CAPITULO SIETE: Una invitación y un ataque.

"…y por supuesto, finalmente, Luna entendió que lo que Neville estaba intentando era pedirle matrimonio, no asesinarla…" contaba la pelirroja con una sonrisa mientras comía sus macarrones con queso.

Habían llegado al restaurante hacia más o menos una hora. Draco había tenido razón, era el sitio ideal: lo suficientemente privado para mantener una conversación y a la vez lo suficientemente público para que ninguno de los dos se sintiera incómodo. Las mesas eran redondas, todas con manteles blancos y arreglos florales en el centro.

Ginny parecía haber olvidado que Draco le había arruinado la tortilla y se mostraba de muy buen humor, mientras el rubio comía y la miraba hablar sin poder intervenir. No era que tampoco lo deseara: resultaba extrañamente divertido verla hablar, sobre todo porque no era algo que hiciera a menudo.

"¿Y que hay del cabeza rajada y…?"

"Gabrielle" lo ayudó Ginny.

"Si, Gabrielle" concedió él "Siempre pensé que tú te casarías con Potter y que junto a tu hermano y la sangre…digo, Granger – se apresuró a corregir ante la mirada de la pelirroja- formarían una gran y feliz familia"

"Bueno, como sabes salí con Harry un tiempo, pero no pasó mucho para que no solo nosotros dos, sino todos a nuestro alrededor, se dieran cuenta de que, en efecto, no coincidíamos en mucho. No me malinterpretes- agregó ella al ver la mirada irónica del rubio- , quiero mucho a Harry, y siempre lo haré, pero no porque tenga sentimientos románticos hacia él, sino porque fue un amigo siempre y además salvó mi vida, la de mi padre, la de Ron e incluso la de Bill…son cosas que no olvidas. Mis padres lo consideran otro Weasley, aunque no lo sea, y yo lo considero otro hermano, aunque no sea sangra justamente lo que nos une"

Draco asintió, pues muy a su pesar entendía lo que la pelirroja le estaba explicando.

"Harry se encontró con Gabrielle en el cumpleaños de Fleur, hace un par de años. Se casaron poco después, digamos que fue amor a primera vista, tan siquiera de parte de ella, Harry suele ser bastante lento en cuanto a sentimientos se trata"

"¿Cómo lo fue contigo?"

Ginny disimuló una sonrisa al notar el tono serio y reprobatorio de su acompañante. No pudo evitar sentirse halagada ante el evidente arranque de celos de Draco.

"Digamos que si" Ginny rió y tomó un sorbo de su copa. "Ya que estás tan curioso hoy…Ron y Hermione, como sabe todo el que fue a Hogwarts con ellos, siempre tuvieron una especie de conexión especial, mucho más profunda que la que compartían con Harry, aunque ninguno de los dos lo aceptara o supiera verlo. Esos dos estaban destinados a acabar juntos desde que se conocieron"

"Hay veces que toma un poco más que eso encontrar a la persona indicada" comentó Draco.

Ginny lo observó.

"Supongo que si, pero en el caso de mi hermano y Hermione, estuvo claro desde el principio. A los únicos dos que les costó verlo, fue a ellos mismos. Igualmente, en séptimo abandonaron Hogwarts para buscar los Horcruxes con Harry. Digamos que ahí, en medio de una guerra que comenzaba a gestarse, finalmente abrieron los ojos."

"Recuerdo que cuando estábamos en segundo, yo llamé a Granger sangre sucia y tu hermano terminó vomitando babosas por defenderla" dijo Draco en ese momento, con una sonrisa melancólica en el rostro.

"Son esas simples cosas que haces sin pensar cuando estás enamorado"

"Yo nunca hubiera hecho eso por Pansy"

Ginny observó a su compañero con interés. No era algo habitual que Draco hablara sobre su vida, y menos, sobre quien había sido su prometida por bastante tiempo.

