Heya, vengo aquí a mostrarles una reescritura de este fanfic, directamente lo hago desde Wattpadd, donde seguramente estaré uno o dos capitulos mas adelante, ahora subiré los primeros dos capítulos, espero que les guste
No soy dueño ni de Katekyo Hitman Reborn ni de Highschool DxD
Sawada Tsunayoshi, o "Tsuna" para los amigos es un joven de cabello castaño, desordenado y casi siempre en punta, sus ojos eran grandes, tan grandes que realmente dudarías sobre su nacionalidad, el joven era de estatura media alta, la pubertad le había hecho realmente bien a su estatura.
Si alguien le preguntaba a la gente sobre Sawada Tsunayoshi estos solos responderían con un gesto de confusión, pues en realidad no era alguien realmente conocido, al menos no en el mundo superficial.
Aquel joven era un estudiante de la escuela secundaria Namimori, si uno le pregunta a los estudiantes de esa escuela que ya se han graduado te responderán con un "Era un inútil, pero mejoró con el tiempo", a los estudiantes de segundo y primer año hablaran de él como si fuese un superior más, los alumnos de tercer año solo se reirán para después alejarse sin decir nada más que un "alguien".
Tsunayoshi Sawada era, sin duda una persona normal, al menos eso se creía, pero corre el rumor de que lo cambiaron con otra persona, el Sawada de primer año con el de segundo eran similares, pero el de primero con el de tercero eran completamente diferentes, pasó de ser alguien inútil a ser alguien que incluso destaca en ciertas materias, como lo son Literatura e idiomas.
Aunque en realidad aquel rumor era completamente falso, solamente él había conseguido un tutor privado, quien estuvo dos años enseñándole sobre muchas cosas, solamente quienes eran cercanos al castaño conocían la identidad de aquel tutor y todos los secretos que rodeaban a Tsunayoshi Sawada.
Otra cosa que destacaba del joven era el grupo con el que se juntaba, su mejor amigo era un joven el cual similar a él era llamado "inútil", eran casi hermanos, Kozato Emma, el Beisbolista estrella de la secundaria, Takeshi Yamamoto, el orgulloso y rebelde Hayato Gokudera, la tímida pero alegre Chrome Dokuro, la belleza Kyoko Sasagawa, la orgullosa mejor amiga de Kyoko, Hana Kurokawa y de vez en cuando el superior de la preparatoria y hermano mayor de Kyoko, Ryohei Sasagawa.
Siempre podías verlos en la azotea de la secundaria, aunque a veces se juntaban en el comité disciplinario, el cual el líder ahora era un chico de primer año llamado Kyoga Hibari, al parecer era el hermano menor del líder del comité dos años antes.
Tsunayoshi era feliz, era alguien normal y como todos tenía sus problemas, pero nada del otro mundo... O al menos eso era lo que todos creían.
En realidad el joven de 15 años era en realidad el heredero de una de las familias más poderosas e influyentes de la mafia, la familia Vongola, pobre de aquel que intentara enfrentarse a esta familia, aunque habían estado perdiendo influencia hace un tiempo debido a la aparición de unas familias y la rebelión de muchos miembros ahora estaba todo tranquilo.
Todo debido al joven japonés y sus amistades con familias poderosas, Millefiore, Simon, Cavallone, la alianza que este poseía con Vindice, quienes son los que ejercen la ley sobre la mafia, la vuelta de Varia a la familia, y todo logrado por solo una persona en un solo año.
Durante el año en que se decidió que la familia se reformaría, con el siendo el nuevo "Primo", que es como se le conoce al primero de la familia, consiguió lo impensable, tener a su favor a todos los arcobalenos, quienes ya tenían una buena aceptación a este joven durante el año anterior, pero el segundo afirmaron todos que apoyarían a Vongola en todo lo que el joven necesitara.
