Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de no se quien y de WB.
No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.
AVISO: Este fanfic será YAOI, si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas y punto, comprendo perfectamente esa postura. Chase/Jack
Capítulo 4. Cadenas de dragón
- ¿No te importo? Yo creo que si.
Jack se quedó sin habla, demasiado aturdido por la cercanía de Chase y sus palabras. Finalmente recuperó el sentido y se retorció y luchó contra la sujección de sus brazos.
- ¡Suéltame!
Era inutil, las manos de Chase le sujetaban como grilletes y era tan inamobible como una montaña de acero. Chase parecía apunto de transformarse en su forma reptiliana y Jack sintió un estremecimiento de temor recorrerle la espalda.
- Suéltame.- Repitió.
- ¿Has estado estos dos años con Edea¿Qué ocurrió despues de abrir la Caja de Pandora!
Jack volvió a revolverse como un gato, enfurecido, quería alejarse del guerrero inmortal, pero no podía. La presión en los brazos empezaba a doler y sabía que si se resistía podría acabar por romperle los brazos.
- Edea no estaba realmente muerta.- Respondió al fin.- El humo que vimos salir de la caja, eso era ella, su conciencia seguía unida a esos restos. En unos siglos más hubiese muerto de veras.
El humo, las cenizas... se habían dispersado, muy lista. Edea había sido una entidad tan ínfima que había sido indetectable al dispersarse.
- ¿Cómo es que ha recuperado su cuerpo? Ella te ha entrenado, debía tener un cuerpo con el que enseñarte a luchar.
- Le construí un cuerpo mecánico.- Jack respondió orgulloso.-. Pero ahora ya no es necesario, ha recuperado su cuerpo real y su magia gracias al Bastón de Morag.
Edea se había ocultado con Jack, sabiendo que mientras estuviese debil Wuya no dudaría en matarla, o los monjes Xaolin. De modo que habían esperado a que se manifestara el Bastón de Morag, que podía devolver su magia a la bruja. Aguardando el momento adecuado.
Dos años. Edea había estado con Jack dos años. Quien sabía que estupideces habría metido en la cabeza del chico. Los celos le quemaban. Porque eran celos, sin duda alguna.
- Eso se acabó, Spicer, vas a venir conmigo.
- ¿Qué?.- Jack abrió los ojos como platos y volvió a resistirse.- ¡No¡Ah!
Chase se dio cuenta de que estaba haciendo daño a Jack, le apretaba los brazos con demasiada fuerza. Relajó un poco la sujección y trató de calmarse, no quería hacerle daño, tenía que controlarse.
- Edea te necesitaba antes, Jack, no tardará en hacerte a un lado.
- ¡No hables así de ella!
- ¡Oh, vamos!.- Chase hizo un gesto exasperado.- ¿Crees realmente que es mejor que Wuya?
Jack le miró con odio, con rabia, siguió pataleando y resistiéndose.
- Ella no me traicionará¡ella me aprecia, me valora!.- Jack tomó aliento.- ¡Se molesta en enseñarme¡Edea cree en mi!
- Te ha lavado el cerebro.- Chase siseó y le acercó hacia él, traspasándole con sus iris amarillos.- Edea te entrena para convertirte en su guerrero, Jack, pero cuando haya acabado contigo serás un esclavo.
Era cierto, Jack sabía que era cierto, pero no le importaba, no podía aspirar a nada más, mantuvo una expresión petrea con el ceño fruncido.
- Vas a venir conmigo, ahora mismo.
- No.- Jack estaba decidido.
- ¿Has escuchado algo de lo que te he dicho?.- Chase empezaba a perder la paciencia.
- ¿Por qué debería ir contigo¡Edea me trata mejor que tu¡Hasta los monjes Xaolin me tratan mejor que tu¡Te odio!
Jack se vió libre del agarre de Chase y se frotó los doloridos brazos. Alzó la vista y se encontró con los ojos de Chase... extrañamente cálidos, casi humanos en la expresión del atractivo rostro.
- Jack... nunca he tratado de ser lo que no soy.
Su voz, su cara... a Jack le resultaba horriblemente dificil mantenerse firme estando tan cerca de Chase, era la mezcla de temor y admiración que siempre había sentido a su alrededor... y algo más, algo cálido en su bajo vientre, un cosquilleo inconfesable. Pero ya no lo quería, ya no... Jack se concentró en su odio, en las miradas de desprecio, en las palabras hirientes. Tal y como le había enseñado Edea, concentrandose en el odio, la venganza y nada más.