"Pero, claramente, nunca…yo nunca…"

La muchacha entendió la incomodidad de Draco, así que decidió interrumpirlo.

"Yo creía estar enamorada de Harry, y quise mucho a Dean…pero creo que tampoco por ninguno de los dos vomitaría babosas" sonrió ella.

Los dos rieron, divertidos.

Draco hacia mucho que no entablaba una conversación con alguien del sexo opuesto sin desear que acabaran…bueno…haciendo cosas más interesantes. Y lo admitía, había pensado en la pelirroja en esos términos últimamente, y mucho. Pero en ese instante, mientras conversaban con la comida de por medio, no pudo dejar de desear seguir así, hablando simplemente y riendo por tonterías.

Salieron del restaurante y se dispusieron a caminar hasta el auto que Draco había alquilado. Afuera, la temperatura había descendido notablemente, a pesar de que aún era temprano.

"Pronto será la primera nevada del año" comentó Draco, observando el cielo de un gris plomizo y unas amenazantes nubes grises que se arremolinaban por encima de sus cabezas.

El viento despeinaba su cabello y le arrebolaba las mejillas. Ginny, observándolo, no pudo negar que era simplemente espléndido. Esa masa de pelo dorado, siempre impecable salvo cuando estaba molesto, nervioso o despreocupado, los hombros anchos, las piernas largas y los brazos musculosos. La boca generosa y los ojos de ese gris tan pálido y hermoso. Ginny se sacudió apenas, y se miró los pies.

"Pronto será Navidad…" suspiró la muchacha, mirando las tiendas ya adornadas con motivos navideños "Extraño a mis hermanos, nunca pasé una Navidad sin ellos"

Draco nunca sabría porque lo hizo… quizás porque de pronto y debido a las historias de la pelirroja, Ron y los demás no le parecían unos absolutos idiotas, quizás por la curiosidad de ver por él mismo que tal había tratado la vida a algunos de sus compañeros de colegio, quizás porque no quería otra Navidad solitaria, o quizás por la expresión triste de la muchacha al pronunciar las últimas palabras. Quizás simplemente porque se estaba volviendo loco…o porque ella lo estaba haciendo.

"Invítalos a venir aquí"

Ginny fijó sus ojos en los grises de Draco. El muchacho le mantuvo la mirada, aunque de pronto no le pareció tan buena idea compartir la mesa con Ronald Weasley, su esposa sabelotodo y su pequeña hija, a la cual imaginaba como una versión en miniatura de Granger pero con pecas.

Seguramente terminarían peleando sobre el pavo de Navidad, pero que diablos, ahora ya había abierto su bocaza. Para su horror, siguió cavando su propia tumba y con mayor profundidad.

"Invita a Longbottom y a la loca también, y ya que estamos…hasta el cabeza rajada es bienvenido."

Ginny lo detuvo de pronto, tomándolo del brazo con suavidad y con una sonrisa tan dulce que Draco tuvo que contener las ganas locas que lo invadieron de tomarla en sus brazos, ahí en la mitad de la vereda y entre toda la gente que caminaba apresurada haciendo compras.

"¿Estás hablando en serio?"

"¿Tengo cara de estar bromeando, Weasley?"

"¿Por qué lo haces?"

Draco se quedó inmóvil y puso las manos en los bolsillos de su chaqueta, tratando de esquivar la mirada de la pelirroja lo más posible.

"Demencia temporal, no te abuses"

Ella sonrió.

A Draco no le hubiese sorprendido tanto un león saliendo de la tienda más próxima vestido de gala como le sorprendió el hecho de que la pelirroja lo abrazara con fuerza.

Al principio dudó, pero luego la rodeó con sus brazos casi instintivamente. Hundió su cara en el cuello de ella, aspirando el aroma fresco de su piel y su cabello. No estaba acostumbrado a las demostraciones de cariño, sobretodo en la mitad de una calle concurrida, pero en aquellos momentos, eso ni siquiera importaba. El corazón del muchacho dio una voltereta en su pecho, y él abrió los ojos con sorpresa: nunca había sentido algo parecido.

