CAPITULO CUATRO: Un plan y un cambio.

"¿Señor Tyler, puedo hablar un momento con usted? Es importante.

La cabeza pelirroja de Ginny Weasley asomaba por la puerta. Stuart le indicó que pasara, y apenas la muchacha lo hizo, le señaló la silla frente a la de él.

"Señorita Weasley, me temo que si el motivo de su entrevista tiene algo que ver con Malfoy, yo…"

"No, Malfoy no tiene nada que ver esa vez. Se trata de Calvert Hugges"

La atención de Stuart se centró por completo en la muchacha. Hugges le estaba causando muchos problemas al Cuartel, y se estaban quedando sin ideas.

"Soy todo oídos, señorita Weasley"

"Llámame Ginny, por favor"

Stuart asintió. Aquella chica le caía bien, aunque hacía muy poco que la conocía.

"Estuve hablando con Malfoy, y él me comentó que Hugges tiene debilidad por las mujeres casadas"

"Si, es cierto. Parecen interesarle más cuando saben que tienen dueño" comentó Tyler con desagrado.

"Bueno, estaba pensando en mandarle…algo así como una agente encubierta"

Los ojos castaños de Tyler se abrieron por la sorpresa.

"Eso es algo sumamente peligroso. Aunque le idea es buena, no creo que ninguna de nuestras agentes esté dispuesta a…"

"Yo estoy dispuesta"

Stuart miró a la muchacha, con evidente preocupación.

"Señorita…perdón, Ginny, llegó usted hace menos de dos semanas. No consta con la experiencia, además de que Hugges frecuenta círculos sociales muy específicos".

"Mire, señor Tyler, sé que mi aspecto…no es el más adecuado para seducir a alguien como Hugges…pero estoy dispuesta a cambiarlo. Sé que así no atraería a un hombre de su clase, pero también sé que puedo hacerlo si me esmero. No soy una niña, y sé cuidarme perfectamente sola"

Stuart la observó, evaluándola.

Ginny suspiró.

"Sabe que es una buena idea, la mejor manera de averiguar lo que Hugges trama es entrando a su círculo, y la manera más fácil de hacerlo, es convirtiéndome en su próxima presa, en su diversión de turno. Le pido por favor que me permita hacerlo".

"Sabes que tengo que hablar con Malfoy sobre esto"

"Esperaba poder encarar esta misión sola"

Tyler rió.

"Si siquiera lo estoy considerando, es con Malfoy dentro también. Necesitas alguien que te respalde, y más con un tipo como Calvert Hugges"

Ginny se mordió la lengua, irritada e impaciente.

Cuando Malfoy entró a la oficina no esperaba encontrarse a la pelirroja. No tenía sentido mentirse a sí mismo: la había estado evitando mucho últimamente.

Ella se veía sumamente molesta.

"Draco, su compañera ha venido a mí con un plan realmente muy bueno, aunque igualmente peligroso"

Draco se acercó a la silla vacía y se tiró en ella con una sonrisa petulante. Esa chica no podía haber tenido un buen plan, él era el encargado de los buenos planes.

"Se le ocurrió la idea de que una de nuestras agentes se mezcle con la gente de Hugges al convertirse en su nueva conquista"

Los ojos de Draco se abrieron por la sorpresa. No era una mala idea, sino todo lo contrario. Le irritó de sobremanera que no se le hubiera ocurrido a él antes.

"¿Y a quién enviaríamos?" preguntó sentándose más derecho.

"A mí" Ginny había hablado finalmente.

El estómago de Draco se contrajo, pero él ni se molestó por preguntarse el motivo, sino que largó una risotada.

Luego, miró a su compañera de arriba abajo.

"Weasley, no eres ni cerca el tipo de mujer de Hugges"

"De eso me voy a encargar yo" contestó Ginny, furiosa ante el comentario.

"No me parece, es peligroso"

"¿Estás preocupado por mí?" dijo ella con una sonrisa desafiante.

"No, solo era un comentario" mintió él de inmediato.

Stuart los observaba con una sonrisa, totalmente fuera de la discusión.

"Puedo hacerlo, Malfoy"

"No debes ni saber como tratar a un hombre así, Weasley, debes ser refinada, delicada, pero a la vez…bueno, provocativa…"

"Ya te dije que puedo hacerlo"

"Señor Tyler, me parece una locura. Además, a Hugges le atraen más las casadas, ella ni tiene marido"

Stuart decidió divertirse un poco.