- Siempre me has despreciado.
El dolor, el odio, las dos emociones estaban imprimidas en los ojos de Jack mientras contenía las lágrimas de amargura. A su alrededor el castillo de Wuya vibraba con magia transferida y la tormenta arreciaba. Era un clima adecuado para tan tortuosa conversación.
- No es cierto. Me enfurece tu actitud, y me desesperaba tu incapacidad de madurar y responsabilizarte. Nunca he fingido lo contrario.
- Cuando gané la Caja de Pandora...
Aquel había sido el desencadenante. Chase sintió de nuevo aquella culpabilidad. Después de años rumiando sobre aquella tarde, aquel horrible día.
- Lo que ocurrió ese día lo lamento.
Jack no podía estar mas sorprendido.
- ¿Qué..?.- No tenía palabras.
- Sabía que la caja era peligrosa, Jack, y tampoco quería que se la dieras a Wuya, por eso quise quitártela.
- ¡Era el símbolo de mi valía, Chase, era el símbolo de que si quería podía hacerlo!
- ¡Lo siento¿de acuerdo, lo siento¡No debí golpearte, perdí el control, no debí ser tan duro!
Chase se había disculpado. Chase nunca, nunca se había disculpado ante nadie. Jack no tenía palabras. No podía decir nada... ¿le importaba lo suficiente como para disculparse? La ira y el odio se ahogaron en confusión.
- Ah...yo...
Basta de palabras, Chase agarró a Jack por la chaqueta y le levantó del suelo para ponerle a su altura, y antes de que el pelirrojo pudiese reaccionar devoró su boca.
Si, aquello era lo que le había carcomido, ahora todo estaba claro. Deseaba a Spicer, le quería a su lado, el enfado, la ira facil, la culpabilidad, los celos, todo tenía más sentido ahora, nadie le afectaba como este muchacho. Jack Spicer le pertenecía, le había pertenecido desde el instante en que se había lanzado a sus brazos por primera vez, aunque el Jack de entonces hubiese cambiado. Chase Young no aceptaba devoluciones, mucho menos cuando lo que recibía mejoraba tanto. El Jack que había conocido se había convertido en lo que había temido nunca ocurriría, un hombre, un joven capaz, decidido, deseable..
Jack no podía reaccionar, la calided de los labios contra los suyos, la lengua húmeda contra la suya... su primer beso... ¡su primer beso se lo estaba dando Chase Young! Era un beso intenso, posesivo. Jack no podía organizar un solo pensamiento mientras su heroe, el hombre que había admirado desde que tenía memoria, el guerrero inmortal al que deseaba, odiaba y admiraba a un mismo tiempo, le besaba con avidez, chupando sus labios, tomando su lengua, recorriendo su boca y robándole el aliento.
" Eres un simple timador, un estafador y nada más"
Con un esfuerzo sobrehumano Jack apartó el rostro y empujó hacia atrás, tambaleándose sobre piernas temblorosas hasta apoyarse en la pared. Respiraba apresuradamente, sentía los labios magullados y cosquilleantes, le ardían las mejillas de puro rubor.
Chase entrecerró los ojos, no con amenaza, sino con aire depredador.
- Eres mio, Jack.
Jack sintió un escalofrio que fue rápidamente devorado por una oleada de cálido deseo.
- No lo soy.- Logró murmurar.- Tú... estas jugando conmigo.
- No tengo interes en jugar.- Replicó Chase.
- Me... mehas despreciado desde que me conociste, siempre me has tratado como a un insecto...
- Tenías que ganarte mi respeto. Ahora me doy cuenta de que te lo ganaste hace dos años, cuando te enfrentaste a mi por la Caja de Pandora, te mantuviste firme.
- Me insultaste, me rechazaste de la forma mas tajante.- Los recuerdos devolvieron a Jack parte de su resolución.
- Casi liberas, no, liberaste a Edea, la bruja Heylin. Me enfureció tu falta de responsabilidad, de sentido común. Me excedí en mi rabia, pero era justificable.
- Por supuesto, arrancarme el corazón es justificable.- Gruñó Jack.- Primero me insultas, luego me... me besas…
- Que conversación mas animada.
