Holas! Aquí les traigo otro capi, a su pedido. Bien, las cosas comienzan a ponerse cada vez más tensas entre el rubio y la pelirroja, jejejeje, pero no voy a decir en que sentido, para eso tendrán que leer!
CAPITULO SEIS: Entre besos y cucharones
Había olvidado cerrar las cortinas la noche anterior, y ese fue el motivo por que el despertó tan temprano. Los rayos de sol se colaban en la habitación, dándole de lleno en el rostro al rubio, que se desperezo sin ganas mientras notaba el punzante dolor en su cuello a causa de haber dormido en tan mala posición.
Le dolía la cabeza terriblemente.
Los recuerdos de la noche anterior le cayeron de golpe, haciendo que se sintiera aún peor. Observó la puerta de la habitación donde la pelirroja dormía.
Se acercó sigilosamente y la abrió.
Su cabello pelirrojo estaba desparramado por la almohada, sus ojos cerrados y su piel demasiado pálida. Recordó sus mejillas encendidas la noche anterior, ese color bonito que habían adoptado cuando sus bocas estuvieron casi una encima de la otra. Maldiciéndose, se dirigió al baño para darse una ducha, y con suerte, aplacar un poco la culpa y el deseo que esa chica estaba comenzando a despertar en él.
Cuando salió quince minutos más tarde, ella estaba sentada frente a la mesada de la cocina, tomándose un café. Le dirigió a su compañero un frío "Buenos días" y siguió con lo suyo, como si él no existiera. A Draco no le extrañó para nada, pero no pudo evitar que una extraña sensación se apoderara de su estómago mientras pedía un desayuno decente al restaurante del hotel.
Cuando colgó el teléfono, ella se estaba metiendo al baño. El abrió la boca para decir algo, sin saber muy bien que, pero ella cerró la puerta con rapidez, dejándolo allí parado y sintiéndose un gusano despreciable.
Ginny abrió la canilla y dejó que el agua caliente le escurriera por la cabeza, los hombros y la espalda, aliviando así los nudos de tensión que le dolían terriblemente. Quizás debiera hacerle caso a Hermione y visitar a un masajista, pero pensaría en eso luego, en ese momento no estaba de ánimos.
Mientras se enjabonaba el pelo, no pudo evitar pensar en Malfoy, a pesar de que la noche anterior se había prometido no pensar en él nunca más ni dejar que se le acercara.
¿Cómo podía haber sido tan tonta? ¿Cómo había podido dejar que las emociones la controlaran con tanta facilidad? Ella conocía la reputación de su compañero, y sin embargo, allí había estado, por un momento tejiendo románticas fantasías con los dos incluidos en ellas.
Y el había sido muy claro, le había gritado a la cara lo que quería con ella. Y eso no se asemejaba ni un poco a las historias tontas e infantiles que ella se había imaginado. Pero tan siquiera había sido sincero, había hecho que Ginny volviera a la realidad. El era un Malfoy, ella era una Weasley. Eso tendría que ser suficiente para ambos.
Cuando salió de la ducha, tomó la falda de un rosa pálido y la blusa blanca y las combinó con unas sandalias también blancas. Luego se colocó la chaqueta del mismo color de la falda, la cual le daba no solo un toque distinguido, sino también atractivo. Decidió recogerse el cabello y se hizo un moño algo defectuoso, dejando caer algunos rizos a los lados. Luego se maquilló levemente, y salió.
Draco la miró durante un segundo. Ella, ignorándolo, tomó su cartera y se dirigió a la puerta. Ya casi estaba saliendo cuando él se puso en pie.
"¿Se puede saber a donde vas?" preguntó con seriedad y evidente mal humor.
"¿Se puede saber que te importa?" contestó ella con el mismo tono glacial.
Y sin decirle nada más, se fue de la habitación.
