— Yo, soy el Señor de los Dragones… — Persona normal hablando.

[Yo, soy el Señor de los Dragones…] Seres Sellados hablando.

ʺSiento que Lilith-tan extraña a su Onii-chanʺ — Persona normal pensando.

El universo Highschool DXD y sus personajes pertenecen a Ichiei Ishibumi quien es su respectivo autor.


Había pasado ya un tiempo desde que todo era aparente tranquilidad para nuestro grupo de Demonios favoritos, luego de la batalla contra la bestia del apocalipsis: Trihexa.

Gracias al esfuerzo combinado de todas las Facciones así como del Dios de la Destrucción Shiva, se pudo detener lo que pudo ser el final del mundo y sus derivados.

Todo era paz y tranquilidad.

Así también.

Poco más de un año había pasado desde que Hyodo Issei se había vuelto un demonio y había descubierto que era el actual [Sekiryuutei].

Un año bastante movido si le preguntan.

Pasar de ser ʺLa Bestia Pervertidaʺ, al cual todas las chicas de la Academia Kuoh le huían y luego morir apuñalado por su primera novia, a ser "El Dragon Emperador Rojo" y estar siempre rodeado de 11 hermosas chicas era un gran cambio si le preguntaban.

Sin embargo, no siempre las cosas iban bien.

Desde que el año escolar había comenzado hace casi seis meses, las cosas para nuestro héroe no habían hecho más que empeorar.

Rias y Akeno habían entrado a la Universidad de Kuoh y ahí se habían encontrado con un profesor de nombre Kaito, que era bastante joven y bien parecido para ser un maestro.

Esto había ocasionado que ambas jóvenes tuvieran un flechazo por él, al grado de que ya no tomaban mucho en cuenta al chico ni lo intentaban seducir, cosa que le había afectado bastante al castaño.

Asia, Xenovia e Irina habían terminado en un salón diferente al del chico y ahora que la rubia era la nueva jefa del Club de Investigación de lo Oculto tenía muchas más responsabilidades como para pasar tiempo con él.

Lo mismo con Xenovia que era la nueva Presidenta del Consejo Estudiantil.

Para rematarlo, las tres habían conocido a tres chicos bastante "lindos" en palabras de ellas, con los que actualmente pasaban juntos todo el tiempo, para disgusto de Issei.

Por otra parte, Ravel y Koneko, al pasar a ser alumnas de Segundo año habían estado bastante ocupadas preparando sus exámenes y estudiando para no salir con malas notas como en el caso de Issei.

Por ello, el tiempo que compartían con el castaño se había visto reducido drásticamente, además de que Koneko se había estado acercando mucho a un chico de Tercero que le daba asesorías gratis de matemáticas, cosa en la que Issei simplemente era un idiota.

Solo Rossweisse era la que solía pasar tiempo con él, pero hace tres meses había sido convocada por Odín en Asgard y no había señales de ella.

Cabe decir que últimamente se comportaba extraña a ojos del castaño, sonrojándose o evitando su mirada de manera tímida cuando le hacía algún cumplido, lo cual era una incógnita para él.

Lo mismo ocurrió con Ophis quien también le dedicaba tiempo, ella tenía un mes sin estar en casa al haber ido a la Grieta Dimensional a ʺhablarʺ con Great Red.

Kuroka y Le Fay habían sido llamadas por Vali, razón por la que no se habían comunicado con él durante un tiempo.

Kiba había entrado a asesorías para los exámenes para la universidad.

Gasper había intentado mejorar en cuando a hombría y se había inscrito al club de futbol… pero había terminado en el equipo femenil, por lo cual estaba ocupado con los entrenamientos.

Si, Hyodo Issei había vuelto a estar solo.

En estos momentos, el auto-nombrado futuro Rey del Harem se encontraba caminando sin rumbo por las calles de la ciudad, había estado en depresión desde hacía semanas y la triste realidad es que a ninguno de sus compañeros presentes parecía importarle o siquiera se habían dado cuenta.

Un suspiro escapó de sus labios mientras introducía sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

Hubiera seguido así, de no ser porque en la vitrina de una tienda de instrumentos musicales se anunciaba una oferta.

Esta consistía de una Guitarra Eléctrica, un Amplificador así como varios accesorios bastantes útiles a un buen precio.

Al ver dicho instrumento, un sentimiento de nostalgia lo invadió, recordando que a sus doce años solía tener una Guitarra igual, pero que entrando a la Academia Kuoh dejó de lado al obsesionarse con los pechos.

Siendo influenciado por sus amigos pervertidos dicho sea de paso.

Revisando su cartera, sacó su tarjeta de crédito y la observó un tanto dubitativo, antes de tomar una decisión.

ʺA la mierdaʺ — Pensó antes de entrar.

Veinte minutos después

Un castaño salía de la tienda con un estuche en su espalda, así como una caja grande bajo el brazo, con su fuerza de Demonio no fue un problema transportar la pesada carga.

Se dirigió hacia el parque, donde se sentó en una banca cerca de la fuente.

— Si esto sigue así enloqueceré, supongo que esto puede ser una buena distracción — Dijo para sí mismo con la mirada perdida en el firmamento.

[Compañero, puede que no signifique mucho, pero no estás solo]

Oyó decir al Dragón.

El chico sonrió con cierta tristeza, pero agradecido.

— Gracias Draig — Agradeció antes de empezar a caminar hacia su hogar.

Residencia Hyodo

El chico entró a su casa viéndola sola, como había sido desde hace varios meses.

Al principio no le había afectado, pero conforme pasaba el tiempo, el sentimiento de abandono, desplazamiento y soledad lo habían golpeado enormemente.

Agradecía que el tiempo y compañía que Rosseweise y Ophis le dedicaban a él hicieran más llevadera su estancia en esa casa.

Subiendo las escaleras con aparente calma, llegó hasta las puertas de su habitación, dudando un poco en abrirla.

Suspirando nuevamente, se adentró al interior del cuarto, viendo con desgana el enorme espacio, así como la gran cama, que le provocaban un mal sabor de boca.

Ciertamente ahora que dormía solo, esta habitación le parecía demasiado vacía.

Sujetando levemente su pecho por una pequeña punzada de dolor ʺfantasmaʺ, decidió ir al sótano, mientras sacaba de su bolsillo un papel con el símbolo Gremory.

¿Necesitaba algo Ise-san? — Preguntó el holograma recién invocado de cierta Maid.

— A decir verdad si Grayfia-san, ¿Podría venir a mi casa? — Preguntó mientras presionaba el botón del ascensor.

Por supuesto, en breve estaré ahí — Respondió la peliplata.

— Gracias, eres muy amable — Dijo finalizando la comunicación.

Si hubiera prestado más atención, se habría dado cuenta de la mirada asombrada de la sirvienta cuando habló de ese modo.

Entonces las puertas del ascensor se abrieron, dejándolo entrar para así marcar el último piso.

Minutos más tarde, se hallaba de pie en un campo de entrenamiento subterráneo, dirigiendo su vista a donde un círculo mágico aparecía.

— Gracias por venir — Dijo con una pequeña inclinación, que preocupó más a la Maid.

— ¿Para qué me necesitaba Ise-san? — Preguntó con su tono de siempre, pero sin dejar de analizar cada expresión del chico.

— Necesito que me ayudes con esto — Dijo extendiéndole un papel.

La peli-plata lo tomó, para que al revisarlo se encontrara con un pequeño plano.

— Quiero un nuevo piso subterráneo, pero no quiero que Rias y las demás se enteren — Pidió con una seriedad rara en él.

La Maid lo miró de manera interrogante ante la inesperada petición.

El castaño suspiró, caminó hacia un sofá donde se sentó, palmeando el sitio a su lado.

La peli-plata supo que algo andaba mal con el chico, por lo que optó por escuchar sus razones, así que aceptando la invitación se sentó junto al castaño.

Y así, Issei le habló acerca de lo que ocurría y sus preocupaciones.

Veinte minutos después

Grayfia tenía el ceño fruncido ante lo que el chico le había contado.

Realmente se sentía decepcionada de Rias y las demás.

Aunque también agradecía mentalmente a Rosseweise y Ophis que lo cuidaran.

Desde el incidente en los baños termales, le había cogido cariño al chico por lo que lo consideraba su hermano pequeño.

Aunque le tomara tres días recordar la plática con el castaño mientras este le lavaba la espalda a ella, avergonzándose de mostrarle ese lado vulnerable de ella al estar ebria.

Suavizando su mirada, sonrió levemente.

— Hablaré con Sirzechs al respecto, y referente al proyecto, mañana cuando llegues de la escuela estará hecho — Informó poniéndose de pie.

El castaño la imitó mientras dibujaba una pequeña sonrisa.

— Arigatto… Anee-ue — Agradeció con sinceridad.

Siendo tomada con la guardia baja, la peliplata no pudo ocultar su sorpresa al ser llamada de esa forma, antes de recomponerse y sonreír con naturalidad.

Despareciendo en un círculo mágico.

El chico se volvió a sentar, recostándose en el mueble, sin ganas de subir a los pisos superiores decidió quedarse en ese lugar hasta que todo estuviera listo.

Debido a la falta de actividad delictiva referente a lo sobrenatural, ninguna de las chicas usaba este campo de entrenamiento, por lo que podía estar alejado de ellas para que los comentarios acerca de ʺellosʺ no le afectaran tanto.

Viendo el pequeño frigorífico del lugar, se decidió preparar algo para cenar.

Dirigiendo su vista al reloj.

— 8 Pm, Supongo que pronto llegarán — Murmuró abriendo el artefacto sacando varios ingredientes para un emparedado.

Después de cenar, simplemente se tiró al mueble para descansar, no sin antes sentirse desechado por quienes habitaban su corazón.

Minutos más tarde ya se había dormido.

[Socio, espero que no llegues a ʺelloʺ]

Murmuró con preocupación su residente interno al notar como el dormido chico se llevaba la mano al pecho, mientras su rostro dibujaba una expresión amarga.


Al siguiente día

El chico dormía profundamente, antes de que la alarma que había programado empezara a sonar, despertándolo.

— Mmmm — Murmuró con pereza antes de apagarla, para después ponerse de pie.

Este mantenía los ojos cerrados, mientras se estiraba un poco.

Lentamente se dirigió a las duchas del lugar, donde tomaría un baño sin riesgo de encontrarse a las chicas.

Con el cuerpo limpio y estando más despierto, se vistió con el uniforme de la Academia Kuoh, para luego desayunar algo ligero antes de tomar sus cosas y cerrar sus ojos.

Después de mucha práctica había podido dominar el transporte por círculo mágico, por lo que fijó su objetivo en un callejón cerca de la Academia.

En un brillo rojizo, el chico hacía acto de presencia en un solitario callejón, para seguidamente ir hacia la salida, encontrándose con una escena que golpeó como nunca su corazón.

En un pequeño café, Rias y Akeno platicaban animadamente con un sujeto bien parecido de cabello azul y lentes, cabe decir que eso no fue tan malo, hasta que de un momento la pelirroja y el chico otro se quedaron mirando fijamente, antes de acortar distancia poco a poco.

Beso

Sin duda esa imagen devastó completamente al chico, la salida del callejón le daba una buena vista del lugar, siendo que el café era un sitio bastante discreto, por lo que solo él tuvo el ʺhonorʺ de ver ese gran momento.

Lo peor es que la morena había hecho lo mismo que la pelirroja, besando al chico que sin ninguna duda correspondía el acto.

Era como un concurso de besos entre ellas.

Con el corazón agrietado buscó otra salida, no queriendo seguir viendo tal espectáculo, no sin antes mirar por última vez como la morena rodeaba al joven por el cuello.

[…]

Sin palabras.

El Dragón simplemente se mantenía callado, no esperaba esto, y solo podía rezar en silencio que no se pusiera peor.

Pero, parecía que el destino no estaba de su lado en esos momentos.

En la otra salida del callejón, pudo ver como cierta Loli hablaba con un chico mayor que ella.

Con sus sentidos desarrollados pudo escuchar una confesión por parte del chico, recibiendo una afirmación de una sonrojada peliblanca, sellando la nueva relación.

Beso

Se sintió perturbado.

Usando un pequeño hechizo, cambió su cabello castaño a un color negro, acomodándolo hacia atrás mientras varios mechones caían al frente, además de cambiar sus ojos a color azul.

Cambió su complexión física a una más escuálida, además de sacar una pequeña botella de su portafolio, rociándose con su contenido.

Un pequeño truco que hace tiempo pensó para escapar de los sentidos de Koneko a la hora de espiar a las chicas.

Pasó junto a la pareja sin siquiera mirarlos, siguiendo su camino hacia la Academia.

Pudo darse cuenta que había muy pocos alumnos, pero no le dio importancia.

Entrando por las enormes puertas, atravesó el campus, viendo al trío de la iglesia compartiendo un lindo momento, siendo este la confesión del chico a una nerviosa Asia, bajo la mirada de las otras aparentes parejas.

El estar tomados de la mano significaba algo ¿No?

No quiso ver más, entrando al edificio se dirigió a los baños para dejar caer su disfraz.

Una vez dentro y volviendo a ser él mismo, se miró en el espejo detenidamente, viendo las ojeras que denotaban la falta de descanso.

Cerró sus ojos, antes de abrirlos y mirar la hora en su teléfono.

7: 20 Am.

Era bastante temprano, supuso que el levantarse temprano por primera vez en su vida le había abierto los ojos, de una manera sumamente dolorosa.

Sentía un dolor en su pecho que en nada se comparaba a la Maldición de Samael.

Sonrió con cierta amargura.

[Compañero…]

Musitó consternado.

— Parece ser que el destino del [Sekiryuutei] siempre es trágico — Habló para sí mismo, antes de dirigirse a su salón.

Su residente no dijo nada más, si esto seguía así podría ser peligroso para el chico.


Después de clases

El día pasó lento, mientras el castaño trataba de sacarse de su mente los eventos que presencio esa mañana, sin éxito alguno.

No ayudaba en nada que las chicas comentaban acerca del apuesto novio de la portadora del [Twilight Healing].

Con lentitud, se dirigió a la salida, encontrándose a Ravel que ni siquiera notó su presencia aún cuando ella pasó junto a él.

Con un sentimiento amargo decidió volver a su casa y ver si el proyecto estaba terminado.

Residencia Hyodo

Se llevó una mano al rostro, antes de suspirar y caminar hacia el elevador.

BIP

Su teléfono sonó indicando que había recibido un mensaje, así que extrayendo el dispositivo de su bolsillo, procedió a abrirlo.

ʺEl trabajo está hecho, para bajar debes presionar los seis botones de los pisos superiores del elevador juntos, antes de presionar los otros tres de los pisos inferioresʺ

ʺGrayfiaʺ

ʺUna cosa más, Lucifer-sama te visitará mañana ya que tiene un anuncio que darteʺ

Fue lo que leyó, antes de devolverlo a su bolsillo.

Una vez hubo entrado al elevador, procedió a realizar lo que decía el mensaje, notando como en el pequeño panel se dibujaba el número 10, indicando un nuevo piso en el edificio.

Piso Subterráneo Número 4

Las puertas se abrieron, mostrando un pequeño pasillo hacia una puerta.

Sin dudar se dirigió a dicha puerta antes de girar la perilla, ingresando en el lugar.

Una ligera sonrisa se dibujó en su rostro al ver la pequeña habitación con las comodidades necesarias para ser habitada.

Una cama, un escritorio con una computadora, un par de sofás, una TV de más de treinta pulgadas junto a una consola con varios juegos y un ropero.

Un pequeño bar con un frigorífico, también varios estantes con diversos libros.

Un sitio sencillo y cómodo que le recordaba su antigua habitación.

Acercándose a la cama, dejó caer su mochila en ella antes de invocar un círculo mágico, de donde salió su más reciente adquisición, siendo esta una guitarra eléctrica junto a un amplificador.

Estos eran diferentes a los de la oferta, ya que con los ingresos que tenía no tuvo reparo alguno en comprar los mejores instrumentos de la tienda.