"Eso se soluciona fácil. Obviamente, ella no puede enfrentar esta misión sola. Tú la acompañarás, Draco, y serás su flamante marido".

"¿QUE?"

El grito de ambos resonó con fuerza en la oficina.

"Ni loca que estuviera" dijo ella, cruzándose de brazos algo avergonzada.

"Bastante tengo con soportarla en la oficina, señor Tyler, no puede hacerme esto"

"Bueno, entonces no hay misión"

Stuart sabía perfectamente que ambos estaban deseosos de capturar a Hugges.

Ginny y Draco se miraron con furia, y luego, los dos a la vez, aceptaron el acuerdo.

"Genial idea se te tenía que ocurrir, Weasley"

Ginny recogía sus cosas, furiosa.

"Ten por seguro que ser la señora Malfoy no estaba en mis planes" comentó ella mordazmente.

"No sé como voy a hacer para no matarte, Weasley. Nunca he convivido con nadie, nunca pensé que justo tú serías la primera"

"No te creas que lo considero un honor"

Draco comenzó también a guardar sus cosas en el portafolio.

"Di la verdad, planeaste todo esto para pasar más tiempo conmigo, ¿cierto? Solo tendrías que haberlo pedido, Weasley, quizás hasta no me hubiera negado"

El rostro de la muchacha adquirió el mismo tono de su cabello mientras se acercaba a Malfoy peligrosamente.

"Eres un cretino"

Él dejó de hacer sus cosas y se acercó.

"¿Has adoptado una predilección por cretinos últimamente, Weasley?"

Ella rió.

"Eres un arrogante, y un idiota además si crees que yo…"

Una alarma sonó en su cabeza cuando él se acercó más, con un brillo extraño en la mirada.

"Si así piensas mentir frente a Hugges, ésta misión ya se fue al tacho"

Ella levantó la cara con obstinación.

"Piérdete, Malfoy"

"Si, pero te mueres de las ganas de perderte conmigo, pelirroja"

Ella agarró un portapapeles y casi se lo había arrojado a la cabeza cuando él le tomó el brazo y la apoyó bruscamente contra la pared.

"Si no me sacas las manos de encima en este momento…"

"¿Piensas gritar?"

"No, lanzarte una buena maldición"

"Tu varita quedó sobre el escritorio"

"Puedo hacer buenos hechizos sin mi varita"

El la miró a los ojos y supo que decía la verdad. Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando respondió:

"Tienes que pronunciarlos al menos"

"Eso ya lo sé, idiota, pero…"

Ella entendió la indirecta, la cual le cayó como un vaso de agua fría. Cuando él habló solo confirmó sus sospechas:

"¿Qué ocurriría si algo te bloquea la boca, Weasley?"

Los ojos de la muchacha se abrieron por la furia, la vergüenza y a la vez, y curiosamente, un deseo primitivo e inexplicable.

"No te atrevas, Malfoy"

El volvió a sonreír y comenzó a acortar la distancia cuando de pronto…

"Malfoy, Zabini te está busc…"

El rostro de Charles adquirió un leve sonrojo cuando sus compañeros se separaron de golpe.

"Enseguida voy, Connolly".

El joven desapareció con rapidez.

"Esta vez te salvaste, Weasley, pero no vuelvas a provocarme, porque la próxima vez no habrá nadie para interrumpir"

"¿Me estás amenazando, Malfoy?" preguntó ella, con los ojos peligrosamente brillantes.

"Tómalo como quieras. Paso a buscarte mañana a las siete. Estate pronta porque el avión no nos va a esperar"

Y sin decir nada más, Draco se fue, dejándola sola y furiosa.

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Esa tarde, Ginny hizo algo que no había hecho jamás: compró revistas de moda, se encerró en su casa y se dispuso a leerse hasta lo más mínimo, por más que la aburriera a muerte.

Había ido a la peluquería dos horas antes. No podía negar que el cambio le gestaba mucho, aunque jamás se hubiera visto luciendo el cabello de aquella manera. Ya no estaba laceo y ya no caía sin forma por su espalda. Aunque seguía estando largo, ahora estaba todo rebajado, lleno de picos y capas, dándole más movimiento y un aspecto mucho más moderno. También le habían hecho un cerquillo hacia un costado, que tampoco se veía mal, aunque le molestaba un poco el pelo en los ojos.