Ese engreído, ese patán sin escrúpulos… ¿pero que se creía? ¿Desde cuando ella tenía que darle explicaciones? La muchacha resopló indignada y se metió al ascensor mientras murmuraba entre dientes.
Justo en ese instante, un hombre también entro.
Ginny Weasley abrió los ojos con sorpresa cuando se percató de la mirada profunda y fija de Calvert Hugges.
"Buenos días" dijo él en tono seductor.
Ella recordó el papel que estaba jugando y fijó una sonrisa provocativa, pero a la vez algo tímida, en su rostro.
"Buenos días" contestó.
La mirada de ese hombre la ponía nerviosa. No se cuestionó porque Hugges conseguía tantas mujeres: era un hombre espectacular…hombros anchos, mirada fría, cuerpo atlético. Si no tuviera conocimiento de lo que ese hombre hacia en su tiempo libre, seguramente se hubiese sentido atraída por él.
"Espero que le hallan gustado mis flores" sonrió.
"Eran hermosas…nunca antes me habían hecho un regalo parecido"
"Su marido debería hacerlo. Una mujer como usted merece ser complacida"
Ella hizo una mueca, como restándole importancia.
"Oh, Draco está demasiado ocupado como para fijarse en mí. A propósito…soy Ginevra Weasley"
Ella le ofreció su mano, y segundos antes de que el hombre se le tirara encima, vio su intención en sus ojos.
Calvert Hugges la aprisionó contra el ascensor con una fuerza increíble e invadió su boca como si tuviera todo el derecho de hacerlo. Ginny sintió asco, aunque debía aceptar que el hombre sabía besar. Le siguió el juego unos momentos, antes de que las manos ansiosas de Hugges comenzaran a subir por su pierna. El ascensor se detuvo, Hugges se separó y salió dedicándole a la pelirroja una sonrisa antes de perderse de vista.
No tenía porque preocuparse por ella, era una mujer supuestamente madura y responsable. Sin embrago, para la hora del almuerzo, Draco caminaba por la habitación con mal humor, imaginándose lo peor.
Esa niña tonta no sabía en lo que se estaba metiendo. Hugges era peligroso, y a ella se le ocurría desaparecerse justo en ese momento y todavía vestida como para darle un infarto a alguien. O tan siquiera eso le había parecido a él.
Ella entró a la habitación cargada con unas cuantas bolsas.
Draco había planeado ignorarla, pero no pudo evitar saltar hacia ella en cuanto la chica cerró la puerta.
"¿Dónde te habías metido?"
"Mira, Malfoy…lo que yo haga, la verdad no te…"
"Te desapareciste toda la mañana, y sabes muy bien que Hugges anda rondando por ahí, rondándote a ti más precisamente"
El rubio se pasó la mano por su cabello, impaciente.
"Sí, me lo encontré en el ascensor. Digamos que dejó bien en claro que…bueno…que le atraigo" dijo ella con simplicidad.
"¿Qué te dijo?"
Draco la siguió a la cocina mientras ella se quitaba la chaqueta y tomaba una caja de jugo.
"No fue lo que dijo, sino más bien lo que hizo."
Draco sintió un bandazo en el estómago. Intentaría descubrir el motivo más tarde, cuando no estuviera tan furioso.
Se acercó a ella sin darse cuenta de lo que hacia. Cerró la puerta de la heladera de un golpe y le quitó el jugo de la mano.
"¿Pero qué demonios te has creído que…?
"Saliste así vestida sabiendo que te lo ibas a cruzar."
"Lo esperaba si ¿y eso que tiene de malo? El plan es provocarlo, hacerlo caer…"
"Estando yo contigo, Weasley, nadie te dijo que te arriesgaras de esa manera."
"Ese es mi problema."
"Es mi problema también si ese tipo te viola."
"No lo hará, pero si ocurriese, tampoco tendría por que importarte."
Draco la miró, furioso.
"¿Qué te hizo? Y ni se te ocurra decirme que no me importa, porque estoy involucrado en este plan también y tengo derecho a saberlo."