Se cambió a unas ropas más ʺhogareñasʺ antes de dejarse caer en la cama, dedicándose a observar el techo blanco del lugar.

Junto a su cama había un pequeño mueble, donde pudo observar un papel que parecía ser una nota, así que tomándolo lo leyó con bastante intriga.

ʺIse-san, el sitio cuenta con todo lo que pidió, también contiene sellos insonorizantes que evitan que el sonido interior salga pero que el exterior entre, así que puedes hacer todo el ruido que quierasʺ

ʺLas dos puertas conducen a un baño termal y un campo de entrenamiento personalizado con las cosas que pediste y poco másʺ

ʺTambién tienes ropas nuevas y me tomé la molestia de llenar el refrigerador con comida sanaʺ

ʺGrayfiaʺ

El chico no pudo evitar sonreír, sin más se dirigió hacia las puertas, abriendo la primera.

Esta mostraba un baño de tamaño regular con una pequeña fuente termal y regaderas.

Abrió la siguiente para quedar satisfecho al ver el campo de entrenamiento.

Se dividía en un campo abierto, donde podría practicar sus ataques, así como sus movimientos de espada con [Ascalón].

Una serie de obstáculos para practicar Parkour, ya que esa actividad le atraía desde hace mucho, pero la pereza le impidió hacer algo al respecto.

Regresando a su habitación, se dirigió a su cama donde se dejó caer, mientras usaba sus brazos como almohada.

[Pareces feliz socio]

Oyó de repente.

— Que puedo decir, este lugar es como un pequeño paraíso donde puedo dejar de lado mis preocupaciones — Respondió con los ojos cerrados.

[Tarde o temprano tendrás que hacerle frente a la chica Gremory]

— Lo sé, pero antes debo de sacarme ese sentimiento del pecho o si no, no podré seguir adelante — Volvió a responder.

[Lamentablemente no será tan fácil, ahora que eres un Dragón completo]

El castaño abrió sus ojos ante las palabras del Dragón Celestial, pero antes de preguntar a que se refería, un holograma apareció en el mueble junto a su cama.

Ise, tiempo sin vernos — Oyó decir a una conocida voz.

— Rose-chan — Articuló sorprendido.

La mencionada se ruborizó levemente, pero dejando eso de lado observó su alrededor con curiosidad.

Acabo de terminar mis asuntos en Asgard, en estos momentos estoy resolviendo unos detalles antes de volver a casa, por cierto ¿Dónde te encuentras? No reconozco el lugar — Dijo cuando regresó su mirada sobre él.

El castaño bajó levemente la mirada, antes de mirarla de nuevo.

— Actualmente estoy cuatro pisos bajo la casa — Respondió con tono serio.

La albina alzó una ceja ante el tono del chico, por lo que intuyó que su estado de ánimo se debía cierta pelirroja y compañía.

Dime que ha pasado en mi ausencia — Dijo en tono serio.

El chico suspiró y empezó a relatar lo sucedido desde que la chica se había marchado.

Quince minutos después

Issei mantenía una expresión neutra que no iba de acorde con él, incluso se veía algo sombrío, algo que no le gustaba a la chica.

Entiendo, pronto estaré ahí, nos vemos — Dijo cortando la transmisión.

El chico se quedó mirando el suelo de la habitación, antes de que sus pupilas se dilataran y se sujetara el pecho con signos de dolor.

— ¡Argh! — Incluso cayó al piso mientras se retorcía.

[¡Compañero!]

Y todo se volvió oscuro.


Asgard

Cierta Valquiria se hallaba en la terraza de su habitación, viendo el cielo de Asgard, pensando en cierto castaño.

— Ise — Murmuró con cierta tristeza.

Ella había empezado a desarrollar sentimientos por el chico desde hace tiempo, más específicamente desde que le pidió el favor de hacerse pasar por su novio.

No es que ella lo supiera, claro está.

Ella había tenido una buena impresión del chico, por lo que decidió tratarlo más y conocerlo más a fondo.

Con el tiempo lo empezó a ver bajo una nueva luz.

Ella pudo conocer sus diversas facetas, siendo la de pervertido la que solía adoptar más a menudo, hasta la que mostraba cuando luchaba por proteger a otros.

Había regresado de la muerte gracias a los Dos Dioses Dragones como lo son Great Red y Ophis Ouroboros.

Cuando notó como estaba siendo dejado de lado por las chicas, ella no quiso dejarlo solo.

Para ella, esa acción por parte de Rias, Akeno, Asia, Xenovia, Irina, Koneko y Ravel fue egoísta e infantil.

Ese hombre lo había dado por ellas, ¿Y así le habían pagado? ¿Desechándolo cuando ya no lo necesitaban?

Frunció el ceño.

Este viaje le había abierto los ojos, ya que pasando a solas la mayoría del tiempo, o al menos cuando Ophis no estaba, empezó a tener sentimientos que jamás había experimentado.

El sentirse nerviosa cuando él la miraba de esa forma tan suave, los cumplidos que le decía y la forma tan caballerosa de comportarse con ella, hacía que se acelerara el corazón.

Si, desde que empezó a pasar tiempo con él, el castaño no se había comportado de forma pervertida, algo que de alguna forma le agradaba.

Con este viaje pudo darse cuenta del sentimiento que había aflorado en su corazón.

Amor.

Después de lo que le contó decidió decirle lo que sentía por él.

Un enorme sonrojo se apoderó de su rostro tan solo de pensarlo, pero algo le decía que si no lo hacía ahora se arrepentiría.

Con eso en mente entró al interior de su habitación a preparar sus cosas para volver.


Residencia Hyodo – Piso Subterráneo Número 4

Poco a poco abría sus ojos, reincorporándose lentamente mientras se sostenía de la cama.

— Draig… ¿Qué pasó? — Preguntó mientras se sostenía la cabeza con signos de mareo.

[Esperaba que esto no sucediera, pero ya que estás en peligro te diré lo que pasa]

— ¡! — El chico se sorprendió por eso.

[Esto se conoce como la Caída del Dragón y ocurre cuando nuestra pareja nos traiciona de cualquier forma, o cuando un profundo amor no es correspondido]

Después de esas palabras la habitación quedó en silencio.

— Entonces… es por eso que me desmayé… ya veo — Dijo el castaño de forma algo ausente.

[Escucha con atención]

El castaño puso una cara seria mientras miraba su mano donde un brillo verdoso estaba presente.

[Siendo ahora un Dragón completo esto te afecta directamente, los sentimientos de amor que tienes por la chica Gremory y las otras chicas empiezan a envenenarte desde dentro, tu poder Dragontino se vuelve en tu contra y empieza a deteriorar tu cuerpo, también tendrás problemas de ira así como posibilidades de perderte en los instintos de batalla]

El chico procesaba lentamente lo dicho por el Dragón.

[Normalmente solo dispara los instintos de batalla y los cambios de humor, descontrolando tu poder y provocándote daños, pero cuando hay más de una pareja esto se hace más grave, provocando todo lo dicho anteriormente]

Otro instante de silencio.

— Je… ¿Quieres decir que empezaré a morir lentamente… por amor? — Preguntó con una sonrisa amarga.

[A menos que te deshagas de los sentimientos que tienes por ellas… algo que ningún Dragón ha hecho por orgullo, o porque simplemente no puede]

El chico se mantenía con la mirada baja.

Olvidarse de Rias y las demás.

No era tan fácil.

Pero ellas se habían olvidado de él.

Les había dado todo su apoyo, logrando que se superaran de alguna u otra forma, pero ahora ya no lo necesitaban.

Frunció el ceño.

Recordó todos esos momentos que pasaron juntos, incluso los besos que recibió de ellas.

Llevó su mano derecha a su boca, cubriéndola.

— ¡Buagh! — Vomitó un poco de sangre cuando sintió un agudo dolor en su corazón.

Ya lo entendía.

A esto se refería Draig con que su poder lo mataría lentamente, sonrió con cierta ironía mientras se preguntaba si todas las chicas que decían amarlo de alguna u otra manera terminarían asesinándolo.

Pensándolo bien.

Podría dejarse morir lentamente, quizás cuando muera noten que él existía… o quizás sientan remordimientos por un buen tiempo en sus largas vidas… no sabía pero algo en esa idea le parecía atractivo.

— Ise — Una voz femenina resonó en su mente.

— Ise — Una voz sin emociones.

— Ise-sama —Una voz que curiosamente no era Ravel.

— Ise-nya~ — Una voz juguetona.

Recordar quienes aún notaban su existencia le hizo abrir sus ojos, seguramente ellas no querrían ver como se dejaba morir solo para que las otras lo notasen.

Sonrió de verdad, ellas no se lo perdonarían, quizás Le Fay y Kuroka eran menos cercanas que Rosseweise y Ophis, pero siempre que estaban en casa le dedicaban tiempo.

Entonces tomó su decisión, si Rias y las chicas ya no lo necesitaban entonces él seguiría su camino, si tomaba el examen para convertirse en Demonio de Clase Alta podría tener su propia Nobleza y salirse del grupo Gremory.

Entonces ideas empezaban a formarse en su mente.

Ya no le debía nada a Rias, él le había dado todo lo que estaba en sus manos y ella lo aprovechó.

Ya no sentía dudas, ni remordimientos.

— Draig… ¿Qué debo hacer? — Preguntó con mirada decidida y llena de determinación.

El Dragón solo se había quedado en silencio, esperando ver qué decisión tomaría el chico, mentiría si no se empezó a preocupar al notar los sentimientos de derrota y dolor que empezaban a inundar a su anfitrión.

Incluso se alarmó al verlo vomitar sangre, ya que eso se originaba cuando su poder reaccionaba a los recuerdos que impulsaban sus sentimientos, siendo su corazón el cual recibía doble daño, físico y emocional.

Pero al ver como dibujaba una sonrisa verdadera, soltó un suspiro que no sabía que contenía.

[Bien, solo sigue mis instrucciones]

Diez minutos más tarde

En el piso de la habitación se hallaba un círculo mágico color rojo, este tenía ocho pequeños círculos alrededor, mientras varios símbolos lo conformaban siendo la cabeza de un Dragón su centro.

— Terminé de hacer lo que me pediste ¿Ahora qué? — Preguntó mientras contemplaba su trabajo.

[Transfiérele siete aumentos]

El chico hizo lo pedido.

[Boosted Gear]

[Boost] [Boost] [Boost] [Boost]

[Boost] [Boost] [Boost]

[Transfer]

El círculo se iluminó, mientras empezaba a formarse una burbuja transparente de un rosa suave.

[Bien, te explicaré en qué consiste el ritual]

El chico asintió mientras ponía su mano a la altura de su cara para no perderse ningún detalle.

[Cuando entres en esa burbuja, el círculo mágico expulsará de tu cuerpo toda corrupción en tu corazón, los sentimientos nocivos que tienes por las chicas sobre todo, pero déjame advertirte algo… Estás a punto de experimentar un dolor más allá de tu imaginación]

El castaño cerró sus ojos ante la advertencia del Dragón, para luego abrirlos con extrema decisión.

— Si pude resistir la maldición de Samael, esto será un paseo por el parque — Dijo dando un par de pasos, quedando frente a la burbuja.

Lentamente acercó su mano, rozándola levemente con los dedos.

— ¡! ¡Ahhhhhh! — Un dolor terrible recorrió su cuerpo al grado de sintió como todo su ser se desgarraba por dentro.

Cayó de espaldas, mientras su cuerpo tenía espasmos de dolor.

Un hilo de sangre caía por la comisura de sus labios mientras respiraba agitadamente.

— Ya… veo — Murmuró con un ojo cerrado por el dolor.

[Déjame decirte que no sé cuánto tiempo tomará el ritual… Dime ¿Estás listo para el verdadero infierno?]

— Hay personas que no me perdonarían el morir… además si quiero ser el Rey del Harem debo ser fuerte y superar las dificultades que se me pongan enfrente — Levantándose con lentitud.

Se acercó de nuevo y sonriendo de forma salvaje entró sin dudar en la burbuja.

Dos horas después

Dos círculos mágicos se dieron paso en la habitación simultáneamente, desde donde surgieron una peli-plata y una albina.

Ambas se miraron con duda, antes de reparar en la figura frente a ellas, mientras esta les daba la espalda.

Se acercaron al mismo tiempo, dándose cuenta del rastro de sangre en el piso, por lo que alarmadas se movieron rápidamente quedando frente al castaño.

— ¡Ise! — Exclamó con horror Rosseweise.

— ¡Ise-san! — Fue la exclamación de la Maid.

Rosseweise se llevó las manos a la boca en un intento de ahogar su grito de terror, mientras Grayfia sentía una enorme conmoción.

La visión del chico frente a ellas era por demás… deplorable.

El chico temblaba levemente mientras sangre escurría por su cuerpo, no sabían cómo pero este se mantenía de pie mientras dirigía una mirada férrea hacia el frente, sin embargo a pesar de eso él se hallaba inconsciente.

Entre ambas lo movieron a su cama, mientras Rosseweise empezaba a desvestirlo para curarlo y Grayfia se disponía a informar a Rias o a alguien sobre el hallazgo.

[Será mejor que te quedes aquí y no informes a nadie acerca de esto, [Reina] Gremory]

El círculo mágico que la peli-plata estaba invocando fue cancelado al escuchar la voz del Dragón.

— Draig-san ¿Usted puede decirnos que sucedió con Ise? — Preguntó la preocupada albina sin perder tiempo.

Ambas mujeres oyeron como el mencionado suspiró.

[Se debe a un ritual de tipo Dragón]

Grayfia y Rosseweise parpadearon con leve confusión, antes de notar el círculo mágico dibujado en el suelo.

— ¿Cuál era el objetivo de tal ritual? — Preguntó ahora Grayfia.

La albina había despojado de toda su ropa al chico, dejándolo en ropa interior, por lo que invocó un kit de primeros auxilios y empezó a limpiar su cuerpo.

[Deben de saber que cuando un Dragón es traicionado por su pareja o no es correspondido, ese amor se vuelve un veneno que lo mata lentamente]

Ambas mujeres abrieron su ojos ante esa información, recordando que ahora el chico era un hibrido Dragón Demonio.

También tomaron en cuenta su situación sentimental actual.

[Esto se vuelve más grave cuando hay más de una pareja, si no hubiera hecho esto el hubiera muerto en medio año, o menos]

Grayfia cerró sus ojos procesando lo dicho por el Dragón.

Todo encajaba.

Incluso pudo darse una idea de qué función tenía el ritual.

Rosseweise dirigió su mirada al rostro del chico, que dormía apacible y dejó caer una lágrima, cuanto sufrimiento albergaba en su corazón, que incluso lo dejó en este estado.

— Entonces… el ritual lo despoja de sus sentimientos ¿O me equivoco? — Preguntó Grayfia con una mirada sombría.

[Te equivocas, el ritual lo libera de ello]

Desde la joya del [Boosted Gear] surgió un círculo mágico, que ellas reconocieron al instante como el que estaba dibujado en el piso.

Entonces una llama roja apreció en uno de los círculos pequeños que tenía en su circunferencia.

[Rias Gremory… Himejima Akeno… Asia Argento… Xenovia Quarta… Shidou Irina… Toujo Koneko… Ravel Phoenix… y por último Rosseweise]

Cada nombre iba acompañado de una llama de diferente color, siendo primero Roja, luego Violeta, Verde, Azul Rey, Naranja, Verde pálido, Dorado opaco y Azul Turquesa.

[Esta es una representación del amor que él sentía hacia cada una de las nombradas, incluso si él no se había dado cuenta]

Cabe decir que Grayfia se miraba interesada, mientras Rosseweise adquiría un sonrojo atómico al entender la indirecta de Draig.

También le llamó la atención de que la llama que le pertenecía a ella era más brillante que las anteriores.

[Con el ritual, esto pasó]

Dicho esto, todas las llamas perdieron el color, volviéndose totalmente grises y muertas, excepto por una.

