Hola :)
Esta es la primera parte de la continuación de la escena "Un perfecto idiota" que puedes encontrar en "Cosas que pasaron después de la guerra."
Si habéis leído esa parte, al reconoceréis en I.; pero en II es nuevo material.
Encender el sol de nuevo
I.
Exactamente un minuto después de que Sakura se haya ido de Icharaku's, Naruto estalla en carcajadas.
- ¿Pero qué coño ha sido eso, Sasuke?
Sasuke, a su derecha, le mira con el ceño fruncido y los ojos entornados, intentando desentrañar qué pieza no termina de funcionar en el cerebro del rubio. Naruto se agarra la barriga y se quita las lágrimas con el reverso de la mano.
- No sé de qué estás hablando, imbécil.
Por una vez, Naruto deja pasar el insulto, aún entretenido por la escena que acaba de ver. Contempla a su amigo con los ojos azules llenos de burla y hace gestos de estar atónito: niega con la cabeza, mezcla risas con bufidos, se le agitan los hombros en espasmos de diversión al tiempo que hace malabarismos para que no se le caiga el nuevo cuenco de ramen. Antes de atacar el plato, murmura algo parecido a "no me puedo creer que seas tan inútil" y se gira hacia al taburete que tiene a la izquierda, una sonrisa malvada dibujada en la cara:
- Es mejor que se lo expliques tú, sensei.
A su lado, se oye un suspiro resignado y el ruido sordo de un libro cerrándose de golpe. Sexto Hokage de la Hoja, ninja de las mil técnicas, un par de guerras a la espalda, y Kakashi Hatake se pregunta aún que hizo mal en esta vida para tener que andar siendo niñera de estos tres mastuerzos incluso a estas alturas de su existencia. Callado por naturaleza y distante por elección, escoge bien las palabras antes de inclinarse hacia atrás para mirar por encima de la espalda de Naruto y sonríe a Sasuke antes de responder:
- Creo Naruto se refiere a tu más que lamentable intento de llamar la atención de Sakura.
El Uchiha le devuelve una mirada hosca sobre su vaso de agua, mortalmente ofendido y no se digna a responder hasta que se ha secado al comisura de los labios con una servilleta.
- Yo no he hecho nada de eso.
Con la boca llena Naruto gruñe algo que suena como mhnetitra y que Kakashi parece haber entendido porque añade:
- Una mentira como una casa, en efecto. A menos que Sasuke-kun - comenta con retintín - no sea consciente de lo que hace.
Indignado por lo que insinúan, responde a la provocación en contra del criterio de cualquier persona normal:
- ¿Hacer qué?
Kakashi sonríe con sorna y usa un tono tan didáctico como explicativo. Recreándose en gestos vagos, pequeños movimientos de la manos que van y vienen por el aire y enumera, uno a uno, las pruebas de su caso.
Empieza por lo evidente: la miras todo el rato, explica. Y es un poco raro dados tus… bueno, tus ojos. Sasuke alza una ceja con descrédito. Él no mira a Sakura más de lo normal, ¿mo? O sea, tenía una cosa pegada justo al lado de los labios, es lógico que se quedara mirándola. Y luego estaba una gota de sudor que le caía por el cuello, pero eso lo ha visto porque tiene ojos muy bien entrenados. Nada-más, que queda claro. Y luego está lo de los comentarios qué haces, - deja caer Kakashi - ¿tú crees que esto es algo que una chica quiere oír? - emula la voz profunda de Sasuke - "Sakura, tienes las manos rugosas por el desinfectante" . Reflexiona en voz alta ¿darle una crema para eso?, ¿qué clase de regalo es ese? El Uchiha quiere defenderse: está intentando ser amable, la crema se la vendió una anciana de Iwa hace unas semanas; quería darle las gracias Sakura; siempre se queja de que el chakra médico le quema piel; y por qué coño no os metéis en vuestros asuntos. Lo normal, vamos. Y está a punto de intervenir cuando cuando Kakashi dice: no, no no, escucha y alza un dedo: ni siquiera quiero comentar lo de quemar vivos a Kiddo y secuaces, declara y cierra el tema guiñando un ojo. Ese será nuestro pequeño secreto. Y ahí Sasuke traga saliva porque no tiene mucho que decir si no quiere volver a una de las mazmorras de Konoha. Pero lo peor de todo, termina por establecer, es lo del pelo, ¿verdad, Naruto?
