Hola queridas lectoras, aquí les presentó el capítulo número once el cual quiero dedicar con cariño a aquellas chicas que le temen al amor y que le huyen (eh Viviana, jajaja, ntc); ojalá y les guste…las cosas comienzan a complicarse y los sentimientos estan a flor de piel.

Que disfruten su lectura!

Ch.11 Nuevas sensaciones

Las pupilas dilatadas de la youkai mostraban su obvia impresión. Cómo demonios había ocurrido aquello? La verdad no le molestaba ya que ahora era completamente digna de su señor, podría complacerlo como se merecía y lo haría feliz ya que podría darle hijos puros…completamente youkais. Sin embargo la duda no dejaba de asaltarla; tenía miedo, era cierto y es que a pesar de haber vivido casi toda una vida con un ser de aquella raza desconocía los cambios, las actitudes, los comportamientos, las normas, las permisiones y las restricciones.

Por su parte, el bello rostro del ojidorado dejaba asomar una sonrisa tierna, sincera y complacida. Jamás se hubiese atrevido a pedirle a los dioses que le concediesen aquello ya que Rin era muchisimo más de lo que pudiese pedir. A pesar de eso, abrazaba gustoso a su pequeña quien ahora era como él. Lo que más lo complacía no era la pureza de su sangre sino el hecho de ahora tendría una excusa mucho más grande y poderosa para pasar cada segundo de su vida con ella. Debía enseñarle todo lo que conlleva ser una youkai y sobre todo la mujer de un señor como él.

Tanta dicha le provocaba dolor en el corazón y recordando la situación en la que se encontraban comenzó a besar delicadamente el cuello y los hombros desnudos y aún húmedos de su mujer al mismo tiempo que le acariciaba desde el monte de Venus hasta los senos donde comenzó a estimular los pezones rosados con sus manos. Sabía que aquello era realmente cruel pero quería que su niña se diera cuenta de lo que podía llegar a sentir y a percibir gracias a sus nuevos sentidos refinados…quería hacerla disfrutar hasta el último instante porque ella era su todo.

Rin no sabía qué estaba ocurriendo, una oleada de intenso calor le recorrió todo el cuerpo concentrándose en la zona baja de su abdomen; deseaba a Sesshomaru con locura y desesperación. A pesar de temer lo que estaba ocurriendo con ella, ya que sentía que iba a morir de pasión, se volteó quedando de frente con Sesshomaru a quien besó con infinito ardor. Sus labios se estrujaban deliciosamente con los de su señor provocando que se tornaran de un color carmesí, sus lenguas se encontraron en un duelo cuyo objetivo era ganar el control…esta vez fue ella quien ganó…delineó los labios de su pareja con su lengua al mismo tiempo que lo obligaba a caminar de espaldas llevándolo a la habitación contigua destino la cama. Cuando hubo alcanzado su propósito, Rin le acarició suave pero sensualmente pecho mientras que él comenzaba a sufrir debido a la presión ejercida por su virilidad ya excitada quien imploraba ser liberada.

El poder del beso lo había ganado su hembra, pero el señor de las tierras de occidente no perdería esta batalla tan fácilmente. Como pudo, Sesshomaru se reincorporó en la cama para quedar parado junto a su niña; con sus grandes manos hábiles le fue recorriendo la espalda, delineando la columna vertebral hasta llegar a la espalda baja donde tenía una marca de nacimiento en forma de libélula. Con sumo cuidado, la tumbó de espaldas en la cama y con suaves y húmedos besos le fue marcando cada parte anteriormente explorada por sus manos. Cuando hubo llegado a la dichosa marca, no pudo evitar sonreir y con sensualidad comenzó a besar, luego a lamer aquella zona tan erógena.

Rin nuca creyó poder sentir tanto placer con tan solo aquellos roces producidos por los labios de su youkai.

R: Sessh…por favor…su voz sonaba turbada, su cuerpo estaba cubierto por una película de sudor y su piel pedía a gritos sentir las magnificas sensaciones del acto del amor.

S: Qué…ocurre…preciosa…? Preguntó con un tono fingido de inocencia; sentía perfectamente que su niña estaba locamente deseosa de sentirlo…ahora entendía cómo se sentía él las veces anteriores en que habían hecho el amor.

R: Por…favor…te…necesito…YA!

S: Aún no…preciosa…

Desesperada, Rin volteó su rostro para poder encontrar aquellos ojos dorados y con lágrimas en los ojos, voz quebrada y las pupilas exageradamente dilatadas le dijo:

R: Por…favor…Sessho-maru…te necesito…en estas últimas palabras la voz se le quebró.

