Los personajes y escenarios pertenecen a J.K. Rowling


Charlie decidió hacerle caso a Zoe, total, no tenía nada que perder. Iba a tratar de pasar más tiempo con Draco y descubrir si sólo lo veía como amigo o… si le interesaba de alguna otra forma.

Charlie tuvo que quedarse toda una semana más en el ala médica, viendo a Draco trabajar curando heridas leves de otros dragonolistas, viéndolo realizar las pociones que se iban agotando y tuvo tiempo de pequeñas charlas, donde todo combinado le hicieron darse cuenta de lo obvio. Le gustaba Draco Malfoy.

-Bueno, Weasley, ya te puedes ir, estás dado de alta. Hazme un favor y no regreses en dos semanas, es más, no regreses.- Dijo Draco al terminar la última revisión de Charlie.

-Te juro que no es intencional, Draco. Son gajes del oficio- dijo Charlie riendo ligeramente.

-Claro, gajes del oficio significa algún zarpazo o quemadura de vez en cuando, como el resto. Pero lo tuyo va a los libros de récords más estúpidos- declaró Draco.

-Jajajaja ok, ok. Admito que paso más tiempo aquí del que debería, pero yo te lo había advertido desde la primera vez. Y para que veas mi buena voluntad y arrepentimiento… ¿Qué te parece si te invito una copa el próximo fin de semana? Hay un pub no muy lejos de la reserva, es bastante bueno y tranquilo, lo cual es raro de encontrar- invitó Charlie con una sonrisa.

-Vería más tu buena voluntad y arrepentimiento si dejaras de aparecer herido cada 5 minutos- dijo Draco

-¡Vamos, Draco! Eres joven, desde que llegaste a la Reserva no te he visto relajarte o divertirte.

-No vengo a relajarme o divertirme, Weasley. Vengo a trabajar, a hacer mis prácticas para poder graduarme oficialmente de medimago- dijo Draco fríamente.

-¿Y un fin de semana realmente afectará tu buen desempeño? No lo creo, Draco, es tu día libre el sábado ¿no? Tampoco te digo que te vayas de juerga y te emborraches hasta no recordar tu nombre, sólo es una copa- volvió a invitar Charlie.

-No, Weasley. No insistas. No tengo tiempo para hacer esas tonterías, debo estudiar y hacer más pociones necesarias en la enfermería. Ahora, tanto jodías con que querías irte y ahora no te vas, ¿por qué no vas a ver si ya nació un nuevo dragón?- rechazó Draco la oferta otra vez y Charlie asintió levemente decepcionado.

-Está bien, ya no insisto. Cuídate, Draco y gracias por todo- dijo Charlie saliendo del ala médica.

Unas días más tarde, mientras Draco hacía inventario de pociones y material médico, Charlie entra en la enfermería.

-¡Ay no! ¿Ahora qué hiciste, Weasley?- preguntó Draco con reproche

-No, no, tranquilo, hoy estoy enterito. Mira.- dijo Charlie dando una vuelta en su lugar.

-Entonces ¿Qué haces aquí?- dijo Draco enarcando una ceja.

-Vengo a invitarte a una pequeña excursión este fin de semana. Es feriado para los muggles en Rumania y hacen toda esta festividad con comida, fuegos artificiales, música y…

-Weasley, ¿aún tienes problemas con la memoria?- dijo Draco serio interrumpiendo a Charlie- Hace poco más de una semana te dije que no tengo tiempo para banalidades.-rechazó Draco volviendo a su trabajo.

-Sí, lo siento por molestarte. Sólo pensé que te vendría bien despejarte y podrían agradarte los espectáculos de esta temporada. Lo siento nuevamente, Draco- dijo Charlie claramente cabizbajo. Draco sintió una punzada en el pecho al ver así al pelirrojo y deseó retractarse por un momento, pero lo ignoró y siguió con lo suyo.

Una semana después, Charlie entró a la oficina de Draco mientras hacia más pociones, el rubio se veía cansado y estresado.

-Hey, Draco, es viernes y los chicos y yo vamos a salir a un pueblo cerca de aquí ¿Quisieras acompañarnos?- ofreció Charlie sonriente, pero en ese momento Draco se distrajo al voltear a verlo y agregó más Dittany a la poción que estaba preprando arruinándola por completo. El rubio se empezó a poner rojo de furia e hizo chocar el caldero contra la pared.

