Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de no se quien y de WB.

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic será YAOI, si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas y punto, comprendo perfectamente esa postura. Chase/Jack

Capítulo 6. Elecciones

- ¿Por qué me haces esto?

Chase frunció el ceño sin comprender, esperaba una respuesta a la elección, no una pregunta. Jack alzó la vista con un brillo de tristeza, se cubrió torpemente con la chaqueta en que estaba tendido, pero no cogió los pantalones.

- ¿Eliges quedarte?

Jack se mordió el labio, dudando, estar con Chase... no podía negar que su primer impulso era asentir, ir con él, le había venerado desde antes de conocerle, era Chase Young, era un mito, una leyenda viva, era perfecto, el carisma, el poder, el atractivo, insuperable. Era el ejemplo de todo lo que Spicer soñaba ser algún día.

Una sola mirada, una palabra de Chase había significado todo un mundo para él. Y ahora le tenía, tenía sus ojos sobre él, tenía... cielos, lo que jamas se había permitido soñar, su deseo... ¡Chase Young le deseaba! Era lo mas maravilloso que jamas había imaginado.

Pero para obtener aquello tenía que pagar un precio, y ese precio era su última traición, abandonar a Edea.

No quería creerlo, pero... a veces Edea se comportaba de forma extraña, cabía esperar cierta demencia en alguien que había permanecido encerrada durante siglos, muriéndose, a diferencia de Wuya, que había dormido en forma fantasmal. Edea había envejido lentamente en su prisión. Se notaba en ella una calma sobrenatural y poder anciano... que resultaba desconcertante al compararlo con el amor profundamente maternal quele dedicaba.

Pero... pero eso no era malo¿verdad? Edea le apreciaba, le quería, la había liberado de su prisión y ella le había amado desde el primer momento, le había entrenado, le había hecho sentir necesario y apreciado. La debía mucho, se lo debía todo. ¿Iba a renunciar a Edea por el súbito aprecio de Chase, por su innegable deseo del otro hombre?

"No eres el primero Jack, ha tenido muchos "caballeros"

¿Y si era cierto¿Y si Edea realmente iba a deshacerse de él cuando se cansara¿Y no cambiaría Chase de idea¿De quien fiarse¿En quien confiar?

- Me impaciento, Jack.

Había un hilo de necesidad en su voz, Jack no puso sino tomar aliento, Chase tenía hambre de él. Maldito fuera¿cómo podía pedirle que tomase semenjante decisión mientras le seducía de aquella manera? No... tenía que controlarse.

- No... no puedo...

- Jack, Edea no es...

La mención de Edea fue un jarro de agua fria.

- ¡No tengo motivos para creerte¡No puedo hacerlo!

Antes de que algo le hiciera cambiar de idea, Jack cogió los pantalones y se los puso apresuradamente ante la mirada atónita de Chase.

¡Rechazado¡Jamas en su larga existencia alguien había rechazado a Chase Young! Y lo que desde luego jamas habría imaginado era que ese alguien fuese Jack Spicer, el chico que veneraba el suelo que él pisaba.

La bestia rugía en su interior, el dragón que habitaba dentro de él.

- ¡Jack¡Vuelve aquí ahora mismo!

Jack no se detuvo, solo tenía puestos los pantalones pero no podía parar a por la camiseta o los zapatos, si se detenía y volvía la mirada vería a Chase, perfecto y escultural, con los músculos cincelados, la melena negra y sedosa, los ojos brillantes de un amarillo depredador... mirándole de aquella manera de que hacía perder la cabeza. Una parte de él no entendía porque corría, todo cuando deseaba estaba ahí, Chase volvería a besarle, a acariciarle, a pasar aquellos esbeltos pero poderosos dedos por su piel y... y...

¡Tenía que salir de allí!


Edea aulló y el ataque sónico hizo que todos se vieran lanzados hacia atrás con violencia y un terrible dolor de cabeza. Raimundo plantó los pies en el suelo y no tardó en recuperarse y atacar nuevamente, era mas fuerte que ellos pero no podía contra tantos frentes a la vez, tenían a la bruja contra la cuerdas.

Hasta que llegaron los refuerzos claro.

- ¡Jackbots, atacad!

Jack Spicer irrumpió en la sala de un salto seguido por sus leales máquinas y se situó frente a los monjes en posición de ataque. Sacó su última invención de un jackbot, granadas de pegamento, y las lanzó contra los jovenes dragones. Kimiko y Raimundo saltaron a tiempo pero sus compañeros quedaron atrapados en la espesa masa pegajosa.

