Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de no se quien y de WB.

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic será YAOI, si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas y punto, comprendo perfectamente esa postura. Chase/Jack

Capítulo 3. Venganza, un plato frio

Ya en su ciudadela, Chase no podía dejar de dar vueltas, inquieto. E irritado, y furioso. Durante su cena acabó lanzando la botella de vino contra la pared, la necesidad de golpear algo demasiado fuerte, era como un picor que no podía rascarse, una espina que no podía sacar y no dejaba de hundirse en su carne.

Y todo era culpa de Jack Spicer. Y también de Omi. No podía dejar de ver aquella cara redonda mirandole con esos ojos de no haber roto un plato en su vida.

"¿No te preocupa la ausencia de Jack Spicer?"

"¿Por qué eres tan cruel con Spicer?"

Y Jack...

" Tú me rechazaste porque no era lo suficientemente bueno para ti, así que busqué un nuevo maestro."

¿Se había equivocado con Jack? No sabía como, pero en dos años Spicer se había convertido en un guerrero al que hacía dos días había comparado con la habilidad de Omi. Dos años... y el mocoso debil e indigno se había convertido en un luchador que en vez de tirarse a sus pies le desafiaba en un duelo Xaolin.

Le molestaba profundamente equivocarse con alguien. ¿Quizá alguien había suplantado a Spicer? Kimiko así lo había hecho en una ocasión, durante el eclipse Heylin... pero no, su olfato era superior al humano gracias a su lado reptil, aquel era Jack Spicer.

Era aun peor que cuando había desaparecido, seguía sin saber donde estaba. Y seguía sintiendo aquella incómoda sensación de culpabilidad.

- ¿Desde cuando dejo que meafecte tanto Spicer?.- Gruñó entre dientes.

No recordaba quien, pero alguien le había dicho una vez que no sabes cuanto quieres algo hasta que lo pierdes... lo que era absurdo, porque desde luego no añoraba en absoluto al insistente mocoso que siempre aparecía en su puerta con esa cara de perro abandonado, Jack Spicer era un niño mimado, un cobarde sin remedio con afición a traicionar y mentir que tan pronto se tiraba a sus brazos como trataba de jugársela.

Quizá se había acostumbrado a él, se había acostumbrado a aquel perrito faldero y ahora que no lo tenía le molestaba, como quien se acostumbra a una mancha y cuando la tapa se siente raro, probablemente era eso, le molestaba que lo acostumbrado cambiara.

Y ahora que Jack ya no era tan pegajoso y patético hubiera resultado mucho mas soportable, además de mas agradable a la vista con el nuevo aire mas atlético y maduro...

Sus pensamientos se vieron groseramente interrumpidos por el burbujeo del estanque de comunicación. Wuya debía estar loca para tratar de comunicarse con él después de la ultima vez, cuando había vuelto a aliarse con Hannibal Bean. Meditó el dejarla colgada pero finalmente decidió contestar.

Y se encontró con el espectáculo de una Wuya despeinada, orejosa y visiblemente aterrorizada. Una novedad en la vanidosa mujer.

- ¡Chase¿Tú también lo has sentido?

Chase dejó que su expresión lo dijera todo, no sabía que farfullaba la bruja.

- ¡Es magia Heylin¡Hace dos días que apareció¡Y acaba de aumentar de nuevo¡Está creciendo mientras hablamos¡Crece a pasos agigantados, está...!

- Estas histérica, Wuya.- Acortó Chase con desprecio.- ¿Seguro que no es Hannibal Bean jugando contigo?

Wuya le enseñó los afilados colmillos con una mueca enfurecida.

- ¡No me lo invento¡Soy muy sensible a la magia y aun más a la Heylin¡Concéntrate, Chase, ahora mismo es tan fuerte que hasta un no nacido del heylin puede sentirlo!