La llama Azul Turquesa que representaba a Rosseweise, incluso pudieron ver como se hizo aún más brillante y viva que antes.

— Ya veo… eso me quita un peso de encima — Mientras dejaba salir un suspiro que no sabía que contenía.

— Eso quiere decir que ya no siente nada por ellas… ¿Verdad? — Fue el turno de Rosseweise, que vendaba con cuidado al castaño, quien tenía leve espasmos de dolor.

[Así es]

— ¿Entonces quiere decir que ellas ya no le importan? — Preguntó la peli-plata con preocupación.

[Solo dejó de sentir amor por ellas, él no las lastimará o buscará venganza, solo seguirá adelante con su vida]

Ambas mujeres se relajaron con la respuesta.

[Gracias a la Valquiria él no cerró su corazón, de ser así se hubiera vuelto alguien frío y distante]

La mencionada volvió a mirar al castaño, antes de acariciar su mejilla con preocupación.

— Entonces regresaré al castillo Gremory — Dijo la Maid acercándose al chico en la cama.

— Su cuerpo está agotado, el ritual debió poner una carga extrema sobre él — Informó su estado la albina.

La Maid puso su mano sobre el pecho del chico mientras lo miraba con calidez, antes de darse la vuelta y convocar un círculo de transporte desapareciendo.

Entonces la albina lo miró con tristeza, antes acomodarse a su lado y abrazarlo con cariño.

— No te volveré a dejar solo — Murmuró cerrando sus ojos.

Rápidamente el cansancio físico y emocional hicieron lo suyo, Morfeo la reclamó instantáneamente después de lo vivido ese día.


Al siguiente día

Cierto castaño empezaba abrir sus ojos, encontrándose con el techo blanco de su nueva habitación.

— ¿Mmm? ¿Are? — Parpadeó con duda.

Recordaba que cuando entró en la burbuja, sintió el peor dolor que pudo haber experimentado en vida.

Fueron dos horas completas las que pasó por ese infierno, siendo el sonido de pasos acercándose a él lo último que escuchó antes de perder la consciencia.

— Mmm… Ise… — Un murmullo llamó su atención.

Volteó su cabeza y junto a él pudo apreciar el rostro de la Valquiria durmiendo plácidamente.

Esta tenía un brazo sobre el pecho del castaño así como las piernas enredadas con las de él, dejándole sentir ciertas curvas que lo sonrojaron levemente.

Fijándose mejor en su cuerpo pudo notar las vendas en él, por lo que dedujo que la chica lo había cuidado.

Sonriendo de forma cálida, movió su mano libre para acariciar la mejilla de la dormida Rosseweise, que sintiendo el calor del contacto se aferró más a él.

— Nunca… te dejaré… Ise… no… me dejes — Murmuró en tono bajo, pero fue perfectamente escuchado por el chico.

Este como pudo, se movió para ladearse y besar su cabeza, rodeando su cintura después.

— No lo haré, Rosse-chan, siempre te protegeré así como lo hiciste en este tiempo — Fue su corta respuesta, cerrando sus ojos para volver a dormirse ya que aún sentía entumido el cuerpo.

Sin embargo su descanso fue interrumpido por un círculo mágico del Clan Gremory.

— Es bueno verte mejor Ise-kun — Dijo una nueva voz en la habitación.

El mencionado abrió sus ojos al reconocer la voz.

Dirigió su vista a donde un par de siluetas aparecían desde un círculo de transporte.

— Sirzechs-sama — Articuló el castaño al ver a uno de los Yondai Maous del inframundo.

— ¡Yo Ise-kun! — Saludó jovial, siendo reprendido por su dama de compañía.

— Compórtese Sirzechs-sama — Regañó la Maid mientras le daba un golpe en la nuca.

El pelirrojo lloriqueó infantilmente, antes de tornarse serio cuando divisó ciertos artículos en el piso dentro de un círculo mágico, procediendo a inclinarse y levantarlos calmadamente.

— Veo que el círculo de ritual hizo lo suyo ¿No es así? — Preguntó antes de erguirse y voltearse a ver al chico.

— Si, por el momento aún siento un poco sus efectos, aunque solo tengo el cuerpo entumecido — Respondió el chico mirando el techo.

Este había regresado a su posición anterior, cuando había despertado.

— Yo… me disculpo Ise-kun, debido a los caprichos de mi hermana has terminado sufriendo algo que no debías — Dijo inclinándose ante el chico.

Este lo miró sorprendido, antes de sonreír de forma un tanto despreocupada.

— No tiene que pedir disculpas, eso ya es pasado… Aunque dolió un infierno deshacerme de esos sentimientos — Susurró la última parte.

Ambos Demonios lo escucharon gracias a sus sentidos, pero optaron por no decir nada.

Ambos sabían a qué se refería, Grayfia por ver el estado del chico después del ritual y Sirzechs porque ella se lo informó.

— Entonces ¿A qué se debe su visita? Grayfia-san dijo que quería hablar conmigo — Inquirió con duda el castaño.

Ante la pregunta del chico, el Maou puso una expresión seria, preocupando al chico.

— Verás, por tus logros de Guerra… tanto el Consejo del Inframundo, así como los Yondai Maous te hemos concedido el Título de Gran Rey, también se te ha ascendido a Demonio de Clase Suprema — Soltó sin más el peli-rojo.

Silencio.

Un silencio absoluto reinaba en la habitación.

Grayfia tenía los ojos como platos, Sirzechs mantenía un rostro inexpresivo e Issei se llevaba una mano al mentón digiriendo esas palabras lentamente, hasta que entendió lo dicho por el Maou Lucifer.

Haciendo solo una cosa.

— ¿Eh? ¡¿Ehhhhhhhh?! — Exclamó con total estupefacción.

Si no fuera por los sellos de silencio, ese grito habría sido escuchado por el mismísimo Miguel allá en el cielo.

— Si, se te dio el rango de Gran Rey al estar al nivel de los Cinco Grandes Reyes Dragones, además de que subiste en la escala de la Sociedad Demoniaca al cumplir las expectativas de esos viejos — Explicó brevemente.

— Y-Ya ve-veo, recuerdo que esa es una de las maneras de convertirse en un Demonio de Clase Alta junto a los Rating Game — Habló para sí mismo.

— Felicidades Ise-san — Felicitó la peli-plata con una sonrisa.

— Gracias… Anee-ue — Agradeció con una pequeña sonrisa cálida.

Misma que Grayfia correspondió.

El peli-rojo solo parpadeó con confusión, pero lo dejó pasar.

— Ahora puedes formar tu propia corte, pero para eso necesitarás esto — Dijo acercándose al chico y extendiéndole un estuche color negro.

Este lo recibió con duda, para sorprenderse al ver el diseño de un Dragón rojo en la tapa, recordando que era el que aparecía de vez en cuando en la gema de su [Boosted Gear].

— Con esto ya no estarás bajo las ordenes de Rias, aunque ya no lo estabas de todas formas — Dijo el Maou.

El castaño le dirigió una mirada confusa, para luego abrir sus ojos al ver lo que el peli-rojo mostraba en su palma.

— Mis ocho piezas de [Peón]… ¿Cómo…? — Inquirió lleno de asombro.

— El ritual no solo se deshizo de tus sentimientos por ella, sino de cualquier vinculo, incluidas las piezas que usó para reencarnarte — Sentenció con seriedad el Maou.

Incluso Grayfia se sorprendió por lo que su esposo dijo.

— Eres libre, en estos momentos eres un Dragón en toda la extensión de la palabra y eso no cambiará, todo debido a ese juego de [Opportunity Piece] — Dijo señalando el estuche que sostenía el chico.

Issei lo miró interrogante, ganándose una pequeña risa del peli-rojo.

— Estas piezas de ajedrez son especiales ya que no convierten en Demonio a quien las reciba, sino que le concede las mejoras respecto a las piezas como velocidad, defensa y mejora mágica, pero conservarán sus orígenes — Explico.

— Creo que entiendo, si reencarno a un humano, este seguirá siendo humano ¿O me equivoco? — Dedujo con algo de torpeza.

— Exactamente, también aumentan su esperanza de vida a lo mismo que con las [Evil Piece], Ajuka también me dijo que como son un prototipo no sabe que secretos puedan guardar, así que espera que puedas informarle de cualquier acontecimiento respecto a esas piezas — Comentó el Maou.

El castaño miró con detenimiento el estuche, hasta que sintió lagrimas caer por su rostro.

— Felicidades Ise-kun, lograste convertirte en el [Peón] más fuerte, tienes tu propio juego de piezas por lo que podrás formar tu Harem y ser el Rey, espero cosas grandiosas de tu parte — Dijo sonriendo al ver como el chico se desmoronaba frente a él.

Sin duda se lo merecía.

— Gracias… Sirzechs-sama… por cierto ¿Podría pedirle un favor? — Agradeció al recomponerse, para mirarlo sin ninguna duda.

— Tú dirás — Concedió el Maou con intriga.

— Quiero un comercio entre piezas con Rias Gremory, pero si es posible no quiero tener que hablar con ella, lo más seguro es que se niegue — Habló el chico con súplica en su mirada.

Sirzechs se sorprendió, para luego mirar a cierta Valquiria durmiendo junto al chico, y sonrió levemente al darse cuenta de lo que el castaño pretendía.

Miró de reojo a Grayfia y viendo su leve sonrisa que ella tenía, supo que también se había dado cuenta de lo que planeaba el chico y que además estaba de acuerdo.

— Entonces hagamos el intercambio entre la Casa del [Sekiryuutei] y la Casa Gremory — Concedió para alegría del castaño.

— Gracias, Sirzechs-sama… Etto ¿Qué debo hacer? — Preguntó levemente sonrojado al darse cuenta de ese pequeño detalle.

Ambos Demonios parpadearon antes de sonreír ante el despiste del chico.

— Solo elige la pieza que le darás y recitas esto: 'Bajo el nombre de Hyodo Issei de la Casa de los Dragones, te pido que me sirvas de ahora en adelante como mi siervo y familia', no sin antes decir su nombre — Detalló el peli-rojo.

El chico asintió, antes de mover levemente a la chica junto a él.

— Rose-chan, despierta — Pidió con suavidad.

— Mmmm… ¿Ise? — Murmuró con un ojo abierto y tono adormilado.

Al darse cuenta de que el chico estaba despierto, se reincorporó como resorte para mirarlo fijamente, con lágrimas formándose en sus ojos se lanzó sobre él.

— ¡Buahhhh! ¡No vuelvas a asustarme así! ¡No sabría qué hacer si te ocurriera algo! ¡Buahhhh! — Lloraba aferrándose al castaño, que le daba palmaditas en la espalda y acariciaba su cabeza para calmarla.

Minutos después

Una sonrojada albina había terminado de escuchar la explicación del chico, enterándose de varios detalles respecto al ritual que Draig no le había dicho a Grayfia ni a ella.

Además de sentirse abochornada al perder así el control frente al Maou Lucifer y su [Reina].

— Entonces ¿Qu-Quieres ser una de mis piezas — Preguntó algo dubitativo.

La albina sonrió al verlo tan tímido, así que asintiendo, aceptó ser parte de su Título Nobiliario.

Esta era una forma de vengarse de Rias Gremory por lo que le obligó a hacer al castaño para olvidarla, aún le costaba trabajo sacarse de su mente la imagen del chico cubierto de sangre.

— Rosseweise, bajo el nombre de Hyodo Issei de la Casa de los Dragones, te pido que me sirvas de ahora en adelante como mi siervo y familia, desde este momento eres mi [Obispo] — Y con eso dicho, la pieza que flotaba frente a ella se introdujo en su cuerpo.

Pop

El sonido de un pequeño objeto llamó la atención del chico, reconociendo la pieza de [Torre] de Rias en los pies de él.

Levantando la pieza, se giró hacia el peli-rojo entregándosela en sus manos, recibiendo un asentimiento de este.

— Con todo dicho me retiro, luego vendrá Grayfia para informarte acerca de tu propiedad en el Inframundo — Dijo para luego desaparecer junto a la Maid.

El chico parpadeó, antes de recordar que Tannin tenía sus dominios al alcanzar el rango de Demonio de Clase Suprema, así que dedujo que también tendría sus propias tierras en ese lugar.

Suspirando, se volteó hacia una albina nerviosa que miraba al suelo.

No pudo evitar sonreír ante esa vista.

— Gracias, por estar conmigo — Acto seguido la abrazó, tomándola por sorpresa.

Pasada su sorpresa, la chica correspondió el gesto.

Sintiéndose valiente, se separó de él levemente, lo suficiente para mirarlo a los ojos, antes de besarlo tiernamente.

El castaño abrió sus ojos como platos, antes de corresponder el gesto y pasar sus brazos alrededor de la cintura de la albina.

Una vez se separaron, el cerebro del chico hizo cortocircuito mandándolo a la inconsciencia.

— ¿Ise? ¡Ise! — Exclamó alarmada la chica revisando al chico.

— Rosseweise… beso… el mejor día de mi vida — Balbuceó el inconsciente chico, sonrojando a la mencionada, quien con cuidado puso la cabeza del chico en su regazo.

Minutos más tarde

El castaño abría sus ojos, sintiendo como le acariciaban el cabello.

Enfocando su vista, pudo reconocer a Rosseweise, que lo miraba con calidez.

ʺYa veo… no fue un sueño… ¡Un momento! ¿E-Eso significa que Rosse-chan… me ama?ʺ — Pensó estupefacto.

[Lento, esa chica se enamoró de ti desde hace tiempo, solo que ella no se había dado cuenta… al igual que tú]

El comentario de Draig lo sonrojó, siendo imitado en el acto por la albina, ya que el chico no dejaba de verla fijamente.

— Siento no haberme dado cuenta antes… pero prometo cuidarte y no dejar que nada te falte — Susurró el chico lo suficiente audible para ella.

Ésta parpadeo con duda, antes de entender el contexto de esas palabras y sonreír aún con un pequeño sonrojo, por lo que su única respuesta fue inclinarse y reclamar los labios del chico en un beso que demostraba lo que sentía en esos momentos.

Issei se sentía como nunca.

Era un Demonio de Clase Suprema, tenía sus propias piezas para armar su corte, por último y más importante… ¡Una hermosa chica lo estaba besando con amor!

La calidez que desprendían sus labios jamás la había sentido, no podía compararlos con las otras chicas porque esos recuerdos carecían de importancia ahora.

Se levantó lentamente hasta estar de pie, siendo imitado por la peli-blanca.

— ¿Te quedas? Tenemos lo necesario para estar cómodos — Preguntó con una pequeña sonrisa.

— Mi lugar es a tu lado… mi [Rey] — Respondió la chica con una sonrisa juguetona.

El saberse correspondida le había hecho perder un poco su timidez frente al chico.

— Entonces solo queda una cosa por hacer — Dijo mientras posaba una rodilla frente a la sorprendida albina.

— Rosseweise, a pesar de no haberme dado cuenta fui enamorándome de ti, nunca he sido bueno con las palabras así que solo me resta preguntarte… ¿Aceptarías ser mi novia? — Preguntó con todo el valor que pudo reunir.

La mencionada tenía lágrimas en sus ojos, pero sonreía ante lo dicho por el chico, recordando que él dijo que iba a hacer las cosas bien, dándose cuenta que a esto se refería.

— Acepto ser tu novia, Hyodo Issei — Dijo con una linda y tímida sonrisa.

El chico se reincorporó y la abrazó con suavidad.

Ambos disfrutaron la cercanía del otro y deseaban que ese momento durara por siempre.

— Ya regresé — Dijo una voz sin emociones salida de la nada.

— ¡Kyaaa!/¡Ahhh! — Ambos se soltaron totalmente sobresaltados.

— Hola — Saludó una pequeña Loli Gótica alzando su mano.

— Ophis, no nos asustes así — Reprendió levemente el chico sujetando su pecho.

La albina se encontraba en una esquina de la habitación en las mismas condiciones que el chico.

