Cap 53 Hacer lo necesario
Temari agotada se dirigía nuevo a su oficina para iniciar un nuevo día laboral. El día anterior no había podido dormir con la preocupación de no saber qué ocurría con la Kunoichi que había jurado lealtad a la aldea de la Arena. Abstraída en sus pensamientos, al entrar a su oficina se llevó una impactante sorpresa.
- Pero… ¿qué haces aquí?
Entrando rápidamente se dirigió a un mirlo del desierto que bebía el agua del suministro que tenía para las plantas. El mirlo al verla, se acercó y le estiró su delgada pata. Ella tomó la nota en miniatura que había ahí.
Reunión en el fuerte de la Duna de Escarcha; 11:00am
S.
Temari sin más explicaciones, destruyó el papel y corrió con abanico en mano al lugar indicado justo cuando el mirlo salió volando.
Con total discreción, tomó los atajos poco conocidos de su laberíntica aldea. Temía estar llegando tarde y evitando los controles de egreso de la aldea, corrió durante más de 20 minutos hasta llegar al lugar indicado.
Evadiendo los nidos de los alacranes y las plantas venenosas, encontró la puerta del fuerte e ingresó con el cuidado pertinente.
- Temari Sama – Saludó el ninja arrodillándose con protocolo. – Nosotros …
- Shira… Levántate. – Dijo intentando llegar al punto – ¿Estás bien? ¿Dónde está Yome?
- Si. Los dos estamos bien, pero Yome no está aquí.
- Bien… inicia. ¿cómo estás de regreso tan rápido? ¿qué sucedió?
- Señorita Temari, según su instrucción debía regresar con información lo más rápido posible sin ningún tipo de intermediarios. Yome y yo encontramos lo que usted buscaba.
- ¿Tan pronto?
- No alcanzamos a llegar ni a la mitad del camino – Con aquella declaración, Temari ya sabía qué ocurría.
- Chin… - Antes de responder, Shira le extendió la mano a Temari, sobre ella había un anillo. El anillo, era insignia irrefutable de las Femene Fatale
- Está muerta.
Solo escucharlo le hizo sentir una gran frustración. Tener a Chin muerta ponía a Hanna en una posición muy complicada.
- ¿Cómo? ¿dónde está? – Shira carraspeó su garganta. Ella recordó que lo hacía cuando estaba a punto de decir cosas difíciles.
- Yome vio el destello del anillo poco antes de llegar a la mitad del trayecto. Ya había más vegetación así que había más obstáculos para la búsqueda… La encontramos cerca. Estaba en una cueva seca. Ella…
- ¿Qué?
- No podemos confirmarlo, pero parece que su muerte fue por estrangulamiento. Había signos de tortura y… de violación. Por lo que parece, un hombre fuerte le tomó ventaja.
- Eso... eso no es posible. Ella…. Ella podría sortear eso.
- Lo sé. Yome y yo lo pensamos también… Y una cosa más
- ¿Que?
- Parece que su cuerpo está bajo algún tipo de jutsu.
- ¿A qué te refieres?
- Por el rastro de huellas, ella lleva ahí varios días. Pero ningún animal se ha acercado y tampoco muestra algún signo de descomposición.
Ella no necesitaba más información para saber que de alguna forma u otra había sido congelada.
- ¿Eso es todo? ¿Algo más?
- Vine lo más rápido posible para informarle. Pero ni Yome ni yo tenemos órdenes sobre cómo proceder. No sabemos si traerla o dejarla, especialmente porque esta misión no cuenta con los permisos de salida requeridos.
- Voy a necesitar que recolecten evidencias de la escena. También es necesario que la custodien desde lejos.
- Como ordene.
- Te daré una misión oficial. Recolectarás veneno de alimañas y algunas flores silvestres bajo la necesidad de que tenemos que generar más medicamentos. Eso comprará para ti y para Yome la inactividad durante lo que dure esto.
- Si, Temari-sama.
- Puedes retirarte – Dijo con la esperanza de estar sola un momento más para procesar lo ocurrido.
