Los cuatro jóvenes se encontraban en el living de la gran mansión Hiwatari conversando cada uno con su respectivo amigo o amiga.
Kai miraba de reojo a Akemi. Si bien no quería admitirlo, la chica era bastante bonita. Akemi había notado que el muchacho la miraba y la ponía nerviosa, pero optó por fingir y siguió conversando animadamente con su amiga.
Mientras tanto, esta vez era Tala quien observaba de reojo a Mei. La joven era bastante distinta a lo que él había imaginado. Esperaba encontrarse con una niña fría y seria como Kai, sin embargo, la verdadera Mei sonreía y reía alegremente con su amiga. Eso llamó profundamente su atención.
"Donde piensas quedarte?" le preguntó de pronto Kai sacándolo de sus pensamientos.
"La verdad es que no se" contestó dándose cuanta del pequeño, gran detalle.
"Porqué no te quedas aquí?" le sugirió Kai "Hay espacio de sobra" Tala sólo sonrió y asintió.
"Y tu Akemi?" le preguntó Mei a su amiga al darse cuanta que ella tampoco tenía a donde ir.
"Mmm, bueno, no se. Pensaba ir donde mis tíos" dijo encogiéndose de hombros.
"Ah no" dijo Mei "Tu te quedas aquí conmigo. Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que has hecho por mi"
"Gracias" murmuró Akemi.
"Pero Kai" dijo Mei dirigiéndose a su hermano preocupada "Las habitaciones de huéspedes están hechas un desorden y las camas no están hechas. Además ya es muy tarde para prepararlas. Que haremos?"
"Pues" dijo Kai después de pensar "Tu le prepararás una cama a Akemi en tu habitación y yo a Tala en la mía. Mañana arreglaremos dos habitaciones para que se puedan quedar"
Tala y Akemi sonrieron.
Minutos más tarde en la habitación de Mei...
"Oye" le preguntó Akemi "No se si soy yo o que pero... ¿porqué tu hermano me miraba tanto?" dijo tratando de sonar calmada.
"Que Kai te estaba mirando?" dijo Mei divertida "Vaya, le llegó más fuerte de lo que imaginé"
"A que te refieres?" preguntó Akemi confundida.
"Nada serio" le respondió Mei, pero al ver que Akemi le dirigió una mirada que decía claramente 'Dime-o-te-mato' decidió contarle todo "No es nada. Es solo que hoy en la mañana le dije que los dos harían una linda pareja. Y al parecer eso le afectó y que hayas llegado no creo que le haya ayudado mucho" dijo divertida mirando a su amiga.
"T-tu le dijiste eso?" tartamudeó Akemi.
"Si, por?" preguntó Mei quien no entendía el nerviosismo de su amiga.
"Pero porqué se lo dijiste?" preguntó esta alarmada.
"Porque es la verdad" respondió simplemente Mei "Porqué te has sonrojado tanto? Tu NUNCA te sonrojas. A no ser de que a ti..." empezó Mei con una sonrisa de triunfo.
"No! No es lo que tu crees!" la interrumpió Akemi.
"Si, si lo es" dijo emocionada "Te gusta mi hermano! Te gusta mi hermano!" canturreó.
"Cállate que te van a oír!" dijo Akemi tapándole la boca con su mano "Si, ya, bueno, me atrae físicamente. Pero no lo conozco así que no puedo decir que me gusta realmente" confesó derrotada.
"Ja, lo sabía, lo sabía!" gritó Mei "Son el uno para el otro!" Akemi solo se sonrojó más "Akemi Keitomi sonrojada por un chico. Pensé que nunca lo vería" se burló.
"Y que me dices de ti?" preguntó Akemi sonriendo maliciosamente al darse cuenta que Mei se encontraba en su misma situación. Ella palideció.
"A-a qué te refieres?" preguntó temiendo la respuesta.
"A Tala por supuesto" dijo Akemi tranquilamente, gozando el ver a Mei sonrojada "Porqué te sonrojaste al presentármelo? Y porqué te molestó tanto que te preguntara si te gustaba?"
"Imaginaciones tuyas" murmuró Mei volteándose para que Akemi no notar que su cara estaba roja.