Chase empezó a cortar la conexión cuando lo sintió... como un latido de poder... y un momento después otro, no era gradual sino repentino. No era un Shen gon wu, no era el mismo poder, de hecho se parecía a la sensación que había tenido cuando Wuya había recuperado su forma física por primera vez, con toda su magia por supuesto, no la versión debilitada de ahora.

- ¿Qué es...?

- ¡Lo ves, lo ves!.- Wuya estaba asustada, muy asustada.- ¡Conozco esa magia, ese poder es de una bruja Heylin¡Es Edea, Chase¡Nos equivocamos, es Edea!

- No seas estúpida, Wuya,Spicer abrió la caja y dentro solo quedaba el polvo de esa bruja, murió de vieja, no tenía su magia. Tu misma estabas allí y lo confirmaste.

Eso pareció calmar a Wuya... un poco.

- Pero... quizá... podría... ¡Explicame entonces ese extraño brote de magia que ha aumentado de forma extraña!

Chase se encogió de hombros, por supuesto que quería averiguar que significaba, pero no pensaba compartirlo con la bruja.

- Arreglatelas tu sola, Wuya, no es mi problema.

Extendió la mano y es estanque volvió a ser una límpida superficie. No quería tratar con una Wuya completamente enloquecida. Volvió a concentrarse, si, definitivamente la magia seguía allí, poderosa, más que Wuya. Pero ya había dejado de tener esos extraños aumentos de poder. En ese momento regresó el cuervo que siempre tenía vigilando el templo Xaolin. Las noticias no le tranquilizaron en absoluto, esa mañana alguién había entrado y robado varios Shen gon wus... el Ojo de Dashi, el Dragón Zafiro, el Corazón de Gong, el Medallón Lunar y la Fuente de Hui.

Excepto el Ojo de Dashi, los otros Shen gon wus no eran lo mas util que tenían los monjes en cuestión ofensiva... realmente eran objetos que poseían una magia increible, convertirlo todo en zafiro, dar vida a lo inanimado, mover la luna o dar un conocimiento absoluto... pero sino se combinaban con otros shen gon wus de control no eran muy practicos e incluso podían ser peligrosos para quien los usara.

Wuya no los había robado... Hannibal Bean era otra opción pero le extrañaba que lo hiciera ahora cuando había tenido otras oportunidades, además Hannibal hubiera elegido otros Shen gon wus, Chase conocía a su enemigo.

Y sabía que Jack Spicer era un gran amigo de lo ajeno, y que ya había robado a los monjes en mas de una ocasión. Al parecer había regresado a sus viejas aficiones, realmente por mucho que cambiaran las cosas mas iguales eran,Spicer, en elfondo,no iba a cambiar nunca.

Excepto en que Jack se hubiera llevado objetos mas prácticos, no tenía sentido. La magia de los objetos... un momento. Chase sonrió al iluminarse la situación, Jack tenía el Bastón de Morag, no quería los shen gon wu por sus poderes, los quería por la magia que poseían, el bastón de Morag destruiría los objetos al absorver sus energías para convertirlo en fuerza, agilidad y poder para Spicer.

Brillante, muy brillante. Realmente Jack Spicer empezaba a ser el genio que siempre había proclamado ser, destruía los shen gon wus que no le interesaba usar pero al mismo tiempo le darían la máxima energía. Muy inteligente.

Luego estaba esa magia heylin... eso no concordaba. El bastón de Morag no convertiría a Jack en un brujo heylin, no le proporcionaría magia en absoluto porque Jack sencillamente era solo un humano, no podía usar magia Heylin a menos que se transformara en algo mas que humano, y Chase sabía que no era así.

" Edea es una maestra excelente"

No podía ser... Jack le había mentido para sorprenderle y pillarle desprevenido... ¿y si era cierto¿cómo podía explicarse? Habían abierto la Caja de Pandora, todos habían estado presentes, Edea estaba muerta, solo polvo había quedado de ella despues de siglos aprisionada sin su magia heylin.