Palillos en la boca, Naruto asiente fervorosamente y traga.
- Es patético.
- Tú sí que eres patético.
- Es tu pose de hacerte el interesante delante de Sakura. - Le dice mientras Ayame le sirve un vuelco de caldo más sin que lo vea su padre.
- Yo no me hago el interesante delante de Sakura.
Intenta hacer una defensa furibunda de su honor ante las implicaciones, pero Kakashi tiene otra opinión:
- Lo hacías a los 12 años cada vez que Sakura estaba cerca y lo haces ahora a los 20, también cada vez que Sakura está cerca.
- ¡Sí, la postura de soy-un-tio-guay-distante-y-callado! - hace un mohín - Aunque claro esa ya no puedes hacerla igual porque te falta un brazo y tal.
Ignorando la mirada homicida de Sasuke que aprieta el vaso de agua como si estuviera invocando el Susanoo, Naruto se levanta de su taburete para hacer una demostración empírica de la situación.
- Te ponías así - separa las piernas y cruza los brazos sobre el pecho, marcando bíceps- y luego así - levanta la cabeza con la barbilla bien alta - con tu mirada de gilipollas arrogante y si Sakura-chan te hacía caso bajabas los brazos como si no hubiera pasado nada. Aunque seguías siendo un gilipollas arrogante, eso sí.
Y aunque Sasuke responde con altanería a la provocación (¿es esta la mejor imitación que puedes de mí?), y el Hokage se lleva la mano a la barbilla y da su aprobación (Es una interpretación muy acertada, tengo que decir. Buen trabajo, Naruto), Naruto se siente con ganas de tensar la cuerda y sin llegar a sentarse le da un poco de información:
- Y ahora que te falta un brazo haces lo del pelo.
El Uchiha parpadea.
- El pelo.
El Uzumaki sonríe ampliamente.
- El pelo.
Kakashi se ríe suavemente y le señala en ese mismo instante la zona de la cabeza:
- ¡Eso exactamente!
Los dedos de Sasuke se congelan en los mechones que se estaba apartando de la cara. Naruto vuelve a carcajearse hasta que se pone rojo y dice:
- Pero también hace eso de girar un poco la cabeza como agitando la melena como un perfecto idiota.
Y el Hokage retoma con tranquilidad su libro e intenta tapar su regocijo:
- Sí, eso también lo hace.
Se ríen. Los dos. De él. Y a lo mejor es que dos años y tres meses de viaje de expiación no habían sido suficiente, parece ser, porque Sasuke cree que es mucho peor esto que algunas de las cosas a las que se ha enfrentado en este tiempo. Como se siente acorralado, como no quiere hablar de que realmente no sabe qué hacer cuando Sakura está cerca y no sabe por qué le está ignorando desde que volvió a la aldea hace una semana y esto le está volviendo rematadamente loco, decide cambiar la estrategia e intenta fingir indiferencia en una moda totalmente Uchiha:
- Tch. Lo que digáis. Me da igual.
Y añade un poco de malicia al comentario porque los viejos hábitos tardan en morir:
- No necesito consejos de un idiota y de un adicto al porno.
Y las reacciones son más o menos como lo que espera:
Indignación. Gritos. El tradicional conato de pelea.
- ¡Eh, yo al menos estoy casado!
- Eso es algo que todavía no me explico.
- Porque yo me he atrevido a decirle a Hinata lo que siento por ella.
- ¿Me estás llamando cobarde, capullo?
Pasotismo. Desdén. El viejo hobby de incordiar a sus estudiantes.
