Antes que nada debo decirles que acepto ser débil, jajaja, no se alcansaron los 17 reviws (qué curles son!), pero hace unos días vi a unas amigas que me hicieron recordar tantas cosas las cuales me llevaron a aventurarme a subir esta historia que no veo justo que aquellos que son fieles lectores se queden en suspenso así que aquí les pongo otro capítulo...

Miara Makisan: MUCHISIMAS GRACIAS POR TU REVIEW! Me encanta que me dejes tus comentarios ya que me ayudan a decidir que camino deben seguir los personajes!

Serena tsukino chiba: pronto saldra el lemon entre Kagome e Inu…solo te puedo decir que será muy húmedo e intenso!

Serena2000: gracias por seguir la historia de cerca

Cimera 82: bueno, la vdad no he tenido mucho tiempo de revisar la observación que me hiciste pero me da gusto que te haya gustado el capitulo; pronto habrá otro lemon pero entre nuestros otros dos amigos…

Ch. 7 Una salida fácil?

Al abrir los ojos Kagome se percató de que se encontraba en una habitación oscura perteneciente a la cabaña de la anciana Kaede. Sentía un horrible dolor de cabeza que no le permitía moverse correctamente. Así que como pudo se incorporó para buscar un vaso de agua ya que tenía mucha sed. Al encontrar una mesita con una jarra se sirvió pero justo cuando estaba a punto de beber aquel líquido, sintió un gran mareo y dejó caer el vaso. Pocos segundos después unas fuertes manos bien conocidas por ella la estaban agarrando de la cintura para evitar una caída. Al voltear al ver quién la había salvado se encontró con los bellos ojos almendra de aquel que alguna vez cautivó su corazón. Estaba a punto de darle las gracias cuando recordó la noticia…el compromiso de Inuyasha. Inmediatamente la miko se reincorporó y alejó los brazos del hanyou de su cuerpo.

K: Te dije que nunca más te atrevieras a tocarme

I: Kagome, por favor, no estas en condiciones de discutir, debes descansar o si no…

K: Ja, ahora te preocupas por mi? Dime algo Inuyasha, de cuando acá te importa lo que me pase, si en los años que llevo de conocerte me habías ignorado por completo. Y sabes qué, ya me cansé, estoy harta de no haber sido mas que un detector de fragmentos de la perla de Shikon para ti. Pero lo peor de todo es que cuando mi vida parece encontrar un nuevo rumbo, cuando todo parece ir bien y cuando aparece la oportunidad de que sea feliz con alguien tu te interpones y destruyes mis esperanzas!

El oxígeno comenzaba a faltarle y sin más que decir, la chica se volvió a desvanecer. Rápidamente el hayou la agarró, la cargó y la recostó para después comenzar a acariciarle la mejilla.

I: Tienes toda la razón Kagome…en todo lo que has dicho…pero lo hago porque yo…yo…TE AMO! Por segunda vez había logrado decir aquellas palabras que tanto temía, lamentablemente Kagome estaba inconciente.

Instantes después Kouga entró a la habitación con una bandeja en la cual llevaba comida, ropa limpia y un traste con agua.

K: Escucha Inuyasha, no creas que me agradas, sin embargo, por el bien de Kagome creo que deberíamos de hacer una tregua…mientras se recupera claro.

I: Y qué es lo que quieres lograr con eso?

K: Ay perro sarnoso, es que no entiendes nada! Nunca te has puesto a observarla, verdad? Cada vez que tu y yo nos peleamos ella se tensa y se molesta y por su estado de ánimo ninguna de las dos esta bien…así que qué dices, le preguntó el joven lobo mientras le extendía una mano.

I: Es…esta bien, le contestó cerrando su mano a la de su "enemigo"

K: Muy bien, ahora sal de aquí

I: Qué! Acaso crees que te voy a dejar solo con ella?

K: Mira perro sarnoso, tu ya cuidaste bastante de ella, ahora me toca a mi, además dudo mucho que desee ver tu horrible cara al despertar

I: Esta me las vas a pagar

K: Si, si, lo que digas…

Inuyasha salió de aquel lugar contra su voluntad pero al recordar de la escena que había sucedido con su miko instantes previos se convenció de que por primera vez aquel lobo estaba diciendo algo con coherencia.

Mientras tanto Kouga se había sentado junto a Kagome, admirando a aquella humana que le había cautivado el corazón por ser la primera que le había rechazado, por haberle dicho sus verdades, por su fortaleza, por su calidez…simplemente por ser ella. Kouga escuchaba en silencio la respiración suave y regular de la chica mientras observaba cómo cada fibra de su cuerpo se movía de arriba abajo tras cada inspiración y exhalación. El perfume de hierbas silvestres que caracterizaba a la chica comenzó a invadir todos los poros del lobo quien se percató por primera vez de que en realidad estaba enamorado de aquella mujer y que no sabría que hacer si algo malo le llegaba a pasar. Temerosamente acercó sus dedos a la mejilla de la miko y al primer contacto se sintió elevado al cielo; Kagome tenía la piel más suave que jamás hubiese tocado, y tras quitarle un mechón de cabellos que cubrían su rostro, tomó la mano más próxima de la joven para cerrarla de manera protectora.

