Disclaimer: Nada es mío, todo pertenece a otra gente y/o otras empresas y lo único que yo consigo es desgastar mis neuronas y las teclas del teclado.

Stand by my side

Stand by me

Pasaron un par de semanas sin cambios en el estado de ánimo de Lily; faltaban poco más de diez días para volver al colegio y la pelirroja, encerrada en su habitación, no dejaba de preguntarse que sentido tenía todo aquello. Quería tener ganas de luchar, de verdad que quería… Aunque sólo fuera para salir de esa habitación y perder de vista a la morsa fofa que había empezado a "remodelar" la casa. Cada vez que Vernon descolgaba uno de los cuadros de su madre y colgaba un horrendo óleo de casitas de campo, Lily sentía que también le quitaban algo de su interior. Y aunque buscaba de dónde sacar esas fuerzas, era una tarea dada al fracaso.

James, Remus, Meg y Sirius la visitaban casi todos los días. Sirius la intentaba hacer reír con sus payasadas y sus continuos acosos a Meg, y a veces lo conseguía. Meg le ponía verde a la señora Mittens y al señor d'Husard y repetía continuamente lo de "asqueroso mundo podrido". Lily intentaba sonreír y fingir que se sentía mejor, aunque siempre ponía excusas para no tener que salir a la calle a pasear, o ir al cine. El sólo hecho de vestirse era más de lo que podía esforzarse. James no hablaba mucho, pero no dejaba de mirarla y ella sabía que el chico intuía perfectamente lo que pasaba por su cabeza… James sabía que no estaba mejor.

Al menos con Susan era más fácil fingir, porque sólo tenía que hablar por teléfono. Su amiga continuaba tan jovial y alocada como siempre; le contaba muchas cosas de los conciertos, de los otros grupos y de la gente interesante que estaba conociendo. Kirley también hablaba con ella a menudo, y Lily sentía una mezcla de tristeza y melancolía cuando oía su voz. Kirley… se preguntaba por qué las cosas tenían que tomar siempre caminos tan absurdos. Si al principio del verano alguien le hubiera dicho que dejaría a un chico como Kirley por, entre otros motivos, James Potter, no hubiera creído ni media palabra. Aunque también era absurda su situación actual: en su mesilla de noche descansaba la carta de Hogwarts, más abultada de lo que era normal. Le habían dado el Premio Anual, algo que siempre había querido. Sin embargo ahora lo veía como una carga más.

No era aún demasiado tarde, aún faltaban unas horas para que viniera a visitarla. Así que podía quedarse hecha un ovillo en la cama, sin arreglarse y pensando en cosas difusas hasta que llegara el momento de vestirse para escena. Oyó pasos en la escalera. Eran pasos de hombre, pesados. Se empezó a preguntar que parte de la casa descuartizaría ese día Vernon cuando llamaron a la puerta de su habitación. Fantástico. Tocaba descuartizar su habitación. A lo mejor Vernon intentaba tirarla al contenedor con el resto de muebles.

- Adelante- murmuró incorporándose en la cama, con la cabeza entre las manos.

- Buenos días

Lily levantó la vista perpleja. No era Vernon. Era James. Y la estaba viendo tal y como quería que nunca la viese: como se encontraba de verdad.

- ¿Qué haces aquí?- protestó mientras se levantaba de la cama e intentaba adecentarse el pelo.

- Vengo a buscarte. Tengo el día libre y nos vamos.

- ¿Os vais quienes?- preguntó Lily atándose una coleta y temiendo la respuesta.

- Tú y yo- contestó James- Nos vamos tú y yo.

- No creo que…- empezó a protestar Lily.

- Me da igual lo que creas- la cortó James de forma implacable- Nos vamos; así que vístete si no quieres salir en pijama.

- ¿Quién te crees que eres para venir aquí a mandarme nada?- preguntó la pelirroja enfadada- No pienso salir, James.

- Vas a salir porque l digo yo y porque estoy hasta las narices de que creas que nos engañas. No nos engañas Lily, no estás bien. Así que no hace falta que digas lo contrario.

- Estoy bien- dijo a la defensiva la pelirroja- Lo que pasa es que me acabo de levantar, lo siento por no estar estupenda.