- Maa, Sasuke: ¿hemos tocado una fibra sensible? Supongo que llevas mal la falta de entusiasmo por ti que ha mostrado Sakura desde que has vuelto…
- No es…
- … pero es que ha estado muy liada últimamente con la clínica, y quizá sería…
- ¡Realmente Sakura-chan ha estado ocupadísima!
- No me interesa nada de lo que me digáis.
- … más fácil si simplemente le pidieras salir, ¿no crees?
- ¿Tú no tienes una aldea que gobernar?
- Hoy tengo la misión específica de ayudar a mis alumnos en su vida amorosa. O falta de ella, para el caso.
Da igual el tiempo que pasen, son siempre insoportables, concluye el Uchiha mientras se termina de comer el huevo y gruñe contra el líquido marrón como si tuviera la culpa de sus vaivenes sentimentales.
- Nadie va a pedir salir a nadie. - Barrunta y empieza a sacar el dinero para pagar. - Y no tengo ganas de seguir escuchando estupideces.
Puede que en otro universo exista un Naruto que se calle y escuche y deje pasar el tema, pero ese no es el universo en el que viven:
- ¿Por qué no quieres una cita con Sakura-chan? ¡Al menos dile que te gusta!
-No es tu puto asunto, Naruto. - Kakashi levanta una ceja y le mira con más seriedad tras el exabrupto, analizando cuidadosamente las facciones del Uchiha. Cuando ve que simplemente está sonrojado y avergonzado, sonríe y se relaja - Sakura a mí no me…
- Si a ti no te gusta Sakura-chan a mí no me gusta el ramen. - dice el rubio con cabezonería.
Sasuke decide abandonar la discusión porque cuando Naruto se pone en ese modo es más útil discutir con las caras de piedra de los Hokage. Además, hay muchas cosas que matizar sobre ese asunto, pero Sasuke no va a hacerlo ni aquí ni ahora ni mucho menos con el Uzumaki. Sasuke sabe que le gusta Sakura porque el único motivo por el que ha vuelto a Konoha es para poder comprobar si, de la enorme cantidad de cosas que han cambiado en el mundo, queda al menos firme la promesa de sus besos y la mirada verde esperanza. Sasuke sabe que tiene que pedirle una cita a Sakura porque ese leve desdén con el que le trata desde que volvió (desde que no respondió a sus últimas cuatro cartas, se recuerda) es una señal y una advertencia de que incluso alguien con la lealtad emocional de Sakura puede abandonarlo. Y todo sería mucho más fácil si él no se pusiera histérico al verla y pudiera juntar frases que no le hicieran quedar como un gilipollas, para lo que parece puro gozo y disfrute de sus amigos que han decidido torturarle con el asunto cada vez que le ven.
Harto ya y con el orgullo un poco magullado, se levanta del taburete y deja las monedas sobre el mostrador. Dice un escueto adiós sin más y está a punto de cruzar las tiras de plástico del puesto para salir al sol del verano cuando una voz cantarina llega sus oídos:
- ¡Menos mal que estáis aún aquí!
Entran primero sus piernas larguísimas, y luego su top rojo y después una cabecita rosa y sonriente. Sasuke nota la garganta seca y el sabor salado del ramen en su paladar.
- ¡Sakura-chan! Justo estábamos hablando de…
Alguien le ha tapado la boca. Sakura les lanza una mirada y decide que ese comportamiento, en ellos, es normal.
- ¡Naruto cállate!
Kakashi levanta las cejas por encima del libro y saluda alegremente:
- Sakura, qué sorpresa verte de nuevo por aquí. ¿No tenías que trabajar?
- ¿No tenías tú que trabajar, sensei? Shikamaru te está buscando.
- Bueno verás, me perdí ayudando a un jovencito en el camino del amor...
- No me vengas con excusas.
- ¡Kaka-sensei está diciendo la verdad!