— ¿Mmm? Ise, ¿Te volviste un Datenryu? — Inquirió después de analizar al chico con la mirada.

— ¿Eh? ¿De qué hablas? — Preguntó con duda el mencionado.

Entonces la pequeña solo se acercó a él y lo abrazó, para desconcierto del castaño y la albina.

[Es el nombre que reciben los Dragones después de caer]

Explicó Draig con simplicidad.

El chico lo entendió y supo que la pequeña Ophis se preocupaba por él, así que acarició su cabeza gentilmente.

— No te preocupes, ya pasó — Dijo con una leve sonrisa.

— Dejaste de ser un Demonio — Señaló la Diosa Dragón.

El chico sonrió un poco más, realmente nada se le escapaba a Ophis, así que le empezó a explicar los últimos acontecimientos.

— Quiero entrar — Fue el simple comentario de la pequeña Dragona.

Ambos presentes parpadearon ante lo dicho por la pequeña Diosa.

— ¿A qué se refiere Ophis-sama? — Preguntó la Valquiria con duda.

— Quiero estar con Ise, por eso seré parte de su grupo — Explicó, dejando con la quijada por los suelos a Rosseweise e Issei al entender a lo que se refería.

La pequeña aprovechó el momento de estupefacción y la cercanía del chico para buscar en su bolsillo, así extrajo el estuche de sus piezas.

Ante la atónita mirada del par, la pequeña diosa lo abrió y busco la pieza indicada para ella, siendo esta la [Reina].

Saliendo de su estupor, el castaño intentó decir algo, pero un destello cubrió a la Diosa Dragón, impidiendo que cualquiera pudiese moverse.

Segundos después, se puede ver como Ophis estaba de pie frente a él, extendiéndole el estuche al castaño, quien lo recibió mecánicamente antes de devolverlo a su bolsillo.

Sacudiendo su cabeza y saliendo de su estupor, el castaño la miró sin poder creer lo que había sucedido.

— ¿Co-Como…? Si eres mucho más poderosa que yo, por lo que sé, reencarnarte era prácticamente imposible — Articuló con dificultad.

—…— La albina no decía nada, ya que le era inverosímil la escena frente a ella.

— No fue difícil sincronizar mi poder con la pieza, además he descubierto un pequeño truco en ellas — Respondió en tono neutro, antes de cerrar los ojos.

La pareja abrió sus ojos en shock al sentir un cambio en el aura de la Diosa Dragón, prácticamente frente a ellos había otra persona, aunque el aura Dragón permanecía sin ningún cambio.

— E-Esto es… — Balbuceó la valquiria sin poder creerlo.

— Puedo cambiar mi aura totalmente, con eso nadie sabrá que estoy en tu grupo — Agregó en tono entusiasmado… al estilo Ophis claro está.

Lo cual apenas era reconocible para aquellos que la conocían, en el caso de Issei y Rosseweise el vínculo con las piezas les permitía saberlo con más facilidad.

El castaño suspiró, realmente esto era algo que jamás se hubiera esperado.

ʺCiertamente esta Diosa Dragón hace lo que quiere, supongo que no debí sorprenderme por estoʺ — Pensó resignado.

[Ciertamente has logrado cosas que otros solo han soñado, compañero]

Dijo en tono jocoso.

El chico no dijo nada pero le dio la razón mentalmente.

Si lo pensaba bien, realmente había logrado cosas que nadie más había podido hacer, aunque decidió ignorar estos pensamientos.

— Solo falta cambiar tu apariencia para pasar totalmente desapercibida, además de disminuir tu aura — Señaló la albina sin ninguna intención.

La pequeña Loli ladeó el rostro en confusión, antes de asentir en comprensión.

Un brillo cubrió su cuerpo, cegando momentáneamente a la pareja, hasta que segundos más tarde desapareció, pero aún sin ver pudieron notar como el aura de la Diosa Dragón había disminuido.

Ahora estaba casi a la par de Grayfia y eso era decir mucho.

Entonces Issei dejó caer su quijada una vez más.

Rosseweise casi siente desmayarse.

Frente a ellos se hallaba una joven de cabello negro atado en dos coletas a la altura de sus hombros, las cuales caían al frente.

Sus ojos eran de un cautivante color rojizo, mientras su ojo izquierdo era tapado por un flequillo.

Esto, sumado a su nariz y boca pequeñas realzaban su belleza a otro nivel.

Vestía un kimono negro que dejaba sus hombros descubiertos demostrando su blanca piel, mientras las mangas se volvían amplias justo en los puños, un obi violeta en su cintura y sandalias sencillas.

Esta tenía una expresión neutra, pero un ligero sonrojo era apreciado por ambos.

El castaño se sonrojó de sobre manera, antes de desmayarse, no sin antes levantar el pulgar en señal de estar de acuerdo.

— Quien dijera que podría ser lo que llaman Fem-fatale, Ophis-sama — Murmuró incrédula la valquiria.

La mencionada solo ladeó el rostro sin haber entendido ni una palabra, aunque por dentro realmente disfrutó de la mirada embelesada que le dedicó el castaño antes de desmayarse.

Unos minutos después y con un castaño despierto, este comenzó a vestirse con el uniforme para asistir al día de clases, pese a los pucheros de Rosseweise y Ophis.

Usó toda su fuerza de voluntad por no sucumbir ante el rostro tierno de la albina y el de la morena, prometiendo que cuando regresara las llevaría a donde quisieran, marchándose en un círculo mágico.

Ambas chicas se miraron, antes de que Ophis desapareciera a saber donde, mientras la Valquiria tomaba un baño.


Academia Kuoh – Salón del Club de lo Oculto

Se hallaban reunidos el grupo Gremory junto a Azazel, ya que Rias los había convocado para un informe regular como habían estado haciendo desde hace un tiempo atrás.

La peli-roja escaneaba con la mirada al grupo, antes de reparar en la ausencia de cierto [Peón].

— ¿Alguien ha visto a Issei? — Preguntó con una ceja alzada.

— Ahora que lo mencionas, tiene meses que no lo he visto — Murmuró Akeno con la mano en el mentón.

Todo esto ocurría bajo la mirada del ex-Gobernador de Grigory, quién estaba informado sobre el estatus actual del [Sekiryuutei], pero por petición de Sirzechs no diría nada.

Este se hallaba refirmado de espaldas en la ventana del edificio, desviando su vista del grupo hacia el exterior, preguntándose que estaría haciendo el chico.

Aunque el verlo llegar con un estuche en su espalda y un aura diferente a lo normal lo llenó de intriga, pero lo dejó pasar para no alertar al grupo.

— Yo tampoco lo he visto — Dijo esta vez Asia, mientras una expresión complicada adornaba su rostro.

Los demás hicieron memoria si lo habían visto, pero nada.

Esto puso un poco nerviosos a los demás miembros, ya que prácticamente se habían olvidado del chico sin ninguna intención, por lo que hicieron una nota mental de compensarlo en cuanto lo vieran.

Ahora que lo pensaban, tampoco habían recibido noticias de su compañera [Torre] que estaba de misión en Asgard.

El Caído solo los miró con aburrimiento, a pesar de ver el ligero arrepentimiento en sus expresiones sabía que eventualmente se olvidarían del chico.

— Como sea, después de la última batalla las cosas han estado tranquilas, pero no está demás estar alertas ante cualquier ataque — Le restó importancia la peli-roja.

Los demás asintieron un tanto dudosos y dieron sus reportes, aunque no había nada que resaltar realmente, ya que ni siquiera los Demonios Vagabundos habían hecho de las suyas, no queriendo tener problemas con la Casa Gremory y la Casa Sitri.

La peli-roja solo pudo suspirar al recibir el último informe, siendo este el de Gasper.

— Bien, supongo que es todo, Akeno, nos vamos — Dijo alzando sus manos convocando un círculo de transporte.

— Ara ara, Kaito-kun ya debe estar en ese lugar — Fue el comentario de la morena antes de desaparecer.

Los demás fueron despidiéndose mientras iban a sus respectivas aulas, mientras Azazel negaba con la cabeza.

— Sin duda les darás una gran sorpresa chico, me pregunto qué clase de sirvientes tendrás jejeje — Dirigiéndose a la salida, seguramente a perderse por ahí.

Academia Kuoh

El castaño caminaba con calma, su objetivo, el salón que pertenecía al extinto Club de Música.

Sabía que estaba mal saltarse las clases, pero el Festival de la escuela era en poco menos de dos meses y debía de estar en las mejores condiciones, ya que él quería participar en él.

Llegando al mencionado lugar, revisó que no había nadie, desde que los alumnos de tercero egresaron este Club se había disuelto, pero algunos instrumentos y una que otra herramienta seguían aquí.

Como prueba de ello, el amplificador frente a él se hallaba en buenas condiciones.

— Perfecto, ahora veremos que tanto me he oxidado — Abriendo su estuche y conectando su instrumento.

Unas notas rápidas le indicaron lo mal que estaba, ya que sonaron fatal debido a sus dedos que habían perdido su destreza de antaño.

— Ok… realmente estoy muy oxidado… deberé ponerme al día antes de hacer lo más importante, buscar miembros — Suspiró antes de empezar con unos ejercicios para aflojar los dedos.

Hora del almuerzo

El castaño iba silbando distraídamente una canción, había avanzado bastante y ahora tocaba decentemente… quizás, pero de algo estaba seguro, y era que si se esforzaba lo suficiente podría estar al 100% el día del evento, o quizás mejor que eso.

Con su vista periférica distinguió al [Peón] Sitri, que patrullaba los pasillos como el Fuku-Kaicho del Consejo Estudiantil.

— Yoh, Saji — Saludó con una expresión relajada muy rara en él.

El rubio lo miró extrañado, antes de encogerse de hombros y devolver el saludo.

— Hola Hyodo ¿Cómo has estado? — Preguntó con una pequeña sonrisa, aunque en el interior era otra historia.

Aunque no lo admitiera estaba preocupado por el chico, ya que su [Rey] les había informado lo que sucedía en el séquito Gremory, ya que siempre platicaba con la peli-roja por lo que supo varias cosas, entre ellas el nuevo interés amoroso de las chicas así como el desplazamiento del chico.

Ruruko lo había confirmado al haber hablado con el trío de la Iglesia, cabe decir que cuando escucharon el trato hacia su compañero se sintieron bastante molestos.

Así que Sona les pidió que apoyaran al chico para que al menos su vida estudiantil pudiera ser más llevadera, aunque el verlo de mejor humor y con una actitud un tanto despreocupada como solía ser a veces, le quitaba un gran peso de encima.

— Mejor que nunca… por cierto, necesito tu ayuda — Respondió con una ligera sonrisa, antes de pasar su brazo sobre el hombro del rubio.

Este parpadeó con confusión, antes de sonreír al notar que el castaño había vuelto a la normalidad.

— Cuenta conmigo, pero si es algo pervertido… — Amenazó después de confirmar su ayuda.

— ¿Eh? No es eso, es otra cosa — Parpadeó confundido antes de mover su mano en señal de negación un tanto desinteresada.

Eso intrigó más al chico Sitri.

— Quiero formar una banda y necesito saber quienes saben tocar instrumentos musicales a un nivel decente — Explicó brevemente.

El rubio lo miró con confusión, para luego notar el estuche en la espalda del chico.

— ¡¿Hablas en serió?! Vaya… realmente no me esperé esto — Articuló sin saber que más decir.

— Entonces ¿Me ayudarás sí o no? — Preguntó con mirada seria.

— Claro, conozco a un par de personas que podrían ayudarte, incluyéndome — Respondió señalando el estuche en la espalda del castaño.

Issei solo pudo sonreír de manera amplia ante la respuesta del chico.

— ¡Genial! Estaré en el Club de Música — Dijo con entusiasmo, dándole una palmada amistosa en la espalda antes de seguir su camino a la cafetería.

El rubio lo observó marcharse, antes de sonreír levemente, y dirigirse al salón del Consejo Estudiantil para mover algunos horarios.

Salón del Antiguo Club de Música – Después del receso

El castaño observaba a las personas en la habitación, un poco sorprendido por quienes eran los personajes.

— Ok, esto no me lo esperaba — Susurró el chico un tanto incómodo.

— Realmente yo soy la más sorprendida Hyodo — Dijo una chica.

— Ok, esto es un poco incómodo — Murmuró otra chica.

— Quien te viera Hyodo, mira que querer formar una banda — Otra voz femenina.

— No te preocupes, las he escuchado y sé que son buenas — Trató de tranquilizarlo una voz masculina.

El chico se masajeó el puente de la nariz, realmente no esperaba que todos los implicados fueran parte de lo sobrenatural de una u otra forma.

— Bien, creo que primero debemos presentarnos… Hyodo Issei, Guitarra Eléctrica — Empezó el castaño.

— Mmmm… Kiryu Aika, Piano y Teclado — Se presentó la chica de lentes.

— Tomoe Meguri, Bajo — Fue el turno de la castaña-rojiza de coletas.

— Tsubasa Yura, Batería — Habló la [Torre] Sitri.

— Saji Genshiro, Guitarra Eléctrica — Dijo el [Peón] Sitri.

Una vez acabó la presentación, el castaño les indicó sus puestos, encontrándose con los instrumentos ya conectados y funcionales.

Los cinco se dieron una mirada y ya sabiendo que canción tocar para empezar a familiarizarse, empezaron la función.


Hora de la salida

El quinteto caminaba a través de la entrada hacia el exterior.

— Uff, de verdad estuvimos fatal — Se quejó Tomoe.

— Es el primer día, estoy seguro que mañana mejoraremos — Alentó el castaño.

— Aunque realmente no me imaginaba que tocabas algún instrumento, pero debo decir que lo haces regular — Comentó Kiryu ajustando sus gafas.

— Bien, no había tocado una guitarra desde hace más de cinco años, por lo que no estoy al nivel de ese entonces — Respondió avergonzado y con una mano en la nuca.

Los demás se sorprendieron ante ese dato, pero más al haber convivido con el chico y notar que algo en él había cambiado.

De alguna manera esto los hizo sentir más cómodos.

— Entonces nos veremos mañana, trata de conseguir un cantante — Sugirió Tomoe despidiéndose con una sonrisa.

— Hasta mañana — Se despidió Yura con una leve sonrisa, ella era de pocas palabras.

— Nos veremos Hyodo — Se despidió Saji alzando la mano.

— No es por subirte el ego, pero esta faceta tuya te hace más atractivo — Fue el comentario de la castaña que se alejaba del chico, que sonrojado empezó a caminar sin rumbo fijo.

El chico caminaba por el centro de la ciudad, ya que algo le decía que se dirigiera hacia allí.

Entonces chocó con una persona siendo los dos mandados al suelo.

— ¡Kya! — Fue un grito femenino que alertó al chico.

Rápidamente se levantó para ayudar a la otra persona, quedándose pasmado al ver de quien se trataba.

Vestía un vestido blanco de tirante, un sombrero a juego y sandalias así como un pequeño bolso, pero lo que más le llamaba la atención era ese cabello rubio y los ojos verdes.

— ¡Gabriel-san! — Exclamó extendiendo su mano hacia la Serafín.

Esta alzó su mirada con confusión, ya que eran pocos los que podrían reconocerla, para encontrarse frente a frente con el [Sekiryuutei] extendiéndole su mano.

Aceptando la ayuda, se reincorporó para luego sacudir sus ropas.

— Disculpa, es que iba distraída — Se disculpó con una expresión nerviosa.

— Yo también iba distraído, no es su culpa — Le restó importancia el castaño.

Entonces una pregunta llegó a su mente.

— Por cierto ¿Qué hace aquí? — Preguntó con bastante curiosidad.

La Serafín suspiró con cierta molestia, incluso haciendo un puchero, para luego jalar de la mano al chico.

— Te contaré en el camino — Fue su respuesta.

El castaño solo se dejó arrastrar, algo le decía que debía de acompañar a la mujer más bella del cielo.

Minutos después

La rubia le había platicado como estaban las cosas en el cielo actualmente.