- Temari sama… - la llamó a modo de solicitud – Si disculpa mi atrevimiento hay algo que aún no me encaja en todo.
- Dilo.
- Nos pidió saber el estado de la misión de Hana y Chin… ¿Qué sucederá con Hanna? ¿Cree que el hombre que asesinó a Chin, haya hecho lo mismo con ella? A ella no la encontramos.
- Como superior en esta aldea, me alegra tu preocupación por una compañera desaparecida, pero en este momento no te puedo compartir esa información.
- De acuerdo – Dijo con una reverencia resignada – Me retiro.
Sin más protocolo, Shira se retiró dejando a Temari sola en el refugió. Sin poderlo creer se sentó en una silla y dio vueltas al anillo en sus manos.
Sus temores se confirmaron. Hanna estaba desaparecida con un paradero que presuntamente solo ella conocía y Chin había sido asesinada.
Recordó la carta que había recibido; advertía que Chin estaba lidiando con un hombre violento y brusco, una excelente coartada para indicar luego que inevitablemente él la había asesinado y abusado de ella. El haber puesto algún tipo de protección a su cuerpo, solo indicaba que lo estaban conservando para el momento en que fuera programado el fin de la misión de forma fallida.
Eso, o que, durante el asesinato de Chin, Hanna había sido secuestrada y coaccionada a hacer todo lo que estaba haciendo; cosa que veía muy poco probable debido a la preparación que hubo con la correspondencia.
Ya no podía seguirla excusando ni seguir intentando encontrar formas de protegerla. Solo quedaba saber cuál era el trasfondo de sus acciones y sus motivos. Había llegado el momento de hacer lo necesario.
Recostada sobre su pecho desnudo, no se atrevía a mirarlo. Temari percibió la tensión en el cuerpo de Shikamaru en cuanto las palabras salieron de su boca.
Shikamaru por su parte, con un brazo tras la nuca y el otro acariciando la espalda de Temari, y mirando el techo de la caverna, fue abstraído en la incredulidad en cuanto ella le comentó su plan.
Breves segundos pasaron hasta que sorprendido, Shikamaru se sentó haciéndola hacer lo mismo.
- No puedes estar hablando en serio, Temari – Dijo encarándola.
- Shikamaru… sabes que es la mejor opción
- Vamos, Temari, tú me conoces mejor que nadie, sabes que no estoy hecho para ese tipo de cosas.
- Lo sé, créeme que lo sé, pero estamos al servicio de nuestras aldeas, tenemos que hacer lo que es necesario para procurar el bien común.
- No me estás pidiendo que asesine a alguien o que desmantele una mafia; ¡me estás pidiendo que seduzca a una espía! ¿Sabes lo ridículo que es eso?
- Bueno, si lo pones de esa manera, suena muy mal. Solo te estoy diciendo que… que la investigues… y si para eso es necesario ceder un poco…
- ¿Por qué solo no me dejas entregarla? Nos libraremos de eso en dos segundos.
- Porque aún no sabemos para quien trabaja. Si la entregas ahora a Konoha, morirá bajo el supuesto de ser una espía de la aldea de la Arena y nosotros asumiremos que la mataron solo por su nacionalidad. Ella no es nuestra espía ahora, tampoco creo que sea de Konoha ni que ha desertado solo para tener una vida feliz a tu lado. Alguien está con ella en esto y tenemos que descubrir quién. Podría ser la clave para saber quién está manipulando toda esta guerra.
Shikamaru resopló alejándose de ella y escondió su cara entre sus manos. Comprendía todos los motivos que Temari le daba, y para él el plan sería perfecto si no fuera él mismo quien tuviera que llevarlo a cabo. Sabía que Temari estaba acostumbrada a ese tipo de misiones, pero él nunca se había visto envuelto en una situación que requiriera embaucar los sentimientos de alguien más.
- Tem… no tengo madera para esto. Ella es una experta, se dará cuenta de inmediato.
- No necesariamente, ella no tiene conocimiento de nada, no esperará que alguien como tu intente sacarle información.
- Para sacarle información ella debería confiar en mí más allá de su personaje. No dirá nada. La mejor opción es capturarla y someterla al interrogatorio de Ibiki.