Es fascinante cómo les maneja. Pasarán los años y podrá ponerles a todos en su sitio. Sakura navega en el caos del equipo 7 con los brazos en jarras y la resignación habitual antes de explicar que se ha dejado la bolsa con el uniforme del hospital y un par de libros que tomó prestados de su oficina. Escanean los cuatro al mismo tiempo la habitación y dan con la mochila en el suelo, un metro por detrás de los pies del Uchiha que está a punto de agacharse para cogérsela y dárselo cuando ella camina por su lado y sin ni siquiera mirarle se pone la mochila sobre el hombro derecho. Sasuke frunce el ceño ante el desaire y Sakura se despide con una sonrisa dirigida a todos y a nadie. Pasado unos segundos, Sasuke rueda los ojos. Naruto está aguántandose la risa y Kakashi le lanza una mirada significativa hacia los dedos que ha llevado inconscientemente a los mechones negros. Baja el brazo de inmediato y cuando ve que el Hokage va a abrir la boca levanta la mano.
- No.
- Pero Sasuke simplemente pídele que…
- No.
II.
- Y bien - Ino termina de cerrar ell candado de su taquilla - ¿has seguido la estrategia que te comenté al final o no?
- Sí… tal y como dijiste, - se atasca un poco la de Sakura y suspira. Es una taquilla gris, un poco oxidada en los bordes y ya tiene demasiados abolladuras que ha ido haciendo a base de utilizar su fuerza bruta - pero… no sé si podré aguantar mucho tiempo más.
- ¿Por qué no? ¿No está funcionando?
- No sé si está funcionando como tal, Ino. Es Sasuke-kun de quien estamos hablando. - Caminan hacia la salida. Ino que va saludando a todo el mundo con quien se cruza y Sakura espera a que termine después de cada interacción: a veces quieta a un lado del pasillo, a veces mirando como la luz oblicua incide en el jardín de la entrada. - La cosa es que me siento un poco mal haciéndolo.
Ino chasquea la lengua.
- ¿Por qué mal? Qué tontería. - Musita por lo bajo y se mueve su coleta rubia bajo los halógenos. - Él no se siente mal después de lo que te ha hecho. Que menos que pagarle con su propio medicina. ¿No es eso en lo que habíamos quedado?
Sakura se come un suspiro, y hace lo mejor que puede para no llevarle la contraria. Técnicamente, se recuerda, habían llegado a un acuerdo tácito una noche de chupitos de vinode ciruela, uñas pintadas y una película de acción de serie B. Sakura estaba triste (¿Ino, realmente interpreté mal las señales?) e Ino estaba inspirada después de leer una novela romántica y tomó una decisión rotunda: Pasa de él. Así verá lo que se pierde y volverá lloriqueando a tus pies.
- No creo que eso afecte demasiado a Sasuke-kun.
- Afectó a Sai.
De todas las mentiras que se cuenta Ino a sí misma para alimentar su autoestima, esta es la que más gracia le hace.
- Ino, Choji me dijo que fuiste tú la que le pediste directamente una cita. No tienes que fingir que…
- ¿Confías más en la versión de terceras personas que en la mía, que soy tu mejor amiga?
Casi tres semanas después de aquello, y dos activamente aplicándolo, Sakura se fustigaba por no haberle parado los pies entonces y haberle hecho caso a su amiga. Cada vez que se ha acercado a Sasuke, cada vez que ha fingido que no estaba dispuesta a hablarle, que no quería correr a su lado y quedarse en la quietud de su aura, el corazón magullado de Sakura ha sufrido un pinchazo. Es demasiado pura, Sakura, demasiado abierta en la manera en la que expone sus emociones. Nunca se la ha dado bien jugar a ser otra persona y no va a empzar a ahora a sus 20 años.
- Parece… dolido, Ino. - Sakura se detiene en el puesto de enfermería a rellenar unos papeles para las dosis de un par de pacientes. - No tiene a mucha más gente… hacerle esto es injusto. Soy yo quien tiene el problema, no él.
Reconocerlo en voz alta no debería doler a estas alturas, pero lo hace igualmente. Hay cierto tono de rendición en ello: saber que si no te quieren ya no es porque no lo has intentado, sino porque hay algo que no es suficiente dentro de ti. No suficientemente guapa. No suficienmente fuerte. No suficientemente lista. Y es agotador perseguir esperanzas que se escabulllen en bandadas de pájaros hasta perderse en la oscuridad.