— Ya veo, sus hermanos la dejan de lado y solo le asignan el papeleo — Murmuró con los brazos cruzados sin dejar de caminar.

— No solo eso, no me permiten participar en las reuniones importantes, dicen que mis opiniones no tienen ningún peso a la hora de debatir lo que es mejor para el Tratado — Se quejó haciendo un puchero.

El chico posó una mano en su hombro.

— Sé cómo se siente, pero no creo que lo hagan con mala intención — Trató de consolar el chico.

— Lo sé, es por eso que no puedo enojarme con ellos, pero es frustrante — Dijo haciendo un mohín.

El chico se sintió un tanto incómodo.

Pasaron frente a una cafetería, donde una figura los quedó viendo con ligera incredulidad.

— Esos son — Susurró antes de levantarse de su mesa.

El castaño y la rubia hablaban de temas triviales, cuando un grito les llamó la atención.

— ¡Oe! ¡Gabriel! ¡Draig! — Exclamó una persona desde una mesa de un establecimiento.

Los mencionados dirigieron su vista a quien los llamaba.

Vestía un traje de ejecutiva color negro, lentes oscuros y su cabello púrpura peinado en una coleta baja.

Ambos abrieron sus ojos al reconocer a la figura.

— ¡Penemue! — Exclamó Gabriel.

— ¡Penemue-san! — Exclamó Issei.

Los tres estaban sentados disfrutando de una taza de café, mientras el castaño no daba crédito a las personas que se encontró gracias a sus instintos.

Gabriel, uno de las Serafines del Cielo, al mismo tiempo una de los Cuatro Grandes Serafines.

Penemue, uno de los Líderes de Grigory, quien ostentaba el rango de Cadre.

— ¿Qué haces aquí? Tú no eres de salir mucho — Preguntó la rubia con duda.

— Me harté de ser la Secretaria en Jefe de Grigory — Fue su simple respuesta.

Los otros tuvieron una gota en la nuca.

— Fui la Secretaria personal de Azazel por un tiempo, por lo que tenía que hacer todo el papeleo en lugar de ese perezoso — Se quejó dándole un sorbo a su bebida.

— Ya veo, yo estoy aquí por lo mismo — Dijo una desanimada rubia.

— Por cierto chico, no siento poder Demoniaco en ti — Señaló de repente la Caído.

— Es cierto, yo no lo había notado — Dijo con curiosidad la rubia.

— Bueno… lo que sucedió fue… — Inseguro de lo que saldría de esta plática.

Aunque ambas le daban cierta confianza, algo por demás extraño, así que solo se limitó a seguir sus instintos.

Una explicación más tarde

El chico había terminado de relatar todo lo vivido de una manera resumida, ahora esperaba que alguna de ellas dijera algo.

— ¡Pobrecito! — Gabriel lo apretó en un poderoso abrazo que casi le parte las costillas.

— Ga-Gabriel-san... por favor — Poniéndose azul.

— ¡! ¡Lo siento! — Aflojando su agarre.

— Ah ah ah pensé… que moriría — Dijo respirando agitado.

— Entonces ahora eres un 'Demonio' de Clase Suprema y tienes tus propias piezas ¿Eh? — Pronunció la Caído antes de tomar otro sorbo a su bebida.

— Si, aunque ya no soy un Demonio y mis piezas permiten a quien las recibe conservar su raza de origen — Confirmó un tanto incómodo ante la mirada insistente de Gabriel.

La Caído cerró sus ojos, meditando un poco, para luego abrirlos.

— Quiero entrar — Dijo de repente.

El chico tuvo una sensación de Deja-vú ante lo dicho por Penemue.

— Oh oh oh oh, yo también — Dijo ahora Gabriel alzando su mano de forma entusiasta.

— Bien, aunque creo que habrá problemas con Gabriel, ya que no quiero morir si Griselda-san se entera — Aceptó, aunque lo último que dijo le provocó un escalofrío.

La rubia parpadeó ante lo dicho por el chico, antes de sonreír de forma despreocupada.

— Ella lo aceptará, puesto que no dejaré de ser un Serafín — Fue su respuesta moviendo la mano restándole importancia.

— Solo espero poder sobrevivir en un futuro cercano — Y con eso dicho el castaño pagó la cuenta, algo que ambas mujeres vieron como gesto de Caballerosidad, para luego marcharse los tres a un parque cercano.

Parque de la ciudad

El trío estaba en una parte donde muy pocas personas pasaban, mientras la Serafín invocaba un círculo mágico, de donde surgió una figura conocida por el chico, algo que lo hizo temblar y temer por su vida.

La figura se arrodilló rápidamente frente a la rubia.

— A sus ordenes Gabriel-sama — Pronunció con respeto.

— Griselda, hay algo que debo decirte — Dijo con tono serio, algo que intrigó a la mencionada.

Una explicación más tarde

Griselda no había abandonado su posición de rodillas, mientras procesaba lo dicho por su ama.

— Ah… realmente no me esperé algo así de Xenovia, o de Irina, mucho menos de Asia — Fue lo primero que dijo la monja después de suspirar.

Entonces dirigió su vista al nervioso castaño, que le sostuvo la mirada.

— Si acepto es por seguir a Gabriel-sama, y por lo que hicieron Xenovia, Irina y Asia — Dijo con un tono de disculpa.

El chico se sorprendió, él esperaba que primero lo golpeara hasta casi dejarlo muerto, pero recomponiéndose de la sorpresa le restó importancia al asunto.

— Eso ya es pasado, no tiene que preocuparse por eso Griselda-san — Dijo con tono despreocupado.

La mencionada abrió sus ojos ligeramente ante el comportamiento del castaño, pensó que todo eso le habría afectado pero parecía no ser así, de alguna forma había superado lo sucedido con las chicas, y eso le intrigaba.

En otras circunstancias habría golpeado al chico como advertencia de no hacerle algo raro a su Señora, pero había algo distinto en el chico, algo que le decía confiar en él.

Asintiendo le dio la confirmación al castaño, por lo que este sacó su pequeño estuche, que al momento abrirlo tres piezas salieron flotando hasta cada mujer frente a él.

Griselda recibió un [Caballo].

Gabriel una [Torre]

Penemue un [Peón]

El chico parpadeó confundido, antes de comprenderlo.

— Gabriel, Penemue, Griselda Quarta… bajo el nombre de Hyodo Issei de la Casa de los Dragones, les pido que me sirvan de ahora en adelante como mis siervos y familia, siendo mi [Caballo], [Torre] y [Peón] de ahora en adelante — Recitó.

Con eso dicho, las piezas se introdujeron en ellas en un brillo cegador.

Segundos después, todo había terminado.

Las chicas se inspeccionaban buscando algún cambio en ellas, pero no había ninguno, excepto por la marca del Dragón en sus manos, siendo Griselda quien tenía dos marcas contando con la de Reina de Corazones que le fue otorgada por Gabriel.

En una última prueba, todas desplegaron su alas, para verlas sin un solo cambio, incluso los poderes de luz seguían intactos.

El castaño solo observaba sus piezas restantes con intriga, mientras una idea empezaba a formarse en su mente.

ʺLas [Opportunity Piece] son capaces de buscar candidatos para mi Nobleza, eso significa que ellas me trajeron hasta aquí sabiendo que encontraría los siguientes miembros de mi Títuloʺ — Pensó con asombro.

Debido a tanta información que había procesado en poco tiempo, su cabeza empezó a expulsar humo.

— Rayos, mi cabeza — Se quejó llorando lagrimas anime.

Una vez que los nuevos miembros comprobaron que no había nada fuera de lo común en ellas, el castaño les dijo que gracias a la pieza podían cambiar su aura, aunque seguirían siendo reconocibles como Ángeles y Caídos.

También que si cambiaban su apariencia nadie los reconocería, ni siquiera Azazel o Miguel.

Esta noticia hizo sonreír a Gabriel y Penemue, una de forma traviesa e inocente y la otra de forma maligna y vengativa.

Gabriel ahora tenía la apariencia de una chica joven, su cabello amarrado en una coleta lateral y siendo más corto, mientras sus curvas se reducían un poco, terminando su nuevo look con unos lentes.

ʺLindaʺ — Pensó un sonrojado castaño.

Penemue había adoptado una apariencia más liberal que contrastaba con su usual mirada seria.

Ella vestía unos jeans azules a la cadera y una blusa negra que dejaba al descubierto su estómago, también una chaqueta blanca, se veía de la misma edad que la rubia.

ʺHermosaʺ — Sonrojándose un poco más.

Ambas parecían chicas de 19 o 20 años.

El chico admitía que ambas se veían fantásticas.

— Creo que es hora de irnos Mu-chan, Bri-chan, Griselda-san — llamó el chico su atención.

El trío parpadeó en confusión, para que después Penemue y Gabriel se sonrojaran levemente al comprender que se refería a ellas.

Sin duda el sobrenombre las haría pasar inadvertidas, además sonaba lindo.

La monja frunció el ceño ante eso, siendo notada por el castaño.

— Vamos Griselda-chan, no te quedes atrás — Dijo en tono juguetón.

La normalmente gentil y amable monja infló las mejillas con un ligero sonrojo, para seguir a su Señora y su nuevo Señor.

Residencia Hyodo – Piso Subterráneo Número 4

El castaño y compañía aparecían en un círculo mágico en su habitación.

— Debo de reconsiderar ampliar esto — Murmuró al ver que el espacio era muy pequeño.

Los nuevos integrantes de su Nobleza se acomodaron en el sofá de la habitación, mientras el chico se dejaba caer en la cama, sacando la guitarra de su estuche y conectándola en el amplificador.

— Si desean pueden salir o hacer lo que quieran, las traje para que supieran donde estoy viviendo — Dijo el chico de repente, mientras el trío lo miraba.

— Así estamos bien, por el momento no quiero ir a ningún lado — Dijo la Caído con pereza.

Aún recordaba la primera impresión de ella, aunque parecía una mujer recatada y estricta, en realidad era alguien fácil de tratar.

— Yo tengo curiosidad acerca de lo que estás haciendo — Señaló Gabriel al ver como el chico tocaba algunas notas.

— La verdad no tengo nada que hacer — Fue la respuesta de Griselda mientras sonreía levemente.

Ya había tratado con el chico antes, pero esta nueva faceta le era un total misterio y realmente estaba interesada.

— Supongo que está bien — Respondió el chico.

Mientras tocaba su Guitarra, una idea empezó a formularse en su mente, pero primero debía practicar lo suyo.

Una hora después

El chico había terminado sus ejercicios, y debía admitir que había mejorado bastante, algo que Penemue le había comentado al final.

Justo cuando guardaba su instrumento dos círculos mágicos aparecieron en la habitación.

Gabriel y Penemue no se preocuparon al notar el círculo Gremory en color plateado, además del círculo del [Sekiryuutei].

En cambio, Griselda se tensó levemente, no esperando encontrarse con alguien del séquito Gremory tan pronto.

Repitiendo lo mismo de la noche anterior, Grayfia y Rosseweise aparecieron simultáneamente en el lugar.

Ambas se miraron, para luego encogerse de hombros, alzando una ceja al notar las nuevas presencias en la habitación.

— Ise-sama — Saludó la Maid con respeto.

— Ise — Saludó la albina acercándose al chico.

— Rose-chan, Anee-ue — Devolvió el saludo con una pequeña sonrisa.

— Veo nuevas caras — Hizo notar la peli-plata.

Antes de cualquier otra cosa, pudieron notar a una chica de cabello negro sentada junto al castaño en su cama, provocando que todas parpadearan ante ese hecho, ya que no la habían sentido llegar en ningún momento.

— Bien, creo que debería empezar con las presentaciones — Indicó el chico con tono un tanto serio.

La albina se sentó al lado del castaño, terminando este flanqueado por sus dos primeras piezas.

Grayfia simplemente permaneció de pie, analizando con la mirada a cada chica en la habitación, dándose cuenta de ciertos aspectos de cada una.

ʺUn Ángel, una Caído, una Dragona, una Exorcista y una Valquiria… ¿Podría ser?ʺ — Pensó mientras sus ojos se abrían levemente al considerar esa idea.

— Bien, primero sería Kurumi-chan, mi [Reina] — Señalando a la morena de ojos rojos.

La voz del castaño la sacó de sus pensamientos, mientras le dedicaba una mirada escrutadora a la chica.

ʺTiene un poder increíble, casi a la altura del míoʺ — Pensó al sentir sus reservas de energía.

La mencionada parpadeó con confusión ante el nombre, pero el chico le susurró que era para que nadie la reconozca, comprendiendo y asintiendo, además por alguna razón le gustó el nombre dado por el chico.

— Mi primer [Obispo], Rosseweise — Fue el turno de la albina.

La nombrada sonrió de manera amistosa.

— Mi primera [Torre], Bri-chan — Fue el turno de la rubia.

Esta alzó la mano a modo de saludo mientras sonreía despreocupada.

— Mi primer [Caballo], Gris-chan, antes de que pregunten llegué a un acuerdo con Gabriel — Aclaró al ver que Grayfia iba a abrir la boca.

La Exorcista sonrió de forma amable, aunque se sintió extraña ante la forma tan cercana en la que el chico la llamó.

— Por último, mi [Peón], Mu-chan — Presentó a la Caído.

Ella solo asintió como saludo.

La peli-plata había inspeccionado a cada una, dándose cuenta de algo.

Además de ser hermosas chicas, ella podía sentir los niveles de poder de cada una.

Todas estaban muy cerca del nivel de la Nobleza de su esposo, además de contener bastante variedad de razas, sin duda ambos Títulos Nobiliarios tenían sus rarezas.

Claro que ella no sabía que Ophis, Gabriel y Penemue habían reducido su poder.

La Maid asintió en comprensión.

— Entonces ¿Qué te trae por aquí? — Preguntó curioso el chico.

— Acompáñeme y lo sabrá – Respondió mientras invocaba un círculo mágico bastante amplio.

Con una mirada del chico, todas se reunieron junto a él, para desaparecer del lugar.


Inframundo

Todo el mundo apareció frente a las puertas de lo que parecía un Castillo, aunque lo que le llamó la atención al castaño era la apariencia sombría del edificio.

— Bienvenidos al Castillo del Dragón Rojo — Anunció Grayfia con una leve sonrisa.

El chico dejó caer su boca hasta el suelo.

Rosseweise se había quedado sin palabras.

Ophis mantuvo su expresión neutra, aunque si uno prestaba atención un atisbo de sonrisa podía ser visto.

Gabriel tenía estrellitas en los ojos.

Griselda apreciaba el diseño del exterior y debía admitir que le gustaba.

Penemue miraba la estructura con ojo crítico.

El frente era adornado por un bello jardín con flores de diferentes tipos y una fuente central, a pesar de lo sombrío del lugar se sentía un ambiente cómodo, mismo que todas notaron al instante.

En algunos puntos, banderas con el diseño de la Cresta del Dragón Rojo ondeaban al viento.

Lentamente el chico salió de su estupor, dirigiéndole una mirada interrogante a la Maid.

— Fue un regalo de parte de Lord Gremory y Lady Venelana por tu ascenso, Sirzechs-sama, Ajuka-sama y Serafall-sama también ayudaron — Explicó la peli-plata.

Issei asintió, normalmente esto le parecería mucho, pero con su nuevo Título Nobiliario necesitaba un lugar donde acomodarlos, y su nueva habitación en la residencia Hyodo no le serviría para ese propósito.

Suspirando, se volvió a la Maid con una sonrisa agradecida.

— Gracias — Pronunció con sinceridad.

— Ellos intuyeron que necesitarías más espacio cuando tu grupo creciera — Dijo sonriendo la peli-plata.

Sin más procedieron a entrar.

Interior

El chico no pudo más que sorprenderse mientras contemplaba el recibidor, siendo una enorme habitación con esculturas de hielo en las esquinas.

Estaba seguro que debían de ser excentricidades por parte de la portadora del Título de Leviathan.

Siguiendo el recorrido pasaron por una gran puerta que llevaba a una sala bastante amplia.

