-Te amo Kagome
-Bye, Kouga…
Kagome se quedó un largo rato pensando en Kouga, recordaba cuando eran novios, lo quería pero nunca había estado muy segura de lo que sentía por él, muchas veces sintió que simplemente no podía dejarlo, a donde iba eran Kagome y Kouga, él siempre estaba junto a ella, se querían, pero Kagome solo lo quiere como a un amigo.
-Porque tiene que pasarme esto, tiene que venir Kouga justo cuando siento que estoy mejor con InuTaisho, sé que Kouga va a venir porque quiere que regrese con él. En muchas cartas se lo había dicho, sus llamadas siempre terminan en lo mismo. –Ya no voy a pensar en él, ahora tengo que pensar en como le voy a decir a mamá que me voy a ir de viaje, quiero ir con InuTaisho…
Sango llegó a casa de Kagome para ir con ella al fútbol.
-¿Estas lista?
-Si.
-Anda vamos o llegaremos antes de que saquen a Miroku del juego.
Ambas se soltaron riendo.
Sango iba manejando cuando no se pudo aguantar y le preguntó a Kagome.
-¿no crees que llevas muy poco tiempo con InuTaisho?
-¿Poco tiempo?
-Mira amiga, sabes que no lo digo por molestarte pero me preocupo, no quiero que te pase nada malo.
-Hay Sango, ¿me vas a regañar?
-No te estoy regañando, pero sabes que es lo que va a pasar si…
-Si se lo que va a pasar, y bueno, es algo que quiero que pase, yo estoy enamorada de InuTaisho.
-Sé que ya no eres una niña, pero no crees que estas apresurando las cosas, con Kouga duraste 4 años de novia, y ahora con InuTaisho tienes un mes de conocerlo y ya no te importa nada.
-Así es el amor.
-Si tú lo dices…
-Sango, apóyame, no te enojes conmigo.
-Es que no se Kagome, sabes que él no me da mucha confianza.
-Es porque no lo conoces, si quieres un día salimos a comer los tres para que lo trates mejor, verás que es un amor. –Kagome le sonrió a Sango.
-Esta bien Kagome, prometo ya no juzgarlo.
-Gracias.
Kagome se olvidó un rato de todas sus preocupaciones, estaba mejor, se olvido de Kouga aunque fuera por un momento.
Al mismo tiempo en la casa de la familia Tsuki
-Mamá voy a salir…
-Esta bien hijo.
-¿Estas bien?
-Si, ¿Por qué me veo rara?
-No, por nada… ¿Y papá?
-Ha estado en la oficina todo el día, esta arreglando unos pendientes va a salir de la ciudad el próximo fin de semana.
-Que raro… -Dijo InuYasha con un tono sarcástico. -¿No vas a ir con él?
-No, esta vez no podré ir, aparte sabes que pronto será nuestro aniversario y planeo hacer una reunión, para que le digas a Kikyo, será dentro de dos semanas.
-Si mamá, estoy segura de que vendrá encantada.
-si.
-Bye.
-Bye
Al salir InuYasha se topó con Sesshomaru, a InuYasha no le agradaba mucho el hecho de que su "hermano" siguiera viviendo en su casa indefinidamente.
-Buenas tardes Sesshomaru, ¿quieres comer algo?
-Si, claro huele muy bien. Por cierto estaba esto en el buzón… Es para ti.
-¿En domingo?
-Que extraño ¿no?
Sesshomaru se acerco por su lado derecho y le puso la carta frente a ella,
Izayoi solo sonrió nerviosa y se alejó un poco, le incomodaba como algunas veces Sesshomaru le hablaba de cerca.
-Iré a ver si tu padre quiere comer.
-No te preocupes yo iré.
Izayoi pensaba nerviosa -¿Sospechara algo, espero no le diga nada a InuTaisho…
Sesshomaru tocó la puerta, después de algunos segundos le contestó su padre.
-Pasa hijo…
-¿Quiere comer? Izayoi preparó la comida.
-Si… claro
-Lo noto algo distraído…
-No, lo que pasa es que estoy arreglando un viaje que haré la próxima semana, también te quiero pedir un favor.
-Si, dígame.
-Si Izayoi necesita algo el fin de semana ayúdala, esta haciendo los preparativos par ana reunión, no quiero que batalle con nada, y espero que los dos se lleven mejor, aunque veo que ya no te molesta tanto como antes.
-No, no me molesta.
-Me alegro mucho, mejor vamos a comer.
-Si.
La semana había pasado, era miércoles más cartas habían llegado y a Izayoi cada vez le intrigaba más saber quien las enviaba al parecer Takemaru no era… no se imaginaba quien podía ser.
InuTaisho se encontraba hablando en la oficina con su viejo amigo Myoga.
-¿Cómo has estado InuTaisho?
-Haciendo planes…
-Déjame adivinar, sigues en tu aventura con esa jovencita.
-Ella no es una aventura.
