Día 28.

Prompt: Strip Tease/Lingerie

Trigger Warning: Strip Tease, Lingerie, sexo oral y vaginal, masturbación.

Strip Tease: Práctica en la que una persona se desnuda lenta y sugestivamente, normalmente acompañada de música.
Lingerie: Lencería. Ropa interior sensual.

Este oneshot correspondería al día 28 de octubre. Es también el décimo de este pairing, dado el cambio que hice para incluir El club de Theodore Nott. No obstante, al menos habrá uno más (con Blood kink) que es el que habría correspondido al noveno oneshot de esta serie.


EL VESTIDO

La urgencia ha quedado olvidada. Los ojos de Hermione brillan, achispados por el alcohol, cuando empuja a Ron y Viktor hasta que sus piernas tropiezan con el borde de la cama y acaban sentados. Lamiéndose el labio, Hermione retrocede un par de pasos, hasta que nota la cómoda detrás de ella. Tantea con la mano derecha hasta encontrar la varita, que agita con un movimiento fluido. La música de la radio mágica tarda unos segundos en sintonizarse con un ritmo adecuado y sugerente que hace que Ron abra los ojos de par en par, jadeando, y a Viktor se le dilaten las pupilas.

Ron está despeinado. Su cabello rojo se alza desordenado en flecos que le hacen parecer más joven de lo que es, un reflejo desvaído del chaval del que Hermione se enamoró, y, al mismo tiempo, lo hacen más atractivo ahora en la madurez. No lleva la camisa, que se ha arrancado él mismo, impaciente, mientras los tres se besaban al mismo tiempo en el vestíbulo. Tampoco lleva zapatos, y ha perdido un calcetín: uno de sus pies se apoya desnudo en el suelo, delgado y nervudo. Lleva el pantalón, donde se abulta ya su erección, desabotonado, pero ahora se ha quedado inmóvil y expectante, sin apartar la mirada de Hermione más que para mirar un segundo a Viktor de reojo cuando este se inclina hacia adelante.

Este, en cambio, tiene un gesto complacido en el rostro, un tanto soberbio, tras comprender qué va a hacer Hermione. Lleva todavía la blusa, pero no está abotonada, dejando al descubierto su torso, de piel más clara que la de Hermione, pero que contrasta con la de Ron, tan pálido como pelirrojo. Todavía lleva los zapatos, pero se los quita lentamente, tirando de los calcetines, sin apartar la mirada de Hermione, y luego abre las piernas, chocando su rodilla contra la de Ron.

La música suena de fondo, apenas lo suficiente para tapar las respiraciones de los tres. Ha sentido las miradas de los dos chicos, y los del resto de las personas que bailaban a su alrededor, durante toda la noche. El vestido, más corto de lo que acostumbra a utilizar, más vistoso que el resto de su armario, con mucho más escote de lo que había planeado en un inicio, ha resultado quedarle como un guante a medida. Las medias de encaje, cubriendo sus piernas hasta los zapatos de tacón fino que la alzan hasta casi la altura de Ron, completan su atuendo. Se siente sexi. Sabe que es sexi. Incluso aunque sus novios no la hubiesen seguido con la mirada, excitados mientras bailaban con ella, aunque eso ha contribuido a hacerla sentirse más guapa y admirada esta noche.

Su pelo, alborotado después de tantas horas, diluido ya el efecto de la poción alisadora, lucha por caer en rizos desordenados por encima de sus hombros, así que Hermione cierra los ojos, utiliza las manos para recogérselo hacia atrás y, con los brazos alzados de manera que realza sus senos, comienza a mover las caderas al ritmo lento de la música.

Cuando vuelve a abrir los ojos, sus dos novios la miran embelesados. Viktor se ha desprendido de la blusa y se ha desabrochado el pantalón, permitiendo un poco más de espacio a su erección, que asoma por la cinturilla del calzoncillo. Ron, en cambio, está igual que antes, aunque ahora aprieta su pene por encima de la tela del pantalón, tragando saliva. Disfrutando de la imagen, Hermione da media vuelta, inclinándose hacia adelante para que su culo resalte a través de la tela del vestido, que se alza justo por debajo de sus glúteos.

Se acerca a los chicos, que la siguen con la mirada, pero ninguno hace amago de tocarla, así que no tiene que reprenderlos. Se sitúa entre las piernas de Viktor, girando sobre sí misma para amagar con rozar la erección del chico con el culo. Roza las rodillas de ambos al moverse hacia Ron, empujándolo con el dedo hasta tumbarlo en la cama. Después, termina de desabrocharle la cremallera del pantalón, rozándole con la uña la erección por encima de la tela. Ron comprende el mensaje al instante, porque cuando Hermione vuelve a alejarse, levanta las caderas y los pantalones, el calzoncillo y el calcetín solitario, desaparecen arrebujados en un rincón. A su lado, Viktor hace lo mismo.