Edea alzó el bastón de Morag y conjuró una tormenta de nieve en el interior de la sala, aun tenían que hacer frente a dos monjes y dos fieras, y malditos fueran todos ellos.

- ¡Jack¿dónde estabas!

Jack no tuvo que responder a la encolerizada bruja porque el motivo de su tardanza llegó, Chase estaba transformado en su forma de dragón, completamente encolerizado y rugiendo.

Los guerreros de piedra llegaron finalmente, Edea invocó el hielo y la nieve. Chase rugió.


Habían perdido la ventaja. Cuando Clay gruñó de dolor y cayó de rodillas Raimundo supo que no podían continuar.

- ¡Retirada!

Chase siseó, los monjes se batían en retirada seguidos por una también maltrecha Wuya... tenían razón al retirarse pero... Chase mantuvo la mirada fija en Edea, sintiendo su sangre arder de odio. No tenía ningún motivo para pensar que Wuya le había mentido, de modo que Jack podía correr verdadero peligro junto a la bruja, si le ponía la mano encima...

Todo indicaba que debía retirarse con los monjes, la bruja era poderos y sus lanzas de hielo eran temibles junto al fuego púrpura, que consumía pero no calentaba. Estaba herida, eso si, pero ahora Chase se percataba de que no podía sobrepasarla sin sufrir un severo daño, no estaba concentrado.

No podía dejar de mirar a Jack, que ahora que los monjes se retiraban miraba entre Edea y él, con algo angustiado en su mirada... dudaba aun, algo era algo. Pero no aplacaba su furia, y no podía concentrarse en machacar a Edea de esa manera.

No podía hacer nada más. Retirada.

- Volveremos a vernos, Edea, no creas que has ganado esta guerra.

Edea sonrió y alzó el gesto con presunción.

- Pero he ganado la batalla, Chase Young.

Una vez más se veía obligado a marchar... y dejar a Jack atrás. Empezaba a convertirse en algo realmente irritante. Sus felinos rugieron pero habían perdido fuerza, tenía que marcharse... no había remedio o podrían morir, y apreciaba a sus guerreros. De un salto abandonó la sala esquivando dardos de hielo y escoltado por sus felinos, evitando a los fuertes pero lentos soldados de roca y sus lasers.

Chase se juró a si mismo que volvería muy pronto, y tendría su venganza. Y Jack lamentaría sus dudas. Cuando le tuviese en su hogar, lejos de aquella bruja.


- Ay... ay... ¡auh!

- Deja de quejarte, no es para tanto.

La reprimenda no evitó que Ray siguiera gimoteando mientras Dojo le curaba, o mas bién le embadurnaba las heridas con yodo. Los monjes parecían haberse sumergido en una bañera del desinfectante.

- Si Chase hubiese estado con nosotros como se suponía.- Se lamentó Kimiko.

- Chase Young estaba enfrentándose a Jack Spicer y sus robots.- Replicó Omi con serenidad... y los ojos llorosos por el escozor de las heridas.

- Tonterías, Omi, de ser así le habría derrotado en mucho menos tiempo, nosotros podríamos haber luchado con Spicer y Chase con Edea, eso hubiera sido lo lógico.

Ante semejante lógica Omi se quedó con la palabra en la boca... por un tiempo.

- Seguramente trataba de convencerle de abandonar su alianza con Edea.- Razonó al fin.

Kimiko frunció el ceño¿convencerle? No era algo propio de Chase Young, claro que... Súbitamente Kimiko empezó a unir piezas, despues de todo puede que no fuera la lider del grupo, pero seguía siendo la mas avispada, sabía vislumbrar motivos y estratagemas a kilómetros. Jack había llegado a la escena de combate bastante... poco vestido... y Chase había llegado como una auténtica bestia. Y el modo en que no había quitado la vista en encima a Spicer incluso luchando contra Edea...

Kimiko enrojeció hasta ponerse como un tomate.

- ¿Estas bien, Kimiko¿Tienes fiebre?

Kimiko recuperó la calma para a continuación no poder contener la risilla, para consternación de sus compañeros, que no podían comprender que tenía de gracioso haber recibido una paliza a manos de Edea y Jack Spicer. Kimiko no dijo nada, riendose aun, no creía que sus amigos estuviesen preparados para saber según que cosas. No, se guardaría esa información para alguna otra ocasión en que fuera aun mas divertido verles colapsarse.

Wuya estaba allí también, aunque no le gustara la compañía de los monjes no tenía ningún otro sitio en el que refugiarse. Ya no era util para Hannibal y ni para Chase dado su estado actual, sin su magia sus artes marciales no eran suficientes. Pero se recuperaría, no se conformaría con aquella situación. Ya se le ocurriría algo.