- No servirá. Ellas tienen entrenamiento especial. Si no logras contactar con ella a un nivel emocional o neuronal, mentirá incluso siendo torturada y mantendrá la versión que tenga hasta el final.
- Temari, moriré de anciano antes de lograr que se enamore de mí o que logre contactar con ella a un nivel tan íntimo como para que el cuartel de inteligencia vea a través de sus coartadas.
- Lo único que tienes que hacer, Shikamaru, es intentar descubrir con quien tiene su lealtad. Ellas suelen tener un dispositivo de grabación en cualquier parte del cuerpo para guardar la información que obtienen. Lo usan para sobornar o entregar informes. Si esa información no va a la Arena, hay que saber hacia dónde va. Si sigue algunas prácticas estandarizadas, podría dar comentarios que nos den pistas.
- ¿Quieres decir que debo arrancarle del cuerpo un dispositivo que no sé cómo es ni donde está para que lo analicemos? ¿Crees que será tan fácil? Debe estar preparada para que no sea descubierto. Y de paso, si no está con la Arena, nada asegura que lo siga teniendo.
- ¿Podrías al menos considerar el plan? Si vamos a proceder con esto es muy importante que te lo tomes en serio.
- Me tomo muy en serio lo que pides, pero yo no tengo entrenamiento ni mentalidad de rompecorazones para hacer lo que pides. La única mujer con quien he interactuado de ese modo y vaya que me dio problemas, has sido tu. Si en algo se parecen podría estarme suicidando.
- La diferencia es que ella está dispuesta Shikamaru
- No, finge que está dispuesta. Ni siquiera le gusto, solo soy un trabajo más.
- Eso crees tú, pero el hecho de que hayas sido tan reticente a su trabajo, créeme que hace que seas especial. Muere por tener tu atención y descubrir que sigue teniendo el poder para tener a quien desea.
- Me dijiste que ellas no seden ante esos impulsos. Que si una misión es fallida, fallida se queda y no buscan indagar más. Si está aquí es porque alguien más se lo pidió, Temari, no porque quiera terminar su tarea conmigo.
- Shikamaru, esto se está extendiendo. Sé que entiendes la necesidad de hacer esto, solo inténtalo.
- Temari, ¿por qué me pides esto?, yo no podría. Haría lo que fuera necesario para sacarte de una situación similar y nunca te pediría que hicieras algo parecido.
- Tú y yo crecimos de formas muy diferentes y créeme que no me hace gracia pedirte lo que te pido. No me anima en lo más mínimo decirte que interactúes con ella; pero esto es parte de ser una Kunoichi de mi aldea. Dejamos de lado nuestros intereses personales para cumplir con la misión que se nos ha asignado.
- Justamente por eso, Tú creciste con esto. Yo no. ¿No te has puesto a pensar qué pasaría si me involucro de más? Yo no fui entrenado para no tener emociones ni sentimientos al involucrarme con otra persona. La última vez que dije que no me enamoraría de la mujer con la que tenía sexo, resultó increíblemente problemático y en este momento llevo ya 6 años enamorado.
Aquellas palabras hicieron que el corazón de Temari se encogiera. A ella también le había pasado lo mismo; claramente, con la gran diferencia que ella si había sido entrenada para no sentir nada y aun así había caído en las trampas del amor. La preocupación que había estado latente, incrementó cuando él mismo con sus palabras lo dijo.
- ¿Te da miedo irte a enamorar de ella? – Esa pregunta desencajó el rostro de Shikamaru. Sin quererlo él retiró la mirada, avergonzado.
- Sabes que… que ha estado usando trucos Temari; que incluso a pesar de amarte y no querer tener nada que ver con ella, genera cosas que me hace difícil resistirme. Me confunde de unas formas que no creí poder confundirme a pesar de saberlo todo.
- Te entiendo… Y… entiendo que no lo quieras hacer… encontraremos la forma entonces… si tuviera tiempo para estar en tu aldea te suplantaría. Sé cómo jugar su juego. – Shikamaru sonrió incrédulo ante la idea.
