Antes que nada quiero pedirles una mega disculpa. El servidor no me permitía subir nada! Se imaginan, casi me muero del susto; hace como una semana que les tengo la continuación y yo aquí muriéndome por no poder publicarlo.
Ahora si, déjenme agradecerles el que sigan de cerca mi fic y he decidido hacer un nuevo sondeo para ver si de verdad esta gustando por eso les pido 9 reviews para este capítulo el cual espero les haya gustado. Lamento las molestias, espero de todo corazón podamos alcanzar los 75 reviews sino…sino ya veremos, jajaja.
Cami Taisho: taran, he aquí el capítulo 18 después de no se cuanto tiempo; lo siento, debo aceptar que no me llegaba la inpiración pero por fin la encontré. Espero te guste tanto o más que el anterior. Mandame tus comentarios!
Jimena: Si, eh? Ya me había asustado el no recibir reviews de tu parte pero que bueno que te diste tiempo para escribirme…no dejes de hacerlo. Bueno, te dejo con este nuevo capítulo.
Mayra: Kami, me vas a hacer llorar por todos esos reviews tan preciosos que siempre me escribes; me hace sentir bien el saber que mis escritos te hagan pasar un rato ameno; espero siga siendo así y ten por seguro que aún habrá historia para rato.
Lady Indomitus: Espero de corazón este capítulo pueda satisfacer tu petición del capítulo dedicado a Inu/Kag, ok? Disfrútalo y mandame tus reviews!
Lorena: jojojo, aquí esta el lemon que tanto me has pedido; disfrútalo y sigue escribiéndome, vale?
Ch.18 No me dejes solo
"El dolor que no ayuda a nadie es absurdo"
André Malraux
El tiempo pasaba y el grupo de amigos continuaba en su exhausta tarea de buscar los fragmentos de la perla. Sin embargo algo estaba mal; tal pareciera que al paso de nuestros héroes los demonios hubiesen decidido mantenerse lo más lejos de ellos.
Cierto día, mientras Sango, Kagome y Shippo iban platicando sobre el rumbo que tomarían, los dos hombres, es decir, Miroku e Inuyasha iban atrás de ellas. Pero como era de imaginarse uno de ellos no se preocupaba tanto por el bienestar de las chicas si no por el paisaje que podía admirar estando detrás de ellas.
Esto no paso desapercibido para el hanyou el cual tratando de controlar su coraje al ver cómo aquel monje se comía con la mirada no solo a Sango sino también a su hembra.
I: Oye monje pervertido, que demonios te pasa, gritó al mismo tiempo que le daba un golpe en el rostro.
K: Inuyasha, qué te pasa, por qué lo golpeaste?
I: Ahora lo defiendes? Eh? Acaso te gusta que vea tu trasero y alimente sus fantasías con tu cuerpo.
K: Por supuesto que no pero…
La discusión habría continuado de no haber sido por un demonio que apareció de la nada y que golpeó con uno de sus tentáculos a Kagome mandándola estrellar contra un árbol y dejándola completamente inconciente.
I: KAGOME!
La impotencia de ver cómo su hembra era herida gravemente frente a él sin que hubiese podido hacer nada lo hizo rabiar y sin poder contenerse más dejó que su lado demoníaco se apoderara inmediatamente de él.
I: Maldito, no permitiré que lastimes a mi hembra, entendiste!
D: Jajajaja, y quién me lo va a impedir, alguien tan insignificante como tu?
El demonio estaba a punto de decir otra burla hacia Inuyasha cuando se percató del cambio de olor y presencia de éste. De un momento a otro su valor se esfumó y titubeó.
D: Inu…Inuyasha…Taisho, eres tú…? Tu, tu estabas muerto!
Y sin hacerse esperar Inuyasha sacó a colmillo de acero y lo descuartizó en miles de pedazos.
Enseguida, su ser se centró en la miko quien estaba tumbada bajo aquel árbol.
Kagome Estaba llena de golpes los cuales se acentuaban debido al color blanco de su piel; por si fuera poco, rastros de sangre cubrían todo su rostro y ligeros quejidos salían inconcientemente de su boca mientras su entrecejo se fruncía.
Inuyasha aún mantenía su estado de hanyou completamente lo cual alarmó al grupo de amigos cuando vieron que se acercó velozmente hacia la miko que yacía moribunda. Para su sorpresa, el ahora youkai no la atacó sino que la abrazó al mismo tiempo que lloraba como un perrito desconsolado.
Cuando el ojidorado escuchó el quejido de su hembra comenzó a limpiarle el rostro y las heridas con suaves lambetadas y una vez que hubo considerado su trabajo satisfactorio, se la llevó a un río para así poder quitarle el resto de las manchas que, bien sabía debido a su olfato, estaban cubiertas por las ropas de la chica.
Sango estaba a punto de seguirlos pero las fuertes manos del monje se cerraron en su cintura evitándolo.
S: Qué crees que estas haciendo Miroku! Inuyasha no sabe lo que hace y sería capaz de…
Los suves y cálidos labios de su pareja la callaron con un tierno beso al final del cual replicó:
M: Sería capaz de matarnos por interrumpir su momento de pasión; él sabe lo que debe de hacer porque aunque este en su estado de youkai, su alma sigue siendo la misma y aunque no fuera así, él marcó a Kagome lo cual le impide hacerle cualquier mal…no te preocupes, dejémoslos solos por un rato.
Y sin más discusiones aquella pareja seguida de Shippo y Kirara volvieron a la aldea de la anciana Kaede.
Mientras tanto, en el río, Inuyasha comenzaba a quitarle lentamente las ropas a su Kagome, admirando embelezado aquel cuerpo que era símbolo de la perfección para él.
Cada vez que una prenda caía al suelo, Inuyasha pasaba su rostro por la nueva porción de piel descubierta, aspirando el olor de su mujer, olfateándola como si temiera olvidar aquel aroma.
Kagome comenzó a sentir suaves caricias por todo su cuerpo y un ligero cosquilleo; creía que estaba dormida pero al intentar abrir los ojos se percató de lo difícil que le resultaba esto y de lo adolorido que estaba todo su cuerpo.
Entonces, decidió llamar a Inuyasha para asegurarse de que no corría ningún peligro:
K: Inu…Yasha…
I: …
Lo único que obtuvo como respuesta fue el sonido producido por un ser que la olfateaba y que dejo escapar un gruñido gutural; esto la alarmó de sobremanera y fue entonces cuando se reincorporó…al ver lo que tenía frente a ella las lágrimas comenzaron a agolparse en sus ojos al mismo tiempo que sentía que sus fuerzas la abandonaban por completo.
