Liz Kraft: Me alegró mucho recibir tu review, qué bueno que te esta gustando mi fic y sobre todo que me lo hagas saber. Se que estos capítulos están un poco más crueles de lo normal pero aunque las haré sufrir un poco, no tiene por qué preocuparte, es decir…yo tmb me moriría si algo malo les ocurriera a nuestros personajes favoritos. Ojalá y no me fusiles con este capítulo, disfrútalo y no dejes de enviarme tus reviews!

Serena tsukino chiba: Igual y no esta tan tan candente la cosa pero este chap tiene un poco de lemon…ojala y te guste…sigue enviando tus mensajes!

Mayra: Se q es cruel pero si no pongo estos capítulos en los que los personajes sufren, la reconciliación, y los reencuentros no pueden ser tan emotivos…sigue leyendo y tu no te preocupes, yo jamás me aburro de recibir reviews!

Lady Indomitus: Bueno, bueno...a poco no estuvieron intensos los últimos quince minutos del segundo tiempo extra del partido? Jajajaja, bueno, volviendo a lo nuestro...creo que después de este capítulo me vas a querer matar...pero no te exaltes tan rápido, ok? recuerda que aun no se acaba la historia. Y por favor, no dejes de mandar tus reviews!

TLAP: Siempre es agradable recibir los comentarios de los y las lectores (ras) y más cuando es por primera vez. Que bueno que te este gustando mi fic...ojalá y conitnues leyendolo y enviandome tus reviews!

Ch.22 La llama estará por siempre encendida

"La venganza no remplaza la pérdida de un amor"

Hugo Pratt

El vientre de Kagome había comenzado a aumentar de tamaño pero muy ligeramente ya que solo tenía cuatro meses de embarazada.

Sin embargo los cambios que sufría la miko no eran para nada desapercibidos.

Todas las mañanas, antes de que nuestro grupo de amigos se levantara, el hanyou se acercaba a su mujer y comenzaba a olfatearla de pies a cabeza para ver si no emanaba de ella alguna fragancia nueva o extraña. Una vez habiendo hecho esto, recargaba su cabeza entre los senos de ella…na, qué sacrificado, no lo creen? Bueno, su excusa era ver si el ritmo cardiaco de la chica estaba estable pero era de todos saber que en realidad el gozaba poder estar recargado entre aquellos dos montículos suaves…y finalmente, acariciaba, besaba y hablaba con el diminuto ser que crecía dentro de Kagome.

No era sino hasta ese momento que ella despertaba y es que el ritual seguido por su pareja se había convertido en una deliciosa rutina para despertar de buen humor.

Así es, gracias a todo lo que hacía Inuyasha, nuestros amigos se veían exentos de tener que soportar las hormonas de la chica.

Una de esas mañanas, la tarea de nuestro ojidorado dio inicio antes de lo previsto por lo cual esta pareja de tortolos estaban despiertos desde hacía bastante tiempo. El sol aún no salía y los pájaros no habían salido a cantar aún razón por la cual decidieron darse un tiempo para ellos solos.

Era otoño y a pesar de que las ojas de los árboles comenzaban a caerse, los vientos traían consigo cálidas ondas de aire que alegraban aquel ambiente. Por su parte, los ríos llevaban las deliciosas y tibias aguas…una muy buena idea para pasar la mañana junto al ser humano, no lo creen?

Así pues, sin dudarlo nuestros amigos se dirigieron al río en el que se hubiesen demostrado su amor mutuo por primera vez…o al menos por la parte de él ya que como todos sabemos, Kagome había expresado libremente sus sentimientos muchas veces más.

La miko se dejó mimar por su hanyou, sabía perfectamente que él hacía lo mejor posible su rol de macho y muy pronto de padre.

Inuyasha comenzó a darle ligeros besos en el cuello, subiendo desde su clavícula hasta el orificio que se encontraba detrás de la oreja arrancándole ligeros gemidos que bien sabía debido a sus noches de pasión se debían a la excitación que estaba creciendo en ella.

Se puso atrás de ella para poder abrazarla a su antojo; lentamente sus manos dieron masajes en el lugar que ocupaba su hijo y desató poco a poco el kimono que vestía Kagome ese día. La cinta que cerraba la prenda por la cintura cayó liberando los hermosos pechos de la joven quienes al contacto del aire que rodeaba aquel ambiente se pusieron firmes.