Cómo podía negarle lo que él tambien deseaba a la mujer de su vida y más aun con aquel rostro lleno de sufrimiento y frustración?

Así pues, el youkai tomó a su mujer por la cintura levantándola ligeramente para alzar sus caderas dejándola en una posición propicia para poder penetrarla (de perrito). Y sin previo aviso la penetró mucho más profundo que las veces pasadas. Ante aquel acto repentino Rin no pudo reprimir un grito de placer el cual por unos segundos alarmó al macho quien se detuvo esperando algun sonido que delatara molestia por parte de su pareja pero grata fue su sorpresa al sentir cómo su niña movía sus caedras para que su virilidad saliera y entrara. De esta manera fue como Sesshomaru decidió acompañar a Rin en el acto de amor y seducción moviendo de adelante para atrás sus caderas.

Rin comenzó a sentir el momento del climax llegar, poco a poco fue agarrándose de las sábanas como si de eso dependiera su vida. Sesshomaru al ver aquello decidió que ya era tiempo de que su mujer conociera una de las ventajas de ser youkai por lo cual aumentó repentinamente la velocidad de sus embestidas lo cual provocó que Rin cambiara sus gemidos por gritos ahogados. Fue así como ambos sintieron la explosión de sensaciones que los elevaba al cielo para luego devolverlos a la realidad en una nube delicada.

La chica seguía sin creerse aquello, había sentido lo equivalente a diez orgasmos unidos por lo cual estaba temblando incontroladamente al mismo tiempo que pequeñas lágrimas se le escapaban de sus ojos. Estaba tan feliz que nada ni nadie podría arruinarle aquel momento.

Se giró para ver de frente a su hombre quien la miraba con infinito amor y al percatarse de que su cachorro aun estaba dentro de ella y excitado no ducó en girarlo para que el quedara boca abajo. Aquello tomo por desprevenido al youkai quien sonrió al ver cómo su pareja subía y bajaba las caderas para llevarlo de nuevo al cielo.

Y así, el ojidorado pudo deducir que su pareja le alimentaría el amor, deseo, pasión y lujuria, lo satisfacería al máximo. Con ella a su lado no podría quejarse de nada.

Todo ese día la pareja se quedaron en sus aposentos mostrándose cuánto se amaban.

Lejos de ahí, en una choza reinaba el silencio; el ambiente estaba realmente tenso y los que concentraban las miradas curiosas de sus amigos no sabían cómo podrían salir de aquella situación embarazosa.

Shi: Inuyasha, escuchaste lo que te pregunté?

Lo que obtuvo como respuesta fue un golpe en la cabeza

Shi: bua, Kagome, mira lo que tu pareja me ha hecho!...aunque te haya marcado no voy a dejar de pensar que es un perro tonto, BUA!

Ahora todos lo sabían, por unos segundos Inuyasha creyó ver una mirada negra de parte de su miko ya que por sus impulsos sus asuntos personales habían pasado a ser del interés público. Sin embargo aquello no se detuvo en eso. Las reacciones no se hicieron esperar.

San: Eso es cierto Kagome, cuestionó con una gran sonrisa en su rostro, mostrando lo alegre que estaba por aquella pereja que acababa de unirse; se acercó a su amiga y le susurró al oído…debes contármelo todo Kagome, entendiste, TODO. Las mejillas de la chica se tornaron rosadas pero no pudo evitar sonreír.

M: Vaya Inuyasha, ya era tiempo de que aceptaras tus sentimientos, todos estábamos algo cansados con sus constantes peleas resultado de su pasión, espero no despertarme en la noche para llevarme una sorpresa…eviten comer enfrente de los que tenemos hambre, verdad Sango?

En ese instante la cazadora le soltó una bofetada al mismo tiempo que el hanyou le daba un coscorrón, diciendo al unísono: PERVERTIDO!

Aunque todo parecía felicidd no era así. En el marco de la puerta estaba una silueta, el cuerpo de la bella youkai que tiempo atrás hubiese llegado a perturbar la paz del Sengoku; junto a ella estaba el hombre lobo que siempre había reclamado a la miko como su mujer y dada la noticia recibida, sus ojos dejaban ver la furia que crecía poco a poco en su interior…quería matar al perro.