Mas valía asegurarse.


La magia provenía del lugar que mas se temía. Jack Spicer había vuelto a su casa. La magia heylin provenía de su hogar. Ante el gran portón, Chase se reencontró con los monjes Xaolin, alguien estaba molesto por el robo de los Shen gon wus, desde luego.

- ¡Tierra!

En otras ocasiones un buen ataque elemental bastaba para abrir aquellas puertas. Pero sorprendentemente el poderoso ataque de Clay se transmitió por el suelo y chocó inutilmente contra las puertas.

El ojo de Chase percibió el leve destelló púrpura sobre las puertas. Alguien las había conjurado para fortalecerlas magicamente. Sospechoso. En vez de aparecer y revelarse a los monjes, esperó, prefería mantenerse aparte el máximo tiempo posible, de modo que permaneció entre las sombras.

- Jack ha mejorado su seguridad.- Concedió Clay.

- Pero sigue siendo nada mas que un ladrón.- Kimiko examinó la puerta con ojo clínico.

- Dos años y no ha cambiado nada en absoluto.

- Se ha hecho mas fuerte pero no más sabio.- Dictaminó Omi con aquella imitación del maestro Fung.

Los cuatro monjes atacaron al mismo tiempo usando las armas de cada elemento, agua, fuego, tierra y viento. La puerta cedió finalmente, abriéndose de par en par, y los monjes entraron. Desde las sombras, Chase les siguió.

No hubo resistencia de robots, claro que las cámaras de la mansión hacía tiempo que habían quedado en desuso por falta de mantenimiento, por lo que había oido decir a Wuya los padres de Spicer nunca habían pasado mucho tiempo en casa, siempre ausentes. Ahora Chase sospechaba que tras la desaparición de Jack habían terminado por mudarse, porque las últimas dos veces que había ido a investigar ni siquiera había visto al personal de servicio de la mansión.

La puerta de la mansión se abrió y Jack Spicer salió con paso firme.

- Vaya, tenemos visita de los boyscouts xaolin, me temo que no nos interesan las galletas.

- Venimos a "repartirte" una paliza, Spicer.- Raimundo hizo crujir sus nudillos.

- ¡Devuelvenos nuestros Shen gon wus!

- Por supuesto, toma, cabeza de queso.

El pequeño monje cogió al vuelo lo que parecía el orbe de Tornami... y resultó ser solo una piedra redonda. Desde la oscuridad Chase comprendió, aquella bola había sido el orbe de tornami, ahora había perdido su poder.

- ¡Esto no es un shen gon wu!

- No, ya no, me temo que el Bastón de Morag los deja inutilizados, una pena, pero era necesario os lo aseguro.

Los monjes activaron sus elementos con sus armas Wudai, Jack estaba a punto de recibir una buena paliza, no era rival para los cuatro monjes, no a la vez. Pero Chase sospechaba que tenía un as en la manga.

Una luz púrpura salió de la mansión, daba la impresión de que el interior estaba en llamas, tras Jack apareció una figura femenina que salía de entre la hoguera de fuego púrpura.

Spicer se hizo a un lado y se arrodilló.

Chase sintió una acidez de estómago, un pinchazo... rabia... ¡Jack Spicer a los pies de alguien que no era él! No paró a pensar en lo extraño de aquel pensamiento, solo sabía que le enfermaba la idea de Spicer mostrando veneración por otra persona. Quizá estaba celoso... Chase aplastó aquella molesta vocecilla para concentrarse en lo realmente importante.

Una bruja Heylin. Aquella mujer era sin duda una bruja Heylin.

