encima.

Radhamis le sonrió débilmente, Radhamis se recuperaba rápido pero un estaba agotada y casi no se podía mover.

"!Oye! ¿Qué haces? "No la aplastes!" Exclamó Häggen al ver a Rei encima de Radhamis.

Rei se quitó de un brinco cuando se dio cuenta que estaba aplastando a Rad. "!Lo siento!" Se disculpó Rei inmediatamente. Häggen puso uno de los brazos de Rad sobre sus hombros y la ayudó a levantarse. Rei también ayudó a Häggen a poner en pie a Radhamis. Varios de los soldados empezaron a bombardear a Radhamis con preguntas derivadas de ¿cómo te sientes?

Radhamis estaba apunto de mentir y decir que ya estaba bien cuando uno de los soldados la llamó. "General, hemos encontrado un objeto extraño en la quimera. Mire esto" Dijo un sargento mientras le daba a Radhamis un extraño brazalete, este era de un metal parecido a la plata y era grueso como un grillete solo que ornamentado elegantemente. Tanta formalidad en el trato se le hacía extraño a Radhamis pero era el protocolo del ejercito. Quitando el brazo que tenia alrededor de los hombros de Rei, Radhamis tomó el grueso brazalete de diseño intricado.

Rei sintió que de pronto como si hubiera perdido algo pero no dejo que es notara, después de todo Rad solo había quitado su brazo de sus hombros para poder tomar lo que le estaba dando el soldado. Rei discretamente suspiró y pensó que se estaba volviendo ridícula, entonces decidió poner atención a lo que pasaba.

Radhamis lo sostuvo deforma que todos pudieran verlo. La luz de la luna hacía que el brazalete brillara hermosa y extrañamente. La pulsera no podía ser solo un adorno...Ahora que lo recordaba. Esa quimera era una quimera de las tierras del norte, donde Radhamis vivía por lo tanto era un creación de la diosa Fahdiel... pero ¿Porqué entonces hablaba de las creaciones de Fahdiel como si ella no formara parte de ellas?

Radhamis no sabía que era esto, le dio el brazalete a Rei esperando que ella supiera que era o para que servía. No se molestó en dárselo a Häggen las cosas de tipo intelectual y de memoria no eran su "especialidad."

Rei entonces le devolvió el brazalete al soldado.

"¿En que parte del animal lo encontraron?" Preguntó Rei refiriéndose al brazalete.

"Lo tenía en una de las patas delanteras." Dijo el soldado rápidamente. Rei pensó un poco mientras la atención de todos estaba fija en ella.

Finalmente Rei dijo: "Déselo al profesor Wiccan y dígale que venga a buscarme cuando sepa algo. Debe decirme esta noche, no importa que tan tarde encuentre alguna información debe decírmela en cuanto sepa algo aún si debe despertarme a media noche."

El sargento hizo un rápida reverencia a la infanta Rei y acompañado de sus soldados se encaminó hacia los aposentos del profesor. Radhamis se apoyo una vez más en los hombros de Rei, haciendo que ella sintiese que había recuperado lo que había perdido antes. Rei volvió a regañarse. Estaba siendo ridícula otra vez.

Radhamis ordenó a los demás soldados evacuar uno de los establos y encadenar a la quimera allí.

"Disculpe General, ¿No sería mejor matarla de una vez?" "No, este animal posee información relevante para mi en materia personal. Necesito que lo mantengan en uno de los establos." Dijo Radhamis firmemente, a Rei en lo personal le gustaba ver como Radhamis daba ordenes a los demás soldaos, ella sabía que eso era algo tonto pero no importaba, era algo sin la menor importancia.

Los demás soldados hicieron saludo y se fueron a cumplir con su orden.

"Rad... Vamos al castillo. Necesitamos limpiar las heridas." Dijo Rei mientras le rodeaba la cintura a Radhamis con el brazo que tenía libre mientras el otro afianzaba el brazo de Radhamis sobre sus hombros.

Häggen vio como tanto Radhamis como Rei se quedaron mirando a los ojos unos instantes mientras se sonrojaban cuando Rei le rodeó la cintura con el brazo "Bola de viejas cursis..." Murmuró Häggen en voz baja y después se rió lo que hizo que Rei le preguntara de que se reía. Häggen dijo que no era nada y que mejor empezaban a caminar.

Los tres comenzaron a caminar con cuidado hacía la única entrada y salida que había. El salón de baile.

A pesar del ruido que hubo afuera nadie se había percatado realmente de lo que había pasado, con los músicos tocando tan fuerte y el ruido de las platicas de los nobles era algo entendible.

Los tres entraron nadie parecía haberse dado cuenta de que habían entrado. Rei vio a Serena hablando con un muchacho de pelo negro en un traje de gala negro también. Era el duque de Navale, Darien. Un exnovio de Rei al que realmente no quiso y no le dio importancia.