Sus amigas suelen enfadarse cuando deja escapar esos pensamientos. Aprietan los labios y dicen que es injusta consigo misma. ¿No ha estado Lee enamorado de ti toda la vida, Sakura?, inquiere Tenten un día en las termas, las chicas desnudas y las inseguridades expuestas. "Yo creo que eres increíble, Sakura-san" siempre tan educada, Hinata no quiere intervenir, pero su cabeza recolecta cada piropo que Naruto lanza cuando habla de Sakura, su admiración férrea hacia ella. Ino, por supuesto, es la que es más vehemente al respecto, probablemente proque es la que más veces la ha visto llorar sobre el asunto. Cuando se enteró de lo ocurrido en el puente Samurai, de cómo Sasuke habría matado a Sakura sin parpadear, entró en cólera y juró que no le perdonaría nunca. Sakura consiguió convencerla de que no era él, entonces. Otra persona llena de odio. Y el odio nos transforma en monstruos, le dijo, ella que es todo ojos verdes y corazón gigante.
- No te merece, igualmente. A estas alturas ya debería haber espabilado.- Ino insiste en lo que le lleva diciendo desde hace años. Sakura chasca la lengua. - ¿No dices que no te ha escrito después de vuestra "cita"?
- Quizá nunca fue una cita, Ino. Quizá fueron mis paranoias y él solo estaba siendo correcto, amable. - Sakura rueda los ojos - Está cambiando, de verdad. Lo está intentando, al menos. Y aún así … - Sakura aprieta la mano contra la tela de su qipao - estoy tan enfadada con él…
- A lo mejor ya es tiempo de pasar al otro plan. - Ino suena convencida mientras bajan el último tramo de escalones hasta la planta baja. - ¿Has pensado en alguien?
Oficialmente, Sakura tiene que parar esto.
- No voy a fingir salir con otro chico para darle celos, Ino. - Tiene 20 años por el amor de dios - Es absurdo e infantil. Y un poco miserable, si me preguntas.
- Yo creo que si elegimos a la persona correcta… - La ignora, como siempre. El pelo rubio oculta una mente maquiavélica. Shikamaru lo supo a los 6 años, un día en que Ino quiso vengarse de la vecina de Choji por insultarle. Sakura lo descubrió en los exámenes chuunin. Pero es la muestra viviente de que incluso los animales más hermosos pueden ser letales. - ¿Lee sigue con esa chica?... - Sakura le advierte "No metas a Lee en esto. Es la mejor persona que conozco". - Bueno Lee no… pero… mmm … ¿Kankuro-san no tenía un flechazo contigo? Se os vio muy junto en Sun…
- Ino, - corta. Los tacones cortos hacen un ruido seco sobre las baldosas. -, deja de vivir vicariamente a través de mí. No voy a ponerme a hacer estrategias lamentables como si tuvierámos 15 años.
Ino va quejándose y haciendo pucheritos hasta que están ante la puerta que da al vestíbulo, y se ven asaltadas por un grupo de estudiantes de segundo año. Todos cargan con carpetas llenas de notas, y rodean a Sakura preguntándole todo tipo de cosas: desde qué hacer cuando sube la presión arterial, a cómo regenerar chakra al tiempo que curas una herida. Y Sakura, siendo Sakura, responde educada y paciente. Ino se resigna a la popularidad de su amiga, y se sienta a esperar a que termine en una de las sillas del vestíbulo de entrada.
