Hola! Bueno, la verdad, nunca había pensado en esta pareja, pero luego de leer algunos muy buenos fics sobre ellos, me empezó a gustar la idea. Este es mi intento de historia de estos dos personajes tan especiales! Espero que les guste y dejen reviews así sigo escribiendo!

DISCLAIMER: Todos los personajes que reconozcan, son de JK Rowling, la Warner, etc. Je, no quiero problemas legales.

CAPITULO UNO: ¿Toda una vida juntos?

"No pienso pasar de auror a niñera"

Stuart Tyler observó al más joven de sus Aurors con impaciencia. El muchacho estaba tirado cómodamente en una silla, con los pies encima de su escritorio, en una postura nada adecuada para estar en la oficina.

"Es que eres el candidato más adecuado, Malfoy. Contigo guiándola, la muchacha se acostumbrará a nuestro ritmo de trabajo con mayor rapidez. No es una misión tan complicada comparada con otras que has realizado"

"Mi punto exactamente, señor Tyler. Asignarme esa tarea sería solo hacerme perder el tiempo, cuando bien sabemos que podría ocuparme de cosas mucho más importantes y urgentes que ser el profe de alguna niñita miedosa que no va a estar aquí ni un mes"

Era cierto: Draco Malfoy era el mejor que habían recibido en años, pero su arrogancia solía dificultar las cosas. Media oficina lo adoraba (o sea la parte femenina) y la otra media (claramente la parte masculina) quería borrarlo del mapa. Sin embargo, aquello lejos de intimidarlo, le divertía.

"Mira, Malfoy, estamos cortos de personal. No tengo ni que decirte que hemos perdido a muchos, has sido testigo tu mismo. Según tengo entendido, esta chica es muy buena. La necesitamos. Sabes que siempre es Jamison quien se encarga de entrenar a los nuevos, pero está de viaje, así que no quedas más que tú. Hazme este favor sin quejarte, al menos por una vez"

Draco suspiró con molestia. No había trabajado tan duro para tener que soportar a esa chica, fuera quien fuera. ¿Qué le importaba a él que ella fuera buena? Las últimas dos mujeres que se habían presentado al Cuartel habían huido al cabo de pocas semanas. Según su opinión, las mujeres simplemente no estaban hechas para ser aurores…lo de ellas era ser amas de casa. Draco no entendía esa tendencia moderna que parecía haberse apoderado del sector femenino últimamente: querían hacer todo lo que los hombres hacían, les robaban sus puestos, exigían el mismo sueldo, se quejaban, escandalizaban y llevaban pancartas…totalmente locas. Una mujer en una oficina llena de hombres solo podía significar distracciones y, consecuentemente, problemas.

"De acuerdo, lo haré. Pero apuesto lo que sea a que ella tampoco se queda. En cuanto tenga que enfrentar un verdadero problema, saldrá gritando y pidiendo por su mamá"

Si el joven Malfoy no estaba alegre con la situación, Ginny Weasley menos podía estarlo. Eso que cuando llegó a la entrada del Cuartel General de los Aurors, ni se imaginaba que su "guía", como le había llamado el señor Tyler, sería nada más y nada menos, que un Malfoy.

Había despotricado contra el auror que tendría que familiarizarla con su nuevo trabajo desde que se había enterado. Le gustaba trabajar sola, hacer las cosas a su manera y no quería que ningún hombre engreído le dijera que hacer. Bastante había sufrido durante el largo tiempo que se había preparado para cumplir su sueño, mujeres entrenando para encerrar a magos tenebrosos no era algo que se viera todos los días. Pero la joven Ginny Weasley tenía muy en claro sus prioridades. Sería la mujer Auror más respetada en el Cuartel, y ningún, ningún hombre le pasaría por encima.

Con esos pensamientos en su mente, la muchacha se presentó a la oficina el primer día de trabajo. El señor Tyler la recibió con una sonrisa, que la muchacha apenas pudo devolver. El gordito le caía simpático, pero no podía entender su intención de hacerla sufrir de esa manera. Ella había repetido cien veces que trabajaba sola, el gordito había repetido otras cien que solo sería algo temporal.