Sofás bien distribuidos mientras al fondo se veía un ascensor, dos escaleras que convergían sobre la entrada del elevador.

Sin duda ese detalle le recordaba a su antigua casa, aunque todo el inmueble era al estilo victoriano.

— Este es un pequeño despacho, por supuesto también hay uno privado — Dijo la Maid mientras abría una puerta a un costado.

El chico la miró, antes de acercarse a dicha habitación.

Era espaciosa, habían libreros junto a un par de sofás con una mesa la centro, mientras al fondo se hallaba un escritorio y un sillón que a simple vista se veía fino… y cómodo.

Lo más curioso eran las pilas de papeles en el escritorio, siendo a falta de cualquier documento lo único que había en él.

— Esos son los panfletos que usarás para hacer contratos, me permití hacerlos además de repartir varios en algunas ciudades de Europa mientras acompañaba a Sirzechs-sama a una reunión — Informó la peli-plata.

El chico parpadeó, sin duda alguna eso sería de gran ayuda, por lo que no pudo evitar sonreír con cierto cariño hacia la mujer.

— Gracias, realmente te debo bastante — Agradeció el chico.

Cuantas veces había dicho esas palabras en este par de días.

La Maid negó con una ligera sonrisa.

— No fue nada, a partir de aquí podrás hacerlo solo sin problemas — Le restó importancia.

El chico tomó uno de los carteles, maravillándose por poseer su propia propaganda.

— El segundo piso cuenta con cocina, sala y comedor así como un pequeño bar, el tercer piso se conforma con baños y aguas termales, el cuarto piso se conforma por varias habitaciones, el último piso contiene una biblioteca y su despacho privado — Explicó la Maid.

El chico silbó sorprendido ante lo que contenía su pequeña residencia, que a comparación de la del mundo humano, a pesar de verse más ostentosa esta tenía solo necesario para él y su Nobleza.

— Por último está el sótano, es un campo de entrenamiento protegido con sellos de todo tipo por lo que puedes usar todo tu poder, también tiene una pequeña área de Parkour, con él podrás mantenerte en buena forma física — Terminó de detallar el edificio.

El castaño asintió satisfecho.

— Dale las gracias a Lord y Venelana-sama, igual a los Maou — Pidió con una leve reverencia.

La peli-plata asintió antes de desaparecer.

El chico, al verse solo se dirigió al cuarto piso, donde intuía que estaban las chicas.

Castillo del Dragón – Cuarto piso

Nada más al llegar, pudo notar como ruidos provenían desde varias puertas, siendo este un pasillo donde figuraban las entradas a varias habitaciones, todas con un pequeño pizarrón personalizable en ellas.

Se pudo dar cuenta que varios ya estaban personalizados.

Gabriel decía uno con dibujos de nubes mientras una areola coronaba el nombre.

Kurumi decía con Dragoncitos chibi voleteando alrededor del nombre.

Rosseweise el cual estaba escrito con varios símbolos de Yenes.

Sin duda le dio bastante curiosidad.

Griselda con diseños de Corazones y Cruces que le daban cierta distinción.

Penemue el cual estaba sobre el dibujo de una isla paradisiaca.

Realmente necesitaba unas vacaciones para olvidarse del papeleo.

Aún así, no pudo evitar sonreír ante los primeros miembros de su Nobleza, sin duda darían de que hablar más adelante.

Abriendo la primera puerta se internó en la que eligió como su nueva habitación, dejándose caer en la cama para descansar, mañana haría varios movimientos.

A pesar de todo, no pudo evitar darle una mirada al estuche de sus piezas en el buró junto a su cama, sin duda estas eran un misterio para él.

Decidiendo dormir, cerró sus ojos.


Mañana siguiente

Un nuevo día llegaba.

Eso era anunciado por la alarma del despertador del chico.

El castaño se levantó con pereza, antes de tele-transportarse a su habitación de la Residencia Hyodo, ya que ahí estaban sus cosas, además de no querer tener algún accidente con las chicas en los baños del Castillo, ya que probablemente Griselda no se lo tomaría muy bien.

Después de ducharse, desayunó algo antes de aparecer a un par de cuadras de la Academia.

Empezando a caminar, pudo ver una figura detrás de un poste.

Esta se veía algo nerviosa mientras observaba la entrada del lugar.

Le tomó un poco de tiempo reconocerla, ya que estaba de espaldas.

— ¿Valerie-san? — Pronunció detrás de ella.

— ¡Kya! — Exclamó la nombrada mientras se daba la vuelta rápidamente.

Encarando a quien la había sorprendido.

— Ise-san — Articuló al reconocer la figura del chico, soltando un suspiro de alivio.

— Siento haberte asustado, supongo que esperas ver a Gasper — Dedujo después de disculparse.

— ¿E-Eh? Ah, sí… llevo mucho tiempo sin verlo y ya que acabo de terminar mi entrenamiento quise venir a saludarlo — Respondió un tanto nerviosa.

Al recuperar la copa que estaba en poder de Rizevim, ella había estado en Grigory aprendiendo acerca de su [Sacred Gear].

Al mismo tiempo los datos recabados se almacenaban y se guardaban para futuras referencias cuando surgiera un nuevo portador del [Sephiroth Grial].

Esto había sucedido desde que se derrotó a Trihexa, por lo que estuvo ausente todo este tiempo.

— Ya veo, aunque me doy cuenta de que no estás acostumbrada a estar en un lugar con tanta gente — Señaló ante su obvio nerviosismo.

La chica dejó caer su cabeza, el chico se había dado cuenta rápido.

— Por cierto, Azazel-san y Shemhaza-san me informaron acerca de su nuevo estatus, felicidades — Dijo con una linda sonrisa.

El chico agradeció el gesto, antes de tomarla de la mano y caminar dentro de la Academia.

La rubia se sobresaltó levemente ante el tacto, pero lo dejó hacer con la esperanza de ver al pequeño Dhampiro.

Debido a que aún era bastante temprano, el chico la introdujo sin problemas hasta el aula de música, donde le ofreció un asiento para poder ponerse al día.

Hablaron de cosas triviales, mientras la chica se iba sintiendo cada vez más cómoda frente al castaño.

— Sabes, Azazel-san me dijo que no le comentara nada a Gasper o a cualquiera del grupo Gremory acerca de tu ascenso, pero no sé porqué — Comentó con curiosidad la chica.

El castaño suspiró con ligera pesadez, antes de proceder a contarle el motivo detrás de eso.

Minutos después y luego de un pequeño resumen

La rubia parpadeaba con incredulidad, antes de fruncir el ceño.

— Ya veo, no pensé que Rias-san fuera esa clase de chica, igual las demás — Declaró mientras lo miraba fijamente.

— Eso no importa ahora, si quieres ver a Gasper puedo ayudarte, pero tendrá que esperar a la hora del almuerzo — Agregó con una ligera sonrisa.

La rubia sonrió con agradecimiento, el chico era bastante amable, aún no comprendía porque había tenido que pasar por todo eso.

El castaño se iba a levantar de donde estaba para empezar con su ensayo, pero un brillo proveniente de su bolsillo le llamó la atención.

La rubia vio esto con bastante intriga, para después ver al chico extraer un estuche de su bolsillo.

— Esto es… — Murmuró Issei abriendo el estuche, viendo un [Obispo] salir flotando de ahí para caer en el regazo de la chica.

— ¿Eh? ¿Qué es esto? — Preguntó la rubia.

El chico suspiró, definitivamente sus [Opportunity Piece] eran algo fuera de lo común.

— Bueno, verás… — Y así tuvo que explicarle varias cosas acerca de su juego de piezas.

Una explicación más tarde

El castaño había terminado de explicarle todo lo referente a sus piezas y como estas la habían seleccionado para ser parte de su Nobleza.

La rubia lo miraba con una mirada indescifrable, hasta que bajó la mirada hacia la pieza de [Obispo] en su regazo.

Tomándola entre sus dedos, la examinó minuciosamente, observando cada detalle impreso en ella.

Era una pieza de ajedrez color blanco puro, bajo su base pudo reconocer el sello de un Dragón.

Cerró sus ojos para pensar en lo que debería de hacer.

Podía simplemente negarse, pero algo en su interior le decía que esa opción no le convenía.

Por otro lado, si aceptaba tendría más oportunidades de ver el mundo y un poco más de libertad, ya que estando bajo protección de Rias Gremory estaría un tanto recluida, a pesar de que era para su propia protección.

Ahora estaría junto al temido [Sekiryuutei], con él aprendería más acerca de sus habilidades y si alguien fuera detrás de su [Longinus] podría pelear en las mismas condiciones, sin ser una carga para nadie.

Así que abriendo sus ojos, miró decidida al chico que la veía con ligera ansiedad.

— Acepto, siempre y cuando no me dejen atrás — Dijo la rubia.

El castaño comprendió a lo que se refería.

Ella quería ser de ayuda, cosa que posiblemente no sucedería bajo la protección de Rias, ya que debido a todo lo sucedido con Rizevim lo considerarían muy arriesgado, misma razón por la que estuvo en Grigory.

Esta era una oportunidad para crecer y gozar de más libertad, ya que bajo su protección muy pocos se atreverían a acercarse a ella.

Además planeaba aprender de su [Sacred Gear] para así poder ayudarla a ser más fuerte y no solo a controlar su poder.

— Valerie Tepes, bajo el nombre de Hyodo Issei de la Casa de los Dragones, te pido que me sirvas de ahora en adelante como mi siervo y familia, siendo desde este momento mi [Obispo] — Recitó las palabras necesarias para el ritual.

Un brillo cegador surgió cuando la pieza se introdujo en el pecho de la chica.

Una vez todo terminó, esta se palpó el pecho mientras sentía su magia crecer y encontrar cierto equilibrio.

Además de que su [Sacred Gear] reaccionaba a la pieza, sintiendo como ambas armonizaban perfectamente.

Al sentir eso no pudo evitar sonreír, sin duda fue la mejor elección.

— ¿Mmm? Parece que Gasper acaba de llegar, si quieres puedo contactarlo en este momento — Ofreció el chico.

Había percibido su presencia, algo que había aprendido recientemente en sus días solitarios.

— No es necesario, por el momento quiero adaptarme a mi situación actual — Negó la rubia.

Aunque lo que en verdad quería era interactuar un poco más con su nuevo amo, ya que tenía algunas dudas respecto a su actual forma de ser después de lo que le había relatado.

El chico asintió mientras empezaba con su ensayo diario, ante la mirada curiosa de la rubia.

Club de Música – Después del receso

Nuevamente se hallaban reunidos los miembros de la banda.

Todos revisaban sus instrumentos en un ambiente cómodo y confirmando que todo estaba en orden empezaron.

La Dhampire se había ido hace tiempo.

El castaño le había indicado donde encontrar al pequeño Dhampire, además que con magia se había cambiado sus ropas por el uniforme de la escuela para pasar desapercibida.

La música sonaba en el lugar, ejecutando los tiempos mejor que el día pasado y llegando a un punto donde todos los sonidos encajaron perfectamente, ejecutando la canción actual de manera efectiva.

Todos tenían sonrisas en sus rostros al darse cuenta de ese hecho.

Todos tenían un gran nivel como músicos, incluso el castaño había recuperado gran parte de su habilidad perdida en tan solo dos días, como decía el dicho, lo que bien se aprende jamás se olvida.

Cada canción que tocaban estaba ejecutada de mejor manera que la anterior, y así sucesivamente llegó la hora de salida.


Después de clases

Todos los chicos caminaban platicando entre risas, y conviviendo de forma muy amena.

— Si seguimos así eclipsaremos a la otra banda — Comentó Kiryu ajustando sus gafas.

— Ahora que lo mencionas, no los conozco — Dijo Issei con una mano en el mentón.

— Son una banda independiente de la escuela, como este año ya no existe el Club de Música ellos fueron invitados para animar el festival — Fue la información que Saji les dijo.

— Es cierto, los alumnos egresados que formaban el Club tenían tres bandas que tocaban en el Festival de cada año — Recordó el castaño.

— Este año será un concierto complicado al haber solo dos participantes — Dedujo tranquilamente Tomoe.

— Ya veo, entonces tenemos que preparar un extenso repertorio — Dijo con entusiasmo el castaño.

— Aún no comprendo porque decidiste esto de la nada Hyodo — Comentó Tsubasa con ligera duda.

Los demás lo miraron expectantes, esperando la respuesta.

— Bueno… en estos tiempos tengo demasiado tiempo libre, supongo que lo hago por aburrimiento y por cumplir un pequeño sueño que tenía de pequeño — Respondió el chico mirando el firmamento con una ligera sonrisa.

Los demás pensaron un poco en eso y le dieron la razón.

— He notado que ya no te juntas con las chicas Hyodo ¿Sucedió algo? — Preguntó la castaña de lentes súbitamente.

Los demás casi se dan un facepalm ante la pregunta, pero la pequeña sonrisa que tenía el castaño los intrigó.

— Supongo que puedo decirte, ya que no le veo problema — Respondió de forma relajada.

Así procedió a contarle la relación que llevaba antes con ellas, los últimos acontecimientos y que ahora no sentía nada por ellas.

Siendo la castaña ajena a algunos aspectos de la vida de los Demonios, se sorprendió al escuchar que los Harenes son algo normal en esta sociedad, además de sus razones por las cuales quiso formar uno en el pasado.

Sin duda eso la dejó bastante pensativa.

Pero lo que más le impactó es que Hyodo Issei… ¡Tenía novia!

Eso nadie lo vio venir.

Obviamente no les dijo quien era, pero les prometió que pronto lo sabrían, con esto calmó las aguas un poco.

Ahora ya sabían en parte la situación actual del castaño, por parte del grupo Sitri, ellos le informarían a su [Rey] en cuanto tuvieran oportunidad.

Kiryu también se dio cuenta que hubo algunas cosas que el castaño omitió respecto a su relación con Rias Gremory y su grupo, pero lo dejó pasar, comprendió que el chico tendría sus razones para no decirlo.

Aunque por la expresión en los rostros de los demás supo que ellos si lo sabían, pero decidió dejar eso de lado, tendría tiempo para averiguar más acerca de la vida del castaño como Demonio.

Una vez que el tema del Festival Escolar regresó, se discutieron algunos detalles antes de que todos se separaran para irse en diferentes direcciones, dejando solo al castaño.

Este volteó hacia una esquina en particular.

— ¿Qué tal te fue? — Preguntó calmadamente.

Una figura salió de su escondite.

— Fue agradable, me dijo que está preocupado por ti — Respondió mientras se acercaba al castaño.

— Ya veo, luego me comunicaré con él, por ahora debemos irnos Valerie — Dijo extendiendo su mano.

La rubia dudó un poco, pero al ver la cálida sonrisa del chico esta también sonrió, tomando la mano que le ofrecía.

Así ambos desaparecieron en un círculo de transporte, aprovechando que era una calle poco transitada.


Inframundo – Castillo del Dragón

Un círculo mágico brilló frente al gran edificio, desde el cual surgieron la rubia y el castaño.

Cabe decir que la chica se quedó admirada de ver el lugar, notando varias banderas con la marca del Dragón, misma que podía ver ahora en su mano derecha.

— Llegamos, a partir de hoy este será tu nuevo hogar — Le dijo con una pequeña sonrisa.

La Dhampire correspondió el gesto, regalándole también una sonrisa.

Sin perder tiempo, ambos ingresaron al lugar, donde la chica percibió varias presencias, notando al instante que eran bastantes fuertes.

Esto la hizo sentir un poco incómoda.

— Tranquila, ellas serán amables contigo, te lo aseguro — Dijo con la finalidad de tranquilizarla.

Para suerte del chico, esas palabras habían funcionado.

Subiendo las escaleras llegaron al segundo piso, específicamente a la sala, donde la rubia pudo apreciar a cinco chicas repartidas en los sofás, quienes al sentir la presencia de ambos dirigieron sus miradas sobre ellos.