Minako estaba por ahí chismorreando con otras cortesanas esnobistas. Rei caminó un poco más y pasó por una mesa que tenía un platón con ponche y varios tarros limpios.

Rei se detuvo y alcanzó una silla desocupada con un brazo. Ayudó a Häggen a sentarla en la silla. Radhamis se retorció de dolor al doblar el abdomen. "Te traeré algo de tomar." Dijo Rei con una sonrisa que escondía la preocupación de Rei que observaba como el costado de la camisa de Radhamis estaba desgarrada y manchada de sangre, las heridas no eran muy graves pero si se llegaban a infectar seria otra historia.

Rei caminó hacia la mesa con el ponche y llenó un tarro. Una vez hecho eso, Rei se dio la vuelta para regresar a donde estaban Häggen y Radhamis cuando algo llamó su atención. El Rei, su abuelo, la observaba de forma acechante y desconfiada pero lo que Rei vio en los ojos de su abuelo fue miedo el cual se acentuó cuanto su mirada viajó desde donde estaba Rei hacia donde estaba Radhamis sentada. No era miedo cualquiera, era el miedo de un hombre que estaba viendo el fin de sus días...

El abuelo de Rei se levantó de su silla, disculpándose apresuradamente con la Reina Serenity y lord Siegfried quienes estaban en la mesa con él y camino rápidamente hacia una puerta sencilla que estaba al fondo del salón, abrió la puerta y entró a lo que fuera que estuviese detrás de ella cerrando la puerta detrás de él.

Rei no pudo evitar sentir un escalofrío recorrerle la espalda al ver la conducta extraña de su abuelo.

Decidió ignorar eso por el momento y entonces miró a la entrada del salón. El profesor Wiccan estaba ahí, parecía estar despidiéndose de un soldado que le dio algo, no le puso mucha atención puesto que estaba observando alarmadamente el brazalete y la puerta donde había salido el Rey.

Una vez que el soldado se fue el profesor caminó apresuradamente hacia la misma puerta por donde salió el rey cerrando la puerta detrás de él. Rei se preguntaba que podría estar pasando pero no ahondó mucho en el tema ya que Häggen llamó su atención.

"Rei, apúrate con eso."Dijo Häggen.

Rei hizo una mueca molesta, Häggen nunca se dirigía a ella con tono respetuoso sino con uno igualado pero no le daba demasiada importancia.

Rei caminó hasta llegar con Radhamis y le dio le tarro con ponche. Radhamis lo bebió con torpes y grandes tragos haciendo que parte del ponche se derramara por su barbilla. Radhamis comenzó a ahogarse con el ponche y alejo el tarro de sí tosiendo y jadeando, tratando de recuperar el aliento.

"Mejor la llevamos a mi habitación a que se recueste." Dijo Rei mientras volvía a poner uno de los brazos de Radhamis sobre sus hombros. Häggen asintió con la cabeza e hizo lo mismo que Rei con el otro brazo de Radhamis. De la nada a Häggen cayó en cuenta de algo.

".. ¿Por qué a tu habitación? Radhamis ahora tiene la suya." Rei solo le hizo una cara de Cállate Häggen, no digas nada y Häggen entendió pero siendo el hombrecito indiscreto que es entonces empezó a molestar a Rei con Radhamis. "Ohhhh, ya veo. Solas ustedes dos en tu habitación, me pregunto que podría pasar... Jejejeje" Fue lo que dijo Häggen. "Cállate Häggen, necesito pensar..." Fue la seca y cortante respuesta de Rei. Lo que había pasado hasta ahora le estaba dando mucho a pensar...

Los dos salieron del salón sin darse cuenta de las dos negras figuras que estaban paradas sobre la muralla que rodeaba el jardín observando a los soldados que subían a la inconsciente quimera a una carreta para llevarla a los establos.

"Sut kekuel, nae magh onna en' Fahdiel ent n' tigin en' Myriël leha i' tigin en' Fahdiel naa kuila. Tanya naa mani mali. (Que astutos, usar una creación de Fahdiel en vez de una de Myriël para atacar ..pero la bestia de Fahdiel sobrevivió. Eso es lo importante.)" Dijo Ryele, la joven mujer envuelta en negro.

"I' tigin en' Fahdiel na rato wea. He lem nae gurtha na ie bell ent i' cor na yewl agar. I' keryth na yest rato ent he lem vee' eithel. ( La bestia de Fahdiel pronto se convertirá en adulto. Su viaje al infierno empezará pronto y el Rey pronto pagará el pago de sangre acordado.)" Dijo entonces Lafurne que al igual que Ryële estaba envuelto en una túnica negra.