La felicidad la había embargado de una manera tal, que la pelirroja no pensó tampoco lo que estaba haciendo. Lo único que se cruzó por su mente cuando se arrojó en los brazos de Draco Malfoy fue que él le estaba dando una alegría que hacia mucho no sentía. Y que no lo comprendía.

Se soltaron un tanto incómodos.

Ginny esbozó nuevamente esa sonrisa que a Draco le gustaba tanto.

"Ven, nos vamos de compras" dijo tomándolo de la mano y entrando a la tienda más cercana.

"Weasley, esos arranques que te dan…" murmuró Draco, dejándose arrastrar.

"No seas aguafiestas, Malfoy, hay muchas cosas que hacer. Y luego me tienes que acompañar a mandar cartas, muchas cartas para decirle a Ron, a Harry y a Neville que están invitados a pasar la mejor Navidad de sus vidas"

La pelirroja hablaba sin parar. Draco no quiso arruinarle el momento diciéndole que cuando su nombre apareciera en dicha invitación, quizás ninguno de los tres aceptara venir.

Cuando llegaron esa noche a la habitación, Draco venía cargando las bolsas y Ginny con una sonrisa radiante y las mejillas arreboladas por el frío.

La pelirroja había comprado no solo regalos para sus sobrinos, sino también velas y adornos navideños, un pino y comida como para un batallón. Draco aprovechó para comprarse varios pares de medias, pues siempre se le enfriaban los pies con las nevadas, y cuando la chica estaba distraída mirando artefactos muggles para regalarle a su padre, adquirió un collar que supo era para ella en cuanto lo vio. Todavía no había pensado como entregárselo sin parecer que le estaba proponiendo compromiso o chantajeándola para que se acostara con él…

Ella entró y puso música, muy campante le quitó los paquetes a Draco de los brazos y se sentó en el sofá con los pies en alto mientras atacaba un nuevo tarro de helado de chocolate.

"Eres un barril sin fondo" dijo Draco, sentándose a su lado. "¿De donde demonios robaste ese helado?"

"No lo robé" dijo ella con cara de perro mojado "Lo pedí a servicio de habitación y hice que lo cargaran a tu tarjeta" Le echó la lengua en un gesto muy de niña de cinco años y siguió comiendo helado.

"¿Y qué me vas a dar a cambio del helado pagado con MI dinero?" preguntó él, de repente con una mirada de lo más libidinosa.

Ella alejó el helado del enemigo. (N/a: ese vendría a ser Malfoy…la pelirroja es un tanto agresiva si se meten con su helado…jejejeje)

"No comparto mi helado ni con el Ministro de Magia" dijo ella, mirándolo con mala cara y advirtiéndole que ni se atreviera.

"No estaba pensando exactamente en helado" contestó él seductoramente.

Ella entornó los ojos.

"¡Malfoy! ¿Crees que voy a vender mi cuerpo por un helado de chocolate? ¿Te tragaste una de las bengalas del Dr. Filibuster o que? Si, creo que salen chispas por tus orejas, mejor haz que te revisen"

"¿Me revisas tú?"

"Pervertido, yo no soy ninguna medimaga"

"Seguramente tienes buena imaginación…"

"Por supuesto, pero me gusta darle un uso adecuado…no la malgasto con rubios descerebrados que piensan con…bueno…con eso que te cuelga entre las piernas todo el día"

"Weasley, insultas de una manera bastante grosera"

"Tengo seis hermanos varones, que son todos y cada uno de ellos unos facinerosos. En mi casa era la ley de la jungla, y siendo la única chica y la menor…una aprende sus tácticas para sobrevivir."

Draco rodó los ojos, exasperado.