No es que le sorprenda. Desde la Guerra, y con Tsunade fuera de la aldea, Sakura es la referencia médica. Todo el mundo recurre a ella, quieren acercarse a sus manos, beber de sus conocimientos, palpar el prodigio. Humilde, bajo una cortina de pelo rosa, Sakura siempre hace hueco para culturizarr requerimiento. Cansada o no, disponible o no, hay una sonrisa en una pasillo; se sienta al lado de las familias de los pacientes para darles buenas y malas noticias. Ino la ha visto hacer cirugías de varias horas y a continuación enseñar a un grupo de chuunin técnicas básicas de cicatrización. La ha visto hacer turnos de noche y aparecer dos horas después en la oficina del Hokage con alguna idea que se le ha ocurrido solo para que Kakashi lo desdeñara simple y llanamente porque "no voy a hacer caso a nada que me digas hasta que no hayas descansado adecuadamente". Ninguno le dijo nunca nada, pero en cada hora de más que hacía, era una hora de soledad que no tenía que vivir entre las cuatro paredes de su casa. Ojalá Sasuke Uchiha se diera cuenta de lo que pasaba.
- Sakura Haruno, - Ino levanta la cabeza al oir la voz -, ¿dónde está?
Frente a ella, una altísima figura vestida de oscura se inclina sobre el mostrador de recepción a la pobre enfermera que se sonroja de arriba abajo. Ino sonríe para sí misma, quizá su estrategia no había sido tan inútil como creía Sakura. El ego masculino es, al fin y al cabo, igual de débil para todos ellos.
- La señora Haruno ha terminado ya su turno. - La recepcionista tartamudea y le tiembla la mano cuando coge el bolígrafo e intenta tomar nota - ¿Quiere que le pida cita para otro día? Puede consultar otro doctor si..
- ¿No está en el hospital?
- Como decía ya ha…
- ¡Sasuke–kun! - Ino le llama agitando la mano y el Uchiha se vuelve hacia ella. Incluso desde lejos, le ve fruncir el ceño. Luego le da las gracias a la recepcionista educadamente y se dirige hacia ella. Le hace exactamente la misma pregunta con el mismo tono exigente: ¿dónde está Sakura?, e Ino responde con un deje juguetón - Está ahí hablando con unos estudiantes. Siéntate conmigo a esperarla.
Como cabe esperar, la oferta es recibida con la más absoluta indiferencia. Sasuke sigue teniendo esos ojos del negro frío de siempre, pero su cara ahora es angulosa, madura y tan extremadamente atractiva que la rubia se sabe momentamente sin palabras. Sí, claro, Sai es guapísimo, y está buenísimo, y todo lo que quieras, pero Sasuke Uchiha juega en su propia liga de belleza. Haría suspirar a una piedra.
Además, superado o no su obsesión adolescente on el chico, resulta dificil pensar en otra que no sea "Sasuke Uchiha está a mi lado" cuando Sasuke Uchiha está, de hecho, a tu lado; e Ino se conoce demasiado como fingir que puede estar callada así que intenta pensar con todas sus fuerzas pensar en algo. Se le ocurren varios temas de conversación (¿te gusta Sakura?, oye, no seas un imbécil con ella; ¿qué tal tus viajes? No pasa nada si escribes de vez en cuando; ¿cómo va tus heridas?, ¿mejor?, ¿cómo te las apañas siendo manco?) y todos les parece estúpidos o inadecuados, así que opta por intentar ser, simplemente, simpática.
- Sakura y vamos a ir después a comer algo al nuevo sitio de gyozas. Tenemos reserva para dos, pero no creo que pase nada si te unes. ¿Quieres venir?
Sasuke se vuelve hacia ella y aparece en su rostro de piedra un arruga pequeñita en la esquina de la ceja izquierda. Ino no necesita ponerse a hurgar en su mente para saber que está contrariado. O bien no quiere ir en absoluto, o bien, como sospecha, no le gusta la idea de ir él, Sakura e Ino de carabina.
- ¿No te gustan las gyozas? - silencio. Ino se lleva regular con el silencio, así que insiste. - Según Choji son las mejores que ha probado en tiempo y ya sabemos que Chouji es exigente cuando se trata de…
- Ino - El tono con el que habla es oscuro, cortante, pero ella no se amedrenta. - no me interesan las críticas gastronómicas.
La Yamanaka rueda los ojos y suspira, resignada y feliz con la alegría educada de Sai. Algunas cosas no cambian, supone.