- ¡Vete a la mierda, Lily!- exclamó irritado el joven. La chica bajó la mirada acongojada- Deja de fingir, en serio. Quiero ayudarte, pero no puedo hasta que tú no me dejes y ya estoy cansado de esperar.

- No finjo- contestó, tozuda.

James se revolvió el pelo y exhaló un suspiro de disgusto. Miró hacia la ventana, como intentando calmarse y luego volvió la vista de nuevo hacia la pelirroja.

- Lily, no es un secreto lo que siento por ti…

- James…- dijo ella intentando cortarle.

- Déjame hablar. No es un secreto, así que espero que te puedas imaginar como me siento, viéndote aquí cada día escondiéndote y sin ningún propósito de volver a ser tú.

La chica levantó la vista con los ojos llenos de lágrimas, con la boca abierta para protestar, pero James negó con la cabeza y se acercó a ella.

- Por mucho que llores, por poco que pienses… no van a volver Lily.- susurró suavemente mientras tomaba una de las manos de la chica- Y tú tienes que seguir. Se lo debes a ellos. Se lo debes a Susan. Y me lo debes a mí también.

Lily seguía llorando en silencio, emocionada y a la vez enfadada con James por atreverse a exponer su intimidad con esa violencia. Le miró a los ojos y él sólo encaró más aún las cejas, preocupado. Lily liberó su mano y asintió.

- Voy a ducharme- dijo cansada- Pero cuando veas que no me hace ningún bien salir acuérdate de que te he avisado.

Él asintió y se sentó en una silla a esperar. No tardó mucho en salir del cuarto de baño con el albornoz y el pelo empapado. James la miró sorprendido al entrar, pero no dijo ni una palabra.

- Me he olvidado de llevarme la ropa- dijo ella ruborizándose y mirando hacia otro lado- ¿Te importa…?- añadió señalando la puerta.

James sonrió por primera vez durante toda la mañana y se levantó.

- Pues ahora que lo dices…- Lily le dedicó una mirada severa- Vale fiera, era sólo una broma- se excusó el muchacho mientras salía del cuarto. Lily también se sonrió, esta vez de verdad.

Pocos minutos después Lily volvió a permitirle la entrada a la habitación, y james entró sonriendo de forma enigmática. Ella se estaba cepillando el pelo.

- Deja de sonreír así- protestó

- ¿Por qué?- replicó de forma inocente el chico, mientras volvía a sentarse en la silla

- Porque me haces sentir incómoda… me miras como a una… como a una chica.

James encaró las cejas y miró a la pelirroja.

- ¿Qué eres, un armario empotrado?

- ¡Ya me entiendes!- protestó ella dejando el cepillo y poniéndose unos zapatos- Deja de mirarme.

James suspiró hondamente y cerró los ojos.

- ¿Puedo mirar ya?-preguntó unos segundos después

- Puedes, si me miras de una forma normal

- ¿Sabes que estás muy susceptible?- preguntó él entornando los ojos y levantándose- Pareces una embarazada… ¡Un momento…!- exclamó el chico horrorizado

- ¡James como se te ocurra ni tan sólo proseguir con ese tipo de pensamientos me encierro en mi habitación!- exclamó la pelirroja con las mejillas encendidas.

El chico asintió mientras Lily se ponía la chaqueta.

- Pero que sepas que es un alivio saber que no estás embarazada- Lily le mandó una última mirada de advertencia antes de sonreír a su pesar. Luego se acordó de que llevaba sin sonreír mucho tiempo y todo cayó como una losa encima de sus hombros.

James notó su cambio de semblante y la tomó por el brazo.

- Vamos- dijo suavemente- y que sepas que no es pecado ser feliz

Lily asintió y se dejó conducir por el moreno hasta la calle. James dejó una nota para su hermana donde ponía que estaría fuera. Ella no le vio la utilidad, Petunia no parecía muy preocupada por saber que era de su vida.

