Hello!!! n.n toy happy

Len: volviste a fumartela?

Ai: no ¬¬...por cierto donde estuviste en el capitulo anterior, te extrañe ; - ;

Len: ja, por lo menos ahora si me vas a valorar.

Ai: nah estuve muy bien acompañada -

Duo: donde están los bombones con chocolates que me prometiste? - . –

Ai: mi amor, están enfrente tuyo.

Duo: donde? –voltea a todos lados, pero sólo se ve a Marik, Malik, Joey, Sety-chan- a lo lejos-QUE NO ME LLAMES ASI!!- Bakura y Ryou- no es cierto sólo están ellos.

Ai: exacto -

Duo: quiero mis chocolates ; - ;

Ai: te los doy si das el disclaimer

Duo: OK n-n

Joey: y yo? ; - ;

Ai: tu los warnings

Duo: Los personajes de Yu Gi Oh no le pertenecen ni pertenecerán jamás a Aisha, sólo los tiene prisiones o "prestados" por un limitado limite de tiempo para su uso personal, así como para ocasionar severos daños traumatológicos y para su gran venta de videos, así que aunque quieran no pueden demandarla n-n...Ai-chan tengo que hacer la risa malvada que viene aquí?

Ai: no mi amor n-n...ahora tu mi solecito

Joey: advertencias, la única advertencia es que más les vale huir despavoridos en caso de ser homo fóbicos porque Ai-chan se encargara de eliminarlos por completo de la faz del planeta, ya que este fic y todos los que ama son tipo shonen-ai y yaoi, cosa que opina son lo mejor, dice aquí que tal ves en un futuro lejano muyyyy lejano habrá un lemon pero que no se preocupen ella les va a avisar en caso de que así sea.- da la vuelta a la hoja- un kilo de tortillas, media docena de huevos, leche, una nueva trampa, cadenas nuevas, cama quinsai, látigo, cámara de video nueva, nuevos juguetes de la tienda especial, luces reflectoras....

Todos: o.o

Ai: jejejeje esa es mi lista de compras- se la quita a Joey- ahora si al fic n-n

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.

SetoxJoey

Capitulo II el encuentro

Se acabará alguna vez esta pesadilla?- se preguntó después de verse forzado a pisar otra vez el freno. Solo iba por el segundo día de viaje, pero a ese ritmo jamás llegaría a tiempo a la boda de su hermano. No cuando los vehículos que tenía delante insistían en conducir a la velocidad que lo haría su difunta bisabuela. Un Volkswagen y un vehículo pesado conspiraban contra él al ir a cien kilómetros por hora cada uno en el carril que ocupaba. Durante un instante pensó en adelantar al camión por el arcén, pero con la suerte que tenía, temió encontrarse con un bache y reventar una rueda.

Lo que necesitaba era llamar la atención de la persona que llevaba el coche que tenía delante de él.

Era evidente que esta persona no se percataba de su presencia detrás. Se encontraba debatiendo entre si sería un hombre o una mujer por la medio larga melena rubia que se extendía por los costados del reposacabezas, considerando que ahora las mujeres lo llevan corto también, pero que demonios a él que le importara si era él o ella, sólo quería librarse lo más pronto de ahí.

Encendió las luces delanteras. No hubo suerte. Tenía que estar demasiado distraída la persona para no mirar por el retrovisor. Los mechones de pelo se agitaban. De vez en cuando apuntaba con el dedo al pasajero que llevaba en el asiento de al lado. Si Kaiba debía realizar una conjetura, esa persona iba sufriendo un ataque de epilepsia o le cantaba a un acompañante muy bajo (Ai: o Yugi xD, Yugi: ¬¬).Debía de ser su imaginación la que invocó la imagen de unas orejas puntiagudas asomándose desde el otro asiento. No podía estar cantándole a un gato.

-¿Cómo he estado?- preguntó Joey, un poco jadeante (todos: O.O) por cantar al ritmo de la radio (Ai: ¬¬ mal pensados). No era ningún Tiziano Ferro (n¬n), pero a la señorita Shinigami no pareció importarle.

Esperó con ansiedad la siguiente canción. Mientras tanto, evaluó dónde se encontraba. Un vistazo por el retrovisor le reveló un abominable Mercedes negro prácticamente encima de su parachoques trasero.