Ante aquella suaves caricias Kagome comenzó a tomar conciencia y finalmente cuando sintió que alguien que la quería y que se preocupaba por ella le sostenía de la manos para demostrarle que la apoyaba se decidió a abrir sus ojos. Le costó un poco de trabajo enfocar el rostro de la persona que estaba junto a ella ya que, para empezar, la persona se había quedado dormida sobre su abdomen. Cuando sus sentidos estaban al cien por ciento trató de no moverse mucho para no despertar a…Kouga! Por un momento sintió que su mundo se derrumbaba ya que a pesar de todos los problemas que había tenido con Inuyasha hubiese deseada tenerlo a él tan cerca y protectoramente como aquel ser. Sin embargo, hubo un momento en el cual se detuvo a pensar en todo el dolor de su corazón; era verdad que amaba a Inuyasha con todas sus fuerzas pero la había hecho sufrir demasiado. Cada vez que estaba a punto de remendar las heridas el hanyou parecía esforzarse por romperselo en más pedazos. Estaba cansada de esta situación y se puso a meditar…necesitaba a alguien que la apreciara y la quisiera tal y como ella era, aunque eso significara alejarse del verdadero amor. Fue entonces cuando, sin entender el por qué, Kagome comenzó a sentirse bien estando en aquella situación…quizá porque sabía que Kouga la amaba…

Un momento…en qué demonios estaba pensando? Ella no lo amaba, solo era su amigo, o no? No era justo ni para su corazón ni para el de él que se arriesgara a jugar con algo como el amor. Sin saber cómo, dejó que su cuerpo la guiara así que su mano libre comenzó a acariciar suavemente los cabellos del joven lobo quien se despertó perezosamente para después encontrarse con unos tiernos y amables ojos chocolates. Rápidamente se reincorporó y sin ninguna pena abrazó fuertemente a la chica dejando resbalar pequeñas lágrimas

K: Kagome, no sabes que angustiado me tenías, pensé que nunca volvería a escuchar tu voz ni a ver tus hermosos ojos

Respondiendo al abrazo Kagome lo estrechó para hacerle saber que ahí estaba

K: Tranquilo Kouga, estoy bien, no tienes por qué preocuparte, nada me va a pasar…pero…por qué lloras? Kouga, qué te sucede?

K: Lo siento, es solo que…de verdad te extrañé

Ante aquellas palabras la miko no pudo evitar sonreir al mismo tiempo que un leve color carmesí llenaba sus mejillas

K: Yo también te extrané Kouga…y dime, cuánto tiempo he estado aquí?

K: Cuatro días contando hoy

K: Cuatro días, qué fue lo que me pasó?

I: Eso es lo que quisiéramos que nos explicaras

Ambos, el lobo y la miko voltearon a la entrada de la alcoba para encontrarse con Inuyasha quien se veía alegre a pesar de sus grandes esfuerzos por ocultarlo. Y para romper aquel silencio tan incómodo Kagome decidió hablar.

K: Chicos, quisiera tomar un baño, me podrían decir en dónde esta Sango?

K: Y para qué quieres a Sango? Enseguida el color se le subió a Kagome y con la poca sangre fría que le quedaba se explicó

K: Bueno Kouga, es que no me siento con la suficiente fuerza como para bañarme sola, qué tal si me caigo, así que creo que voy a necesitar de la ayuda de otra mujer

K: Ah! Claro!

I: Ire a buscarla

En la colina se podía apreciar la silueta bien definida de una bella mujer cazadora. A pesar de que se podría confundir con una ninfa, su mirada expresaba tristeza y solitud. Desde la última batalla con Naraku, Sango no había podido dejar de pensar en su hermano quien había fallecido en sus brazos. Se sentía tan impotente y desilusionada de la vida que poco le importaba lo que le llegase a ocurrir.

-Sango…qué haces aquí?

-…

-Sango, estas bien, preguntó un apuesto monje mientras se acercaba sigilosamente a la chica. Esta pasó rápidamente el torso de su mano por sus ojos para secar unas cuantas lágrimas y respondió con voz segura pero triste: "Estoy bien su excelencia, no se preocupe…"

-Mientes…

El rostro de la cazadora se descompuso ante aquellas palabras. ¿Quién era él para decirle que era lo que debía o no hacer o decir? El no entendía lo que sentía…no tenía derecho. Enfadada Sango se levantó lista para irse a otro lado pero grande fue su sorpresa al toparse con dos fuertes brazos que la aprisionaron acercándola a un bien formado torso.