"Bien, me besó"
"¿Qué?"
"Sí, me besó" Ella se soltó el cabello, sin mirarlo.
"¿Lo dejaste?"
"No tuve más remedio. Por si no lo recuerdas, está dentro del plan permitirle algunos acercamientos" Ginny fijó sus ojos en Draco por un momento "Parece que no eres el único que quiere utilizarme para echarse un polvo"
Ella pasó por su lado, sin mirarle. Fue por eso que no pudo evitar que el rubio la tomara desprevenida de un brazo.
"Me estás lastimando."
"No te atrevas a comprarme con Hugges de nuevo."
"Para mí eres exactamente igual que él: un cerdo."
"¿Ah, si.?"
Ella parecía echar chispas por los ojos, pero él no se quedaba atrás.
"¿Besa como yo?"
Ginny lo miró con el ceño fruncido, sin entender.
"Te dejas besar por todos, Weasley"
Ella se soltó.
"No te atrevas a insinuar que esto fue mi culpa. Tenemos una misión, Malfoy, tengo que hacerlo."
"Pues lo estás haciendo bien rápido"
El rubio volvió a tomarla del brazo, con rabia contenida.
Ginny volvió a soltarse.
"No te atrevas a llevarme de aquí para allá como si tuvieras derechos sobre mí, pues no los tienes, ten eso bien en claro. Yo hago lo que quiero, sin darle explicaciones a nadie, y menos a ti."
Esta vez él la tomó por los hombros, con violencia, con rapidez.
"¿Y él si los tiene? ¿Ese asesino si puede tocarte?"
"Eso es muy distinto. A el le permito tocarme, porque quiero encerrarlo. ¿Crees que no me da asco sentir su boca sobre la mía, Malfoy? ¿Crees que no es difícil coquetear con un hombre peligroso y que sabes que ante el primer descuido te va a devorar entera?
Malfoy la soltó, arrepentido.
"Lo siento, Weasley, yo…no sé que me pasó."
"Aléjate de mí, eres lo peor que me podía haber pasado en la vida."
"Weasley, yo…"
"Ya termínala" dijo ella, alejándose "Esto no fue una buena idea. Lo mejor será que me vaya hasta que…"
"No, no pienso permitir que salgas de aquí sola, Weasley. Fueron bastante emociones por un día."
"¿Pero quién te has creído que eres? ¿Mi guardaespaldas?"
"Si tengo que atarte a una silla, sabes que lo haré. Y sin ninguna dificultad."
"Inténtalo."
"No me provoques, pelirroja."
"Piérdete, oxigenado inepto."
"No decías que era un inepto anoche."
"No podía decir nada, estúpido, estabas aplastándome."
"Bien que te gustó."
"Te odio."
"Yo a ti también."
"Déjame salir, o comenzaré a gritar." amenazó ella, al ver que él le bloqueaba el paso.
"Solo pensarán que estamos teniendo sexo salvaje, nadie vendrá."
Ella le intentó dar una bofetada, pero el, haciendo uso de sus excelentes reflejos, le tomó la mano, la dio vuelta, y la aprisionó entre sus brazos.
Ginny se debatía con furia mientras él reía a carcajadas. Intentó patearlo, pero no pudo. Finalmente, agotada, desistió.
"Te…te odio" volvió a decir.
"Lo he escuchado otras veces"
"Eres un…"
"Eso también lo he escuchado"
Ginny respiraba entrecortadamente. El no se había movido ni un centímetro. De pronto notó que Draco le estaba oliendo el pelo.
La muchacha se movió con impaciencia.
"¿Fuiste perro además de hurón en otra vida, Malfoy?" espetó, aunque no podía negar que su corazón parecía salírsele del pecho ante su simple contacto.
El no había podido evitarlo.