Luego de leer las revistas, se cambió su cómodo pijama y sus pantuflas, se vistió cómodamente y fue hacia las tiendas, en busca de ropa nueva y que concordara con la mujer que le iba hacer creer a Hugges, era ella.

Luego de estar una hora comprando vestidos, polleras, zapatos, blusas y hasta carteras, la muchacha compró un poco de maquillaje y vio como hecho su trabajo.

Luego se metió a la ducha, pues había quedado con Hermione, Luna y Gabrielle para reunirse antes de que se marchara a Nueva York, último paradero conocido de Hugges.

Cuando llegó a la casa de los Potter, sus tres amigas ya se encontraban allí. Gabrielle, despampanante como siempre, abrió la puerta y recibió a la pelirroja con un abrazo. A Ginny le encantaba la pareja que hacía con Harry, y estaba orgullosa de que ambos se hubieran reencontrado en su casa y gracias a ella. Fleur casi había enloquecido de la felicidad cuando se enteró del compromiso de su hermana menor con el "famoso Harry Potter".

Luna estaba sentada en el sofá, hablando animadamente con Hermione. Luego de cinco minutos, ya estaban las cuatro en plena conversación mientras bebían y comían las exquisiteces preparadas por Gabrielle.

"Ron, Harry y Neville se quedaron con los niños hoy" dijo Hermione "Esperemos que nuestros hijos regresen sanos y salvos"

Ginny rió.

"Esos tres son unos torpes, pero darían la vida por esos enanos"

"Así que te vas a Nueva York…con Malfoy…Ron casi se enloquece cuando se enteró, está preocupado"

"No hay por qué" dijo Ginny mientras probaba un pedazo de torta "Sé manejar a tipos como Malfoy"

"Además de que está buenísimo"

Luna dijo aquello soñadoramente.

"No, para nada" negó Ginny, tratando de borrar la imagen de ella y Draco demasiado cerca en la oficina.

"Oh, vagmos, Ginny, es sugmamente atgagctivo"

"Pero es un Malfoy" dijo Hermione como si aquello zanjara la cuestión.

El tema, por suerte para Ginny, se detuvo allí. Las cuatro amigas se divirtieron mucho aquella noche, y cuando la pelirroja volvió a su apartamento y se metió en su cama, ya tenías las valijas listas a un lado de la puerta y una sensación de expectativa y nerviosismo en la mitad de la garganta.

Draco Malfoy estacionó su hermoso coche frente al edificio. Cuando entró al lugar, dudó si tomar el ascensor o las escaleras, pero como el primero no parecía muy seguro, se decidió por las escaleras.

En un santiamén estaba ante la puerta del 704, donde la pelirroja residía.

Golpeó la puerta con impaciencia. Y entonces ella apareció en el umbral y la boca de Draco se abrió por el asombro.

Llevaba el cabello suelto, un vestido azul marino por las rodillas y zapatos de taco alto. Sus largas piernas que él no había notado, y su esbelta figura, habían adquirido una elegancia casi mágica. Se había maquillado levemente, pero se notaba aún así, y los pendientes y el fino collar en su cuello eran detalles que solo la hacían ver más hermosa.

Ella se puso colorada, algo que a él le pareció adorable. No podía quitarle la vista de encima.

"Por Merlín, Malfoy ¿nunca habías visto a una mujer o que?

"¿Qué demonios te hiciste, Weasley?"

Ella sonrió.

"Dijiste que no era el tipo de mujer de Hugges…bueno, intenté reparar eso. ¿Vas a quedarte allí parado o piensas ayudarme con el equipaje?

Ella se sentó en el auto con elegancia.

Él no podía dejar de mirarla como un idiota, y cuando ella cruzó las piernas y el vestido se subió un poco, miró hacia otro lado de apuro, no fuera cosa que se descontrolara y fuera aún más evidente.

Ginny lo notó y le pareció apropiado no comentarle que había estado caminando durante todos su apartamento por tres horas antes de lograr el equilibro suficiente para permanecer en pie con esos zapatos altísimos.

Draco volvió en si y sacó un pequeño estuche del bolsillo de su saco.

"Dame tu mano, Weasley"

Ella lo miró dubitativa.

"¿Para qué?"

"Solo hazlo"

Ella le ofreció su mano con timidez, pero él la tomó con delicadeza y le puso un anillo en el dedo. Un anillo precioso, capaz de quitarle la respiración a cualquiera.

Ginny se le quedó mirando y luego lo miró a él.

