Lady Indomitus: Bueno, tal parece que l sentimentalismo me llegó y espero no se te haga muy dulce este otro capítulo…ya ves, a veces también hay que hacerle caso a los sentimientos de nuestros personajes sino, ufff, pobresitos, se pueden fatigar de tanta pasión! Jajaja, que lo disfrutes y no dejes de enviar tus reviews!
Jimena-Chan: Así es, esa es la magia de las palabras, podemos crear con ella las situaciones que nosotros deseemos. Ya está aquí el capítulo 20 en el cual verás otro tipo de reacciones, propias de ese periodo de nueve meses…sigue leyendo y enviando tus comentarios. Besos
Mayra: Cómo me iba a olvidar de una lectora tan linda y fiel como tu? Vamos, estaría loca si te dejo ir, jajaja. Viniendo a lo nuestro, espero me comentes que te parece este capítulo. No está muy dulce? Y es que el final…tantantantan…no te voy a decir hacia donde va, pero les quiero poner amor y pasión para que luego no me reclamen. Un abrazo…sigue escribiéndome!
Jimena: Me halaga como no tiene idea tus comentarios, me alegran el día y me inspiran para seguir escribiendo. Qué bueno que te ha gustado la historia. Ahora, a disfrutar de este cap!
Cami Taisho: Ya ves, trato de complacer a mis lectoras y por eso trato de actualizar lo más rápido que se pueda. Dime que piensas de este nuevo capítulo...por cierto! Tu carta va en camino! Igual y en unas semanas este por allá, disfrutando de unas ricas vacaciones! Bueno, no dejes de escribirme! Besos.
Ch.20 Una gran sorpresa
"Somos el producto de nuestro deseo y el fruto del de nuestros padres"
Vincent Ravalec
Por su parte, Kagome estaba a punto de descubrir que su deseo de engendrar cachorros de aquel ser al que amaba se iba a volver realidad.
Cierto día, nuestro grupo de amigos estaban cerca de un río, mientras las chicas se refrescaban el rostro los hombres estaban sentados bajo un árbol platicando de esto y aquello…banalidades. De repente se escuchó el grito asustado de Sango quien sostenía a una Kagome completamente doblada hacia el frente; su frente estaba perlada por un sudor helado y después de haber expulsado lo poco que había desayunado aquel día comenzó a palidecer…no podía sostenerse sobre sus piernas y fue así como permitió que la gravedad hiciera su trabajo…entonces sintió aquellos brazos protectores rodeándola por la cintura.
Inuyasha ya no era tan penoso en lo que concierne a sus sentimientos, sin embargo decidió que debía hablar con su hembra a solas, algo no estaba bien.
Después de lavarse correctamente, se la llevó a la cima de una colina, donde la vista era hermosa…
I: Kagome, qué te ocurrió?
K: mmm…no, no lo sé Inuyasha
La tomó de los hombros para así obligarla a verlo a los ojos…
I: Por favor Kagome, no me mientas
Aquello hizo que un enojo y una rabia incomprensibles crecieran en el interior de la miko quien se safó rápidamente de aquel agarre.
K: Yo nunca te he mentido! Eres tu el que siempre se guarda para si mismo lo que ocurre…yo siempre te he dicho todo, eres mi confidente, eres tu el que cree que estoy de sobra…
I: Kag, eso no es cierto…tu sabes que yo…ai shiteru
K: Claro, sin embargo te tomó demasiado tiempo en darte cuenta, acaso no te das cuenta! Cuando tu vas yo ya estoy de regreso!
I: De qué demonios estas hablando!
K: …
Solo se le quedó viendo a los ojos antes de sentirse envuelta por una oscuridad profunda; envuelta por aquellas tinieblas empezó a escuchar voces y a ver ciertos destellos. Un calor agradable le presionaba el pecho…
Al abrir los ojos se encontró a sí misma recostada en un futón dentro de la casa de la anciana Kaede con la cabeza de su hanyou apoyada a la altura de su corazón.
Suavemente acarició aquel cabello platinado del ojidorado y sin poder evitarlo comenzó a acariciar aquellas orejitas tan suaves como la gamusa y tan bellas como las mariposas.
Por su parte, Inuyasha despertó lentamente al sentir una caricia deliciosa que se localizaba en aquellas orejitas que solo podían ser tocadas por su mujer.