-Qué cree que hace, suélteme, comenzó a gritar

-Por favor Sango, no hagas esto, no me alejes de ti, eres lo único que tengo y la razón por la cual aguanté tantos obstáculos…no me alejes.

Una suave gota salada recorrió la mejilla de la chica, ambos rostros comenzaron a acercarse peligrosamente…pero el hanyou llegó en ese preciso momento.

-Sango, Sango, en donde estas?...ah que bueno que te encontré, Kagome ya despertó y quiere que vayas….

-Hai, ahora mismo voy…dijo mientras se apartaba lo más rápido posible de Miroku.

Al parecer Inuyasha no se había percatado de lo que acababa de hacer pero un fuerte golpe fue lo que lo hizo tomar conciencia.

-Qué crees que hiciste? Estaba a punto de tener a mi preciosa Sanguito y tu llegas gritando como loco!

-Feh! Para lo que me importa

-Ah, ya veo, tienes otra vez problemas con la señorita Kagome, no es cierto?

-Y por qué debería de tenerlos?

-Escucha Inuyasha, si sigues así no podré enseñarte uno que otro truco que la hará gritar tu nombre como loca

-Monje pervertido!

Mientras tanto, en la habitación en la que se encontraban Kouga y Kagome…

Ka: Kouga, que fue lo que sucedió…?

K: De verdad no lo recuerdas?

Ka: Bueno, solo recuerdo que comenzaste a discutir con Inuyasha sobre…y su voz se quebró un poco…una unión entonces empecé a escuchar la voz de una mujer que me decía que confiara ya que vendrían tiempos difíciles. Mi cuerpo se enfrió y mis músculos no me respondían…

K: Kagome…yo…

S: Ah! Kagome, Inuyasha me dijo que necesitabas de mi ayuda…qué bueno que has despertado, no tienes idea de cómo nos habías preocupado

Ka: No es para tanto Sango, solo fue un desmayo, quizá fue por el cansancio…sus mejillas se tiñeron de rosa y le dijo…me podrías ayudar a bañarme? Es solo que aun no tengo las energías suficientes

S: Por supuesto que si! Kouga, podrías cargar a Kagome hasta las aguas termales? Yo los alcanzo allá, vale?

Aquella petición fue realmente perturbadora para el hombre lobo ya que de por si le costaba muchísimo trabajo tener tan cerca de Kagome. Una vez que llegaron al lugar acordado Kagome le pidió a Kouga que la dejara dentro del agua…el pobre chico tuvo que hacer llamado a toda su fuerza de voluntad para controlar sus instintos ya que conforme iban adentrándose podía sentir la piel de la miko erizarse a causa del cambio de temperatura al mismo tiempo que su ropa de ceñía a su cuerpo resaltando sus curvas.

S: Muchas gracias Kouga, ya puedes retirarte.

K:…, mantenía su mirada fija en la figura de Kagome pensando quien sabe que tantas cosas

S: KOUGA!

K: Ah si, perdón…

Poco a poco Kagome se deshizo de sus ropas las cuales estaban empapadas para así dejarla completamente desnuda. Sango le ayudó a lavarse el cabello y la espalda mientras platicaban sobre varias anécdotas que le devolvieron el buen ánimo a Kagome.

S: Muy bien, hemos terminado; más vale que me esperes aquí, afuera hace mucho frío y no quiero que te enfermes. Iré por un poco de ropa a la choza de la anciana Kaede y la traeré para ti, esta bien?

Kagome asintió y supuso que no podía ser tan malo quedarse un rato más en las aguas termales, lo que ignoraba era que un hanyou había estado observando todos sus movimientos desde el momento en que se había quedado sola. De verdad hará mucho frío, se cuestionó y para corroborarlo decidió salir y sentarse en un piedra. Al principio solo sentía como su piel se congelaba sin llegar a ser molesto pero después de varios minutos un sentimiento de desconcierto la asaltó por lo cual decidió volver a entrar al agua.

Kagome tenía un cuerpo bellísimo lo cual no fue inadvertido ni por Inuyasha ni por su cuerpo. El aroma que destilaba el cuerpo de Kagome cuando se encontraba en peligro era realmente excitante lo cual lo invitó a dejarse llevar. Sin hacer ruido saltó hasta llegar a la orilla de aquellas aguas termales…

Chan chan chan chan….jejeje, no me maten, se que es cruel que lo dejen a uno justo cuando lo bueno esta por comenzar pero les aseguro que lo que le siga lo compensará.

Quizá el proximo capítulo lo suba hasta dentro de una semana; si me es posible subirlo antes créanme que lo haré…el problema es que pronto prensentaré mi BAC de Francés y debo concentrarme pero por favor no dejen de leer ni de DEJAR SUS REVIEWS los cuales me inspiran para continuar!

Besos, Kokoru Baransu.