-Cielos, lo siento amigo- musitó con cierta timidez- No me di cuenta que estabas ahí- después de todo, Tiziano requería plena concentración. Pisó el pedal e intentó acelerar lo suficiente como para poder adelantar al camión que tenía al lado. Pero su volchito tenía otras ideas, que no necesariamente eran las mismas.

El coche tosió un poco y aceleró seis kilómetros por hora cuesta abajo. Como el camión también ganaba velocidad, no había modo en que pudiera adelantarlo. Su único recurso era frenar un poco y situarse detrás de él.

¡Estaba frenando! Solo le quedaba una opción. Llevó la mano a la bocina y la dejó allí dominado por la frustración. Frustración porque la persona que tenía delante conducía despacio. Porque su hermano fuera a casarse con la mujer equivocada. Por tener que dejar su empresa en un momento crucial. El sonido de la bocina resultó maravilloso y le causó un gozoso dolor en los oídos (Ai: masoquista el niño n-n). El ruido llenó el coche, resonando a su vez por el vasto paisaje.

La señorita Shinigami chilló y busco cobijo bajo el asiento.

-¡Oh!- exclamó Joey indignado ante lo que considero la actitud de un bravucón.

Había intentado hacerle un favor y a él que no se le ocurría otra cosa que producir ese horrible y estrenduoso sonido aquel. El camión pasó de largo y de inmediato ella se trasladó al otro carril. No tardó en perderlo de vista. Mientras tanto, no pudo evitar mirar al hombre del Mercedes cuando este llegó a su misma altura.

Con un última presión. Kaiba dejó de tocar el claxon. Lo invadió una especie de paz onírica. Había sido liberador. Si fumara, habría encendido un cigarrillo (Ai: no como cierto rubio escrito u-u, Yuki: a mi no me metas, yo estoy en otra serie ¬¬). Nada como un buen bocinazo para soltar un poco de tensión. Diablos, una vez que el coche se había apartado, dejó de experimentar el súbito apremio de ponerse por delante. Se situó lentamente a la par del Volkswagen rojo. Giró la cabeza para ver mejor a la persona que conducía, aún mantenía la duda sobre el sexo de esa persona, tenía una especie de curiosidad que le invadía.

-¡Imbécil!- gritó Joey mientras bajaba la ventanilla en un esfuerzo por hacerse oír. Por desgracia, era dudoso que lo oyera, ya que él llevaba la ventanilla subida. Aunque semejante comentario tampoco lo ofendería mucho. Joey Wheeler sabe defenderse con los puños, las groserías jamás fueron su fuerte, no como a su hermano Bakura, a él le fluían como el agua. Debía practicar todo ese asunto de los insultos y maldiciones con él. Además Ishizu no les permitía mantener semejante vocabulario en casa, pero con Marik y Bakura era muy difícil sostener eso. Aunque era obvio que ella jamás había tenido que enfrentarse a imbéciles en Mercedes.

"¿Qué problema tiene?" pensó Kaiba. No lo había oído, pero no le hacía falta ser más genio de lo que ya era para entender que estaba furioso (Ai: modesto? ¬¬), si, furioso, ya que después de todo, el conductor resulto ser un joven que al primer vistazo le pareció atractivo "¿Qué demonios estoy pensado?" se auto regaño. Ese joven aún se encontraba visiblemente molesto. Aunque después de todo, era su culpa por no haber pasado al camión, no de él. Cuando había intentado animarlo a avanzar, había tenido el descaro de frenar. Desde luego, en ese momento se daba cuenta de que lo había hecho para situarse detrás del otro vehículo. Lo más probable era que el cochecito que conducía no tuviera la aceleración requerida para un adelantamiento de alta velocidad, al menos no como el suyo (Ai: insisto, modesto el niño?)

Lo único que sentía en obligación de hacer era disculparse un poco. Era imposible que oyera de coche en coche. Improvisó un encogimiento de hombros rápido. "Con eso bastara, además yo no tengo porque estar disculpándome con él, después de todo fue su culpa"

Joey se quedó boquiabierto.