Era alta, de figura estilizada, con un vestido de sólido negro con un cuello ceñido. El rostro era hermoso, pero con rasgos que revelaban su naturaleza, al igual que el de Wuya, las orejas puntiagudas y unos colmillos prominentes asomando entre los labios carnosos. Aparte de esos detalles, el rostro era tan blanco como el de Spicer y una intensa sombra de ojos violeta resaltaba el color de sus ojos amarillos. La melena larga y lisa era tan negra como sus vestiduras. No llevaba adornos ni un peinado tan llamativo como el de Wuya... ni lo necesitaba, tenía una belleza fria, y un aire de poder solemne. En su mano portaba el bastón de Morag.

- Tenemos visita, Jack.

- Solo son estos monjes xaolin.

Chase apretó tanto los puños que sus uñas casi atravesaron los guantes mientras el dragón dentro de él rugía. La mirada cargada de veneración de Jack, que tantas veces había visto dirigida hacia él... ahora estaba dirigida a aquella mujer, aquella bruja Heylin.

- Oh, no Jack, hay alguien mas.

Chase sintió la mirada de la bruja sobre él, no tenía sentido seguir oculto, de un salto Chase se plantó frente a los sobresaltados monjes, poniéndose entre ellos y la extraña mujer, aquello superaba a los dragones xaolin. Y tenía toda la intención de demostrar quien era el más fuerte.

Spicer se incorporó con sorpresa.

- ¡Chase¿Qué haces tú aquí?

- Si querías pasar desapercibido no has hecho un buen trabajo.

Jack se puso tan rojo como su pelo, pero la bruja rió levemente.

- Chase Young, al fin nos conocemos.

Su voz era sedosa, Chase se cruzó de brazos exhibiendo una sonrisa confiada.

- No nos han presentado, señorita.

- Por supuesto, que desconsiderada por mi parte. Soy Edea, la bruja Edea.

- ¡Eso es imposible, estas muerta!

Raimundo dio voz a los pensamientos de todos. Jack Spicer sin embargo, sonreía burlonamente a la siniestra de su maestra. Edea le pasó una mano suave y delicada por el hombro, proporcionándole una enorme seguridad. Su maestra había recuperado su magia, el tiempo de ocultarse había pasado.

- Me encantaría quedarme a charlar, pero tengo cosas que hacer. Y agradezco vuestros shen gon wus, han sido útiles.

- ¡Los robaste, bruja!.- Exclamó Kimiko.

- ¡No te atrevas a hablarle en ese tono!

El ultraje en la voz de Jack sorprendió a todos, y enfureció mas aun a Chase. Jack hizo el amago de avanzar pero Edea le detuvo con un gesto.

- No te preocupes, Jack, no importan.

- Creo que si.- Chase miró fijamente a Edea, evaluando.

Edea, bruja, reina del aquelarre Heylin, maestra de Wuya. Se notaba su porte, su seguridad. No le temía, no le temía en absoluto. Edea incluso le dirigió una media sonrisa cargada de serena superioridad. Chase miró a Jack, el pelirrojo se veía muy cómodo junto a Edea, de hecho había un aire de perro guardián en el modo en que se situaba, ligeramente adelantado a la bruja, no estaba allí a modo de lacayo que se esconde tras su poderoso protector. No, estaba allí como un soldado a las órdenes de Edea, y muy dedicado a ella a juzgar por la desconfianza con que miraba a los monjes... y él mismo. Sus miradas se cruzaron y Chase hubiese jurado que Jack se interpondría entre él y Edea si se daba la necesidad.

Y eso le ofendía profundamente.

- Alejate de ella, Jack.

- ¿Qué?.- Spicer estaba descolocado.

- Ya me has oido, apártate de esta bruja.

Edea se limitó a elevar una ceja con curiosidad, Jack apretó los puños y se quedó donde estaba.

- No eres quien para darme órdenes, Chase.

- ¡Por supuesto que lo soy!.- Con un rugido Chase se transformó en un enorme reptil draconico.- ¡Te ordeno que te alejes de esa bruja Heylin!

- ¡No!