El tercer año alguien trato de acabar con la vida del joven león Vongola, una familia China que venía en ascenso y querían probar su fuerza eliminando al nuevo líder de la generación, fue una batalla intensa, pero todo terminó en cuanto aparecieron los líderes de las familias, Tsunayoshi Sawada ni siquiera tuvo que hacer acto en aquella batalla, Byakuran Millefiore, líder de la familia Millefiore, Yuni Giglio Nero, actual líder de la familia Giglio nero y Dino Cavallone, líder de la familia Cavallone, solo ellos tres bastaron para acabar con aquella batalla, mientras afirmaban que el líder Vongola era incluso más fuerte que ellos tres juntos.
Nadie, absolutamente nadie fuera de los aliados más confiables de Vongola conocen la verdadera identidad del joven sucesor.
Pero esto realmente no es importante por ahora.
Una tarde cerca de la última semana de clases de los terceros se logra ver al joven castaño en el salón del club de boxeo de la preparatoria Namimori, rodeado de mucha gente realmente importante dentro de ambas secciones, secundaria y preparatoria.
Ryohei Sasagawa, capitán y estrella del club de boxeo de la preparatoria.
Kyoya Hibari, el endemoniado líder del comité disciplinario de la preparatoria.
Adelheid Susuki, quien se decía que peleaba de igual a igual a Hibari.
Ellos eran los más reconocidos de preparatoria.
Por otro lado había gente que ni siquiera era de la escuela, como por ejemplo había un joven de pelo morado, llamado Mukuro Rokudo, Haru Miura, una chica castaña de la escuela Midori y un joven italiano llamado Basil.
—Bien... los eh llamado aquí para informarles de algo importante— Comienza hablando el castaño, mientras todos lo miraban atentamente y tres personas se acercaban a él.
Chrome sacaba al mismo tiempo que se acercaba un folleto, el cual mostraba una gran preparatoria.
—Primero, me mudaré, junto con Hayato, Takeshi y Chrome, no aceptare quejas ni nada— Tsuna sabía que si no era duro con sus palabras terminaría teniendo a todas las familias aliadas junto con el hacia donde se fuera. —Me mudaré hacia Kuoh, una ciudad algo lejana, junto con eso iré al instituto Kuoh, ya hemos dado las pruebas de ingreso nosotros y estoy seguro que quedamos—
Sigue mirando hacia todos, Tsuna se encuentra nervioso, aunque no lo demuestra, aunque todos lo saben, la llama en su cabeza lo demuestra.
—Segundo, no quiero que Reborn se entere de esto, si se llegase a enterar por alguno de ustedes...— Tsuna se detiene al ver a un pequeño niño de no más de 7 años, cabello negro y una fedora con una franja naranja.
Todos en el salón quedaron en completo silencio en cuanto apareció aquel niño, con una presencia tan intimidante a pesar de su aparente edad.
—Tienes agallas para intentar esconder algo de mí, Tsuna— El mencionado maldijo por lo bajo ante la aparición de aquel niño, aun así, le sorprendía que el niño no le estuviera apuntando con algún arma, además de que no lo había llamado por el apodo por el cual le llamaba. —Casi lo logras, eh de admitir que me sorprendió haberte perdido y sentir como tu presencia desaparecía de repente, pero el hecho de haber tantas presencias llamativas aquí fue mala decisión, te falta entrenamiento—
Tsuna suspira al ver que su plan de esconder todo de su mentor había fallado, pero aun así, no se iba a desesperar por algo así, estando su familia cerca de él sentía aún más determinación que nunca.
Se acercó al arcobaleno con una sonrisa mientras le daba el folleto de la academia de Kuoh, el cual lo recibe tranquilamente, ya sabiendo lo que planeaba el chico en cierto sentido, le había visto varias noches buscar escuelas en otras ciudades y lo había escuchado hablar con el noveno para los fondos de las trasferencias de él y de sus amigos, por lo que seguramente se iba para "comenzar de nuevo".