0o0o0o0o0o0o0o0

En la heladería del callejón Diaggon Meg, Sirius y Remus hablaban de forma bastante amigable. Meg había aprendido a aceptar que la situación entre Remus y Susan era más complicada de lo que parecía a simple vista y aunque creía que el licántropo se había portado como un cerdo, había decidido perdonarle casi del todo. A fin de cuentas, sabía que Remus era buen tío. También se había enterado por su hermano de la situación de Lily y aunque le había costado bastante entenderlo, se daba cuenta de que los sentimientos de ambos chicos por su amiga eran sinceros. Por fin pudo atribuirle el súbito y extraordinario cambio de James a algo que no era una intoxicación alimentaria. No podía ser totalmente imparcial en el asunto, pero era a Lily a quien le correspondía elegir. Se merecía ser feliz después de haber pasado por tantas cosas malas.

Sirius sorbía su helado ruidosamente y le guiñó un ojo a Meg cuando ella le miró con asco.

- Cerdo

- Te quiero

Remus se echó a reír.

- No sé cómo consigues aguantarle, en serio- dijo mirando a Meg- Se me hace pesado hasta a mí.

Meg negó con la cabeza e hizo un gesto de incomprensión. Siguieron hablando un poco de todo, hasta que entraron a la terraza de la heladería un grupo de chicas de la escuela cargadas de bolsas. Seguramente venían de comprar lo que necesitaban para el nuevo curso.

- Lo que me recuerda que debo volver a la tienda- dijo Remus mirando el reloj y levantándose de la silla- No os olvidéis de venirme a buscar antes del partido.

Sirius y Meg se despidieron con un gesto de la mano. Permanecieron unos segundos en silencio, hasta que Meg, harta de ver como Sirius observaba su helado, le dio un codazo.

- Te vas a quedar bizco- dijo mientras él le dedicaba una sonrisa

- Estaba pensando

- ¿Pensando en qué?

- En si las cebras son blancas a rayas negras o negras a rayas blancas.- contestó el chico seriamente.

- A veces me pregunto como puedes sacar las notas que sacas con un cerebro hecho de corcho- murmuró la chica.- Son blancas a rayas negras, ¡lo sabe todo el mundo!

- ¿Y cómo se ha averiguado?- preguntó Sirius alzando una ceja- Por que no creo que las cebras hayan desvelado el secreto.

- ¡Y yo qué sé! Pero es lo más lógico ¿no?

- A lo mejor son simplemente a rayas

Meg pareció considerarlo.

- A lo mejor… ¿Pero qué demonios importa?- exclamó

- No sé, sólo es una curiosidad… ¿Por qué no vamos al zoo?

- ¿Ahora?

- Sí, a ver las cebras… ¿Tienes algo mejor que hacer o qué, señorita hiperocupada? Tenemos 5 horas libres antes del partido, y hoy James dijo que se iba a llevar a Lily de paseo.

Meg negó con la cabeza y se levantó de su silla, accediendo al plan. Últimamente pasaba mucho tiempo con Sirius, y la verdad es que no se aburría nunca. El día anterior habían ido a la orilla del Támesis para comprobar quién era capaz de hacer rebotar una piedra más veces seguidas; la semana pasada, tras una discusión acalorada por saber si el agua giraba en la misma dirección al irse por el desagüe o no, habían visitado 300 casas fingiendo ser inspectores de cañerías para comprobar que así era. Lo cierto es que no eran planazos súper impresionantes, pero lo pasaban muy bien. Sirius había encontrado en Meg a la sustituta perfecta de sus dos amigos agilipollados por el amor, y Meg simplemente estaba descubriendo que conocer gente no era tan malo.

Al pasar al lado de la mesa de las chicas de Hogwarts, Sirius se dio cuenta de que Anne y Sylvia estaban entre ellas y se paró a saludarlas. Ambas jóvenes miraron a Meg con marcado desdén antes de adular a Sirius debidamente y besarle lo que la Huffie consideraba más de lo necesario.

- Sirius cielo… ¡Hacía siglos que no te veía!- exclamó afectadamente Sylvia

- Sí, desde que a James le dio por ejercer de ermitaño…- murmuró Anne con disgusto- Pero aunque él no salga, tú puedes salir con nosotras…

- He estado ocupado- contestó Sirius sonriendo- Pero cualquiera de estos días quedamos y salimos…- dijo volviendo hacia donde Meg esperaba, impertérrita.