"Pelirroja, tenemos que bajar en una hora y tú estás en tu etapa soy- una- inocente-y-dulce-nena-pequeña-come-helado. Cuando Hugges te vea, te va a llevar a la calesita en vez de llevarte a algún lugar de donde podamos obtener información…así que hazme el favor de vestirte y comportarte como la mujer adulta y profesional que supuestamente eres"

"Eres un gruñón. Eres feo ya de por si, pero gruñón…quedas peor. Nene malo, enemigo del helado"

Ella se levantó y él no pudo evitar comenzar a reírse a carcajadas.

"Por Merlín, Weasley ¿estás con tu período encima? Solo eso explicaría que te comportes como una completa Lunática Lovegood… ¡te dije que te ibas a contagiar! Ni me imagino como estará tu hermano a estas alturas, el que comparte con la loca baño, cocina, cama y fluidos corporales"

"Esa no fue una imagen agradable, Malfoy"

"Si, como sea. Ve a cambiarte, y por favor, ponte algo decente encima"

"No puedo, de noche me convierto en la super arpía pelirroja…tengo que vestirme a tono"

"Bueno, entonces ponte el negro"

"¿Qué negro?"

"Ese con el escote hasta…"

"¿Tú como sabes de mi guardarropa? ¿Me estuviste usando los vestidos, desfilaste por el balcón saludando a la gente mientras yo no estaba, depravado?"

"En realidad…iba a ponerte esa crema que tienes para masajearte los pies dentro de tu pasta de dientes, pero justo llegaste y me cortaste la inspiración"

"La venganza será terrible" aseguró ella con una sonrisa, mientras entraba a la habitación y cerraba la puerta tras de si.

"La espero con gusto, pelirroja" susurró él mientras se dirigía al baño para darse una ducha rápida.

Se quitó la ropa y dejó que el agua caliente le corriera por el cuerpo.

La pelirroja tenía su shampoo destapado y en el suelo. "Que descuidada es, se va a caer y se va a volcar" pensó él mientras lo tomaba y lo colocaba de nuevo en su lugar.

Realmente se había convertido en la niñera de esa niña. ¿Pero por órdenes de Stuart o por voluntad propia? Sonrió. Sería mejor ni intentar responder aquello.

Se vistió en silencio y abrió la puerta, aún con el pelo chorreando agua.

"¡Weasley, más te vale que estés lista, porque estamos retrasados!"

"¡Feo, gruñón!" gritó ella desde la habitación.

Draco sonrió. Y fue entonces cuando lo escucho. Un ruido. Alguien estaba dentro. Sacó su varita y sus ojos recorrieron la habitación con rapidez. No vieron nada.

"Malfoy, una no puede vestirse nunca en paz cuando tú…"

El la tomó de un brazo.

"Saca la varita, Gin" dijo.

Ella notó su cara y sus ojos siguieron la misma dirección que los de su compañero. No había nadie, pero ella también sintió una presencia desconocida.

"¿Capa invisible?" preguntó él, tomándole la mano.

"No, hechizo desilusionador" contestó ella, muy segura.

En ese momento, notaron un movimiento sutil cerca de la cortina.

Ginny y Draco se miraron mientras la misma pregunta era formulada por los dos en silencio… ¿por qué aún no los habían atacado?

Como si su pregunta hubiese sido escuchada, un grito desgarró el silencio, mientras que de la nada un rayo de luz roja se dirigía hacia la pelirroja.

"¡Expelliarmus!"

La muchacha lo estaba esperando. Esquivó el rayo de luz sin ninguna dificultad mientras lanzaba un hechizo al punto de donde había provenido el ataque. Draco hacia lo mismo justo en ese momento.

Entonces, Ginny sintió que un par de fuertes manos la tomaban por la espalda. Eran, evidentemente, más de uno. Trató de soltarse, pero quienquiera que la tuviera apretada, era fuerte. Draco intentó acercarse, pero más hechizos le fueron enviados y no tuvo más remedio que tirarse al piso para esquivarlos.