-¡NO, WEASLEY! NO QUIERO IR CONTIGO A NINGÚN LADO. ¿ACASO TANTOS GOLPES EN LA CABEZA TE HAN DEJADO IDIOTA? NO QUIERO SALIR CONTIGO NI AUNQUE ME PAGUEN. TENGO MUCHAS COSAS QUE HACER ¿NO ENTIENDES? NO QUIERO NI PUEDO SALIR. AHORA LÁRGATE CON TUS AMIGOS- explotó Draco dedicándole una mirada fúrica a Charlie que se sintió diminuto en ese instante, sólo asintió, murmuró una disculpa y salió rápidamente del edificio hacia dónde sus amigos lo esperaban

-¿Qué pasó? ¿Y Draco?- preguntó Sascha

-Eeeeh… me dijo que está cansado, prefiere quedarse a descansar un poco, pero que a la próxima nos acompaña- excusó Charlie rápidamente

-Bueno… pues vámonos- dijo Adrien

-Chicos, yo… mejor paso, creo que…- empezó Charlie

-Ya, tranquilo, te quieres quedar a cuidar a tu "héroe personal", lo entendemos- lo interrumpió Zoé burlonamente y Charlie solo le dio una sonrisa apretada

Cuando sus amigos se fueron Charlie se dirigió a su cabaña, no tenía ánimos de ir a ningún lado ni mucho menos celebrar.

En la enfermería se encontraba Draco sentado en la silla frente a su escritorio con las manos en el rostro. No habían pasado ni 10 minutos desde que Charlie salió de su oficina cuando se dio cuenta de la estupidez que había hecho.

Había sido un completo imbécil con Charlie, la única persona que lo había tratado bien desde el principio, el único que no lo juzgaba ni le importaban sus errores del pasado, el único que era amable con él y no por conveniencia, por lo que Draco pudiera significar a su favor, la única persona que lo entendía, el único que veía al verdadero Draco.

Draco se maldijo mil veces por ser tan estúpido, por dejarse llevar por el cansancio de no haber dormido las últimas noches a causa de las pesadillas.

Pasaron dos días después de la maldita noche de su estupidez y no había vuelto a ver a Weasley, cada hora que pasaba lo hacía sentir más mierda.

La puerta de la enfermería se abrió, y Draco volteó esperando ver a cierto alegre pelirrojo, pero se topó con otro dragonolista herido.

-Hola, Draco. Uno de los dragones jóvenes me mordió, creo que no fue tan profundo pero ¿lo podrías revisar, por favor? - pidió el joven dragonolista

-Claro, siéntate en la camilla

Otro indicio de que la había cagado monumentalmente, es que cada vez que veía a Charlie en el comedor, este lo ignoraba y evitaba su mirada. Ya habían pasado tres semanas y Weasley no se había aparecido por el ala médica, incluso escuchó que tuvo un pequeño incidente de quemadura con un dragón y el pelirrojo no fue a que lo atendiera.

Draco se sentía peor que mierda, era sábado por la noche y no tenía ánimos de hacer nada más que sumirse en su autocompasión cuando la puerta de su oficina se abrió violentamente.

-Ponte de pie. Hoy saldrás conmigo y no aceptaré un no por respuesta, me importa poco si tengo que secuestrarte. Te ves peor que un inferi y necesitas aire fresco.- dijo Charlie Weasley seriamente- No quiero hacerlo a la mala, Malfoy, de pie ahora, agarra tu varita y un abrigo ligero.- ordenó Charlie dejando a Draco sorprendido y como pocas veces, sin palabras, con la boca y ojos abiertos.

Cuando Draco salió de su estupor, hizo lo que Weasley le ordenó y caminó detrás de él hasta salir de la enfermería, caminaron varios metros hasta llegar a un tipo armario, de ahí Weasley sacó 2 escobas y le tendió una a Draco.

-¿Adónde vamos?- preguntó el rubio confundido

-Cuando nos conocimos dijiste que te encantaban los dragones, que ese fue uno de los motivos por los que aplicaste para hacer las prácticas aquí, pero en estos 7 meses no te he visto ni a 20 metros de un dragón. Así que hoy, tendrás ese tour que querías de niño, un poco más rápido ya que normalmente es de una semana y este será sólo de una noche, PERO será un tour privado y con algunos extras que esos turistas no tienen.- dijo Charlie con media sonrisa- Ahora, móntate en tu escoba y sígueme. Haz lo que yo te diga

Emprendieron el vuelo con Charlie a la delantera y Draco siguiéndolo de cerca. Aterrizaron cerca del hábitat de uno de los dragones y Charlie explicó

-Aquí está un Galés Verde, es adulto y de los más tranquilos que he conocido, mide 5 metros, suele anidar en las montañas pero este grandulón nació aquí y se ha adaptado a vivir aquí.

A Draco le brillaban los ojos de emoción al verlo, nunca había estado tan cerca de uno, se sentía como niño en navidad.

-Esta de aquí es una Bola de Fuego Chino, tiene varios años aquí, sus escamas son suaves con astas doradas alrededor del rostro. No es TAN territorial como otros dragones.- explicó Charlie una vez se movieron a otra hábitat

Y de ese modo, Charlie le explicó de todos los dragones que tenían en la Reserva, le dejó acercarse a algunos e incluso tocar a un par de dragones que el eran tranquilos y no atacaban sin un motivo importante.