— ¿Por qué Kuoh? Se preguntaran— Dice mientras ve donde todos, algunos asienten a lo dicho por el joven castaño, mientras que otros solo se mantienen en silencio. —Bueno, es porque en esa ciudad habían casas en venta a un precio relativamente bajo para una casa, además la escuela Kuoh está dentro de las mejores del país y desde hace un par de años dejó de ser una escuela solo para mujeres, es perfecta para Chrome, quien más allá de Haru y Kyoko no tiene más amigas— Empieza mientras mira a Chrome, la cual le mira avergonzada. — También se dice que se han visto misteriosas criaturas por la ciudad, pudiendo ser UMA' s o algo similar, siendo así perfecto para Gokudera, además de que el nivel de la escuela le permitirá desarrollarse más en el ámbito académico— Dice con algo de nerviosismo el joven mientras que el peliplata le mira algo conmovido.
— Decimo...— Gokudera, aun a sabiendas del plan de su jefe aún se sentía conmovido por el plan de este.
— También le servirá a Yamamoto para poder "ser libre", ya que en esta escuela está atrapado por ese estigma de chico popular y cuando no está con nosotros puedo ver esa sonrisa falsa que tenía cuando aún no éramos amigos. — Culmina siendo mirado por el joven espadachín mientras este sonreía algo nervioso.
Todo el mundo veía a Tsuna un tanto sorprendidos, especialmente Reborn, quien sonrió para adentro al ver como su pupilo pensaba en el bienestar de sus guardianes, nunca lo admitiría abiertamente, pero estaba realmente orgulloso del castaño, aunque aún le quedaban cosas por mejorar.
—Oye estudiante inútil...— Le llamo el ex-Arcobaleno, el cual encontró algo que no le gustó tanto del plan de su estudiante. — ¿Y a ti? ¿De qué te sirve a ti?—
Tsuna se mantuvo en silencio mientras parecía pensar el algo, supuso que su tutor esperaba alguna respuesta tonta como "No pensé en mi la verdad" o algo por el estilo, pero él ya tenía una respuesta para eso, con una sonrisa segura y tranquila miro hacia el frente, directo a donde estaba su tutor.
—Eso es simple Reborn, me permitirá comenzar de cero, sin estigmas de que antes era un inútil y cosas así— Tsuna se mantuvo mirando al asesino, a sabiendas que esa repuesta no le convencería del todo, por lo que decidió agregar algo más. —Además, me permitirá empezar a ser completamente inpedentied...— Antes de poder terminar el castaño se traba y se muerde la lengua, causando una pequeña risa en los presentes mientras el Vongola se sonrojaba.
Antes de poder continuar recibió una patada directa en la cabeza de parte de Reborn, haciéndole caer al suelo, dejando por alguna razón un pequeño cráter en el lugar. — Un jefe de la mafia jamás se traba Tsuna—
Todos excepto una persona se rieron, mientras que el perfecto de la escuela superior solo miraba serio al castaño en el piso, mientras apretaba sus tonfas, antes de saltar es detenido por el joven peliplata mientras este sostenía una dinamita en sus manos,
Kyoya Hibari salto hacia atrás, esquivando el golpe de la mano derecha y el corte que venía por parte de la joven lluvia, haciendo que el pelinegro se moleste y los ataque, comenzando una pelea entre todos, el niño presente solo sonreía de manera maliciosa, viendo el desastre que comenzaba a aparecer, solo con un pensamiento en su mente, el de hacer que su pupilo arregle todo con su dinero y se encargue de todo el papeleo que este disturbio producirá.
La ciudad de Kuoh es una ciudad realmente bella, aun mas en un día tan hermoso, los pájaros están cantando, las flores están floreciendo, como decía, es un bello día en la ciudad, y en un día como este la paz parece reinar sobre la ciudad.
Caminando por la calle se encuentra un joven castaño, de unos dieciséis o diecisiete años, alto, cabello un tanto largo. Aquel joven simplemente caminaba en dirección hacia su casa, recién había terminado su primer año en la prestigiosa academia Kuoh, se le veía algo cansado, mas con la mochila que traía, la cual se le veía con bastante carga.
— Maldición, Matsuda me dio demasiados libros eróticos y ni hablar de los juegos de Motohama— Se quejaba a sí mismo el joven castaño, aunque en realidad, los iba a disfrutar como nunca, eran sus últimos días de la escuela, al menos hasta que dieran vacaciones, por lo que aprovecharía para usarlos de la mejor manera.