"Yo no me imaginé nada" dijo Akemi poniéndose enfrente de su amiga. "Me dices porqué AHORA!" dijo fulminándola con la mirada.
"Está bien, está bien. Que carácter" murmuró Mei, Akemi sonrió satisfecha "Lo que pasa es que cuando Tala llegó, Kai aprovechó de vengarse y me dijo que él y yo haríamos una bonita pareja y bueno... no sé porqué me afectó tanto. Y... bueno, sí, me atrae físicamente" confesó.
Akemi se puso a reí como loca mientras que Mei hacía la perfecta personificación de un tomate.
"Akemi" le dijo Mei una ves que esta paró de reír.
"Que?"
"No le vayas a decir a Kai lo que pienso de Tala" le pidió.
"No te preocupes. Y tu no le vayas a decir lo que pienso de él"
Mei sonrió y con eso ambas se dispusieron a dormir.
Ya eran las 5 de la mañana y Mei no podía dormir. No paraba de revolcarse en su cama. Lo intentó todo. Se tapó con las sábanas hasta la cabeza. Se tiró la almohada encima. Incluso trató de hacerse unos tapones de algodón. Pero nada. Aquel odioso ruido que provenía de la pieza de su hermano no cesaba. Finalmente se rindió.
"Estás despierta?" le preguntó a Akemi que yacía en el suelo a su lado.
"Como se puede dormir así?" gritó Akemi furiosa.
"Shh! Los vas a despertar" la calló Mei.
"Sería mejor así. Por lo menos ya no roncarían" se quejó Akemi.
"Esos dos por la noche son un peligro público" asintió Mei.
"Sin ofender, pero si esto sigue así, creo que me iré a un hotel"
"Me iré contigo" dijo Mei. Luego tomó una almohada y una frazada y se dirigió a la puerta.
"Que haces? A donde vas?" preguntó Akemi confundida.
"Akemi, esto es una mansión. Hay miles de otras habitaciones" le dijo Mei como si fuera obvio. Luego se fue.
"Espérame!" le gritó Akemi tomando sus cosas y saliendo corriendo de la pieza.
Kai y Tala ya estaban vestido y desayunando cuando Akemi y Mei bajaron al comedor. Las dos estaba todavía en pijama y cada una tenía unas enormes ojeras. Las chicas se empezaron a preparar el desayuno sin decir ni una sola palabra.
"Buenos días" saludó Kai "Como durmieron?"
Las dos lo miraron con cara de 'Es-necesario-responder?' por lo que Kai decidió callarse.
"Hoy en la noche, ustedes dos duermen en piezas separadas" les ordenó Mei.
"Y a dos kilómetros de nuestras piezas" añadió Akemi.
"Y eso porqué?" preguntó Tala.
"PORQUE RONCAN DEMASIADO!" gritaron ambas chicas mientras que Kai y Tala tenían una gotita.
Una vez que se calmaron, siguieron desayunando tranquilamente. Luego Akemi y Mei subieron a vestirse. Cuando bajaron, se encontraron a Tala en el living leyendo uno de los libros que Mei había dejado la noche anterior.
"Y Kai?" le preguntó Mei.
"Salió a entrenar. Dijo que no lo esperáramos para almorzar" le respondió Tala.
"Bueno no es el único que se tiene que ir" dijo Akemi. Mei y Tala alzaron una ceja "Lo que pasa es que voy a visitar a unos parientes. No creo que vuelva hasta la tarde" dijo sonriendo. Mei la acompañó a la salida "Pórtense bien" le susurró a su amiga con una sonrisa pícara.
"Que insinúas?" le contestó Mei con una mirada asesina. Pero Akemi se limitó a sonreír y se alejó.
Cuando Mei se dio vuelta para entrar a la casa, se encontró cara a cara con Tala. Ella inmediatamente bajó la mirada.
"Bueno... y que hacemos?" le preguntó Tala.
"Pues... no se tu pero yo me voy a mi habitación" dijo Mei subiendo rápidamente las escaleras antes de que Tala le pudiera decir otra cosa.
