Por problemas técnicos tuve que cortar la historia en dos, pero aquí esta la continuación así que no se asusten!

La chica no temía tanto por su vida, lo que realmente la acongojaba era el hecho de perder a su amado Inuyasha ya que una vez que éste se hubiese convertido en youkai no podría volver a su estado normal.

K: Inu…qué te pasó…?

Cuando se percató de que aquel ser de ojos rojos se acercaba a ella, cerró fuertemente los ojos temiendo lo peor. Aquello no pasó desapercibido por él quien con el afán de tranquilizarla y hacerle saber que no había nada que temer, la abrazó lamiéndole suave, pausada y tiernamente la marca que la volvía su pareja.

No olvidemos que Kagome estaba semi desnuda razón por la cual al sentir las ardientes manos de su pareja se relajó un poco, la confianza reinó su ser al sentir la lengua de su Inuyasha lamiendo el vestigio de su unión.

Poco a poco aquellas caricias fueron dando lugar a la pasión la cual no se hizo esperar por parte de ninguno de los dos.

Con esto, el youkai volvió poco a poco a su forma de hanyou, sin embargo eso ahora estaba en segundo plano.

El ojidorado se deshizo del sostén y las bragas de la miko quien ágilmente, al sentirse desnuda por completo se posicionó sobre su pareja para quitarle las prendas; el miedo y el dolor de aquella perdida tan dolorosa habían desaparecido…aquella célebre frase retumbaba en la mente de Kagome y le instaba a continuar: "Carpe Diem".

Por unos segundos las miradas de nuestros protagonistas se cruzaron y el momento mágico de aquel encuentro tuvo lugar; el dolor, el odio, las culpas y las pérdidas estaban olvidadas. Eran ellos dos y nadie más. Sus almas estaban en su estado más puro y nadie ni nada podría arruinar aquel momento tan perfecto que les permitía mostrarse no solo lo que sentían y lo que pensaban sino también lo que añoraban...una unión eterna, que no podría ser separada por el tiempo, espacio y más aun, ni siquiera por la muerte porque estaban hecho el uno para el otro y eso...eso era algo que ni las constelaciones habían predicho.

El encuentro de aquellos dos seres había sido mágica...y no les importaba lo que los rodeaba; sabían que se complementaban, que eran su oxígeno, su vida, su todo...lo demás no importaba.

Como si se tratara de un juego de seducción, Kagome le recorrió lenta y dolorosamente las prendas de aquel ser cuya presión inferior se hacía más y más exigente.

I: Kagome, mi Kagome…te necesito…

K: Di mi nombre…Inu…adoro co-mo suena…en tus labios

I: Kagome, Kagome, Kagome, te amo.

No pudiendo soportar más aquella tortura producida por las manos traviesas de la miko, Inuyasha la tomó de la cintura logrando que ella lo rodeara con sus piernas, excusa perfecta para deleitarse con aquellos glúteos suaves y bien formados que tiempo atrás había sido víctimas de las perversiones del monje. Ante aquel pensamiento, Inuyasha decidió reafirmar que ella era suya y solo suya por lo cual volvió a enterrar sus colmillos en las heridas anteriores arrancándole un gruñido de incomodidad a su pareja el cual desapareció gracias a los besos que bajaban peligrosamente a sus pechos.

Para ese entonces, Inuyasha ya había caminado al interior del río donde el agua limpiaba sus cuerpos, haciéndoles olvidar los engaños, las peleas, el odio, no dejando nada más que el puro amor que sentían el uno por el otro.

Cuando los labios del hanyou hubieron llegado a los duros y rosados pezones de Kagome, ésta clavó sus uñas en la espalda de su ojidorado el cual gritó. Alarmada, Kagome estuvo a punto de separarse a no ser porque su hombre le explicó que eso le había exitado de sobremanera lo cual pudo constatar con el magnífico miembro que se frotaba con insistencia a la entrada de su cavidad sin penetrarla.

I: Sigue, preciosa, mi reina, sigue…

K: Inuyasha…quiero…

I: Dime que quieres…por ti yo haría lo que…fuese…

K: Quiero que me dejes preñada, y dicho esto una lágrima rodó por su mejilla, sé que no repondrá al que yo…yo…

I: Shhh…preciosa, sabes lo feliz que me hace escucharte decir eso?

La besó apasionadamente humedeciéndola hasta el máximo, lista para recibirlo por completo.

El hanyou se adentró en ella lo cual le arrancó a ambos un grito de placer que rompió el silencio de aquel bosque. El placer que se proporcionaban era inigualable, no era simple deseo ni lujuria, era la expresión simple y verdadera del amor.

Era un dolor tan placentero, porque sufrían, oh si, por Kami que lo hacían. Pero el ápice de dolor que reinaba en sus cuerpos y en sus corazones solo hacía más delicioso aquel encuentro amoroso.

El vaivén comenzó a cambiar de un ritmo suave a uno cada vez más exigente; sus corazones se aceleraron tanto que podían escuchar los latidos del corazón del otro. Kagome sintió que estaba a punto de llegar cuando Inuyasha le acarició la espalda baja pero aguantó, quería llegar con él. Inuyasha, sintiendo la resistencia de su hembra a abandonarlo le preguntó al oído.

I: Dime, princesa, cuántos cachorros deseas?

Y no pudiendo resistir más ambos se vinieron.

Lo único que se escuchaba era el agua del río que corría y limpiaba sus sudores y que se llevaba el líquido emanado por la virilidad del hanyou quien a pesar de no haber salido de la miko había explotado de una manera mucho más fuerte y abundante que las veces anteriores.

I: Ai shiteru…, nunca, nunca, nunca me dejes solo.

Qué les pareció chicas? Les gustó? Mucho, poco, nada…las satisfizo? Díganme, díganme! En realidad me importa saber que opinan porque de esodepende el final que voy a elegir…tengo dos y no se cual escoger…pero no se alarmen que aún faltan varios capítulos…así que me tendrán que seguir aguntando, jajaja.

Un besote a todas y por favor manden reviews!

Kokoru Baransu.