Al llegar a su casa Ise se sorprendió al ver a sus padres serios, mientras su madre tenía entre sus manos una carta su padre parecía fruncir el ceño mirando a la mujer. — ¿Mamá? ¿Papá?— Pregunta el joven mientras mira a sus padres, extrañado por su actitud, ya que estos usualmente no eran para nada serios.
Entonces ambos adultos se miraron, aun de pie en la entrada, hasta que de pronto, la adulta hablo tranquilamente — Ise cariño, necesitamos que vayas a tu cuarto durante un tiempo, hasta la cena al menos, tenemos cosas de que hablar con tu papá—
Aquello realmente alarmo al castaño, pues el tono que su madre utilizaba era el que usaba cuando había una situación crítica, por lo que solamente subió a su cuarto en silencio, con la mirada gacha, de algún modo presentía que tenía bastante que ver en aquella conversación que tendrían sus padres, entró en su cuarto y cerró la puerta.
Decidió dejar las cosas pervertidas para otro día, estaba realmente preocupado, se sentó en su cama a mirar a la puerta, incluso sin siquiera cambiarse el uniforme.
Mientras, los padres del adolecente estaban preocupados, en las manos de la mujer había una carta, parecía simple, pero el gran problema era el contenido dentro de aquella carta.
Sawada Tsunayoshi volverá a Kuoh, asegúrense de mantener a su pupilo con la creencia de que Tsuna es una chica, si no, verán las consecuencias.
Atte: El Tutor número uno del mundo.
Ambos sabían desde un principio que su hijo de niño le era difícil identificar a los chicos de las chicas, le paso con la niña Shido y al pequeño Sawada, pero esto les preocupaba, que aquel niño volverá a Kuoh y que alguien quería que aquel malentendido continuara, y no solo eso, si no que les amenazaba, pero lo que más les intimidada era el hecho de que nadie aparte de ellos deberían saber aquel secreto.
Decidieron decirle a Issei sobre el joven Sawada, pero en el momento en que se pararon para ir donde el escucharon una voz, de un niño pequeño, lo cual les sorprendió en su totalidad. — Yo no haría eso si fuera ustedes— Aquello realmente asustó a ambos adultos, no solo el hecho de que haya aparecido de la nada, sino que el pequeño no tenía más de siete u ocho años.
A pesar de la aparente edad del pequeño sentían miedo, un miedo que nunca habían sentido en su vida.
Ambos solo asintieron, casi sin moverse, solo para parpadear y darse cuenta que el niño ya no estaba, solo se encontraba en su lugar una especie de muñeco del chico pero más pequeño y con una carta que decía Los estoy observando.
Por su parte el niño caminaba por ahí con una sonrisa, en su mano se encontraba una bolsa, aquel niño solo tenía una cosa en su mente, hacer pagar a su alumno por intentar pensar que podía esconderle algo.
Tsuna por su parte solo sintió un gran escalofrió una sensación que no le gustaba absolutamente nada.
— ¿Tsuna? — Desde su lado pregunta Yamamoto, preocupado de la repentina reacción de su amigo castaño.
Ante un simple "nada" por parte de Tsuna se relajó y continúo con sus estudios.
En Kuoh la familia Hyodo se estaba preparando para cenar, el atardecer ya se veía por la ventana, Issei por su parte estaba bajando las escaleras, aun tenia aquella sensación de hace un rato, además la expresión de terror que tenían sus padres no eran para nada normal.
—Ise, cariño... — Comenzó a hablar la madre del chico, preocupando al castaño menor. — ¿Te acuerdas de los Sawada? — Aquello si confundió al chico, pues no se acordaba de nadie con aquel apellido, aquella confusión sí que se reflejaba en su rostro. — Te acuerdas de aquel... aquella niña con la que jugabas de niño... ¿Tsuna? — Ahora el joven si mostro una reacción positiva.