Tala la siguió con la mirada un poco confundido. Que debía hacer ahora? Estaba solo con ella, era una perfecta oportunidad de raptarla. Pero... algo se lo impedía. No sabía que era. De pronto, recordó las palabras de Voltair 'gana su confianza, gana su confianza'. Si, eso debía hacer. Primero ganaría su confianza y luego se la llevaría de vuelta a Rusia. Además, no tenía ningún apuro en volver a la abadía. Con ese pensamiento sonrió y volvió a leer.
Mei se paseaba muy nerviosa en su habitación.
"Ay, Mei que te está pasando? Porqué tan nerviosa? Es solo un amigo de tu hermano, nada más" se decía Mei en voz alta para tranquilizarse. "Lo que Kai te dijo ayer no es verdad, era solo para molestarte. Uyyyy, maldito Kai la próxima vez que me haga un comentario de ese tipo le voy a romper la cara" murmuró molesta.
Mei ya no podía más, se estaba volviendo completamente histérica y el hecho de estar sola en la misma casa con Tala no ayudaba en absoluto. Finalmente decidió salir un rato, quizá eso la ayudaría a despejarse. Tomó un bolso donde tenía algo de dinero y bajó.
"Saldré un momento" le avisó a Tala "No se a que hora llegue. No me esperes a almorzar"
"Espera" la detuvo Tala "Porqué no aprovechas de mostrarme la ciudad? No quiero pasarme el día encerrado aquí"
"Que te enseñe la ciudad?" preguntó nerviosa "No soy la persona más indicada para eso. Yo acabo de llegar aquí al igual que tu"
"Entonces" dijo Tala sonriendo "Porqué no la exploramos juntos?" le propuso.
Esa sonrisa era todo lo que Mei necesitaba para relajarse. Le devolvió el gesto.
"Vamos" dijo saliendo de la casa.
Mei y Tala se recorrieron la ciudad de pies a cabeza. Visitaron parques, museos, malls, tiendas etc. (N/A: reitero, autora sin imaginación ¬¬). Durante el camino casi no hablaron pero de igual forma pasaron un buen rato. Luego llegó la hora de almuerzo.
"Volvemos a la casa?" preguntó Tala.
"Porqué no almorzamos aquí?" propuso Mei "Es que... bueno, yo no se cocinar" dijo con una gotita.
Tala solo sonrió y empezaron a buscar un lugar en donde almorzar. En menos de 15 minutos ya estaban instalados en una mesa afuera de un pequeño restauran.
'Este es el lugar perfecto para empezar a ganar su confianza aunque... no se como lo voy a hacer, no va a ser fácil' pensó Tala antes de sentarse frente a Mei.
"Que van a pedir?"dijo un chico que apareció de la nada mientras se sentaban.
"Mmm no lo sé, un jugo por mientras y tu?" dijo Mei mirando a Tala.
"Mmm creo que lo mismo por favor" dijo y el chico volvió a desaparecer. Después de un rato empezaron a comer y entre medio conversaban de temas tan tontos, que no vale la pena contar. Luego de un rato, Tala sentía que había empezado a ganar su confianza... hasta que de improviso empezó a sonar un celular.
"Ahhh... este celular nuevo… como se contesta? No entiendo nada!" decía Mei tratando de contestar (cuando salieron a comprar con Kai, él le regaló un celular "Para ubicarte" le había dicho).
"Aprietas aquí" indicó Tala que se había hincado a su lado.
"Ah gracias" dijo, al fin comprendiendo de que se trataba "Alo? Con quien hablo?"
"Hola!" se escuchó una voz alegre "Soy Akemi"
"Como te ha ido con tu familia?"
"Bien. Bueno, resulta que me acaban de decir que porqué no te invitaba a almorzar! Quieres?"
"Bueno es que... acabo de almorzar y estoy en mitad de la ciudad con Tala"
"Bueno, igual puedes venir! Tengo una prima que desea conocerte y puedes preguntarle a Tala si quiere venir también!"
"Tala, te gustaría ir a la casa de los parientes de Akemi conmigo?" dijo Mei dirigiéndose a Tala y vio que el chico la contemplaba.
"Em... bueno... si es que no soy una molestia..."
"Para nada" le sonrió Mei. Luego volvió al celular "Dijo que si, ahora tienes que explicarme como llegar a la casa de tus tíos!"
Tala y Mei tomaron un taxi y llegaron a una casa muy bonita. Era grande, de dos pisos, y tenía un lindo jardín.
