Hola a todos (as)!

He aquí el octavo capítulo, llenó de lemon y problemas!

Quiero dedicar este capitulo a una gran amiga que me ha apoyado y seguido a lo largo de esta historia: Feri P.

Este capítulo también va a todas aquellas chicas apasionadas que aún no han dejado aflorar la leona que llevan dentro…atrevanse!

Cami Taisho: bueno, no quiero que me culpen si te llega a dar un ataque al corazón (jajaja) por eso aquí te presentó dos escenitas medio cachondonas para saciar las demandas de mis queridas lectoras (y lectores si hay por ahí)

Serena tsukino chiba: aquí esta el lemon inu/kag que habías estado esperando

Anset: qué bueno que te guste la historia, sigue leyendo!

Ch.8 Reconciliaciones y heridas

El vapor que emanaba de las aguas ocultaban las gotas de sudor que perlaban el pálido y el bronceado cuerpo de aquellos dos seres. Inuyasha se había apoderado de los labios de su miko quien en un principio se había resistido completamente, golpeándolo y arañándolo para alejarlo. Sin embargo, esta actitud solo reforzó el propósito de conquistar a Kagome del hanyou quien a cada toque de aquella mujer se exitaba más. Poco a poco aquellos forcejeos fueron desapareciendo para dar lugar a las caricias llenas de lujuria. Kagome recorrió el bien formado torso de su hanyou clavándole de vez en cuando sus uñas lo cual provocaba que éste dejara escapar gemidos los cuales eran amortiguados por su garganta. La razón pareció haber abandonado a la miko ya que dejándose guiar por sus deseos llenó de besos a su hombre hasta llegar a sus tetillas donde comenzó a estimularlas. Inuyasha y jamás imaginó que aquello fuera posible; Kagome succionaba y daba ligeros mordiscos a aquella zona tan sensible. Sin poder controlarse más, Inuyasha la tomó de la nuca para guiarla hasta sus labios los cuales la demandaban con insistencia. Para sorpresa de Kagome los labios de Inuyasha apenas rozaron los suyos, después de varios segundos así comprendió que era un tipo de tortura; la temperatura del agua no podía compararse con la de sus cuerpos. Cuando la chica separó sus labios para tomar aire el medio-demonio aprovechó para introducir su lengua y deleitarse con el nectar que emanaba de aquella boca tan deseada. Sus lenguas juguetearon por varios instantes, peleando por el mando hasta que Kagome cedió; sin embargo su cuerpo fue el que dominó. Sus hábiles manos bajaron hasta la virilidad de su acompañante en donde comenzaron a recorrer aquella porción de piel de arriba para abajo provocando que una oleada de sangre pusiera más duro el pene del hanyou de ser posible. Si Kagome hubiese visto en aquel momento lo que sus manos estaban provocando se hubiera compadecido del joven ya que el constante bombeo de sangre provocó que su miembro cambiara a un ligero color carmesí.

Esto era demasiado para el hanyou quien sin poder contenerse dejó liberar a su demonio; las orbes ambarinas se tornaron de color rojo al mismo tiempo que aquellas marcas violetas tan particulares de los youkais aparecían en su rostro. Inuyasha tomó las largas piernas de la miko para que ésta las pusiera en su cintura a fin de que lo que viniera fuera más fácil y placentero.

I: Kagome…eres una bruja…me has hechizado…pero…no quiero…que…arg…me liberes de tu hechizo…

Ambos podían sentir cómo sus cuerpos se rozaban extasiados; los senos de Kagome, cuyos pezones estaban tan duros como piedras a causa de la excitación, se estrujaban deliciosos contra aquel pecho musculoso y sensual.

Inuyasha no le haría fácil la situación a su mujer ya que comenzó a frotar su erección contra la intimidad de ésta trayendo como consecuencia que una gran cantidad de fluido se derramara. El hanyou llevó sus dedos a aquella cavidad que lo esperaba ansiosa; un grito ahogado se escapó de los labios de la miko cuando su medio-demonio introdujo un dedo en ella, moviéndolo rápidamente. Una descarga eléctrica recorrió la columna vertebral de la chica…mientras gritaba el nombre de su pareja…acababa de tener su primer orgasmo.

K: Inu…yasha, dijo mientras su pecho subía y bajaba dolorosamente, eso fue….maravilloso

I: Y aun no he acabado

Para esos instantes toda la tristeza y el dolor ya habían desaparecido; solo estaban ellos dos, bajo aquel firmamento y ésta era su oportunidad para demostrar su amor.

