CAPITULO OCHO: Navidades… ¿en familia?
Si algo tenía de positivo la suicida idea de Draco de invitar a cenar a quienes habían sido sus enemigos durante todo Hogwarts, era que Ginny andaba tan ocupada con los detalles de la organización que no volvió a tocar el tema del ataque.
Draco no quería verse acosado por un millón de preguntas que seguramente resultarían incómodas, y conociendo a la pelirroja, era exactamente lo que ella haría.
Lo que el rubio no sabia, era que a pesar de su nerviosismo por la noche de Navidad y porque todo estuviera perfecto, Ginny le había dado vueltas al asunto en su cabeza. No había creído la versión de Draco de que se trataba de Hugges y estaba haciendo sus propias averiguaciones, aunque aún no sospechaba que Lucius Malfoy, el hombre que casi la mata en su segundo curso, tenía algo que ver.
La convivencia entre ellos dos no estaba resultando tan insoportable como habían pensado, aunque había días en que se ignoraban por completo, cada uno enfrascado en sus propios asuntos, y otros en que les resultaba imposible separarse. Esa situación, por supuesto, les intrigaba y atemorizaba tanto al uno como al otro, aunque ambos lo callaran.
"Nada de comentarios hirientes, sarcásticos o egocéntricos. Olvídate por una noche de tus conquistas, tus aventuras heroicas, tus supuestas cualidades, tu suprema perfección, tú apellido. No llames loca a Luna, comadreja a mi hermano, cabeza rajada a Harry, idiota a Neville o sangre sucia a Hermione. Ah, y me olvidada…compórtate como un ser civilizado, nada de peleas, ni de puñetazos…y si no queda más remedio que irse a las manos, por favor, fuera de la habitación. Gracias"
Y la habitación se veía realmente bien. La pelirroja se había esmerado…Draco no recordaba la última vez que había presenciado un árbol decorado y calcetines en la chimenea. Le gustaba.
Ginny estaba parada ante Draco con las manos en la cintura en una postura muy a lo Molly Weasley mientras, no había otra manera de decirlo, lo regañaba como si fuera un niño de diez años.
"Ya entendí, pelirroja" dijo Draco un poco harto "Tengo que ser un buen chico toda una maldita noche…a propósito… ¿Qué me vas a dar a cambio? Ese vestido se ve muy…tentador."
"Bien, pues cuando termine de usarlo, te lo regalo"
Ella rió y él alzó una ceja, ya pensando en el contraataque, cuando el timbre sonó ruidosamente. La pelirroja sonrió y corrió a abrir, mientras Draco se pegaba en la frente y se preparaba a recibir a sus adorables compañeritos de clase.
Ni había logrado acercarse a la puerta, cuando lo que en su debido momento le pareció una horda de enanos descontrolados, se escabulló hacia el interior de la habitación, literalmente, pasándole por encima a sus nuevos y lustrosos zapatos.
Draco puso cara de terror.
"En esta dimensión y en nuestro lenguaje, se les llama niños, Malfoy"
El muchacho observó a la autora de tan fascinante observación. ¿Quién podía ser sino nada más y nada menos que la sabelotodo de Granger?
"No estoy acostumbrado a los niños" Y menos a unos tan salvajes como estos- pensó.
Silencio incómodo. Los Gryffis y la loca de la Lovegood (según Draco) lo quedaron mirando, y él los quedó mirando a ellos. Ninguno estaba dispuesto a saludar primero. No estaban acostumbrados a las frases amables.
Luego, la señora Potter, una muchacha de larga cabellera rubia y ojos de un azul irreal sonrió y dijo con voz cantarina:
"Niños, saluden al señor Malfoy"
Draco abrió los ojos, asustado, y se aplastó contra la pared sin ningún disimulo cuando uno de los medio metro se acercó. Tenía que ser hijo de Potter, el mismo pelo revuelto, y los ojos de su madre.
El niño alargó la mano. Draco pensó que le estaban tomando el pelo, luego recordó que el mocoso era hijo de Harry, o sea que tenía que tener algo del padre, o sea que tenía que ser un caballerito ideal, defender el honor, la justicia, etc, etc. El rubio le estrechó la mano y se arrepintió al instante. El niño tenía la suya toda pegajosa, Draco deseó que se tratara de alguna golosina. Lo deseó con fuerza.
"¿Tienes chocolates?"
"Solo si te mantienes toda la noche alejado de mí, proyecto de Potty"
"No antes de la cena, James. Harry, por favor, tú lo acostumbraste a que se llenara a dulces, así que ahora, contrólalo"
Draco tuvo que reprimir una sonrisa. Tan el macho que se hacía Potter y había terminado controlado por una francesa oxigenada. Malfoy comenzaba a divertirse.