- ¿Por qué no te quedas con nosotras un momento?- dijo Anne poniendo morritos y tironeando suavemente del brazo del chico- Sólo un ratito…

- Sí, quédate- insistió Sylvia.

Sirius negó con la cabeza.

- Me voy con Meg al zoo- dijo excusándose

- Ah- contestó secamente Anne mirando a la Huffie con desdén- Ya veo. Pero no creo que le importe cambiar el plan y dejarte con nosotras…

Meg abrió la boca para permitirle a Sirius quedarse con sus amiguitas y marcharse a casa a engullir dos o tres kilos de chocolate, enfurruñada. Pero Sirius se adelantó.

- No, me voy con Meg. Gracias chicas- dijo con una última pero definitiva sonrisa.

Luego tomó a una sorprendida Meaghan por el brazo y salió con ella de la heladería, dejando a un grupo de caprichosas princesitas bastante cabreadas.

- ¿Me devuelves mi brazo, Sirius?- preguntó Meg una vez hubieron llegado al Caldero Chorreante, antes de salir al mundo Muggle.

Sirius sonrió y la soltó.

- Perdona, no me había dado cuenta.

Meg frunció el ceño mientras entraban en el metro.

- No tenías por qué venir conmigo- murmuró tras unos segundos

- Lo sé, pero quería venir contigo- contestó Sirius encogiendo los hombros- ¿Vamos?- dijo cuando vio que Meg estaba en medio del pasillo.

- Gracias- murmuró la chica volviendo a andar

- ¿Por?- contestó Sirius perplejo.

Ella le alcanzó y negó con la cabeza.

- Por nada… y camina que no tenemos todo el día.

0o0o0o0o0o0o0o0

- ¿Tienes frío?

- No, estoy bien, gracias.

James le acarició con suavidad el brazo mientras caminaban a unos metros de unos acantilados. Lily sólo sabía que estaban al sur, quizás cerca de Brighton; en un pueblecito llamado Medridbridge. James había dicho el nombre al entrar en el autobús Noctámbulo. La verdad era que no habían hablado mucho, ni durante el viaje de dos horas ni durante el paseo por la playa y los acantilados. Pero así estaba bien. Ella no tenía ganas de hablar y él parecía entenderlo perfectamente.

Unos metros más adelante James se sentó al borde del acantilado y le indicó a Lily que hiciera lo mismo. Ella se sentó a su lado. La vista desde allí era preciosa; el mar estaba tranquilo y el cielo era de un azul límpido.

- Es muy bonito- murmuró Lily, acomodándose en la roca

- Ten- dijo James pasándole una taza de porcelana vacía. Al tocarla Lily, se lleno de té humeante

- Vaya lujo…- comentó la pelirroja dándole un sorbito a su té- Gracias

James se lo agradeció con un gesto de cabeza a la vez que él daba un sorbo de su propia taza.

Tras unos minutos más de silencio, Lily suspiró.

- Sé que debería intuirlo, pero no sé por qué me has traído aquí.

- Las últimas vacaciones que pasé con mis padres fueron en este pueblo- contestó James con una semi sonrisa melancólica.

Lily abrió los ojos sorprendida.

- Lo siento James, no pretendía…

- No, no- dijo él riendo- Está bien. Es por eso por lo que te he traído aquí. Es, desde hace un par de años, mi sitio para pensar. A lo mejor puede ser el sitio para pensar de los dos.

Lily sonrió suavemente y volvió a mirar el paisaje.

- ¿Y en que piensas cuando vienes aquí?

- Pues en mis padres, sobretodo al principio. También en el Quidditch, en el colegio, en ti…

Ella disimuló su rubor mirando intensamente el fondo de su taza.

- No sé si funcionará- murmuró tímidamente.

James asintió.

- Quizás deberías empezar por gritar.

- ¿Gritar?- preguntó ella sorprendida.

- Gritar. Es eso que la gente no perfecta hacemos cuando nos enfadamos. Es algo así…- James se puso de pie y usando sus manos como bocina dio un grito bastante agresivo.

Lily le miraba sorprendida, aún sentada.

- Creo que eso no me va a ir bien.

- Inténtalo- dijo James ayudándola a levantarse.

Lily le miró con escepticismo y dio un pequeño chillidito.