-¡Qué descaro el de ese hombre! Ni siquiera se inmutó y para colmo sólo se encogió de hombros como si le importara un bledo haberme dejado casi sordo con esa condenada bocina.

En su mente cobró forma la acción más mezquina que se le pudo ocurrir. Sin un segundo de vacilación, la realizó (Ai: y no niños, no es ese dedito de en medio u-u).

¡Le había sacado la lengua! Era evidente que se trataba de un perturbado. Probablemente se había fugado de una institución mental. Lo mejor que podía hacer era largarse de allí antes de que se le ocurriera algo realmente demencial.

Como poner cara de cerdo (Len: cara de cerdo?, fue lo mejor que se te pudo ocurrir ¬¬?, Ai: oye me gusta n-n, Len: ¬¬U). Odiaba que una persona se levantara la nariz y se estirara los ojos hacía las orejas. Solo pensar en ello le producía escalofríos. Con una última mirada que considero fulminante para demostrarle que no le gustaba su ética de conducción, pisó el acelerador con toda la fuerza del pie.

Fue un error, teniendo en cuenta que no había apartado la vista del chico rubio. No llegó a ver a la vaca que lentamente había salido por la abertura que había en el cercado en el borde de la carretera (Len: OK u-ú, pensé que la cara de cerdo era lo peor pero... UNA VACA ô.ó, Ai: que?, suele pasar, Duo: onii-chan porque no mejor que llego un extraterrestre y lanzó con su rayo a la vaca que tenían secuestrada para investigaciones y que en ese justo instante iban liberando, serviría para darle un toque de acción n-n, Todos: O.ò, Len: OK tu hermano esta más loco, Ai: verdad que si n-n, Duo: n-n), hasta que apareció sobre el asfalto. Supo que era demasiado tarde en el minuto que vio al enorme bovino. Ajena al daño que estaba a punto de causar, la estúpida vaca mugió hacia el coche lanzado en su dirección. (Len: ahora es estupida vaca, Ai: que?, se pudo haber lastimado mi Sety-chan ; - ; - a lo lejos- ¡QUE NO ME LLAMES ASI!)

Kaiba pisó los frenos con tanta fuerza que temió sacar el pedal a través del suelo del coche. (Yami: eso es imposible u-ú, Ai: lo se ¬¬, Yami: entonces porque pones semejante idiotez, Ai: ¬¬, porque quiero ya!, Bakura: faraón de pacotilla déjala en paz, todos: O.O, Ai: me defiendes Kura-chan? -, Bakura: es que quiero saber si la estúpida vaca quedo hecha polvo xD, Ai: ahh ¬¬ volvamos al fic). El vehículo se escoró y luego perdió el control. Antes de darse cuenta de lo que sucedía, se salió del camino y chocó contra el poste de una valla. La bolsa de aire se infló y se vio empujado contra el asiento.

Todo en dos segundos.

-Muuuu.

Al menos la vaca se había salvado.

-¿Estás bien? ¡Contéstame!

La bolsa de aire se desinfló. Pudo moverse. Primero evaluó su cuerpo. Tanto las piernas como los brazos estaban bien. El pecho y el resto del cuerpo habían sido protegidos por la bolsa de aire. Se había golpeado la cabeza y experimentaba una sensación ardiente donde la bolsa le había rozado la mejilla. Aparte de eso, se encontraba bien. (Yami: buuuu, Bakura: queremos ver sangre, Marik: vuélvanlo a meter al carro, Ai: que bueno que te quieren Sety-chan, Kaiba: ja, no me interesa en lo más mínimo agradarles a un montón de mequetrefes como ustedes, Y,B,M: buuuu- comienzan a arrojarle cosas- Kaiba: ¬¬, Ai: dejen a mi Sety-chan, Kaiba: que no soy tu Sety-chan!!!! ù-ú)

Aunque no sucedía lo mismo con su coche.

-¡Contéstame!

Giró la cabeza y se encontró con unos ojos mieles mostrando una visible preocupación de su némesis rubio.

-¿Por qué?

Joey se puso en cuclillas. Esa era una respuesta extraña.

-Porque quiero cerciorarme de que te encuentras bien.

-Es evidente que lo estoy, o no habría sido capaz de responderte,¿verdad?