"Tía Gin… ¿él es tu novio?"
No, no era como Draco había pensado al principio una zanahoria parlante. La niña, para asombro del muchacho, tenía aspecto de todo menos de comelibros. Suerte para ella, los genes de la mamá se habían perdido en el proceso. Era muy bonita, con una mata de cabello rojo oscuro y chispeantes ojos castaños. Parecía la réplica de Ginny.
Ginny se quedó roja, sin embargo, fue Ron quien contestó la pregunta de su hija, sin dudarlo ni un momento.
"Por supuesto que no, Lizzie, el señor Malfoy es solo…un amigo"
Draco se mantuvo serio, tratando de evitar imaginarse la cara de Ron si se enteraba que él y su hermana, algunas veces, no se comportaban exactamente como amigos.
Draco fijó entonces su mirada gris en el hombre que se mantenía un poco oculto. Sostenía con firmeza un cochecito doble donde una niña y un niño de cabellos castaños y protuberantes ojos azul pálido, que observaban todo con interés.
"Morgan y Hazeel…Luna, Neville, están enormes" comentó Ginny.
Neville sonrió nerviosamente.
"Luna les pasa dando de comer. Dentro de poco no van a entrar en la casa"
La loca abrió la boca y dijo:
"Mejor, adorado esposo, así no les crecen catrioles dentro de la nariz"
Neville tosió visiblemente, mientras los demás rodaban los ojos, seguramente demasiado acostumbrados a ese tipo de comentarios.
Incómodo silencio de nuevo. Ahora que ya estaban presentados los enanos…no había más remedio que saludarse.
Hermione observó a su marido y a sus dos mejores amigos severamente, y luego, como para dar el ejemplo, se acercó a Draco.
"Ha pasado mucho tiempo, Malfoy"
"Si, mucho" Recordó de pronto que le había prometido a Ginny ser amable así que agregó con una rápida sonrisa "Te ves bien, Granger"
Ella sonrió y le pegó un codazo a Ron.
El pelirrojo había crecido más si aquello era posible. Casi le sacaba media cabeza al rubio, pero sus gestos de malhumor seguían siendo iguales y evidentes.
"Eh…linda habitación"
Draco asintió, aceptando aquello como saludo y pensando que Weasley seguía siendo un menso.
Harry solo hizo un movimiento con la cabeza, que Draco correspondió y Neville murmuró un hola tímido desde detrás del carrito de sus hijos.
De pronto, Luna pegó un salto y se colgó del cuello de Draco.
"¡Siempre supe que no eras un maldito venenoso como todos decían!" dijo entusiasmada, mientras lloraba histéricamente "¡Hay bondad bajo este traje tan horrible y esta cara de perejil!
Ginny lanzó una carcajada mientras murmuraba un "tranquila, Luna"
Draco estaba con los ojos muy abiertos, siendo el centro de atención. De repente todos largaron una risotada, y el rubio no pudo evitar sonreír también.
Aquél era un grupo muy peculiar. Quizás la cena no estaría tan mal.
Ginny les indicó que pasaran y se acomodaran en los sillones mientras ella iba por las bebidas. Draco se excusó y corrió tras ella.
"Quiero tirarme por el balcón" murmuró en voz apenas audible.
"Después de la cena" dijo ella, y salió de la cocina con la bandeja en sus manos, sin darle ni la más mínima importancia a su mente suicida.
Las mujeres se pusieron a conversar de inmediato, por supuesto. Sin embargo, los hombres lo estaban encontrando un tanto más difícil. Los cuatros se miraban con seriedad, pero sin decir una palabra.
Finalmente…
"Eh…linda habitación"
¿Es que era idiota o qué? Ya había dicho eso. Ese pensamiento se le cruzó por la mente al rubio, pero se vio interrumpido.
"No seas tonto, Ron, ya dijiste eso" dijo Hermione, metiéndose olímpicamente en la conversación.
El pelirrojo se puso del color de su pelo.
"Me olvidé" murmuró.
Potter se empezó a reír con ganas, recibiendo una mirada de reproche de su amigo. Entonces…
"No sé de que te ríes, Harry James Potter, si la mitad de los días andas olvidándote hasta de tu edad"
Esa fue la francesa, que también decidió intervenir.
"Neville no se olvida de nada porque lo anota todo en los vidrios. Le compré una agenda mágica para Navidad, pero quiero que sea una sorpresa"
Longbottom sonrió ante la locura de su mujer. Draco no sabía si reírse o esconderse bajo la mesa.