- No tienes que ser tan desagradable, ¿eh? Solo quería ser amable y ayudarte con Sakura.
Algo se enciende dentro de él, una mecha corta, un chispazo que estaban esperando y golpea como la punta de daga.
- No necesito ayuda con Sakura. - escupe.
- ¿Ah no? - La rubia ladea la cabeza y deja que la insinuación rueda por su boca - pues entonces porque no eres capaz de…
- ¿Qué estás haciendo aquí? - Sakura se ha acercado a ellos y mira a Sasuke de arriba a abajo. - ¿Estás herido?
Es un gesto rápido, peor Ino lo capta perfectamente. La mano del Uchiha sube hacia su pelo y se lo va a apartar cuando de pronto se fuerza a retirarla, e Ino se muerde las mejillas para que la risa no interrumpa la escena. Su plan no solo está funcionando: su plan va a toda velocidad hacia el éxito absoluto.
- No. - Dice, y cuando mira a Sakura, Ino lo ve, su ojo visible se relaja. Un gesto tan sutil y suave como la caída de las flores de primavera. - Quería hablar contigo.
- ¿Sobre qué? - Sakura, sin embargo, deja su redondez habitual para llenar su tono de aristas. - ¿No puede esperar? Ino y yo tenemos una reserva para cenar.
Sasuke cierra el puños con fuerza y mira hacia los lados. No es solo la presencia de Ino lo que le incomoda, sino también la de un puñado de curiosos que les observan en un lado y otro: la pareja embarazada que espera a ser atendida; la chica de recepción con la que hablaba, un par de celadores que mascan chicle. Para una persona que valora tanto la discreción como él, esta situación le resulta especialmente violenta, pero si es la única manera de hablar con Sakura, que así sea.
- Podría esperar, - la voz suena profunda. A las dos se les eriza la pie. - pero llevas dos semanas evitándome.
- He comido contigo a mediodía.
- Apenas hemos hablado y además estaban… ellos.
Es la manera ne la que dicen ellos que Ino entiende que realmente sobra en esta conversación. Ellos, como si sobrara. como Si naruto, su otra mitad en el mundo, sobrara. Era un hecho extraordinario, y la rubia se levanta porque entendía que no era ni su momento ni su lugar para estar ahí. Sakura es lista, es capaz y valiente: sabrá apañárselas sin ella.
- Sakura…
- Sí, Ino ya voy. Sasuke-kun, como te he dicho: nos tenemos que ir ya.
- No era eso lo que…
- Quiero hablar contigo… de algo personal.
- Y yo te he dicho que puede esperar.
La resistencia a esa cara y a esa instancia por parte de Sakura es algo que Ino solo puede admirar. Pasa los ojos de un lado para otro. Sakura se ha crecido, seria y decidida. Sasuke está confundido y acorralado.
- ¿Por qué me estás ignorando?
- ¿Por qué crees que te estoy ignorando?
- No respondas preguntas con otra pregunta. Es un comportamiento impropio de ti.
- Es un comportamiento perfectamente normal.
- ¿A qué viene esto?
- ¡¿Sabéis qué?! ¡Me acabo de acordar de que tengo que ir a ayudar a la madre de Shikamaru a podar los rododendros! - Los dos se vuelven a hacia Ino con sendas caras de incredulidad. Parpadean. - ¿Así que porque no vais vosotros dos al restaurante y ya me ocntaís que tal? ¿Bien? - Le da un abrazo corto y coge su bolso y sale a toda velocidad. Se despide desde la puerta. - ¡Nos vemos!
Ino no se gira a mirar, pero se retrasa lo justo para que caminando un poco más lenta, la pareja camine unos metros tras ella. Su amiga está callada, la vista puesta en la calzada, los labios apretados, y los brazos cruzados sobre el pecho. Sasuke le sigue el paso, circunspecto siempre, pero juraría que sonríe un poco cuando al caminar la cadera de Sakura roza, sin querer, la punta de los dedos.
Pronto la siguiente parte :) Decidme que os ha parecido.