Tenía sentido. Se lo veía pasmosamente sereno para alguien que acaba de sufrir un accidente de coche. Y por el aspecto que presentaba, el vehículo era un siniestro total. La capota se hallaba prácticamente enroscada alrededor del grueso poste. Sin embargo, a este no le había pasado nada.

-¿No viste la vaca?

No hacían falta palabras. La mirada agria de Kaiba le dijo todo.

-De acuerdo, no la viste- concluyó Joey

Kaiba intentó abrir la puerta. No resultó tarea fácil, ya que toda la estructura había sido empujada hacia delante. Joey captó su intención y lo ayudó, tirando mientras él empujaba. Juntos lograron crear suficiente espacio para que saliera. Con piernas un poco inestables, respiró hondo varias veces antes de inspeccionar los daños.

-Deberías sentarte mientras esperamos a la policía.

-¿Qué policía?

-Ya sabes, los que aparecen después de un accidente- respondió el con ingenuidad.

Kaiba alzó los brazos para indicar el vasto espacio que los rodeaba. Lo único que había en kilómetros a la redonda era el pequeño bolcho de Joey, la ruina de Kaiba y una vaca.

-Muuuu

-n.nU

-¿Y de dónde esperas que surjan esos magníficos policías?

-Oh- de pronto vio que el camino por el que viajaban no era hervidero de actividad. El camión era el único otro vehículo que Joey había visto en horas y ya había desaparecido- No tengo un celular.

-¿Quién no tiene uno hoy en día?- preguntó con incredulidad. No sabía por qué le importaba la seguridad de ese chico.

-Yo, soy una persona de recursos muy reducidos. Era comprar un celular o comer.

-Los celulares son muy útiles en casos de emergencia o accidentes...

-Si, pero comer lo es mucho más- No podía contrallevar eso- Supongo que tú tendrás uno.

-Desde luego- afirmó con altanería. Llevó la mano al bolsillo derecho de los pantalones y lo encontró vacío. Luego, siguió el izquierdo con igual resultado. Bajó la vista y se dio cuenta de que no eran los mismos pantalones que llevaba en el viaje de vuelta. Los que tenían el celular en el bolsillo. Se hallaban en el suelo del cuarto del baño, donde él los había dejado. No allí. Con él.

-¿No hay celular?- pregunto con un enorme sonrisa de burla en los labios.

Tuvo ganas de gruñirle

-Y bien- continuó Joey-¿Qué vamos a hacer?

Una vez más, Kaiba no tuvo palabras. Rodeó el coche lenta y cuidadosamente. La capota, el motor, la carrocería...todo el maldito coche era una ruina. Comenzó a maldecir con la habilidad de un marinero.

Joey sonrió incómodo. No es que no hubiera oído esas palabras antes, no habiendo vivido con Bakura y Marik. Al crecer con siete hermanos, podía dar lecciones de vocabulario de maldiciones. Simplemente, envidiaba la facilidad con que las pronunciaba. Si Ishizu pudiera oírlo, le metería suficiente jabón en la boca como para mantenerle limpio el lenguaje durante años, al igual que como hizo una vez con Bakura, sólo que con este no funciono.

Cuando llegó a la conclusión de que de esa manera no iba a llegar a ninguna parte, centró su atención en el joven de al lado.

-Tú- acusó.

-¿Yo?- inquirió Joey.

-¡Es tu culpa!- era mentira. Era él quien había estado conduciendo demasiado deprisa, pero sentaba bien culpar a otra persona por su estupidez. (Ai: ay si, siempre funciona n-n, Kaiba: como que estupidez, en verdad fue su culpa, Ai: si Sety-chan ¬¬)

-¡Mi culpa! Tú estuviste a punto de atropellar a esa pobre vaca y fuiste quien se salió de la carretera.

-¿Pobre vaca?- giró la cabeza y la vio a un lado del camino comiendo hierba- ¡la vaca esta perfectamente! ¿Qué me dices de mi coche?

-Desastre total- respondió después de inspeccionarlo.

-Ahhh- gritó él lleno de frustración- ¿Qué voy a hacer?- sabía que estaba metido en serios problemas. Destruir su coche no formaba parte del plan. Tampoco estar atrapado en medio de ninguna parte con un rubio.