- Bueno, me conoces tan bien que sé que podrías… aunque sería una locura si descubren que dos Kunoichis de la aldea de la arena están jugando en mi cuarto. Todos moriríamos por eso, pero al menos nos reiríamos antes de que nos ejecuten.
- Idiota – Respondió riendo.
A pesar de lo dicho, Shikamaru recapituló lo que decía Temari, mientras volvía a recostarse con ella en su pecho. Sabía que Temari hablaba en serio; que tomaría su lugar y haría la misión por él. Aquello le revolvió el estómago, no quería que Temari se viera involucrada en ese tipo de misiones nunca más, pero también le mostraba su fortaleza, una fortaleza que a él le faltaba y a la cual le estaba huyendo como un bebé.
La situación le tenía contrariado, no quería sentir por "Hanna" más de lo que ya sentía. Si bien sabía que no era amor, la confusión en su cerebro le daba muchas señales parecidas, pero ese no debía ser un impedimento para hacer lo necesario para acabar la guerra; si Mizu era parte del plan para destruir ambas aldeas ¿no sería su cuerpo un pequeño precio qué pagar para asegurar la paz? Muchos antes que él lo habían hecho, no se sentía correcto ni era moral, pero ¿qué en la guerra lo era? Él mismo estaba cometiendo traición al acostarse con la enemiga que tenía en su pecho en ese momento.
Los pros y los contras empezaron a navegar entre sus neuronas. No estaba capacitado para la tarea, no quería hacerlo y las probabilidades de ser descubierto y reducido, eran muy altas; pero de eso podía depender el futuro, si ella era una pieza clave para terminar la guerra habrían avanzado demasiado y las posibilidades de lograr la paz, estaban en que cediera y fuera el juguete de una espía…
Una vez estuvieron vestidos, no pudo seguir dilatando la situación.
- Lo haré… voy a hacer lo necesario…
Hacer lo necesario no resultaba ser tan fácil como esperaba.
Si bien Temari le había dado antídotos para superar las sustancias a las que había sido sometido, aún era complicado intentar empatizar con Mizu sin mirarla a los ojos por temor a caer en algún tipo de jutsu. Esperaba que ella lo tomara como timidez.
Igual de difícil había sido comer lo que ella le daba. La angustia que sentía al pensar que todo estaba envenenado lo mantenía tenso y esperaba que ella lo tomara como nerviosismo.
En momentos como ese, anhelaba tener un relacionamiento normal con sus amigos, pero el único contacto que tenía con ellos era para darles misiones u órdenes para las preparaciones de guerra. A Kiba lo mantenía afuera con los perros haciendo arduas tareas de cacería a infiltrados, Tenten estaba ocupadísima con el proceso armamental de la aldea, Lee hacía parte de uno de los escuadrones menores de invasión, Shino estaba siendo pasante en la escuela implementando planes de emergencia y de evacuación, Ino era espía en Sunna junto a Sai, Choji estaba en Kumo haciendo diplomacia y algo más, y Naruto y Hinata al igual que Sakura y Sasuke, estaban en sus respectivos mundos. Al menos esperaba que Naruto regresara pronto a seguir con las misiones.
Pensar en todos ellos le hizo sentir repentinamente solo. No contaba con muchas otras personas que pudieran evitar que permaneciera demasiado tiempo a solas con Mizu; era un deber que quería postergar lo más posible.
De no ser por la compañía de Temari, quizá ya se habría vuelto loco. Ella le había enseñado cómo permitirle acercarse, cómo inyectarse los antídotos, cómo sortear los venenos en caso de que hubiera y cómo actuar para bajar las barreras de la intrusa.
Esas enseñanzas de una u otra forma parecían estar dando frutos. El acoso de Mizu ya no era tan directo y según Temari, era porque estaba tratando de descifrar qué generaba el cambio en Shikamaru así que debía estar alerta a no ser demasiado permisivo todavía.
En medio de sus meditaciones sintió unos delicados brazos bordear su cuerpo por la espalda, el aroma lo hizo feliz nuevamente.