— Veo que encontraste otro miembro para tu Nobleza — Rosseweise fue la primera en hablar.

— Mi nombre es Valerie Tepes, soy el nuevo [Obispo] de Ise-sama, por favor cuiden de mi — Se presentó con una ligera reverencia.

— Así que la portadora del [Sephiroth Grial] ¿Eh? — Murmuró Penemue asombrada.

— Un gusto, soy Gabriel, su [Torre] — Se presentó la rubia de ojos verdes alzando su mano en gesto de saludo.

— Griselda Quarta, ostento la pieza de [Caballo], un placer conocerte — Se presentó con una sonrisa amable.

— Soy Rosseweise, su primer [Obispo], gusto en volver a verte — Saludó la albina.

La rubia de ojos rojos la reconoció al instante, además de que recordó la plática con el castaño, donde detalló que ella siempre estuvo con él cuando fue dejado de lado.

— Vaya, mira que encontrarte en este lugar, soy Penemue, [Peón] — Dando un cabeceo en reconocimiento.

La oji-roja abrió los ojos en shock al saber la identidad de la pelipurpura.

— ¿En serio eres Penemue-sama? Tú aura no es igual y no luces como ella — Señaló con incredulidad la vampiro.

La Caído sonrió complacida al saber ese dato.

Al ver eso, el castaño le explicó ciertas habilidades de las [Opportunity Piece], revelando la identidad del Arcángel Gabriel en su séquito, cosa que casi le provoca un infarto a la rubia de ojos rojos.

— Kurumi, [Reina] — Fue la única frase dicha por la morena.

Con ella si decidió guardarse su identidad, no quería infartar de verdad a su nueva sierva.

— Bien, ya que están todas reunidas, tengo algo que comunicarles — Habló el castaño con total seriedad.

Todas se hallaban distribuidas cómodamente en los muebles, mientras el castaño se hallaba de pie frente a ellas.

También agradecía que ninguna hubiera salido a dar un paseo ya que no quería esperar a dar su anuncio.

— ¿De qué se trata? — Preguntó la Exorcista con curiosidad.

— He estado pensando en esto desde esta mañana, ya que quiero mejorar en varios aspectos — Dijo con tono tranquilo y serio.

Un pequeño lapso de silencio reinó en la habitación, mientras el chico escogía bien sus palabras.

— Quiero ser un [Rey] del cual ustedes y aquellos que estén por llegar se sientan orgullosos, por eso he decidido empezar a forjar lazos de confianza con ustedes — Empezó a hablar, sin siquiera mostrarse nervioso, demostrando las cualidades de un Líder.

Ante esto, las chicas le prestaban atención absoluta a sus palabras, incluso Ophis escuchaba atentamente.

— Pasaré el día con cada una de ustedes después de mis deberes en la escuela, entrenaremos y charlaremos, así podré saber sus capacidades actuales, también podré aprender más de ustedes así como de sus habilidades, además de conocerlas mejor a nivel personal — Siguió hablando.

Todas asintieron en comprensión, entendiendo hacia donde iba el chico.

— Gris-chan, necesitaré tu ayuda para poder empuñar a [Ascalón] de forma correcta, además debemos conocernos ya que trabajaremos juntos en el futuro — Dirigiéndose a la Monja.

Esta sonrió de forma amable antes de asentir.

— Kurumi, usaremos la biblioteca para que aprendas a moverte entre los humanos de manera más sencilla y entiendas algunas cosas más, después te llevaré a donde quieras — Mirando a la morena.

Ella solo dibujo una pequeña sonrisa como respuesta.

—Rose-chan, conozco tus habilidades, pero no está demás ampliar tu repertorio, además podrás ayudarme con mi magia, necesito aprender algunos hechizos — Pidió levemente sonrojado.

La albina asintió con un sonrojo similar.

— Gabriel, deduzco que tienes habilidades cuerpo a cuerpo ¿Podrías darme una mano? Después podrás pedirme lo que desees — Dijo dirigiéndose a la rubia de ojos verdes.

Esta afirmó con una linda sonrisa, propia de la mujer más bella del Cielo.

Y también la más fuerte.

— Penemue, tus habilidades son bastante balanceadas, por eso eres un [Peón], así que solo te pido ayuda en algunos encuentros de práctica — Mirando a la pelipurpura.

Esta solo asintió, parecía que los días venideros serían bastante divertidos.

— Valerie, te ayudaré con tu [Sacred Gear], algo me dice que entre los dos tendremos resultados satisfactorios — Dijo por último, dirigiéndose a la oji-roja.

Ella asintió entusiasmada.

— Rose-chan, podrías ayudarle en tu tiempo libre, estoy seguro que contigo aprenderá a usar su magia de mejor forma — Pidió a la albina que asintió ante su pedido.

— Eso es todo — Concluyó el chico con una pequeña sonrisa.

— Como usted ordene… Ise-sama~ — Dijeron a coro, unas por diversión, mientras Valerie lo hacía por naturaleza y Ophis por seguirles la corriente a las demás.

El castaño tuvo un tic en su ceja.

— Con Ise está bien, no me gustan las formalidades — Pidió con un suspiro.

— Hai… Ise~ — Volvieron a contestar en el mismo tono.

El castaño dejó caer sus brazos en derrota al escuchar las risitas de todas.


Algún tiempo después

Un mes había pasado desde que castaño había empezado a acercarse a su séquito, pasando tiempo significativo con ellas en el proceso.

Cabe decir que los resultados fueron favorables.

Había progresado bastante con Ophis, ya que era menos rígida en cuanto a mostrar emociones y ahora podía reflejar su estado de ánimo en sus expresiones.

También tenía presente la forma en que los humanos normales hablaban, entendiendo el significado de varias oraciones y expresiones populares, además de que había desarrollado un cierto apego al castaño.

No es que a él le molestara, pero su nueva apariencia lo ponía bastante nervioso, inclusive podría jurar que algunas veces pudo ver una sonrisa sensual en el rostro de la morena, pero lo atribuyó a imaginaciones suyas.

Si tan solo supiera, que cuando el chico pasaba tiempo con las otras chicas, ella era instruida por Penemue en el arte de la seducción.

No sabía que en el futuro habría bastantes problemas por eso.

Con Rosseweise, su relación iba mejor que nunca, ya que se habían acostumbrado un poco más a la idea de ser pareja.

Ambos habían superado la timidez inicial al no saber cómo comportarse con el otro.

Issei no tuvo mucha experiencia con Rias, ya que ella llevaba las cosas a su manera, siendo besos e intentos de seducción lo que normalmente regía su vida.

Rosseweise no tenía ninguna experiencia, así que pedía consejos a las demás para evitar momentos de torpeza con el castaño.

Siendo Gabriel y Valerie quienes aportaban más a la causa, sin duda ver muchas películas de romance les proporcionaba cierto conocimiento en el área.

Ahora podían ir tomados de la mano cuando salían al parque, compartir alguna caricia, un beso fugaz o simplemente pasar el día acurrucados en el sofá viendo alguna película.

Solo esos momentos significaban mucho para ambos.

En términos de magia, gracias a la ayuda de la albina pudo lograr importantes avances, mejorando su [Dress Break] a una verdadera técnica de combate.

Aprendió varios hechizos y teóricamente logró crear un par de nuevas técnicas.

Cabe decir que después del ritual, su perversión había desaparecido.

Eso era algo que todas agradecían en cierta manera.

Ellas estaban al tanto de la antigua reputación del chico, pese a que tenía cualidades increíbles su perversión opacaba un poco su verdadera naturaleza.

Ahora veían a alguien leal, valiente, determinado, inquebrantable y que no dudaba en proteger a aquellos importantes para él.

También era divertido, atento, gentil y comprensivo.

Sin duda un gran chico.

Con Gabriel pulió su combate cuerpo a cuerpo, la pieza de [Torre] la había elegido al determinar las cualidades ofensivas del Serafín.

Ella combinaba eso con armas de luz de corto alcance, y agregando su gran velocidad, la hacían un enemigo de temer.

También lograron un acercamiento en su relación.

Él pudo darse cuenta, que pese a su forma de ser tan ingenua, era alguien astuta e inteligente cuando se lo proponía.

Griselda lo empezó a instruir en el uso de la espada.

Ella descubrió que el chico tenía más técnica que Xenovia, aunque era menos refinada que su ex-compañero Kiba Yuto.

De esto pudo darse cuenta cuando empezó a dominar los ejercicios que ella le puso, incluso si nunca había empuñado directamente a [Ascalón], siguió al pie de la letra sus indicaciones sin problemas.

Si seguía así, posiblemente llegaría a ser como el primer usuario de [Durandal], ya que los puntos fuertes del chico eran su poder ofensivo y defensivo, aunque siendo su velocidad el tema a tratar, ya que ahí tenía verdaderos problemas.

Entre ambos se formó una buena relación, hablando de temas triviales y a veces sobre anécdotas de la Monja, recordando algunas misiones peculiares.

Así mismo el castaño le contó algunos de los contratos que hizo, incluso abordando el tema de Mil-tan.

La Exorcista tenía una cara de incredulidad al escuchar el relato, incluso se vio levemente perturbada, pero luego lo olvidó.

Con Penemue las cosas fueron diferentes, ya que ella era más liberal.

Normalmente salían en su tiempo libre, ya sea a algún café de la ciudad o de compras al centro.

Gracias a todos sus ingresos no sufrió mucho.

En los entrenamientos solían combatir de manera completa, es decir, usaban magia, espadas y combate cuerpo a cuerpo.

Cabe decir que en un principio el castaño recibía una paliza cada vez, aunque a fin de cuentas la Caído curaba sus heridas casi con dedicación.

También había descubierto algo sobre ella y Gabriel cuando llevó a ambas a un Karaoke.

Ambas tenían voces increíbles.

Esto le dio confirmó la idea que se había formado en su mente hace tiempo.

Así que después de hablar con la Caído, esta aceptó ayudarlo con su proyecto, mientras Gabriel se apuntaba más por curiosidad que por otra cosa.

Con Valerie las cosas también habían mejorado.

Gracias a las enseñanzas de Rosseweise ahora era capaz de usar ataques ofensivos así como hechizos de barrera.

La Valquiria le había ayudado a controlar por completo su magia, ya que aumentó después de recibir la pieza de [Obispo], además de que en la biblioteca del despacho privado del castaño encontró varios hechizos interesantes, mismos que ya empezaba a dominar.

Ambos tuvieron un buen acercamiento, Valerie era alguien amable y tranquila mientras el castaño había desarrollado cierto tacto al dirigirse no solo a ella, sino a las demás.

Eso ayudó a que las chicas empezaran a confiar en él.

Actualmente, la rubia de ojos rojos estaba perfeccionando una pequeña habilidad descubierta de su [Sacred Gear].

[Kamikaze Zombie]

Esta consistía en crear pequeños Zombies que se aferraban al rival para luego explotar.

Ella usaba una versión incompleta, ya que la función original es usar espíritus de héroes del pasado para que tuvieran sus propias habilidades combativas y utilizar la explosión como golpe final.

Por esto mismo ambos habían acordado el no jugar con el alma de los muertos.

Pasando al proyecto de la banda musical, él junto a los demás miembros habían mejorado de manera increíble, incluso el castaño juraba que tocaba su guitarra mejor que antaño.

Todo parecía indicar que como Dragón, el aprender nuevas cosas así como el asimilar nueva información para enriquecer su conocimiento era algo natural.

Al menos eso quería pensar.

Pero la verdad es que sin que él lo supiera, esto se debía a otra cosa que sabría más adelante.

En estos momentos, el castaño se hallaba de pie observando como la chica Tepes invocaba sus pequeños Zombies para controlarlos a distancia.

El entrenamiento consistía en aumentar el número cada vez que se adaptaba a cierta cantidad, ya que cuando perdía la concentración estos se volvían muy torpes.

Tomando en cuenta que eran inusualmente rápidos, debía mejorar esta habilidad tan útil.

— Bien, tomemos un descanso — Informó el castaño.

Valerie abrió sus ojos, antes de tomar aire mientras los veinte Zombies desaparecían bajo tierra.

— Vas mejorando, si llegas a controlar cincuenta entonces podrás usarlos a un nivel superior, incluso si solo invocas diez pondrán en graves aprietos al enemigo — Elogió el chico con una sonrisa cálida.

La chica se sonrojó ante el halago, para luego sonreír tímidamente.

— ¿Mmm? Parece que surgió un trabajo — Mencionó cuando sintió el llamado de uno de sus panfletos.

— ¿Pu-Puedo acompañarte? Te-Tengo curiosidad de saber cómo son los Contratos — Preguntó la chica de manera tímida.

El chico la miró sorprendido, antes de asentir con una pequeña sonrisa.

Así ambos desaparecieron en un círculo mágico.

Gracias a Grayfia, había tenido varios contratos en distintos sitios de Francia e Italia, mientras que sus clientes usuales habían hecho su contrato con la Casa del [Sekiryuutei] al enterarse que ya no formaba del Clan Gremory.


Roma – Italia

El castaño y la rubia habían aparecido en lo que parecía un estudio, tenía libros y objetos extraños que casi parecían históricos, o sacados de algún puesto de rarezas.

— ¿Hola? ¿Alguien invocó la ayuda de un Demonio? — Habló con un poco de duda paseando su vista por el lugar.

Pum

Ambos se giraron hacia el origen del ruido, logrando distinguir a un sujeto bajo una pequeña montaña de libros.

— L-Lo siento, a veces soy un poco torpe jejeje — Rió el desconocido, mientras el castaño y la rubia tenían una gota en la nuca.

Entre ambos lograron sacar al desconocido de donde estaba aprisionado.

— Lamento mi primera impresión, mi nombre es Nikolai, soy un coleccionista — Se presentó el sujeto.

Cabello marrón y rostro fino, de aparentes cuarenta años.

Este vestía un traje de color blanco, se apoyaba en un bastón con un cristal rojizo en el mango.

— Entonces, usted solicitó nuestros servicios ¿Qué necesita? — Preguntó el castaño con educación.

Ante la pregunta, el hombre puso una expresión seria, mientras señalaba una caja bastante alargada que estaba en un escritorio.

Cabe decir que las velas en el lugar le recordaban al Club de Investigación de lo Oculto.

— Verán, hace dos semanas adquirí ese paquete en una subasta, pero por alguna razón no puedo abrirlo — Explicó mientras pasaba su mano por el mencionado paquete.

El castaño lo analizó con la mirada, sintiendo algo sobrenatural en él.

— La información decía que era una especie de tesoro antiguo, o mejor dicho una reliquia — Siguió con su explicación.

La Dhampire sintió como su [Sacred Gear] reaccionaba levemente a lo que la caja contenía.

— Pensé que podría estar protegida con magia, por eso los llamé — Concluyó el sujeto.

— Ya veo, sin duda puedo percibir algo dentro de esa caja — Dijo acercando su mano izquierda.

En un destello el [Boosted Gear] apareció, sorprendiendo al trío.

No solo eso, sino que unas letras empezaban a ser visibles en la superficie del estuche.

— Solo su dueño original podrá reclamar lo que hay en el interior — Leyó el castaño.

La rubia y el coleccionista parpadearon ante lo dicho por el chico, ya que ellos no vieron nada extraño en la caja.

— ¿A qué te refieres? — Preguntó el sujeto con duda.

Issei lo miró con confusión, pasando su mirada a la chica, que también se mostraba confundida.

[Ellos no pueden ver el escrito]

Informó la voz de Draig en su mente.

— Ya veo, solo yo pude leer eso — Murmuró para sí mismo.

Los observadores no entendieron lo que dijo.

— Verán, esas palabras están grabadas en la superficie, pero al parecer solo yo puedo verlas — Les informó.

Ante esa información, el sujeto puso una expresión de incredulidad.

Sintiéndose un poco decepcionado.

La Dhampire también compartió el mismo sentimiento, hasta cierto punto.

— Sería genial saber quien fue su dueño original — Murmuró el castaño con un suspiro, mientras desaparecía la [Boosted Gear].