Chase se sumergió el agua caliente para relajarse, necesitaba descanso para regenerar las heridas de congelación de Edea. Unos días como poco.

Cerró los ojos y cruzó las piernas, sumergiéndose, entrando en meditación. Tenía que encontrar su centro, recuperar el control, no podía enfrentarse a Edea si estaba peleando con su propia bestia interior.

Jack le había rechazado, había elegido permanecer con Edea.

La meditación no iba bien. Chase frunció el ceño y se concentró en la ingravidez del agua, en la calided, en la serenidad de su ciudadela. Calma.

Jack se había vestido, había salido corriendo, le había dejado allí, desnudo...

No había caso, Chase salió a la superficie de un solo impulso. No podía dejar de enfurecerse al pensar en aquel rechazo.

Y tampoco ayudaba lo que le había contado Wuya sobre los "caballeros" de Edea, solo esperaba que hubiese exagerado o que aun tuviese mucho tiempo, despues de todo Jack aun era joven y completamente leal a Edea, no había motivo para que la bruja precipitara su habitual rutina de cambiar de "caballero".


Jack se frotó los brazos tratando de darles calor, Edea ya había cancelado la tormenta de hielo pero el frio no remitía facilmente. Sobre todo porque Jack aun estaba vistiéndose, la ropa estaba arrugada y la chaqueta... daba pena verla, necesitaba una plancha urgentemente, o un robot que hiciera lo mismo.

Solo de pensar en porque estaba arrugada... no podía creer que hubiese estado a punto de... de... el frio abandonó su cuerpo al ruborizarse.

Pero ahora no había tiempo para eso, Edea estaba alicaida, lamentando el daño sufrido. A Jack le angustiaba verla así, tenía que hacer algo, para empezar iba a poner defensas automáticas en todos los pasillos, y intercomunicadores para activar a sus jackbots donde estuvieran, además de comunicar con los soldados de roca.

Y después iría a atacar el templo Xaolin, haría que se arrepintieran, y le llevaría los shen gon wu a Edea para que aumentase su poder. Eso la animaría.

Alisó como bien pudo su ropa y subió a reunirse de nuevo con la poderosa bruja.

Al entrar la encontró desplomada sobre su trono, triste, lastimosa, le rompía el corazón. ¿Cómo se le había pasado por la cabeza abandonarla? Era maravillosa, le quería, era como una madre, era hermosa y dulce y fuerte. Chase era un mentiroso o un necio al pensar que la bruja heylin podía hacerle daño o tratarle como a un muñeco.

- Jack... mi caballero, acércate.

Jack así lo hizo, subió las escaleras y se puso a la vera del trono. Edea le sonrió y nuevamente le peinó con los dedos, acariciándole con cuidado.

- Mi caballero fiel, acudiendo en mi ayuda...

- Siempre.

- Tu nunca me abandonarás, porque yo soy todo cuanto tienes, tu siempre estarás a mi lado, yo lo soy todo¿verdad?

- Si.- Nada mas dar su confirmación los dedos, antes gentiles, aferraron su pelo con fuerza, tirando y ocasionándole un intenso dolor.- ¡Ah¡Mi señora...!

- ¡Tu ropa hiede a ese lagarto¡Tu piel apesta!

Jack se vió alzado y una mano gélida se cerró en torno a su cuello, los ojos de Edea le taladraban con un brillo demencial que jamas había visto antes.

- No... yo... por favor...

- ¡Puedo olerlo, hueles a sudor, hueles a tu deseo y huelo el deseo de Chase impregnado en tu ropa y tu piel!

Jack sintió pánico, no, no podía ocurrir aquello.

- Por favor... yo no... vine a ayudarte... no quería...

- ¡No me mientas!.- Su voz era como hielo en las venas.- ¡Retozaste con el lagarto y le deseaste!

- ¡Volví a ti¡Edea, tu eres...!

- ¡Yo debía ser la única¡Eres mi caballero, solo mio!

Jack sentía la falta de aire, el frio aumentando, el vaho de su aliento, veía el rostro de Edea como nunca antes, toda la ternura ahogada por una mueca de rabia enloquecida.

- Mis caballeros son solo mios y yo lo soy todo...- Edea conjuró una lanza.- Y si no lo soy todo, entonces no te quedará nada, no lo permitiré.

Nota de la autora: Cuando tocas a una cria de pájaro, su madre lo repudia, si tocas a una cria de hamster... la madre se la come (un pelin radicales esos roedores). Los reviews me hacen feliz, graaacias.