Jack no solo no se alejó, sinó que se situó frente a Edea en posición de combate. Desde luego Jack no era rival para Chase, muchísimo menos en su alter ego reptil, podía despedazarlo sin la menor dificultad para llegar hasta Edea.

La bruja puso una mano en el hombro de Jack.

- Esperaba que no fuesemos enemigos, Chase Young, no tan pronto.

- Mala suerte.

- En ese caso nos veremos las caras, después de solucionar otro asunto mucho mas gratificante.

- ¿Cómo por ejemplo?

- La muerte de mi traidora aprendiz, por supuesto, esta noche Wuya encontrará la muerte definitiva. Podeis alegraros.

Edea alzó una mano hacia el cielo y su figura estalló en un infierno de llamas púrpuras que envolvió igualmente a Jack, cuando las llamas se disiparon ambos habían desaparecido.

Chase regresó a su forma humana y se volvió para encontrar las miradas entre asustadas y sorprendidas de los monjes.

- ¿Qué estais mirando?

Los monjes dieron un respingo y empezaron a alzar las manos murmurando una letanía de "no, nada, nada..." y retrocedieron lentamente. Chase no les prestó mas atención, Edea y Jack iban a por Wuya... entonces irían a su castillo.

Nadie, nadie ignoraba a Chase Young. Ni Edea, ni mucho menos Jack Spicer.


- No... no puede ser...

Jack disfrutó inmensamente de la expresión de Wuya. Aterrorizada, intentando en vano ocultarse de la mirada de Edea. Era la hora de la venganza, tanto de Edea como propia.

- Me traicionaste.- Edeaextendió los brazos y una capa de escarcha cubrió la sala, el castillo de Wuya pronto le pertenecería.- Me robaste mi magia

- So... solo la guardaba... te... te la devolveré...

- Por supuesto que me la devolverás, Wuya, me la devolverás toda.

- Por favor, Maestra, yo... solo esperaba el momento...

Edea apuntó con el bastón de Morag los Shen gon wu que Wuya le había entregado en un necio intento de obtener su perdón. Pronto la magia de estos quedó drenada y Edea practicamente relucía a medida que obtenía poder por el bastón.

Wuya dirigió una mirada implorante a Jack, que se limitó cruzarse de brazos. La mujer siseó con desesperación y extendió las manos hacía el pelirrojo.

- ¡Ayudame Jack¡Piensa en todo lo que hemos pasado juntos!

- Si, Wuya, pienso en ello, pienso en como me cambiaste por Mala Mala Jong, en como me dejaste a un lado para ir tras Chase, en como me has utilizado cuando te convenía y luego me has abandonado.

- No seas así, Jack...

- No, Wuya, nunca más.

Jack no dedicó una mirada más a la desesperada bruja. Edea le miró y sonrió, eso bastaba para que Jack se sintiera reforzado. Wuya obtenía lo que tanto se había ganado, era una traidora, una manipuladora, fingía aprecio y luego abandonaba sin miramientos.

"Que supuesto "genio del mal" mas ingenuo, eres un chiste Jack. Ya no te necesito."

Ya no te necesito. Esa era la unica ley de Wuya, ahora rendiría cuentas a Edea, a quien también había abandonado, mas aún, a quien había traicionado cuando ya había decidido que no necesitaba una maestra. La había condenado a morir al llevarse su magia.

Se merecía cuanto Edea le inflingiera.

- Maestra Edea... – Wuya se arrodilló con una debil sonrisa.- Permiteme enmendar mi error... yo... yo te creía muerta, yo también fui aprisionada...

- Me robaste mi poder, me dejaste indefensa ante mis enemigos y me condenaste a envejecer y morir en la Caja de Pandora. No encontraras piedad aquí, ni mia, ni de mi caballero.

- ¿Tu caballero?.- Wuya rió histericamente.- Jack no vale nada, deja que yo...