"Tienes un aroma muy interesante en este cabello tuyo"
"Te regalaré una caja de lociones para que te eches en el tuyo si tanto te gustan. Así los combinas con tus perfumes" se burló ella "Ahora suéltame y almorcemos en paz ¿quieres? Digamos que tenemos una tregua por un rato.
El la giró y la miró a los ojos.
"Pienso aprovecharme de esta tregua, Weasley"
La muchacha lo miró con los ojos entrecerrados.
"Tú cocinas" dijo, guiñándole un ojo.
Ella bufó, resignada.
"Me besas, me insultas y luego haces que te cocine."
El sonrió, divertido.
"Prepararé una tortilla" dijo la muchacha, mientras comenzaba a sacar lo necesario de los estantes con movimientos rápidos de su varita. La chica tenía el entrecejo levemente fruncido.
"No sabía que preparar una tortilla requería tanta concentración"
"No, lo que la requiere es soportarte a ti"
"Oye, ¿Dónde quedó nuestra tregua?
Ella se rió. Draco sintió una sensación muy placentera en su entrepierna.
"Por Merlín, Weasley, te ves sexy cuando te ríes"
El comentario no le hizo ninguna gracia, más sus mejillas adoptaron un tono rojizo.
Draco comenzó a acercarse, totalmente fascinado.
"Me importa un cuerno todo lo demás" pensó.
Ginny lo observó venir, sin moverse de su sitio, más cuando él se acercó aún más, levantó el cucharón dispuesta a partírselo en la cabeza.
La muchacha quería disimular, pero temblaba de pies a cabeza.
"¿Piensas pegarme con eso, pelirroja?"
"Si no te alejas en este instante yo…"
Ella dio un paso hacia atrás y se dio contra la mesada. Estaba atrapada.
"¿Qué piensas hacer?"
"¿Qué te parece, Weasley?"
"No pienso acostarme contigo"
"Por ahora me basta solo con esto"
Se movió con rapidez, aprisionándola aún más con su cuerpo. Sintió su pequeño grito de protesta, pero demonios si iba a permitir que algo lo detuviera ahora.
Mientras ella aún se debatía, aunque cada vez con menos fuerza, él apoyo su boca contra la suya con prepotencia. Ginny había escuchado eso de que te tiemblan las piernas al recibir un buen beso, pero nunca lo había experimentado hasta ese momento. Por Merlín, su cuerpo parecía a punto de estallar ante ese contacto. El la apretó más fuerte, haciéndole un poco de daño, pero a ninguno de los dos les importó. Cuando él metió su lengua en la boca de ella, Ginny le dio la bienvenida. El rubio colocó una mano en su estrecha cintura mientras que le metía la otra en el pelo. El gemido que salió de la garganta del muchacho la hizo estremecer. El bol con la tortilla a medio hacer se dio contra el piso, pero ninguno le hizo caso. La deseaba…Draco se percató de eso mientras sentía la mano de la chica en su espalda. Quería llevarle a la cama en ese instante y hacerle todas las cosas que se había imaginado haciéndole (n/a: que pervertido). Ginny recuperó un poco de control y fue quien le puso un alto, el rubio a esas alturas, obviamente no iba a poder, y además ella no iba a permitir que nuevamente él fuera quien terminara el beso. El se separó y apoyó su frente en la de ella.
"Eso fue..." dijo ella.
"Fantástico"
La chica se sonrojó, sin poder evitarlo.
"No sé que demonios me haces, pelirroja, pero te advierto que luego de hoy, está en mis planes tenerte en esa cama, y no precisamente para contarte cuentos"
"¿Y si no quiero?"
"Acuérdate de mis palabras, Weasley…serás mía, cueste lo que cueste"
"Eres un arrogante" musitó ella, enfadada "Un prepotente, y además, arruinaste mi tortilla"
Le dio un beso fugaz en los labios.
"Te invito a almorzar, pelirroja, conozco el sitio ideal"
Y sin decir nada más, le dedicó una sonrisa mientras se ponía su chaqueta.
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