Sin más rodeos el hanyou se introdujo en ella de un solo golpe; por unos cuantos segundos Kagome olvidó respirar a causa de la impresión del momento. Jamás imagino que algo tan grande como aquello estaría en sus entrañas. Hundió sus uñas en la morena espalda de Inuyasha quien empezó un vaivén suave pero firme. La lujuria lo consumía lo cual lo llevó a introducir uno de sus dedos en el año de su mujer.

K: Inu-Yasha, me voy a morir!

I: Kagome…se siente tan…bien dentro de ti…arg!

Tras unas cuantas envestidas la pareja sintió que el momento critico estaba por llegar

K: Más rápido…Inuyasha…me voy a venir…vente conmigo

I: Hai

Y así, sin más preámbulos, un grito y un rugido rompieron la tranquilidad del bosque.

Kagome sentía como la semilla del hanyou la llenaba al mismo tiempo que la quemaba. Por su parte, el joven la besaba en el cuello y acariciaba su espalda, negándose a salir de ella. Se sentía tan bien estar así…

I: Kagome…te amo…

Aquellas palabras hicieron eco en los oídos de la chica y pequeños caminos brillantes aparecieron en sus mejillas.

A pesar de que el fuerte pecho del youkai subía y bajaba arítmicamente, la única respiración que se escuchaba era la de Rin quien posó su mano a la altura del corazón de su señor.

Y fue ahí cuando Sesshomaru sintió una punzada; era el momento, ahora o nunca

S: Rin…yo, te amo…

Las pupilas se le dilataron, y las fosas nasales se hincharon; aquel bello ser le acababa de declarar su amor sin rodeos. Como respuesta le dio un beso en la mejilla y sin poder aguantar más el cansancio de aquella noche mágica y ajetreada, Rin cayó dormida sobre el pecho del youkai.

Por su parte, Sesshomaru se dedicó a admirar la belleza y majestuosidad de aquella a quien acababa de convertir en su mujer de por vida.

El calor del sol acarició el rostro de Rin quien con cierta pereza abrió los ojos para encontrarse frente a sí a un hermoso youkai quien velaba su sueño con celo. Cuando Sesshomaru se percató de que Rin había despertado hizo más estrecho el abnrazo y sin más se acercó a su oído para preguntarle…

S: Cómo te encuentras?

R: Muy bien…junto a ti siempre estaré bien…

Un ligero color escarlat apareció en el rostro del youkai quien rapidamente se compuso.

S: No te lastimé?

R: No…contestó un poco hesitante…bueno, un poco, al principio…pero no importa. Por unos segundos el rostro del señor de aquellas tierras se había ensombrecido, pero al ver aquella sonrisa tan sincera todo se dejó en el olvido.

Ese día todos los sirvientes del castillo se impresionaron al ver a su señor sonreír; todos tenían conocimiento de los sentimientos de Sesshomaru por su protegida, pero jamás imaginaron que aquello fuera a cambiarle la vida de esa manera.

Aquella noche la pasión seguía latente, sin embargo, al ver que Rin estaba un tanto evasiva Sesshomaru renunció a su tarea de seducción.

S: Estas bien?

R: Hai, es solo que…no se cómo decirle, quizá se enoje conmigo y me odie

S: Un olor a temor e incertidumbre llegó a las fosas del youkai quien, cubriendo la desnudez de su mujer, la sentó sobre sus piernas y, tomándola del mentón la besó de la manera más tierna posible para invitarla a compartir con él sus preocupaciones

R: Por favor mi señor, no te vayas a enojar, podríamos dejar esto para mañana, es solo que aun tengo un poco de dolor

El señor de las tierras de occidente escrutó la mirada de su mujer y tras constatar que le decía la verdad continuó…

S: Por supuesto que si…

Y así, se durmieron abrazados el uno al otro. Sesshomaru creía que estaba viviendo un sueño, el cual lamentablemente se volvería en pesadilla a causa de sus miedos.

Esa noche Sesshomaru soñó la manera en que un grupo de humanos la mataban a golpes por haberse unido a un demonio. Su ritmo comenzó a acelerar al mismo tiempo que dejó escapar varios gruñidos. Por su parte, Rin había comenzado a acariciar el miembro de su amo creyendo que aquellos gruñidos se debían a la excitación. (ya era de mañana, ok?). Posó varios besos traviesos en aquel cuello tan fuerte y fue bajando hasta llegar a la virilidad del youkai. Justo cuando había empezado a probarlo, el youkai dejó escapar un grito de furia y aventó a su mujer hasta unos de los cuatro muros de la habitación, dejándola con múltiples heridas en su pecho y en su corazón. Las garras de Sesshomaru habían roto la piel de Rin quien sangraba abundantemente.