Desnudos, ambos siguen siendo diferentes. El vello pelirrojo del pecho, vientre y pubis de Ron contrastan con su piel pálida y pecosa. Sus pezones, rosados, son muy diferentes de los de Viktor, que son oscuros, creando que los de ambos destaquen. El vello del pubis de Viktor, negro y de textura más gruesa que el de Ron, enmarca su polla, dura y ligeramente ladeada hacia la derecha, con un glande grueso y ancho separado del cuerpo del pene con un notorio reborde. La de Ron, con una vena marcada que le rodea toda la polla, tiene el glande tensado bajo la fina y aterciopelada piel de su prepucio. Se yergue recta, rozando casi su ombligo, y el glande pelea por asomarse, brillante por la humedad del líquido preseminal que no está presente en el de Viktor.

Lentamente, Hermione deja caer los tirantes del vestido. Es ajustado, pero no tanto como para no poder tirar suavemente de él hasta hacerlo pasar por las caderas llenas y caer hasta los tobillos. Después, se acaricia la piel que ha quedado al descubierto, sonriendo satisfecha al ver las miradas de deseo de ambos. Ninguno ha sido capaz de quitarle la mirada de encima durante la noche, pero tampoco las manos, que se han paseado por la parte baja de su espalda, por encima de sus nalgas, abrazándola desde atrás para cubrir con sus enormes manos la pequeña acumulación de grasa que antecede a su pubis y que, a pesar de que ella trata de disimularla con ropa interior alta por pura convención social, sus novios adoran.

Hoy no lleva ropa interior alta. Sólo un sujetador de encaje, tan lleno de transparencias que sólo sus pezones oscuros quedan ocultos de la vista. Las bragas consisten en un par de hilos de tela, sujetos en su sitio por las caderas y las nalgas. Las medias de encaje, compradas expresamente para esta noche, van desde la parte alta de los muslos hasta los pies, sujetas con firmeza por un hechizo cortesía de Ginny, que conoce mejor que ella los pequeños trucos de la magia para la moda.

Ron vuelve a apretarse la polla con la mano, con fuerza, cuando Hermione gira sobre sí misma, repitiendo en el baile el movimiento anterior, para ofrecerles una visión privilegiada de su culo, apenas cubierto por un invisible hilo de tela, y los dedos de Viktor se crispan sobre sus rodillas. Triunfal, Hermione sonríe cuando la mano de Viktor tantea la rodilla de Ron, buscando la erección de su novio. Ron da un pequeño bote, sobresaltado, porque estaba tan concentrado en Hermione que apenas se da cuenta del contacto hasta que los dedos de Viktor sustituyen los suyos, rodeando la polla y tirando suavemente hacia abajo para descubrirle el glande del todo. Ron le corresponde inmediatamente, humedeciéndose la palma de la mano con un lengüetazo antes de cubrir el glande de Viktor con ella y frotarlo suavemente.

La visión de sus novios masturbándose el uno al otro, lentamente, lo justo para incrementar su excitación, pero sin prisa por correrse, enardece a Hermione, que nota una oleada de deseo recorrerle el vientre. Aun así, no se apresura, meciéndose al ritmo de la música, cadenciosamente, mientras sus novios la miran. Viktor interrumpe la paja a Ron durante un segundo, incómodo por estar utilizando su mano izquierda, para hacerlo con la derecha. Este, no obstante, malinterpreta el gesto de Viktor, que ha puesto la mano izquierda en la parte baja de la espalda de Ron, y se inclina hacia él, pensando que quiere que se la chupe.

Tratando de contener una carcajada y excitada por la forma en la que Viktor no puede evitar cerrar los ojos unos segundos cuando la lengua de Ron le lame el glande al mismo tiempo que su mano lo pajea, Hermione sigue bailando. Se cerciora de no salir del campo visual de Ron, que sigue mirándola de reojo, sin dejar de chupársela a Viktor, y de no apartar la mirada de los ojos de este, que recorren el cuerpo de Hermione sin cesar.

Cuando deja caer el sujetador al suelo, apartándolo con el pie para no pisarlo con el tacón, Ron se incorpora, apoyándose con una mano en el muslo de Viktor y pajeándolo con la otra. Viktor, no obstante, lo detiene poniendo la mano en su muñeca. Hace que Ron, que está embelesado con las manos de Hermione, que acarician sus senos ahora, se incline hacia atrás en la cama, sosteniéndose sobre los codos para no perder detalle. Apoyando la cabeza en su vientre, para no dejar de mirar a Hermione, es el turno de Viktor de meterse la polla de Ron en la boca. Este alza involuntariamente las caderas, metiéndose un poco más dentro de él, pero a Viktor no le importa.

Y a Hermione, que está deseando follárselos a ambos, tampoco le importa, porque la visión de Viktor masturbándose a sí mismo con suavidad, con el glande de Ron en la boca y a este justo detrás, ambos sin perder detalle del baile de Hermione, la ha puesto tan caliente que no puede resistirlo más y tira del fino tanga hacia abajo. Gira una última vez sobre sí misma para darles la espalda, complacida al escuchar el jadeo de los chicos cuando se atreve a separar las piernas, inclinada hacia adelante, y separar los labios mayores de su vulva para ellos. Está segura de que, en otras circunstancias, el azote que se da a sí misma en la nalga habría sido ridículo, pero ahora sólo provoca que ambos chicos contengan la respiración. Para cuando se incorpora y se vuelve hacia ellos de nuevo, Ron y Viktor están sentados en la cama otra vez, aunque sus manos vuelven a estar en la polla del otro.