Mientras tanto, la pelirroja se debatía, inútilmente.

De pronto, Ginny sintió que la soltaban. Se dio la vuelta con rapidez, dispuesta a atacar, pero no había logrado ni siquiera levantar la varita cuando una voz grave exclamó: "¡Incárcero!"

Unas fuertes cuerdas la dejaron completamente inmóvil y su varita voló a varios metros de ella.

"¡Desmaius!" gritó Draco, apuntando hacia donde supuestamente se encontraba el atacante.

"¡Protego!" escuchó que decía una voz.

Entonces, Draco notó que la pelirroja lo estaba mirando. Ella rodó los ojos, señalándole que el otro se encontraba parado a su lado.

Apuntó su varita con rapidez y conjuró el contrahechizo para el hechizo desilusionador. Rápidamente, un hombre apareció de la nada. Tenía el rostro oculto, para consternación de Draco, pero el joven se apresuró a utilizar el mismo encantamiento que él había utilizado en Ginny.

"¡Mobilicorpus!"

El cuerpo rodeado de cuerdas del segundo atacante voló hasta donde se encontraba el primero. Draco escuchó un plop e inmediatamente, ambos individuos habían desaparecido.

El muchacho corrió hacia Ginny y pronunció el contrahechizo con rapidez. Ella se puso en pie con algo de dificultad y tomó su varita mientras respiraba entrecortadamente.

"Ginny, ¿estás bien?"

"Si, pero…"

La chica no pudo terminar de completar la oración. Observó a Draco con miedo y no tuvo tiempo para decir nada más, pues el chico se desplomó en el suelo con un golpe seco. Lo último que escuchó, fue el grito de la muchacha antes de perder el sentido por completo.

Draco yacía sobre la cama, mientras Ginny, sentada a su lado, le ponía un paño frío en la frente. El chico estaba más pálido aún de lo usual, y su labio sangraba.

"¡Episkey!" murmuró la chica, y el labio dejó de sangrar, cerrándose la herida impecablemente.

Se veía tan tranquilo cuando estaba así, con los ojos cerrados. Respiraba con normalidad y no parecía estar muy lastimado, pero Ginny no recordaba haberse preocupado tanto por alguien en mucho tiempo. Quería que abriera los ojos, que la observara y que largara alguna de sus frases arrogantes. Ella le contestaría con altivez y todo estaría bien.

No pudo evitar acariciar su mejilla con delicadeza. El era tan perfecto…bueno, tenía que admitir que jamás se había encontrado con alguien tan insoportable en su corta existencia, pero tampoco se había encontrado con alguien que despertara en ella tantos sentimientos en contra.

Sentía ganas de abrazarlo, y ganas de alejarse. De repente quería verlo, tenerlo todo el tiempo, y a los dos segundos quería estar lo más lejos posible de él. Algunas veces le parecía una persona casi amable, y otras una completamente fría y sin sentimientos.

"Me estoy volviendo loca" pensó ella.

Lo observó un momento, y comenzó a desabrocharle los primeros botones de la camisa para que estuviera más cómodo. Entonces, Draco tomó su mano y ella casi se cae de la cama de la expresión. Abrió un ojo.

"Te estás aprovechando de la situación, Weasley. Te encanta tocarme mientras estoy desmayado ¿eh?"

"Oh, cierra la boca. ¿Cómo te sientes?"

"Como si me hubiera caído al piso" dijo él, moviéndose un poco adolorido.

"Te caíste al piso" dijo ella.

"¡Noooooo! ¿En serio? Jamás lo hubiera adivinado" contestó él sarcásticamente.

"Eres inaguantable"

"No decías lo mismo cuando me estabas tocando hace un rato"

"Pensé que la camisa te estaba apretando" dijo ella, un tanto sonrojada.

