.:Una Invitación a la que no me puedo negar:.
-No, no es mío.
Izayoi no quería creerle, pero su mirada se veía sincera.
-¿De verdad?
-En verdad, pero… si te digo que sí, ¿saldrías a cenar conmigo?
-¡Ves como si fuiste tu!
-No fui yo, me tengo que ir.
Takemaru se dirigió a la salida.
-¡Deja de hacerlo por favor! Le dijo mientras salía de la florería. Izayoi recordó el tiempo en el que estaban en la preparatoria, Takemaru y ella fueron novios y terminaron cuando Izayoi conoció a InuTaisho, no se vieron por años hasta que después de su divorcio Takemaru regresó a Tokio para encontrarse con la bella y dulce mujer que había amado toda la adolescencia, quería conquistarla aunque todo a final de cuentas era un juego, Takemaru sabía perfectamente lo mucho que Izayoi amaba a su esposo.
Por la tarde como ya comenzaba a ser costumbre InuTaisho llamó a Izayoi, puso mil excusas porque llegaría tarde, Izayoi triste y melancólica puso el teléfono en el tocador, y fue al baño para guardar la carta que le había llegado ese día.
-Soy una estúpida, ¿Por qué hago esto? No esta bien…
Estaba a punto de tirar las cartas a la basura pero no pudo, la hacían sentirse tan bien como si le importara, a veces se sentía alejada de InuTaisho y se preguntaba como era que algo que había durado tantos años terminaba en tan pocos días. Ese día lloró porque se sintió sola.
InuTaisho y Kagome estaban juntos en el carro hacia la fiesta de su amigo de la oficina, era una de esas reuniones donde se ve a hombres mayores con mujeres jóvenes.
-InuTaisho…
-¿Si?
-No me vayas a dejar sola porque no conozco a nadie y me va a dar mucha vergüenza.
-No te preocupes.
InuTaisho saludo a su amigo, y le presentó a Kagome, se quedó sorprendido al verlo con otra mujer, InuTaisho había tenido un par de aventuras pero prefería mantenerlo en secreto, pero esta vez quería que todos lo vieran junto a Kagome.
Pasó un mesero y le ofreció una bebida a Kagome, la aceptó y se fueron a sentar, le presentaron a la "novia" del amigo de InuTaisho y ambas comenzaron a platicar, era una mujer algo descarada para el gusto de Kagome, no precisamente por lo que hacía eso no le molestaba, si no la facilidad y la manera con la que le contó que Mamoru (el amigo de InuTaisho) ya le había comprado automóvil nuevo, y estaban en busca de un departamento.
-¿No te molesta que sea casado? -Le preguntó Kagome algo sorprendida.
-Para nada, es mejor que no se divorcie, así solo te tocará lo mejor, regalos, fiestas, mimos, solo tienes que estar bella y feliz cuando llegue a verte.
-Pero no puedes estar siempre feliz.
-Por un auto nuevo y un departamento en la zona más cara de Tokio, claro que puedo ser feliz a la hora que sea.
-¿Cómo puede pensar así? que mujer más cabeza hueca…-la mujer no paraba de hablar mientras Kagome había dejado de ponerle atención hacia un par de minutos atrás, las mujeres que estaban en esa fiesta parecía que las habían clonado una a la otra, se alejó un poco del grupo, se sintió aburrida y fuera de lugar.
Mientras que InuTaisho estaba muy entretenido en la platica con sus amigos, por lo que Kagome regresó a conversar con el grupo de mujeres, tal vez fue el aburrimiento pero las copas que se había tomado comenzaban a hacer efecto y se sintió algo mareada, en ese momento vio a InuTaisho y pareció que el mundo se le iluminaba, le hizo una cara de desesperación a lo que InuTaisho solo sonrió y le cerró el ojo.
Después de unos minutos eternos, InuTaisho fue por ella.
-¡Por Fin! –pensó Kagome.
-Bye Kagome, que pasen muy buena noche juntos. –Dijo una de las mujeres y se rió, le pareció de mal gusto el comentario aunque no dijo nada, a lo que respondió con una sonrisa fingida, una de las tantas de la noche.
Kagome e InuTaisho salieron del departamento.
-Creí que nunca saldríamos. –le dijo Kagome con un tono juguetón.
-¿Tan mal te fue?
-Esas mujeres de verdad que hablan. – le decía mientras subían al carro.
-Gracias por acompañarme hoy aunque hayas tenido que escuchar un montón de tonterías.
-Por nada. –le sonrió Kagome mientras ambos se acercaron para besarse.
InuTaisho abrazó a Kagome por la cintura mientras la besaba, lentamente comenzó a bajar su mano izquierda por la pierna de Kagome quien se sorprendió, pero no detuvo a InuTaisho, tocaba sus piernas sin dejar de besarla, se dio cuenta de que la respiración de Kagome comenzaba a acelerarse mientras el continuaba subiendo su mano.
-¿Quieres ir a otro lugar?
-No… creo que es mejor que ya me lleves a mi casa por favor.
Durante todo el camino hubo un incómodo silencio, Kagome iba algo avergonzada.
Cuando llegaron a casa de Kagome se despidieron como siempre.
-Mañana te llamare en la tarde, ¿esta bien?