Mientras tanto, los niños corrían por todas partes. Bueno, los que podían sostenerse en ambas piernas, o sea, James y Liz. Gracias a Merlín, los otros dos se mantenían en el carrito y bien lejos.
"Así que…auror" comentó Harry arreglándose los lentes y observando al rubio.
"Si, auror" contestó Draco "Ginny me dijo que eres profesor"
Hermione miró a Ron con muy poco disimulo. ¿Malfoy llamando a Ginny por su nombre de pila? Eso si era raro, aún más que estuvieran compartiendo la cena de Navidad.
"Si, Defensa contra las Artes Oscuras"
"No te veía como profesor" comentó Draco.
"Te aseguro que yo tampoco"
"Los niños le temen, aunque no lo creas" comentó Ron en voz baja "La verdad que temerle a esa cara de imbécil…no entiendo a los niños de ahora"
Todos se rieron y Harry también, aunque sarcásticamente.
"¿Y que hay de ti, Weasley?" preguntó Draco, tratando de alivianar tensiones. "Capitán de los Chudley Cannons…eso está muy bien"
El pelirrojo lo miró con cierta desconfianza.
"Bueno, si, me gusta"
Parecía que Ron no estaba dispuesto a decir dos frases seguidas. Draco decidió no insistir.
"¿Y que hay de ti, Longbottom?
"Bueno, soy profesor en Hogwarts también…Herbología"
"Y por si te interesa saberlo, Draco, ya que estás tan curioso hoy, Hermione es jefa del Dpto. de Cooperación Mágica Internacional, Luna estudió Magizoología y Gabrielle es Medimaga"
Quien hizo ese comentario fue Ginny, que se sentía agobiada ante tanta amabilidad entre los muchachos que más de una vez habían intentado sacarse los ojos en el colegio. Si en aquellos tiempos alguien le hubiese dicho que estarían todos juntos, discutiendo cosas tan triviales como sus trabajos y los hijos, se habría echado a reír.
Por su parte, Draco no podía dejar de observar a la pelirroja, que jugaba con uno de los pequeños Longbottom. Se veía tan…bueno, no sabía exactamente, pero se veía bien.
Ginny se dio vuelta justo en ese momento y pescó la mirada del joven Malfoy. Le dirigió una tímida sonrisa antes de desviar la vista.
Por supuesto, no fue lo suficientemente rápida como para que Hermione no lo notara. La castaña abrió los ojos con sorpresa y miró a Ron, que parecía demasiado ocupado sintiéndose incómodo como para haber notado algo.
"¿En serio no crees que se terminen matando?" preguntó Ginny a Hermione.
"Por un rato creo que aguantan" contestó mientras se metía la aceituna de su martini en la boca. Las cuatro amigas habían huido a la cocina, dejando a los hombres solos y a cargo de los niños.
"Espero que tengas razón. Sé que Draco está un poco más… ¿Qué?" preguntó la pelirroja al notar la mirada de sus tres amigas escrutándola estrechamente.
"Bueno…Gin…tú y Malfoy…bueno…"
"Lo que Gabrielle quiere decir es si te acuestas con el rubio"
Los ojos de Ginny se abrieron de par en par mientras observaba a sus amigas, perpleja.
"¿Están locas?"
"Por favor, Gin, la manera como se miran…cualquiera se daría cuenta de que quieren saltarse encima y…bueno"
"¡Luna!" chilló Ginny, totalmente escandalizada.
"¡Es verdad!"
Gabrielle asintió con una sonrisa, mientras Hermione le guiñaba un ojo a la pelirroja.
"Nunca pensé que tú y Malfoy…"
"¡No me acuesto con Malfoy!"
Apenas lo hubo dicho, la pelirroja se dio cuenta de que había pegado un alarido de aquellos. La cocina estaba a pocos pasos de la sala donde se encontraban los hombres, las cuatro muchachas abrieron mucho los ojos mientras escuchaban el reinante silencio que se había hecho entre los hombres de la habitación contigua.
Y de repente, un grito…
"¿Obligaste a mi hermanita a meterse en tu cama, cerdo? ¡Quiero saber ya mismo que maldición le echaste encima a mi inocente, dulce y VIRGEN hermanita para que cometiera semejante locura!"
El grito, obviamente, salió de la boca de Ron.
Cuando las muchachas llegaron, el pelirrojo tenía agarrado al rubio del cuello de la camisa.
"¡Ron! ¡Suéltalo!"
Ginny se metió en el medio y le dio un empujón a su hermano con fuerza.
"¡Como tu hermano mayor insisto en saber ya mismo que demonios pasó entre ustedes dos!"
"¡No tuvimos relaciones si eso te incumbe!" gritó la pelirroja totalmente fuera de si.