Ambos se volvieron para ver a Edea en lo alto de la escalera. La bruja... resplandecía, su piel brillaba con una luz tenue propia, sus ojos eran focos de poder. Había drenado a Wuya, y ahora unía su magia a la de los Shen gon wu que ya había obtenido.
- Mi señora...- Jack estaba ruborizado, temiendo que Edea le hubiese visto responder al beso...
- Jack, ven aquí, conmigo.
La duda brillo en sus ojos, hubo un segundo de vacilación... pero finalmente Jack acudió a la llamada de Edea hasta situarse a su lado. Chase apretó los dientes hasta que le dolieron.
- Chase Young, se bienvenido a mi hogar. Mi casa, libre de la usurpadora.
- Supongo que Wuya está muerta.
- No, no Chase, aunque te aseguro que lo desearía.
Un soldado de roca apareció, en su torso, transformado en una carcel. Y dentro de él una Wuya con orejas normales, sin colmillos, sin marcas bajo los ojos... humana. Wuya había perdido toda su magia, el soldado de roca cogió a la fragil mujer y la arrojó a los pies de Chase.
- ¿Qué pretendes Edea?
Edea se pasó la lengua por los caninos en una mueca cruel.
- El mundo es mio por derecho, aplastaré a quien se me oponga. Y no teneis poder para oponeros a mi.
- Eso está por verse.
- Seguramente, Chase, no dudo de que tratarás de desafiarme.
- Volveremos a vernos, Edea...- Volvió la vista al pelirrojo, pero este desvió la mirada, incapaz de sostenérsela.- Jack.
Con estas palabras Chase abandonó el castillo de Edea y cargó a Wuya sobre los hombros, no era el momento de luchar. Pero ese momento llegaría, y en ese momento también recuperaría a Jack Spicer.
Ahora reuniría a sus guerreros, ya se vería cuan poderosa era la maestra bruja.
En la montaña de Chase, en su ciudadela, la antigua bruja Wuya temblaba.
- Me... me has ¿salvado?
- Dificilmente.- Chase miró a Wuya con auténtico desprecio.- Ahora no eres nada, pero puedes tener información que me interese.
Wuya se encogió, lo había perdido todo, todo. No tenía nada que perder y si motivos para vengarse. Edea la había humillado, se lo había quitado todo. Ahora era igual que una humana, tenía sus artes marciales pero no su magia, ahora era una mortal, podía envejecer y morir.
- Dime cuanto sepas sobre Edea¿qué ocurrió en el pasado?
- Está bien.- Wuya se arrebujó en la manta que Chase le había tirado encima.- Era mi maestra, pero siempre supe que mientras ella existiera yo sería su sombra y nada más. Quería ser la gran bruja heylin, pero no lo conseguiría siendo solo su aprendiz.
- Y la traicionaste.- Chase se acomodó en su asiento mientras tomaba su sopa de dragón.
- Así es, sabía que Dashi atacaría, y aproveché el momento.
Si Edea había caido una vez, caería de nuevo, esa realidad daba a Chase lo que necesitaba saber.
- Le robaste su magia... igual que ella te ha robado la tuya, o mas bien la ha recuperado.
Wuya sintió deseos de escupir, pero más le valía no enojar a Chase Young.
- El bastón de Morag devora la magia... en manos de una bruja puede absorver la magia de otra. Mientras Edea se enfrentaba a Dashi yo la ataqué con el bastón.
- A traición, muy propio de ti.
La ex –bruja siseó pero mantuvo silencio, no estaba posición de replicar.
- ¿Tiene puntos débiles?
- ¿Cómo sé que no me matarás cuando sepas lo que quieres?
- No lo sabes.- Chase no necesitó no hacer un gesto para que sus felinos gruñeran amenazadoramente.- Si no me lo dices no me serás util, pero si tus palabras me alegran quizá respete tu vida.
- Me necesitas.- Replicó Wuya.- En el fondo sigo siendo una bruja y puedo volver a usar el bastón de Morag contra Edea, eso la detendrá.
- Edea tiene el bastón.- Chase hizo un gesto de aburrimiento y los felinos se acercaron más a su cena, la temblorosa Wuya.
- ¡Espera, conozco el castillo, sus entradas y salidas!
- Pues empieza a hablar, Wuya, y mas te vale que sea algo que yo no sepa ya.