Joey se contuvo de hacer algún comentario, aunque se había formulado una pregunta similar momentos antes. Seguían solos. Sin contar a la vaca.

-Muuuu

-n-nU

Fue en ese instante cuando experimento inquietud. Se hallaba solo con un hombre extraño al que le gustaba sonar la bocina y maldecir. El curso de acción más inteligente, el que sugerían los libros de defensa personal, sería subirse al coche, ir hasta la cabina más cercana y llamar a alguien para que lo auxiliara. Pero esa idea no terminaba de convencerlo, ya que aún se sentía ligeramente culpable.

Además, el pobre parecía desesperado. Estaba convencido de que no había planeado el accidente como trama diabólica para secuestrarlo, violarlo y asesinarlo. (Ai: Joey, Duo dejen de ver tantas películas u-u, Joey y Duo: porque? n-n)

De lo contrario, no habría conducido un Mercedes. Nadie destruía un coche de sesenta mil dólares solo para cometer un asesinato. Podía lograr lo mismo con un Ford. Además parecía un buen tipo, además de que tenía unos ojos tan profundos. "¿Pero que estoy pensado? Estos no son momentos para pensar en eso"

-Escucha, podría llevarte hasta la gasolinera más próxima para que allí llames una grúa.

Kaiba guardó silencio y analizó las alternativas. No existía ninguna. Eso ya había quedado establecido. Lo que sucedía era que tenía la sospecha de que al subirse al bolcho rojo con el rubio sería una decisión que alteraría toda su vida. No veía cómo, pero su instinto nunca fallaba, aunque la mayor parte del tiempo lo ignoraba. Aunque ahora le indicaban que ese chico representaba problemas.

Joey abrió la puerta del lado del conductor y se sentó ante el volante luego, sacó la cabeza por la ventanilla.

-¡Eh! ¿Vienes o qué?

Kaiba sacó la maleta del Mercedes, abrió la capota del viejo bolcho y la guardo allí. Luego cerró y le contempló a través del parabrisas.

Él le devolvió la mirada y se encogió de hombros, como si le preguntara qué lo hacía tardar tanto. Kaiba suspiró, rodeó el coche y subió. O al menos lo intentó. Fue un esfuerzo, pero logró acomodarse en el automóvil compacto y sintió como el coche bajaba al recibir su peso.

-¡Miau!

-¿Qué diablos ha sido eso?- bramó él.

-Es mi gata, la señorita Shinigami. Pobrecita, le has quitado su asiento- sostuvo a Shinigami en brazos y la acunó como si fuera una niña consentida. Lo que de hecho era.

-Un gato- de modo que le había esta cantando a un gato.

-Espero que no seas alérgico- anunció Joey- porque deja que te diga que si lo eres, serás tú quien se largue de aquí.

La sonrisa que le dedicó fue perversa. Pero Seto Kaiba no se queda así y se la devolvió.

-¿No el gato?

Satisfecha. Joey decidió mostrarse agradable.

-Se llama Chibi Shinigami. Pero puedes decirle señorita Diosa. Ese es el nombre que a ella más le gusta, pero intento no fomentar sus ilusiones de grandeza demasiado a menudo.

Estaba en Oz, (Heero: Oz!, Ai: no Hee-chan, no ese Oz u-u...baja esa arma u- ¬) Debía ser eso. Su coche se había salido del camino y un tornado lo había atrapado y transportado a Oz (Heero: Oz!, Ai: ¬¬, Heero: hmm) Eso, o acababa de aceptar ir durante los próximos treinta kilómetros con un lunático.

Joey presentó a su gata al nuevo pasajero.

-Señorita Shinigami, este es...no sé como te llamas.

-Kaiba. Me llamo Seto Kaiba- pensó en ofrecerla la mano, pero maldita la gracia que le hacía estrechar la pata de una gata.

-Oh- exclamó ella- se me hace conocido. Arranco el coche y salió a la carretera- por cierto me llamó Joey Wheeler.

-No se me haría extraño- respondió él.

-¿Qué?

-el que hayas escuchado mi nombre.