Como no iba a recordar a aquella linda y torpe niña pequeña, junto a ella también recordó a Shido, los tres jugaban bastante juntos, lástima que ambos se fueran repentinamente.
El padre al ver eso suspira, realmente quería decirle a su hijo sobre Tsunayoshi Sawada, que en realidad era un chico, pero aquel niño le daba pavor, era como una serpiente en su cuello, lista para morderle en el momento que hablara.
— Bueno, el... ella volverá a Kuoh después de tanto tiempo— Se sentía incómodo, pero era en parte su culpa por no arreglar aquel malentendido, se sintió aun peor cuando noto la felicidad de su progenitor.
Issei por su parte estaba bastante feliz, su amiga de la infancia volvería después de tantos años a su ciudad, esperaba que hubiese crecido bien, que aparecieran las curvas, pero al mismo tiempo esperaba que siguiera siendo aquella chica tímida que el recordaba.
Llegando a su hogar Tsuna siente un gran temblor, había tenido un día bastante relajado en la escuela, la mayoría de sus compañeros casi no asisten a clases ya que era su última semana de clases en la secundaria, pero a medida llegaba a su casa su intuición le advertía de algo, pero realmente no sabía de qué, solo esperaba que no tuviese que ver con Reborn.
Algo que realmente le llamo la atención durante el día, fue la ausencia de Kyoko, Chrome y Hana en clases, ninguna de las tres acostumbraba a faltar, y algo le decía que tenían algo que ver con lo que sea que sucederá.
Al abrir la puerta a su casa se tropieza con la entrada, causando que esquive un mazo que se dirigía hacia él.
— Quien diría que tu torpeza te ayudaría algún día inútil estudiante mío — Alcanza a escuchar Tsuna mientras era noqueado por una patada de su tutor. — Bien chicas todo suyo — Dice Reborn mientras lo tira dentro de su habitación, en donde estaban las chicas, junto a ellas había maquillaje, ropa femenina, incluso ropa interior femenina.
Tsuna al despertar se soba la cabeza, sintiéndose realmente incomodo por alguna razón, intenta levantarse, pero al hacerlo se resbala y cae al suelo, frente a él estaban tanto Kyoko como Haru dormidas, se vuelve a intentar levantar, ahora lográndolo y de no ser porque estaban sus amigas durmiendo hubiese pegado un gran grito.
Al levantarse se dio cuenta de su ropa, la cual consistía en una falda larga beige, sus zapatos eran unos de punta de color negro, en la parte superior tenía una polera manga corta de color negro y su sudadera naranja.
Aquello le sorprendió, definitivamente era obra de Reborn, por lo que comenzaba a sacarse los zapatos cuando de repente una bala pasa por al lado de su mano.
— Ni se te ocurra alumno inútil— Escucho la voz de su tutor, miro hacia la dirección de donde vino la voz, encontrándose con el niño, con una pistola humeante en su mano.
— ¡Reborn! ¿Por qué estoy vestido así? — Tsuna reclamó, si bien había crecido sus facciones y su voz no habían cambiado tanto, en momentos como ese maldecía ser tan parecido a su madre.
— Simple, es un entrenamiento para tu habilidad de actuar — Dijo Reborn simplemente, aun así, Tsuna sintió que había algo más ahí, su tutor se dio cuenta de la mirada que le daba el joven travestido, colocando una pequeña sonrisa — Piensa en esto como un castigo por intentar ocultar algo de mí y fallar— Reborn no mentía, el castaño sentía que incluso si lograba ocultarle algo el arcobaleno simplemente le castigaría por ocultarle algo —Tu misión será hacerle creer a Issei Hyodo que eres mujer, al menos hasta el fin de semana, como vas a Kuoh para conocer la ciudad, tendrás a alguien que los guie—.
Tsuna soltó un pequeño grito antes de ser golpeado por Reborn, mientras el asesino soltaba un "los jefes de la mafia no gritan de esa forma".