"Pase a mi oficina, señorita. Mandaré llamar a su acompañante para presentárselo. Seguramente se llevarán muy bien"

Tyler no quiso mencionar que el super acompañante era un machista empedernido que había salido con medio Ministerio y un arrogante sin causa con un carácter de los mil demonios la mayoría del tiempo. Tampoco le pareció sensato comentarle a la joven que el muchacho había apostado cuanto tiempo aguantaría la nueva en su puesto, pues por la mirada de Ginny Weasley, le resultó evidente que la idea le parecía terrible sin sumarle siquiera a Draco Malfoy en ella.

La muchacha se sentó ante la indicación de su superior y suspiró. Tenía que tratar de ser amigable, tenía que tratar de ser civilizada, cordial, amable…bueno, tratar de ser la Ginny ejemplar que su mamá siempre había querido.

Todos estos propósitos se fueron directamente a la basura en cuanto la puerta se abrió, en cuanto Ginny Weasley levantó la mirada para encontrarse con…

"¿Malfoy?"

"¿La chica Weasley? Nunca mencionó que sería la chica Weasley"

Draco se pasó una mano por su cabello platinado, totalmente indignado. No solo la muchacha que en esos momentos lo taladraba con la mirada era miembro de los traidores a la sangre más grandes que hubiera conocido, sino que además, había tenido demasiadas oportunidades de verla de mal humor lanzándole a alguien su famoso hechizo de los moco murciélagos. Esto no podía ser nada bueno.

"Exijo que me alejen de esta amenaza lo más rápido posible"

"No quiero tener nada que ver con este patético hurón saltarín" dijo la muchacha, observando a Tyler con seriedad.

"¿Cómo me llamaste?"

Ginny Weasley no se inmutó.

"Así te conocen en Hogwarts" comentó con impertinencia.

"Escúchame, niña…"

"Malfoy, Weasley…por favor, compórtense"

La muchacha se sentó más derecha en su silla y suspiró con molestia. Malfoy no tuvo más remedio que sentarse en la silla de al lado, bufando impaciente y con la firme intención de escaparse de ésta costara lo que costara.

Ya era bastante malo tener que ser la niñera de uno de los nuevos…nunca se hubiera imaginado que las cosas se tornaran aún peores.

"No quiero trabajar con ella"

"Yo menos con él"

"Es una insoportable"

"Tú eres un engreído, y además, un idiota"

"Y tú eres una Weasley, con eso te digo todo"

"¿Qué se supone que significa eso?"

Los ojos azules de la muchacha echaban chispas. La boca de Malfoy ya se había abierto cuando Tyler decidió que era mejor intervenir por la paz mundial.

"No les queda más remedio que trabajar juntos, y fin de la discusión"

"Pero…"

"Señor Tyler, verdaderamente yo…" empezó Ginny.

"No me discutan, o cambiaré de idea y haré que este dúo dinámico pase a ser para siempre en vez de ser temporal"

Eso hizo que ambos jóvenes palidecieran. ¿Toda una vida juntos? Eso si que era una pesadilla. Tyler no solía perder la paciencia, pero en ese momento, hablaba muy en serio. Draco, siendo parte del equipo hacia casi dos años, conocía bien los cambios de humor del jefe, algo de lo que se sentía perfectamente orgulloso.

"Empiezan hoy mismo. Señor Malfoy, compartirá su cubículo con la señorita Weasley, es lo suficientemente grande, así que no creo que halla problemas"

"¿También eso? ¿Y donde se supone que pondré todas mis cosas? Quiero mi privacidad…"

"¿Qué cosas? ¿Tus autorretratos enmarcados? Podemos tirarlos a la basura, no se perdería nada valioso"

"Un retrato mío valdría más que todas tus pertenencias juntas, Weasley. Si lo vendieras en el Ministerio, serías millonaria"

La muchacha largó una carcajada, lo cual encolerizó al joven aún más.

"No le encuentro la gracia" comentó mordazmente.