Las miradas se cruzaron y olvidando todo lo que había ocurrido el medio-demonio abrazó fuertemente a Kagome, como temiendo que se fuera a esfumar.
I: No me vuelvas a hacer esto…
K: Inu…Yasha, qué, qué fue lo que ocurrió?
I: Esperaba que tu me lo explicaras…primero vuelves sin ninguna razón aparente, luego me reprendes por algo que no comprendo y luego pierdes el conocimiento.
La miko se quedó callada, analizando lo que su pareja acababa de decirle e inconcientemente una sonrisa tierna y pura se formó en su rostro.
I: Por Kami, Kagome, no estoy bromeando…es algo serio.
K: No te preocupes Inuyasha…no hay nada de qué preocuparse.
I: Qué dices? Cómo lo sabes?
K: mmm…no lo sé, es decir, no se cómo explicártelo…necesito ir a casa
I: Estamos en casa
K: Me refería a que tengo que ir a mi época, hay algo que debo confirmar.
Inuyasha la miró algo desconfiado; la chica se estaba comportando de lo más normal, como si no hubiese nada de qué preocuparse, la vio contar con los dedos de sus manos y aquella radiante sonrisa se hizo aún más grande.
K: Ya llegué mamá…familia!
Entraron y encontraron sobre la mesa una nota
Querida Kagome,
No sabíamos en que momento ibas a venir así que decidimos acompañar a Souta al concurso nacional de canto al cual ha sido enviado como representante de la escuela.
Espero no te molestes. Estaremos fuer por dos semanas. Hay comida en el refrigerador por si tienes hambre.
Te quiero
K: Vaya, pues no hay nadie…será mejor que me apure.
Mientras Kagome iba de un lado para otro en busca de algo desconocido para Inuyasha, sus fosas nasales comenzaron a dilatarse de tal manera que parecía que el aire que estaba en sus pulmones los haría reventar de un momento a otro.
I: Kag…Kagome?
K: En donde estarán, yo sé que mamá los había compredo hace poco
I: Kagome…linda
K: Quizá los escondió para que Souta no le hiciera preguntas embarazosas
I: Kagome?
K: Ya sé, creo que buscaré en la alacena de los vegetales, ahí nunca buscaría mi hermanito.
I: KAGOME!
K: hay, qué te ocurre Inuyasha? Por qué gritas? Sabes? No estoy sorda, puedo escucharte perfecta…
Se calló cuando se percató de que su hanyou le estaba olfateando el cuello para luego sellar sus labios de una manera tan tierna que la hizo llorar.
K: Qué…qué fue eso?
I: No le gustó a mi hembra?
K: Claro…claro que si…no sabía por qué pero se sentía como una chiquilla primeriza…es solo que…
I: Lo sé, jamás te había besado así, pero te aseguro que todo cambiará de ahora en adelante.
K: Ah si? Y eso por qué?
I: Porque te amo, porque eres la mujer de mi vida, porque me has dado la vida y no solo a mi sino que también a ese hermoso cachorro que esta creciendo dentro de ti.
Kagome experimentó tantas cosas en ese momento que no sabía como reaccionar.
"Cómo esta tan seguro de que estoy embarazada?
Vamos Kagome, sé más lógica, tu pareja es un súper hanyou de la época del Sengoku, es obvio que tiene capacidades que superan a las humanas.
Claro, cómo pude ser tan tonta?"
La sonrisa más hermosa que jamás hubiese imaginado se dibujó en el rostro de aquella hermosa mujer quien lo abrazó con mayor fuerza de la que pudiese imaginar.
K: Ai shiteru Inuyasha
I: Ai shiteru Kagome…luego, se agachó a la altura del vientre de la chica y depositando un beso ahí dijo…a ti también pequeño, ai shiteru.
No tenían ganas de volver y dar explcaciones así que aquella noche se quedaron durmiendo juntos, como una pareja común y corriente. Abrazados y diciéndose palabras de amor al oído entre besos traviesos se fueron quedando dormidos.
Se acabó por el día de hoy; espero les haya proporcionado aunque sea unos minutitos de relajamiento y goce. Espero ansiosa sus reviews, díganme que les parece, qué opinan…todos son bien recibidos y hasta el momento creo que les he contestado a todas, no?
Un fuerte beso y un abrazo! Muchas gracias por leer mi fic. No olviden mandar sus reviews
Kokoru Baransu