-Sabes que si lo es, porque tienes a tu esposa, a la que casi le gritas al mundo que la amas.
InuTaisho estaba parado junto a la ventana, se quedó serio, volteó a ver a Myoga y le dijo.
-Yo ya no amo a Izayoi.
-¿Cómo puedes decir eso? Por una mujer a la que hace poco tiempo conoces, no arruines tu vida, ya no eres un jovencito, ella es mucho más joven que tu, piénsalo, es solo un capricho, por eso sientes que ya no amas a Izayoi.
-No es un capricho.
-Te estas comportando como un niño, sabes que las mentiras no duran para siempre… con permiso.
-Espera Myoga.
-Yo no te ayudare a seguirle mintiendo a esa mujer que te ama. Si amas a esa jovencita entonces divorciarte de Izayoi.
-No puedo…
-¿No puedes?... ¿o no quieres?
El silencio hizo que Myoga se sintiera aún más molesto y salió de la oficina.
InuTaisho se quedó pensando en lo que le había dicho Myoga, pero el no quería separarse de Izayoi.
Al atardecer se había quedado de ver con Kagome quien le confirmó que iría con el a Nemuro, al anochecer caminaban por el parque, comenzaba a caer el otoño, a Kagome le gustaba mucho ver como caían las hojas mientras una brisa un poco helada rozaba su cara, le parecía que estaba dentro de un sueño al lado del hombre al que amaba.
Después de un rato InuTaisho fue a dejarla a su casa, le comentó que el viernes pasaría por ella a las 3 de la tarde que el avión despegaría a las 4:45, no la iba a visitarla al día siguiente.
-Tengo que dejar todo listo para cuando lleguemos, y tengo reuniones que adelante para mañana, así nos iremos más temprano el viernes.
-Esta bien. –Contestó feliz Kagome, por momentos se le figuraba que el momento en que por fin llegara a Nemuro con InuTaisho no llegaría nunca.
El jueves Kagome arregló su maleta.
-Kagome, ¿vendrá la familia de Sango por ti? Sabes que no estoy a esa hora en casa, me quedo algo preocupada.
-No te preocupes mamá, llevo el celular llámame por cualquier cosa.
-Si hija.
Kagome no podía dormir de la emoción, estaba desesperada porque ya fueran las 3 de la tarde.
Por fin después de mucho pensar e imaginar como iba a ser el viaje, se quedó dormida, como se desvelo se despertó tarde, no se preocupó porque ese día decidió no ir a la escuela.
Salió de su habitación se metió a bañar y bajó a la cocina donde estaban Kikyo e InuYasha.
-Hola ¿Cómo estas InuYasha?
-Muy bien, me imagino que tu estas mejor, me contó Kikyo que saldrás de viaje hoy en la tarde.
-Si…
-¿A dónde vas a ir?
Kagome se quedó viendo a InuYasha, había algo en su rostro que le era familiar, pero no sabía porque.
-¿Kagome?
-Disculpa, me quedé pensando si había empacado todo lo que necesito, ¿Qué me preguntabas?
-¿A dónde van a ir?
-A Nemuro.
-Dicen que esta lloviendo y el clima es bastante agradable.
-Si, será bueno salir de la rutina, bueno, voy a estar arriba.
-Si, claro.
Kagome subió las escaleras, pensando -¿A quien se parece…? ¿A quien se parece…? – sonó el teléfono que la sacó de sus pensamientos.
-¡Kagome te llama Sango!
-¡Ya contesto! -¿Bueno?
-¿Ya empacaste todo?
-Si.
-Te llamo para desearte mucha suerte en tu viaje, por cualquier cosa me llamas ¿esta bien?
-Si, mamá. –Con tono burlón-
-Cuídate amiga, me traes un recuerdito.
-Si, bye.
-Bye.
Oportunamente InuYasha y Kikyo salieron de paseo, eso le daba oportunidad a Kagome de salir sin que nadie la viera.
Estaba nerviosa, aunque no quería aceptarlo le daba algo de miedo estar sola con InuTaisho.
-¿Lista?
-Si.
Tomaron un taxi al aeropuerto, por el tráfico llegaron justo a tiempo para tomar el avión.
Se sentaron en asientos de primera clase, Kagome decidió relajarse y dejar de pensar en tantas cosas, mejor si no pensaba en nada más que estaba junto al amor de su vida, a pasar uno de los mejores fines de semana en su vida.
Cuando llegaron a Nemuro estaba anocheciendo.
Un auto rentado los esperaba, InuTaisho condujo por la ciudad.
A las afueras de la ciudad había unas cabañas bastante grandes.
Como estaba lleno de vegetación la temperatura comenzó a bajar un poco, había llovido recientemente.
-Espero que te gusté el lugar que reserve para el fin de semana.
-¿Cómo es?
-Ya lo verás no esta muy lejos de aquí.
Llegaron al departamento rentado por InuTaisho, a Kagome le pareció un lugar increíblemente bonito.
-¿Te gusta?
-Claro, es muy bonito.