-Ahora vamos a una de las zonas que más disfruto- dice Charlie con una gran sonrisa- Sígueme

Entraron a un edificio con muchos ventanales y puertas, Draco puso atención al más cercano a la puerta y notó movimiento; entrecerró los ojos y notó a un pequeño dragón intentando camuflarse con los troncos y hojas que había a su alrededor. Cuando notó que no había peligro se acerco hacia el ventanal que los separaba. El medimago jadeó de sorpresa. Era hermoso ese pequeñín.

-Estamos en la incubadora. Aquí cuidamos a los huevos cuyas madres rechazaron o murieron, igualmente, cuando rompen el cascaron y están muy débiles como para juntarlos con las otras crías, los apoyamos y damos el empujón que necesitan para crecer grandes y fuertes- informó Charlie viendo el rostro enternecido de Draco admirando a la cría de dragón.

-Wow, esto es… increíble- dijo Draco volviendo a ver a Weasley con una ligera sonrisa.

-Lo sé. Ven, nos falta una última parada- dijo Charlie.

-Oye, espera. Primero quisiera… hablar contigo, sobre lo que pasó el otro día- dijo Draco analizando qué iba a decir- Yo… estaba molesto, cansado y algo estresado pero no era motivo para desquitarme contigo. Yo… lo… ss… lo siento. No debí gritarte, ni insultarte. - se disculpó Draco viendo intermitentemente a los ojos a Charlie, luciendo realmente arrepentido.

Charlie lo analizó serio poniendo nervioso a Draco.

-Está bien, disculpa aceptada.- dijo Charlie con una pequeña sonrisa- yo también estallé contra ti no hace mucho, después de todo- recordó el pelirrojo.

-Yo… tú estabas herido, era comprensible, yo no tenía motivo alguno para ser un imbécil- dijo Draco mirando hacia otro lado.

-Hmm… bueno, sí, estaba herido y con amnesia pero nada de eso fue tu culpa y sobre lo tuyo pues… creo que sí tenías un motivo, no creo que haya sido mi culpa tampoco, pero sí tenías un motivo. Tenías la pólvora y yo sólo fui la chispa de hizo la detonación.- analizó Charles.

-No entendí lo de la pólvora pero… ok

-Jajajaja está bien, no importa, ven vamos a la última parada- dijo Charlie tomando y jalando la mano de Draco quien se dejó hacer.

Montaron las escobas y llegaron a la cima de una pequeña colina, donde se alcanzaba a ver la mayoría de la Reserva, era una vista hipnotizante. Dejaron las escobas al costado de un árbol y se sentaron, había una canasta con comida ahí. El rubio volteó a ver interrogante a Charlie.

-La dejé aquí antes de ir a buscarte, a la comida le coloqué hechizos de conservación y para evitar que se enfríe- dijo el ojiazul sonrojándose y sacando la comida.

-¡Oh! Bien, gracias- dijo Draco comenzando a comer

El ambiente se sentía tranquilo e íntimo, Draco se sentía cómodo, como en casa de verdad en casa. Comieron en silencio, viendo el paisaje, respirando el aire fresco, disfrutando de la compañía y viéndose de vez en cuando de reojo cuando creían que el otro no se daba cuenta.

-Y ¿cómo van tus estudios?- rompió el silencio Charlie

-Bien, creo. Ya casi acabo los últimos capítulos del libro de Pociones Medicinales Avanzadas y estoy en el final de Anatomía Mágica y Muggle: Sus Enfermedades y Tratamientos, de hecho creo que voy un poco adelantado. Estaré listo para el examen de graduación al final de mis prácticas.- dijo Draco orgulloso.

-Eso es genial. Eres un gran medimago, Draco- alabó Charlie.

-Gracias. Por todo. Esta noche fue muy… divertida, me encantó el tour y… ermmm… - dijo Draco sin ver a Charlie- tenías razón- murmuró suavemente- necesitaba despejarme, no he podido dormir ni comer bien y creo que la adrenalina de esta noche me agotó a la vez que me relajó. Gracias por eso- dijo Draco volteando a ver a Charlie con su última frase.

-De nada, me alegra haber podido ayudar. Cuando tengas una noche libre de estudio y pociones y quieras despejarte un rato, sabes donde encontrarme- dijo Charlie sonriendo.

-Sí… eh… ¿tienes..? Umm… ¿Tienes libre el próximo sábado? Podemos ir a tomar una copa a ese bar que me mencionaste hace tiempo- dijo Draco dudoso.

-Claro, claro. Podemos vernos a las 8pm en tu oficina, así caminamos al borde de las protecciones de la Reserva y una vez fuera nos aparecemos en el pueblo, ¿te parece bien?- dijo Charlie emocionado.

-Sí, a las 8 estará bien.

-Bien, es una cita- dijo Charlie saltando de emoción por dentro.


Nota de la autora:

Hay veces en que a Draco le sale lo cruel pero también quiero que se vea qué hay un cambio en su personaje, no se va a volver un sensiblero pero al menos no va a ser un niño idiota.