"Bueno, tú nunca le encontraste la gracia a nada, Malfoy, eres un ignorante y además de un ignorante, un aburrido, un amargado y cualquier otro adjetivo que se pueda referir a esa cara tuya"

"Para tu información, muchas morirían por esta cara"

"Si, seguramente algún par de chifladas. Las mujeres andan muy desesperadas últimamente…supongo que entre tu persona y el calamar gigante…- La muchacha se quitó uno de sus rizos de la cara con elegancia- aunque si debo ser sincera, yo preferiría el calamar gigante, seguramente tiene mejores hábitos de limpieza que tú"

"Por favor, señorita Weasley" intervino Tyler, aunque intentaba claramente reprimir una carcajada.

"Soy el mejor en este Cuartel"- aseguró Draco, desafiante.

"Lo eras, hasta que aparecí yo"

Esta vez fue el turno de Draco de reír. Ginny lo observó seriamente, sin dirigirle la palabra.

Tyler, totalmente divertido, observó a los dos muchachos. Esos dos parecían tener el mismo mal carácter. No sabia porque, pero le pareció que la oficina estaría mucho más divertida de ahora en adelante.

"Eres una mujer. Las mujeres no tienen pasta de aurores. Bueno, tu ni siquiera debes tener pasta para manejar la cocina, pero…"

"No es asunto tuyo para lo que yo tenga pasta"

"Por supuesto que lo es, dado que tendré que tenerte pegada a mis talones hasta que aprendas algo"

"No necesito aprender absolutamente nada de una escoria como tú"

"Por favor, con un tercio de mis conocimientos, tan siquiera serías una ama de casa decente"

"¿Tienes algún complejo? ¿Querías ser mujer de chico y no te lo permitieron?"

"¿Qué estás queriendo decir?"

Los ojos grises de Draco, generalmente fríos e inexpresivos como el hielo, parecían haber vuelto a la vida de golpe.

"Que además de…bueno, de todo, ahora resulta que eres afeminado"

El muchacho se puso en pie con la velocidad de un rayo.

"¿Qué yo qué?"

La muchacha lo ignoró olímpicamente mientras sacaba una arruga inexistente de su falda.

"Señor Tyler, le pido por favor que mantenga al…bueno…a lo que sea que sea esta cosa, alejado de mis cosméticos"

Miró a Draco con espanto y sujetó su cartera con más fuerza.

Stuart abrió la boca para contestar, pero Malfoy, rabioso, se le adelantó. No recordaba haber estado tan furioso desde hacia mucho tiempo.

"No debes ni saber usar un labial, Weasley"

"Y tú seguramente los usas mucho, Malfoy"

"Se acabó, no pienso trabajar con esta pobretona insufrible" dijo Draco cruzándose de brazos y mirando a su jefe con su peor cara de mal humor.

"Y yo con este nenito delicado" replicó la pelirroja mientras se ponía en pie.

Stuart suspiró.

"Lo siento, pero ya esta hecho. Además, pensándolo bien, quizás les venga bien bajarse los humos el uno al otro. Ahora, fuera de mi oficina. Hicieron que me empezara a doler la cabeza"

Mientras ambos jóvenes caminaban hacia su nuevo cubículo compartido, las cabezas se giraban para observarlos.

No era un secreto para nadie la total antipatía existente entre las familias Malfoy y Weasley, y por las caras de los dos jóvenes, ellos no estaban haciendo nada por ocultarlo.

Malfoy no estaba dispuesto a que esa niña con aires de grandeza le diera dolores de cabeza; Weasley no estaba dispuesta a que ese tonto le diera órdenes.

Llegaron al cubículo finalmente. Durante ese corto pero eterno trayecto, Ginny pudo en efecto observar que Draco realmente tenía éxito entre las pocas mujeres de la oficina. Varias se giraron al verlo pasar y se quedaron cuchicheando emocionadas cuando él les dedicó una muy bien ensayada sonrisa. Incluso, una de ellas, claramente observó a la chica con desprecio, como si fuera una nueva rival que debía ser quitada del camino.