-Ah- dejó salir - ¿Por qué?- preguntó con autentica inocencia- ¿eres algún artista famoso?- terminó por agregar. A lo que él sólo le dirigió una mirada antes de responder.

-No, dirijo una empresa de gran prestigió.

-¿En serio?- respondió algo sorprendido.

-Claro, aunque no creó que tu cerebro pueda entenderlo.

-Oye, ¿que demonios estas insinuando?- gritó mostrando su enojo.

-Yo no insinué nada- contestó muy tranquilo, pero no se tomó la molestia de responder, sólo dejó salir una sonrisa de cinismo.

- Para tu información, señor genio, soy el más listo de todos mis hermanos- le contestó dejando ver como su furia incrementó considerablemente.

-Así que tienes familia y ¿Dónde esta ahora?- su mirada buscaba encontrar esos ojos mieles, el dueño de esos ojos mostraba una gran gama de caras en tan sólo unos segundos. Más sin embargo, al mencionar lo último, pudo notar como esos hermosos ojos se opacaban.

-Si tengo, pero aún se encuentran muy lejos de mí. Yo soy el más chico de los siete hermanos varones que somos y mi hermana Serenity es la única mujer del grupo. Aún no se como hicieron Ishizu y Shadi para mantenernos cuando niños.

-¡Ocho hijos!- la idea de tener a más de ocho personas al mismo tiempo en su casa lo puso nervioso. Las familias en general lo ponían nervioso- Una familia grande, pero ¿como hizo tu madre para tener a tantos hijos?

Joey movió la cabeza y rió.

-Te equivocas, Ishizu no es mi madre y no nos parió a ninguno de nosotros.

-Ah no.

-No, todos somos adoptados, ella y Shadi nos llevaron a casa para vivir con sus dos hermanos, el resto de nosotros seis llegamos ahí de distintas maneras y por distintos casos, pero algunos si somos hermanos, como Ryou es hermano de Bakura, Yugi de Yami y yo de Serenity. Es algo complicado de explicar pero la verdad es que es muy divertido.

Al menos ya volvía a sonreír y no tiene ya rastros de molestia. "Pero que demonios, ¿otra ves?". Sacudió fuertemente su cabeza.

-Yo no sé nada de familias y diversión- comentó él con tono sombrío. Su familia, su hermano, era la causa de que se hallara en ese aprieto. De pronto le cayó encima la magnitud de su dilema- Jamás voy a llegar junto a mi hermano a tiempo.

-¿Se encuentra en problemas?

Kaiba volvió a centrar su atención en ese joven. No se había dado cuenta de que había hablado en voz alta.

-Sí. Y gracias al accidente, jamás llegaré a tiempo para salvarlo- se paso las manos por el pelo con gesto de frustración e hizo una mueca al encontrar un chichón que de pronto le había salido en la cabeza.

Joey captó la expresión por el rabillo del ojo.

-¿te duele?

-¿Dolerme? Mi coche es un desastre total. La vida de mi hermano está a punto de verse destruida y encima me ha salido un chichón del tamaño del Everest.

Joey emitió un sonido de duda.

-¿No me crees?- exclamó Kaiba, antes de tomar su mano del volante y apoyarla en su frente.

A lo que él pasó los dedos entre la tupida mata de pelo castaño y trato de pasar por alto la textura sedosa que hizo que los dedos le hormiguearan. No le costó mucho dar con el chichón. Un jadeo sobresaltado escapó de la boca antes de poder contenerlo.

-Es realmente grande- afirmó- quizá debería llevarte al hospital.

La preocupación en sus ojos y el temblor de su voz hicieron que comprendiera que se había visto afectado por el breve discurso que le había soltado. "Bien", pensó con maldad.

-No necesito ir al hospital- le aseguró. Se pasó la mano por la frente en un intento por aliviar su frustración- lo que necesito es llegar lo más pronto posible a casa.

-¿Dónde queda?

-A unos ochenta kilómetros al sur aproximadamente, un poblado pequeño que se haya antes de las montañas (Len: aja pero ¿Dónde?, Ai: es que... -.- Len: no inventaste nada ¬¬, Ai: no se me ocurrió nada ; - ; ... así que lo vamos a dejar así n-n)

-En serio- repitió Joey. Pensó que era demasiada coincidencia.