"¿Sabes, Weasley? A decir verdad, toda la ropa me aprieta un poco, así que si quieres…"

Ella rodó los ojos, tratando de disimular una sonrisa.

"Al menos, sabemos que a tu minúsculo cerebro no le pasó nada"

Draco sonrió.

"Supongo que no bajaremos a cenar"

"Supongo que no"

Se quedaron en silencio. Cuando Ginny volvió a mirarlo, Draco sintió un bandazo en el estómago, y no precisamente debido al ataque.

"Lo siento, Draco, yo no fui de mucha ayuda" musitó la pelirroja, mirando hacia el piso.

"No pudiste, te sacaron del camino"

Ella lo volvió a mirar.

"¿Qué quieres decir?"

"Nunca te quisieron lastimar a ti, Weasley. Te ataron y te sacaron del camino en cuanto tuvieron la oportunidad. Era a mi a quien querían"

"¿Qué estás queriendo decir? ¿Crees que halla sido Hugges?"

Draco se mostró pensativo.

"Si fue él lo va a intentar de nuevo"

"Cerré todas las puertas y ventanas mediante magia" informó ella "Malfoy, esté no es el modus operandi de Hugges…generalmente es muy discreto"

"Es verdad"

"Pero ¿quién podría ser, sino?"

"No lo sé"

Ella se mordió el labio con impaciencia.

"No hagas eso, Weasley"

"¿Hacer el qué?"

"Eso, morderte el labio así, y teniéndote tan cerca…bueno, digamos que uno comienza a pensar en cosas un tanto…subidas de tono."

"Quizás debería llevarte a San Mungo, para estar seguros de que no tienes nada"

"No tengo nada, pelirroja, no te preocupes que no voy a morir" Draco se sentó en la cama con dificultad "Dime, Weasley, ¿te molestaría que yo muriera?"

Ella lo observó con sus ojos azules muy abiertos.

"¿Qué se supone que significa eso?"

"Contesta"

"Pues…quizás me molestaría un poco" dijo ella, mirando a cualquier lado menos a él.

"Genial, entonces no vas a tirarme un hechizo si yo…"

¿Siempre se movía con tanta rapidez o era que ella se volvía demasiado lenta cuando de él se trataba? La cuestión fue que en unos segundos, la tuvo a ella en la cama con él encima.

"Malfoy…yo…"

"Cierra el pico por una vez, Weasley. Has hablado hasta por los codos hoy, ¿es que te dieron cuerda o algo así?"

"Tengo mis días"

"Se nota. Estabas preocupada por mí ¿no es eso interesante?"

"Me preocuparía por cualquiera"

"¡Mentirosa!"

El se fue acercando poco a poco y posó sus labios en los de ella con suavidad. Por primera vez, ella se mostró tranquila y no pudo evitar cerrar los ojos mientras sentía la boca de él sobre la suya.

El se separó con a misma suavidad con la que se había acercado. Bajó de encima de ella y se colocó a su lado. Luego, hizo algo que los sorprendió a los dos. La rodeó con un brazo y ella se acurrucó en su hombro casi como si él se lo hubiese pedido. Los dos se percataron que algo había cambiado, pero ninguno dijo nada.

Ginny se durmió enseguida, sintiéndose segura en los brazos del rubio. El la observó durante un instante y le dio un beso en la frente mientras sentía la mano de ella sobre su pecho.

Cerró los ojos y decidió no comentarle jamás que Lucius Malfoy había regresado de su largo exilio y que buscaba venganza.

Holasssss! Acá vengo con otro capi! Espero que les halla gustado como los demás! Je! Y bueno, volvió Lucius Malfoy a la carga! ¿Qué hará Draco ahora que sabe que su padre volvió? ¿Y que hará Lucius como venganza?

Bueno, en el próximo capi, je, llegan los demás a pasar la Navidad! ¿Qué tal estará eso?

Un beso grande, sigan mandando reviews!

Dayah!