Draco por su parte, se dio cuenta de lo mismo. Aunque claramente la chica Weasley necesitaba un nuevo corte de cabello, consejos para maquillarse, acortar unos cuantos centímetros su falda y usar zapatos un poco más femeninos, el hecho era que los aurors, ya sea porque olieron carne fresca o porque realmente se fijaron en la muchacha, la observaron con aprehensión apenas hizo acto de presencia. Quizás con un poco de suerte, la Weasley encontraba marido y renunciaba a su loco deseo de atrapar magos tenebrosos. Y el volvía a ser libre, tan libre como le gustaba. Como debía ser.

"Bueno, aquí estamos"

Ciertamente, el cubículo era grande para él solo. Draco había luchado por obtenerlo, y ahora para colmo tenía que compartirlo con esa…bueno, con esa.

La muchacha entró al lugar sin pedir permiso, lo cual era evidente dado que ahora era suyo también, pero aquello molestó a su acompañante de sobremanera, el cual la quedó observando como si quisiera tirarle una maldición allí mismo.

"Quiero el lado derecho" dijo ella.

"No"

"¿Por qué no?"

"Porque es mío"

"Por desgracia, es de los dos. Yo dije antes, así que el lado derecho es mío. Conténtate con tu parte, quítate de mi camino y creo que podremos…"

"No puedes llegar aquí dando órdenes. Tyler dijo que yo te hiciera espacio, así que yo quiero el lado derecho y la que se contenta con el lado izquierdo eres tú"

Draco se sentó en su silla giratoria mirándola con impertinencia y puso sus pies sobre el escritorio.

La muchacha lo observó durante unos segundos antes de arrojar al piso todo lo que había sobre la mesa del sector izquierdo. Draco se levantó de un salto.

"¡Esos papeles son importantes!" gritó desaforado.

"¿Cartas de admiradoras?"

"Weasley, no me hagas…"

"Están en mi parte de la mesa. Estabas tan cómodo con tus mugrientos pies sobre el escritorio que decidí ser buena y ayudarte, compañerito"

Ginny puso su mejor cara de inocente y le hizo un revoleo de pestañas mientras se sentaba en su propia silla, la cual hizo aparecer mediante un elegante movimiento de su varita.

"Esto es un desorden" murmuró entre dientes, observando el lugar con ojo crítico.

Una caja vacía de pizza se encontraba en el suelo, al igual que varias botellas de gaseosa y múltiples envoltorios de ranas de chocolate.

"Mi cubículo, mi desorden" dijo Draco, furioso.

"Nuestro cubículo ahora. Así que si de ahora en adelante desordenas, lo ordenas. Vine aquí a entrenarme, no a ser tu secretaria. Y ni te atrevas nunca a acercarte a mis cosas, a sentarte en mi silla o a poner esas horrorosas botas sobre mi mesa. Si encuentro uno solo de mis papeles manchado de tierra, aunque sea mi cita con la pedicura, te juro que te asesinaré mientras te tomas la siesta"

"No me amenaces, niña, no sabes con quien te estás metiendo"

"Sé muy bien con quien me estoy metiendo"

"Por supuesto que no"

"Por supuesto que sí, fuimos a la escuela juntos. Conmigo no tienes que fingir, ya sé que eres un llorón"

"Es muy fácil hablar cuando tienes otras seis zanahorias detrás de ti, que si sospecharan siquiera lo que yo estoy pensando hacer contigo, me despellejarían vivo" (n/a: no piensen mal, está pensando en asesinarla, no en nada más, jejejeje…)

"Yo no necesito que nadie me cuide, sé hacerlo perfectamente sola"

"No lo parece"

"No sabes nada sobre mí"

"No me interesa saber nada sobre ti"

La muchacha lo miró con una superioridad que lo sorprendió hasta a él mismo. Generalmente, era él quien miraba a los demás así.

Draco esperaba una de sus respuestas mordaces, pero en vez de eso, lo único que la muchacha hizo fue seguir trabajando, ignorándolo como si se tratara de una mosca espcialmente molesta.

El muchacho abandonó el cubículo dispuesto a encontrar alguna mujer que lo distrajera. Tampoco venía nada mal alejarse de la chica Weasley, que estaba resultando una pesadilla desde de la cabeza hasta los pies.