-Sí. ¿Qué pasa? No sé qué diablos voy a hacer ahora. Harán falta días para arreglar mi coche, y no puedo esperar tanto. Podría alquilar uno, pero dónde diablos voy a encontrar una agencia de alquiler de coches por aquí- musitó mientras repasaba sus opciones- ¿Qué va a ser de Mokuba?

Antes de poder contenerse, las palabras parecieron salir por voluntad propia de la boca de Joey.

-Yo voy al mismo sitio-era un pensamiento ridículo. No podía estar ofreciéndose a cruzar todo el país con un completo extraño. Aunque eso parecía. Quizá no fuera tan malo. Dispondría de alguien con quien alternar la conducción y no se hallaría al menos tan indefenso. A menos que resultara ser un asesino psicópata. ¿Qué le había dicho Honda acerca de no recoger a autostopistas? El color bronceado de su piel le resaltaba aún más el chichón rojo. No parecía el típico autostopista peligroso. Además, la compañía no le iría mal. Le brindaría a alguien con quien hablar, aparte de la señorita Shinigami. Y tampoco eran tan desconocidos. Él le había visto la lengua y él le había palpado el chichón. – O – sugirió- podría llevarte a la siguiente ciudad tal como planeamos en un principio.

-¿Y que voy a hacer allí?

-¿Qué soy yo, tu guía y consejero? No lo sé. Para empezar podrías hacer que una grúa recogiera tu coche. Luego, buscar alquilar un vehículo.

-¿Una sucursal? ¿en las dos calles que por aquí llaman ciudades? No lo creo- indicó con sarcasmo.

Joey empezaba a enfadarse. Era rápido para descartar sus ideas, pero ¿Qué había aportado hasta entonces?

-Bueno, ¿que quieres hacer?- preguntó.

Tanta tensión empezaba a poder con él. La cabeza le palpitaba. Lo mejor era empezar por establecer las paces.

-Escucha, lo que pasa es que estoy frustrado. He de estar en casa como mucho en cinco días. Sé que no todo es tu culpa.

-¿Todo? ¡Nada es mi culpa!- esa era su historia y no pensaba abandonarla, sin importar su conciencia culpable- si no me hubieras agobiado con la bocina...

-Si tú no hubieras frenado...

-Si no hubieras ido encima de mi parachoques...

Kaiba apretó los dientes. Así no irían a ninguna parte.

-la cuestión es que la vida de mi hermano depende de que yo llegue a tiempo.

-Si era tan importante, ¿porqué no tomaste un avión?- parecía la solución evidente- lo más probable es que puedas conseguir un boleto en la próxima ciudad. Podría llevarte.

-no vuelo- respondió sin dar explicaciones.

Ese hombre podría poner a prueba la paciencia del Papa.

-¿la vida de tu hermano está en juego y no eres capaz de superar tu miedo a volar?

Como apretara los dientes un poco más, sabía que se le romperían.

-No he dicho que tuviera miedo a volar. He dicho que no vuelo. Hay una gran diferencia. Aunque el resultado al final es el mismo. No vuelo. No volaré. Así que pasamos a la siguiente sugerencia.

-Me he ofrecido a llevarte- señaló, sintiendo como si hubieran desperdiciado mucho tiempo solo para volver al punto de partida.

Era un buen ofrecimiento, pero era lo último que quería Kaiba. No podía cruzar el país con esa persona.

-No puedo hacerlo- anunció.

-¿Por qué no?- aguardó a que le expusiera sus motivos. Tenía la corazonada de que serían divertido- ¿Qué sucede mi coche no es lo bastante lujoso para ti?

Las rodillas tocaba el tablero situado delante de él. La cabeza rozaba el techo del coche. El único sitio para apoyar los brazos era su regazo o alrededor de una gata llamada señorita Shinigami. Pero el problema era menos sustancial que eso. Le miró fijamente y algo en su interior gritó que saltara del coche mientras aún tenía la oportunidad de hacerlo.

-Simplemente no puedo ir contigo todo el trayecto

-¿Qué pasa conmigo?