Con una dulce voz le contestó que si, viéndolo a los ojos, había algo en ellos que le encantaba.
Kagome subió a su habitación pensativa, algo había en InuTaisho que por poco no puede negarse, en eso recordó lo mucho que se había negado a Kouga.
A la mañana siguiente Sango la llamó muy temprano.
-¿Bueno?
-Cuéntame Kagome ¿como te fue anoche?
-La fiesta estuvo bastante aburrida, no veía la hora de regresar a casa.
-Que mal, pero ya habrá citas mejores.
-Si tienes razón.
-Te llamo para invitarte, vamos a ir a un partido de fútbol, va a jugar Miroku ¿no quieres venir a divertirte un rato?
-No gracias, quedé con Kikyo de acompañarla a hacer unas compras.
-Esta bien, pero el juego es a las 4 (dijo sango desanimada) si terminas temprano me llamas ¿si?
-Claro, haré todo lo posible.
-Bye
-Bye
Kagome había mentido, un par de horas antes había recibido un mensaje de InuTaisho que la esperaba para verla fuera del centro comercial, Kagome se encontraba muy nerviosa, cuando recordaba lo que había pasado la noche anterior, aunque trataba de convencerse a si misma de que no había sido la gran cosa, no podía dejar de tener esa sensación en el estomago al recordar a InuTaisho.
Cuando por fin fue hora de ir a la cita con… solo de pensarlo tenía de nuevo esa sensación en el estómago.
Decidió ir caminando ya que había salido muy temprano de su casa, para variar no había nadie como últimamente, Kikyo se la pasaba con InuYasha y mamá fuera de casa por una cosa o por otra, aunque no quería se sentía algo feliz de que así hubiera sido estos últimos meses que había pasado con InuTaisho, si mamá estuviera en casa como siempre ya me hubiese descubierto, pensó la joven de cabello negro.
Mientras caminaba rumbo al centro comercial tenía una discusión consigo misma de que pasaría si las cosas con InuTaisho pasaran a otro nivel ¿se lo permitiría, pero lo amaba, no era momento de salir con esas cosas, aparte nunca había sentido algo así por nadie, ni siquiera por Kouga que había pasado tanto tiempo con él.
Cuando Kagome llegó InuTaisho ya la estaba esperando.
-Hola princesa. LE dio un beso en los labios, Kagome no pudo evitar ponerse roja.
-Hola.
-Ven, vamos dentro.
-Si. –aunque no quería aun se sentía algo apenada cuando lo veía, había algo en el que le atraía muchísimo al grado que en algunas ocasiones se sentía como una tonta cuando no podía dejar de verlo
-Kagome quiero pedirte un favor.
-¿Qué pasa?
-Ven vamos a sentarnos. Se sentaron en el dentro de la zona de comidas, como era temprano aun no había mucha gente. –Lo que pasa es que la próxima semana tengo que ir de viaje a Nemuro y quiero que por favor me acompañes, ¿Qué me dices?
-¿A Nemuro? Pero… no podremos regresar el mismo día ¿o si?
-No, te estoy invitando todo el fin de semana. Píenselo, me contestas después.
-Esta bien. -Kagome sabía perfectamente que no podría ir, como iba a llegar a su casa a pedir permiso, a menos que alguien la ayudara.
Después de caminar un rato por el centro comercial le llamaron por teléfono a InuTaisho y fue a dejar a Kagome a su casa.
Kagome subio las escaleras corriendo y le llamó a sango.
-¿Bueno?
-¿Sango?
-Si
-Necesito que me ayudes.
-¿A que?
-InuTaisho me invito a pasar el próximo fin de semana a Nemuro y quiero ir con el pero mi mamá no me va a dejar ir.
-¿Cómo quieres que te deje ir si ni siquiera sabe que sales con InuTaisho?
-No me regañes, ayúdame, quiero que digamos que voy a ir contigo y tu familia a Nemuro, que tu papa tiene un trabajo muy importante que hacer y que me invitaste para no estar sola.
-Pero…
-Por favor Sango ayúdame.
-No Kagome.
-Por Favor amiga, prometo cubrirte algún día si quieres ir a algún lado con Miroku.
-¿Por qué me haces esto Kagome? Lo haces porque sabes que no te puedo decir que no.
Kagome no puedo evitar reírse.
-Esta bien, te ayudare solo porque mi papá ira a Kyoto el próximo fin de semana y así tu mamá no podrá hablar con él, aparte de que me acompañarás al juego a ver a Miroku, espero que ya estés lista.
-Claro. … Gracias Amiga.
En cuanto colgó el teléfono volvió a sonar.
-¿Sango?
-Kagome que gusto escuchar tu voz.
-¿Kouga?
-Si, ¿Cómo has estado?
-Bien… ¿y tu?
-Muy bien gracias… con muchas ganas de verte…
-…Kouga…
-Te llamo para avisarte que el próximo mes iré a Tokio y me gustaría verte.
-¿El próximo mes?
-Si, a principios de mes.
-Pero el mes está por terminar.
-Si, bueno, de hecho llegare de este miércoles al que sigue, espero que quieras verme.
-Claro, porque no…
Esta sería una semana muy larga para Kagome.
------Continuará-----