DING DONG
De la casa, salió una chica de pelo rubio con mechones negros. Era liso y le llegaba hasta las rodillas. Sus ojos eran de un verde brillante. Vestía muy parecido a Akemi.
"Quien es?" preguntó mirándolos.
"Soy Mei Hiwatari y este es Tala Ivanov. Venimos a ver a Akemi"
"Ah si, tu eres Mei" sonrió la chica "Akemi me a hablado mucho de ti. Yo soy su prima. Mi nombre es Nakima Sanktsu, pero me pueden llamar Naki"
"Mucho gusto" dijo Mei al mismo tiempo que llegaba Akemi.
"Hola chicos"
"Hola Akemi"
"Bueno creo que estaría bien que pasaran. No les parece una buena idea?" preguntó Nakima al ver que nadie se movía.
Gotita general. Entraron a saludar a los papás de Nakima y Tala se quedó hablando con ellos. Las chicas se dirigieron a la pieza de Naki.
"Bueno, creo que ya conociste a mi prima. Ella tiene nuestra misma edad y no se que mas contarte sobre ella" dijo Akemi.
"Es cierto que te escapaste de la abadía?" preguntó Naki con curiosidad.
"Como supiste?"
"Ya te dije, Akemi me a hablado mucho de ti"
"Si, es verdad pero no me gusta hablar del tema. Y tu acaso juegas beyblade?"
"La verdad es que no me atraen mucho esas cosas. A veces veo batallas en la tele pero no muy seguido. Y no, no juego" dijo Nakima "Y a ti? Te gusta jugar?"
"Mmm... pues, la verdad, a pesar de todo a mi si me gusta. Quizá siga jugando como hobby pero no creo que me dedique completamente al beyblade." Dijo Mei sonriendo tristemente.
Y así siguieron conversando y Mei y Nakima se hicieron amigas. De pronto Mei miró la hora y se dio cuenta que eran un cuarto para las siete.
"Ya es tarde" le dijo a Akemi "Creo que será mejor irnos todavía hay que arreglar tu pieza y la de Tala. Oye" dijo dirigiéndose a Nakima "Te gustaría ir a mi casa?"
"Claro, porqué no?" le contestó Nakima.
Las tres chicas bajaron y fueron a 'rescatar' a Tala de los padres de Nakima. Se despidieron y se dirigieron a la mansión. Una vez allí se encontraron con una sorpresa. Kai y los Bladebrakers estaban allí conversando en el living.
"Se puede saber en donde estaban?" preguntó Kai molesto.
"Que carácter" murmuró Akemi.
"Te estuve llamando al celular" dijo Kai pretendiendo no haberla escuchado "Se puede saber porqué no contestabas?"
"Me estuviste llamando?" preguntó Mei sorprendida. Sacó su celular y vio que tenía 10 llamadas perdidas de su hermano. "Perdóname Kai es que yo todavía no sé como ocupar esta cosa" dijo con una gotita. Kai aún seguía molesto pero no le contestó. Mei suspiró resignada "Hola chicos" saludó a los Bladebrakers.
"Hola" la saludó Rei "Quienes son ellas?" preguntó confundido.
"Ah! Ella es Akemi Keitomi, la amiga que me ayudó en Inglaterra y ella es su prima, Nakima Sanktsu" dijo Mei "Chicas, ellos son los Bladebrakers, el equipo de mi hermano. El es Tyson, Max, Kenny y Rei" dijo apuntándolos.
"Hola" dijeron ambas chicas. Los Bladebrakers las saludaron.
"Y a mi no me saludan?" se escuchó una voz detrás de Mei, Akemi y Nakima.
Detrás de las jóvenes, salió un chico pelirrojo con ojos azules. Los Bladebrakers quedaron boquiabiertos.
"TALA?"
"En persona" contestó arrogantemente.
Después del shock inicial, todos se fueron al comedor a comer y a conversar.
"Y que los trae por aquí?" preguntó Mei.
"Lo que pasa..." empezó Kai pero fue interrumpido por Tyson.
"Lo que pasa es que quiero una batalla contigo" le dijo.
Los Bladebrakers le dirigieron una mirada de reproche mientras que Mei se veía muy sorprendida.