En ese momento, de su bolsillo brotó un brillo bastante llamativo.

Llevando su mano al interior, extrajo el estuche de sus piezas, abriéndolo y pudiendo apreciar como su [Caballo] restante flotaba fuera de él.

Valerie sintió como se activaba una habilidad del [Sephiroth Grial] sin razón aparente.

[Soul Call]

Su cuerpo brilló, antes de que la luz cegara a ambos hombres en la habitación.

Cuando el brillo cesó y pudieron observar a su alrededor, el trío dejó caer su mandíbula hasta el suelo.

Frente a ellos, se encontraba flotando la figura etérea de una joven rubia de ojos verdes, mientras esta los miraba con cierta curiosidad.

Esta vestía unas túnicas blancas y una corona de laureles.

— ¿Quiénes son ustedes? — Preguntó con cierta autoridad.

El hombre se sintió intimidado al momento.

La Dhampire se sobresaltó levemente ante el tono usado por la chica desconocida.

El castaño la miró impasible, ya habiendo escuchado ese tono antes estaba bastante acostumbrado.

— Mi nombre es Hyodo Issei ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó en tono firme y educado.

La chica lo analizó con la mirada, antes de dibujar una imperceptible sonrisa.

— Eh~… tienes valor, eso me agrada… — Mencionó dejando ver más abiertamente su sonrisa.

El castaño interiormente estaba bastante intrigado, aún no podía entender como sucedió esto, pero se estaba haciendo a la idea de que era obra de las [Opportunity Piece].

Sintió como en un futuro cercano podrían causarle problemas, aunque no estaba del todo seguro.

— Yo soy Nero Claudio César Augusto Germánico — Se presentó con una pose de superioridad.

El hombre dejó caer su mandíbula hasta el suelo.

La joven [Obispo] se mostró confundida en cuanto al nombre, ya que sonaba más… masculino.

El castaño tenía un hilo de pensamientos algo similar, pero no lo demostró, así que se limitó dar un asentimiento por mero instinto.

— Vaya, pensé que te mostrarías más sorprendido al escuchar mi nombre — Se quejó con un ligero mohín.

— Bueno, me sorprendí más al ver un espíritu frente a frente, aunque eso no se compara con todo lo que he visto — Expuso Issei con una mano en su mentón, en clásica pose pensativa.

El espíritu parpadeó con duda ¿Que podría ser más increíble que ver el espíritu de una persona fallecida además de hablar con él?

— Si te lo preguntas, he conocido a los Ángeles, Ángeles Caídos, los Yondai Maous del Inframundo y alguno que otro Dios Mitológico, sin mencionar que soy un Dragón — Mencionó distraídamente.

El hombre y el espíritu femenino lo miraron con incredulidad.

— Co-Como sea ¿Para qué me llamaron? — Preguntó recomponiéndose de su incredulidad, maldiciendo mentalmente su pequeño tartamudeo.

— Bueno, estoy seguro de que posiblemente tú sabes que hay dentro de ese estuche — Dijo señalando la caja.

La rubia dirigió su mirada a donde señalaba el chico, abriendo sus ojos ante el sentimiento conocido.

Recuperando el control de sus emociones, esta se dirigió al chico, ya que dedujo que él era el de mayor rango de autoridad en esa sala.

— Tal vez… — Pronunció con cautela.

— Tranquila, era solo una pequeña duda, eso significa que tu eres su dueño original… ya veo — Habló en tono conciliador, para después exponer la conclusión a la que llegó.

Miró de reojo que su [Caballo] aún flotaba entre él y el espíritu.

— Te tengo una propuesta, acepta ser miembro de mi equipo y te traeré de regreso — Lanzó su propuesta.

El sujeto no sabía que ocurría, por lo que mejor se mantenía al margen.

Valerie abrió sus ojos ante lo dicho por el castaño, sin duda este era un giro de acontecimientos totalmente inesperado.

Entonces se puso a analizar lo que había ocurrido.

Primero una de las piezas del castaño surgía de su estuche con vida propia.

Y después se activaba su [Sacred Gear].

En el momento en que armó las piezas del rompecabezas, abrió sus ojos al darse cuenta de lo que significaba.

Lo mismo ocurrió con ella.

La rubia etérea había sido seleccionada como candidata para formar parte de la Nobleza de Issei.

Mientras ocurría todo esto, la otra rubia tenía una expresión desencajada, antes de echarse a reír fuertemente.

— ¡Pff! ¡Jajajaja! — Reía sin control.

Ante esa reacción el chico no mostró ningún cambio en su expresión.

— Jajajaja Buena broma… Uff… Bien, si puedes hacerlo, regresarme al mundo de los vivos, entonces juro servirte fielmente… Master… ¡Jajajaja! — Pronunció, antes de volver a reír.

Sin embargo, en su interior, realmente deseaba que el chico fuera capaz de cumplir lo que dijo, si podía vivir de nuevo no le molestaría estar a las órdenes del castaño.

— Valerie — Fue lo único que dijo el castaño.

— ¿Eh? ¿Estás seguro? Nunca lo he hecho por voluntad propia — Dijo con bastantes dudas.

A pesar de haber alcanzado el [Balance Breaker] no se atrevía a usarlo por temor a cometer algún error, y solo lo usó en el pasado cuando fue forzada por Rizevim para revivir a los Dragones Malignos.

— Confío en ti, se que lo harás excelente — Alentó el chico poniendo su mano en el hombro.

La rubia se sonrojó levemente ¿El castaño realmente le tenía tanta fe?

Al ver su mirada, algo dentro de ella no quiso defraudarlo, después de todo gracias a él se estaba haciendo fuerte.

— Bien ¡Aquí vamos! — Exclamó con total decisión.

Juntó sus manos como si estuviera rezando.

[BALANCE BREAKER]

[BODY AND SOUL RESURRECTION]

Una increíble luz dorada cubrió por completo el lugar.

La rubia, quien se recuperaba poco a poco de su ataque de risa, sintió como su cuerpo empezaba a hormiguear, alarmándola al instante.

Los minutos pasaron, hasta que la luz empezaba a extinguirse lentamente.

Una vez todo terminó, el castaño, la rubia y el peli-marrón pudieron contemplar a una persona de pie frente a ellos.

Cabe decir que el hombre casi se desmaya de la impresión.

La rubia respiraba agitada, esa habilidad le había drenado su magia completamente, pero había funcionado.

El castaño solo sonrió satisfecho.

Ahí, frente a ellos ya no se encontraba un espíritu, sino una persona de carne y hueso, misma que tenía una expresión de estupefacción total.

Con torpeza e incredulidad empezó a revisar su cuerpo, mientras lágrimas empezaban a bajar por su rostro.

No había duda.

¡Estaba viva!

Alzando la mirada, se encontró con un par de ojos color miel que la miraban con cierta diversión.

En un arrebato se acercó al chico y en un veloz movimiento había estampado sus labios con los de él, que sea dicho de paso, tenía los ojos abiertos como platos.

Suck

Un sonido húmedo escapo de ambos al separarse, mientras el chico estaba totalmente desorientado y con un sonrojo monumental.

Entonces se acercó a su oído.

— Desde este momento te pertenezco en cuerpo y alma… Master~ — Le susurró con tono sensual.

El pobre castaño no lo soportó y cayó desmayado al instante.

Ante eso, la chica sonrió satisfecha.

Valerie y Nikolai solamente se limitaron a observar todo sin decir nada.

El hombre aún trataba de procesar lo que había visto.

La chica porque había usado todo su poder mágico, además de que comprendía levemente el sentir de la nueva chica.

ʺSupongo que debemos esperar a que despierteʺ Murmuró la Vampiro levemente sonrojada por el acto.

Un par de minutos después

El chico había despertado, y aunque aún seguía aturdido por la muestra de agradecimiento por parte de la chica procedió a realizar el ritual.

— Nero Claudio César Augusto Germánico, bajo el nombre de Hyodo Issei de la Casa de los Dragones, te pido que me sirvas de ahora en adelante como mi siervo y familia, siendo desde ahora mi [Caballo] — Y con eso dicho, la pieza se introdujo en su pecho.

— Vaya, esta sensación es extraña, pero no en el mal sentido — Dijo la recién reencarnada revisando su pecho

Ella sentía una energía increíble recorrer su cuerpo, además de que sus sentidos habían mejorado considerablemente, ahora veía perfectamente a pesar de que el lugar era bastante oscuro.

— Eso fue increíble y todo, pero… ¿Qué sucede con mi petición? — Inquirió el hombre con irritación haciéndose notar.

Sinceramente quería acabar de una vez con todo esto y ahora dudaba mucho volver involucrarse de nuevo en lo sobrenatural.

— ¡Oh! Es cierto, Neru-chan, si eres tan amable — Pidió el castaño a la chica.

Esta parpadeó ante la forma en que fue llamada.

— Podrías llamarme Nerón, así fui conocida… ¿Sabes? — Sugirió la rubia.

— Podría, pero Neru-chan suena más lindo — Contestó el chico con una pequeña sonrisa.

La rubia se sonrojó ante eso, pero asintió con una leve sonrisa, sin duda el chico era interesante.

Sin perder tiempo, abrió el estuche con facilidad, extrayendo su contenido.

Ante la mirada de Issei, Valerie y Nikolai, la rubia sostenía una espada escarlata.

— Esta es la Aestus Estus: The Embryonic Flame, mi arma personal y que nunca pude empuñar — Dijo con cierta melancolía.

El coleccionista no pudo evitar soltar un jadeo al verla, definitivamente había valido la pena comprar el estuche.

— Increíble, aunque da la sensación de ser algo parecido a un [Sacred Gear] — Murmuró el castaño.

— Bien, ya que hemos terminado aquí solo me resta darles su paga, puedes dejar la espada en mi escritorio — Dijo Nikolai en tono serio.

— Lo siento, pero soy su dueña original, por lo tanto me pertenece — Replicó al instante la rubia.

El hombre no tomó muy bien ese comentario, por lo que se acercó a la chica de forma intimidante.

— Yo pagué por ella, por lo tanto es parte de mi propiedad — Siseó con cierta molestia.

A pesar de estar frente a frente, el hombre destacaba ante la altura mucho menor de la chica de aparentes veinte años, incluso no la consideraba como posible amenaza.

Issei y Valerie abrieron sus ojos ligeramente ante el cambio de actitud por parte del contratante, pero asumieron que esa era su verdadera cara.

Regresando con el hombre y la rubia revivida, estos se miraban a los ojos con hostilidad, hasta que la chica sonrió con malicia.

— Bien, entonces tómala — Extendiéndole la empuñadura.

Ante esto el hombre sonrió triunfante, sujetando la espada.

— ¡! ¡Ahhhh! — Retiró su mano cuando sintió todo su cuerpo arder por dentro, cayendo de rodillas.

— Solo yo puedo empuñarla, la caja era una protección para que idiotas hambrientos de poder no perecieran de forma patética — Dijo caminando hacia el castaño y la Vampiro.

El hombre se reincorporó lentamente, mandándoles una mirada iracunda.

— Así termina nuestro acuerdo, fue un placer — Se despidió el castaño con una leve reverencia antes de desaparecer junto a ambas rubias.

— ¡Argh! ¡Maldición!ʺ —Exclamó Nikolai con furia, empezando destrozar el lugar en su arrebato.


Inframundo – Castillo Dragón

En un círculo mágico, el castaño aparecía junto a sus acompañantes dentro del edificio.

Ahora mismo el trío se hallaba en el campo de entrenamiento, mismo que había sido el lugar desde el cual se habían tele-transportado.

— Hemos vuelto, ahora debemos introducirte con los demás miembros — Dijo el castaño en tono tranquilo.

— Bien, pero necesito un cambio de ropa — Dijo la rubia [Caballo] examinando su túnica.

— Creo que puedo ayudarte en eso, sé un hechizo para crear ropa, puedo usarlo en ti… solo piensa en cómo quieres lucir — Ofreció el castaño.

El chico le apuntó con su mano derecha cuando la chica aceptó su propuesta.

Un círculo mágico apareció sobre ella, bajando lentamente mientras transformaba la ropa de la chica.

Cuando todo hubo terminado, el castaño trató de controlar su enorme sonrojo, incluso Valerie se sonrojó por las ropas que vestía Neru.

Su cabello estaba acomodado un bollo con una trenza alrededor de este, todo adornado con un listón rojo.

Llevaba un tipo de chaleco manga larga con adornos en los puños, cuyos hombros estaban sujetados al cuello, dejando un escote en su pecho y espalda.

Un cinturón en forma de corsé que abrazaba sus caderas hasta debajo de sus pechos, esta tenía una abertura al frente donde estaba sujeta con tres broches, dejando ver una prenda blanca bajo esta, mientras en la espalda tenía un solo broche y la abertura llegaba hasta la parte baja de su espalda mostrando su blanca piel.

Llevaba una falda de tela transparente parecida a encaje, que dejaba ver su aparente ropa interior además de que sobre ella llevaba una capa que llegaba a sus tobillos.

Para terminar su vestimenta llevaba grebas doradas en las piernas, mientras su espada estaba acomodada en su espalda.

Esa visión fue suficiente para mandar de nuevo a la inconsciencia al chico, que había logrado balbucear un ʺHermosaʺ lo suficientemente audible para ambas chicas.

Esto provocó dos reacciones distintas.

Por un lado Neru sonreía orgullosa al ver lo que provocó en su Master.

Por otro, Valerie se sentía molesta sin saber la razón, pero de algo estaba segura.

No le gustó en lo más mínimo que el castaño le dedicara palabras a Neru que no le ha dicho a ella.

Saliendo de esa extraño ambiente, la nueva chica tomó al castaño con cuidado apoyándolo en su hombro, para después buscar la sala de lo que la rubia de ojos rojos le había dicho era un pequeño Castillo.

Valerie dio un suspiro antes de guiarla, ya que primero debía de conocer al grupo completo.

La rubia sonrió, parece que esta vez podría disfrutar mejor su vida.

Sala del Castillo

— Yo soy Neru, fui elegida para portar la pieza de [Caballo] y permanecer al lado de Master~ — Fue su peculiar presentación ante el séquito del castaño.

Todas alzaron una ceja ante las palabras de la chica vestida de rojo, todas menos Ophis, que pasaba de todo al estar aferrada al brazo del castaño.

Curiosamente, a pesar de tener una expresión neutra, tenía un sonrojo y un aura rosa que la rodeaba, pero si uno la miraba detenidamente podría distinguir una pequeña sonrisa en sus labios.

Una vez que todas procesaron la introducción de la chica nueva, cada una se presentó ante ella.

— Bien, creo que deberé explicarte algunas cosas para que estés informada — Dijo el castaño dirigiéndose a ella.

Neru solo asintió antes de tomarlo del brazo y literalmente arrancarlo del agarre de Ophis.

La Diosa Dragón solo parpadeó al dejar de sentir la extremidad del chico entre sus brazos.

— Me pregunto… ¿Qué clase de cosas aprenderé de Master? — Susurró a su oído con una pequeña sonrisa seductora.

El pobre chico se sonrojó, antes de sentir un escalofrío recorrer su espalda.

No hacía falta ser un genio para saber que eso se debía a cierta Diosa Dragón molesta.

Lejos estaba de saber que Ophis era el menor de sus problemas, ya que Rosseweise, Valerie, Gabriel y en menor medida Penemue y Griselda, emanaban un aura oscura que haría al mismísimo Sirzechs en su forma liberada retroceder aterrado.

No tuvo oportunidad de voltear y ver ese terrorífico escenario, ya que la rubia no lo había dejado ni reaccionar por lo que ahora se encontraban en los pasillos del lugar.

Sin embargo eso no impidió que las chicas explotaran.

— ¡Hyodo Issei! — Fue el grito que retumbó por todo el Castillo.

— Me preguntó si permaneceré vivo hasta la graduación — Dijo en tono derrotado mientras la rubia lo seguía arrastrando.


Capitulo Reeditado