- Te he pedido que no me llegues por la espalda Mizu… - Dijo sin apartarla.
- Oh, ya lo sé, pero es que tienes una espalda muy atractiva, me resulta imposible resistirme. – Al tiempo que le acariciaba su mano, notó sus pequeños labios basarle la nuca.
- Amm… gracias… pero estamos en público, por favor…
Con una sonrisa cantarina ella lo soltó para sentarse frente a él. Se habían citado para el almuerzo en un restaurante común. Él había intentado hacerlo parecer normal, pero ella notó cómo se sonrojaba en ese momento y vio con gusto cómo él poco a poco se interesaba más. Tampoco le había pasado desapercibido el hecho de que hubiera tenido que acomodarse los pantalones. El avance era lento pero seguro.
- ¿Ya has pensado en mi invitación?
- ¿Invitación?
- ¿Si… quieres venir a mi casa después del trabajo? Tengo pensada una cena que te va a dejar por las nubes… y sé que amas las nubes.
El recordaba esa invitación; era la que venía postergando desde hacía algunos días cuando empezó a ser más flexible con ella pero sabía perfectamente qué era lo que quería. No sabía si estaba preparado para dar un paso tan grande.
- Ah… eso, mi madre me pidió ayuda hoy… no creo poder llegar, lo siento.
Hanna tras ese rostro disfrazado, sonrió comprendiendo todas las señales; estaba yendo lo más lento posible y aun así, la forma correcta de ser de Shikamaru, le ponía trabas.
- Si sabes que no muerdo, ¿cierto? Solo es una cena. Algo inocente porque me nace tenerte cerca – Al verse descubierto, Shikamaru empezó a tartamudear
- AH! Si, si… lo sé… yo, no estaba pensando que tu… y yo… o que… ¡nada de eso! Solo… no me mires así, me avergüenzas.
- No tienes que avergonzarte, querido Shika… Si deseas puedo ir yo a tu casa. Siempre me ha parecido curioso lo mucho que te pareces a tu papá y así no estaremos solos, si es lo que te preocupa.
- No me asusta estar solo contigo, no digas tonterías – Dijo intentando retomar seriedad. – Es solo que estaré ocupado. Pero si me gustaría acompañarte – Dijo tomando su mano por encima de la mesa, gesto que fue muy rápido y la retiró de nuevo nervioso
Para Hanna, cada detalle de su timidez le resultaba adorable. Él definitivamente no era como otros. Su cerebro no permitía que hiciera nada que no considerara correcto y pocos eran los hombres que había conocido que pudieran ser igual de considerados.
Ella sabía, sin embargo, que en la cabeza del Nara no había espacio para nada más que la guerra. Muchas veces le había demostrado su preocupación particular por mantenerla a salvo y por fin empezaba a soltar información sobre los futuros pasos de Konoha contra Sunna. No era mucho, pero era un indicio.
Aun no entendía del todo por qué su abuelo y uno de sus socios, tenían interés en el chico, pero esperaba que no fuera demasiado complicado convencerlo en tres semanas de ir a visitar a "sus abuelos"; ahí descubriría todo y esperaba de verdad que no lo mataran; con lo inteligente que era, aun conservaba la esperanza que le permitieran quedárselo para sí misma al tiempo que lo introducían a sus filas.
Shikamaru por su parte, no hacía más que comer en silencio su almuerzo. El nerviosismo que mostraba era clave pues era lo que marcaba el antes y el después en su relación con ella.
Lo que más le preocupaba en el momento, era que ella había mostrado interés en repetidas ocasiones en su padre y en el laboratorio de medicina que tenía. Habían sido breves las menciones al respecto, pero no quería que ella tuviera conocimiento de donde estaban las instalaciones secretas en donde se desarrollaban los antídotos. Mizu había sido cuidadosa al no manifestar conocimiento adicional respecto a las aldeas envenenadas, pero él, al saber las segundas intenciones, pudo identificarlo rápidamente.
Solo una cosa era segura en ese momento. Los días venideros con ella, serían auténticamente difíciles, pero tenía que hacerlo.