- ¿Eso es todo lo mejor que lo puedes hacer? ¡Más alto!

Lily lo intentó de nuevo, pero a James tampoco le pareció suficiente. Siguió gritando mientras James la instaba a hacerlo más fuerte. Gritó y gritó, hasta que ya no oyó a James, hasta el momento que empezó a sentir como con cada aliento salía un poco de su frustración hacia fuera. Cada grito la dejaba un poco más cansada, pero también un poco más tranquila.

Cuando dejó de oírse se encontró en los brazos de James, llorando desconsoladamente. Él la abrazaba y no decía nada, y ella por fin, tras muchos días, notaba que era capaz de deshacerse un poco de la pena que tenía dentro.

- Quizás sí que va bien esto de chillar- dijo unos minutos después, mientras se limpiaba las lágrimas- Creo que habré asustado a todos los peces a un kilómetro a la redonda.

- No te preocupes, están curados de espanto. Acostumbrados a mí…

Lily sonrió y le apretó la mano a James.

- Gracias

Él tragó saliva y sonrió. Luego estiró suavemente de su brazo.

- Vamos, quiero enseñarte el puerto.

Lily asintió y se dejó llevar por el chico. En el acantilado dejó toda su frustración, como quien se libera de una carga pesada en el viento para que éste la disperse.

0o0o0o0o0o0o0o0

Susan se peinaba en el diminuto baño de una de las caravanas-camerino mientras uno de los grupos empezaba a tocar. Estaba enfundada en el traje de guerra y preparada para desempeñar bien su papel. El grupo lo estaba haciendo de fábula, y ella ya había conseguido un par de actuaciones más para ellos en setiembre, en un festival holandés. Era divertido, aunque agotador, y sus propósitos de olvidar a Remus no eran demasiado efectivos. Se daba cuenta de lo mucho que lo quería, pero también veía que quizás lo mejor había sido cortar. Todo había sido muy intenso desde el principio y eran demasiado jóvenes. Claro está, la forma de cortar no había sido la más ortodoxa posible y dificultaba bastante una posible reconciliación; pero estaba más calmada. Además la licantropía de Remus le había hecho enfocar la situación desde su punto de vista. Para él sentirse aceptado y querido no debía de ser muy fácil, y sus padres habían contribuido a alimentar sus inseguridades.

- Susan, salimos en siete minutos- dijo Jeff abriendo la puerta de su camerino después de llamar

- Vale, ya estoy- contestó ella soltándose el pelo y sonriendo- ¿Qué tal?

- Pareces una arpía despiadada.

- Gracias- contestó ella dándole un golpe coqueto en el brazo- Vamos, que te toca trabajar, para variar.

Jeff murmuró unas palabras de protesta mientras salían a reunirse con los demás.

- ¿Qué tal te encuentras?- preguntó mientras caminaban. Susan le había contado a grandes rasgos sus problemas con Remus, omitiendo muchos detalles, claro está.

- Sobreviviré, Jeff. Gracias-contestó ella

- ¿Y Lily? ¿Cómo está?

- Pues creo que igual,- dijo la chica encogiendo los hombros- aunque quiere hacerme creer que se encuentra mejor.

Jeff asintió

- Kirley y ella no volverán ¿verdad?- preguntó

Susan suspiró.

- No lo sé. Es difícil saber lo que va a hacer Lily. Pero yo creo que no van a volver. Ahora necesitan cosas distintas. Kirley tiene su música y ella tiene que montar su vida.

- Lo sé… pero es una pena.- dijo negando con la cabeza. Luego sonrió- Cuando Kirley estaba con ella estaba tan despistado que era la mar de fácil pelarle al póker.

Susan se echó a reír y le dio un golpe mientras subían al stage donde esperaba el resto. La rubia pensó también que era una pena. Aunque confiaba en que a dos personas tan maravillosas encontrarían a alguien que estuviera hecho para ellos. Lily quizás ya lo había encontrado.

0o0o0o0o0o0o0o0

Lily miraba el plato de sopa que tenía delante, en silencio. James la miraba a ella. Habían entrado a cenar en una taberna de pescadores del puerto, después de haberse pasado el día caminando por los alrededores.