Entonces la volteó y tuvo frente a sí una de las imágenes más hermosas que jamás podría olvidar. Las mejillas sonrosadas de la miko le daban un aire angelical y puro pero sus pupilas dilatadas delataban la pasión que se encontraba en su interior. La desnudez perfecta la mostraba perfecta, deseosa de ser acariciada, besada, amada…

Y en ese caso, el hanyou no iba a dejar pasar la invitación de aquel exquisito cuerpo.

Se fue sacando el haori hasta q ambos se quedaron tal y comoKami los trajo al mundo.

Las caricias fueron subiendo de tono, y los gemidos se convirtieron en jadeos.

Kagome no se quedó atrás, esta vez sus manos ya conocían la labor que debían hacer para lograr volver loco a su hombre, para sacar lo mejor de él…para liberar ese ser que solo se mostraba frente a ella…que le pertenecía a ella…que vivía por ella.

Las traviesas manos de la miko comenzaron a acariciar en círculos el musculoso tórax de su pareja bajando más y más y más hasta alcanzar la frontera entre el vientre y el miembro del ojidorado.

I: Kag…ah…Kagome…yo…

K: Qué ocurre con mi cachorro?

Ella sabía perfectamente que cuando se encontraban en aquellas condiciones el que se dirigiera a él de esa manera lo ponía al cien.

I: Yo…yo…te…nece…sito…ya

La chica comenzó a pasar su mano por toda su magnífica virilidad la cual parecía que iba a explotar en cualquier momento y sin poder contener más ese juego, el cual había sido iniciado por él, la tomo de la cintura, se adentraron en las cálidas aguas del río y la llevó a una enorme piedra en donde la recargo de manera que quedara espaldas a él.

I: Gomen…preciosa, demo, ya no…puedo…más

Kagome volteó a verlo y le susurró cerca de sus orejitas…"amame"

Entonces, la embistió, robándole un grito de gozo, de placer, de amor.

I: Ai shiteru…preciosa, no …no se cómo…arg!...cómo pude vivir…tanto tiempo…ah, sin ti!

Las palabras de amor no se hicieron esperar y mientras se unían en este nuevo ritual de amor, sus cuerpos ya cubiertos por una fina película de sudor eran limpiados por las aguas de aquel río, testigo de su amor.

Inuyasa comenzó a masajear los pechos de su mujer hasta que escucó cómo ésta se quejaba, entonces detuvo el ritmo de sus caderas.

I: Gomen…preciosa, te...te lastimé? No, no…era mi intensión, gomen…yo…

Sus labios fueron callados por dos suaves pétalos de rosa que, acompañados del vaivén de las caderas de la chica lo invitaron a continuar.

Ninguno de los dos aguantaba más…sentían como sus cuerpos comenzaban a reaccionar ante aquella danza.

Por un lado, las paredes vaginales de la miko se fueron cerrando más y más, produciéndole choques eléctrico que la llevaron al orgasmo.

Por el otro, la virilidad del hanyou estaba lista para explotar.

K: INUYASHA!

I: KAGOME!

La conexión entre ellos era más que física; no solo habían alcanzado el orgasmo al mismo tiempo sino que también, por unas milésimas de segundo, sus almas se confundieron lo cual les hizo saber que eran tal para cual.

Los corazones comenzaron a recuperarse de aquella acarreada carrera y decidieron disfrutar un poco más de aquel momento…

Camino a la choza de la anciana Kaede, Inuyasha percibió un olor que le era muy familiar…de hecho era inconfundible aquel olor tan nauseabundo, mezcla de barro y huesos.

Quiso actuar como si no sucediera nada para evitarle corajes a su mujer pero grande fue su sorpresa al escuchar lo que ella le dijo.

K: Qué es lo que quiere? No nos ha hecho ya demasiado daño? Por qué sigue viniendo Inuyasha?

I: Tú…tú…tú puedes…

K: Si Inuyasha, sé que esta aquí…

Ky: Vaya, entonces no tendré que esperar a que tú y ese mocoso que llevas dentro de ti se vayan para poder disfrutar de MI Inuyasha

Éste la miró con ojos asesinos pero se sintió reconfortado y orgullosos cuando, al voltear a ver a Kagome vio que estas palabras no le habían afectado en lo más mínimo.

I: Qué demonios quieres! Por qué no te vas y nos dejas vivir en paz de una buena vez!

Ky: Eso quisera…ca-ri-ño, pero debes recordar tu promesa…dijiste que vendrías conmigo, sabes muy bien que tu alma me pertenece…y si yo no te puedo tener, nadie lo va a hacer!