Tsuna después de un rato suspiro resignado, si su tutor había ordenado algo estaba obligado, si no, simplemente haría algo aun peor, y realmente no se le ocurría algo peor que tener que actuar como chica hasta el fin de semana, no, mejor dicho no quería imaginarse el castigo que se le ocurriría al espartano.
Se levantó, aun vestido con la ropa de chica, se observó al espejo y suspiro nuevamente, incluso habían logrado alisarle el pelo, no quería ni imaginarse el cómo, al menos se veía bien, él no era narcisista ni nada, pero después de tantos años siendo molestado aún se sentía inseguro, por lo que le gustaba ver que se veía bien, aun si era en ropa de chica.
Si bien no le gustaba para nada usar ese tipo de ropa, no era la primera vez haciéndolo, tuvo que hacerlo una vez cuando se infiltro en una clase donde los alumnos tenían que matar a su profesor, algo relacionado a la familia Estraneo, que se supone que estaban exterminados, pero eso era historia aparte.
Bajo como pudo, los zapatos realmente le incomodaban, aun nervioso sobre lo que diría su madre, entonces recordó que el bastardo de Iemitsu también se encontraba en la casa ese día, maldijo por lo bajo, seguramente se burlaría de él y como no quería intento salir con cuidado.
Maldijo su suerte cuando abrió la puerta y se encontró con el inútil que tenía como padre, el cual al verlo dio una carcajada para después entrar diciendo "así que esta es la nueva misión de Reborn", aquello relajo un poco al joven Vongola, al menos no se reiría tanto de él, Iemitsu sabia el estilo de Reborn y las misiones que daban, en el escaso tiempo que entrenó a Basil lo supo.
El chico salió caminando, esperando que nadie le reconociera, por alguna razón no había nadie en la calle, hasta que de repente escucho un grito femenino. — ¡Tsuna! ¡Por aquí!— Reconocía esa voz, era de aquella chica de la que tanto tiempo estuvo enamorado, incluso si en cierto modo había cambiado ese "gusto" en admiración, no iba a poder estar con ella ni con nadie, aún era débil, y era peligroso.
Lentamente camino hacía donde ella, dándose cuenta que junto a ella estaban Haru y Chrome, la primera sonriente y la segunda con una carta en la mano, seguramente de Reborn, ya que este no le explico nada.
— Jefe...— La niebla fue la primera en hablar, pasándole la carta al castaño. — Esto es de parte de Reborn—.
Al abrirla se dio cuenta de que Reborn tenía planeado algo así desde hacía bastante tiempo, maldecía a su sádico tutor, pero para sus adentros, realmente no deseaba que el asesino se enterara, de alguna forma había a aprendido a evitar esa lectura mental que tiene el niño sobre él, aunque no era algo definitivo.
Durante ese día iba a ser Tsunahime Sawada, una prima suya, aunque en realidad no existía tal prima, para así ser instruido por las tres chicas frente suyo a comportarse como una dama, maldijo para sus adentros y suspiro.
A medida que caminaban la gente comenzaba a aparecer, aunque ya empezaba la tarde, mientras caminaban se encontraron con Hana y Ryohei, iban juntos, la chica al parecer estaba acompañando al mayor a comprar unos guantes de box, más que acompañarlo lo estaba llevando obligado a comprarlos, la chica al verlos lo primero que hizo fue preguntar por qué él estaba vestido de esa forma, Tsuna solo contesto con un simple "Reborn" y la chica se rio y se fue con el Sasagawa mayor.
Tsuna aun sentía raro el hecho de que ellos dos estuvieran saliendo, llevaban cerca de seis meses, seis meses en los que la chica había logrado calmar en gran manera al salvaje peliblanco, haciéndole entender a Tsuna la actitud relativamente calmada del Ryohei del futuro.
Mientras caminaban Tsuna solo deseaba no encontrarse con nadie de la escuela fuera de su grupo, estaba tan centrado en sus pensamientos que no se dio cuenta de un pelinegro.
— ¡Fíjate por donde caminas idiota! — Escucho una voz masculina, una voz que el reconocía muy bien, y era alguien a quien no quería encontrarse por nada del mundo.