La noche era despejada y las estrellas brillaban como pequeñas luciérnagas. Una ola de melancolía invadió a la pelirroja. Era tan parecido a su primera cita con Kirley que no pudo evitar sonreír y acordarse del guapo músico. Le echaba de menos.

Levantó la cabeza y se encontró con los ojos marrones de James mirándola intensamente. Lily se ruborizó y bajó de nuevo la vista.

- ¿Te encuentras bien?

Ella asintió.

- Sí, es sólo… no sé. Estaba pensando en Kirley.

James levantó las cejas sorprendido y asintió.

- ¡ No!- exclamó ella rápidamente poniéndose más colorada- No estaba pensando en él así… quiero decir…- suspiró exasperada- Él me llevó a un sitio parecido a éste la primera vez que salimos y bueno, es un poco raro.

James sonrió y se reclinó en la silla.

- Pero esto no es nuestra primera cita, Evans- Lily levantó una ceja y le miró expectante- ¿O sí?

Ella negó con la cabeza.

- No, las citas no suelen ir precedidas de un secuestro.

- No me refería a eso- contestó el chico sonriendo- ¿No te acuerdas de nuestra cena en Hogsmead?

Lily alzó las cejas sorprendida.

- ¡Es cierto! Se me había olvidado

- Gracias- contestó el chico irónicamente- Me halaga ver que me guardas en un rinconcito especial…

- Bueno James, no podemos decir que la velada fuera un éxito…- dijo ella mirándole severamente

James pensó entonces en todo lo que había pasado en Hogwarts, como había hecho correr rumores y como había avergonzado a Lily en público. Ahora todo aquello le parecía tan ajeno, tan sucio, tan imperdonable que incluso él se había olvidado.

- Ei, Jimmy, sin rencores- dijo la pelirroja sorbiendo con teatral suficiencia su jarra de cerveza, viendo la cara de disgusto del Merodeador- Ya te dije que está olvidado.

James sonrió y bajo la vista.

- Gracias

Ella encogió los hombros.

- Gracias a ti. No sabes lo bien que me siento. Gracias por sacarme de casa- dijo la chica posando suavemente su mano sobre la de él- Gracias.

- Me sentiré compensado si la próxima vez que te cambies me dejas quedarme en la habitación. Prometo no molestar.

Lily levantó las cejas.

- A veces se me olvida lo tontito que eres.

- Me alegro- dijo el chico sonriendo y levantándose de la mesa- ¿Te apetece ir a dar un último paseo?

Lily asintió y se levantó también de la mesa. James le ofreció el brazo.

La pelirroja lo miro, dudando. Sonrió y sin decir nada le tomó de la mano. James le devolvió la sonrisa y entrelazó sus dedos con los de ella.

- En algunos sitios, esto está considerado sexo- comentó el Merodeador.

Lily le miró de reojo y sacudió la cabeza.

- Haz el favor de callarte- contestó con suavidad.

Caminaron por el pequeño puerto, hasta el rompeolas que marcaba el principio de la playa. James se sentó sobre su chaqueta mientras observaba la figura de la chica caminando con pasos pequeños por encima de la arena fría, con los zapatos en la mano. Dejó que el agua le mojara los pies unos segundos antes de volver al lado del merodeador.

- Está fría- dijo una vez estuvo sentada a su lado

James volvió a tomarla de la mano.

- ¿Seguro que estás mejor?- preguntó preocupado.

Lily asintió y apoyó la cabeza en el hombro del joven.

- Seguro. Mucho mejor. No tengo ganas de volver a casa.

- Pues no vuelvas

Lily se incorporó de nuevo y miró a James sin entender.

- Ven a mi casa- explicó él

La pelirroja encaró las cejas.

- No creo que sea muy conveniente James.

- ¿Por qué no? Sólo esta noche- replicó- Mañana podemos ir al callejón Diaggon a comprar los libros y un abrillantador para tu chapa de Premio Anual.

- ¿Y tu trabajo?

- Mi abuelo me levantó el castigo hace dos semanas, así que no hay problema- contestó el chico con una sonrisa- Yo también me merezco una semanita de vacaciones antes de volver a Hogwarts ¿no?

Lily le devolvió la sonrisa y asintió.

- ¿Eso es un sí?