"Te queda bien, tienes manos delicadas, Weasley"

"Eh…si…" dijo ella sin quitarle la vista de encima al anillo.

"Desde este momento eres mía, Weasley" susurró él.

Ella levantó la mirada de golpe.

"Ahora eres oficialmente mi esposa"

Ella asintió mientras se ponía el cinturón de seguridad, y se percató de que los tambores incesantes que escuchaba, no eran nada más ni nada menos que los latidos de su corazón.

Abordaron el avión y Ginny trató de disimular su fascinación al encontrarse en Primera Clase. Nunca había volado en su vida, pero Draco parecía muy familiarizado con todo.

El muchacho la observó mientras ella estrujaba una revista, nerviosa.

"¿Miedo a las alturas, Weasley?"

Ella lo miró y se mordió el labio.

"Nunca me he subido a una de estas cosas"

Y entonces el hizo algo que nuevamente los sorprendió a los dos: le tomó la mano.

"No pasa nada"

"¿No?"

"No, es igual de seguro que aparecerse"

"No lo parece… ¿Cómo puede este aparato volar?"

"Los muggles son inventivos, Weasley"

Cuando el avión empezó a moverse, ella apretó su mano aún más, mientras cerraba los ojos.

"Por Merlín…esto que siento…tengo ganas de besarla, de besarla sea como sea" pensó Draco mientras la miraba.

"Respira profundo, Weasley. Eso ayuda" rió él.

"Oh, ya cállate, Malfoy" dijo ella abriendo los ojos y pegándole suavemente.

"Mejor llámame Draco, pelirroja, aunque quedaría más natural que me llamaras "amor", pero bueno…no pido tanto"

"De acuerdo. Ahora no molestes, quiero dormir para ver si esta cosa aterriza más rápido"

"Dulces sueños…Ginny"

Ella sonrió y volvió a cerrar los ojos.

Despertó dos horas más tarde.

El avión se movía hacia todos lados y una voz anunciaba a los pasajeros que no se preocuparan pues estaban atravesando unas turbulencias.

Draco la observó.

"No te preocupes, Weasley, no pasa nada"

Ella estaba aterrada.

"No me digas que no pasa nada. Me dijiste que esto era seguro, no sé como pude confiar en ti"

"Weasley…te estás poniendo histérica"

"Voy a morir, oh, por Merlín, voy a morir. Mi cadáver va a ser encontrado en la mitad del Atlántico, lleno de cangrejos. Quizás me coma un tiburón, o algo peor. No podré nunca tener una casa con patio, un perro llamado Lolo, ni enamorarme, ni tener hijos, ni ser la mejor Auror ni…"

"Weasley, por favor, estás dramatizando. Todos los vuelos sufren turbulencias y más uno largo como éste"

"Lo dices para tranquilizarme, pero no lo logras"

En ese momento, el avión descendió unos cuantos metros. Varias personas gritaron asustadas, Draco también se removió nervioso.

"Dios, voy a morir, voy a morir" murmuró ella de nuevo.

El avión descendió un poco más. Draco le tomó el rostro entre las manos y la miró.

"Weasley, no te va a pasar nada, no lo voy a permitir ¿entiendes?"

Ella lo miró a los ojos, fijamente.

"Luna tenía razón"

"¿Qué?" – le preguntó el muchacho confundido.

"Si eres atractivo"

Draco se le quedó mirando y pensando para sí mismo "Weasley ¿para qué demonios dijiste eso? ¿Quieres volverme loco?"

El seguía sosteniéndola, pensó en reír, pero su propio deseo fue más fuerte que todo razonamiento.

La acercó a si con fuerza, apoyando sus labios sobre los de ella casi con desesperación. Ella lo tomó por el cuello de la camisa, mientras sus bocas se encontraban, se conocían, se exploraban.

Ella no podía pensar. Sintió como la lengua de Draco se metía en su boca, profundizando el beso, pero se lo permitió. Nunca la habían besado así, como si en ello se fuera el último respiro. En lo único que podía pensar era en él.

Él no podía detenerse. Lo único que quería era seguir besándola, disfrutando de su sabor y su calor, que lo estaba volviendo loco. En ese momento, no eran ni un Malfoy ni una Weasley: eran simplemente ellos dos, juntos.

Y se vino el primer beso! Jajajaja, espero que les haya gustado este capi, je. Prometo actualizar pronto. De ahora en más mas cosas se van a poner un poco más…calientes entre estos dos, jujuju. Pero bue, preparense. Dejen reviews please!