Nada obvio. El problema se hallaba oculto. Tal ves la manera en que el pantalón se le ceñía a los muslos y la camisa dejaba ver algo del abdomen, tal ves la manera en que el cabellos se agitaba sobre sus hombros como si estuviera vivo y tan radiante como el sol mismo y los ojos mieles le brillaban con picardía, pero sobre todo el hecho de que el viera todas esas cualidades tan atractivas en un hombre, no podía decirle.

-Para empezar tu manera de ser.

-¿Qué tiene mi manera de ser?- preguntó a la defensiva.

No era todo un santo pero nadie le había dicho jamás que era demasiado repulsivo para ir con él en coche.

Kaiba no sabía como articularlo.

-Pues lo único que tengo que hacer es mirarte para saber que vas a irritarme como nadie lo ha conseguido jamás en este planeta, eres inquieto y revoltoso como un cachorrito.

Y vamos con los apelativos caninos.

-¡Escucha, arrogante conductor de Mercedes! No tenía porque parar para ayudarte. No tenía porque ofrecerme a llevarte a la próxima ciudad. Podría haberte dejado allí buscando el celular que no parece que tengas. Desde luego, no tenía por qué ofrecerme a llevarte. Pero estás en un aprieto. Y tú hermano, hacia el cual súbitamente he desarrollado una gran simpatía, se encuentra en problemas. Entonces, ¿Por qué no dices simplemente que sí y luego cierras la boca? Y deja que te diga que tú ya me has irritado como nunca lo ha logrado nadie. Y mira que me han irritado los mejores.

Kaiba soltó un bufido. Se negaba a aceptar nada hasta hacer sopesado sus opciones. Y no sabría cuales eran estas hasta que no hubieran llegado a la civilización.

Fueron treinta kilómetros silenciosos hasta la siguiente ciudad. Una que tenía una gasolinera, una tienda, cinco edificios y nada más Aunque hubiera querido esperar hasta que le repararan el coche, no había una habitación de hotel en ciento cincuenta kilómetros a la redonda. Sus opciones comenzaban a reducirse y su esperanza de evitar un viaje con un cachorro chiflado se tornaba más sombría.

Lo único positivo fue JT, el encargado de la gasolinera. Aceptó el número de la tarjeta de crédito de Kaiba y le aseguró que le cobraría un precio razonable por repararle los daños del coche. Kaiba le dijo que regresaría a buscarlo en menos de dos semanas. JT no planteó ningún inconveniente, ya que le sobraba espacio en el taller. También le mencionó donde podría encontrar coches de alquiler.

-¿Ves?, tus problemas se han solucionado. Te llevaré hasta allá. De todos modos pensaba parar allí. Y JT ha dicho que se ocuparía de tu coche.

-Lo más probable es que se ponga a conducirlo nada más arreglado- repuso Kaiba con cinismo. Nadie era tan agradable. Aunque se recordó que acababa de aceptar la ayuda de un cachorro que con altruismo se había ofrecido a llevarlo a donde necesitaba ir. Quizá era él quien tenía el problema.

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.

Ok pensaba escribir más pero la verdad es que ya me canse -.- y ya son las 12:08, si me encuentran aquí aún escribiendo cuando se supone estoy dormida me van a colgar sin choninos de la punta del faro --

Pues que les puedo decir....no sé T-T

Len: creo que podrías empezar por agradecer a lo que leyeron con anterioridad el primer capitulo.

Ai: ahh si, muchas muchas gracias n-n y con esos incentivos que me dan, claro que continuare más pronto...pero se me quiere ir la inspiración T-T

Duo: no te preocupes hermanita aquí estoy yo, conmigo tendrás más que suficiente n-n

Todos: ¬¬

Joey: y yo? ; - ;

Ai: mis solecitos de inspiración 0 ...que les parece un lemon ligero en este fic

Joey: º - º

Ai: mauajajajajaja n0n, a que no adivinan que edad tiene Sety-chan en este fic.

A lo lejos- QUE NO ME DIGAS...ya para que gasto saliva u-u

Ai: tengo sueño -.- zZzZ, voy por mi inspiración- saca una red para mariposas y comienza a saltar por la pradera.

Todos: o.oU

Len: finalmente se volvió loca u-u

Todos: u-u si