- Jack es mi caballero.- La voz helada de Edea envió una oleada de poder gélido a su alrededor.- Él me liberó de mi prisión, me ayudó en mi momento de necesidad, y me ha permitido recuperar mi poder. Y a diferencia ti, yo comprendí el potencial que se me ofrecía, y le demostré mi gratitud.

Wuya no podía creer lo que oía¿potencial? Jack era un mocoso humano, nada más, tenía su utilidad puntual, pero no valía los problemas que daba.

- Siempre fuiste impaciente, pudiste ser una bruja tan poderosa como yo, pero no querías aprender. Pudiste tener un aliado poderoso, pero no querías instruirle.

- Ma... maestra... te suplico...

- ¡Silencio!

Sonó un trueno, los elementos afectados por la furiosa magia de Edea.

- Mi caballero.- Edea se volvió hacia Jack.- Ve a la entrada, asegurate de que nadie me interrumpe, hoy recuperaré toda mi magia, y Wuya perderá la suya.

- Si, mi señora.

Se encaminó hacia el portón del castillo de Wuya. Cuando la traidora hubiese perdido su magia no sería mas que una humana, la echarían de allí y comenzarían su labor. Dominar el mundo, y esta vez a Jack no le importaba ser solo un secundario, porque era el caballero de Edea. Y nunca más volvería a estar solo o a ser dado de lado. Era todo lo que tenía y no pensaba perderlo.

Wuya vió desaparecer a Jack tras las puertas y devolvió su atención a Edea que sonreía cruelmente apuntándola con el Bastón de Morag, el shen gon wu no afectaba a las personas pero unido a la magia de una poderosa bruja Heylin... podía variar su habilidad para devorar la magia innata de otra bruja. Wuya lo sabía, después de todo ya lo había hecho.

Cuando el proceso empezó, Wuya solo pudo gritar.


Jack estiró los músculos mientras montaba guardia, atento a cualquier intromisión. Tenía que defender a Edea, si hacía falta se enfrentaría al mismísimo Hannibal Bean... o a Chase Young.

Chase Young. Jack golpeó la columna que adornaba la entrada al castillo. Solo recordar aquella época en que lo hubiera dado todo por poder estar junto a Chase le hacía hervir la sangre en las venas. Las humillaciones, su propia necedad. No había sido suficientemente bueno para Chase¿verdad?

No valía la pena preocuparse por él, no valía la pena valorarle, despues de todo no tenía ningún entrenamiento, no tenía ninguna habilidad sobrenatural... no era suficiente para el perfecto Chase.

"¡Callate, Spicer¡Desde que te conozco no has sido mas que una molestia¡No tienes utilidad alguna!"

Aun hoy le dolía. No importaba cuanto tiempo pasara no podía librarse de aquel dolor.

"Tienes razón por una vez, Jack, no me importa."

¿Realmente había esperado algo diferente? Edea le había entrenado, le había enseñado, pese a estar terriblemente debilitada, había depositado en él su confianza y eso le había permitido medrar y superarse.

Su demostración en su regreso tras dos años de preparación había esperado... algo, reconocimiento... no le gustaba, pero seguía sintiendo aquella necesidad de ser algo a los ojos de Chase. Y sus palabras seguían hiriendole, cada gesto de Chase seguía afectándole.

- Ahora tengo a Edea.- Jack se concentró mirandose las manos.- No necesito a nadie más, Chase ya no importa.

Súbitamente notó la presencia justo a su espalda, alguien le agarró por el brazo, sobresaltado, Jack se vió volteado para verse cara a cara con Chase, que le sujetaba por ambos brazos con fuerza, traspasándole con aquellas pupílas reptilianas en un iris dorado.

- ¿No te importo? Yo creo que si.

Nota de la autora: Gracias a las benditas vacaciones puedo subir capítulos pronto. ¡Cuantos halagos, me estoy poniendo colorada! Bailo la danza de la alegria, gracias, gracias.