Había pensado en quitarse los tacones para poder sacar cada una de las medias de sus piernas una a una, pero ahora ha cambiado de idea. Ayudada por la altura extra que estos le dan, se acerca a Viktor y lo obliga a cerrar las piernas lo suficiente para rodeárselas y hacer amago de sentarse en su regazo. Es Ron quien guía la polla de su novio para frotarlo entre sus labios menores, introduciéndose levemente gracias a la humedad de su vagina. Para cuando Hermione se sienta sobre la polla de Viktor, rodeándole la nuca con los brazos, ambos suspiran. A su lado, Ron los mira, extasiado, y ha empezado a masturbarse más rápido, pero Hermione se inclina hacia él para besarlo en los labios y rogarle que no se corra todavía.

Ha acertado con la ventaja que le da la altura de los tacones. Es Hermione quien puede controlar la profundidad de la penetración. Se parece a hacer sentadillas y, cuando necesita algo más que sólo la polla de Viktor dentro de ella, se inclina hacia atrás, apoyando una mano en la rodilla de este para masturbarse a sí misma con la otra a la vez que se muerde el labio. Sin embargo, Ron le insta gentilmente a dejar de hacerlo, a apoyarse con ambas manos en las rodillas de Viktor, al mismo tiempo que introduce la cabeza entre los cuerpos de ambos. No hay mucho espacio, pero sí el suficiente para que la lengua de Ron sustituya a sus propios dedos en el clítoris, multiplicando el placer que Hermione siente.

Empieza a dejarse caer con más fuerza sobre Viktor, que jadea con suspiros roncos y no deja de mirarla. Sube y baja con tanto ímpetu que se alza demasiado y la polla de Viktor escapa de su interior, golpeando la barbilla de Ron. Este se hace cargo de inmediato, mete la mano entre ellos también, y chupa el glande de Viktor durante varios segundos antes de dirigirlo de nuevo hacia la vagina de Hermione y volver a estimularla a ella con la lengua.

Se corre antes que Viktor, tratando de apretarse alrededor de él, gimiendo en voz alta. Durante unos segundos, se olvida de seguir subiendo y bajando sobre la polla de su novio, demasiado ocupada en disfrutar de su orgasmo, clavándole las uñas a Viktor en las rodillas, con las suyas propias temblando mientras los labios y la lengua de Ron siguen y siguen sobre su vulva, lamiéndola sin parar hasta que vuelve a moverse sobre Viktor, esta vez con movimientos más metódicos, buscando acelerar el orgasmo del chico, que no tarda en llegar.

Viktor la sostiene por las caderas, empujándose dentro de Hermione cuando se corre. Ese punto de dominancia que tiene Viktor, incluso cuando está dejándose hacer, permitiendo que sean ella o Ron quienes llevan la batuta, le encanta, porque sus orgasmos son siempre avasalladores y dan al traste con cualquier tipo de autocontrol que tuviese. El chico se corre dentro de ella con cuatro o cinco empujones, y luego sus dedos se aflojan y sus labios suspiran con alivio.

A su lado, Ron sigue masturbándose lentamente, tal y como le ha pedido Hermione, así que esta no le hace esperar más. Se incorpora, dejando que la polla de Viktor abandone su interior, y se sienta sobre el regazo de Ron. Lo mancha del semen de Viktor que cae de su interior cuando se cierne sobre él para dejarse caer sobre su polla, algo que tanto a ella como a Ron los excita. Sin embargo, exhausta por el orgasmo y el esfuerzo físico con las piernas al que no está acostumbrada, no quiere buscar una segunda oleada de placer, así que susurra a Ron en el oído que es su turno, esperando que este comprenda lo que quiere.

Abrazándole la nuca y pegando las frentes de ambos, Hermione vuelve a subir y bajar, esta vez sobre Ron, tratando de contraer las paredes de su vagina para aumentar el placer de Ron, que jadea tan cerca de sus labios que puede notar su aliento tibio y húmedo dentro de la boca. Las manos de Ron la acarician la espalda, atrayéndola más cerca de sí, siguiendo el ritmo con el que Hermione se lo folla, pero sin tratar de dominarlo, como ha hecho Viktor. Cuando se corre, gimiendo y cerrando los ojos, Hermione lo besa en los labios, moviéndose más y más deprisa, alargando su orgasmo hasta que el gemido de Ron se convierte en un lloriqueo sobrepasado por el placer.

Ninguno recuerda recoger la ropa tirada por el suelo cuando se meten entre las sábanas. Viktor abraza a Hermione desde detrás. Ron introduce una pierna entre sus rodillas, sin importarle la humedad que hay entre las piernas de Hermione. Los dos chicos se besan por encima de su cabeza, ahora que ha perdido la ventaja que la altura de los tacones le dan. Y decide que ese vestido les va a traer, en lo sucesivo, grandes alegrías a los tres.