"Ta naa commae nae hinual nae i' cor. ( Es tiempo de hablar con el Rey.)" Continuó Ryële. Lafurne asintió con la cabeza, , una vez que la luna fue cubierta por nubes la oscuridad rodeo todo ambos pudieron moverse hacía el jardín sin ser notados por los soldados que ya se estaban marchando con la quimera en la carreta . Los dos se escondieron tras unos arbustos. "Eller naa rell gwaith. ( Hay demasiada gente)" Dijo Lafurne viendo desde atrás de unos arbustos la entrada al salón donde la gente bailaba.

"Lye uum n' ant nae shan eller. (No necesitamos pasar por ahí)" Dijo Ryële mientras caminaba en dirección a una área donde las sombras eran más densas y oscuras. Fue ahí donde desaparecieron, como si de sombras estuviesen hechos...

Mientras tanto el rey Saekaki, quien estaba dentro de un pequeño despacho, al que se llegaba por la puerta por la que había salido del salón, sentado en la cómoda silla detrás del escritorio, un bien servido vaso de licor de trigo estaba sobre su escritorio al lado de la botella de dicho licor y un grueso y elegante brazalete de un metal desconocido.

Estaba temblando, estaba pálido y tenía bolsas en los ojos. Habían pasado demasiadas cosas esa noche todas demasiado aprisa como para que lograra asimilarlas.

"Ese brazalete se me hizo llegar por ordenes de la infanta Rei y la general Radhamis." Dijo el profesor Wiccan que estaba ahí con el Rey.

".......... Di'thang rien..... El brazalete del esclavo." Dijo el rey después de beber la mitad del vaso de licor de un solo trago.

"Asi es... una brazalete que controla el cuerpo y la mente de que lo use. En nuestro caso fue una quimera." Dijo el profesor Wiccan mientras vio un par de sombras más oscuras que las demás correr rápidamente por solo un pequeño instante.

"Como fue que nadie se dio cuenta de la llegada de ese enorme animal..." Dijo el rey quien también había visto pasar las sombras peculiares por la ventana. Su rostro de preocupado paso a perdido y resignado.

"Fue enviado por Miryël para encontrar a Radhamis, La bestia de Fahdiel." "Pero ¿Porqué enviar a un animal a hacer el trabajo de un asesino?¿Por qué no enviar a una de las creaciones de Myriël?"

"Porque la verdadera intención del enemigo no era matar a Radhamis, sino evaluarla. Es una estrategia militar, se envía a un pequeño grupo de soldados para que se familiaricen con el terreno, la guardia y vean la fuerza del enemigo antes de declarar guerra. En nuestro caso fue para evaluar la fuerza de la bestia de Fahdiel.... y la misión fue un completo éxito." Explicó el profesor. El rey se empezó a sobar el rostro con una mano en señal de desesperación.

"Ni siquiera necesitaron revelar que tipo de fuerzas tienen ellos, el usar una creación de Fahdiel para atacar a Radhamis fue una burla." Siguió el profesor.

"Pero por que precisamente ahora, hoy, enviaron evaluar a Radhamis...." Preguntó el rey dando otro sorbo a su licor. No hubo respuesta por un segundo cuando de pronto el pesado acento extranjero de la voz de una muchacha resonó por la habitación:

"Porque ha sido hoy que la bestia de Fahdiel ha comenzado a mutar a su forma adulta."

Tanto el Rey como el profesor reconocieron la voz, ambos palidecieron al escucharla. El Rey roció el sorbo de licor en todo su escritorio antes que tanto él como el profesor vieron en dirección de donde se había originado la voz encontrando a las dos personas envueltas en túnicas negras paradas sobre una de las vigas del techo en una esquina donde parecía que las sombras eran más densas.

El vaso de licor que el rey tenía en las manos fue dejado caer al suelo. Mientras el profesor y el rey se pusieron de rodillas antes esas personas.

Los dos bajaron de las vigas y se pararon frente a los dos ancianos que estaban de rodillas ante ellos.

Lafurne se quitó la capucha de la cabeza dejando se ver. Su extraño color de pelo era acentuado por la luz de las velas.

Ryële no se quitó la capucha y permaneció oculta bajo las sombras de su túnica. Debido a la luz de las velas solo se logró visualizar la fina barbilla y labios de Ryële que se encorvaron en una arrogante sonrisa.

Tomó la barbilla del rey con la mano y bruscamente hizo que la mirara al rostro cubierto por sombras del cual solo logro ver un par de ojos grises que eran muy parecidos a los de un dragón... La muchacha volvió a hablar en el dialecto de los humanos con ese acento pesado y extraño.

"Hace tiempo que no nos veíamos ¿No es así, Saekaki?"

------------------------------------------------------------------------