Ambos seres se voltearon a ver y asintieron, era tiempo de llevar a cabo el plan. La youkai dejó resbalar de sus manos una vasija de barro en la cual llevaba agua de rosas y su bello rostro se desfiguró al instante en que los presentes en la cabaña la volteaban a ver; lentamente su cuerpo fue cayendo y sin pensarlo dos veces, Inuyasha corrió a agarrarla. En esos segundos el corazón de Kagome le dio un pinchazo y sintió un dolor agudo lo cual la hizo inclinarse hacia delante obligándola a arrodillarse. Sin embargo antes de que su cuerpo tocara el suelo, los fuertes brazos de Kouga la sostenían por la cintura evitándole así una dolorosa caída. Por unos instantes la chica deseó ver esos ojos dorados que la habían embrujado pero al voltear hacia arriba se encontró con dos ojos azules que le transmitían el eterno sentimiento de amor al cual jamá había podido corresponder.

Kag: Kouga…gracias…sus ojos expresaban tristeza, acababa de unirse a Inuyasha, de darle su virginidad y su alma y al parecer para el hanyou eso no significaba nada. Aquella expresión no pasó desapercibida por nadie; Kouga sonrió de manera sincera y le acarició la mejilla tratando de tranquilizarla para que no llorara, por Kami, aquella chica era capaz de obligarlo a hacer lo que fuese, Inuyasha quiso ir hacia ella pero el cuerpo de la bella youkai aún no le respondía (eso era lo que ella le quería hacer creer) para que se sostuviera por sí misma.

El silencio fue roto por la voz de Kouga quien llevando a la miko a una silla le preguntó de manera dulce lo cual enervó de sobremanera a Inuyasha:

Kou: Querida Kagome, dine, por qué has permitido que ese perro tonto te toque, no es tu culpa, pero llevas el insoportable olor en tu piel y eso me desagrada de sobremanera…espetó mientras acariciaba el labio inferior de la chica con su pulgar.

I: Sueltala lobo rabioso, no te atrevas a tocarla!

Kou: TU CALLATE! NADIE ESTA HABLANDO CONTIGO!

I: Ella es mi mujer!

Ante aquella noticia, la youkai que se encontraba entre sus brazos dejó escapar un grito ahogado al mismo tiempo que sus lagunas azules se inundaban de agua salada. (digamos que esta maldita youkai se llama Miaka, vale, jajaja)

Mia: Qué …has …dicho?

Kou: Puede que la hayas marcado maldito, pero puede volver a ser libre si tu mueres!

I: Y dime, quién me va a matar?

Kou: YO, respondió iracundo…

Cuando el hanyou estaba por dar una paso hacia su oponente, Miaka lo tomó por el rostro y lo besó. El ojidorado se sintió enfermo, aquel beso era frío, sin amor ni pasión, no lo hacía sentir nada y fue entonces que recordó la presencia de su mujer. Cuando volteó hacia el lugar en que ella se encontraba pudo ver sus ojos inundados en lágrimas…podía ver tristeza y…decepción? Se sentía terrible y antes de que pudiera separarse de su supuesta prometida sintió como su miko pasaba junto a ellos rápidamente. Entonces, la youkai lo liberó con una sonrisa en los labios…Inuyasha acababa de ingerir el polvo que lo separaría de aquella humana.

Miradas de enojo y desaprobación lo acechaban lo cual lo regresó a la fría y cruda realidad. No, no podía perderla, no ahora que había reunido las fuerzas para aceptar sus sentimientos. Salió corriendo hacia el pozo que conectaba el Sengoku con el otro mundo pero antes de llegar sintió cómo una ráfaga pasaba junto a él y metros después se topó con Kouga.

I: MUEVETE DE MI CAMINO!

K: Creao que por fin Kagome vio el ser tan repugnante que eres…

I: HE DICHO QUE TE HAGAS A UN LADO!

K: No voy a permitir que la detengas, aléjate de ella, solo la haces sufrir…

Aquellas palabras hicieron eco en su ser, era cierto, solo la había hecho sufrir, desde el primer instante en que la conoció…pero la amaba y ella a él…eso, no contaba? No, no podía darse el lujo de dudar de su amor. Ella era todo para él y no podría sobrevivir un día sin ella. Fue así, concentrando toda su ira en el ataque, sacó a colmillo de acero y dejó inconciente a Kouga.

Debía alcanzarla, debía aclarar todo con ella, pero su aroma se volvía cada vez más suave. No podía perderla!

Espero que les haya gustado el capítulo. Qué loco, no? Aquellos que meten la pata cuando todo va bien son los que más sufren.

DEJEN REVIEWS POR FAVOR!

Besos

Kokoru Baransu