Al verla así, tirada y desnuda Sesshomaru se sintió como un bastardo; acababa de herir a la mujer por la que daría su vida. Por su parte, Rin creyó que su amo la acababa de rechazar por lo cual se levantó lentamente ocultando sus ojos bajo el flequillo para así disimular las lágrimas las cuales fueron fácilmente percibidas por el youkai

S: Rin?...preciosa…te encuentras…bien?

R:…Cuando Sesshomaru se levantó de la cama para ver cómo se encontraba, la chica agarró rápidamente una bata para cubrirse y salió corriendo de la habitación.

Aquel día el youkai no volvió a ver a su pareja; a pesar de que podía percibir su aroma, cada que estaba por toparse con ella parecía que ella lo evadía, como si pudiera detectar su presencia como toda una youkai.

Aquella noche Sessomaru se llevó una gran sorpresa. Nunca en su vida había visto a su mujer actuar de aquella manera.

El youkai estaba en su cuarto rememorando la noche anterior y añorando a su niña; deseaba tenerla de nuevo entre sus brazos, besarla y decirle que la amaba. De repente aquel olor a flores llegó hasta su nariz; Rin estaba en la habitación y ni siquiera la había escuchado entrar! Cuando vió sus ojos percibió…deseo? Lujuria?

Los movimientos de Rin parecían ser más felinos y sensuales que nuca y fue así como llegó frente a su señor.

R: Sesshomaru…hazme tuya

S: Rin, no te quiero lastimar…

R: Y no lo harás…

Y así, comenzó a besarlo con fogosidad, llevándolo a su lecho de amor en donde lo tumbó, poniéndose ella a horcajadas de manera que podía verlo desde arriba. Por primera vez el youkai se encontraba en la situación de la presa y eso lo prendió hasta lo más profundo de su ser. Las ropas comenzaron a caer al suelo y una vez los dos desnudos Sesshomaru intentó ponerse sobre Rin, sin embargo ella se lo impidió; le amarró las cuatro extremidades de su hombre a la cama impidiéndole acariciarla…

Rin empezó a frotarse contra él y no pudiendo resistir, le imploró…

S: Rin, por favor…déjame tocarte, necesito sentirte!

Con su fuerza hubiese sido capaz de romper los amarres pero entonces escuchó lo que le decía…

R: No cachorro…si te atreves a tocarme te juro que no volverás a sentir mi cuerpo nunca más

Aquello le heló la sangre a tal punto que quedó expectante. Rin comenzó a torurarlo de la peor manera imaginable: masturbándose. El olor a feromonas taladraba el olfato de Sesshomaru cuya virilidad estaba amoratada por el deseo.

Por su parte la chica había comenzado a acriciarse ella misma, masajeaba suavemente sus senos con una mano mientras que con la otra acariciaba su intimidad, estimulándola para humedecerla y así poder introducir sus dedos. Cuando su vagina hubo estado lista metió dos de sus deos en su intimidad provocándole un espasmo el cual hizo gritar de dolor a su pareja…

S: Rin, por favor…basta…te necesito…ahora!

R: ah!...yo….ah, suspiros de placer se escapaban de su boca hasta que se detuvo y con una sonrisa en su boca se acercó a Sesshomaru para desatarle las manos. En ese momento sus seños rozaron el rostro les youkai quien sin poder sostenerse más los tomó prisioneros en su boca. Aquello tomó por sorpresa a Rin quien gritó: AH!

Como pudo el youkai se deshizo de los amarres dejando debajo de si a su mujer a la cual penetró con dolor y deseperación.

S: Rin…perdoname…te amo preciosa

R: Sesshomaru…te deseo…

El ritmo y la temperatura aumentaron, antes de llegar al clímax, cambiaron de posición dejando a Rin como la controladora de la situación. Se encontraba a horcajadas sobre Sesshomaru subiendo y bajando, impulsándose al apoyarse en el pecho del youkai. Cuando éste sintió una gota de sudor cayó sobre su pecho supo que su mujer estaba por estallar así que para terminar juntos aceleró el ritmo de sus caderas.

R: Sesshomaru…ya…no puedo…MAS!

El semen del señor de las tierras de occidente acababa de esparcirse en aquel vientre, esperando poder crear una nueva vida. Rin, por su parte cayó sobre su amo repitiendole aquellas palabras que lo hacían sentir vivo: aishiteru (te amo).

Espero que les haya gustado lo que les presenté en esta ocasión. Dejen sus reviews y no dejen de leer ya que algo muy interesante esta por ocurrir! La vida de Seshomaru dará un giro e Inuyasha tomará una decisión.

REVIEWS!

Besos Kokoru Baransu