S: KAGOME! INUYASHA! EN DONDE EST…TU! Qué demonios hace esta…y la miró de una manera realmente despectiva e hiriente…aquí?

Ky: Vaya, vaya, parece que tenemos concurrencia…se acercó a Inuyasha a milímetros de su rostro y con el pulgar le acarició los labios…recuérdalo cariño…aunque hayas cambiado de opinión sabes que no podrás ser feliz junto a tu querida miko, de eso me encargo yo…

Y sin decir más lo pasó de largo. Todos creyeron que se iría pero se llevaron un gran susto al ver cómo Kagome caía de rodillas al suelo abrazándose con ambos brazos el vientre y gritándo: "No, a él no…no le hagas nada, onegai!"

Todos voltearon hacia donde estaba Kagome y para cuando el hanyou quizo abrazarla ya era demasiado tarde.

Estaba en manos de la muerta viviente quien la aplacó contra la corteza de un árbol y justo cuando estuvo a punto de clavarle una de sus flechas, un cuerpo se interpuso, sirviéndole a Kagome de escudo…un chorro de sangre bastante considerable comenzó a derramarse…

Ky: ESTÚPIDO! Qué hiciste!

Todos estaban a la expectativa y entonces el hanyou susurró: "Kouga"

Ko: A quien más esperabas perro inútil? Te dije que protegería a la mujer a la que amo con mi vida, inclusive si no me corresponde, no es así?

Kagome derramaba lágrimas sobre el hombre lobo mientras le daba calor a través de un abrazo sincero.

K: Kouga…Kouga, aguanta…onegai…

Ko: No mi amada Kagome…ya es tarde…no llores, ahora debes preocuparte por ese cachorro…no por…ah, no por mi…

K: No digas eso…onegai…

Ko: Prométeme, que vas a ser feliz…

K: Ya no hables Kouga…solo te debilitas…las gruesas lágrimas se mezclaban con la sangre del hombre lobo.

Ko: NO, necesito que me lo…pro-me-tas

K: Esta bien…te lo prometo, te lo prometo, te lo pro…KOUGA, no te vayas!

Su corazón había dejado de latir.

El cuerpo de la chica parecía inerte, nadie quería moverse ni emitir ruido por miedo a provocar una revolución en aquella atmósfera tan tensa.

Sin embargo fue el momento perfecto para Kkykio quien tomó a Kagome por los cabellos llevándola al pozo desde donde vio a Inuyasha desafiante.

Ky: Nadie…AMOR…nos va a separar, ni siquiera ella!

Y sin más, la aventó por el pozo del cual salió una luz cegadora como las veces en que atravesaban de época solo que esta ves era roja.

Inuyasha, quien hasta ese momento se había quedado petrificado, corrió hacia el pozo donde se aventó…nada…nada…nada

Qué demonios estaba pasando? Por qué no podía atravesar? Debía estar con su hembra…debía protegerla, debía consolarla…debía velar por ella.

Enfurecido volteó a ver a Kykio cuya sonrisa desapareció de sus labios al ver al ojidorado convertido en youkai

I: Qué demonios hiciste, le preguntó mientras la tomaba del cuello

Ky: No…no puedo res-pi-rar!

I: Dime qué fue lo que hiciste!

Ky: Sellé el pozo

La aventó a un árbol donde resonó el golpe, la amenazó con su espada y le dijo

I: Abre el paso al otro mundo…ahora

Kykio lo miró resentida y le dijo: No puedo

No puedo, no puedo, no puedo, no puedo, no puedo, no puedo, no puedo

Aquellas palabras resonaban en su mente…qué ocurriría con él? Cómo podría vivir sin ella? Sin su cachorro? Qué fue lo que hizo cuando se suponía debía defenderla?

Soltó un alarido de dolor y coraje y durante mucho tiempo estuvo usando su espada para romper aquel estúpido hechizo de la mujer de la cual estuviese alguna vez enamorado.

No, no se daría por vencido tan pronto…lucharía, lucharía por recuperarla…no se quedaría de brazos cruzados…su mujer y su cachorro…su familia lo necesitaban, lo sentía, lo escuchaba…no los defraudaría.

Pues así es…hasta aquí he llegado por el día de hoy…díganme cual fue su impresión aunque imagino que varias han de estar queriendo matarme, no es así? Jajajaja, no se preocupen, no soy una bruja…aun así, me interesa saber que opinan: dejen REVIEWS!

Besos

Kokoru Baransu