- Eso es un "no deberías sonreírme así", es chantaje emocional. En serio James, no creo que sea una buena idea ¿Qué dirán tus abuelos?

- ¿Qué van a decir?- preguntó el chico- Si te sientes mejor puedo pedirles permiso antes.

Lily sonrió.

0o0o0o0o0o0o0o0

- Ha sido falta

- No ha sido falta

- Ha sido una falta tan grande que sólo le faltaba un cartel con luces de neón para que todo el planeta se enterase.

- ¡No ha sido falta!

Remus, Meg y Sirius estaban en el Caldero Chorreante después de ver el primer partido de la liga: Lo Tornados contra las Holyhead Harpies (único equipo íntegramente femenino de la liga).

- Tú sólo las defiendes porque eres mujer- comentó Sirius despectivamente- Pero ha sido falta

- Me ofendes. Yo soy totalmente imparcial- dijo Meg con un gesto airado- Lo que pasa es que a ti te fastidia que las Holys hayan reventado a tus queridos Tornados…

- ¡Ei!- protestó Remus haciendo un gesto de tregua con las manos- Ya basta. Meg, fue falta- dijo girándose hacia la castaña, y antes de que pudiera replicar miró a Sirius- Pero las Holys hubieran ganado igualmente Pad.

Sirius hizo una mueca pero no replicó. Meg lo miró con superioridad y él le sacó la lengua.

- He recibido una carta de Susan esta mañana- comentó Meg sorbiendo su refresco y mirando al licántropo de reojo- Te manda recuerdos.

- ¿A mí?- preguntó el chico sorprendido

- Ajá

- ¿A mí específicamente?

- Sí

- Seguro

- Que sí- suspiró la castaña de forma impaciente

- ¿Qué pone exactamente?- preguntó Remus, ansioso

- Pues… "Dale recuerdos a Remus. A Sirius no se los des"- dijo la chica

Remus sonrió débilmente y se recostó en la silla.

- Vaya con la grillada esa…- protestó Sirius- Cuando le escribas, dile que yo tampoco le mando recuerdos.

- Está bien- dijo Meg entornando los ojos- se lo diré- miró el reloj de pulsera y se levantó de la mesa- Bueno Remus y señor Perdedor…

- Es gracioso que tú digas eso, cuando no fuiste capaz de ganarme ni al veo- veo- comentó Sirius

- Como iba diciendo,- siguió Meg ignorando al muchacho- hasta mañana. Me retiro a mis habitaciones.

Los chicos se despidieron de ella y Sirius le lanzó un beso a lo que la chica contestó con un gesto poco amigable de su dedo corazón.

- ¿Cuánto te gusta?- preguntó Remus una vez estuvieron solos

Sirius le miró y le dio un trago a su cerveza

- Es difícil de decir.

- ¿No te gusta?

- No lo sé… sólo es que… es mi mejor amiga. Sería raro.

- Sí, lo sería- asintió el licántropo

- Pero eso no quita que no tenga ganas de hacer algunas cosillas con ella…- dijo Sirius completamente serio

Remus le miró largamente.

- Eres un cerdo

- Habló.

Remus encogió los hombros

- Quizás… - dijo Sirius quitándole importancia- quizás se lo proponga

- Espero que las lesiones sean de carácter leve.

- Yo también- dijo suspirando- Mujeres…

Remus asintió antes de apurar la cerveza y le dio una palmada.

- Manifiestas los síntomas. Dentro de poco te descubrirás no mirando a las tetas de las demás.

Sirius puso cara de pavor y Remus le dio unas palmaditas para consolarle

0o0o0o0o0o0o0o0

Holas gente! Sé que he tardado un mes, lo sé.. y lo siento… soy una lenta, pero es que he tenido un mes movidito y prácticamente sin tiempo para hacer nada. Sé que todos sois muy comprensivos, así que confío en que me perdonéis. En realidad, hace que no entro en unas tres semanas, así k me tengo que poner al día con todos los fics actualizados!

Muchas gracias otra vez por todos vuestros reviews, me alegra que os siga gustando y espero que este capítulo no os defraude.

Un besito

Dedicado a mi amor platónico, que el viernes cumplió años

PD: Llevo desde el jueves intentando subir este capítulo!