"No, solo un par de besos"
"¿QUEEEEEEEEEEEEEEE?"
Ron taladró a Malfoy con la mirada, que parecía divertido. Ginny hizo exactamente lo mismo mientras los demás se debatían entre el miedo y la diversión.
"Gin, te vienes a casa conmigo. No puedo creer que éste tipo te OBLIGÓ a besarlo, quien sabe que más tiene en mente"
"Por Merlín, Ronald…ni que hubiese tenido que obligarla…el tipo está bueno" dijo Luna con voz cantarina desde el fondo.
"Linda espalda" observó Gabrielle.
"Ojos interesantes y facciones aristocráticas" aportó Hermione.
Ginny pensó que sus amigas no estaban ayudando.
"¿Y por qué no se casaron con él si es tan perfecto?" gritó Harry, celoso de la observación de su mujer "Yo tengo linda espalda también…" le hizo un pucherito a su esposa que sonrió y dijo "Linda espalda y lindo todo, mi cuchi cuchi"
Draco, asqueado, dijo:
"Mira, Weasley…quédate tranquilo, yo y tu hermana no hemos tenido relaciones si tanto te preocupa"
"Pero piensan hacerlo" dijo Hermione desde el fondo.
"¡HERMIONE JANE GRANGER!" gritó su marido.
"¡Oh, vamos Ronnie! No me vas a decir que por la manera como se miran…"
"¡Basta!" dijo Ginny, colorada y totalmente fuera de sí "¡Todos a la mesa, ya mismo!"
Ninguno se molestó en llevarle la contra.
La pelirroja se había perdido dentro de la cocina.
"Está furiosa" comentó Luna, cuando ella se hubo perdido de vista.
"No pasa con frecuencia, pero cuando ocurre no tiene desperdicio" dijo Harry con una sonrisa.
"Ya que fuiste lo suficientemente valiente como para ponerla en ese estado, sé lo suficientemente hombre como para ir a hablar con ella"
Hermione le dirigió una mirada seria a su esposo mientras tomaba a la pequeña Liz en brazos.
Ron suspiró y siguió a su hermana, deseando no terminar con la cara arañada o con algún bol de sombrero.
Draco se encerró en la mini biblioteca, sin decir nada más.
¿Qué se creían para meterse así en su vida?
Mientras picaba unas verduras con demasiada energía, Ginny Weasley se repetía y repetía esa pregunta a si misma.
"No te atrevas a dirigirme la palabra, Ronald Weasley" musitó apenas su hermano entró a la cocina.
"Gin…yo…lo siento ¿de acuerdo? Pero tienes que entenderme…es Malfoy"
"Si, es Malfoy, pero si te tomaras un segundo para verlo como realmente es, te darías cuenta de que no es el cretino que era en el colegio. Todo el mundo tiene derecho a cambiar…él pagó suficiente por ser como era, aunque ni él mismo lo sabe."
"¿Qué te traes con él?"
"Estoy trabajando con él"
"No me refiero a eso"
Ginny lo observó un momento.
"No me pidas que no me preocupe por ti, Ginny. Casi me da un ataque cuando me enteré que te ibas en una misión con Malfoy… ¿sabes como me ha caído esta versión de Hermione de que…bueno…de que hay aún más que eso entre tú y ese…y entre él? Sabes todo lo que nos hizo."
"Si, lo sé. Y también sé lo que nosotros le hicimos a él"
Ron permaneció callado.
"Solo ten cuidado. No quiero verte lastimada, y si te hace daño no tendré más remedio que matarlo"
Ginny sonrió, le dio un beso en la mejilla a su hermano y salió hacia la sala.
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"Malfoy…yo…lo siento"
Las palabras de Ron no solo lo sorprendieron a él. Por la cara de Draco, parecía que se le estuviera a punto de parar el corazón. Y cuando Ron alargó la mano para estrechar la del rubio, el efecto fue aún más atemorizante.
Ron había entrado a la oficina sin golpear y Draco, harto, ya se disponía a sacarlo a los golpes cuando esas palabras salieron de la boca del pelirrojo.
Draco estrechó la mano de quien había sido su enemigo. Ninguno de los dos lo dijo en voz alta, pero ambos sintieron que a partir de ese momento, algo, aunque solo fuera algo mínimo, cambiaba.
Quizás el perdón no fuera una cosa tan mala después de todo – pensó Draco mientras él y Ron compartían un whisky como ofrenda de paz.
Bueno, aquí viene otro capitulo. No está muy bueno, pero no se me ocurría otra cosa, jejejejeje, así que perdonen si está muy desastroso! Besos, Day…