Era su última oportunidad de salir de allí con vida. Wuya empezó a hablar, contándoselo todo, absolutamente todo, las habilidades de Edea y sus objetivos, todo cuanto pudiera ayudarle a encontrar un hueco por el que atacar, un punto debil, algo que la hiciese predecible. Cuando hubo terminado Chase terminó su cena y meditó mirándola a los ojos, en busca del mas mínimo indicio de mentira. Una vez satisfecho se incorporó y llamó a sus guerreros. Había trabajo que hacer.
- Vamos, Wuya, hay que hacer una visita a los monjes xaolin.
Los soldados de roca no eran muy listos, pero combinados con la tecnología de Jack serían insuperables. Spicer conectó los últimos cables y activó el programa, el soldado de roca miró con curiosidad el extraño apéndice que le habían incorporado sobre los hombros.
- ¿Euh?
- Son cañones laser, idiota.- Gruñó Jack.- No te preocupes por ellos, dispararán a lo que consideres un enemigo de forma autónoma.
Dudaba que el golem hubiese entendido demasiado de lo que acababa de decirle, pero pareció conformarse, de hecho sonrió ante las miradas de envidia de otros soldados que esperaban su turno para ser tuneados.
Soldados roca tuneados... Jack soltó una carcajada imaginándoselos con alerones y pinturas de graffiti. Ordenó a sus Jackbots continuar el trabajo siguiendo el ejemplo que acababan de ver y salió del taller que había trasladado al castillo.
Apartado del absorvente trabajo de mecánica, Jack se vió inundado de pensamientos. Necesitaba tomar el aire, subió hasta un balcón y se apoyó en la balconada observando el siniestro paisaje, el cielo seguía nublado, con el ocasional relámpago, los arboles secos y retorcidos poblaban los alrededores. Los soldados de roca y los Jackbots montaban guardia y patrullaban.
- ¿Qué te preocupa, Jack? Es nuestro gran momento.
Jack se volvió con cierta preocupación hacia Edea.
- Nada, estoy bien.
- No puedes engañarme, Jack, lo sabes.
Edea se acercó, con aquel andar silencioso de bailarina, le pasó una mano por el cabello, en aquel resto tan tranquilizador, peinándole con los dedos.
- Sé lo que te perturba... no temas, pronto Chase Young ya no existirá, nunca más volverás a sufrir a sus manos.
- Solo quiero ser más poderoso.- Murmuró.
- Y lo serás.- La voz melodiosa calmaba la turbulencia.- Serás el guerrero mas fuerte, ya eres el más inteligente, pronto tendrás la fuerza para ser invencible, mi guerrero invencible, general de mis ejércitos.
Jack asintió, quería volver a sentirse seguro, como cuando Edea le había tomado como su pupilo, aquellos dos años no había sentido dudas tan perturbadores. Quería volver a sentir una completa seguridad en sí mismo, en Edea, en el futuro.
- No pienses más en Chase, mi Jack.
- No lo haré.
- Bien.
Edea se marchó, entrando de nuevo al interior del castillo. Jack volvió a mirar el cielo plomizo. Intentó apartar a Chase Young de su mente, realmente lo intentó, pero cuanto más se esforzaba en ello mas se grababa la situación en su mente.
Chase Young le había besado… y no había sido precisamente un beso casto ni podía negar su... participación ni reacción a él.
"Eres mio, Jack."
Si Chase le hubiese dicho esas palabras hace dos años... habría saltado a sus brazos, se hubiese derretido en el sitio. No podía engañarse, Chase le importaba, no podía desengancharse de aquel sentimiento, estaba arraigado dentro de él... le dominaba. Se había esforzado, había entrenado por Edea, porque no tenía nada más, porque a nadie más le importaba... pero realmente¿no había entrenado y trabajado porque aun...?
¿Aun deseaba el reconocimiento de Chase Young¿Aun era tan dependiente de cada gesto, cada palabra?
Porque desde luego no podía dejar de pasarse la lengua por los labios, como si pudiese retener en ellos el tacto de Chase.
Nota de la autora: Según escribo no dejan de ocurrirseme más ideas para fanfics de Xiaolin Showdown, y es que hay tantas posibilidades que sospecho que haré mas fanfics de Chase/Jack... que son una pareja que da tantas ideas picaronas... jijijiji, ya vendrá el slash en próximos capítulos, ya. Gracias por los reviews, nunca dejo de agradecer que me hagais saber si os gusta o noel fanfic, no temais nunca hacer correcciones o sugerencias.