Había una pequeña chimenea en la sala lo que le daba un toque acogedor al lugar.
-Ven… Está es tu habitación.
-Es muy linda, gracias.
-La mía esta aquí junto, por cualquier cosa. ¿Quieres ir a caminar un rato?
-Si, me encantaría… ¿Hoy no tienes nada que hacer?
-Si, pero es una junta hasta más tarde, el dueño de la constructora no podía atenderme antes de las 9 de la noche, parece que es una persona muy ocupada, pero mejor, así salimos a conocer un poco el lugar.
-Me parece bien.
Ambos salieron de la cabaña. Ya había anochecido por completo y el cielo comenzaba a despejarse.
-Que callado es aquí.
-Si, muy diferente de Tokio.
-Es verdad, es bonito.
InuTaisho la abrazo y le dio un beso.
-Te amo Kagome
No supo que contestar inmediatamente se quedó sorprendida.
-Yo también te amo InuTaisho. –Le contestó completamente ruborizada.
-Es verdad, no te lo digo solo por decírtelo.
-Yo también
-Gracias por acompañarme.
-de nada.
-Tenemos que regresar, ya casi tengo que ir a la junta, ¿está bien que te quedes sola? ¿Quieres acompañarme?
-Aquí te espero, no creo que pueda entrar contigo a la junta.
-Tienes razón, trataré de regresar lo más pronto posible.
Caminaron hacia la casa, InuTaisho le dio un beso antes de irse.
Kagome se puso a ver la televisión esperando a que InuTaisho regresará.
Cuando por fin regresó InuTaisho la invitó a comprar algo para cenar.
-Ven vamos a comprar algo.
-Si. –Kagome se puso los zapatos y salió. Dieron unas cuantas vueltas sin saber que era lo que iban a cenar.
Encontraron un pequeño restaurante y entraron a cenar, platicaron un largo rato hasta que comenzó a llover de nuevo.
-Será mejor que regresemos.
-Si.
Mientras iban en el carro, Kagome le pregunto.
-¿Mañana tienes junta de nuevo?
-No, solo tenía junta hoy.
-¿Aun así nos quedaremos todo el fin de semana?
-Si, no tiene caso venir solo un día, mañana saldremos a conocer la ciudad.
-Espero que no siga lloviendo, esta haciendo frío.
InuTaisho se rió mientras estacionaba el carro.
Se bajaron del carro y Kagome no se dio cuenta donde pisaba y se resbaló con una piedra. Calló al piso aparte de la vergüenza que sentía se había caído en un charco y se le torció el tobillo.
-¿Estas bien?
-Más o menos.
-déjame ayudarte. –InuTaisho levanto a Kagome y la cargo dentro de la cabaña. -Será mejor que te cambies de ropa y te des un baño con agua caliente, mientras buscaré algo para el dolor del tobillo.
-Gracias –Se metió a la ducha el dolor en el pie era insoportable y se bañó lo más rápido que podía, se puso una batita y se recostó en la cama.
InuTaisho tocó la puerta y le preguntó a Kagome si podía pasar, a lo que le respondió afirmativamente.
-¿Te duele mucho?
-Si.
-Déjame ver, encontré esta pomada para que se te baje lo hinchado. Comenzó a ponerle un poco. -¿te duele un poco menos?
-No. –Ambos se rieron mientras InuTaisho le ponía una venda en el pie. –Creo que debe pasar un poco más de tiempo.
-Tienes razón. –InuTaisho se acercó para besarla, mientras se acercaba a su cara recorrió las piernas de Kagome con las manos. Lo que la puso bastante nerviosa.
Mientras la besaba le tocaba las piernas, comenzó a besarle el cuello y se dio cuenta de lo incómoda que estaba Kagome.
-Te juro que no muerdo.
Kagome sonrió nerviosa. –No es eso, es que… Me da algo de miedo.
-¿Miedo?
-La verdad… nunca he estado con nadie antes.
-Ya entiendo. Entonces creo que lo mejor será que durmamos, mañana saldremos a caminar muy temprano. –Le dio un beso en los labios. –Hasta mañana.
-Hasta mañana.- InuTaisho cerró la puerta. – Soy un caso perdido, soy una tonta, seguro piensa que soy una niña tonta que nada mas anda provocándolo, que tonta soy. –Apagó la luz y trató de dormir aunque no podía hacerlo, no dejaba de pensar en las caricias de InuTaisho, en cierta manera se arrepentía, realmente deseaba estar con él. -¿Qué habrá pensado InuTaisho?
Habían pasado un par de horas desde que se habían ido a dormir todo estaba muy callado, volteó a ver el reloj eran las 3 AM –Ya me quiero dormir… no podré despertarme mañana
En eso se abrió la puerta Kagome se asustó hasta que pudo reconocer la figura en la oscuridad.
-¿InuTaisho?
Se reclinó frente a ella. Comenzó a besarla y a llenarla de caricias, esta vez ella no se arrepentiría.
-----Continuará----
